Partida Rol por web

Sil Auressë

[18.4.1] Los Guardianes de Enila

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21/01/2018, 09:00
Director

Denelloth se colgó el medallón de los lobos y siguieron caminando hacia el este bajo la lluvia. Por momentos, sus recuerdos regresaban a la cabaña donde se habían separado los Guardianes de Enila. Allí quedaba ahora Norión custodiando al sacerdote malvado que había insistido en mantener entre los vivos, y también Russef y Otho.

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22/01/2018, 18:42
Norión

Flashback 1

La palabras de Denelloth lo reconfortaron, el anamarta llevaría su carga, mas pesada aún de la que ya llevaba, sin embargo el montaraz de algún modo tomaba la mano que Norión le había ofrecido y a su vez le extendía la suya. Algo se había despedazado entre ellos dos frente al monolito, lo que sucedía ahora no era una reparación, sino algo nuevo, dos hombres heridos y sabios, cada cual con sus responsabilidades, que conocían las implicaciones de las decisiones que tomaban y se hacían cargo de ellas, sin evadirlas.

La noche reponía los cuerpos de los que habían combatido y descansaba su mente, el sueño se apoderó de los que no estaban de guardia y volvió a haber un espacio en el que ambos, el Lobo y el Custodio, se encontraron frente a frente en silencio. La pierna herida había dejado su huella en el montaraz, una similar a la que él llevaba desde niño. - Nada será igual - dijo, sin expresar nostalgia por lo que se había perdido. Sil Auresse ya no sería la misma, ni ninguno de los dos hombres que estaban frente a frente. Lo invitó a que saliesen hacia afuera y se paró dónde la presencia de Ayla se sentía con claridad, en un espacio lleno de esencia donde todo confluía.

- Los anamarta lidiamos con la muerte todo el tiempo, algunos de nosotros nos entregamos al servicio de Namo, pero todos sin excepción custodiamos el conocimiento de los Dúnedain. Parte de esa sabiduría no es de luz y conocer a nuestro enemigo es parte importante del trabajo. Y no me refiero solo a su lengua o a su historia, lo cual conozco bien, sino a sus artes - hizo un silencio, la revelación podía ser fuerte para alguien que no hubiese visto los horrores que ellos dos vieron, pero estimaba que para Denelloth sería algo que pudiese comprender - Hay artes prohibidas entre los nuestros, pero el conocimiento igual está a nuestro alcance para ser estudiado y poder lidiar con quienes lo usan. Cuando la Gran Plaga cayó sobre el túmulo, vi morir a muchos a causa de esa enfermedad en mis propias manos, las catacumbas rebalsaban y mi poder para ayudarlos era limitado. Mi orden tenía acceso a algunas reliquias de Faelond que estábamos estudiando para poner fin a la plaga, una de ellas era un disco de ébano con inscripciones indescifrables. Usé el conocimiento prohibido para comprenderlo y mucho me fue revelado, y me dejé llevar. Pero fui engañado por la entidad que me asistía y en realidad desperté un mal. El primer espectro. Meses después fuimos atacados por las fuerzas de Rhudaur y los espectros acabaron con lo que quedaba de Tyrn Hodharth, destruyendo la orden y obligando al Príncipe Pelentur a que se retire a Arthedain. No se cuanto estuvo ligado al disco de ébano y cuanto fue simple coincidencia, pero con el tiempo descubrí que todo esta enlazado con todo. Muy pocos anamartas sobrevivimos, pero el nuevo líder no me quiso entre los suyos, y  abandonó el lugar junto al Príncipe. Quedé solo, rengo, con el dolor de haber presenciado miles de muertes y el peso de haber contribuido al que el mal prevaleciera. Tras el juicio de clérigos cobardes que huyeron en lugar de recuperar el túmulo y el conocimiento que había aún en él, emprendí un viaje oscuro y sin esperanza. Ese es mi secreto mas guardado, el gran pesar de mi alma, Denelloth. Ningún mortal lo ha conocido hasta hoy - le dijo a su amigo. Le mostraba  lo peor de sí, un pecado que ni la nigromancia podía eclipsar.

- Conoces mi debilidad y mi secreto, amigo... Ayla conoció la oscuridad, pero le hizo frente. Finduilas la conoció mejor y quedó atrapada en ella. Yo, Denelloth, la he visto y he transitado sus caminos. Y he conocido aberraciones que pocos hombres han siquiera soñado. No todo fue valentía, no todo fue sacrificio, yo escuché su llamado con fuerza y una parte de mí quiso escuchar - un nudo en la garganta del anamarta le impedía hablar con claridad - Usé el conocimiento prohibido para lidiar con el mal, pero al hacerlo no solo manché mi alma. Fui tentado y tuve en mis manos el poder de abrir ese portal, de comandar las fuerzas del enemigo, de terminar con toda esperanza... hubiese reinado sobre estas tierras y no hubiese habido quien me hiciera frente, Denelloth, todo eso me ofrecía el abismo, incluso Gothdust me había reconocido como el elegido y me entregó el liderazgo. Bendecido por los Valar y por el Abismo, y maldito por ambos a la vez. - sus ojos parecían estar viendo otra cosa, sumidos en el recuerdo.

Luego se volteó hacia él - Sabes, aún con todo ese poder en mis manos, no residió allí mi fortaleza. El verdadero don estaba en otro lado, y lo descubrí cuando comprendí que podíamos elegir. Y eso hice, Denelloth, y aquí estamos. Ése es mi mas sabio aprendizaje, y es la bendición mas grande que puedo darte. No lo olvides, siempre, aún cuando nos parece imposible, podemos elegir - había un brillo en sus ojos, extendió la mano abierta y de su palma surgió una luz dorada, que no cegaba al ser vista y que iluminó todo el espacio que Ayla había bendecido - Éste el color de la llama imperecedera, aunque es mucho mas hermosa cuando la ves e increíblemente mas fuerte cuando la sientes. Ésto habita en nuestro interior, pero solo se descubre cuando has atravesado la oscuridad mas densa y temible, tu propia oscuridad - dijo, y sonrió. Tal vez el joven Lobo la encontraría antes de terminar su camino.
 

Notas de juego

* el hechizo de luz esta levemente ajustado para brillar como Norión percibió esa luz en sus visiones. Tingwe, eso gasta 2 PP mas.

Use el flashback para abrir un poco el juego y que se conozcan mejor los personajes. La conversación puede ir para el lado que Denelloth guste, o terminar, todo quedó abierto :)

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31/01/2018, 00:43
Denelloth

Acompañó a Norión fuera de la cabaña y se sentó. El anamarta permanecía de pie, y hablaba. Denelloth escuchaba en silencio, mirando al suelo o al horizonte, todavía oscuro. Y cabeceaba con pesar de vez en cuando, como reflexionando sobre el triste destino de los dúnedain de Cardolan.

La relación de aquellos dos no había sido demasiado larga. De la curiosidad pasaron al respeto mutuo, y ahora se introducían notas de verdadera proximidad y hasta cierta admiración. Era en momentos como este cuando se forja la amistad entre los hombres. Pero la revelación del sacerdote ofrecía a Denelloth una nueva perspectiva de aquel hombre, y le permitía comprenderlo mejor. Sopesó con más criterio la tentación que había vencido aquel mismo día, que moría en aquellos momentos.

Se quedó un momento absorto en la enseñanza de Norión: podemos elegir. Y vio la luz, y sintió esperanza.

-Ahora ha pasado todo -dijo por fin, con un tono cálido, que quería reconfortante. -El Gothdush ha sido derrotado, el portal cerrado. Y así es también para Tyrn Gorthad y Cardolan, se ha cumplido su destino. Pero hoy el bien se ha impuesto al mal, y el sol saldrá mañana; si la lluvia lo permite... -añadió, aligerando el tono. -Parece que lloverá.

Al este, densas columnas de nubes cerraban el horizonte, como queriendo cortar el paso a la barca del sol.

-Entiendo que llevas una gran carga sobre ti desde hace años. Puedo comprenderlo, todos somos esclavos de nuestro pasado en cierto modo, y hay cosas que consideramos un pecado a redimir. Todos hemos causado algún mal, todos somos culpables.

Parecía habla ahora para sí. -Y puede que muy pronto yo me encuentre con mi pasado -añadió, y entre sus manos sostenía el medallón que habían encontrado en la cabaña.

-Pero hoy has hecho algo bueno, Norión. Has elegido hacer algo bueno.

En ese momento una sombra nubló su rostro.

-Pero no entiendo cómo... Por qué cometiste la abominación de insuflar aliento vital en un cadáver. ¿Qué te llevó a ello? Pienso en el fëa de ese hombre, ¿quién era?

Calló, como temiendo escuchar la respuesta, temiendo la oscuridad como la teme aquel que se asoma a un profundo pozo.

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31/01/2018, 15:19
Norión

Hoy has hecho algo bueno, has elegido hacer algo bueno. Se quedó pensando en esas palabras. Cuando se caminaba en el bien y en el mal, en la vida y en la muerte, todo resultaba incierto y cualquier camino era posible. Lo bueno no tenía mas valor que lo malo a sus ojos, pero el camino que había tomado tenía la fuerza de una decisión libre. Él había elegido la vida y el bien porque lo consideró lo mas adecuado, no porque fuese un guerrero de luz como Ayla. Él portaba la llama, él sentía fuego en su interior, y esa llama era vida, era creación, era luz eterna, pero a la vez estaba mas allá de la dualidad del bien y el mal, y observaba esa lucha en silencio hasta que era llamada a intervenir. - Sabes, al principio Illuvatar creó a sus hijos, entre ellos estaba Melkor y Manwë, y a ambos los amó por igual. No intervino en sus pleitos sino hasta que su creación se había puesto en juego. Algo así comienza a suceder conmigo, Denelloth. Elegí la vida y la luz, pero puedo caminar en la muerte y en la oscuridad. Torcí la balanza solo porque era lo mejor para todo lo creado, y por esa convicción es que hice los sacrificios que hice. No son blancas mi vestiduras como la dama de Sil Auressë ni negras como las de Gothdust. Son grises, gastadas, sucias de barro y sangre, pues he llevado mi carga, he luchado  y caminado en terreno pantanoso. Pero no es mi vestidura lo que me define, sino la llama interna, la fuerza de mi voluntad. He elegido la vida y la luz para estas tierras y este tiempo, y esa convicción sigue firme - su mirada se perdía y entonces recordó que no había contestado la pregunta del montaraz.

- No es como piensas. La fëa de ese hombre ya había partido hacía horas, es cierto que ha sido un sacrilegio pero no he manchado su descanso, solo animé su cuerpo como si de un objeto se tratase, nada mas. Conocía la nigromancia por mis estudios, como te he comentado. Es un arte prohibida entre los que siguen a los Valar que algunos anamarta estudiamos para saber a que nos enfrentamos. Pero es temida por los orcos y respetada por los sacerdotes oscuros. Cuando llegué al claro, por mas que hablase su idioma e invocase a Kathog, sabía que un sacerdote solitario y cojo no iba a ser aceptado entre ellos, debía ganarme ese lugar. Levanté a ese cuerpo decapitado e inmediatamente los orcos se alejaron de mi y guardaron silencio, y entonces todos los chamanes me vieron con respeto y Gothdust me invitó a que estuviese a su lado en el último sacrificio. Me llamaron el hijo de las sombras, y en realidad fue allí cuando descubrí que no solo era un título, sino que realmente siempre lo había sido - de repente un recuerdo doloroso vino a él y le quitó el aliento.

- Que crees que iba a hacer cuando alzase esa daga sobre la cabeza del prisionero al que luego le salvé su vida y será mi discípulo? Crees que iba a matarlo?- preguntó, observando a su amigo - Quien puede saberlo verdad? Pero las apariencias engañan, como engañaron a los chamanes y a Girion. El filo de esa daga iba a torcerse a un lado al bajar, iba a impactar en el pecho del anciano, aún a riesgo que me dieran muerte inmediatamente en venganza - dijo, recordando su plan fallido cuando la flecha lo atravesó y cayó contra la piedra. Todo ese dolor y la sensación de ser traicionado fue lo que le permitió hundirse hasta lo mas profundo de él para luego levantarse - No me quejo, lo que sucedió me transformó en lo que soy ahora, el Norión que conocías murió allí, tanto el anamarta como el hijo de las sombras, pero nació el Custodio. Por eso pude cerrar el portal y restaurar el altar. Por eso ambos estamos vivos ahora. Y la daga... - dijo tocando el mango del arma que llevaba consigo - de todos modos terminó hundida en el cuerpo de Gothdust- nunca nombraba con desprecio al sacerdote oscuro, pese a los caminos diferentes se mostraba respetuoso hacia él. 

Se quedó en silencio y observó las cicatrices en el rostro del montaraz. No dijo nada, pero sabía que escondían pesares que pocos hombres hubiesen podido soportar.

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10/02/2018, 00:46
Denelloth

En la oscuridad que cedía paso a la luz del alba, Denelloth escuchaba. Escuchaba y comprendía mejor el carácter y las motivaciones del sacerdote en cuyas manos se había jugado el destino de todos aquel día. Hizo un gesto afirmativo a las primeras palabras de Norión; "lo mejor para todo lo creado" era una razón más que suficiente para él. La justificación de haber pervertido el orden natural de la vida y la muerte con aquel cadáver andante quedaba en segundo plano, aunque le costaba borrarla de su mente.

-No sólo Girion se engañó; nos engañamos todos con tu comportamiento en el claro -explicó el montaraz después. -Allí estabas, primero colaborando y luego dirigiendo el ritual oscuro. O así lo parecía; la treta fue eficaz. Pero temeraria. A punto estuvo de costarte la vida.

Un escalofrío recorrió su cuerpo, a medias por el frío de la última hora de la noche, a medias por la perspectiva de haber acabado con el hombre que finalmente los había salvado a todos. Se envolvió con su capa en un acto reflejo, y lo miró largamente cuando el anamarta se refirió a su discípulo, aquel que había partido con sus compañeros. Se preguntó dónde estarían, y si otros enemigos habrían descubierto ya lo ocurrido bajo la sombra del monolito. Denelloth pensó en el acólito oscuro que dormitaba en la cabaña.

-Sí, creí que la tentación del mal te había ganado. Y que protejas todavía ahora al joven acólito del Gothdust... Hay elecciones, y hay actos. Los actos de ese hombre bastan para condenarlo.

Luego pensó largamente, mientras Norión continuaba hablando, y añadió un gesto evasivo con la mano, como dándose por vencido. -Al final, nunca sabemos si nuestros actos conducirán al bien o al mal, tanto para nosotros como para los demás. Yo al menos no puedo decirlo. Hace tiempo -a Denelloth parecía costarle seguir hablando -las hebras de mi destino se cruzaron con las de un hombre y nuestras vidas cambiaron para siempre. Thelran se llama, y su nombre ha alcanzado fama por su perseverancia en su lucha contra el mal en esta tierra. Yo fue elegido para servir en los Faradrim Aran en su lugar. Y aunque por mucho tiempo sentí que aquello había traído desgracias para ambos, ahora pienso que cada cual ha sufrido sus penas en consecuencia de aquello, pero también veo que los caminos no se torcieron, más bien siguieron su misterioso trazado.

Jugueteaba con el medallón de la cabaña mientras dijo esto último.

-No nos corresponde juzgar los actos de los demás, ni siquiera los propios. Esa dura tarea queda reservada a otras fuerzas.

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13/02/2018, 22:16
Norión

La oscuridad cedía a medida que los dos conversaban en el rincón bendecido por la guardiana. En las palabras que se pronunciaban seguía forjándose el destino de esos hombres y el de muchos mas, aunque aún no eran conscientes de ello. Norión percibió la incomodidad de Denelloth al recordar el evento del monolito así como le fue evidente el desprecio que sentía por el discípulo de Gothdust. Esperó a que continuase hablando y finalmente el montaraz abrió su interior y se mostró al anamarta. Miserias y virtudes estaban a la vista de ambos y Norión sintió una presencia fuerte, contundente, que no provenía de la divinidad de los Valar ni del poder del abismo, sino de la amistad entre los hombres libres, algo tan novedoso como valioso para él. Se llevó sus manos hacia la capucha y la corrió hacia atrás, descubriendo plenamente su rostro, ya no había velo entre ellos.

- No somos jueces, Denelloth, bien lo has dicho. Si otra flecha me alcanzaba... hubiese estado bien, no habría caído juicio alguno sobre quien la hubiese disparado. No hay nada en que lamentarse por la muerte, menos tratándose de mi. La conozco y si no me ha abrazado todavía es porque no es mi momento - dijo tratando de dejar atrás el duro momento que vivieron en el monolito y la división que se había gestado en ese momento entre los dos. - No somos jueces pero hay un juez, Namo el sabio nos juzga a todos al final de nuestros días. Esa es mi fe y mi certeza, Denelloth. Tú condenas a ese hombre moribundo por sus actos, pero por esos actos ya tuvo su condena, y fue la muerte. Sus días se terminaron. Yo solo lo mantengo en el umbral de dos mundos pero será Namo el que le devuelva el aliento si es que considera que así debe ser. Ten por seguro que si lo hace será con el propósito de que le sirva y sus caminos serán rectos, o no serán - dijo con la mirada un tanto pedida, dejando claro que haría lo posible por revivir a ese hombre pero que no dudaría en quitarle la vida si desviaba su rumbo, como lo había hecho con su antiguo maestro.

Miró a los ojos al montaraz y agregó - He caminado en la luz y en la sombra, y he aprendido de ambos. Mis pasos los doy entre vivos y entre muertos, y eso me ha hecho quien soy. He visto el abismo y la llama que no muere, y por eso soy el Custodio. Quien me siga debe caminar a un lado y al otro, y ser fiel hasta el final. Por ello es que necesito dos discípulos, uno de luz y uno de sombras, y recién cuando ambos hayan aprendido el uno del otro, es que podrán ocupar mi lugar como Custodios. Dos serán los elegidos, ni mas ni menos, y así será en adelante hasta que el portal vuelva a abrirse y les toque a ellos decidir como lo he hecho yo- hizo un silencio buscando el interior de aquél hombre - Tu sabes lo que implica llevar una responsabilidad, conoces el peso de las decisiones que tomas y vives con ello, confiando en que has hecho lo correcto y aprendiendo de cada error. Ya conoces mi carga y los riesgos que estoy dispuesto a correr - puso su mano en el hombro de su compañero, de algún modo comprendía el peso que el montaraz llevaba. 

- Tus caminos, amigo, son importantes para lo que está por venir. Te he hablado ya de lo que vi, sobre Benaldamat y su diálogo con Haldamir, tío de Thelran, ese a quien sucedes. El lobo blanco y el lobo azul, verdad? No domino el sendero de estos sabios animales, pero me es claro que ellos trazan sobre el tapiz del destino con tanta fuerza como los Valar. No puedo explicarlo pero se que es así. Hoy te acompaña Hugaew y sin duda estarán unidos por mucho tiempo, pero puede que en un futuro no tan lejano sea un lobo quien esté a tu lado y guíe tus pasos, como Namo guía los míos. No veo mejor sucesor de Thelran que tu, Denelloth. Pero tu misión no es mas liviana que la mía, tal vez no falte tanto para que aquél a quien juras proteger corra peligro, y cuando ese momento llegue los Lobos estarán en desventaja. Llámame cuando eso suceda y los Custodios estaremos contigo, combatiendo a tu lado - dijo con firmeza, sus palabras eran un juramento que estaba dispuesto a cumplir aún si su vida se extinguía al hacerlo.

- Has oído hablar de Annúminas? No he comprendido si mi visión fue del pasado o del futuro o de ambas a la vez. En ese lugar fue o será la batalla de los lobos por su Rey. Sabes algo de ello?- el anamarta no podía resistir la tentación de ampliar su conocimiento, ni aún en esa área que apenas conocía, y ese saber se hacía mucho mas importante si dos guerreros que respetaba estaban involucrados.

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15/02/2018, 00:57
Denelloth

Norión exponía su perspectiva de lo ocurrido en el claro y exponía sus planes. Dos discípulos. Denelloth mantuvo el medallón entre sus manos todo ese tiempo. El anamarta volvió sobre su visión y Denelloth bajó la cabeza, reflexionando. Luego le preguntó a acerca de Annúminas, y el montaraz negó silencioso.

-Hace tiempo que me aparté del cuerpo de los Faradrim Aran, nada sé de esas conspiraciones. Pero sé que el rey tiene enemigos, dentro y fuera de Arthedain; no me extrañaría descubrir que se precipitan momentos aciagos.

Tras una larga pausa, añadió: -Pero por lo que intuyo, ese evento en Anúminas está por venir, si no se ha producido ya. Algo me dice que Benaldamat, el Guardián, estará allí. Y Thelran. Tal vez. Sé también que un lobo blanco lo compaña. Así era al menos la única vez que lo vi. Sus destinos están ligados de alguna manera. Y creo que el mío también lo está. Este medallón... Es algo, Norión, que temo. No estoy preparado para ese combate, y mi lugar ahora está en Sil Auressë. ¿Cómo habría de llamarte en una ocasión de necesidad?

Pasó un largo rato en silencio, reflexionando incrédulo acerca de las palabras de Norión. Sucesor. Sacudía la cabeza.

-Casi lo olvido -dijo de pronto. -Hay un bote encarnado junto a la chimenea lleno de un polvo escarlata. Si tenéis problemas en estos días, añádelo al fuego y el humo se volverá rojo. Se ve desde Sil Auressë.

Notas de juego

Corrígeme si me equivoco, dire; el pasado de Denelloth (previo a mí, me refiero) me es oscuro, y puedo meter la gamba.

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27/02/2018, 21:30
Director

Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer mientras los dos terminaban de conversar sobre el destino y el presente y el pasado. Hablaron de Haldamir y de Thelran, así como de los Lobos del mundo de Irmo y de éste, y también de Annúminas, y de lo sucedido en el claro junto al monolito. Habían vivido una experiencia intensa que sin duda les había cambiado para siempre. Ya nada iba a volver a ser como antes, pues habían sentido la mano de Námo, de Irmo, de Oromë, de Varda… Lo divino y lo eterno se había hecho presente, y dos almas torturadas cada cual a su modo se sentían ahora tan abrumadas como afortunadas de haber sido marcados por un destino que aún desconocían pero que había comenzado a tomar forma en sus corazones.

Habían pronunciado palabras sinceras y cargadas de significado, y habían hablado desde el espíritu, tratando de expresar parte de lo vivido, como si al compartir ciertas vivencias, éstas pudieran ser asimiladas de mejor modo. Norion había visto más allá del telón que dividía el pasado y el futuro, y Denelloth había visitado el mundo de Irmo donde los animales eran espíritus que hablaban y guiaban a los viajeros. En cierto modo, entre los dos sumaban una parte importante de un misterio, y faltaba al menos una pieza. El guardián onírico, el campeón de Irmo. El guerrero que había luchado, y seguía haciéndolo, en este mundo y en el mundo invisible. Benaldamat había desaparecido tras el combate del Monolito, pero su misterioso sendero Olortië se iba cruzar nuevamente con los caminos del resto de los Guardianes de Enila, pues precisamente la voluntad de proteger a aquella frágil criatura les unía con más fuerza que cualquier otro vínculo pudo haber hecho.

Norión tenía ahora en sus manos la vida de dos personas. Dos posibles discípulos para custodiar el Abismo que él había logrado domar durante unos pocos instantes que se habían convertido en eternos en la mente del anamarta. Mientras tanto, Denelloth sentía de nuevo que había un vínculo entre su vida y la de otros montaraces, principalmente la de Thelran. El Lobo Blanco le perseguía mediante señales recurrentes, pero resultaba difícil distinguir entre el hombre y el mito, y saber con cuál de los dos se había formado esa conexión.

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09/03/2018, 16:01
Norión

- Como has de llamarme?... Benaldamat puede unirnos a pesar de la distancia. Tú eres el portador de la piedra y puedes convocarlo cuando lo necesites. Yo tengo el pergamino, y puedo hacerlo también. Y él camina los senderos de Irmo, hermano de Namo, y desde allí puede hablarnos a ambos - le contestó, y luego asintió cuando le señaló el bote con polvo escarlata para dar aviso de hacer falta.

El anamarta y el montaraz conversaron por largo tiempo, incluso mientras las gotas de la lluvia los invitaban a abandonar el diálogo. Algo del interior de cada uno de ellos se estaba abriendo, ambos habían elegido caminos muy distintos pero se unían una y otra vez en un destino común. Pronto Denelloth saldría en busca de Khoradur, puede que tardasen mucho tiempo en volver a verse, y Norión esperaba que para ese entonces la amenaza de los orcos hubiese quedado atrás.

- Estaré un tiempo en la cabaña hasta que éste hombre se recupere completamente y se comprometa con la senda de Namo. Su primer prueba será abandonar su pasado, para lo cual te dirá a ti todo cuanto tenga que decir acerca de las fuerzas enemigas, absolutamente todo. Pero te pido que lo interrogues aquí, Denelloth, y te saques todas las dudas. Para cuando lleguemos a Sil Auresse será un hombre nuevo, solo los guardianes de Enila y los líderes de la aldea sabrán su antigua identidad, no quiero que el resto del pueblo lo juzgue injustamente, pues no comprenderán lo que he hecho y se llenarán de temor. Puedes concederme eso?- preguntó, sabiendo que el montaraz respetaría su voluntad aún cuando sea opuesta a la suya.

- Me asentaré luego en Sil Auresse por un tiempo, junto a mis dos discípulos. Quiero construir un pequeño santuario a Yavanna en la plaza de la aldea y un templo en el castillo y un mausoleo en el cementerio para el descanso adecuado de los que parten al mas allá, mucho tenemos que agradecer a los Valar tras la ayuda que nos brindaron. Seguiré colaborando con la biblioteca un tiempo, hasta que sea el momento de emprender los viajes que debo hacer. - su mirada estaba lejos, perdida en lugares lejanos - Hay aún dos monolitos que hace falta limpiar al igual que lo hicimos con éste. Y el final de mis caminos me une nuevamente a Benaldamat, pero no en Anúminas como a ti, sino frente a las runas de Orod Certhas junto a Sir.  Estoy seguro que los Valar permitirán que tú y yo nos ayudemos mutuamente en esos momentos decisivos que nos tocará vivir. Pero para eso aún falta mucho tiempo - ciertamente, el anamarta sabía lo que vendría mas adelante, pero no tenía certeza sobre el momento en que esas cosas sucederían.

- Denelloth, te deseo lo mejor en el camino que emprendes, pero no dudes ni un momento de lo que eres capaz. Lo que hoy hemos hecho ha cambiado la historia de Arda y has sido ungido como guardián de la elegida. Los Valar confían en tí al igual que todos los guardianes de Enila, entre los que me incluyo. Solo tienes que dejar atrás las cadenas de tu pasado, dejarlas morir, porque lo que te espera adelante, amigo mio, es un futuro de grandeza - esas fueron las últimas palabras de Norión hacia el único hombre al que le había confiado su más oscuro secreto y su más luminosa esperanza. 

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14/03/2018, 23:05
Denelloth

-Ves y sabes mucho más que yo, sacerdote. Sea, nos apoyaremos el uno en el otro cuando esos momentos se presenten. Tienes mi compromiso, y me siento honrado de tener el tuyo.

Se levantó, se estiró e incluso dirigió una sonrisa cansada, casi un bostezo, a Norión. Parecía relajado, la conversación le había hecho mucho bien.

-Cosas buenas y cosas malas están por venir -dijo, mientras miraba al horizonte y se acondicionaba la ropa. -Y todas vendrán. Que las buenas lleguen pronto y duren mucho.

Pronto llegaría la hora de partir. Parecía que iba a entrar en la cabaña, pero se detuvo, como indeciso.

-Estaba pensando en tu... discípulo. Debo informar de él a Curudae y Khôradur, es a ellos a quien rendirá cuentas. Pero seré discreto, por lo demás. Todo hombre tiene la posibilidad de cambiar, y todos debemos tener la opción de intentarlo. De dejar morir esas cadenas.

Entró, con media sonrisa en los labios.

Notas de juego

Jo, pues la verdad es que no pensé en interrogar al tipo... Y es una gran idea. Como creo que esta escena no es el momento, por no complicarla y por no jugar con la ventaja que me pudiera dar en la siguiente escena una idea que no he tenido, toca apechugar: dejo en tu mano, dire, si lo roleamos o si simplemente, Denelloth no cayó en la cuenta de interrogar al prisionero.

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19/03/2018, 13:22
Director

Los dos regresaron hasta el interior de la cabaña, y no se dijeron más. Pero la desconfianza y la distancia habían desaparecido de sus miradas. Ahora ambos se conocían un poco mejor, y comprendían que compartían un destino aún incierto, pero común.

Notas de juego

(fin del flashback)

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19/03/2018, 13:24
Director

Norion estaba sentado en el banco de madera, no muy lejos del discípulo de Gothdush que seguía inconsciente aunque estable. Hacía ya unas horas que había dejado de ver a los tres compañeros que partieron al alba, bajo la fina capa de lluvia.

Arriba, en la atalaya, Russef y Otho hacían guardia. Otho bajó a por una capa para protegerse de la lluvia, y comentó que la visibilidad era más reducida pero que no parecía haber peligro inminente. Solamente quedaba la larga espera, y los pensamientos de cada uno.

Russef no se movió de su puesto de guardia. Era un hombre de Saralainn y acostumbrado a las inclemencias del tiempo. Las lluvias eran habituales en las tierras altas próximas al mar, y unas pocas gotas no le afectaban.

Notas de juego

Norión: dejamos un poco en standby al anamarta, queda esperar que se despierte el discípulo

Russef: confirma si estás en activo ya, si es así podemos rolear alguna cosa en esta escena.

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29/03/2018, 09:34
Russef Wrings
Sólo para el director

Notas de juego

Estoy por aquí Master, que no me llegaban mails de movimiento de partida

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02/04/2018, 00:03
[Si] Otho

Otho bajó por las escaleras y comenzó a preparar un desayuno. De vez en cuando miró a Norión quien seguía absorto en sus pensamientos, observando por la ventana en dirección a los compañeros que se habían ido. El mediano preparó el almuerzo para los tres.

Seguro que Russef también tiene hambre, pensó. Incluso pensó en prepararle algo para el discípulo herido, pero más allá de las consideracines morales, seguía inconsciente y difícilmente iba a poder comer.

-Russef, ¿bajas a desayunar?, preguntó desde la base de las escaleras que subían. Luego se acercó al herido. Estaba atado pero no amordazado. -¿Se despertará pronto?, le preguntó a Norión.

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06/04/2018, 15:24
Norión

Otho bajó de su puesto de vigilancia y preparó el desayuno para los pocos que estaban en la cabaña. Con inocencia se acercó al discípulo herido - Solo si Namo así lo quiere - contestó el anamarta a su inquietud. Se acomodaron en la mesa a la espera de Russef y comenzaron a comer. Norión se daba cuenta que estaba débil, su cuerpo necesitaba reponerse de un día duro que había cambiado por completo su vida. La comida estaba sabrosa, por lo visto el mediano tenía habilidades en la cocina también - No dejas de sorprenderme, Otho, esto está delicioso - dijo agradecido.

- Fue valiente lo que has hecho ayer, has ayudado a sanar esta tierra. No he sabido de ningún otro mediano tan heroico como tú - el niño, porque es lo que parecía aunque seguramente sería mayor, se merecía un reconocimiento por todo su esfuerzo - Además, has confiado en mí incluso cuando nadie mas lo hizo. Te lo agradezco... amigo- dijo, y esbozó una leve sonrisa que desentonaba con su sombrío aspecto.

A un lado estaba el herido que podía despertar en unas horas si todo salía como esperaba, afuera estaba el lugar bendecido por Ayla y aún tenía cosas que hacer allí, en la mesa estaban los libros dónde había comenzado a registrar todo lo sucedido en el monolito, y frene a él estaba un inocente ser que le sirvió de faro en los momentos mas oscuros. Gracias Namo por esta bendición.

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11/04/2018, 22:44
[Si] Otho

Otho hincó el diente en el pan y sonreía al escuchar las palabras de Norion. -Sí, está bueno. Ciertamente. 

Hubiera preferido llenar los silencios con algo de conversación, pero con el anamarta era complicado hablar de temas más divertidos. Y en su corazón, Otho se sentía diferenté. No sabía cómo explicarlo. El sabor del pan seguía siendo el mismo, pero él no lo notaba igual. Nada era igual desde los sucesos del claro del Monolito.

-No hay nada que agradecer. Amigo, le dijo finalmente. -No comprendo todo lo que sucedió junto a la gran piedra. Pero sé que evitamos un gran mal que podía haber causado mucho daño a Sil Auressë y a otros pueblos. Y sé que la victoria lograda fue obra tuya en gran medida.

De arriba escucharon a Russef que decía que de momento seguía vigilando1. Entonces Otho preguntó algo que le inquietaba: -Norion... hablas de sanar esta tierra. ¿A qué te refieres?

Notas de juego

1Russef: puedes intervenir cuando quieras

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17/04/2018, 22:55
Russef Wrings

Russef tras largas horas de reconfortante sueño, por fin despertó, escuchando en la distancia las palabras del mediano y del anamarta. Apenas distinguía qué hablaban, pero el olor del pan recien hecho disipó sus pensamientos matutinos y rápido se vistió para bajar y probar ese suculento desayuno.

Buen día, dijo a modo de saludo. Perdonad la tardanza pero hace días que no descansaba en un lecho tan cómodo. He dormido como un lirón.

Tras unos minutos dando buena cuenta de la comida y agradeciendo con la mirada y gestos al cocinero improvisado, pudo recobrar el aliento despues de un buen erupto sin sonido.

Y bien, dónde están el resto. Supongo que habrá que ir en su busca y unirnos a ellos.

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20/04/2018, 18:39
Norión

Norión se alegró de ver repuesto a Russef, sus heridas habían sido profundas, y si bien las curaciones que el anamarta había hecho sobre él lo habían estabilizado, un buen descanso era clave para que se recuperase completamente. - El resto se ha ido, unas horas después que Girion se marchó. Querían contactar a Khoradur lo antes posible - le recordó - No me parece sabio que vayas tras ellos, no sabemos que camino eligieron y se adentraban en la zona de combate, no sería extraño que te encontraras con un grupo de orcos mientras intentas seguirlos. Lo mas sabio sería quedarte aquí, o a lo sumo ir a Sil Auresse, puede que el camino hacia allí siga despejado y el día auyenta a las criaturas de la noche - 

El herido seguía inconsciente, pero se estaba recuperando rápidamente bajo los cuidados del sacerdote. Norión aprovechó para contestar la pregunta de Otho - Otho, esta tierra ha sido entregada a los hijos de Númenor mucho tiempo atrás, los dúnedain la gobernamos por siglos. En todo ese tiempo hemos devastado zonas naturales, hemos olvidado el respeto por la tierra que nos da vida y hasta hemos desacrado lugares santos, como lo que viste en el monolito. He sentido la ira de la tierra cuando entré en contacto con la piedra, una furia que busca castigar a los que le hicieron daño- dijo con seriedad - Los Naugrim siguieron fieles a la tierra y los medianos parecen tener una inocencia admirable, por eso los elegí a ustedes dos para que me acompañen. Yo aporte el santo nombre de los Valar y Rhav agregó su sincera devoción a las fuerzas primitivas. Los cuatro pudimos abrir lo que estaba cerrado, y la convicción del resto de los guardianes de Enila fue lo que convirtió nuestra voz en un grito - 

- Lo que hicimos después fue deshacer lo que Gothdust había hecho y restaurar el altar que tiempo atrás había en el monolito, y en cierto modo sanamos una herida que comienza a cicatrizar en torno a Sil auresse. Pero hay otras heridas más que me preocupan, esto no ha terminado aún - miró con cierta duda al mediano - Otho, ¿me ayudarás a sanar a los otros monolitos?-

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24/04/2018, 20:04
Russef Wrings

Con el estomago lleno y siendo poco a poco consciente de situacion real, no pudo menos que esbozar una mueca; se sentía mejor de las heridas sufridas pero lamentaba no ser util a la causa por el momento.

Bien, pues si puedo ser de ayuda en algo, decidme, dijo especialmente al anamarta que ya había demostrado en varias ocasiones sus buenas dotes de liderazgo y el saber actuar en casi cualquier circunstancia.

Tambien pensó en salir por las afueras y explorar un poco la zona, bien por si estaban mas o menos seguros o tambien por si podia cazar algo para la cena.

Notas de juego

Master, cómo estoy de salud??

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24/04/2018, 20:36
[Si] Otho

Los ojos de Otho se abrieron y su expresión era de asombro al escuchar las palabras de Norion sobre la historia de estas tierras. No entendía todo lo que le contaba, pero estaba de acuerdo en que los medianos sabían cuidar la tierra. No en vano, les encantaba cultivar verduras, hortalizas y todo tipo de frutas, ya sea en pequeños huertos en grandes campos.

-No conozco mucho de la historia. Sé que el rey de Norburgo nos concedió nuestro hogar unos años antes nacer yo. Así me lo contaron mis padres. Y se decía que el rey era descendiente de los que llegaron de más allá del mar, de la isla que se hundió.

Buscaba en los ojos del sacerdote una confirmación de que era cierto lo que estaba contando. Al parecer así era, así que prosiguió. -Esta tierra es importante para los dúnedain. Y también para los de mi pueblo. Durante los Años Errantes, los medianos viajaron por las Tierras Salvajes más allá de las montañas, y luego por muchos otros lugares buscando un asentamiento permanente. Por fin lo tenemos, y bajo la protección de un gran rey de los hombres.

Acto seguido le dio un gran bocado a su almuerzo, y terminó de masticar a toda prisa como si fuera realmente su última comida.

-Si en algo puedo ayudar a sanar o a proteger esa tierra lo intentaré, dijo y se puso en pie. -¿Dónde están las otras piedras?

Notas de juego

Russef: al empezar la escena estabas 39/44 (39 perdidos de 44, es decir a 5 PV de perder el conocimiento). Durante la noche has recuperardo 8 PV, y además Norion te ha curado 13 PV así que 18/44 ahora.