Partida Rol por web

Sil Auressë

[15.1.3.] El Guerrero de los Sueños

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20/02/2016, 08:43
Director
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Todo viaje pasa por etapas, en las que uno cambia por dentro a la vez que los paisajes cambian a su alrededor. Pero en su corazón, el viajero guarda a la vez la esencia de todo lo que él ha sido durante el sendero. Tú eres al mismo tiempo el niño que fuiste, y el guerrero que serás. Cada decisión en el camino forja tu alma.

La vida te lleva desde lo desconocido hacia lo desconocido, cada instante está revestido de este apasionante misterio. No sabes de dónde viniste, y ni hacia dónde vas. No existen fines, solamente existen los medios. No estamos aquí por casualidad. Lo que cuenta es el camino, los paisajes y las personas que nos encontramos.

Dejarás atrás el lugar donde quieres estar para ir al lugar dónde debes estar, pero tanto en lo malo como en lo bueno, las personas y lugares que te han acompañado nunca te abandonarán del todo.

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20/02/2016, 08:57
Director
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El abrazo del gélido aire de Forochel le reconfortaba a Benaldamat. Le recordaba a las tierras que rodeaban su hogar, el valle de Uichtith, lugar donde ahora pensaba regresar. Observó desde el acantilado, y respiró profundamente, sintiendo la eternidad y la inmensidad de Arda. En algún lugar fuera de esta visión, Benaldamat se encontraba cerca de la aldea de Bree, de camino al sur en busca de alguien muy querido. Fuera también había vivido despedidas con emociones que aún no había asimilado del todo. Compañeros y amigos que se dirigían a nuevas aventuras y sendas aún por descubrir. La vida seguía, y ellos no compartían ya el camino del Guerrero Onírico.

En su mano sujetaba la piedra que conectaba con su espíritu con Enila. Algo preocupado, volvió a mirar. No había luz en la roca, pero sentía que algo o alguien le llamaba, le convocaba.

Ar úlamanen
Lossenúr erumessen,
Talmassen naulenen
Voronwa brávanen
Enila i tári1

La ventisca aumentó su intensidad, y entonces creyó escuchar el aullido de un lobo desde la distancia. Se giró para buscar de qué dirección venía, y se detuvo.

Había un hombre encapuchado allí. Un dúnadan. Por un instante, Benaldamat pensó que tal vez el espíritu de Thelran le había encontrado aquí. Pero si Nimdraug aparecía en sus visiones, solía ser en forma de un Lobo Blanco.

El hombre que tenía delante estaba desorientado. Su rostro tenía numerosas cicatrices, y su aspecto podría resultar amenazante…

Pero había bondad en su mirada. Bondad y preocupación. De repente, dijo algo, esforzándose con la lengua de los elfos, y con humildad:

-Ai!, suilannad! Im Denelloth. Man i estoch tir?2

Notas de juego

1

Y entre el silencio
De los Yermos Cubiertos de nieve
En el aullido del lobo sobre la tundra
Enila Llama

2-Saludos. Me llamo Denelloth. ¿Eres el Guardián?2

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22/02/2016, 21:05
Benaldamat
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Benaldamat lo mira mientras inevitablemente el desconocido le trae recuerdos del amigo extraviado, de Nimdraug. 

- Os confundí con un amigo. Dice el Guerrero Onírico en Oestron mientras las tristeza se dibuja en su mirada. Vistes como un montaráz del Norte, amigo. Muy pocos me conocen, y menos saben quien soy. Ciertamente soy el Guardián. ¿En qué puedo ayudaros?

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11/03/2016, 20:04
Director
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Benaldamat vio cómo la figura del montaraz se difuminaba ante sus ojos hasta desaparecer en la ventisca. Su fëa regresaba de forma inexorable al mundo físico, pero el guerrero onírico pudo sentir cómo luchaba por regresar. El espíritu del dúnadan era fuerte, pero andaba perdido en la inmensidad del mundo de las visiones.

 

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22/03/2016, 23:08
Director
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- Irmo, hacedor de sueños y profecías, hermano de Namo e hijo de Eru, ven a guiar el descanso de Denelloth hacia su destino, ven a unir lo que clama por ser unido, a traer luz en medio de la noche, a hacer claro aquello que no se comprende. Llévalo a tus bosques sagrados, llévalo al invierno que espera por él... Ar úlamanen Lossenúr erumessen, Talmassen naulenen Voronwa brávanen Enila i tári...-

El eco de las palabras de Norión le alcanzó en el gélido páramo de la visión. Pudo ver la forma del Guardián, y comenzó a andar hacia él.

- Os confundí con un amigo...

Esas palabras le hicieron recordar fugazmente a un amigo de la infancia. Un tal Marach. Y sintió vergüenza de su comportamiento en aquel entonces.

- Tiradas (1)
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22/03/2016, 23:13
Benaldamat
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-Vistes como un montaráz del Norte, amigo. Muy pocos me conocen, y menos saben quien soy. Ciertamente soy el Guardián. ¿En qué puedo ayudaros?

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25/03/2016, 17:27
Denelloth
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La saliva no corría ligera por la garganta de Denelloth, y tras un momento bastante largo en el que se mostró algo dubitativo, acertó a hablar tras un leve carraspeo y una leve reverencia.

-Saludos, Guardián. En efecto, un día fui un Faradrim Aran, y en cierto modo todavía lo soy. En cuanto a la ayuda que busco... En verdad, no yo mismo lo sé, ni estoy seguro de cómo he llegado aquí; ni siquiera sé qué sitio es este.

Hizo un pausa, con aire triste y pensativo, oteando alrededor, antes de seguir.

-Hay una niña. Una... amiga. Se llama Sir. Se encuentra muy malherida. De alguna manera me he... vinculado a ella. No quiero que nada malo le ocurra. Una poderosa fuerza que no comprendo habita en ella, y su destino está, pensamos, ligado de alguna extraña forma con muchas vidas en el lugar del que vengo. Creo que su espíritu anda perdido, tal vez. Si alguna ayuda puedes ofrecerme para encontrarla y devolverla al lugar donde debe estar, te la agradeceré como sea necesario.

Dijo esto último irguiéndose, muy serio, adoptando una pose grave. Luego miró inquisitivamente al Guardián de arriba abajo, intentando adivinar quién era realmente.

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29/03/2016, 21:28
Benaldamat
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El Guardián al escuchar el nombre de Sir, instintivamente aprieta el puño recordando la ausencia de respuesta de los últimos días. Desea que no sea la misma Sir, desea que Enila no esté en peligro, pero sabe que no es así. La ira lo invade por un segundo pero intenta controlarse. Confió la niña a Sil Aüresse y la Oscuridad vuelve a golpearla.

La tristeza y la ira se dibujan en la mirada del Guardián, y levemente aturdido comienza a hablar.

- Vienes de Sil Aüresse, y la muchacha que buscas es mi destino y yo el suyo. La elegí a ella como mi camino, elegí una vida mortal y solo con ella encontraré la semilla que traerá la gracia nuevamente a esta Tierra. Soy el Guardían, siervo de Yavanna y Guerrero de Irmo, y ahora estamos en sus dominios. Sin duda Irmo te ha traído para que me adviertas. En estas tierras se me conoce como Benaldamat. Antes dime, ¿Dónde está la Dama Aylarien?

Benaldamat mira a los ojos a Denelloth, y pronto se da cuenta de que la Dama Blanca no está en Sil Aüresse, y el enemigo lo sabe, de lo contrario Enila estaría bien.

- Estamos en los dominios de Irmo, aquí verás cosas que han ocurrido, otras que van a ocurrir, otras que nunca ocurrirán… Es posible que físicamente estemos cerca, tal vez no. Pero ahora estamos aquí juntos y debemos actuar rápido. El enemigo no descansa Denelloth, y acecha incansablemente. Pero no caminamos solos, La Niebla Eterna está aquí, Yavanna e Irmo guían nuestro camino. Necesito que me cuentes qué ha pasado en Sil Aüresse, qué le ha pasado a Sir, sólo así se nos mostrará el camino que debemos seguir para traerla de vuelta.

Notas de juego

Benaldamat inicialmente entra en trance Olfain para tratar de afianzar la visión, y evitar una posible ruptura de la misma.

 

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30/03/2016, 12:44
Denelloth
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No era miedo exactamente lo que sentía Denelloth. Era más bien... se sentía abrumado por los acontecimientos. Le pareció por un instante que todo aquellos era irreal, ilógico, que no podría continuar viviendo y soñando al mismo tiempo. Sin embargo, cuando quiso hablar, la comunicación brotó de manera fluida, casi espontánea.

-Comprendo ahora que el destino de Sir es grave y su camino lleno de dificultades... La pequeña fue raptada por unos hombres y orcos al servicio del Gothdush,* un antiguo mal del que poco te puedo decir aparte de que ha vuelto a extener su voluntad maligna sobre la tierra de Cardolan, fijando en Sil Auressë su odiosa mirada. Tal vez para algún tipo de sacrificio, pues la querían viva, y acometen extraños rituales junto a una poderosa piedra que se eleva desde tiempos inmemoriales en un bosquecillo cercano. Algunos de nosotros conseguimos rescatarla, pero fuimos atacados en el camino de vuelta y Sir fue gravemente herida. Ahora se aferra a la vida... Como se aferra a una pequeña piedra que guarda en su mano. Creo que se aferra a tí, de cierta manera.

Denelloth miró directamente los fríos ojos del Guardián.

-Ahora, las fuerzas del mal se ciernen sobre nuestra pequeña fortaleza. Benaldamat, te aseguro que haremos lo posible por guardarla del mal. Según creo entender, el futuro de Sil Auressë depende de ello.

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04/04/2016, 21:59
Director
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Benaldamat observó al montaraz mientras se concentraba en el hechizo Olfai. Pudo sentir el grito silencioso del alma de este hombre. Su espíritu no había hallado el descanso, pero era fuerte y lleno de coraje. Y su preocupación por Enila le había traido a este lugar que le resultaba sin duda extraño y confuso. Pero había algo más. En su fëa, se podía sentir la presencia de algún encantamiento élfico. Como si hubiera pasado un tiempo guiado por las artes de meditación, o una magia poderosa que le había curado parte de sus heridas. El resto, le seguirán para siempre. Porque hay cicatrices con las que un guerrero debe cargar toda la vida. Cicatrices que le recuerdan quién es, y por qué lucha.

 

- Tiradas (1)
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04/04/2016, 22:03
Director
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Notas de juego

*Hablo de memoria dire, y ahora no tengo mucho tiempo, si la información es errónea te pido que no me lo tengas en cuenta... Denelloth no quiere engañar al Guardián, que conste.

Está bien, creo que es un buen resumen :)

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09/04/2016, 20:52
Benaldamat
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El Guardián escucha en silencio las palabras de Denelloth. La cara del Guerrero Onírico no muestra gesto alguno, es completamente inexpresiva, sin embargo en sus ojos se ve reflejado el puro fuego de la ira. El Guardián volvía por Enila, con el permiso real y ahora ella está en peligro. De pronto el Guardián siente que en su mano derecha está tensa, apretando con fuerza, la levanta y la muestra a Denelloth. Cuando la abre, se ve una piedra, idéntica a la que se aferra Sir. El Guardián la mira esperando que devuelva un pequeño destello, esperando que Sir sepa que se encuentra cerca… Se concentra en un nuevo hechizo Olos, intentando dirigir la visión hacia Sil Aüresse, hacia Sir.

- La tenéis en Sil Aüresse, y el enemigo os acecha. Pronto llegaré Denelloth, aguantad. Protege a Sir, ella es más importante que nosotros, ella es la fuerza necesaria para curar esta Tierra…

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09/04/2016, 23:59
Denelloth
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El enemigo no descansa... Curar la tierra...

Denelloth seguía los gestos del Guardián (y abrió mucho los ojos al reconocer la piedra en la mano del elfo) y escuchaba sus palabras con atención, pero no dejaban de rondar por su cabeza esas frases. No era la primera vez que las había oído, y en ciertos momentos de desesperación en su pasado habían llegado a parecerle poco más que un refrán, un lugar común vacío de contenido. Con Ayla primero, en aquel encuentro entre los árboles, y con el Guardián ahora, en medio de un páramo del Reino de los Sueños, había vuelto a encontrarles sentido a aquellas palabras. Parecía que se abrían hueco hacia su alma en profundas embestidas que hacían retumbar todo su ser y vislumbrar una lucecilla, todavía tenue, que parecía querer iluminar su destino.

-La protegeré. Empeñaré en ello mi vida.- Lo dijo gravemente, sin ninguna inflexión en la voz, como si fuese una decisión superior a su voluntad. -Pero tienes que ayudarnos a hacerlo -imploró, con un sombrío gesto de desesperación. -¿Cómo podemos oponernos al Gothdush? ¿Es él nuestro verdadero enemigo, o hay una fuerza maligna superior detrás? No sabemos si debemos destruir el monolito o emplearlo contra el mal, ni cómo podríamos hacerlo. Tampoco comprendo cómo podrás ayudarnos, ni cómo puedo defender a Sir de tamaño enemigo hasta tu llegada, más allá de con mi espada.

Calló, con aire impotente, bajando la mirada. Una potente ráfaga de viento le obligó a arrebujarse en su capa y mirar hacia el horizonte; se familiarizaba con el lugar, le parecía de alguna forma más "real", pero no llegaba a comprender bien la naturaleza de todo aquello; ni tampoco de su interlocutor. Miró al Guardián a los ojos, y no deseó ocultar sus dudas, su ignorancia, su pensamiento; creía, por otra parte, que era inútil ni siquiera intentarlo. Benaldamat... Denelloth conocía algo de élfico, pero se le escapaba el nombre; sólo se le ocurría algo como "Comedor del Páramo", no podía ser. Cuando volvió a "hablar" ni intentó siquiera ayudarse de su lengua y su garganta. Simplemente se atrevió a pensar, pensar "hacia" el Guardián, seguro de que se comunicarían perfectamente.

-Antes me confundiste con un amigo... ¿Quién eres, Benaldamat? ¿Quién es Sir realmente? ¿Sabes algo sobre Sil Auressë y sus gentes que pueda ayudarnos?

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11/04/2016, 21:23
Director
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-La protegeré. Empeñaré en ello mi vida

Benaldamat sintió el peso de lo eterno en las palabras del montaraz. Esa firmeza de los hombres ante un juramento inquebrantable. En tantas cosas, le recordaba a Thelran. Y no pudo evitar sentir tristeza. Porque por algún motivo, los eventos relacionados con el Oscurecimiento ponían a prueba a los hombres de Oesternesse. En ellos, en su libre albedrío, en su capacidad de sacrificio, se depositaba la esperanza de todos. Thelran y Haldamir se habían sacrificado para salvar el linaje real. Tal vez, el destino de Denelloth sea sacrificarse para salvar a Enila.

La mirada del guerrero onírico se perdía entre los páramos, buscando una visión de Sil Auressë. A su lado, el dúnadan aguardaba paciente. Benaldamat vio la aldea que había visitado, vio molinos y casas. Un castillo en construcción. Y a Enila sentada en el patio, mirando al sol. A su lado, un joven con el pelo revoltoso.

Estaba dándole mi fuerza al Sol, para ayudarle en su lucha. Para que no se muera.

Escuchar la voz de Enila casi le hizo sollozar a Benaldamat, y tiene que contener su emoción. Luego la visión avanza, y otro día, Enila está hablando con otra niña, algo mayor. Le intenta explicar que ha visto oscurecer el sol. La visión se distorsiona, se ven tropas preparándose, huargos, Enila malherida…

¿Eran visiones del pasado?

Benaldamat se sentía mareado, le costaba mantener el hechizo Olos. Volvió a mirar al montaraz a su lado. Sentía sus heridas, sobre todo la pierna. Casi lo habían matado cuando luchó para proteger a Enila. Entonces su visión se trasladó hacia ese monolito ancestral, cargado de ira, de poder oscuro, de furia. Algo terrible aguardaba la llegada de Gothdush, un cuchillo. Un sacrificio. Runas ancestrales. Encima del monolito, estaba el sol...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Está todo un poco confuso aún, pero crees que podrías conectar con Denelloth si él llevara la piedra de Enila (aunque perderías la posibilidad de conexión con ella). Si él va al lugar del monolito, tal vez podrías canalizar tu poder a través de él para tratar de neutralizarlo.

De momento, también puedes hacerle hechizos de curación aquí que le ayudarán a recuperarse “allí”.

(este post no lo ve el Denelloth, cuando le contestes a lo que pregunta describe también el tiempo que estás recibiendo visiones)

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19/04/2016, 20:56
Benaldamat
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-La protegeré. Empeñaré en ello mi vida

Benaldamat sintió el peso de lo eterno en las palabras del montaraz. Esa firmeza de los hombres ante un juramento inquebrantable.

-Los dúnedain tenéis en vuestras manos la salvación y la ruina de esta tierra, dijo ensimismado. Denelloth le recordaba tanto a su amigo en tantas cosas. Y no pudo evitar sentir tristeza. -Los caminos de Irmo son inescrutables, pero por algo es en vosotros, en los hombres de Oesternesse, donde se deposita la esperanza de todos al caer la oscuridad. Vuestro libre albedrío y vuestra capacidad de sacrificio.

La mirada del guerrero onírico se perdía entre los páramos, buscando una visión de Sil Auressë. A su lado, el dúnadan aguardaba paciente. Benaldamat vio la aldea que había visitado, vio molinos y casas. Un castillo en construcción. Y a la niña, sentada en el patio, mirando al sol. A su lado, un joven con el pelo revoltoso. Por instantes, la visión se podía contemplar reflejada en la nieve que caía incesante a su alrededor.

Estaba dándole mi fuerza al Sol, para ayudarle en su lucha. Para que no se muera.

Escuchar la voz de Enila casi le hizo sollozar a Benaldamat, y tuvo que contener su emoción. La visión se desvanecía, y Benaldamat se sentía mareado, le costaba mantener el hechizo Olos. Volvió a mirar al montaraz a su lado. Sentía sus heridas, sobre todo la pierna. Comprendió que casi lo habían matado cuando luchó para proteger a Enila. Entonces su visión se trasladó hacia ese monolito ancestral, cargado de ira, de poder oscuro, de furia. Algo terrible aguardaba la llegada de Gothdush, un cuchillo. Un sacrificio. Runas ancestrales. Encima del monolito, estaba el sol...

-Denelloth, nuestro tiempo aquí se acaba. Pero nos volveremos a ver. Has de llevar la piedra a la que se aferra Enila. Ella seguirá luchando sola, dijo tragando saliva. -De esa forma, yo podré contactar contigo a través de esa piedra. Intentaré ayudarte para que tus heridas se curen antes, y sobre todo, si alcanzas de nuevo ese monolito, y desde allí te adentras a este mundo, podré intentar protegeros del Mal que os amenaza. Pero te necesito en el claro, junto al monolito.

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20/04/2016, 13:01
Denelloth
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Denelloth bajó la cabeza cuando Benaldamat habló del destino y el poder de los Hombres del Oeste, pensando para sí en el papel de los dúnedain en el devenir del Mundo. Notó su desazón y su inquietud, pero nada dijo, hasta que el Guardián volvió a hablar con instrucciones precisas, suspiró largamente y asintió con gravedad.

-Portaré la Pequeña Piedra, e iré al claro con ella. Pero, ¿debo hacerlo cuanto antes, o debemos esperar a que se desarrollen los acontecimientos en Sil Auressë, y detener allí antes las embestidas del Mal? ¿Alguien puede acompañarme al Claro del Monolito, o debo ir solo? ¿Cómo contactaré allí contigo?

El montaraz no pudo retenerse y manifestó todas aquellas dudas, a sabiendas de que el vínculo entre ambos se desvanecía y tal vez el Guardián no pudiera responder...

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20/04/2016, 19:54
Benaldamat
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La visión se desvanece lentamente, el sudor comienza a perlar las sienes del Guardián. El esfuerzo por retener la visión lo está dejando exhausto...

- Parte con premura Denelloth. El tiempo marcha en nuestra contra. Si has de llevar gente contigo, elígela bien y elige a pocos u os descubrirán.

El Guardián agarra del brazo a Denelloth. Eres la última barrera entre la Oscuridad que acecha a Sil Aüresse y sus nobles gentes. Ten cuidado Montaraz, estaré pendiente de tu camino...

La voz del Guardián se rompe, ya no puede contener más la visión, pero con un último esfuerzo sin apenas mover los labios resuena en la mente de Denelloth. -En el monolito, aprieta la piedra lunar y acudiré...

El Guardian ya no puede contener la imagen, su imagen se desvanece lentamente...

 

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21/04/2016, 23:21
Director
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La visión se deshizo, y Denelloth volvió a encontrarse en la camilla. Por momentos, dudó si lo que había visto y vivido había sucedido de verdad. A su lado, Enila descansaba serena. En su mano sujetaba la piedra.

El montaraz notó su pierna bastante mejor. Como si algún encantamiento le hubiera fortalecido más allá de los cuidados mundanos.

Notas de juego

Terminando escena, de aquí pasamos a Othrind (reunión de los que mandan para preparar entre otras cosas el grupo que partirá hacia el monolito), o si quieres pasar a por Norión y/o Finduilas que están en la biblioteca contigua a donde estás ahora, tratando de averiguar alguna cosa más.

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25/04/2016, 20:23
Denelloth
Sólo para el director

Denelloth extiende la mano hacia el Guardián, pero de repente tiene ante sí el techo de la sala de la Academia. Miró a su alrededor, A Sir en primer lugar. O a Enila. No quiere reflexionar demasiado. Respira hondo y se levanta, probando su pierna, y se acuclilla junto a la niña, despejando su frente con una caricia, comprobando su estado.

-He estado con un amigo tuyo -le susurró, sonriente. -Todo irá bien. Debo llevarme esto -dijo, tocando la piedra y la mano de la pequeña al mismo tiempo. -Pero no todavía, ¿de acuerdo? Guárdala un rato más. Ahora volveré.

Oye voces en la estancia de al lado. Norion y la Dama Finduilas, parece. En la gran sala de reuniones, el Lugarteniente debe de tener al Othrind trabajando a marchas forzadas.

La Dama inquietaba al montaraz, pero la experiencia que acababa de vivir le abrumaba y sentía la necesidad de aprovechar un poco de la sabiduría de Norion. Será mejor que hable con el sacerdote. Tal vez tenga algún buen consejo que darme. Luego buscaré a Khôradur.

Notas de juego

D. deja la piedra con Sir, con la idea de volver a buscarla antes de partir camino del Monolito (ya está asumido, aunque no lo haya "externalizado" el personaje; pues así de duro es el hado de los héroes ;D ). Ahora buscará a Norion, y tras pedir un par de explicaciones y consejos, irá a buscar a Khôradur.

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01/05/2016, 09:19
Director
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Denelloth fue hasta de la biblioteca. Su pierna estaba mucho mejor, aunque el dolor seguía allí. Abrió la puerta y encontró a Norión y a Finduilas junto a una mesa con pergaminos y libros, en medio de una conversación. Un sargento cruzó el pasillo y confirmó que Othrind ya estaba reunido, así que Norión y Denelloth se dirigían a ese lugar, caminando a paso lento los dos.

Finduilas dijo que les alcanzaría en breve, y seguía escudriñando los libros antiguos un momento más. 

Notas de juego

De aquí pasamos a Othrind