Partida Rol por web

Miércoles, 29 de noviembre de 2000 - 20:45

Alecto se ocupó de hacerse anunciar. El aullido de contestación sonó aliviado al saber que habían logrado volver sanos y salvos, y con las Sirvientes. Claro que Alecto no había explicado cómo se encontraban.

Durante el trayecto, Dorotea había entrado en shock y habían tenido que calmarla como mejor pudieron. Hubo un conato de Frenesí cuando Lluvia-de-sangre volvió a ver sufrir a su compañera, pero entre todos consiguieron que no fuese a mayores. El camino al Clan fue complicado. Ninguna de las Sirvientes tenía fuerza para cambiar y estaban heridas y desnudas. Ashley se resolvió a cargarlas en Crinos con toda la delicadeza posible. Así, Viviane, Alecto y ella entraron en la zona de viviendas con las Sirvientes en volandas ante un grupo de expectantes y confusos Parientes.

Los Ancianos los guiaron hasta el centro del Túmulo antes de hablar con ellos. Allí depositaron a las Sirvientes, para que los espíritus de Curación las sanaran y permitieran descansar. Grita, la Metis de la Camada, se mantuvo en la distancia gimoteando en Lupus demasiado alto, preocupada por su compañera de batallas. Cuando se habían topado con ella tenía el rostro desencajado y no dejaba de repetir que no podía pasar de nuevo.

Ahora quedaba lo más duro: dar el parte. Exhaustos y doloridos, los cinco fueron llamados ante los Ancianos. Era de noche y llovía, y el frío calaba hasta los huesos. Les ofrecieron mantas y ropas limpias para que se sintieran más cómodos, y bebidas calientes con los que templarse, pero lo que habían visto en la guarida de los Danzantes les había dejado un fondo frío que no se arrancarían en mucho tiempo, si es que alguna vez lo lograban.

Ashley trató de enunciar lo ocurrido de la forma más impersonal posible. Les explicó que habían sido descubiertos y forzados a luchar, que habían puesto en fuga a un Danzante y que Garra-pestilente había desaparecido dejando tras de sí a sus antiguas compañeras de Tribu. Refirió de paso que Dorotea había sido violada repetidamente, que quizá Lluvia-de-sangre también, aunque no lo sabían, y que Ismene había sido mutilada justo en su nombre Garou.

Cuando terminó, los Ancianos estaban paralizados por el dolor y la tristeza. Los Hijos de Gaia lloraban. Las Furias Negras se encontraban desencajadas. El ultraje al que habían sido sometidas sus compañeras sólo podía provenir de una traidora.

-No debíais luchar, pero no habéis podido evitarlo -sentenció Dom sorbiéndose la nariz-. Las Sirvientes os deben la vida. Estad seguros de ello. Habéis realizado un importante servicio para Gaia.

-Es cierto -dijo Leda con un gruñido seco-. Cuando todo se calme vuestras hazañas serán tenidas en cuenta. Pronto seréis Fostern, Colmillos del Jabalí. Centrémonos en lo positivo, dado que hay tan poco...

-¿¿En lo positivo?? -estalló Lysandra-. ¡Han atacado a nuestros hijos, a nuestros cachorros, y los han matado sin opción a defenderse! ¡Han destrozado a tres de nuestras guerreras de un modo en que sólo creía posible en un hombre! ¿Y hay que ver el lado positivo? -Su mirada se centró en Viviane. Su hija y su guerrera, las dos cosas que a Garra-pestilente le gustaba tanto destruir-. ¡Hay que salir a matarla!

Viviane hizo acopio de toda su entereza para mantenerse en pie y erguida mientras Ashley daba el parte de lo ocurrido, apoyándose disimuladamente contra el tronco de un árbol. Las heridas escocían y sangraban bajo la ropa, pero no lo suficiente como para no estar allí. Ya estaban en casa y a salvo, por el momento.

Toda la Rabia y la impotencia ardían bajo la piel consumiéndola lentamente. Lo que habían hecho era innombrable, repugnante y despreciable, y hacía que le flaqueasen las piernas con un escalofrío. Pero de algún modo, quizá por el cansancio y la devastación de lo ocurrido, le resultaba imposible estallar con la furia propia de su madre o su manada. Eso era lo que quería, pensó. Provocarles.

-Lysandra. –Se adelantó tomando una bocanada de aire-. Si sales a por ella ahora vamos a acabar todos muertos. Si salimos a darle caza el Clan se queda desprotegido y pueden asestarnos el último golpe. Lo que ha hecho… es innombrable y se merece la peor de las muertes, pero ahora no podemos dejarnos llevar por la rabia y el dolor, porque eso es lo que quieren. Eso es lo que ellos hacen. Primero hay que cuidar a nuestras hermanas y… Hacer algo inteligente respecto a todo esto. Les estamos dejando pillarnos con la guardia baja una y otra vez. Así no vamos a ninguna parte más que a nuestra propia muerte.

-La mataremos, Lysandra. Te lo prometo -dijo Leda-. Un mordisco por cada cachorro muerto, por cada herida infligida. Es lo justo, lo único que merece un traidor. Pero no lo haremos hoy. No podemos. Escucha a tu hija. Hay sabiduría en sus palabras. Una buena alfa no pone en peligro a su manada para perseguir a un enemigo y nosotras somos alfas de todo un Clan.

La Ahroun encogió las piernas, conteniendo la Rabia.

-Esto ha sido una provocación en toda regla. Intenta mermarnos, enfurecernos. No podemos darle esa ventaja. Mantengamos la cabeza fría. Aún necesitamos más manadas, más organización, mejor defensa...

-Riverside tiene que cerrar -dijo el Galliard-. Al menos hasta que podamos permitirnos defenderlo. La Parentela debe reubicarse allá donde la traidora no sepa dónde se encuentran. Cada Garou de este Clan debe ser responsable de la defensa de un grupo de Parientes en particular. Usaremos espíritus y tecnología de la Tejedora para mantenernos en contacto. La vigilancia debe ser constante. Ahora más que nunca debemos demostrar a nuestros Parientes que los amamos y protegemos.

-Digna-hija-del-Klaive, eres una Philodox experimentada que conoce bien el Clan y sus aledaños. Tú serás la encargada de dividir a los Parientes y de dar las responsabilidades al Clan a la hora de protegerlos como dice Canción.

Sueño-de-arenas-rojas, tu papel será el de hablar con el resto de Theurges y con los espíritus del Clan para atarlos a cada grupo de Parientes.

Tres-acordes, hay un Consejo dentro de dos días. Prepara una canción que relate el rescate y otra que dé paz a aquellos que han perdido Parientes en el ataque.

Flecha-de-plomo, tú has de encargarte de seguir la pista a los Danzantes y tratar de averiguar cuál va a ser su siguiente paso.

Botón-del-pánico, habla con los miembros de tu Tribu para asegurar la zona urbana y mantener vigilado al Wyrm.

En el Consejo se os serán reconocidas vuestras hazañas, por supuesto. Sois casi Fosterns. Que se note.

Sueño se había hecho un hueco entre los presentes y se había sentado a observar. Tenía el pelaje manchado de sangre, pero la mayor parte no era suya, sus heridas ya habían cerrado durante el viaje. Tendría que pasarse el resto del día limpiándose para quitarlo todo.

Cuando escuchó las órdenes de Paso-Sin-Prisa movió la cabeza para asentir y llenó los pulmones de aire.

Viviane cerró los ojos un instante dejándose envolver por una sensación de alivio al escuchar las palabras de Leda. Nunca resultaba fácil encarar a un Ahroun vibrante de rabia, y mucho menos cuando dicha persona resultaba ser quien te había traído al mundo. Pero la tregua duró hasta que Dom anunció la tarea que debía desempeñar como Ragabash. Sabía y era consciente de que cada garou tenía una función otorgada por Selene, todas importantes y valiosas, y probablemente la suya no era la más complicada de todas, pero aun así lo encontró realmente injusto y peligroso. La idea de adentrarse en terreno enemigo por su cuenta nunca resultaba alentadora. Pero, qué demonios, no es como si nunca lo hubiera hecho antes. Al menos ahora tenía permiso directo para hacerlo.

-¿Cuento con el beneficio de tu amuleto? –preguntó volviéndose hacia Dom.

-Por supuesto. Pero no habrás creído que tienes que ir detrás de ellos literalmente, ¿verdad? -El Ragabash dejó escapar un gruñido-bufido-. Empieza por el principio. ¿De quién es el local que utilizaban? Piensa como una Fostern, Cliath, o jamás aumentarás de Rango.

-No voy a ir tras ellos. Pero si sigo las pistas adecuadamente debería acabar dando con el enemigo y con lo que trama. Tenga que darle uso o no, gracias igualmente -dijo mostrando brevemente el amuleto.

Donny hizo un gesto de asentimiento con la cabeza. Durante el relato había estado más concentrado en sus heridas, que no habían dejado de sangrar del todo, que en lo que decía Ashley. No hizo ningún intento por escucharla. Lo había visto con sus propios ojos, no necesitaba que se lo contaran.

Cuando los ancianos les despidieron Donny se alejó cojeando. Quería dormir un poco, comer un montón y ponerse manos a la obra cuanto antes. Pero antes de marcharse tenía que hablar con su alfa.

-De acuerdo -dijo la Philodox asintiendo a los Ancianos.

Cuando les dijeron que podían irse se alejó de allí encogida por el dolor, pero Donny se le acercó para hablar con ella. Echó una mirada hacia Alecto, Viviane y Sueño y juzgó que podían arreglárselas solos.

-Oye, me imagino que no debería pedirte esto ni nada, pero... Cuando hagas todo esto de la Parentela intenta acordarte de mi padre, ¿vale? No tiene ni idea del asunto Garou y no se puede defender ni nada.

-¿Tu padre es Pariente? No lo sabía. -Ashley torció el gesto. Tenía que poner a salvo a su propia familia, también. Tenía que poner a salvo a mucha gente y todo era un lío de la leche-. Mira... Ocúpate tú de él, ¿vale? Así nos ahorramos quebraderos de cabeza.

Siendo justos, Donny no podía afirmar que su padre fuera Pariente. Claro que tampoco podía negarlo. El gen Garou le tenía que venir de algún lado, pero como la falta de respuestas parecía la mejor manera de extender a sus padres la protección del Clan, Donny prefería no hacerse preguntas.

-Ya tienes una tarea menos. Si no me necesitáis para nada voy a tirar para Naperville a poner al día a Tony y los demás.

-Vale.

Dejó que se alejase un poco y se le revolvió el estómago. Podía ser la última vez que viese a Donny. El miedo era absurdo, pero no tanto como para no considerarlo.

-Hey, Donny, espera. -Cuando el Roehuesos se dio la vuelta, Ashley le abrazó. Contra su cuello, dijo-. Gracias por no hacer que muriéramos todos. Has sido un gran alfa. -Se separó sorbiéndose los mocos y apretándose el costado, cuyas costras se habían resentido por el gesto-. Eso. Vete ya.

La Ragabash se volvió hacia Sueño y Alecto, e hizo un gesto con la mano como despedida antes de apuntar hacia los Ancianos.

-Ahora estoy con vosotros.

Con cierta duda respecto a lo que hacía, se acercó a Lysandra no en calidad de guerrera sino de hija.

-Mamá -llamó, entablando los puntos de la conversación-. ¿Adam está en el Clan o no ha querido venir?