Partida Rol por web

Entráis en esta gran estancia, el primer lugar que véis en Hogwarts. Es una sala enorme que con un hechizo consigue que su techo muestre el cielo que haya en el exterior en ese momento. Se divide en cinco mesas: cada casa tiene una, más la de los profesores que también la adornan velas que levitan

-Imagino- Dijo no muy seguro. Por mucho que su compañero intentara quitarle hierro al asunto, el hecho es que el miedo no se le quitaba de la cabeza y muchos de ellos parecían serios o simplemente estaban abstraidos. La imagen de la mesa era muy diferente a la de los alumnos, gente sonriente y parlanchina, gritando y jugando.

La selección iba prosiguiendo y Xabier sin darse cuenta se iba acostumbrando a estar ahí. Cada vez la idea de escaparse esa misma noche le sonaba más a locura. Cuando Daniel le habló en italiano, entonces esa idea se desvaneció por completo de la cabeza del joven.

Le había entrado curiosidad saber que arma secreta. Lo primero que había pensado era una arma de fuego, pero desechó esa idea al ser un mundo mágico y Daniel solo un niño. Estaba claro que se tendría que acostumbrar cuanto antes a un mundo enteramente mágico -¿Que arma secreta? - Preguntó.

-Algo que mamá me enseño- guiñe el ojo en aire misterioso – un hechizo especial para alejar a los bravucones, aunque tengo prohibido usarlo- sonreí alegremente.

- ¿Tus padres te enseñaron algún hechizo o conjuro? - pregunte curioso – en lo personal mi madre es la que se molestaba en enseñarme algo, papá es muggle pero muy buena persona, ¿Quizás podrías venir a visitarnos en vacaciones? Estoy seguro que a mi madre le encantaría conocerte- hice la invitación.

Tome una porción doble de la tarta que se encontraba en la mesa colocando una para cada uno – Esta deliciosa- seguía encantado por el ambiente de la escuela.

Daniel le había hablado acerca de su arma secreta y él no podía estar más que sorprendido. Había leído los libros que le habían pedido para ir al colegio las semanas anteriores y no recordaba nada sobre un “encantamiento contra matones”. Por un momento se le pasó por la cabeza que la podría utilizar contra el mismo si a Daniel le parecía merecedor de ella. Cosa que no le agradó mucho pensar.

-No, no me han enseñado ninguno.  Se supone que no puedo hacer magia fuera del castillo- Era cierto que los jóvenes menores de edad solo podían hacer magia en lugares donde se estuviera permitido específicamente y por esa misma razón su madre decidió esperar a que fuera más mayor para empezar a explicarle esas cosas. Durante su infancia simplemente se dedicó a explicar cosas más simples y acordes con su edad. Si Xabier no se molestó por no aprender hechizos es porque su madre casi nunca solía utilizarlos salvo algún momento esporádico en el que agitaba la varita para hacer pociones.Su padre por otro lado, tampoco conocía mucho del mundo mágico y parecía que el padre de Daniel tampoco.

No lo comentó en aquel momento fue porque Daniel  le había ofrecido ir a su casa en vacaciones. - No se, no creo que mis padres me dejaran - Le chocaba la idea de irse a la casa de alguien que acababa de conocer y sus padres coincidirian en aquel pensamiento.

-Yo tampoco puedo, pero mamá insistió dijo que debería saber defenderme- conteste para luego comer una cucharada de la tarta, al parecer los chicos de primero seguían pasando, Lestrange, Beaufort,Lockhart todos nombres muy raros, y algunos  me empezaron a sacar pequeñas risitas.

- Puedes intentar convencerlos o ya se le diré a mi madre que los convenza- dije sin darme por vencido y aguantando la risa por los apellidos de algunos chicos – Disculpa pero de verdad suenan raros, es como mi tatarabuelo Gondulphus es un nombre que afortunadamente no pusieron, me daría vergüenza llevar un nombre tan ridículo- dije riendo ante el comentario – sin embargo el hijo de mi Tía Cristina si lo lleva Gondulphus Percival Arquímedes, afortunadamente papá gano la elección de nombres y Daniel es bastante mas agradable y menos llamativo.

Nombrar a mis ancestros y familiares era algo que no podía evitar, incluso cuando mamá tenía que hacer viajes rápidos a visitar a los abuelos era ya bastante común.

-Se supone que el abuelo Gondulphus Graves y  el tío abuelo Percival  eran aurores de MACUSA, mamá se siente orgullosa de ello y yo también- dije con cierto aire de importancia – Sabes igual quiero llegar a convertirme en un mago como ellos, aunque para eso falta mucho, ¿Y tú tienes algún sueño?.

Los alumnos iban siendo seleccionados y Daniel se iba riendo poco a poco. Xabier frunció el ceño extrañado porque no entendía su reacción. Daniel, que se había percatado de su reacción decidió explicárselo pero él seguía igual de extrañado. - No se, a mi me molan sus nombres - Dijo sin pararse a pensarlo. Le parecían nombres guays a excepción del suyo que le parecía muy común y normal.Sin embargo tras una pausa empezó a pensar la situación: ¿Porque le hacían gracia los nombres?¿Se habría reído de él cuando la sub-directora Mcgonagall lo había pronunciado?¿Si se reía de su nombre por ser diferente se reiría de otros aspectos suyos? Intentaba seguir los consejos de su madre: “No juzgues a los demás por ser diferentes”.

Xabier no sabía qué hacer en ese momento respecto a cómo enfrentarse a Daniel y era muy difícil no hablarle más porque seguía haciéndole preguntas. - No se - Respondió escuetamente al no saber la respuesta  Por suerte su timidez le hacía evitar la conversación pero era cierto, Xabier se había pasado toda su vida en un lugar agradable sin muchos problemas y no había tenido jamás que preguntarse qué era lo que quería hacer en el futuro.

Iba a contestar eso mismo pero justo hubo algo que le interrumpió, había habido otro alumno que había sido elegido en Gryffindor y se había sentido a su lado. - Ho..Hola - Dijo reuniendo todo el valor posible que pudo encontrar. Lo cual tras su humillación fue una tarea casi imposible.

La conversación que tenia con Javier se vio interrumpida por la llegada de alguien nuevo a la mesa, esta vez de una chica, los vítores cuando fue seleccionada para Gryffindor no se hicieron esperar mismos a los que me uní.

-Hola soy Daniel y el Xavier- dije presentándonos ante la recién llegada – un gusto- dije comiendo un poco mas del pastel de calabaza – ¿Tabby verdad? - una sonrisa curiosa se enmarco en mi rostro mientras observaba emocionado a la nueva compañera.

Mira a los chicos, un poco tímida por aquello de ser el primer contacto. La verdad es que está un poco conmocionada desde el momento en el que recibió la carta y aun sigue en ese estado en el que sabes que es real pero todo parece un sueño.

-Sí, soy Tabby. Bueno, mi nombre es Tabatha, pero todos me llaman Tabby. Encantada.

Sonríe un poco. La verdad es que el diminutivo del nombre le viene bastante bien porque no es que parezca muy mayor al ser más bien pequeñita. Algo así como versión portable de algo más grande.

-¿Vosotros... vosotros sabías sobre este mundo?

-¿Mundo?- pregunte curioso, para luego entender de lo que hablaba – a ya veo tus padres son muggles, eso es genial, en mi caso mamá es bruja y mi padre es muggle así que descuida eso no es importante- observe mejor a la chica.

-Bueno, seamos amigos – extendí la mano para tomar la suya en señal de amistad.

Retomando la platica con Xavier en relación a los apellidos de algunos de los chicos pude notar ligeramente algo de incomodidad ante ese comentario – Lo siento, pensaras que soy mal educado, la verdad es que los nombres largos me parecen cómicos solo eso, no en mal rollo- dije sintiéndome avergonzado.

-En todo caso no volveré hacer tal broma palabra de honor-  me lleve la mano al pecho justo como mamá me había enseñado que debía de hacerse para mantener una promesa importante, quizás era un gesto infantil, pero era mi forma de ser.

- ¿Tienen mascotas? En casa tenemos un gato gordo llamado Calígula, mamá eligió el nombre, yo quería una lechuza, pero... – hice una ligera pausa recordando lo que mi madre había dicho en el callejón Diagon – pero costaba mucho, aunque prometió enviarme una para navidad- dije esperanzado.

Xabier había abierto la boca para contestar a la pregunta que Tabby había hecho, pero decidió callarse cuando vio que su compañero se le había adelantado y había empezado a responderle. Xabier sabía cómo Tabby se sentía. Había vivido casi toda su vida en el mundo muggle a pesar de ser conocedor de la magia. Ir a un sitio como Hogwarts o el Callejón Diagon donde todo el mundo era mágico y se salía de la norma podía llegar a agobiar como le ocurría al pobre Gryffindor.

Daniel, alertado por la incomodidad de Xabier, se dirigió a él una vez más pidiéndole perdón. No sabía muy bien por que, ya que no había hecho nada malo. Así que simplemente se dedicó a hincar los hombros sin pensarlo mucho.

- Yo… Yo tengo una lechuza - Dijo no muy seguro de sí mismo. Su abuela se lo compró en el callejón Diagon a pesar de que antes no había tenido una mascota antes. Recordaba cuando tenía 5 años un perro, pero su padre le dijo que lo llevó a una granja con más perros para no sentirse solo. Solo había cuidado a los Jobberknolls en su casa, pero nunca los sacaba de las jaulas. - Se llama Galahad y es  gris - Su abuela le dijo que lo utilizara para enviarle cartas siempre que pudiese escribir.

-Increíble- dije con algo de envidia realmente hubiera querido llegar con una lechuza o alguna mascota pero desafortunadamente el dinero había sido un factor en contra, como mamá había dicho tendría que conformarme con lo que se había conseguido.

-Galahad es un nombre genial, uno de los caballeros del rey Arturo-  dije más emocionado – Xavier ahora te aprecio más, cuando tenga mi lechuza me ayudaras a ponerle nombre- mencione al mismo tiempo que ponía de pie, haciendo algo de ridículo en la mesa e interrumpiendo un poco la celebración.

Al percatarme de esto vuelvo a tomar asiento con el rostro algo rojo por la vergüenza del momento y ocultándome en la capa – lo hice otra vez-  disculpen – suelo emocionarme mucho- afortunadamente no había sido tan vergonzoso como la ultima vez donde  sin querer había derramado toda una copa sobre la Tía  Helen o cuando la vez que alzando el puño emocionado le había roto la quijada a mi primo Randall, muchas  cosas malas me suelen pasar cuando me emociono.

Niega con la cabeza a la pregunta de las mascotas y sonríe entusiasmada.

-¿Podré acariciarlos? Vi muchas mascotas en el Callejón Diagon, pero no nos quedaba dinero para comprar una mascota. Bueno, en realidad quería muchas cosas de allí, pero todo parece muy caro.

De pronto, Daniel se levanta entusiasmado y se sorprende un poco dando un pequeño respingo, sin saber que le pasa al chico. Parece un poco raro, pero le cae bien y parece muy animado.

-Yo tengo un perro que se llama Rufus. Es un perro pastor, por eso no lo he podido traer. Por eso y porque no aceptan perros en el Colegio. 

Otro chico parece que ha sido seleccionado para Griffindor y también se acerca a la mesa, sentándose en la zona de primer año. Le sonríe.

-Hola - dice saludando a Seth.

---Hola- digo a la chica que me saludamientras me siento a su lado habia escuchado solo la parte final de la conversación-Estais hablando de mascotas? Yo queria una lechuza pero eran muy caras y no nos llegaba el dinero...-comento con un hilo de voz algo avergonzado,asi que decidi cambiar de tema- Y vosotros sois...bueno...hijos de padres...como era..."no magicos"...no recuerdo la palabra....o son magos?

-Cierto bastante caro- dije muy a mi pesar recordando como no había podido comprar la pluma ni los suficientes pergaminos para las clases – Pero eso no es importante, en serio tienes un perro siempre quise tener uno, pero mamá los odia, ella prefiere a los gatos- comenté algo deprimido.

No había notado la presencia del otro chico hasta que Tabby lo saludo y el se unió a la conversación eso era bueno mas amigos para conocer – Si misma historia- dije al escuchar sobre la lechuza – si te refieres a sí mis padres son muggles, pues mamá es bruja y papá es muggle- respondí a su pregunta.

-Por cierto, mi nombre es Daniel, Dany o Dan para los amigos, dame esos cinco- dije ya mas entusiasmado, lentamente tomaba mas confianza con los chicos de la mesa.

---Oh, así que tambien existen hijos de un no ma...digo de un Muggle y una bruja...-digo pensativo-, ante el entusiasmo del chico me quedé mirando la mano alzada un segundo sin saber muy bien que hacer y luego algo vacilante se la choco- Yo soy Seth,Seth Nut...¿entonces sabias algo de todo esto antes de recibir la carta?Yo al principio no me creí nada, pensaba que era alguna especie de broma de alguien sí no hubiera sido por el mago que vino a casa...bueno, todo es un poco dificil de digerir....

-Si te refieres del colegio sabía algo, pero por lo general se mas de Ilvermorny que de Hogwarts- conteste animadamente – Mis padres y yo venimos del otro lado del charco, de Oregón, pero nos mudamos a Inglaterra por cuestiones de trabajo de mi padre, es ingeniero- agregue orgulloso.

-Alégrate, mamá dice que el origen del mago no importe si no lo que el decida hacer con la magia, de todas formas seamos amigos- pareciera que la frase ser amigos se me soltaba con mayor facilidad aquí, la verdad es que en mis otros colegios la había pasado regular pero sentía que no encajaba, ahora esto era muy diferente, había chicos con los que podía hablar sin pena y compartir cosas que en otros lados tenía prohibido.

-Yo soy Tabby.

Por suerte, ha leído un poco sobre el mundo en el que se ha visto envuelta y sabe que Muggles son aquellos que no tienen magia. Los que descienden de familia mágica, pero no tienen magia se les llama squibs o algo así.

-Mis padres son muggles. Se ve que tengo una tía abuela, o algo así, que es bruja... pero ya está. Y sí, Rufus es bastante amigable y se encarga de vigilar los terrenos y a los animales. También hay otros animales en casa, pero esos no son mascotas. Aunque yo me encargo de ponerles nombre.

Mira a Daniel.

-¿Eres de Estados Unidos? Ya decía yo que tu acento era diferente. ¿Por dónde queda Oregón? No soy muy buena en geografía. Se las cosas básicas.

-Al norte de California- dije emocionado alguien se interesaba por mi lugar de nacimiento -Muy cerca de Christmas Town- continué alegremente -a veces vamos para allá generalmente para la reunión anual de la familia Graves, mamá es una bruja Graves- comente – pero yo llevo el apellido de mi padre.

-Oregón es genial es frio, lleno de bosques, incluso una vez vi un gato wampus- afirmé con algo de orgullo – generalmente se ven en los Apalaches pero yo vi uno.

Desde la mesa de los profesores, Harold Jonstein Rowle observó con detenimiento como todos y cada uno de los alumnos de primer año eran llamados para que se les asignaran sus respectivas casas. Siempre se podía aprender mucho de cuál era la aparente personalidad de cada uno de los pequeños aprendices cuando eran enfrentados frente al resto y aquello siempre le divirtió.

Oh, este año parece que estamos repletos de jóvenes promesas... Me gusta lo que mis ojos ven, está noche la atmósfera es muy densa en el Gran Salón, se percibe mucho talento y magia innata deseando emanar de esos menudos cuerpecitos... Algunos son ambiciosos, otros inteligentes y ávidos de aprender, esos de ahí juraría que son realmente valerosos y honorables y otros determinados, constantes y trabajadores. Creo que será un magnífico año, la verdad...

Tras finalizar la selección de casas, el director formalizó unas palabras en público para todos los presentes inaugurando el año escolar y rápidamente las mesas fueron llenadas de infinidad de manjares para todos los presentes. Harold no dudó ni un instante y rellenó su plato con pastel de calabaza, bollos de Bath y su enorme jarra de rica hidromiel, elaborada personalmente, de su propia reserva en Hogwarts.

Después de degustar y charlar animadamente con el profesor de pociones, Solomon Ashworth, y con su inseparable amigo de enorme tamaño, el guardián de las llaves de Hogwarts, Hagrid, consideró que era el momento de levantarse de la mesa para aleccionar a los nuevos prefectos y que acompañasen a la sala común de Gryffindor a los alumnos de primero.

- Profesor Ashworth, como siempre un placer compartir la velada, ¿Te gustó mi hidromiel casera? Estoy buscando realizar una selección extradulce y mejorarla, añadiendo hojas de malva dulce, ramitas de arbusto azucarado y agua cristalina de luna. Quizá solicite tu ayuda, eres mejor destilando en el alambique... En fin, voy a dar instrucciones como le corresponde al jefe de la casa de Gryffindor y me retiraré por hoy, mañana empiezan las clases y aún hay mucho por hacer. ¿Tienes todos los ingredientes necesarios, cierto? Si necesitas cualquier cosa no dudes en enviarme una nota. Se despidió afablemente cuando se levantó de su lugar, interesándose por su compañero docente. Hasta mañana, Hagrid. Prometo pasarme por tu cabaña al finalizar las clases con los alumnos. Buenas noches.

Tras aquello, se dirigió a la mesa de Gryffindor con paso firme y decidido, y tras hablar en privado con Percy Ignatous Wesley, nuevo prefecto de su casa, le pidió que acompañara a los nuevos alumnos de primero a sus respectivas habitaciones de la torre de Gryffindor. No obstante, fijó la mirada en los pequeños que le miraban atentamente y les advirtió con rotundidad.

- No se os ocurra llegar tarde a mi clase el primer día. ¿Entendido? Os veo mañana en el invernadero 2. Buenas noches. No sabía cómo se habrían tomado sus palabras pero uno de los mozalbetes tragó saliva y supuso lo peor. ¿El profesor Rowle era su jefe de casa? Estaban jodidos, ya lo creo que sí.

Le había gustado que reconociesen el nombre de uno de los caballeros de la mesa redonda del Rey Arturo. Solía leer con él las historias que contaban sobre él aunque su madre siempre se burlaba porque ni la mitad de las cosas que leíamos sucedieron de verdad y la otra mitad no sucedieron como ponían en los libros. - Vale - dijo aceptando la proposición de ponerle nombre a su mascota cuando la tuviese. La verdad es que Xabier no le había puesto el nombre sino que había sido su abuela, pero no quería decirlo por miedo a que no le dejara ponerle el nombre.

- Si quieres, puedes tocar la lechuza cuando vaya a la lechucería… Si quieres - Respondió a Tabby tras pedir acariciar a su mascota. Le había gustado que se fijaran en él ya que era el único que tenía una lechuza. Pero aquello no duró mucho pues cuando se quiso dar cuenta se habían puesto a hablar de otras cosas y después habían dado la cena.

Sus abuelos le recomendaron que comiese todo lo que pudiera aquella noche porque iba a ser la mejor comida de todo el año (salvo la de Navidad), pero Xabier no tenía hambre debido al nudo en el estómago que tenía. Sólo pudo comer algo de puré de patatas porque era lo único que le entraba. Y la verdad es que estaba bueno.

Xabier solo quería irse a su habitación a dormir cuando todo el mundo se estaba despidiendo y levantándose. Pero justo antes un hombre mayor, alto y serio se puso delante de ellos, impidiendoles el paso. Se presentó como el profesor Rowle y él era el jefe de la casa de los leones. Les estaba advirtiendo de no llegar tarde a sus clases, casi como si fuera una amenaza - De… De acuerdo… Señor - Sin duda era bastante intimidante y Xabier no pudo más que pronunciar vagamente unas pocas palabras.

Se encontraba temblando, pero por lo menos podía moverse. Lo cual aprovechó para irse directamente con el prefecto como le había indicado su profesor.