Partida Rol por web

12 de noviembre de 2000 - 09:20

La manada con medio nombre se desplazó con Paso-seguro y Sueño-de-arena a Bolingbrook, una comunidad vecina al este de Naperville. La zona, residencial y bonita, poco parecía albergar un cubil del Wyrm. Pero si algo habían aprendido era que las apariencias engañan. El Theurge había afirmado que el veneno corría por las calles en camión, y hasta el almacén sospechoso se acercaron para verificar su estado.

Estaba a las afueras del pueblo. El almacén tenía dos plantas, con un gran garaje frente al que se hallaban aparcados dos camiones. Uno de los módulos parecía de oficinas, mientras que otro tenía aspecto de fábrica. Todo tenía aspecto de nuevo, y a juzgar por el brillo de los carteles y lo limpio que estaba la zona, así era.

Al ser domingo, no parecía haber nadie. La verja que separaba el almacén de la calle estaba cerrada, y la puerta automática de la zona del garaje también. Se podía saltar por encima con un poco de cuidado, pero no sabían si habría cámaras o algún otro tipo de vigilancia.

Viviane fue la primera en encararse a la verja con decisión pero bastante poco atine. El pantalón se le enganchó en un saliente y cuando fue a mover esa pierna casi se fue de morros al suelo. Por suerte logró tocar asfalto de pie, aunque en el mismo lado y con otro roto en la pernera.

-Genial -escupió, molesta por la ridícula situación. Menos mal que había saltado no pocas verjas anteriormente-. Que lo intente otro. O mejor, ¿alguna otra idea?

Sueño se encontraba en su aspecto homínido, en el cual aparentaba la misma edad que el resto de la manada. Tenía el pelo largo y negro, la piel morena, nariz achatada y ojos rasgados y oscuros. Era muy alto, pero los periodos de hambruna y los viajes se marcaban en sus costillas. Parecía estar bastante escuálido bajo la ropa holgada. Habían tenido que prestarle algo, ya que la que llevaba consigo era la que utilizaba para sus rituales.

Cuando llegaron al lugar se mostró inquiero, no le gustaba nada tener que pisar la ciudad. Podía sentir en su piel cómo se desligaba del mundo espiritual y cómo cada vez era más complicado percibirlo. Era una sensación realmente desagradable, como si te aislaran de una parte de tu alma y la encerraran en una vasija de frío cristal.

Cuando Viviane pidió algún otro tipo de medio para cruzar pensó que deberían vigilar el otro lado por si acechaban enemigos.

- Echaré un vistazo al otro lado de la sombra.

Sueño percibió una Umbra reforzada por el peso de la Tejedora. Cruzar no sería sencillo. La Penumbra mostraba el edificio rodeado de arbustos secos, espinos y enredaderas negras que empezaban a marchitarse. El almacén emitía una humareda densa y oscura que apestaba a corrupción. No había espíritus activos en los alrededores, ni enemigos ni amigos, pero la zona podía volverse hostil...

El lupus cerró los ojos un instante concentrándose en su lado espiritual, intentando atravesar aquella fría barrera que los separaba para mirar al otro lado. Cuando logró sentirlo en su piel, abrió los ojos para observar al otro lado de la teluria. La manada podía ver que sus ojos habían cambiado de color, sus pupilas eran ahora completamente blancas. Mientras, parecía mirar a su alrededor sin ver.

- La presencia de la Tejedora es fuerte en este lugar. Desde aquí es evidente que el edificio está envuelto en corrupción y... hay demasiado silencio. No veo ningún tipo de espíritu activo.

Volvió a cerrar los ojos un instante, sintiendo de nuevo la desagradable sensación de separarse del mundo espiritual. El vello de su piel se erizó con un escalofrío y sus ojos volvieron a la normalidad.

- Odio estar la ciudad. - dijo más para sí que para los demás.

Alecto miró al Theurge y dio un paso para alejarse de él discretamente cuando se le pusieron los ojos blancos. Aquello era cosa de Theurges, sin duda.

-Sí, creo que la Umbra queda descartada -dijo cuando Sueño dejó de hablar. Le dio una palmadita incómoda en el hombro, sin acercarse mucho. Se volvió hacia Viviane y señaló la valla con el pulgar:- Inténtalo otra vez, Donny y yo podemos echarte una mano y darte impulso.

El Theurge le daba escalofríos. Además, desde que portaba el Gran Klaive se sentía separado del mundo espiritual. Eso, y sentía algo así como si le picara mucho en un sitio que no alcanzaba a rascarse. Suponía que era cuestión de acostumbrarse.

Alecto sugirió que impulsaran a Viviane, y Donny asintió. Se inclinó junto a la valla y esperó a que Alecto se pusiera junto a él para entre los dos hacer un escalón para Viviane.

-Venga, arriba.

-Vale... -musitó, todavía sin quitarle ojo al extraño Theurge.

Se agarró a la verja de nuevo y gracias al impulso de sus compañeros logró pasar al otro lado sin mucha dificultad. Una vez allí se descolgó quedándose agazapada, con los ojos bien abiertos oteando el perímetro. Le echó un vistazo al reloj antes de girarse a sus compañeros.

-Dadme diez minutos.

Y dicho esto se volvió una sombra ennegrecida que avanzaba lentamente por el lugar.

Viviane se movió por los alrededores del almacén sigilosamente. Vio la puerta principal rodeada de césped delimitado por bordillos, de un anodino molesto. La naturaleza que ella conocía en forma libre, caótica, tal y como el Kaos la lanzaba al mundo, no tenía lugar allí. Cada brizna de hierba había sido recortada hasta alcanzar la altura permitida, ni más ni menos. ¿Se hallaban ante el empuje de la Tejedora o del Wyrm, o es que la cuadrícula de una ciudad residencial como Bolingbrook la afectaba cada vez más?

La cámara principal apuntaba a la entrada del módulo, y había otra en la puerta del garaje. Las ventanas estaban cerradas. No había nadie en los alrededores, ni para bien ni para mal.

La Ragabash se paseó con cautela por el perímetro, mirando con atención hacia los puntos altos donde podía haber cámaras o, quizá, sistemas de alarma. Dos en total; una en la parte principal y otra en la posterior. Rezó para no haberse saltado ninguna y consultó el reloj. Le quedaban todavía unos minutos, de modo que tanteó las ventanas para ver si había alguna abierta y, de paso, echarle un vistazo al interior.

Las ventanas eran de PVC y se abrían desde dentro. Nada que no pudiese arreglarse con una pedrada, si es que contaban con que no se alertase a los que hubiese en el interior. Había un sistema de alarma, o de eso alertaba un letrero en la entrada. Las cámaras eran numerosas. Para colarse, tendrían que arreglar ese problema...

Viviane regresó junto al grupo poco antes de que el tiempo se agotase. No traía buena cara.

-Muchas cámaras por todas partes, sobre todo dos apuntando a la entrada principal y al garaje. También hay carteles de esos de "Sitio con seguridad". Igual es mentira, pero igual no. Las ventanas se abren por dentro y son de PVC, no he visto nada... No tampoco he escuchado nada. Es todo demasiado tranquilo... -informó, enfatizando esa última frase-. Creo que lo mejor que podríamos hacer es cortar el suministro de energía y rezar para que no tengan un soporte auxiliar.

-Muy bien -dijo Alecto asintiendo, que no sabía hacer casi nada que fuese realmente práctico, como por ejemplo, trastear con el suministro eléctrico de un edificio que oliese a Wyrm- ¿Y cómo hacemos eso? Es decir... -se volvió hacia el resto de la manada-, si es que nadie tiene una idea mejor...

Donny no era ningún manitas. Se había sabido manejar con el motor del coche de su padre y cuando necesitaba efectivo sabía cómo reventar una cabina. Aunque eso no era realmente ser hábil con los aparatos. Era ser hábil rompiéndolos. De todos modos si Viviane lo mencionaba es que debía poder hacerlo. O, por qué no. Podían hablar con un espíritu de la electricidad, pero de sus charlas con espíritus había aprendido que lo más probable es que terminara con ellos haciendo un baile ridículo alrededor de un poste eléctrico, así que pensó que mejor se lo dejaba al Theurge que para eso estaba.

-No sé. ¿Podemos hacerlo sin freírnos? ¿No hay otra manera más fácil?

-Tiene que poder hacerse por la fuerza -dijo Ashley, que no tenía ni idea de cosas de esas. A ella no le habían enseñado a manejarse con electricidad, carpintería o cosas útiles. A ella le habían enseñado a hacer galletas en Economía doméstica y su madre a maquillarse-. ¿Nadie sabe cómo demonios cortar un cable o qué?

-Hombre -dijo Alecto apoyándose en la verja y cruzándose de brazos-, si me das algo para cortar y me enseñas el cable, yo lo corto... pero de momento no tenemos ni lo uno ni lo otro. La verdad es que no se me ocurre nada. Sólo queda pillar unas malla negras y entrar a lo ninja... -dijo dando una patada perezosa de lo que con un poco de imaginación y aún menos criterio podría haber sido un primo muy, muy lejano del kung-fu. Chasqueó los dedos y apuntó hacia Donny-. O por las alcantarillas, como las tortugas ninjas. Yo me pido Michelangelo. Ashley el Maestro Astilla, claro.

El Caminante se pasó una mano por la nuca, pensativo.

-Ninguno tenemos conocimiento sobre electricidad y no sabríamos ni cómo ni dónde buscar. Así que lo mejor es que tú, Flecha-de-plomo, vuelvas a entrar y destruyas las cámaras principales. Vamos a llamar la atención lo mismo con un corte eléctrico que con las cámaras rotas, ¿no creéis?

-Claro. Y que salgan a ver quién hay, si hay gente vigilando. Primero que él vaya por la Umbra a ver si hay personal dentro -dijo, señalando al nuevo-. Y luego ya rompo las cámaras que queráis.

El theurge estaba atento a lo que decía cada uno de ellos. Frunciendo el ceño y miró a Alecto extrañado mientras hablaba de mayas negras y tortugas ninja. Parecía ver las cosas desde algún tipo de universo paralelo, asignando situaciones y personas a cosas imaginarias que no entendía.

Tras escuchar y meditar unos segundos habló.

- Esto es territorio de la Tejedora, hacer eso podría enfadarla y ella no es nuestro enemigo ni lo que estamos buscando. Algo del Wyrm debe estar infectando este lugar y lo más probable es que lo esté haciendo desde la Umbra. Además, desde ahí nos quitamos de en medio todo lo relacionado con la vigilancia de la teluria. Si hay cámaras, alguien debe de estar mirando y romperlas daría la voz de alarma.

-Como lo haría también un apagón -dijo Ashley-. Mirad, chicos, esto no va a ser un paseo. Ya sea con una bestia de guerra o con un grupo de seguratas, creo que hoy vamos a acabar peleando con alguien. Sueño, Alecto y Donny podéis ir a la Umbra para investigar al otro lado. Si hay problemas con la Tejedora, deberíais poder defenderos. Viviane, tú haz lo de las cámaras. Paso-seguro y yo nos quedamos a este lado por si hay problemas. Cuando todo este preparado, nos encontramos en esa puerta. ¿Entendido, o no?