Partida Rol por web

Sil Auressë

Los tapices de Vairë

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16/07/2018, 19:40
Tarbrand
Sólo para el director

Al fin el gran día llegó, el día en el que la sangre, el sudor y las lágrimas derramadas habían traído consigo; pues si bien habían conseguido la victoria, no por ello el sacrificio había sido menor. La cantidad de bajas había sido descomunal, mas sobre ellos cayó la responsabilidad de hacer que su sacrificio no fuera en balde, es por ello, que por cada buen hombre que caía, el espíritu de los Garan Gwalorn redoblaba sus esfuerzos, junto con el resto de defensores, y de esta forma, haciendo que los lazos de amistad y camaradería no sólo con los vivos, sino también con los muertos, les dieran fuerzas, consiguieron una victoria que se cantaría durante milenios; algo que la retorcida naturaleza orca nunca entendería...

Tarbrand estaba apaleado, cansado, debilitado e incluso mareado, pero por encima de todo... feliz, feliz como hacía mucho tiempo que no había estado, tiempos en los que su vida era simple y tranquila. Es por ello, que en esos momentos de alegría no pudo evitar acordarse de su madre, por lo que instintivamente se agarró su medallón familiar y mirando hacia el cielo de rodillas desde la sencilla habitación que le había dejado para que reposara un poco, le habló como si ella pudiera escucharle de verdad:

-Saludos madre -decía con una nostalgia palpable- ya casi ni recuerdo la última vez que pude hablar contigo con esta tranquilidad, pero sabes que siempre te he tenido presente -le indica con una media sonrisa mezcla de la tristeza y el amor que le infundían estos momentos- gracias por haberme protegido todo este tiempo, y espero que sigas haciéndolo pues sabes de sobra cuáles son mis intenciones -decía con ternura- sólo espero ser el hombre que siempre quisiste que fuera, es gracias a ti que he podido ayudar a tanta gente y salvar tantas vidas, pues tu me enseñaste lo que significa el sacrificio... te quiero madre -concluye agachando la cabeza en gesto solemne, para acto seguido levantarse lentamente y prepararse para el momento que tanto había esperado...

Así pues, tras asearse durante un buen rato, pues falta le hacía, se vistió con los ropajes ligeros pero elegantes que le habían traído, su espada seguía en su espalda, pues se negaba a dejarla sola en ningún lado, y dada su excelente factura bien podía parecer un elemento decorativo más.

El montaraz se sentía extraño sin armadura ni pesadas botas, la rutina de los últimos días chocaba tanto con ese momento que le costaba adaptarse, mas era un cambio agradable, por lo que se deleitaba a cada paso con la sensación de ligereza y limpieza que presentaba su cuerpo en este momento.

De esta forma llegó a la taberna donde se encontraban el resto de sus compañeros, más las últimas incorporaciones que no por ello eran menos queridas. Todos habían formado la mejor unidad de caballería que podía encontrarse a ese lado de las montañas nubladas, habían conseguido gestas sólo concebibles por dioses y elfos de legendaria ascendencia, habían cambiado por completo el resultado de toda una guerra y lo más importante, habían salvado a miles de vidas... Allí estaban todos, la mayoría con jarras de cerveza en la mano y más de uno con varias pintas acabadas en su mesa; el clamor del murmullo reinante lleno de canciones desafinadas, alegría y el grito que le dispensaron en cuanto le vieron a nombre de - ¡¡Tarbrand!! -fue suficiente para sacarle una gran sonrisa que fue rápidamente acompañada de una jarra que le pusieron en su mano en el acto.

Tras ello buscó con la mirada a sus más fieles compañeros, allí estaban, en una mesa casi central, pues sin duda eran los héroes de entre los héroes, se encontraban Agnor, Aaren, Theon, Caldrim, Bakar y Melechtor, y como no podía ser de otra forma, había una silla para él esperándole. Mientras se acercaba allí, se encontró con Ginawr y lo abrazó amistosamente a la vez que le recordaba con humor como casi acaba en Gondor por buscar a un loco como él. Se despidió de él apretándole en gesto de afecto el hombro para encaminarse ahora sí hacia la silla que le esperaba...

Allí fue palmeando con respeto las espaldas de todos los presentes, incluída la de su capitán, que en momentos como ese perdía momentáneamente ese cargo "inalcanzable" que lo caracterizaba y se volvía un simple soldado más. Una vez tomó asiento, dijo con cierta sorna como no podía ser de otra forma:

-Bueno, hemos recorrido una distancia imposible, en un tiempo imposible, derrotando bestias imposibles, a líderes imposibles y a ejércitos imposibles, ¿que será lo siguiente? ¿el mismo Rey Brujo? jajaja -reía dejándose llevar por el sentimiento de júbilo reinante- dejando las bromas a un lado, no sabéis lo que me alegra veros a todos de una pieza y disfrutando de un momento como este, son cosas así lo que hace que todo merezca la pena -decía con alegría pero seriedad- más no por ello debemos olvidarnos de los que han hecho posible este día -expuso levantando la voz para acabar poniéndose en pie y exclamando -¡salve a los victoriosos caídos! -gritaba incitando a un brindis multitudinario que no tardó en producirse.

Durante los minutos que siguieron intercambiaron todo tipo de anécdotas que se habían producido durante las separaciones que se produjeron, así como la narración de momentos que ya todos conocían, pero que no podían dejar de narrar por ello, cada uno adoptaba una pose más heroica que el anterior cuando le tocaba narrar su relato, y a veces, hasta el resto de los soldados se quedaban en silencio para escuchar la gesta, algo sin duda de lo más maravilloso de la noche. Tarbrand aprovechó para exigir la apuesta que Aaren había contraído con él, cosa que disfrutó como si de un niño se tratara, pero para sorpresa de todos, aquella costosa botella de brandy, en cuanto la tuvo en su poder, le ofreció la primera copa a su compañero derrotado, para acto seguido repartirla por toda la mesa y en último lugar a él. Estaba claro que lo mejor de dicho pique había sido la competición, ahora la recompensa era de todos, y por ello dijo a la vez que pasaba la botella a los demás soldados:

-A esta invito yo muchachos, pues debéis recordad siempre que no importa cuántos enemigos mate mi compañero y cuántos yo, aquí somos uno ¡somos Garan Gwalorn! y la cuenta de enemigos es común a todos -añadió con un claro sentimiento de unidad.

Tras ello se llevó al capitán unos instantes a hablarle en privado de algo que llevaba tiempo queriendo hacer, por lo que cambiando un poco su tono alegre y jovial, se volvió un poco más serio y le dijo:

-Mi capitán, aprovecho aún que el alcochol no me ha hecho mucho efecto para plantearle algo que llevo tiempo queriendo hacer, es sobre mí, cuando me alisté lo hice por un motivo, porque necesitaba esconderme -reconoció con cierta vergüenza- y porque consideré que sólo sirviendo a alguien tan magnífico como Echorion podría alcanzar mi verdadero objetivo -indicó para luego contarle la trágica historia de su pasado- no quiero daros pena con ello, ni conseguir nada, pero sí quería pediros un favor, sé que nuestra prioridad es conseguir que nuestro señor se haga con el trono de Cardolan, algo a lo que me comprometí y pienso cumplir a toda costa, pero me gustaría pediros, que si alguna vez me fuera posible, ¿me daríais permiso para contarle esto a nuestros amigos y que puedan ayudarme en un futuro si lo estiman oportuno? -preguntó con toda la educación posible, pues a menudo los capitanes tomaban aquellas motivaciones personales como distracciones para sus tropas y no quería hacer nada que Melechtor considerase incorrecto.

Así pues, y con el consentimiento de su superior, volvió a la mesa en la que estaban, y les narró a ellos, y a todos los que quisieran escucharle la historia de su pasado, no lo hizo con el agradable tono que habían compartido antes, ni si quiera con comodidad, pero lo hizo, y al terminar todos supieron lo que significaba para el montaraz contar algo así, es por ello que les dijo:

-Os cuento esto porque le he pedido permiso al capitán y me lo ha concedido, pues como entenderéis no pienso dejar la cosa así, y aunque ahora estamos comprometidos con el gran Echorion, yo os pregunto ¿me acompañaréis si algún día está en mi mano cambiar la situación? no puedo prometeros ninguna recompensa, pues desconozco el estado de mi tierra actualmente, pero si os aseguro que os colmaré de todos los honores y obsequios posibles, así pues, yo os pregunto amigos mío, ¿lucharán una vez más lo Garan Gwalorn por la justicia y el honor? -preguntó esperando contar con los aliados más valiosos que jamás hubiera imaginado.

Notas de juego

Ufff, ya está, creo que se me ha ido de las manos XD, espero que te guste máster ^^. Si crees que tengo que cambiar algo dímelo y lo hago.

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18/07/2018, 00:29
Director

Está guay el texto, creo que sirve... Tal vez cambiaría alguna cosa del último párrafo, dependiendo también de los epílogos del resto de Garan Gwalorn. No creo que podamos dar por supuesto que Caldrim y Bakar y el resto se unan sin más a las fuerzas de Echorion, eso será algo a desarrollar en la continuación ;)

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19/07/2018, 11:30
Tarbrand
Sólo para el director

Ya, ya XD, de todas formas es una fiesta y seguramente se pasarán por allí, además, aunque no apoyen a Echorion, el favor que les pido es a nivel personal y supongo que contra mi no tienen nada, ¿no? XD. De todas formas sé que hay muchos factores variables, pero preferí ponerlos y que tu luego los quites si lo ves mal, a que no hubiesen estado nunca y por ende perder esa parte de la "historia".

Pd: el mensaje anterior mi está bien como "sólo para el director" ¿no?

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20/07/2018, 00:06
Director

Sí, de momento solo para el director. El texto está bien, me gusta la idea de ir llegando uno tras otro a la fiesta donde están todos o muchos.

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20/07/2018, 07:59
Director

Pues eso, que en esta escena estamos preparando los epílogos (sí, en plural, en homenaje a la trilogía del SdlA jeje). Así con algo de tiempo, puedes afilar los lápices y escribir un final o un esbozo de un final para el personaje o para los personajes. En caso de Denelloth, la idea que me ronda la cabeza es que el búho pasará por SA para servir de unión entre varios epílogos (vuele por encima, ve a uno, luego a otro, algo así). Y claro, podría terminar donde Denelloth por esa relación especial que hay.

También se ha lanzado la idea de un reencuentro de los Guardianes de Enila, o de algunos. En la forja de Ferrim concretamente.

Tengo que salir ya a trabajar (que también me ha tocado el mes de julio chungo pero bueno, es lo que hay). Pero te abro la escena para que vayas pensando. Sobre todo si luego vas a estar con ritmo bajo. Digamos que lo que aquí se hace es "cómo le gustaría al personaje que acabase todo esto". Luego puede que no todo salga como uno se esperaba, claro.

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21/07/2018, 01:40
Denelloth
Sólo para el director

Entendidas las orientaciones. Me pongo con ello ahora mismo; a pensar, digo. Buena idea, el búho-hilo conductor. Veremos si me sale algo al hilo de la otra, no son incompatibles, claro.

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22/07/2018, 00:24
Director

Cada vez tengo más claro cómo podría ser la cosa:

1) un discurso de Ayla para todos los de Sil Auressë.

2) Benaldamat con Enila (si quieres), alguna cosa breve. Y luego se dirige a la forja de los enanos para grabar la runa del Lobo en su klavir. Toca la puerta, le abre Ferrim entre los dos van trabajando la runa. Luego podían ir llegando algunos otros de los Guardianes de Enila

Ya tienes faena para las vacaciones ;)

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22/07/2018, 00:32
Director

Hmm, estoy dándole vueltas a algo así como:

-Denelloth está solo, pensando en algo trascendental.
-Ve llegar al búho, tienen un momento guay (como cuando se queda el animal en su hombro en la imagen que puse)
-Luego se encuentra con XXX
-Juntos (o Denelloth solo) se dirigen a ver a Ferrim (a la forja)

Ese XXX podría ser Norion/Russef/Eben... Con Norion ya tuvo un diálogo que casi valdría de cierre en la escena de Guardianes de Enila. Pero se puede retomar claro. O igual con Russef o Eben o ambos por rememorar algo.

No sé si a Den le queda algún fleco suelto más.

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26/08/2018, 21:54
Director

La escena de Eben y de Ferrim está a punto de concluirse, y la siguiente es ya la escena final. Por ajustes de tiempo tengo que resolver alguna cosa más antes de incorporar a vuestros personajes en la escena, y por eso he pensado que era un buen momento para comentar lo que tengo en mente para el epílogo.

Ya queda poco de la partida, y básicamente sería aprovechar este momento para pensar en cómo podría ser el epílogo individual de Eben en caso de todo saliera bien. Como una especie de visión optimista de un final feliz :) Estaba pensando que tal vez lo suyo sería un reencuentro con sus compañeros de la Academia (Ragi, Girion, Sir), o tal vez algo con Denelloth.
 

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26/08/2018, 21:58
Director

La escena de Eben y de Ferrim está a punto de concluirse, y la siguiente es ya la escena final. Por ajustes de tiempo tengo que resolver alguna cosa más antes de incorporar a vuestros personajes en la escena, y por eso he pensado que era un buen momento para comentar lo que tengo en mente para el epílogo.

En caso de Ferrim tenemos la situación de evitar que el Universo se colapse XP Obviamente, como jugador sabes lo que está pasando en la escena. Ferrim y Eben llegarán con la primera parte de la batalla ya terminada (lo más seguro, ya que van a pie).

Así que tenemos algo de tiempo para ir pensando en un cierre para el personaje. Por ahora sería como un posible "final feliz", que luego se puede modificar si procede. Para el epílogo de Ferrim, había pensado en situarlo en su querida forja. Un texto narrativo de él trabajando o estudiando o haciendo algo con el resto de los enanos. Y entonces llega una visita (el epílogo está compuesto por textos encadenados creados por los propios jugadores).

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14/09/2018, 20:07
Denelloth
Sólo para el director

1. Todo ha terminado, Denelloth se acuesta y no consigue dormir, por el cansancio y la tensión acumulados. Rememora los momentos más pavorosos o decisivos. Pensamiento para Sir, Benaldamat y Thelran, tal vez.

2. Un nuevo día, todo vuelve a la "normalidad", Denelloth contempla cómo la aldea recupra sus ritmos aunque permanece ajeno, reflexionando acerca del devenir del tiempo, el destino de los dúnedain, su propio futuro... Buen momento para un encuentro-balance con Khôradur. Ve una mota en el cielo. Es el búho. Se encuentran y hay unas palabras afectuosas y de agradecimiento.

3. Indispuesto todavía (heridas físicas y cansancio moral) para lo que no sea pasear, Denelloth se acerca casi sin quererlo a la forja, donde puede encontrarse con los miembros de la Partida del Monolito, Arthondir/Girion (tal vez no si no epilogan)...

4. Den descubre que una nueva esperanza (sí, a lo star wars) ha nacido dentro de él. Tiene motivaciones para seguir adelante. Sil Auressë lo ha curado!

Notas de juego

Arf, por fin un hueco... Estoy pensando en los diferentes asuntos que me gustaría tocar en el epílogo. Los he numerado cronológicamente (orden alterable, claro, como todo).

Con esto tendríamos la... urdimbre? No sé, los hilos básicos para el tejido de la parte de nuestro buen Denny, no sé cómo se llama eso XDDD.

A expensas de lo que me digas, lo desarrollaría en tres partes (la tercera puede subdividirse, aunque no creo que sea lo ideal), y luego tú, con una visión general, sabrás mejor si pegarlos o intercalarlos por ahí.

El punto 4... Es tan epílogo como prólogo, y depende mucho de tí. Yo optaría por algo abierto, pero si va a haber continuidad en las aventuras de Denelloth, podríamos introducir algún elemento que lo apunte.

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16/09/2018, 18:33
Director

Me gusta el esquema que propones. Voy a intentar escribirte desde el móvil. He encajado tus propuestas en el esquema general (sujeto a modificaciones) y me cuadra bastante bien haciendo lo siguiente: a) una primera parte del epilogo de Denelloth en el castillo. Lo de no poder dormir me ha dado una idea. En mi campaña, he usado en ocasiones la idea de un faradrim aran místico que como parte de su rito de iniciación pasa una noche sin dormir meditando al aire libre. Algo parecido a la "vigilia del caballero" medieval. Bajo las estrellas, reflexionando fuera del castillo o en lo alto de una torre. Creo que encaja con el punto 1. Puede ser que como no podía dormir decidió salir. Sería al inicio del gran epílogo. Luego amanece un nuevo día, llega el búho desde lejos. Charla. Denelloth ve a Curudae en el patio (o si Den viene de otro sitio se encuentran) y los tres junto a Khoradur. Vivo pero inconsciente o muerto (embalsamado). El balance difícilmente se va a hacer con Khoradur despierto. Pero da para un buen epílogo. Den tendrá que decirle las cosas sin respuesta de su parte, solo con Curudae de testigo. De momento, puede que meta a más pj en esa escena porque me parece potente.
b) De allí Den baja al pueblo, en plaza hay una multitud. Caras conocidas. Pero se dirige a la Forja. Allí se reúnen varios de los Guardianes de Enila. Esta parte sería ya casi al final del epílogo. Aquí quiero meter también algo de los Lobos. El amuleto tal vez. Y lo de encontrar una nueva esperanza, o un nuevo propósito. La referencia a Thelran puede ir aquí o al principio. Pero yo la metería aquí.

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17/09/2018, 19:34
Director

Retomando una conversación de hace poco sobre los índices y la lectura de la partida una vez finalizada, he probado añadir al final de cada escena los enlaces para seguir a cada uno de los personajes que participan en la misma, o bien seguir la lectura en orden de escenas. A simple vista está quedando bastante bien, falta algo más de trabajo por hacer allí pero creo que tiraré por ese camino.
Luego en la escena de VIPs pondré el índice general y también índices por personajes o alguna cosa de ese estilo.

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20/09/2018, 00:33
Denelloth

Insomnio

Estaba agotado cuando por fin se recostó, pero fue incapaz de conciliar el sueño. Ni siquiera pudo cerrar los ojos. Se quedó tumbado boca arriba, mientras decenas de imágenes se agolpaban en su cabeza. Quieto, en silencio, con la cabeza zumbando y los brazos extendidos junto al cuerpo, revivía momentos de los últimos dos o tres días que se sucedían sin orden ni concierto.

Veía el monolito como lo vio por primera vez, alto, solitario y amenazador. Vio las caras de los que asistieron a la última reunión del Othrind. Revivió el miedo que sintió cuando Sir resultó malherida, la inquietud que las enigmáticas frases de la niña habían sembrado en él, la angustia por su indefensión. Recordó las palabras de Khôradur, de Benaldamat, de Norión y de muchos otros cruzándose fugazmente en su memoria con escenas pasadas, sin que pudiera hacer nada por retenerlas o ahuyentarlas.

Se vio a si mismo acechando la Cabaña de los Montaraces y el rostro de Wulfgar siendo sepultado por la tierra; volvió a sentir a Hugaew sobrevolando sus pasos. Se encontró de nuevo con la fulgurante mirada de Norión cuando todos lo creyeron un traidor. Notó el hedor de los muertos y vio caminar de nuevo aquel horrible cadáver decapitado. Sintió helarse su sudor al recordar al temible huargo y una náusea cuando se le representó otra vez aquel ignominioso portal que se abría a realidades que no se atrevía a concebir.

Y miedo, miedo y más miedo. El miedo estaba siempre presente, en mayor o menor grado, desde los días de prisión y tortura en Angmar. Le corría por las venas y le atenazaba los miembros. Por enviar a los hombres bajo su responsabilidad hacia destinos inciertos, por el temor constante a que fuese demasiado tarde, por la muerte que le rozaba constantemente, fría y pegajosa. Y no conseguía librarse de esa pesadez, de ese miedo y esa muerte que lo rodeaban, tenaces e implacables.

Se llevó unas manos temblorosas al rostro y sollozó. Notó la barba crecida, asomando entre las lívidas cicatrices de su rostro desfigurado. Ahora todo había terminado. Pero no podía dormir, no podía dejar de llorar.

Hugaew

Se levantó y salió al exterior. Amanecía sobre las llanuras de Cardolan lo que prometía ser una larga y cálida jornada, pero el aire sobre la torre era todavía fresco; serenó su espíritu y despejó su mente. Estuvo callado un rato, mirando al horizonte, sobre el que el sol se demoraba en aparecer, dedicado sólo a respirar acompasadamente. No pensaba en nada; admiraba desde la altura los páramos vacíos, ondulantes y todavía grisáceos, cuya monotonía sólo era rota de cuando en cuando por oscuros sotos de bosque y largas líneas de riscos y quebradas. Le pareció incongruente que alguien pudiera vivir en esta tierra vacía y reseca, y luchar por ella. Y sin embargo, allí estaban todos ellos.

De pronto percibió una mota en el cielo. Una mancha negra lejana, ínfima.

Notas de juego

Mira a ver qué te parece esto. Sería la primera parte y el inicio de la segunda, no me ha dado tiempo a más. Inicialmente pretendía que D se quedara roque, pero la idea de la noche en vela me la quedo. Queda más resultón un final catártico si la noche anterior ha sido toledana ;) También adopto de inmediato colocar las referencias a Thelran al final, tiene más lógica. Tal vez, cuando has dicho lo de los Lobos se me ha ocurrido, podríamos introducir una leve referencia a Espada Roja (ahora no recuerdo si se llamaba así), la moza que conoció Denelloth. Una referencia de tipo sentimental, se entiende; me resisto a que nuestro Denny se vaya al limbo sin mojar el churro, o al menos sin posibilidades.

Faltaría (lo posteo otro día) pensar el encuentro con Curudae y la visita a Khôradur (argh, qué espoilerazo me has hecho... bueno, el caso es que ya se olía la tostada, y tienes razón, sería una escena muy potente, monologando ante el cadáver/moribundo ahí tendido entre velones), cruzar la aldea saludando con la cabeza y el encuentro con los Guardianes de Enila en la forja. Por cierto, que me imagino que hablamos de la partida que fue al monolito, los originales, porque según se interprete también podrían ser Girion y ahora Arthondir, que se lo ha tomado muy a pecho.

No sé si en el epílogo habría diálogos con Eben, Russef o Girion (estos dos últimos no epilogan, no?), por ejemplo, o si se haría todo muy largo y farragoso. Ya me dirás. Yo en principio creo que algo narrado y no dialogado sería mejor, pero a tu juicio, y es cierto que me haría ilu "despedirme" de ellos. En fin.

Coméntame si el fragmento que te mando es demasiado largo o corto, si el tono general está bien. Está sujeto a cambios, claro, y en esos casos suelo engordar las cosas un poco demás. Se va a poner más místico más adelante, creo. Tú también, por supuesto, corta, quita, tacha o corrije como mejor consideres.

 

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20/09/2018, 14:18
Director

Me ha gustado la primera parte, creo que el tono es el adecuado.

Inicialmente pretendía que D se quedara roque, pero la idea de la noche en vela me la quedo. Queda más resultón un final catártico si la noche anterior ha sido toledana ;) También adopto de inmediato colocar las referencias a Thelran al final, tiene más lógica.

OK, perfecto. Es un guiño a nivel macrocampaña a otros grandes montaraces como Haldamir y Thelran, que también han estado en algún momento bajo las estrellas meditando sobre sus pasos en este mundo. Pero a nivel de Denelloth entiendo que algo que ha hecho o ha visto hacer, algo típico de los montaraces. No lo hace como homenaje a nadie en este contexto. En realidad, es una orden casi mística que tiene como finalidad salvaguardar el legado de Númenor.

Tal vez, cuando has dicho lo de los Lobos se me ha ocurrido, podríamos introducir una leve referencia a Acero Rojo (CORREGIDO), la moza que conoció Denelloth. Una referencia de tipo sentimental, se entiende; me resisto a que nuestro Denny se vaya al limbo sin mojar el churro, o al menos sin posibilidades.

Hmm, veremos si podemos incluirla justo antes de ir a la forja. Podría encajar bien, como que se iban a decir algo pero entonces ella le dice "ve allí, hablamos luego"... dejando en al aire un posible mojamiento de churro posterior al epílogo.

Faltaría (lo posteo otro día) pensar el encuentro con Curudae y la visita a Khôradur (argh, qué espoilerazo me has hecho... bueno, el caso es que ya se olía la tostada

No era mi intención spoilear. Denelloth había oído de la boca del orco que Khoradur estaba muerto. Pero después escuchó esto:

THEON
No podremos vencerlos a todos, debemos priorizar nuestro objetivo. A Agnor y a mi se nos encomendó proteger a Khoradur hasta el castillo y luego reforzar sus defensas, ese es mi objetivo aún si para lograrlo tenga que perecer

(...)

Podemos coordinar los seis grupos que hay en la zona, todos debemos actuar al unísono. Tres de ellos tienen al mando a hombres de Sil Auresse así que haré lo mismo con ustedes. Denelloth, os concedo el mando de los Jinetes de acero y de mi amigo Aaren, Agnor te pido te hagas cargo de los jinetes que estamos en la aldea, y Arube, os pido coordines las fuerzas a pie para defender la aldea. En cuanto a los otros tres grupos, uno esta al mando de Faelimir, es el más numeroso con guardias y milicia, llevan consigo a los heridos y a Khoradur, cuentan con la ayuda de Milzaräk quien los guió hacia la meseta en torno al castillo y avanzarán en cuanto vean a Agnor cruzar el vado.

DIR
Era el momento de actuar, y jugar a una carta la liberación de Sil Auressë. Y algo más, porque había algo incluso más urgente que derrotar a los orcos y a los huargos. Se trataba de llevar a Khoradur hasta el castillo, junto al resto de los heridos. Hombres que habían luchado con valor y con determinación en la Batalla del Eclipse, y que necesitaban atención médica.

Es decir, Denelloth sabe que Khoradur está herido, y que lo están transportando al castillo. Por lo tanto debe estar bastante mal. El orco dijo que estaba muerto.

Igual se pasó el alto el detalla con toda la vorágine de posts previos a la carga contra los huargos. Te comenté en el Off en privado:

OFF
25/07/2018, 23:13
Director > Denelloth

    A Agnor y a mi se nos encomendó proteger a Khoradur hasta el castillo

Una noticia esperanzadora para Denelloth...

Sobre el resto, estoy de acuerdo con esto:

sería una escena muy potente, monologando ante el cadáver/moribundo ahí tendido entre velones), cruzar la aldea saludando con la cabeza y el encuentro con los Guardianes de Enila en la forja.

El encuentro en la forja es algo no programado. Simplemente sucede.

Por cierto, que me imagino que hablamos de la partida que fue al monolito, los originales, porque según se interprete también podrían ser Girion y ahora Arthondir, que se lo ha tomado muy a pecho.

Girion estuvo en el monolito. Arthondir en un principio no lo incluyo en ese epílogo. No sé si buscarle un espacio cerca de Denelloth antes de la forja, en plan sujetavelas con Acero Rojo. Pero Denelloth tiene ya un recorrido largo, igual le va mejor un encaje diferente.

No sé si en el epílogo habría diálogos con Eben, Russef o Girion (estos dos últimos no epilogan, no?), por ejemplo, o si se haría todo muy largo y farragoso. Ya me dirás. Yo en principio creo que algo narrado y no dialogado sería mejor, pero a tu juicio, y es cierto que me haría ilu "despedirme" de ellos. En fin.

Todos los jugadores tendrán su oportunidad de hacer el epílogo. No los he incluido todos aquí aún por ir dosificando, y a medida que tengo el esqueleto del epílogo hecho, los que faltan los iré encajando. Luego puede ser que algunos no escriban, no es obligatorio tampoco. Pero me gusta la idea de que todos tengan al menos una mención.

Narrado mejor, es decir, puedes escribir lo que tú dices, pero realmente no es para hacer un intercambio (diálogo). Podemos situar a Eben y a Russef en la plaza por si quieres decirles algo. Y Girion te puede acompañar hasta la forja o te lo encuentras allí. Russef en teoría debería estar en la forja también, pero el jugador lleva ausente varios meses y puede que su personaje se quede en la plaza para incluirlo en el epílogo de pasada.

Coméntame si el fragmento que te mando es demasiado largo o corto, si el tono general está bien. Está sujeto a cambios, claro, y en esos casos suelo engordar las cosas un poco demás. Se va a poner más místico más adelante, creo. Tú también, por supuesto, corta, quita, tacha o corrije como mejor consideres.

Lo dicho, creo que está bien tanto la extensión como el tono. La parte mística encajará bien en lo de la forja seguro.

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30/09/2018, 14:22
Denelloth
Sólo para el director
  1. 1. Insomnio

Estaba agotado cuando por fin se recostó, pero fue incapaz de conciliar el sueño. Ni siquiera pudo cerrar los ojos. Se quedó tumbado boca arriba, mientras decenas de imágenes se agolpaban en su cabeza. Quieto, en silencio, con la cabeza zumbando y los brazos extendidos junto al cuerpo, revivía momentos de los últimos dos o tres días que se sucedían sin orden ni concierto.

Veía el monolito como lo vio por primera vez, alto, solitario y amenazante. Vio las caras de los que asistieron a la última reunión del Othrind. Revivió la angustia que sintió cuando Sir resultó malherida, la inquietud que las enigmáticas frases de la niña habían sembrado en él. Recordó las palabras de Khôradur, de Benaldamat, de Norión y de muchos otros cruzándose fugazmente en su memoria con escenas pasadas, sin que pudiera hacer nada por retenerlas o ahuyentarlas.

Se vio a si mismo acechando la Cabaña de los Cazadores y el rostro de Wulfgar siendo sepultado por la tierra; volvió a sentir a Hugaew sobrevolando sus pasos. Se encontró de nuevo con la fulgurante mirada de Norión cuando todos lo creyeron un traidor. Notó el hedor de los muertos y vio caminar de nuevo aquel horrible cadáver decapitado. Sintió helarse su sudor al recordar al temible huargo y una náusea cuando se le representó otra vez aquel ignominioso portal abierto a realidades que no se atrevía a concebir.

Y miedo, miedo y más miedo. El miedo estaba siempre presente, en mayor o menor grado, desde los días de prisión y tortura en Angmar. Le corría por las venas y le atenazaba los miembros. Por enviar a los hombres bajo su responsabilidad hacia destinos inciertos, por el temor constante a que fuese demasiado tarde, por la muerte que le rozaba constantemente, fría y pegajosa. Y no conseguía librarse de esa pesadez, de ese miedo y esa muerte que lo rodeaban, tenaces e implacables.

Se llevó las manos temblorosas al rostro y sollozó. Notó la barba crecida, asomando entre las lívidas cicatrices de su rostro desfigurado. Estaba solo, tumbado en aquella cama en una de las torres de Sil Auressë, recordó. Ahora todo había terminado. Pero no podía dormir, no podía dejar de llorar.

  1. 2. Hugaew

Se levantó y salió al exterior. Empezaba a clarear sobre las llanuras de Cardolan. Prometía ser una larga y cálida jornada, pero el aire sobre la torre era todavía fresco y le despejó la mente. Encontró la estrella de Eärendil de forma instintiva sobre el horizonte, y se apaciguó bastante su espíritu. Cerca estaba Elemmíre, y reconoció Luinil y Soronúmë, en lo alto del cielo.

Estuvo callado un rato, mirando al horizonte, sobre el que el sol se demoraba en aparecer, dedicado sólo a respirar acompasadamente. No pensaba en nada; admiraba desde la altura los páramos vacíos, ondulantes y todavía grisáceos, cuya monotonía sólo era rota de cuando en cuando por oscuros sotos de bosque y largas líneas de riscos y quebradas. Le pareció incongruente que alguien pudiera vivir en esta tierra vacía y reseca, y luchar por ella.

El sol comenzó a asomar en el oeste, inundando la tierra de una leve luz rosácea. De pronto percibió una mota en el cielo. Una mancha negra lejana, ínfima, que crecía con lentitud. Denelloth reconoció unos pequeños movimientos oscilantes, y supo que era Hugaew.

El búho de las quebradas tardó todavía un tiempo en llegar a la torre. El sol iluminaba los dorados campos y descubría ocultos y amenos valles; a la luz del día Denelloth veía más claro por qué los dúnedain vivían y sangraban en aquella tierra con tanta obstinación, desde que sus antepasados numenoreanos llegaron a Lond Daer tantos siglos atrás. No se movió cuando el búho se posó en una almena cercana, absorto en sus pensamientos. Tras un largo rato se acercó al pájaro y, por primera vez, lo acarició con una delicadeza extrema, como a una amante inalcanzable. El hombre y el ave no necesitaban hablar para entenderse Denelloth sabía que el búho había acudido a su petición de ayuda por su voluntad de aliviar los males de aquella tierra, que también era la suya. Y el búho sabía que el hombre le estaba absolutamente agradecido por su labor de guía y guardia.

Contemplaron juntos y en silencio cómo el castillo y la aldea despertaban a la vida. Los primeros ruidos matutinos, las pequeñas rutinas que volvían a serlo, el ajetreo de los habitantes para volver a iniciar sus vidas. Casi como cada mañana, casi como si nada hubiera ocurrido. Desde su atalaya, todo parecía un juego de piezas infantiles. Se miraron. Resultaba muy gratificante.

  1. 3. La despedida de Khôradur

Una de esas figuras diminutas apareció en el patio. Era el senescal Curudae. Pareció localizar a Denelloth de forma intuitiva, y le hizo una señal para que se uniese a él. El montaraz miró largamente a Hugaew, que parecía impasible, antes de descender.

El senescal y el cazador cruzaron unas pocas palabras en su camino a las estancias de Khôradur. El Lugarteniente yacía allí, en la penumbra, rodeado de velones. Estaba pálido y demacrado, vestido con una sencilla y elegante túnica de fieltro con piezas de terciopelo. Curudae y Denelloth guardaron silencio. El Lugarteniente se debatía entre la vida y la muerte, y quizás nunca volvería a abrir los ojos. Había llegado hasta el extremo en el cumplimiento de sus obligaciones. Denelloth se dolía mucho de su destino, y casi lo sentía como una culpa propia. Sin embargo y en el fondo de su ser, sabía que el imponente, orgulloso y vivaz umbareano no se podría sentir satisfecho si no hubiese puesto todo en juego para cumplir con su cometido. Y a fe que lo hizo.

Antes de salir, Denelloth dedicó una profunda inclinación de cabeza al que había sido su superior y al que había considerado su amigo. Deseó intensamente que siguiera siéndolo.

  1. 4. La forja de los enanos

Salió de allí lleno de sentimientos sombríos, sin rumbo fijo. ¿Qué extraña voluntad conducía los pasos del Maestro Cazador? Los pies lo llevaron rumbo a la aldea. Reconoció muchas caras e intercambió saludos con XXX. Todos parecían muy atareados con sus quehaceres, como queriendo olvidar los eventos recientes en aquella soleada mañana. ¿Sólo él se obstinaba en recordarlos? Una jovencita que sabía prendada de él le ofreció un durazno silvestre, que aceptó agradecido y mordió sin apetito.

Deambuló hasta el río, reviviendo la carga, los momentos de tensión y peligro, los rostros de los orcos y el olor de la sangre de los huargos. El dolor, el miedo, seguían allí, flotando en el ambiente y anidando en su interior. Vio y siguió el rastro negro del carro incendiario. Las cicatrices de la guerra eran perfectamente visibles. Notaba cómo latían sus propias heridas. ¿Podrá sanar la tierra? ¿Y los hombres?

Llegó al vado y acompañó la corriente del río sin apenas darse cuenta. Se dio cuenta con sorpresa que sus recuerdos lo llevaban a Acero Rojo. A sus agraciados rasgos, su valerosa determinación, su flexible figura. En un estado de triste ensoñación llegó hasta la forja de los enanos. Empujó la puerta sin llamar y entró despacio. *Hugaew en el alero del tejado, lo veal entrar o al salir? Quién esta? Charla.*

  1. 5. El fin

*Una nueva esperanza.* *Mención a Thelran, tal vez a Ayla.*

Notas de juego

He retocado lo anterior y añadido un poco más de material. Me es difícil avanzar una escena en la forja sin saber con quién. ¿Será un diálogo, o la escena se compondrá de monólogos desde diferentes puntos de vista? El final... lo voy pensando, creo que será breve, un par de frases al salir de la forja y quedarse solo de nuevo. ¿Te parece?

El recuerdo a Acero Rojo puede quedar en eso, un simple recuerdo, no creo que haga falta que se encuentren. Y puede ir ahí donde lo he puesto o más adelante, en el último tramo de texto. Depende tal vez de dónde quieras mentar a los Lobos.

Crees que la mención de Benaldamat ha sido demasiado superficial? Tampoco aparece Sir. Tal vez al principio fuera el lugar, pero creo que también depende de qué pase con ella en el castillo...

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04/10/2018, 14:26
Director

Lo veo perfecto. Sobre la forja, de momento se puede quedar un poco en standby. Dependerá también de lo que escriban los demás, cuando tenga alguna cosa más te comento.

Benaldamat y Thelran se pueden incluir en un sueño compartido, hay partes donde puede encajar bien. De nuevo, falta que otros jugadores me pasen material :)

 

Cargando editor
13/10/2018, 17:32
Director

Se acerca el final de la partida, y abro esta escena para que vayas pensando en un epílogo para Aeldric. Aunque no sabéis qué ha pasado exactamente, puedes pensar en cómo quieres que termine todo. Como un final soñado. Realmente el destino de Aeldric no es quedarse en la aldea, ya que su misión es la de proteger los caminos de los elfos errantes.

Pues eso, para que vayas pensando en alguna cosa para cuando llegue el momento de cerrar.

Cargando editor
13/10/2018, 17:34
Director

Ya queda poco para que termine la aventura para Ragi. Si todo sale bien regresará a Sil Auressë como un héroe por haber ayudado a salvar a Sir, y se encontrará de nuevo con amigos y compañeros. Pero no sabe cómo ha terminado la guerra.

De momento, puedes pensar en un epílogo "ideal" o algo así, mientras terminamos de jugar la última escena 19. Un nuevo día.

Cargando editor
13/10/2018, 17:37
Director

Pues eso, que hay pendiente un epílogo también. En este momento tus dos personajes se han juntado en la misma escena. Lo gracioso es que Girion está aún luchando en la Batalla de Sil Auressë, y Anael está llegando desde Metraith pero unas semanas después en el tiempo. Así que ninguno de los dos sabe cómo ha terminado la guerra :)