Partida Rol por web

-Esto... profesor. ¿No sería conveniente lanzarles un hechizo para silenciarlas? De ese modo no podrían hacernos daño -le sugerí, tras recordar que era uno de los contrahechizos que había que lanzar para sobrevivir a aquellas aves.

Después, miré a mis compañeros. Me sentía como si no supiese nada absolutamente, y había tanto shechizos que me hubiera gustado conocer para ayudar más.

No tenía miedo, pero sí... inquietud. ¿Pasarían cosas así muy a menudo en el castillo? Porque yo a mi madre le dije que en el fondo, un colegio era un colegio y que no habría peligro.

Nota mental: no contarle a mi madre que mi vida ha corrido peligro.

Le hago una señal a las aves para que permanezvan cerca de nosotros, pues sabía que el profesor hablaba muy en serio con eso de abandonarnos a nuestra suerte.

Yo soy valiente, pero no estúpido, no voy a ir a combatir sin estar preparado, mi corazón me llamaba a la batalla, sabía que había personas en peligro y no podía abandonarlas a su suerte.

En ese momento tomo una gran bocanada de aire y busco otros tres platos, apunto mi varita y creo otros tres halcones.

Le ruego no tome esto como un desafío a su autoridad profesor, pero debo seguir lo que mi corazón me dicta y eso es ayudar a quien lo necesita. - dicho esto me giro hacia Altair y le susurro algo al oído.

Luego me pongo en camino hacia el hall seguido por mis aves.

Si algo me pasa, dile a Kayla que de verdad la quiero mucho y deseame suerte, primera estrella de la noche. - digo en un susurro antes de ajustar mis orejeras improvisadas bloqueando por completo el sonido para evitar que el canto de las aves me afecte.

Con algo de suerte mis halcones podrían despedazar a los Fwopers antes de que ellos noten mi presencia.

Las palabras de Artemis me dejan petrificada. ¿Yo, despedirme de Kayla en su nombre? 

De eso nada.

Armándome de valor, apreté la varita entre mis dedos y seguí a Artemis.

-Se lo diremos los dos -dije, poniéndome a su lado -. No pienso dejarte.

Sabía que estaba haciendo la idiota, pero de ninguna manera iba a permitir que Artemis se enfrentase solo al peligro, cualquiera que fuese.

Después de examinar bien nuestro entorno pude caer en cuenta de algo que no cuadraba mucho así que lo más importante en una situación así es conocer todo lo que podamos.

Miren allá tras la mesa de los profesores, hay una pequeña puerta que normalmente debe estar cerrada y que conecta con la sala anexa al gran comedor, aunque solo es usada en excepcionales ocasiones por los docentes. ¿Por qué estaría abierta?.-me cupones mientras Artemisa se aventuraba hacia la salida del comedor.

Cuando los jóvenes decidieron irse del lugar, el maestro simplemente los ignoró y prosiguió con lo suyo, sin dar ninguna pizca de preocupación por sus pupilos.

-.Viendo que la carne de cañón se ha movilizado...-. Con gran agilidad el profesor saca la nota en blanco y con un elegante movimiento de su varita prosigue con el siguiente hechizo con una perfecta modulación-. Specialis Revelio-.

Una vez que el hechizo fue liberado, los ojos claros del profesor se enfocan fríamente en los de la pequeña niña-. Entonces señorita Edevane- Hace sonar lentamente sus cervicales para luego enviar a su negra y silenciosa serpiente hacia donde la carroña se había precipitado-. ¿Que desea hacer? ¿seguirme y aprender sobre el verdadero mundo de la magia con una posibilidad de quedar inutilizada? O ¿quedarse aquí de forma inerte esperando a ser inutilizada?-. Pregunta con una sinceridad siniestra-. Y buena observación con los de los pájaros ¿ve? Tiene talento-. Finaliza con tal naturalidad que pareciera que al frente de ellos no hubiese ningún cadáver.

El profesor le merecía el mayor de los respetos, pero yo no era de las que abandonaban a sus compañeros cuando había problemas, así que miré al profesor y le respondí como pensé que debía hacerlo.

-Lo siento mucho, profesor, pero Artemis puede que necesite mi ayuda y no voy a dejarlo solo. Muchas gracias por sus ánimos.

Tras lo cual, me fui corriendo detrás de Artemis. Hubiera lo que hubiese, lo confrontaríamos los dos.

Había demasiado peligro en este momento ir por ahí solos,me sentiría más seguro estando al lado del profesor pero realmente estaría muy preocupado si ellos van solos,mire al Prof. Albert Von Vianden di una pequeña reverencia y prosegui a seguir a Altair.

Voy con ustedes.

Ártemis fue el primero en abandonar el lugar seguido muy de cerca por Altair, quién se había despedido del profesor con una disculpa. Entonces Francis decidió seguir a sus compañeros, pero justo al llegar al umbral la puerta se cerró, quedando encerrado en la habitación junto con el profesor Von Vianden. ¿Se habría cerrado por una simple corriente de aire? Fuese como fuese, la puerta parecía bloqueada y por mucho que lo intentó el joven la puerta no abría.

Por su parte, Albert escudriñó la nota que había obtenido en el cuerpo del joven Baztán y conjuró el hechizo Specialis Revelio para ver qué secretos podría esconder. El pergamino raído brilló tenuemente por momentos y rápidamente empezaron a formarse letras, que se convirtieron en palabras, para terminar siendo un par de líneas que rezaban...

Cuando muerda la serpiente y el veneno empiece a hacer efecto, un nuevo régimen se avecinará y el desenlace será inevitable. El objetivo fue logrado y solo los más aptos serán dignos de formar parte de la nueva orden... Un nuevo Lord Tenebroso hoy será nombrado...

Justo en ese instante escuchásteis un extraño ruido que provenía de la sala anexa al Gran Comedor y la serpiente del profesor Von Vianden se acercó con cautela tratando de advertir de que podría tratarse y averiguar si la situación entrañaba algún serio peligro. Segundos después la serpiente regresó y todo parecía indicar que no era el caso, y en cuanto os acercásteis para observar con detenimiento, pudisteis apreciar que no habia nadie y que sólo una gran chimenea crepitaba, y múltiples cuadros de magos y brujas estaban en las paredes. 

-.¿Sectarios desesperados que aún no superan la derrota y sufren de delirios de grandeza de forma aguda?-. Es lo que declara con total relajo Albert como si estuviese ignorando todo lo que está aconteciendo en los alrededores-. O, en el peor de los casos, han encontrado una forma de fortalecerse en tan poco tiempo… fascinante…-. Sus manos se posan por un par de segundos en su mentón para luego mirar al pupilo de mago-.Entonces señor  Lestrange puede retirarse y seguir con su patético juego de ser heroe-. Con una gracia digna de un Lord, el profesor de transformaciones dirige su varita a la puerta para luego susurrar “Alohomora “... Una vez hecho aquello, Albert comienza a recorrer el lugar y, lo más importante, se acerca a los retratos que se posaban en las paredes-. ¿Que han visto?-. Pregunta con un tono autoritario a las pinturas, transformando, por un par de segundos, sus claros ojos en las de una serpiente despiadada, esperando que los gestos de dichos retratos puedan enunciar algo relevante.

Cuando el profesor Von Vianden se acercó a los cuadros de la sala anexa al Gran Comedor, la inmensa mayoría comenzó a susurrar entre sí como si algo grave hubiese pasado momentos antes. Ninguno se atrevió a mediar palabra ante las palabras del jefe de Slytherin hasta que un retrato con un mago con bigotes de foca se atrevió a comentar.

- No creo que sea buena idea hablar de lo que hemos visto... Ese hombre encapuchado tenía una mirada amenazante cuando llegó y al irse parecía satisfecho, como si lo que venía a hacer lo hubiese logrado, una mirada fría y malévola, digna del mismo demonio...

Entonces uno de los retratos de enfrente habló y volteasteis a ver de quién se trataba. Era Violeta, amiga de la Dama Gorda de Gryffindor, y parecía muy afectada, asustada y con miedo en el cuerpo.

- Es tal y como dice... Apareció con los polvos flú, aunque es curioso porque todas las chimeneas de Hogwarts estaban bloqueadas... Lo vi ahí, con una capucha negra cubriéndole el rostro, robusto, corpulento y alto,... Me pareció escucharle susurrar una palabras en Gaélico o algún dialecto del Norte ¿Podría ser de Durmstrang? No lo sabría decir... Pero si, llevaba un báculo en la mano, eso lo recuerdo bien, y después salió de esta habitación y se escuchó la voz de un niño pequeño, el aleteo de múltiples de aves, puertas y ventanas que se abrían y cerraban, cantos de aves muy fuertes y penetrantes, y después de todo, tras unos minutos de quietud, el mismo hombre encapuchado regresó y volvió a desaparecer por donde había venido. Creo que os escuchó llegar, porque permaneció en silencio hasta que se fue... 

Violeta había tratado de ser concreta y contar todo lo que recordaba. ¿Quién podría haber entrado en Hogwarts y con qué propósito?

Justo entonces escuchásteis que la puerta que daba al Gran Hall era abierta de nuevo y que se acercaban a vuestra posición. No tardasteis en reconocer las voces, eran Severus Snape y el profesor Flitwick.

- Severus, esto no es normal... ¿Cómo llegaron los Fwoopers al Gran Hall? De milagro no han muerto los jovencitos. Y según la profesora McMahon y el profesor Rowle, también han habido ataques en el bosque prohibido y en el lago Negro. ¿Qué está ocurriendo? 

Entonces Snape pareció advertir el cuerpo del pequeño Gryffindor en medio del gran salón.

- Shhh... Un cuerpo en mitad del Gran Comedor. Comprobemos los alrededores...

Aun estoy observandolas hay algo en ellas que me tiene intrigado - no se si pueda confiar en el profesor la puerta se cerró de una forma muy extraña casi pareció que el mismo profesor fue el que la cerró pero eso no era lo importante por ahora debíamos descubrir qué fue lo que ha estado ocurriendo -¿que ha visto usted profesor?.

El profesor Von Vianden y el alumno Francis Lestrange escucharon atentamente la explicación de los retratos de la pared y pudieron corroborar sus palabras al ver una pequeñas partículas cerca de la chimenea que inconfundiblemente se trataban de polvos flú. Un poco más de insistencia en los detalles sirvió para que Violeta recordase el lugar que había mencionado el mago en cuestión al abandonar el lugar, el callejón Nocturn.

La dudas recorrían vuestras mente cuando entraron al Gran Comedor Snape y Flitwick, y encontraron el cadáver, y al poco advirtieron vuestra presencia y quisieron indagar las razones por las que estabais en aquel lugar, con el cuerpo sin vida del joven Baztán y sin dar la alarma de inmediato. Pero justo entonces entraron dos aurores del Ministerio en la sala y el centro de atención se dirigió a ellos.

Al parecer, tras charlar brevemente entendisteis que el director Dumbledore había solicitado ayuda al ser el castillo siendo atacado por dragones y otras criaturas, hecho que os sorprendió, y al final se decidió que discutiríais el asunto en la sala de profesores tras acompañar primero al joven Lestrange a sus aposentos en la Torre de Ravenclaw. 

Sin lugar a dudas, la gravedad del asunto era de proporciones magnas...

LUNES, 23 de septiembre de 1991 (Por la mañana, antes del comienzo de las clases)