Partida Rol por web

Me alejo junto a Curudae

-Hablemos con Norion pues, la situación se está complicando, han desaparecido dos alumnas de la Academia, Sir y Caäniza, y tememos que alguien que trabaja con los orcos haya secuestrado, al menos, a una de ellas. Estamos aquí para intentar obtener más información. Amigo mío, ¡¡¡el mal ha entrado en Sil Auressë y no nos hemos dado cuenta!!!. En cuanto Girion acabe aquí que vaya a ayudar a Norion, se alegrará de saber que ha llegado y de que está bien, aparte de que podrá recuperar su montura.

Al escuchar el nombre de Finduilas, el rostro de Khôradur se ensombrece

-No me gusta tener que recurrir a la dama Finduilas, no es de fiar. Como bien sabes, en el pasado, nuestros caminos se cruzaron y....en fin, hay heridas que aún siguen abiertas. Pero el tiempo corre en contra nuestra, si Norion ha de recurrir a ella que lo haga, pero que vaya con cuidado, podría usar lo que le contemos en su provecho de alguna manera que aún no podemos ver.

El joven desmonta de su caballo y acata lo que dice Khôrandur. Esperaba que le hubieran dejado quedarse pues él había vivido en primera persona lo que había ocurrido. Pero así también podría buscar a su caballo Viento y a Norion.

Al estar en los establos, lo primero que hizo fue buscarlo ahí. Miró en todos los habitáculos de los caballos por si lo habían dejado ahí, mientras silbaba en bajo de una forma que solo su caballo reconocía.

Girion se reencontró con su caballo Viento en los establos, y mientras tanto Curudae y Khôradur se dirigían a la Casa del Comercio.

El sargento Gaerel se quedó esperando fuera a Girion para ir juntos a la Casa Común a investigar. Pero quería dejar al joven dúnadan un momento con su fiel caballo. En estos tiempos aciagos donde la lealtad y el honor escaseaban entre los hombres, a menudo se hallaba ese vínculo entre un guerrero y su montura.

El Senescal abrió la puerta de su despacho, permitiendo que entrara primero el Lugarteniente. Sentado delante del escritorio, de espaldas a la puerta, se hallaba la figura sombría de Norión. Su espalda estaba corvada, y su postura denotaba tensión y cansancio. Se aferraba al asiento y alzó ligeramente la cabeza al escuchar que la puerta se abría.

Había regresado mas rápido de lo que suponía, el tiempo parecía marchar mas rápido para el resto de los mortales. Intentó ponerse de pie para recibir al Lugarteniente, pero fue en vano, sus piernas no le respondieron, así que aceptó una vez mas las limitaciones de su cuerpo. Llevó su capucha hacia atrás y su rostro quedó al descubierto ante los líderes de la aldea.

- Lugarteniente.... Senescal... gracias por recibirme. Lamento que las noticias que traigo sean tan sombrías...- sus ojos se perdían inexpresivos en dirección a la silueta de ambos hombres - Los dos jóvenes que regresaron antes que yo tal vez puedan aportar mas información sobre el resto del grupo, yo los perdí en la primer noche. Yo solo puedo aportar una leve comprensión de la abominación a la que nos enfrentamos-

Norión guardó silencio. Ellos eran los responsables del gobierno, junto a la dama, y por tanto lo mejor era esperar a las indicaciones que le brindasen. Su cuerpo pedía descanso y su mente estaba ávida de comprender lo que sucedía, batallando entre sí dentro de él, mientras ambos hombres se acercaban.

Al entrar al despacho del senescal, Khôradur pudo ver a Nórion, que nada más verlos hizo ademán de ponerse en pie, pero sin conseguirlo, ante lo cual el lugarteniente hizo un gesto indicándole que permaneciese sentado.

-Por favor, permanecer sentado y descansar. Me alegro de veros, aunque los motivos sean oscuros.

Escuchó las palabras de Nórion, y Khôradur, no pudo por menos que mostrar preocupación

-Hablarnos de lo que habéis averiguado. El tiempo corre en contra nuestra y es muy posible que el mal ya esté acechándonos, dispuestos a golpear en breve.

-Es mas que posible, me temo que es un hecho, señor Khôradur - repaso mentalmente los sucesosy sensaciones que experimento desde que partió junto con el resto de los exploradores. Su rostro se iba endureciendo a medida que los recuerdos lo invadían.

- Seré breve, porque el tiempo apremia y porque solo puedo aportar una pieza a este rompecabezas, de momento al menos. El grupo fue atacado durante la noche de la tormenta, por criaturas que solo había visto en mis libros. Al menos dos jinetes con sus lanzas nos emboscaron... mas precisamente dos orcos montados sobre monstruosos caninos, criaturas que no podían ser otra cosa que huargos - sus ojos tenían expresión, miedo tal vez, aunque no era fácil reconocer las emociones del sacerdote - en el túmulo se decía que estas criaturas respondían a un troll, si mal no recuerdo era conocido como Dagorthir, aunque no puedo asegurar que estos le sirvieran. Me alegró saber que Girión y Eliver hayan regresado, al menos ellos sobrevivieron. Mi caballo entró en pánico y huyó del lugar, salvándome la vida con su instinto... lamento no haber sido de mas utilidad al grupo-

Hizo un silencio mientras miraba los rollos que traía consigo, aún quedaba mucho por descifrar - Puedo asegurarles que sea lo que sea que estaba planeado por nuestros enemigos que sucediese en el bosque hacia donde nos dirigíamos... sucedió sin que pueda evitarse. Una fuerza oscura se ha despertado, algo primitivo, algo dormido por siglos... no estoy hablando de cosas que los mortales podamos comprender. La vida me ha traído a este punto para descubrir que peores cosas que la muerte pueden caer sobre los hombres...-

-...la llamada del Abismo, señores, de eso estoy hablando-

Las palabras de Norión sentaron como un jarro de agua fría a Khôradur. En ese momento se sentía impotente, como si le hubiesen atado y no pudiese hacer nada por evitar que el mal creciese. Pero aún había esperanzas, y tenía muy claro que él era el lugarteniente de Sil Auressë, con una misión que cumplir, defenderla aunque perdiese la vida en el intento. En ese momento ya comenzaba a evaluar los recursos de los que disponía y posibles tácticas previendo un ataque.

-Dagorhir murió, no es posible que esté vivo, deben de servir a otro señor que ha ocupado su lugar. Un señor más astuto y temible que ha sido capaz de recomponer sus fuerzas sin que nadie se haya percatado.

Tomó asiento delante de Nórion

-Habláis del Abismo, ¿a qué os referís con eso?, ¿a la criatura que según los documentos que incautamos iban a liberar o a otra cosa?. Decirme Nórion, ¿qué nos aconsejáis, qué podemos hacer?

El Senescal suspiró. Había visto a Dagorhir en persona. Había sentido el terror que provocaba con su imponente presencia. Y había celebrado su derrota definitiva y su muerte. Pero su poder se había basado en la fuerza bruta. Era el caudillo de legiones. Astuto y feroz, pero su amenaza era algo físico, algo concreto. Y casi lo prefería a esta sombra escurridiza, a este temor sin nombre, a este rompecabezas tenebroso... A este miedo que derrotaba antes de la batalla.

-Ese... Abismo. La llamada de esa fuerza oscura primitiva que dices que ha despertado, Norión... ¿Puede estar relacionado con la desaparición de dos alumnas de la Academia?

No podía quitar de su cabeza la imagen de la pequeña Sir de cuya desaparición le acababa de informar Khôradur.

Escuchó a ambos líderes y meditó sus palabras antes de pronunciarse - Ignoro si las alumnas tienen algo que ver, desconocía que habían desaparecido... tal vez si dispusiera de mas información podría encontrar alguna relación, pero por lo pronto no la veo. En cuanto al abismo y las promesas que esconde... no es fácil describir con palabras la siniestra oscuridad que yace en las profundidades de la tierra media... si puedo decirles que siento en el aire su presencia, y de donde proviene. Los pergaminos hablaban de un demonio, Dagul, y también de un gran mago, Gothdush, ambos vinculados con Khathog, sin duda están relacionados con estas fuerzas, pero aún no he podido descifrar de que modo-

- Tiempo... mas tiempo y mas información. Voy a tener que ir a la academia y completar la traducción de estos pergaminos, tal vez en los tomos de la biblioteca pueda encontrar la respuesta... o tal vez en la sabiduría de alguien con mas experiencia, como la dama Finduilas - sabía muy poco de esa mujer, pero si podía contar con su ayuda, tal vez pueda resolver el enigma antes de que la aldea desaparezca

- Los otros exploradores tienen mas información de los sucedido?  Si el chico puede ayudarme en mis investigaciones, será mas fácil la tarea, a menos que tengan otros planes para el hijo de Gildūr-

El rostro de Khôradur mostraba preocupación. La sensación de que una gran tormenta se estaba formando en el horizonte crecía a medida que recibía nuevas noticias.

-Las alumnas desaparecidas son Sir y Caäniza. La primera vino de Tharbad en compañía de otro muchacho de la academia, y estaba bajo protección de la dama Ayla, como favor personal a un amigo de esa ciudad. Caäniza es mayor que ella, aunque parece una niña y por lo que parece solía trabajar en el jardín de hierbas. Pero eso no es todo. Los exploradores que os acompañaban a su regreso se encontraron con tres orcos que intentaban acabar con un mediano de nombre Otho. Los orcos fueron abatidos y Otho les informó que en una posada tres hombres que hablaban común pero con acento oriental, uno de ellos llamado Raku, le habían invitado a unas cervezas y le habían prometido comida. Pero se trataba de un engaño, querían robarle las ropas para entrar en Sil Auressë y, con sus ropas, poder secuestrar a un estudiante sin llamar la atención.

Me levanto y comienzo a caminar por la sala mientras sigo hablando

-Los otros dos le dejaron con Raku y tras varias cervezas el mediano pudo ver que le faltaban la mochila y su capa y el tal Raku le acompañó a buscarlas fuera de la aldea. Allí pudo ver a los otro dos llevando a alguien más con su capa y su mochila, tenía su estatura y parece que le pasaba algo porque lo llevaban cogido de las axilas. Los rufianes entregaron más tarde el mediano a los orcos y le pusieron un saco en la cabeza, saco que olía a hierbas, pero según el mediano no de las que se usan para cocinar. Oyó a uno de los trasgos decir "Gostus la esperaba", y que la hora estaba próxima, refiriéndose a la persona que habían secuestrado. Esto pasó hace tres días.

-Ni que decir que he puesto en marcha todos los recursos de Sil Auressë para encontrarlas, pero mucho me temo que Sir ha sido secuestrada y tal vez Caäniza lo vio y los ha seguido, pero lo del saco de hierbas me hace pensar en lo peor, ya que Caäniza pasaba parte de su tiempo en el jardín de hierbas...eso o que alguien de allí les ha ayudado. Lo que está claro es que unas fuerzas se han puesto en marcha y uno de sus objetivos somos nosotros. También llegó una ave herida enviada por Denelloth hacia el sur, parece ser que por murciélagos que tal vez se estarían concentrando allí.

-Girion se pondrá a su servicio de inmediato maese Nórion, y enviaré mensajeros a la Academia para que os ayuden en todo. Respecto a la dama Finduilas....-una sombra de preocupación pasó por el rostro de Khôradur- tuve tratos con ella en el pasado, y si bien es versada en la magia y podría ser de gran ayuda su corazón y su mente son oscuros. Permanece aquí por deseo de la dama Ayla pero no soy partidario de recurrir a ella salvo que la necesidad sea apremiante. Si no hay más remedio hacerlo, pero ser muy cauto y precavido, es una manipuladora y usará todo lo que vea y descubra para su propio provecho.

Girion se alegró de ver a viento en el establo. Pasó a su lado y acarició su fornido cuerpo mientras se acercaba a su cabeza. En su recorrido le iba hablando tranquílamente mientras recorría su cuerpo con la mirada para ver si había heridas o signos de lucha.

- Vieto, amigo mío. Por fin te encuentro. Sabía que llegarías hasta aquí. Buen caballo. Buen caballo. ¿Te han cuidado bien? Me alegro de verte. ¿Y tu montura? ¿Aquel a quien te pedí que trajeras? Bueno, lo importante es que estés bien. Pediré que te den un baño con aguan tibia, te cepillen y después te traigan un buen forraje de avena con una manzana de postre, ¿te parece bien? Así me gusta amigo, así me gusta. Volveré pronto a buscarte, tú mientras descansa.

Girion se despidió de su fiel montura acariciando su cuerpo buscando esos signos que delataran algo.

Luego buscó al mozo de cuadras y rebuscando en una de sus bolsas sacó una moneda de plata y se la lanzó al muchacho.

- Baña con agua tibia a este corcel. Luego cepíllalo y después ponle un buen forraje de avena y dale unas cuantas manzanas de postre. Trátalo con cariño pues le tengo un gran aprecio, es como un hermano pequeño para mí. Pero lo más importante es que es muy inteligente y si lo tratas bien se encariñará contigo y querrá de tus atenciones...que como puedes ver, generan monedas de plata. Pero si lo tratas mal que sepas que sabe defenderse. Y lo peor es que de una forma u otra me lo hará saber y me enteraré, y lo que te haga él no será comparable a lo que pueda mandar que te hagan. ¿Estamos?. Pues gánate esta moneda y comienza tu trabajo.

Dicho esto salió del establo y se reunió con el sargento Gaerel que le esperaba fuera.

- Gracias por esperar sargento. Vayamos dentro a ver que encontramos o descubrimos- dijo el joven mientras caminaba al interior.

El lugarteniente contestó con detalles mayores a los que había esperado, pero sus palabras llegaron a lo mas profundo del sacerdote. Caäniza... Aún recordaba como esa niña había sanado el dolor en su rodilla, su sencillez y buena disposición, donde otros niños habían huido ella se había acercado. Arkyn sabrá esto? se preguntaba para sí. El bardo y Adhellin eran los únicos amigos que tenía en esa aldea... tal vez en la vida, los tres habían compartido buenos momentos con ella, Arkyn amaba a esa niña. Se perdió en sus pensamientos mientras Khoradhūr continuaba.

Una paloma herida? un rapto? orcos y hombres de oriente... mas piezas para un rompecabezas que no alcanzaba a imaginar. Y la dama Finduilas, una de las personas mas importantes de Cardolan, protegida por Ayla? Norión comprendió que no conocía nada de lo que estaba sucediendo. Sus libros no explicaban estas cosas.

-Son noticias alarmantes realmente. No dudo que habrá ido tras el rastro que el mediano dejó, esas niñas son importantes para la aldea. Los trasgos dijeron Gostus, verdad? los escritos mencionan a Gothdush.... tal vez esten relacionados, mas aún si las fechas son coincidentes. De todos modos dudo que las niñas hayan sido sacrificadas y sus orígenes muy distintos entre sí, no creo que sea algo político... o si?- hizo un silencio tratando de comprender lo que no parecía tener sentido, si el acento oriental de esos hombres era el de Faerdor y Sir era de Tharbad, tal vez algo mas complejo de lo que imaginaba estaba en curso - si buscaban estudiantes, quizás sea por algo específico ligado a la academia. Le sugiero que duplique la seguridad allí. Que podría esconder la academia de valía para estas personas? hay algo mas que se nos escape? - pensó para sí en el prisionero, pero no le parecía ser tan importante como para armar un plan tan entramado.

- Esta noche iré a la academia junto a Girion, intentaré completar la traducción de estos pergaminos y conseguir información ligada a estos eventos. Mañana tras descansar veré a la dama Finduilas, lo que usted dice de ella es lo mismo que en las calles se dice de mi, así que es un buen comienzo... tal vez pueda entenderme con esa mujer - se puso de pie con dificultad pero ya recuperado del agotamiento,  el tiempo escaseaba y ya había dicho lo que debía decir.

- Señores, un pedido mas. Necesito su permiso para hablar con el prisionero de las tierras de Girithlin y con Otho el mediano - lo mas probable es que en tiempos normales le hubiesen negado tal solicitud a un civil, pero en momentos tan desesperados y ante eventos tan incomprensibles, la opinión de Norion podía sumar mas que las formalidades.

-Es una suerte tenerte de regreso aquí, Norión, dijo Curudae y miró a Khôradur por si el Lugarteniente quería añadir algo más. -Tienes trabajo por delante, y espero que puedas arrojar luz a este rompecabezas. El emisario de Girithlin al que haces referencia ya partió de aquí, así que no es posible hablar con él.

De momento no es preciso indicar más sobre ese asunto. -Vamos a centrarnos en las cosas que sí podemos hacer e investigar. Khôradur, tenía pensado subir esta noche al castillo a despachar contigo, pero la situación ha cambiado ligeramente. Si os parece, puedo supervisar las pesquisas de Norión y Girion en la aldea antes de que suban a la Academia, y ponerles al día de lo sucedido en su ausencia. Y así puedes seguir preparando las defensas, y descansar un poco esta noche.  

Khôradur iba a responder pero Curudae se le adelanta. Ante las palabras del senescal asiente

-Si todo va bien y la misión de Girithlin sale adelante contaremos con un valioso aliado. Sólo espero que los Valar hayan sido generosos, haya tenido éxito y estén de regreso con ayuda, la necesitaremos. Por lo demás, doblaré la vigilancia de la Academia con los efectivos que pueda disponer, aunque por desgracia nuestras fuerzas son muy limitadas y cada vez tenemos más frentes abiertos. Curudae -mira al senescal- procede como veas conveniente, me fío de tu buen criterio y por favor, mantenerme informado de vuestras pesquisas, nosotros continuaremos buscando a las niñas y también cualquier señal del enemigo. Si necesitáis cualquier cosa, decírmelo enseguida y Norión, haré llamar al mediano y os lo enviaré para que podáis hablar con él como me pedís, tal vez alguna de las cosas que os diga puede ser una pista para vuestras pesquisas. Si me disculpan, volveré al castillo a supervisar las defensas.

Khôradur procede a retirarse pero al llegar a la puerta se detiene y se gira

-Norión, tal vez os entendáis con la dama Finduilas y lo que se dice de ella es lo mismo que se dice de vos, pero igualmente ser muy cauto, en su alma anida cierta oscuridad, cosa que, de momento, no aprecio en vuestra persona.

Dicho esto se va de la estancia

El Lugarteniente regresó hasta el castillo, y entró en sus aposentos. Había sido un día largo y agotador, y necesitaba descanso para poder hacer frente a los desafíos que sin duda traerá el nuevo día con la mente despejada y con el brazo fuerte. Pero en su corazón, no podía evitar sentir tristeza y preocupación por lo que estaba sucediendo. Las noticias que le llegaban eran desalentadoras y como poco preocupantes. Denelloth no había regresado, ni nadie de los que llegaron a aquel bosque del monolito. Dos alumnas habían sido secuestradas y llevadas a un destino incierto. Dos soldados habían desaparecido en el norte, donde se habían avistado huargos. Espías en el este. Murciélagos que se movían por el sur. No había noticias de Agnor ni de Arkyn, ni de más refuerzos. Y entonces había llegado Norión con sus sombríos presagios...

El umbareano era consciente de que no podía hacer más por hoy. Se quitó la coraza, y se tumbó en la dura cama. Pinto había ido al norte con un grupo. Leanach y Eliver estaban coordinando la búsqueda de las dos desaparecidas en el oeste. Halbered volvería pronto al punto estratégico del Paso de la Loma...Y Walec había doblado la vigilancia de la aldea y de la Academia.

Agotado, Khôradur se quedó dormido soñando con el agua salada, con la brisa del mar, con los barcos. Con su hogar.

Ya sin Khôradur en la sala, Curudae volvió a tomar asiento delante de Norión. -Aquella niña, Sir, estaba bajo la protección personal de Ayla, confesó de repente. –La Dama es capaz de ver cosas que se escapan del entendimiento de los mortales, y vio algo en aquella niña. Mucho me temo que si nuestro enemigo la ha secuestrado, es porque esto es algo personal. Una venganza tal vez. Pero igual puedes obtener alguna certeza sobre el asunto.

El Senescal suspiró, y agarró una hoja que había de entre la multitud de papeles que ocupaban todo su escritorio. Se quedó mirándola como si hubiera sido una extraña coincidencia, y alzó la vista de nuevo. –Curioso, he aquí un boceto del futuro Consejo de Sil Auressë. En esta hora tan oscura, amigo Norión, sigo mirando hacia delante. Eso lo aprendí en Tharbad. Cada nuevo día, aquella ciudad renace desafiante. ¿La has visto alguna vez?

Meneó la cabeza, y alzó la mano para que no le respondiera aún. Llenó dos copas de vino hasta arriba. –Pronto te vas a encontrar con la Dama Finduilas. Será interesante, sin duda. El día que Ayla abandonó Sil Auressë, nos reunió a los más próximos a ella, a las personas que para ella éramos el futuro de todo esto. Nos dijo que habíamos venido voluntariamente, porque queríamos creer, porque teníamos esperanza, y que aquí se nos había dado a todos una nueva oportunidad de cambiar un mundo que luchaba por sobrevivir. Aquel día, Finduilas estaba allí, junto a ella. Sé que Khôradur tiene dudas. Y las comparto. He visto lo despiadada que ha sido, he visto cómo movía los hilos de las intrigas y de las conspiraciones de todo el reino, y sé que en su búsqueda de conocimientos y poder se acercó a las fuerzas oscuras. Pero Ayla creía en la redención, en la búsqueda de otro camino para ella. Finduilas había abandonado Cardolan. Ya no era una amenaza. Ayla lo dejó todo para buscarla durante largo tiempo. Rara vez le he visto actuar al azar a Ayla. Así que tendría sus motivos que no me corresponde cuestionar.

Apuntó con el dedo a la hoja que sostenía en las manos. ¿Había llegado allí por casualidad? –Si hablas con ella, si ves en ella un atisbo de lo que Ayla vio, si crees que podría sumar a nuestra causa… Podrías comentarle que cuando esta oscuridad desaparezca, y comience un nuevo día, podría haber sitio en el Consejo que estamos creando para ella. Su experiencia, sus conocimientos. Podría asesorarnos. Ayudar a construir después de haber destruido tanto. Volver a jugar en el tablero que una vez dominó con tanta maestría. Creo que eso sería algo que le gustaría ver a Ayla cuando regrese. Se alegraría de ver a Finduilas sentada en el Consejo. Y a ti, Norión. Hemos de mirar hacia el nuevo amanecer. Para ese futuro, necesitamos también un consejero espiritual. Porque todo esto es mucho más que sobrevivir a las guerras, vencer al hambre, y a las epidemias. Más que la riqueza y el comercio. Sil Auressë es más que los muros que nos rodean. Tiene alma, y se cimienta en la esperanza de un futuro mejor. Tú podrías ayudar a cuidar de esa alma.

Sir... apenas recordaba a esa niña, con algunos de los estudiantes no había tenido trato mientras que con otros había compartido buenos momentos. Se daba cuenta que Sir era importante para los planes de la dama, pero era Caãniza quien le preocupaba realmente. El Senescal prosiguió hablando de Tarbad, no conocía esa ciudad mas que de nombre, sus caminos lo habían llevado solo a Metraith, pero sabía de su fama en Cardolan.

Los detalles sobre la relación entre Ayla y Finduilas le llamaron la atención, se preguntaba porque realmente la elfa había buscado a la mujer... era redención? era la habilidad política ? o eran los conocimientos oscuros que empañaban a ambas lo que la motivaba? no lo supo, tal vez lo descubriría pronto. Nombrar a hechicera como consejera, podía resultar tanto interesante como insignificante para alguien que va en busca de poderes mas allá de lo terrenal, pero no esperaba que el Senescal comprendiera eso. Siguió escuchando.

Un nuevo amanecer... la esperanza de un futuro mejor... nuevamente esas palabras resonaban frente a él, pero esta vez la propuesta era concreta. Consejero... Los recuerdos de como el líder de su orden asesoraba al principe Pelendur vinieron al instante, la voz de los Anarmarta siempre había sido respetada entre los nobles, pero la aldea distaba de ser Tyrn Hodhath, Curudae no era Pelentur y él mismo era mas un exiliado de la orden que su líder, aunque bien podría ser el último de los suyos con vida dentro de esas tierras. Consejero... tal vez podría ser de las pocas cosas en que podría ser útil además de transcribir libros. Consejero espiritual... tomó consciencia que era el único sacerdote de los Valar que había visto en la aldea, el destino se reía de  Sil Auressē, ese pueblo debiera contar con una sacerdotisa de Varda en lugar de uno de Namo, pero los dioses eran caprichosos a veces.

- Si los ataques del enemigo alcanzan el corazón de esta aldea, cuidaré de esa alma como de la de los otras que partan al mas allá...- miró al hombre con el rostro amargo, pero su voz sonaba mas segura - Curudae, tal vez pueda serles de utilidad, tal vez, y cierto es que otros eruditos de la orden han llegado a ese honor frente a los soberanos de este reino en su época de esplendor, pero mi limitada condición y el apremiante momento por el que estamos pasando hace que me sienta indigno de ese privilegio. Aún así algo de mi se compromete cada vez mas con esta aldea, y que mas quiero que ver a nuestro pueblo resurgir?... permítame demostrarle mi valía frente a esta oscuridad que se avecina, y luego me habré ganado ese lugar en el consejo y lo aceptaré con gusto -

Valor frente a esta oscuridad que se avecina…

Las palabras de Norión resuenan en los aposentos de Curudae mucho después de que el sacerdote hubiera salido. El Senescal se levanta de la silla, y se mueve hasta la ventana. Vuelve a mirar al este. En algún lugar, lejos, se estaba librando otra batalla. Otro desafío. Uno que Ayla debía enfrentar sola. Y mientras tanto, aquí, en Sil Auressë, la aldea tenía que hacer frente a un mal que no comprendían. Era como si un precipicio oscuro e inmundo se abriera a las puertas de este sueño frágil, de este refugio de la esperanza. No comprendían qué era, ni de dónde venía. Ni el porqué. Pero el terror acechaba. Y se acercaba. Inexorable. Como el tiempo. O la muerte.

Curudae saca una ficha de ajedrez de su bolsillo, y la coloca en la repisa de la ventana. Después, por fin, apaga la luz de la lámpara y se va a dormir.