Partida Rol por web

Viendo el interés que había despertado en algunos de los alumnos la prueba de valor por el castillo, y siendo conocedor de que algunos no más que divertirse estaban pasando un mal rato, decidió que era el momento de actuar. Se levantó de su asiento y le comentó una cosa más a Draako Scamander antes de que partiera hacia el patio del reloj.

- Profesor Scamander, si es tan amable podría hacerme otro favor,... ir advirtiendo a todos los aprendices de que se acerquen hasta las mesas y les haga mención de algo. Todos deberían tener la posibilidad de participar si les apatece... Le comentó con su habitual parsimonia al hablar. Dumbledore tenía el don de hacer que en cierta medida le obedecieran, pero no como obligación, si no porque motivaba a ello en su forma de expresarse. ¿Era aquello un don?

- Jovencitos, aguardar un momento. En cuanto estemos todos diré unas palabras y ya después podéis hacer lo que consideréis. Prometo ser breve... Profesor Westerberg, profesora Foxier, ¿pueden acercarse ustedes también?

El celador Filch había aparecido de improviso y estuvo a punto de atrapar a varios de los pequeños con sus manos, aunque falló y solo sintió en aire entre sus dedos. Él siempre malhumorado y antipático hombre no había alcanzado a atrapar a nadie, y solo pudo comprobar que Ártemis se había quedado allí de pie, sin tratar de huir y pidiendo ayuda para encontrar a alguien perdido. Quizá por una vez en su vida mostró atisbos de humanidad, y aún con el rostro sombrío, comentó un tanto dubitativo.

- Chico... ¿Dices que alguien está perdido en la niebla? Aguarda un momento... Entonces Filch sacó de su túnica una bengala mágica y la encendió, dándole un golpe en un lateral. A simple vista parecía casi una antorcha pero la luz era blanca y potente, y no tardó en arrojar claridad al ambiente, hasta entonces tan oscuro.

A solo unos metros, pudieron ver a Kayla y Gin andando en dirección a ellos, esta última sosteniendo en brazos a la señora Norris, que si bien se había dejado coger por la pequeña semiveela, quizá notando el encanto natural que emitía, no tardó en saltar y correr hacia su dueño. A lo lejos se pudo observar como algunos niños seguían corriendo, quizá Gin y Kayla, que estaban más cerca de ellos pudiesen saber que se trataba de Thad y Anastasia que habían pasado de largo muy cerca de ellos, pero la vista de Filch no llegó a determinar quiénes podían ser. Alen fue el único que había ido corriendo justo en dirección a las muchachas, quizá impactando en Gin una vez la señora Norris había huido*

- No creas que olvidaré lo que le habéis hecho al esqueleto y aa los gnomos de jardín... Mencionó el celador al ver que Ártemis se alegraba de ver a quién creía perdidos. Sea como sea, regresemos. Ya hablaremos de ello... Estoy seguro que sabes quiénes eran los tres mozalbetes que estaban contigo ¿No piensas decirme sus nombres? Créeme que lo averiguaré... Pero si colaboras, no seré tan duro contigo...

No quiero que Anastasia me vea, el traje de Batman, aunque era increiblemente absorbente por las mil almohadillas que simulaban los músculos y aunque fuera negro como la noche más oscura, seguro que podría verse un cerco en la entrepierna que delataría que me había meado encima, al llegar a una distancia considerable al gran hall me doy cuenta de que hay gente allí y que va a ser imposible que pase desapercibido, así que lo único que se me ocurre es una mala idea, pero seguro que no es la peor que he tenido.

Cojo la varita con mi brazo bueno y me apunto al pecho, Aguamenti. Susurro para que no lo oiga nadie. La ráfaga de agua me golpea el pecho y me cala el traje de arriba a abajo. La capa debería evitar que Anastasia vea lo que hago y estoy suficientemente lejos de los demás como para que no vean lo que estoy haciendo, o por lo menos eso espero.

Al ver a mi novia a salvo, me dirijo hacia ella y le doy un fuerte abrazo, para luego saludar a Ginevra y regresar con el celador a cumplir mi palabra.

Muchas gracias señor Filch. - digo mientras me apresto a andar al lado del celador, al tiempo que le tiendo la mano a Kala para que me acompañe.

Perdóname princesa, parece que otra vez terminé metido en un buen lío y esta vez no tengo ninguna excusa ingeniosa más allá de mi propia idiotez. - comento bastante aliviado de verla a salvo.

En verdad, a veces me precipito mucho para actuar y termino de cabeza en las mandíbulad del lobo. Mil perdones. - agrego cabizbajo.

Te prometo que, en cuanto terminen de echarme la bronca iré a buscarte, pues tenemos una conversación pendiente, no lo he olvidado. - añado con voz serena.

contra todo pronóstico, la uraña gata había aceptado ser acurrucada entre los brazos de la niña que se fue detrás de Kayla, con la esperanza de descubrir lo que pasaba, sin embargo las noticias de que fueran gnomos zombies y criaturas terribles las que estaban atacando, despertaban los miedos que habían quedado en la niña tras los eventos en el bosque. Ginevra dudó en acercarse más, después de todo ni la seguridad de Silver ni la de su novio le eran importantes, sin embargo avanzó aún así, con la gata en los brazos y esperando que el mito sobre Flich y su gata fuesen real: dónde andaba la señora Norris, no muy lejos estaba Flich.

— se ve una sombra alta — fue en lo primero que reparó la chica, pero la gata reaccionó y bajo de sus brazos de un salto, al levantar la vista, Gin se encontraría con sus compañeros casi encima, corriendo desde donde estaban, Alen, de hecho, corría justo en dirección de la niña, a lo que ella simplemente esquivó con un grácil paso hacia un costado.

— ¿Alen? — dijo su nombre cuando pasó delante de ella, pero el chico no paró la marcha incluso  a pesar de ir directo hacia ella, la chica iba a decirle algo más, preguntar lo que pasaba cuando escucha la voz del celador y cómo despotricaba en contra de los tres que habían escobado. Se extrañó demasiado e iba a preguntarle algo a Kayla, pero Artemis se planta ante ellas y abraza a su novia, Ginevra se incomoda por sus muestras de cariño y tras saludar al tejón, miró hacia otro lado.

— ¿que ha pasado? ¿Y los gnomos zombie? — prejuzga con un tono serio, porque ya intuía que había sido un error y que se habían metido en problemas, ¿la ausencia de Kayla el día Miercóles se debía a la mala infliencia de Flamel? ¡Por cosas así es que no quería novios! La gente actuaba de manera escupida, y Kayla se metería en más problemas, ya lo vaticinaba la slytherin, lo que definitivamente le costará puntos a su casa, por otro lado, Kayla se bastaba así misma para liarla, solo bastaba recordar lo sucedido en el club de Duelos, pero en ese momento, Ginevra consideraba a Artemis, un agujero negro de desorden y problemas.

Pues verás, resulta que no eran realmente zombies, pero me dieron un buen susto y los ataque, supongo que ahora deben andar escondidos hablando pestes de mi y por eso voy a recibir mi castigo. - le respondo a Ginevra quitándole el hierro al asunto.

Esta vez me precipité mucho para actuar, escuché un grito y corrí a ayudar, lo que al final no fue buena idea, pero bueno a lo hecho, pecho, pues no sieve de nada llorar sobre la leche derramada. - agrego con evidente resignación.

Me dirigí al patio de la torre del reloj siguiendo las recomendaciones del profesor Dumbledore, después de todo al parecer algunos chicos se habían vistos involucrados en las decoraciones o al menos eso había  dicho el director, pero bueno era cuestión de tranquilizar a los pequeños, que debían estar pasando un mal rato.

Dos pequeñas siluetas aparecieron en  mi dirección al parecer era el joven Castle y la señorita Born, venían muy asustados por lo que lo que mejor se me ocurrió fue interceptarlos y hablar con ellos, dudaba que lo hicieran por voluntad así que recurrí a una pequeña estrategia.

Saque mi varita y concentrándome lo suficiente recite el encantamiento – Aguamenti – pero esta vez no fue para formar un chorro, una burbuja protectora se formó alrededor de los chicos mientras me daba el tiempo de acercarme.

-Calma chicos todo está bien, disculpen que los detenga de ese modo pero parecían muy asustados- expresé mientras los observaba, -supongo que cayeron en la broma del esqueleto del director o les ocurre algo más- los chicos se veían agitados.

No profesor, estoy bien, solamente quiero ir a mi cuarto para poder secar el disfraz y volver a la fiesta lo antes posible.

Justo en el momento que alcanzo a Thad un profesor nos interrumpió,  ''maldita sea, no puedo perder más tiempo...' ' así que pensaba que era lo mejor explicárselo al profesor Scamander.

- Profesor Scamander, la culpa es mía... el sr. Filch tiene a Artemis porque piensa que es su culpa pero no es así, es la mía... fui yo la que tropecé con el esqueleto, quien vio a los gnomos y asustó a mis compañeros y quien lanzó el Flipendo que hizo romper a los Gnomos, por favor...- paré duramente un segundo a coger aire para seguir hablando con el profesro.-  puede hablar con el Sr Filch y decirle que la culpa es solamente mía, mis compañeros solo intentaron protegerme pensando que estaba en peligro, por favor, yo acarrearé toda la culpa, por favor... - no iba a permitir que Thad se escapara sin antes hablar con él así que le tiré del brazo antes de que se pudiera escapar de nuevo.- ...también necesito hablar contigo...

No hace falta Anastasia, creo que ha quedado claro que me crees un inútil que necesita una niñera para estar a salvo, lo que más me fastidia es que hayas elegido al imbécil de Ryder para que "me protegiera". Miro al suelo totalmente deprimido.

Creí que sería diferente contigo, pero ya veo que el problema sigo siendo yo, yo si que soy un idiota.

Las palabras de Thad me habían hecho daño y mucho mas de lo que creía: No es eso... Thad...- intentaba decir mientras le escuchaba y sabía que se iba a alejar poco a poco, le agarré de lo primero que había pillado y llevé mi cabeza a la altura de su pecho para susurrarle.- Tenía miedo... demasiado miedo... Thad... no podía...- las lágrimas comenzaron a correr por mi cara una tras otra, no sabía si las notaría con su cuerpo empapado pero eso no me importaba, hacía mucho tiempo que no lloraba de esa manera.- ...no puedo perder... a nadie mas... y mucho menos por mi culpa... - fue en ese momento cuando recordé que nunca mas iba a volver a acercarme a nadie así, por culpa de ese miedo...

Me alejé de él y esta vez fui yo quien había tomado esa decisión de no decir ni una palabra mas, sería lo mejor...- Adiós, Thad... 

El profesor había visto como Anastasia se acercaba a Thad y apoyaba su cabeza en su pecho mientras susurraba unas palabras, cuando se volvió a girar hacia él, su mirada se había vuelto completamente vacía...

-Entiendo Joven Castle pero eso no será necesario- apuntando la varita sobre el chico procedía a secarlo, mientras escuchaba con atención las palabras de la señorita Born así como sus expresiones.-Ya veo se necesita valor para admitir los errores, por favor ambos acompáñenme veremos que se puede hacer con Filch- dije avanzando en dirección hacia el patio de la torre del reloj-

-Señorita Born está usted bien pareciera que ha perdido algo de chispa- argumente sobre la mirada de la pequeña – en todo caso necesito su presencia, así que aceleremos el paso por favor- le pedí a los jóvenes que me acompañaran.

Agarro la mano de Anastasia cuando se va a alejar y la acerco de nuevo, la abrazo poniendo mi cara junto a la de ella. Yo tampoco quiero estar solo, nunca más. Sólo quiero estar junto a ti. Anastasia... Nunca más te despidas de mi.

Cuando Thad agarra a Anastasia lo primero que hace es apartarle, ''pero ¿quien se creía quien es?'' después de apartarle decidió seguir su camino al lado del profesor Scamander, ahora mismo en ese momento no quería ni verle, ella no era un juguete que pudiera soltar y agarrar cuando quisiera...

- Sigamos... no quiero que Filch se atreva a hacer daño a alguien inocente... - fueron mis palabras mientras no apartaba la mirada del suelo y sin que nadie pudiera verlo se quitó una lágrima que había bajado por su mejilla.

Anastasia... digo mientras se aleja, a mi nunca me perderás, siempre estaré ahí para ti, digo cayendo de rodillas al suelo mientras lloro por dentro de la máscara de Batman. Mi varita cae al suelo, pero no es lo único que noto caer, la adrenalina de los últimos instantes había hecho que me comportara de aquella forma, ahora era otra vez el niño asustado que no quería que le dañaran. Su corazón no aguantaba más esa montaña rusa de emociones.

La chica lo miró con aquella expresión de: ¿me estas tomando el pelo?, pero no, no le estaba tomando el pelo, realmente había creído lo de los gnomos zombies, así que la chica torció el gesto y luego rodó los ojos.

— deberías tener mejores excusas para dejar a tu novia sola, en fin, nos vemos chicos — movió su mano de manera de despedida, una parte de ella se sintió decepción de que no fuera una aventura contra seres malignos, pero otra parte de ella realmente pensó que o el chico era malo inventando excusas o realmente era un tonto, lo bueno que no era problema de ella, así que sujetó su vestido y volvió caminando hacia el Hall y de ahí a la fiesta, tenía pensado buscar a Daniel, necesitaba encontrarlo y quizás le contaría lo que le había pasado. 

Me quedo al lado de Victoria sin soltarla la mano, de hecho ya que estoy agarrándola se la acaricio suavemente con el dedo pulgar a la vez que la miro sonriendo un poco. 

¿Estás mejor? La susurro para que sólo me oiga ella.

-Señor Castle creo haber dicho que iríamos juntos- me molestaba ser el serio en la situación pero me estaba cansando de los comportamientos infantiles de estos críos me pregunto si sería demasiado castigo que el chico atendiera unos cuantos Kappas o si solo debía buscar una manera mas fácil, -supongo que si sigue con esa actitud no me deja otra opción- moví la varita una vez más aunque dudaba si era demasiado para un chico - Aguamentí- de nuevo la burbuja le cerro el paso al chico -espero entienda la indicación de juntos.