Partida Rol por web

-Podéis quedaros aquí si ponéis vuestras garras al servicio de Gaia y de Unicornio -dijo Leda-. Pero a cambio tendréis que entregar un chiminaje.

-Lo sé. Puede que no sea un chiminaje al uso, pero Sueño y yo traemos noticias sobre un posible asentamiento del Wyrm cerca de aquí. Es algo que tenemos que observar con más atención, pero creemos que hay una industria dedicada a extender el veneno y la corrupción -informó Paso-seguro-. Nos ofrecemos a averiguarlo y eliminar la amenaza personalmente para que nos dejéis quedarnos aquí.

Alecto pasó a su forma original, quedándose sentada en el suelo y tirando de la correa de la guitarra para ponerla en su regazo, intentando parecer casual. No quería que alguno o alguna se diera por aludido y les costara un follón. Le faltó mirar al cielo y silbar mientras lo hacía.

-A sus órdenes, oh valiente líder -dijo con una sonrisa, poniendo la mano sobre el lomo de Viviane un momento, para devolverle el gesto.

- Mis sueños nos han advertido del peligro. Un enorme y oscuro montón de metal con ruedas recorre la ciudad repartiendo su veneno por los hogares de esta. - dijo en Garou. - Nuestra ofrenda es nuestra advertencia, y nuestro chiminaje, ocuparnos de la amenaza. 

Donny también volvió a su forma Homínida y se entretuvo limpiándose la mugre de las uñas con una astilla grande que se encontró en el suelo. Recordaba que cuando Alecto tocaba la guitarra su Bestia se calmaba. A lo mejor era justo lo que necesitaba.

-Pues venga, tócate algo. Alguna canción.

-Bueno, si me pides así que me toque algo, cómo me voy a negar -dijo ella, dándole una palmada a Donny en el hombro con una sonrisa y un tono de voz ligeramente burlón. Aunque sacarle una palabra fuese tan complicado, le gustaba Donny. Era un elemento sólido en la manada y sentía que podía confiar en él si las cosas se ponían mal. Y eso era lo mejor que podías pedirle a un Ahroun.

Empezó a tocar distraídamente, moviendo los dedos sobre los acordes mientras miraba de reojo a los recién llegados, que habían sido llevados hasta la líder del clan. De vez en cuando miraba hacia abajo para asegurar la posición de los dedos, intentando no tocar nada demasiado estridente. Esperaba que aquello calmase un poco los ánimos de los que pudieran escucharlo, aunque decidió no usar las cualidades especiales del fetiche. Al menos no aún.

La ragabash se tumbó, cruzando las patas delanteras y apoyando el hocico sobre estas. Emitió un largo resoplido y cerró los ojos dejando que la música apaciguase la Rabia que en los últimos días agitaba su espíritu. De forma casi inconsciente, barrió el suelo con la cola al moverla de un lado a otro. 

El aire se lleno con las notas de una guitarra. La melodía calmada, era suave, atemperada, y animaba a la reflexión y a la tranquilidad. La Rabia agitada por la Luna se templaba. Leda miró hacia el origen de la música. Una mujer pelirroja tocaba el instrumento rodeada por tres Lupus sentados y disfrutando de ello. La líder del Clan meneó la cola.

-El chiminaje me parece adecuado.

-¿La amenaza es demasiado grande como para que podais ocuparos dos? -preguntó Lysandra-. ¿O no lo sabéis?

Paso-seguro, quién hasta ahora había mirado a Leda con gesto serio, tranquilizó su mirada al escuchar el rasgueo de la guitarra en la lejanía y ver el vaivén de la cola de la líder.

-No es algo que pueda afirmar con seguridad... -dijo volviéndose hacia Lysandra-. Pero creo que solo hemos visto una pequeña parte del problema. Así que si algún miembro del clan se prestara voluntario para ayudarnos nos sentiríamos profundamente honrados y agradecidos, además de que nuestras opciones de éxito aumentarían.

-Lo esperaba -dijo Lysandra en voz alta, e hizo un gesto en dirección a los Cliath-. Digna-hija, acércate.

Las orejas de Ashley se menearon al escuchar su nombre. La Philodox levantó la cabeza y se transformó en Homínido para caminar hacia los Ancianos con andar respetuoso.

-Ahora vuelvo -dijo a modo de despedida.

-Estos son Paso-seguro, Adren Philodox y Sueño-de-arenas-rojas, Cliath Theurge de los Caminantes Silenciosos -dijo Lysandra-. Ella es Digna-hija-del-Klaive, Cliath Philodox de la Camada de Fenris y alfa de su manada. Digna-hija, se ha avistado un posible enclave enemigo en Bolingbrook y estos dos visitantes se han ofrecido a ocuparse de ello. Aceptarían ayuda de otra manada.

-Así sabremos si Botón-del-pánico es digno de su Gran Klaive -dijo el Ragabash mesándose la barba-. Estoy de acuerdo.

-Digna-hija-del-Klaive, estaríamos agradecidos de contar con la colaboración de vuestra manada -dijo Paso-Seguro levantándose del suelo. Sacaba más de dos cabezas a muchos de los presentes.

-Y yo de que nos tengáis en cuenta -dijo Ashley-. ¿Cuándo vamos? ¿Ahora?

- Antes me gustaría descansar un poco. Nuestro viaje ha sido largo y la música que despide ese instrumento invita a escucharla y disfrutarla.

Paso-seguro sonrió y asintió.

-La música ayuda a calmar el espíritu -dijo y miró a Leda y al resto-. A mi también me gustaría descansar un rato las piernas, pero tampoco quiero retrasarlo mucho. Saldremos mañana a primera hora, antes de que se levante el sol. Ahora, si me disculpáis...

El philodox pasó junto a Sueño y aprovechó para decirle antes de irse:

-Si necesitas ayuda o consejo no dudes en llamarme.

Cuando los Ancianos dieron su permiso, Ashley le hizo una señal al Lupus para que la acompañara.

-Ven, puedes sentarte con nosotros.

Una vez junto a la manada, los presentó a todos por sus nombres Garou, Auspicio y Tribu. Era agotador, pero mejor que todos se conocieran antes de empezar a relacionarse, no fuese a haber equívocos.

-¿De dónde vienes, Sueño?

El lupus se mostró respetuoso y agradecido con la invitación de Digna-hija-del-Klaive y asintió, sacando la lengua y bajando la cola en señal de relajación. La recepción no había sido muy agradable pero no esperaba otra cosa. Aún así tenía algo de tiempo para relajarse y descansar, y siempre le resultaba interesante conocer a nueva gente.

El Garou hizo lo propio frente a la manada y se presentó del mismo modo. La manada le pareció realmente interesante. Estaba formada por una Fenris, dos Furias Negras y un Roehuesos, eso no era algo que se pudiera ver todos los días. Y además contaban con un Gran Klaive, desde luego eran peculiares y despertaron su interés enseguida.

- De las lejanas tierras de arena y viento, los dos piernas las conocéis como Egipto. - Dijo en Garou, -Vuestra manada es realmente peculiar.