Partida Rol por web

Se escuchó un aullido en la lejanía. Paso-seguro volvía al Clan y pedía permiso para atravesar el boun.

Donny siguió sin mirar a Ashley para que no viera que estaba dolido. En otras circunstancias se habría enfadado, porque había habido un tiempo en el que todas las emociones terminaban más tarde o más temprano cabreándole, pero la manada había corregido eso, al parecer. Lamentablemente.

No quería volver con la manada y no tenía sentido retrasarlo. Cambió a forma lupus, mucho menos expresiva, y fue hacia el límite del Clan para ponerse en camino. No se dio cuenta de que las vendas no estaban dedicadas y tuvo que desembarazarse de ellas. Iba a ser un paseo largo y mortificante hasta Naperville.

Alecto se incorporó al escuchar el aullido, relajándose visiblemente. Había intentado apartar de su mente la duda de si Paso-seguro habría sobrevivido o no, y sabía que los demás había hecho lo mismo. Seguía cansada, pero sentía que cierto peso había desaparecido de su ánimo. Cogió el resto de papeles que estaban sueltos y los ordenó como mejor pudo, leyéndolos en silencio durante unos minutos.
-Parece llevan en Bolingbrook unos años... -murmuró pasando las hojas-. Tampoco tienen demasiados empleados, alrededor de veinte. Lo malo es que llevan desde 1999 enviando mercancia. Han debido mover toneladas desde entonces -resopló, pasándose una mano por el pelo-. He encontrado un par de direcciones a las que abastecen, un supermercado en Bolingbrook y una tienda de té en Naperville. Podría sacar más direcciones con un poco más de tiempo... pero lo que está claro es que esto no pinta nada bien.

Lysandra se acercó al grupo lentamente. La sensación de tenerla cerca era parecida a lo que notaban junto a Donny, sólo que, siendo ajena a la manada, la respuesta inconsciente resultaba más hostil. La Ahroun intentaba mantenerse alejada del Clan en los días de luna llena y patrullaba el boun y los alrededores de la ciudad en busca de criaturas a las que machacar con la Rabia que rezumaba. Debía de haberse enterado ahora mismo de lo que había pasado y, a juzgar por su expresión, no estaba nada contenta.

-¿Habéis tenido un encontronazo con Danzantes y fomori otra vez? ¿Qué ha pasado? Me han dicho que Botón-del-pánico casi muere.

Viviane observó a Alecto mientras leía los papeles, escondiendo las manos en los bolsillos y jugueteando con las hojas del suelo a la espera. Mientras, ignoró el malestar de Ashley y la "desaparición" de Donny. Si era algo que merecía la pena resaltar, juzgaba a Digna-hija capaz de hacerlo y se lo diría en el momento oportuno. Quizá no fuese ese momento, sencillamente.

-La tienda de té probablemente sea la de mi amiga -comentó con desánimo Flecha-de-plomo-. Dejadme que me encargue de esa parte; seguro que lo entenderá.

Entonces la Rabia se multiplicó en aquel lugar y el olor característico de su madre llegó hasta su fino olfato. Estaba enfada, pero también preocupada del modo en que sólo una madre podría estarlo. La Ragabash se levantó del tronco para abarcar la situación y tranquilizarla, aunque le gustaba bien poco lidiar con tanta Rabia. Le dirigió una mirada tranquilizadora a Ashley, y después dio varios pasos hacia su madre. Con voz impersonal, como un soldado relatando las noticias a su superior, Flecha-de-plomo comenzó a hablar:

-Casi, pero estamos bien. Fuimos a investigar el almacén, tal y como sugeristeis. Allí guardaban suministros para tiendas de té y esas cosas, hierbas de todo tipo principalmente. Desde allí las distribuyen por diferentes sitios. Estábamos recogiendo información cuando nos descubrieron. Eran unos formoris, bajo las órdenes de la traidora Uñas-de-cristal.

El mero hecho de mentar su nombre ya era una dehonra para todos los presentes. Esa persona había vendido a parte del Clan y traicionado al Wyrm. No merecía ser recordada por nada, y su nombre debía ser borrado de todas las leyendas.

-Intentamos huir, pero el enfrentamiento fue inevitable -prosiguió-. Conseguimos salir vivos y rescatar algunos documentos sobre los que trabajar.

La mención de Uñas-de-cristal hizo que Ira-sin-descanso enseñara los dientes. Cualquier Furia Negra se habría lanzado gustosa a la muerte con tal de arrancarle la garganta a la traidora.

-Esa asquerosa era un poco más débil que yo -informó la Ahroun-. Quién sabe lo que habrá conseguido cambiándose de bando. Tened cuidado en el futuro si os encontráis con ella. Cuando luchaba con nosotros era una de las guerreras más fuertes de la Tribu. De cualquier manera, destruid toda evidencia de la acción del Wyrm. Quemad ese lugar y otros si es necesario. No podemos permitir que surja la corrupción tan cerca del Túmulo.

Sueño se fué directo a recibir a Paso-seguro en cuanto escuchó la llamada, dejando clara su preocupación por el caminante que le había estado acompañando durante unas semanas hasta llegar allí.

Flecha-de-plomo asintió sin dudar. Era lo más sensato, aunque no estaba segura de que su potencia fuese suficiente para arrasar con todos aquellos lugares, sobre todo si volvían a encontrarse una escolta semejante. Por suerte, Paso-seguro había regresado con vida.

-Nos encargaremos de ello -Miró a sus dos compañeras alternativamente, esperando su colaboración o sus quejas.

-Sí, pero aunque queramos no vamos a poder hacerlo. Ese sitio está muy vigilado, hay fomori y Danzantes. ¿Cómo vamos a quemarlo, si hemos conseguido salir por los pelos? -dijo Ashley. Le había costado encontrar la fuerza para oponerse abiertamente a la líder del Clan en plena luna llena, pero Donny casi había muerto y no iba a perder a otro miembro de la manada-. Necesitamos refuerzos. Necesitamos ayuda. Y un poco de tiempo...

Ella también notaba la Rabia bullendo en el estómago, pero por muy Fenrir que fuera, no se consideraba suicida. Se había enfrentado ya a situaciones suicidas y no le había gustado.

Sueño dejó a la manada de Cliath y fue en busca de su compañero de viaje. Lo encontró cojeando entre los árboles a pocos metros del centro del Clan. De no ser por su bastón, apenas podría andar. Tenía la cara, allá donde la Danzante le había herido, hinchada y supurante. El músculo de su brazo, rojo y brillante bajo la luz del sol, se veía allá donde la piel había sido mordisqueada. Pero seguía vivo.

-Eh, chico -dijo con voz áspera-, me alegro de verte.

Sueño pasó rápidamente a forma homínida para proporcionarle otro apoyo a su compañero y llevarlo al Bound a que lo atendieran lo antes posible.

- Estás horrible, deja que te eche una mano. - Dejó que se apoyara sobre él. - Vamos a que te miren eso.

-Estoy segura de que podremos hacerlo -dijo Alecto, que ya estaba soñando con un poema épico de varos volúmenes. Y después, porque también tendía a la autoconservación, añadió-. Pero por supuesto, Digna-hija-del-Klaive lleva razón -asintió, usando el tono más respetuoso posible-, conocemos los peligros y estamos dispuestos a afrontarlos, pero somos pocos y hoy hemos tenido suerte. Y aún si seguimos teniéndola, si cada vez que nos vayamos regresamos como hoy, con heridos y algunos a las puertas de la muerte, nuestra cruzada acabará pronto y mal.

-Lo sé -admitió la Ahroun-. Ya hemos enviado un mensaje a la Nación Garou pidiendo a las manadas que lo deseen que vengar y se unan al Viento Ululante. Hasta que no lleguen los refuerzos, no vamos a poder realizar una ofensiva como debe ser... por más que la Rabia me lo pida.

-Podemos encargarnos de investigar los destinos de las mercancías -dijo Ashley-. Y evitar que sigan moviéndolas atacando los camiones o algo así. No creo que lleven un pelotón de fomori a modo de protección a todas partes. Entre nosotros podríamos.

A lo lejos vieron que Paso-seguro y Sueño se acercaban a ellos. El primero estaba muy herido y cojeaba apoyándose sobre el bastón.

-Ocupaos de eso. Buen trabajo, por cierto.

Y diciendo esto, se alejó.

-Me alegro de verte con vida, compañero -afirmó la Ragabash en dirección a su salvador. De no haber estado él, probablemente habrían caído todos. Era bueno tenerle de vuelta con vida-. Ahora vuelvo.

La figura de Flecha-de-plomo se desdibujó en el aire hasta formar un lupus negro, salpicado de manchas blancas que trotó tras la Ahroun.

-Ira -llamó la joven lupus, alcanzando a su madre-. Hay algo que me gustaría comentarte. Quizá sea pecar de precavida, pero creo que no estaría mal echarle un vistazo a Paso-seguro. Nosotros salimos con vida de milagro, pero él se quedó enfrentándose, no solo a Uñas-de-cristal, sino a otro garou y tres o cuatro fomoris con aspecto militar. O es un tipo con mucha destreza y suerte o... bueno, no quiero que el Clan vaya de cabeza a otra trampa. Sólo contemplo posibilidades.

-Entonces ahí tienes tu respuesta -respondió su madre-. No tienes que pedirme permiso para ser precavida, Flecha-de-plomo.

La mujer sonrió y le acarició la cabeza y detrás de las orejas.

La Sanadora acudió tan pronto vio llegar a Paso-seguro. Su energía espiritual se había agotado curando al resto, por lo que lo único que pudo hacer fue sanar las heridas más profundas y desinfectar el resto. El Caminante gritó cuando le extrajo el veneno negro de los cortes de la cara, pero la hinchazón se rebajó considerablemente y sus rasgos volvieron a la normalidad. Puso cataplasmas de hierbas y vendó las heridas más graves. Para cuando acabó, Paso-seguro tenía un aspecto mucho más egipcio que antes.

-Tengo que descansar. En unas horas volveré a cambiarte las vendas -dijo Lágrima de Piedra antes de irse a la zona de su manada.

-Gracias -contestó el Philodox con voz rasposa-. Me has salvado la vida.

Cuando la Sanadora se fue, él se volvió hacia el resto de ellos.

-¿Tenéis algo de comer? Estoy famélico. -Paso se apretó el costado con la mano-. Ah. Ha sido difícil, pero he conseguido salir de allí. Los Danzantes siguen vivos, pero he matado a un par de fomori. ¿Quién era esa mujer? ¿Una traidora?