Partida Rol por web

El hombre que había recibido el disparo de Denelloth oyó las palabras de su jefe, pero seguía aturdido y confuso. A su lado, Sir se detuvo al ver el rostro sombrío aunque conocido. Cerró los ojos y respiró hondo...

Denelloth trataba de recargar la ballesta lo más rápido posible.

Raku llegaba blandiendo su cimitarra...

mal decían que aquel tipo no le hiciera caso pues tenía la oportunidad de descubrir de qué se trataba todo aquello.

Cuando Denelloth vio a aquel bribón armado dirigirse hacia ellos, temió por la joven Sir. El tiempo de mantener la distancia había pasado. Dejó caer la ballesta y desenvainó apresuradamente mientras intentaba interponerse entre la niña y su raptor. Ahora, de cerca, el bribón podía ver los ojos del montaraz, enrojecidos por el sueño y el cansancio. Aún tuvo tiempo de añadir, con voz ronca y poca convicción:

-Aún estás a tiempo de salvar al vida, desgraciado. No desperdicies la oportunidad.

Sin embargo, se aprestó a la defensa, la suya poca y la de la jovencita que había venido a buscar.
 

Caäniza se dio la vuelta y cargaba su arco mientras avanzaba. Raku corría hacia Denelloth finalmente. Las palabras del montaraz que pronunció al dejar caer su ballesta le hicieron dudar unos instantes. Su presa, Sir, se encontraba cerca, paralizada por el miedo. Todo había ido bien hasta que de la nada había llegado la arquera, y ahora este montaraz. Pero firme era su determinación, y atacó con todo a Denelloth que aún estaba sacando su escudo y la espada.

Raku gritó mientras golpeaba con la cimitarra, pero Denelloth hábilmente detuvo los golpes con su escudo y espada, y retrocedió unos pasos.

Turno 5

La mala puntería hizo su aparición, lo que no era normal era que se hubiera cepillado a uno de ellos de un flechazo, pero seguían sin querer detener su hostilidad y volvió a cargar su arco, mientras le decía a Sir que se zafara de sus captores.

El contrincante embistió con fuerza. Denelloth apenas tuvo tiempo de parar el ataque y responder sin mucha convicción. El otro indeseable seguía doliéndose con las manos en la cara; era el momento de intentarlo...

Turno 5

La flecha de Caäniza falló, pero Sir se dio cuenta de su posición y se detuvo para retroceder hacia su amiga sin perder de vista a los combatientes. Mientras uno de los rufianes se limpiaba la cara aún aturdido, Raku cargó con todas sus fuerzas nuevamente contra Denelloth. El montaraz pudo contener el ataque con su escudo y espada a duras penas, y le alcanzó con su cimitarra la pierda. El tajo era profundo, y el dolor punzante. El oriental sonrió. Las tornas habían cambiado, y ahora eran dos contra el montaraz.

Turno 6

Los dos hombres atacaron al montaraz, conscientes de que Raku le había herido en la pierna Denelloth intentó parar los ataque del que tenía la cara manchada de sangre con su escudo, y los de Raku con su espada. El primer ataque le dio en el costado, pero su armadura le protegió del peor golpe. Raku volvió a penetrar la defensa del montaraz, y le hizo retroceder y tambalearse.

Mientras tanto, Caäniza volvió a cargar su arco y Sir seguía retrocediendo. En sus ojos se reflejaba el miedo y el horror de la batalla, pero también una firme determinación de vencer a los hombres malvados.

Sir, ven quédate cerca de mí.

respiró hondo y sus dedos dejaron salir la flecha en dirección al ayudante de rakú.

no es la última vez que te advierto rakú, o cesas en tu intento o acabarás como ellos.

Denelloth se cubría como mejor podía de los dos hombres que le acosaban. Resollando, apretó los dientes para no gritar de dolor cuando notó la mordida del tajo en el costado. Estaba claro que esta era una de las peores situaciones posibles, y sin duda la que el montaraz menos deseaba. Cuando vio una flecha volar certera contra uno de sus oponentes, pensó: Puede que todavía haya una oportunidad.

Retrocedió lentamente, intentando salir del alcance de su enemigo pero sin perderle la cara en ningún momento, agazapándose tras el escudo y blandiendo la espada a la defensiva. Al menos, o eso parecía, la niña podría salir indemne; Denelloth aceptaba el precio por hacer de escudo humano. Se encomendó mentalmente a los Poderes para que todo saliera bien.

Turno 7

La situación de Denelloth era realmente desesperada. De nuevo los dos hombres se preparaban para atacarle, uno a cada lado. Pero en ese instante, un certero disparo de Caäniza le impactó en el cuello al ayudante de Raku. La flecha se quedó clavada, y el hombre cayó al suelo. De su boca salía sangre a borbotones, y emitía un sonido gutural que presagiaba su muerte inminente.

Raku maldijo en su lengua, y cargó con rabia contra Denelloth. Pero ahora el montaraz podía parar tanto con el escudo como con su arma. Por un momento pensó que lo peor había pasado. No fue así. El golpe de Raku fue preciso y letal. Superó las defensas del montaraz, y le hizo un profundo tajo en la pierna cortando músculos y tendones. Denelloth se quedó de rodillas en el suelo, y se apoyó en su espada para no terminar tendido boca abajo.

Turno 7bis

En cuanto vio caer al montaraz, Raku se giró rápidamente buscando a la niña.

Ya habría tiempo de rematar al dúnadan. ¿Dónde está?

-Ven aquí, pequeña, le dijo a Sir y miró a Caäniza para ver si volvía a cargar el arco que había acabado con sus dos ayudantes, o si iba a salir corriendo

Gritó a pulmón, esperando que alguien mas les oyeran.

.-AYUDARME! Mientras volvió a cargar una flecha en el arco, y le advirtió -ya te he avisado.

Luego le ordenó a Sir, ves por ayuda, corre y no mires atrás. 

Turno 8

Raku se detuvo y su mirada se cruzó con la de Caäniza. Ella le miraba serena y amenazante. Maldición, es una cría con un arco pequeño, pensó. Pero en suelo yacían dos de sus hombres con una flecha clavada. Dudó, y al niña que había secuestrado salió corriendo. Ya tendré tiempo de alcanzarla.

Entonces Caäniza gritó pidiendo ayuda. Una sonrisa malévola se dibujó en el rostro del oriental. -Tú grita, estúpida. Estamos a un cuarto de milla de mi destino. Allí me esperan más mercenarios, y orcos. Y algo peor.

La siguiente flecha salió del arco, y enseguida se percató de que no terminaría por vencer a Raku, tal y como la flecha salió ella hizo lo mismo en sentido contrario. Pensó para ella que si le seguía no estaría siguiendo ni a Denelloth ni a Sir. Y que si pudiera despistar y ganar tiempo mejor.

Turno 9 y 10

El disparo de Caäniza salió muy desviado, y acto seguido ella se dio la vuelta para alejarse del oriental. Raku se quedó mirando unos instantes. Estaba dudando entre seguir a Caäniza o a Sir. Finalmente optó por perseguir a Caäniza, confiando que una vez muerto el dúnadan y la arquera, la niña sería más fácil de encontrar.

Caäniza se tropezaba entre las piedras en la oscuridad, pero seguía alejándose. Miró rápidamente por encima del hombro para ver si le seguía, y vio que además de Denelloth arrodillado, y los otros dos bandidos y Raku, había aparecido un nuevo hombre que portaba un gran hacha y avanzaba hacia Raku con intención de atacarlo.

La lucha acontece rapidamente y sin tiempo que pensar paso corriendo junto a Dellenoth quien parece un poco aturdido, y rápido lanzo el hacha al tipo que corre (el tal Raku) tras la joven.

Justo tras lanzarla sigo corriendo a la vez que agarro el hacha bastarda que tengo en mi cinto para seguir atacando.