Partida Rol por web

Sil Auressë

[15.4.3] La Cabaña de los Montaraces

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27/10/2016, 13:57
Director

El anamarta sintió el apretón fuerte de Wulfgar. Sus ojos abiertos de par en par miraban al vacío, pero veían más allá de este mundo. Delante de él se abría el umbral, y como si quisiera apartar una espesa niebla, con la otra mano hizo un débil gesto. Su espíritu avanzaba, y los cuidados de Norión le aliviaron el dolor que sentía su cuerpo.

Al realizar el encantamiento, Norión pudo sentir cómo las fuerzas mágicas fluían en este lugar encantado. No era un lugar cualquiera. Había sido bendecida por los poderes, y se había llevado a cabo un ritual hace poco. El sello o el rastro aún permanecía aquí, rodeando la cabaña y protegiéndola del Mal.

Y ese rastro le era conocido a Norión. Ya lo había visto antes, cerca de Sil Auressë. La Dama Ayla había llevado a cabo un ritual también en este lugar, y no hace demasiado tiempo. Su poderosa magia aún seguía presente, y ahora se unía a las otras fuerzas en movimiento.

El Guardián de los Muertos había hallado un lugar sagrado en su camino hacia la Oscuridad. Un lugar sagrado improvisado, imprevisto, sin grandes alardes ni monumentos para constatarlo. No era necesario para los Primeros Nacidos. Ellos sentían estas cosas de una forma natural. Para los mortales, era necesario años y años de estudio y dedicación. Y aún así, muy pocos elegidos podían llegar a sentir la presencia de lo divino en su vida. Donde sí lo sentían era en su muerte, como le sucedía ahora a Wulfgar. El norteño lloraba de felicidad y de dicha al terminar de cruzar el umbral. Había descubierto el misterio que les aguardaba a todos los hombres, y por fin su cuerpo descansó.

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27/10/2016, 14:12
Girion

Girion levantó la vista y miró a Denelloth directamente.

En caso de que la misión falle, iré a por Sir para ponerla a salvo. No podemos permitir que sea capturada nuevamente. Somos hombres de armas que no tememos enfrentarnos a los orcos, comoya hemos demostrado, pero tienen razón en señalar que estamos poco dotados frente a otro tipo de fuerzas. Así que Norion propuso a Khoradur que Finduilas se sume a la escolta, la proteja de los poderes de la oscuridad y sea también quién interceda por su custodia en un lugar seguro.

- Lo mas probable es que se la envíe al Príncipe Pelendur en Arthedain...-las palabras de Girion se quebraron sin decir nada más. Sabía que la niña teníauna especialnoexión con Denelloth y separarles le dolería a montaraz en lo más profundo de su ser.

- ...una vez allí, con la ayuda de Pelentur o sin ella, habrá que buscar el lugar donde pertenece la niña... en el Mar Circundante, más allá de Forochel, donde ningún hombre habita.

Girion volvió ha hacer otra pausa, sin dejar de mirar a Denelloth. Sabía que esta decisión le dolía almontaraz, pero a la vez le aliviaría saber que había una solución y una posible vida para la niña si este plan fracasaba.

- Como ves, y cito a la princesa Finduilas, "hay una luz tenue más allá de la oscuridad que se avecina. Una esperanza para ella más allá de la muerte. De repente, algo del futuro nos vuelve a pertenecer".

- Si Gothdust centra su atención en Sil Auressë por un par de días, favorecerá nuestra cuasa, permitiéndonos derribar el monolito o por lo menos desactivarlo. Pero si embiste con toda su fuerza y derrota a Khoradur, no no nos quedará otra ocpión que llevarnos a la niña…de ahí que venga yo en esta misión y que lleve conmigo a mi fiel compañero viento. Es más importante de lo que pensamos, es el seguro de vida de Sir en caso de que fracasemos. Y si yo no puedo ir por...por cualquier causa, tú Denelloth ocuparás mi puesto y salvarás a Sir.

Parecía que todas las palabras que salían por la boca de Girion eran funestas, así que el joven terminó buscando algo que les diera esperanza. Así recordóunas palabras que escuchó de Finduilas sobre el guardián.

- Tenemos sin embargo un aliado mas, el guardián de la piedra, el elfo que protege a Sir desde el mundo de los sueños... Benaldamath. Tú, Denelloth, puedes contactar con él. Si fuese necesario, prometió manifestarse y destruir el monolito... ésta sí que es nuestra última esperanza...pero por lo menos es una esperanza- concluyó el dunadan.

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27/10/2016, 23:08
Denelloth

El búho planeó ululando hasta el suelo, miró a Norión y luego se colocó junto a una piedra. Mientras Girion hablaba, Denelloth y él no se perdían de vista, pero el montaraz había escuchado con atención. Miró a Girion y asintió silenciosamente. Parecía que algunos detalles del plan eran nuevos para él, y que otros no terminaban de aquietar su espíritu. Pero parecía más sereno y más resuelto que unos momentos antes. -Así se hará-, se limitó a responder.

Recorrió a la compañía con la mirada, como esperando cualquier comentario. Se detuvo un instante más en Ferrim; el enano, pieza fundamental en el plan, seguía hierático como la piedra de la que procedía. También en Norión, que seguía arrodillado junto a Wulfgar. A Denelloth le había dado escalofríos su mirada en aquellos momentos. No envidiaba el papel que el sacerdote jugaba en todo aquello.

-Eben, Girion y Russef, si tenéis algo importante que informar respecto a vuestras recientes misiones de avanzadilla,* es el momento de hacerlo. Saldremos en cuanto todos estemos preparados.** Nos ocuparemos de Wulfgar a la vuelta. Avanzaremos en grupo hasta avistar el bosquecillo, siempre con mucho cuidado y redoblando la atención. Eben y Otho, seréis nuestros clareadores, quinientos pasos por delante. Vigilad las evoluciones de nuestro amigo alado -dijo, señalando al buho. -Norión con Viento, Girion y maese Ferrim en el centro. Russef y yo, por los flancos-. El montaraz hizo un gesto de confianza al escolta saralainni, que, a pesar de sus recientes heridas, era bien capaz de desempeñar un oficio que había demostrado conocer.

-Al llegar al bosquecillo y atravesarlo para llegar al claro... Esperamos no encontrar enemigos, pero sería posible cruzarse una patrulla, o incluso que el lugar tuviera una escolta. De nuevo, lo más importante es pasar desapercibidos. Los clareadores, si veis algo volved inmediatamente para comunicarlo, salvo riesgo de ser vistos. Cualquier encuentro debe saldarse sin enemigos en condiciones de delatarnos. Otho -alzó la voz para dirigirse al mediano, en lo alto de la atalaya-, deja de comer un momento y dinos qué se ve alrededor.

Y se aprestó para partir, echándose un trozo de pan a la boca.

Notas de juego

*Denelloth se refiere al momento en que Eben por su parte volvió a la cabaña y de cómo encontró a Wulfgar, y cuando Girion y Russef, por el suyo, se separaron del Grupito del Monolito hace un rato.

**Es que no sé si Norión está haciendo cositas con Wulfgar, que tampoco se si está pallá o todavía pacá XD.

 

Insisto en que alguien me aclare cuánto dura el ritual, desde que llegamos frente al pedrusco hasta que hay un desenlace resultón. Si lo he entendido bien hay un momento ideal para el ritual, que no es cuando el grupo llega al monolito (dentro de unas 5 horas), sino unas cuantas horas después. O sea, que llegamos pronto, no?

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28/10/2016, 00:04
Denelloth
Sólo para el director

El búho se está convirtiendo en un compañero indispensable para Denelloth. El montaraz desearía poder comunicarse mejor con él, y nota lo mismo por parte del animal. Eso parece haber creado un cierto lazo de unión entre ambos, cierto entendimiento, por paradójico que pueda parecer.

Se ha posado en el suelo, junto a una piedra. Mira a Norión, mi mira ¿Qué quiere decirnos? ¿Nos invita a partir? ¿Se aproxima una amenaza? ¿Hay algo especial en esa piedra?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Por tirar algo, a ver si entiende Denelloth al búho. O debería utilizar la habilidad Maestría con los Animales?

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28/10/2016, 02:45
Norión

Norión cerró los ojos del guerrero con la palma de su mano y se puso de pie con dificultad, apoyándose en su cayado. El semblante de Wulfgar estaba relajado, en paz, al igual que el resto de su cuerpo ya sin vida. - Has optado por cruzar el umbral, no te culpo, a mi mismo me hubiese gustado acompañarte - dijo en un susurro, mientras tiraba su capucha hacia atrás, descubriendo su rostro. No era algo que hiciese con frecuencia, muy poca gente en la aldea lo había visto tal cual era. Su semblante no mostraba la dureza habitual, ni la sombría amenaza de la oscuridad, por el contrario, estaba relajado y seguro. Y para sorpresa de algunos, era humano.

Había escuchado todo lo dicho como si se tratase de un murmullo a lo lejos, todo lo dicho tenía su cuota de verdad, pero tras lo que había visto en los últimos minutos que compartió con el guerrero, en el umbral entre los mundos, ciertamente todo eso le parecía completamente secundario. Había una fuerza renovada en su interior, una gracia que los mortales solo tenían una vez y en su caso se había adelantado para bendecir sus caminos.

- Voy a necesitar un tiempo para terminar de leer unos pergaminos. Hijo de Ferric, cuando estés libre me gustaría verlos contigo - caminó con dificultad hacia la mesa con la vela que había preparado y se sentó a revisar los documentos que Finduilas le había dado. Luego alzó la mirada hacia el montaraz - Denelloth, quiero hablar contigo también - le dijo, y luego bajó su cabeza y comenzó a leer.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Insisto en que alguien me aclare cuánto dura el ritual, desde que llegamos frente al pedrusco hasta que hay un desenlace resultón. Si lo he entendido bien hay un momento ideal para el ritual, que no es cuando el grupo llega al monolito (dentro de unas 5 horas), sino unas cuantas horas después. O sea, que llegamos pronto, no?

Denelloth, de lo que hemos hablado y de conocimiento común del grupo, ya Girion y tu dijeron todo lo que habría que hacer, además de las cosas que Norión tiene en mente y no ha dicho, así que un par de horas llevará el ritual. En cuanto al momento adecuado, mi personaje tiene sus conjeturas, pero no ha quedado claro para el grupo el momento oportuno. Si queres lo roleamos e intercambiamos ideas, pero recordemos que Norión aceptó salir cuanto antes en lugar de hacerlo en la fecha que las "estrellas" indicaban, a pedido de Denelloth y de Khoradur.


Master, me pongo a leer los documentos de Finduilas

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28/10/2016, 16:50
Ferrim, hijo de Ferric

¡Un ingenioso cierre para un tubo de kregora! ¡Kregora! Eso atrajo instintivamente la atención de Ferrim, herrero e ingeniero apasionado por las puertas, los engranajes y sus secretos. Aunque su familia y clan, herederos de una antigua tradición herrera, trabajaban normalmente con metales comunes, preciosos o no, a Ferrim no le eran extraños otros más peculiares e interesantes. La kregora, por ejemplo, un metal con propiedades tan maravillosas como inútil para todo lo demás.

Había visto a sus maestros trabajarla, e incluso él mismo tuvo la oportunidad de hacer algunas pruebas. Algo que los naugrim en general evitaban, porque la kregora era una aleación obtenida del peligroso celebur, el metal que absorbía la salud y la vida de quien lo tocara. Los complejos mecanismos para producir y manejar el celebur eran desconocidos para los humanos, pero no así para los khazad más experimentados. Uno de los productos de alear el celebur era la kregora, ese metal que no servía ni para armas, ni para armaduras, ni para joyería, y casi ni para hacer una cuchara. La kregora era blanda, dúctil, muy manejable si era bien aleada. Salía de la fragua en lingotes de un marrón dorado, pero enseguida su superficie se oxidaba en un amarillo ocre. Esos lingotes eran laminados por la fuerza de los martillos y los tornos, estirados y estirados hasta convertirlos en bobinas de alambre, el formato en el que casi siempre se utilizaba la kregora para hacer valer su maravilloso poder. Un metal débil, pero de valor incalculable.

Bueno, no del todo. La mente analítica y calculadora de Ferrim, hecha para los negocios, supo hacer una estimación rápida del precio de ese tubo de kregora. Pero eso era una costumbre profesional. Ferrim comprendía el valor de aquella pieza amarillenta. Por fin lo sabía.

Escuchó atentamente todos los pormenores de aquella misión, los motivos, las causas y los objetivos, y por primera vez sintió que no caminaba sobre una cuerda en un abismo. A los naugrim les gusta pisar en firme, en buena roca, y por fin estaba entendiendo los motivos de que se le pidiera su participación.

Miro a Hakk, su martillo de herrero y se sintió satisfecho por haber grabado en él algunas runas antes de partir, aquellas que contaban su participación en la misión. Hakk era un mucho más que una herramienta. Aquel martillo de herrero era un legado familiar, un símbolo, una herencia llena de significado que ninguno de aquellos humanos podría entender. En su superficie se habían grabado, con los siglos, las gestas de Hakk: cuándo tocó por primera vez algunos metales poderosos, como el adarcer o el mithril; o aquella vez que fue utilizado por el bisabuelo de Ferrim para hender un gran bloque de mitin, de cuyos trozos y esquirlas se tallaron las joyas para la armadura de un joven príncipe noldo; o cómo participó en la forja de armas de nobles y reyes enanos, elfos y edain. Hakk tenía múltiples anotaciones rúnicas contando su historia, y Ferrim había grabado las últimas poco antes de partir: de cómo Hakk partió de Sil Auressë para forjar la destrucción del Mal.

Esa es la cultura enana, una en la que todo se fabrica con la máxima habilidad y el máximo respeto. Los enanos no eran una de aquellas civilizaciones bárbaras que solo apreciaban los nombres sagrados de las espadas de los reyes. Las herramientas también eran poderosas en manos de los naugrim, y cumplían gestas a su manera. Quizá una espada había hendido el corazón de un dragón. Pero unos martillos como Hakk habían sudado y gritado para hacer nacer esa espada. Y los enanos lo comprendían.

Del mismo modo, Ferrim entendía, por fin, la importancia de su presencia allí. No pretendía comprender los misterios del mundo, y no negaba la existencia de la magia. Bastante había visto en sus viajes como para ser así de obtuso. Pero aunque él no manejaba la magia, o al menos no de la manera en la que podían hacerlo otros más sabios que él, al menos ya podía comprender de qué iba todo aquello.

Él no era un guerrero. Era un artesano, un mercader, un diplomático. Pero su martillo iba a ser más importante haciendo su trabajo que rompiendo cabezas de orcos. Se sintió satisfecho, se mesó la barba y acarició la cabeza de Hakk mientras escuchaba a todos. No tenía nada que aportar a la conversación, solo insistir en su apoyo. Había aceptado estar ahí casi a ciegas, ahora que lo sabía todo, con más motivo.

Se acercó a Norión, que le reclamaba por algún motivo.

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28/10/2016, 19:23
Eben

Eben se sentía un tanto desplazado, como siempre pasaba cuando los eruditos en temas mágicos hablaban. Casi no había entendido la mitad de las cosas que habían dicho, pero todo cambió cuando Denelloth expuso su plan de batalla.

A la orden de Denelloth, Eben expuso muy sucintamente lo ocurrido en la cabaña.

- Poca cosa ha pasado por aquí. Mientras observaba desde el puesto de vigía vi a Wulfgar y le hice entrar en la cabaña. Ya estaba herido por lo que confío en mi su informe de campo y me envío a dar la alerta a la ciudad. Por el camino me encontré con un poco de resistencia y a Berlenan "Berl" que estaba siendo atacado por un huargo. Tras acabar con el huargo intentamos seguir a la ciudad, pero vimos a Girion con lo cual regresé a la cabaña mientras Berl continuaba para dar la alerta a la ciudad.

Aprovechó para asentir las órdenes de su maestro.

- Os ayudare avanzando en vanguardia sigilosamente e informando de cualquier obstáculo en el camino al monolito.

Tras hablar, Eben se acercó a una de las ventanas observando el exterior en silencio. Era consciente que desde la atalaya los que estaban de guardia tenían mejor vista, pero Eben aguzaba el oído y respiraba los aromas del bosque nocturno, atento a cualquier cosa fuera de lugar.

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30/10/2016, 09:57
Director

Norión dejó el cuerpo sin vida de Wulfgar en el suelo junto a la entrada de la cabaña que había defendido de los orcos, y luego buscó un sitio en la alargada mesa para sentarse a estudiar los documentos de Finduilas. Mientras los colocaba con cuidado encima de la mesa de madera, llamó a Ferrim.

Ferrim se acercó al sacerdote con paso firme. El sacerdote también había mencionado a Denelloth, pero el montaraz seguía junto a la ventana. Estaba observando al búho pero interviniendo en las conversaciones sobre todo con Eben y con Girion, que se encontraban también en el interior de la cabaña, igual que Russef. Entonces Denelloth dio unos pasos hacia la salida, con cuidado. Y salió fuera, y desde la posición de Wulfgar observó nuevamente al búho que estaba a unos quince pasos, y que le seguía con la mirada.

Mientras tanto, Otho seguía en la atalaya vigilando los alrededores. Asomó la cabeza por la trampilla en alguna ocasión cuando su nombre fue mencionado, y también invitó a alguno a subir con él. “Porque cuatro ojos ven más que dos”, dijo. Aunque al parecer, los enemigos ya casi habían pasado de largo y todo estaba tranquilo alrededor.

Notas de juego

Denelloth sale fuera un momento (hasta la puerta), y Ferrim y Norion hablan junto a la mesa. Girion, Eben y Russef: confirmarme si alguno sube arriba con Otho, sale fuera o si os quedáis los tres en la planta baja cerca de la mesa. A efectos de destinatarios, estáis lo bastante cerca en cualquier caso para incluir a todos (salvo que alguien quiera susurrar algo solo a un compañero claro).

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30/10/2016, 09:58
Director

Denelloth caminaba hacia la puerta, pensativo. Y recordó...

Thelran cabalgaba hacia una colina y llegó a lo alto justo al amanecer. A sus pies veía una aldea que había surgido de la nada en los últimos meses. Había bastantes tiendas y edificios nuevos. Una plaza de mercado, y en la meseta de enfrente estaban construyendo un castillo. Junto a un arroyo a su izquierda se veía el humo de una forja. En el centro de la plaza vio a un hombre de bastante estatura instruyendo a algunos jóvenes de la milicia. Cuando le vio en su caballo Ruthbeleg, y con el lobo a su lado, su mano fue rápidamente hasta el pomo de la espada pero la mantuvo envainada.

Así fue como Thelran llegó a Sil Auressë.

Denelloth salió fuera de la cabaña sin apartar la vista del búho.

En su mente recordaba la única visita de Thelran el montaraz a Sil Auressë. Pocos eran los que conocían que sus pasos una vez habían coincidido allí, durante un breve momento. El primero en verle llegar había sido Khôradur, que era el hombre que le había mirado desde la plaza.

Entonces salió Denelloth de la Casa de Comercio, y tras alzar su mano a modo de saludo se dirigió al encuentro de Thelran, aunque sin apartar la vista del lobo que el recién llegado tenía a su lado.

Denelloth alcanzó a Thelran en lo alto de la colina. Se presentó, porque aunque él sabía quén era Thelran, no se habían visto antes. Le dijo que estaba al servicio de la Dama de Sil Auressë, pero que antes había estado en los Faradrim Aran. Y le contó que había compartido misiones con Khelroc quien habló de Thelran en muchas ocasiones.

“La Dama te espera en la Cabaña de los Montaraces”, le dijo y se ofreció acompañarle hasta allí.

Por el camino Denelloth le había contado cómo en Sil Auressë había planes de preparar un refugio para los montaraces de Arthedain por si tenían alguna misión por Cardolan y querían evitar las patrullas del principado de Girithlin, que lindaba con el territorio a pocas millas al sur.

Llegaron a una casa abandonada y hasta hace poco en ruinas, pero que habían estado arreglando. “De momento la usamos para guardar las cosas de los cazadores, que es a lo que me dedico aquí”, le dijo Denelloth. A continuación, se despidió de Thelran indicando que la Dama le esperaba dentro.

Eso había sido todo. El día siguiente, Thelran ya se había marchado. Denelloth y Eben siguieron arreglando la cabaña, pero el recuerdo de aquella visita aún perduraba en este lugar. Denelloth había encontrado huellas del lobo blanco en el suelo, más o menos donde ahora estaba el búho. Pero además, recordaba ahora haber visto entonces unos símbolos extraños dibujados en la tierra. Un círculo, y líneas formando un dibujo en el interior. Símbolos que había dibujado Ayla durante el breve tiempo que había compartido con Thelran en este lugar. Igual que había hecho con Denelloth en otra ocasión.

Ahora, el búho se encontraba en el interior de ese círculo que ya no era visible, pero que tal vez su huella mágica no se había borrado. Y el animal le quería decir algo. Con su pata, agarraba la piedra y la soltaba. Y le miraba, expectante.

Notas de juego

https://runasdelaniebla.wordpress.com/2013/03/23/6...

(febrero 2013...)
 

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31/10/2016, 16:47
Denelloth

Wulfgar por fin había cruzado el umbral, y Norión se puso a estudiar los documentos con un Ferrim visiblemente reconfortado por las revelaciones que venía de conocer. Denelloth escuchó a Eben sin mirarle (le gustaría oir qué informciones había dado el nórdico al montaraz; imaginaba que había escapado por los pelos de su vigilancia en Colina Huarga) y asintió al sacerdote, que le requería, pero estaba atento a otra cosa. Salió de la cabaña dando cortos pasos hacia el búho.
 

Notas de juego

En cuanto al momento adecuado, mi personaje tiene sus conjeturas, pero no ha quedado claro para el grupo el momento oportuno. Si queres lo roleamos e intercambiamos ideas, pero recordemos que Norión aceptó salir cuanto antes en lugar de hacerlo en la fecha que las "estrellas" indicaban, a pedido de Denelloth y de Khoradur.

Correcto, Norión. Denelloth es partidario de actuar lo antes posible, porque su idea es, o era, destruir el monolito, por debilitar al Gothdust en su lucha contra Sil Auressë; pero no sabe si su idea es la más adecuada... Por eso cede ante la idea de hacer el ritual propuesto por Finduilas/Norión, pero prefiere llegar pronto que tarde. Roleémoslo si queréis.

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31/10/2016, 16:56
Denelloth
Sólo para el director

Denelloth se acercaba al búho cautelosamente. Le había venido a la memoria, todavía no sabía por qué, aquella ocasión en la que había acompañado a Thelran hasta allí para encontrarse con la Dama Ayla. Thelran, siempre Thelran; en los últimos tiempos estaba muy presente en sus recuerdos. Tal vez una advertencia de que sus caminos volverían a cruzarse pronto.

Se acercó al búho, examinó el suelo con cuidado, la zona en la que Ayla había realizado los trazados mágicos, y alargó la mano hasta la piedra, para examinarla mejor.

Notas de juego

Confieso que estoy algo perdido... Tiro algo?

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01/11/2016, 07:22
Eben

Al final Wulfgar había emprendido el gran viaje. Eben se sintió apesadumbrado por un instante. Había obrado bien, no tuvo opción al dejarlo solo y cuando llegó ya estaba herido de muerte. Aún así se sentía mal.

Seguía mirando por la ventaba de la planta baja mientras esperaba que el grupo decidiera los próximos movimientos. Tenía claro cual era su lugar y no iba a meterse en cosas que no entendía.

Permanecía en silencio mientras escuchaba a sus compañeros.

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02/11/2016, 18:08
Girion

Wulfgar había muerto y Norion lo había acompañado en su último aliento. 

Es lo mejor que te puede pasar, tener cerca a un Anamartar, Guardian de los Muertos.

Después Norion llamó a Ferrim y a Denelloth. Girion miró la situación y comprendió que querían debatir algo al respecto de cómo actuar al llegar al monolito...o lo que fuese. Pero era seguro que querían comentarlo ellos primero, sin que nadie les molestara.

- ¿Enterramos a Wulfgar?- propuso Girion a Eben y a Russef que estaban cerca y tampoco les habían "invitad a la fiesta".

Notas de juego

Girion, Eben y Russef: confirmarme si alguno sube arriba con Otho, sale fuera o si os quedáis los tres en la planta baja cerca de la mesa. A efectos de destinatarios, estáis lo bastante cerca en cualquier caso para incluir a todos (salvo que alguien quiera susurrar algo solo a un compañero claro).

Yo estoy cerca de la mesa en la planta baja ypor eso escucho lo que dicen. Pero como he puesto, creo que deben estar los que Norion ha dicho, por lo que propongo enterrar a Wulfgar.

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02/11/2016, 18:51
Eben

Eben hace un gesto asintiendo en silencio a Girion y con delicadeza toma el cuerpo de Wulfgar a la espalda. No será una fosa profunda ni una gran entierro, pero estará con sus compañeros.

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03/11/2016, 01:32
Russef Wrings

Sin decir palabra, Russef camina tras Eben y cuando este aminora el paso, se le adelanta.

Este parece un buen lugar, y sin esperar respuesta clava con fuerza el hacha en la dura tierra; una y otra vez hasta que las gotas de sudor caen a la removida tierra que retira con soltura a un lado.

Creo que es suficiente, termina echando un ojo al agujero formado y al cuerpo inerte de Wulfgar.

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03/11/2016, 01:51
Norión

Norión desplegaba un tomo escrito siglos atrás, la luz de la vela era tenue pero suficiente para distinguir las extraños símbolos que había en él. Hubiese pasado noches desentrañando los misterios que escondían esas páginas pero solo tenía el tiempo que el montaraz le había concedido, era escaso pero con la bendición de los Valar podría llegar a ser suficiente. 

El enano se acercó a la mesa, le indico que tomase asiento frente a él. El sacerdote mantenía su rostro descubierto, se mostraba confiado y hasta denotaba cierto entusiasmo, lo cual contrastaba con la oscura capucha que colgaba a sus espaldas y aún mas con el cuerpo sin vida de Wulfgar que yacía a su lado. Denelloth se asomaba fuera de la cabaña mientras los demás preparaban la sepultura, la orden del montaraz había sido clara y temió no fuesen a enterrarlo, pero era mejor de este modo, quería asegurarse de que aquel hombre tuviese el reposo que se merecía y no sabía cuantos volverían con vida a esa cabaña, ni siquiera si alguno sobreviviría a la misión. Ninguno de los presentes tenía idea de la profundidad de la oscuridad a la que se enfrentarían, o tal vez uno si. Posó sus ojos sobre el naugrim y comenzó a hablarle en voz baja.

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03/11/2016, 02:11
Norión

- Gracias Ferrim, hijo de Ferric - sus palabras sonaban amables, algo había cambiado en el interior del sacerdote, algo que había dejado en el olvido su propio orgullo - Tal vez debí explicarte estas cosas en un principio, pero realmente no las comprendía por ese entonces. Pero aquí estas, has oído el llamado y has acudido, y en tus manos hay una gran responsabilidad, brazo de Aulë-

-Muchos, y mas aún, quieren destruir el monolito,  yo sostengo lo contrario, y tanto Finduilas como Denelloth han aceptado mi petición. Tal vez comprendas el motivo de mi insistencia, destruirlo nos asegura que nunca vuelva a pasar algo así, pero ese monolito esta conectado a las entrañas de Arda, Ferrim. Ese monolito existe desde antes que el primer hombre pisase estas tierras, y ha sido forjado por fuerzas que exceden nuestra imaginación. Tenemos derecho los hombres a destruir un sitio tan sagrado y primigenio solo por temor a que otro hombre lo utilice para el mal? ... yo considero que no, que lo que es sagrado para esta tierra debe respetarse. Por eso busqué otro modo, por eso Curudae y Khoradur accedieron a mi pedido y te convocaron, porque en tus manos está la diferencia, la posibilidad de lograr detener la oscuridad que se avecina y a la vez preservar una piedra sagrada. El respeto por las piedras y las montañas es algo que los naugrim entienden mejor que los hombres, no es así? - hizo silencio, había hablado con soltura y transparencia, pero no sabía como pensaba Ferrim -Dime, estas de acuerdo con proteger esta fuerza de la naturaleza que está mas allá de nuestro entendimiento? esta extensión del corazón mismo de Arda? o crees que lo mejor es destruirla ?- Iban a tener que trabajar juntos, y el enano iba a ser la mano y él la voz, debían obrar en perfecta comunión si pretendían tener alguna esperanza en la misión, y no podían hacerlo si no hablaban con franqueza.

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03/11/2016, 18:24
Girion

Una vez hecho el nicho por Russef, Girion miró a Eben y entre los dos metienron el cuerpo inerte de Wulfgar dentro. Luego miró a los reunidos y poniendo su mano en el corazón dijo unas palabras.

- Wuflgar, que Eru te tenga en su seno y disfrutes de una vida placentera en el más allá. Gracias por tu ayuda y por conservar este refugio libre de enemigos. No has muerto en vano, tu sacrificio, mostrando tu valor y coreje, sin duda servirá para que el bien se imponga sobre el mal. Para que Sil Auressë se libre de sus enemigos. Descansa en paz.

Dichas la palabras Girion miró a Ebn que conocía más a Wulfgar por si quería decir algo.

Notas de juego

No marco a Norion ni a Ferrim pues no están fuera de la cabaña, así que no creo que nos oigan.

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03/11/2016, 21:00
Director

Deneloth se agachó junto al búho, y su mano se acercaba para tocar la piedra. Trataba de comprender lo que estaba sucediendo a su alrededor, pero lo único que tenía claro era que fuerzas invisibles estaban en marcha. Fuerzas místicas que desconocía en gran medida, a pesar de haber vivido y visto cosas más allá de la comprensión de la mayoría. Entendía que a su alrededor existía un mundo invisible, y hace poco había compartido una visión con el Guardián Benaldamat. Pero esto no era una visión. Era real, y aún así, el búho se comportaba de una forma más propia de un sueño.

El montaraz pudo sentir el poder del círculo que había dibujado Ayla. En este momento, estaba encima de la línea y su mano tocaba ahora la piedra junto al búho en el interior del mismo. Pudo sentir un mayor flujo de fuerza natural o encantada en el interior del círculo, pero no entendía por qué y ni cómo podría canalizarla.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Si se te ocurre algún hechizo que podría valer, puedes lanzarlo.
Cualquier cosa relacionada con la magia tiene un +10 dentro del círculo

 

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03/11/2016, 21:23
Director

Eben depositó con cuidado el cuerpo sin vida de Wulfgar en el suelo. Junto a Girion y a Russef, prepararon en silencio la sepultura para el valiente guerrero.

Las vidas de los tres habían cambiado mucho en muy poco tiempo. Hace tan sólo unos meses, Girion y Eben se habían conocido en la Academia. El hijo de un comerciante adinerado de Tharbad y un joven acostumbrado a la dura vida en el campo que aspiraba formar parte del grupo de los cazadores. Ahora ya habían saboreado el combate, y habían derrotado a huargos y a orcos para proteger a Sil Auressë. No obstante, al enterrar a Wulfgar comprendieron que lo que realmente hacía crecer a un guerrero no era empuñar una espada o una lanza. Era asimilar que una vida dedicada a proteger a los demás conllevaba un sacrificio al alcance de muy pocos. Era lo efímero de la vida y lo eterno de la gloria del hombre.

Junto a los dos jóvenes, Russef también recordaba su pasado en el clan Wings. Era un recién llegado a Sil Auressë, pero no había dudaod en unirse al ejército de la aldea para ayudar en lo que pudiera. Había sujetado en sus brazos el cuerpo de la niña Sir después del ataque de la manada de huargos. Había encontrado la causa que merecía su lealtad, y sin dejar de ser un hombre de Saralainn, también era ahora un defensor de Sil Auressë.

Mientras tanto, Denelloth seguía pendiente del búho al otro lado de la cabaña, mientras Ferrim y Norion charlaban en el interior.