Partida Rol por web

-No le hagas ni puto caso, Botón -gruñó Jenny desde el otro banco-. Está de mala hostia porque le ha salido una almorrana.

Como Donny vio que Tony no estaba de humor fue a sentarse con Jenny y Óscar. No dejó de mirar a Tony, ceñudo.

-Vaya. Lo siento -dijo, sin saber muy bien cómo comportarse ante la hostilidad del Galliard.

Jenny le dirigió una amplia sonrisa y le ofreció una bolsa de patatas fritas que habían birlado de una máquina expendedora "rota". Parecía que la Ahroun tenía uno de sus días encantadores, pero Paraíso-de-pulgas llegó al galope y se detuvo delante de Donny con la lengua colgando de un lado y los ojos chispeantes.

-Los espíritus me dijeron que vendrías. No dejan de hablar de cómo luchaste contra las Perdiciones. Todo el mundo habla de ti, Botón-del-pánico.

Le dio las gracias a Jenny con un gruñido y se llenó la boca de patatas fritas. Saludó a Paraíso con la cabeza mientras masticaba y se tomó un momento para recordar de qué Perdiciones le estaban hablando. Después de todo lo que había pasado casi había olvidado todo lo relacionadon con el desguace excepto a su madre y a Uñas-de-cristal.

-Ah, sí. Gracias. Casi no lo contamos.

-Creo que es hora del Rito de Reconocimiento. ¿Jenny?

La Ahroun se chupó los dedos, distraída.

-¿Qué? Ah, sí. Bueno, yo conozco ese Rito. ¿Quieres que te lo haga?

-Vale. Es decir sí. Por favor.

Después de haberse olvidado del motivo de la visita decidió que lo mejor que podía hacer era pasar de Tony de momento. Ya tenía suficientes problemas.

-Vale. A ver, Paraíso, dime lo que te han contado los espíritus.

El Lupus subió al banco de un salto y le susurró cosas al oído. La cara de Jenny fue cambiando y alegrándose o preocupándose según avanzaba el relato. Finalmente sonrió orgullosa y procedió a realizar el Rito. Donny sabía que tenía que ir acercándose mientras ella relataba sus gestas.

-Bien... Esto... Que todos me escuchen, que este tío es un fiera. Botón-del-pánico recorre el sendero de la Gloria. Se ha cepillado a bastantes esbirros del Wyrm él sólo, se ha enfrentado a Danzantes y ha salido vivo, a la puta Uñas-de-cristal que es un peso pesado y todo. Se ha lanzado sin miedo contra un montón de Perdiciones y ha estado en el Campo DE Batalla y ha vencido. Eso es la hostia.

Y bueno, también has sido honorable. Has protegido el Túmulo contra el Wyrm, a humanos y al Metis del Klaive, pobrecito. Y la manada de Adren esa, la del Martillo, también te consideran un tío guay. Por todo eso yo digo: que todo el mundo lo sepa. Botón-del-pánico es un chaval cojonudo y un Garou de puta madre. La próxima vez que vayas a romperles la cara a los Danzantes, avísame. Yo también quiero.

No le gustaba mucho escuchar sus hazañas, sobre todo porque entre una y otra había hecho que su madre se volviese loca. Aún así aquello era la prueba definitiva de que los ritos de los Roehuesos eran mucho mejores que los discursos rancios de las Furias y los Hijos. Se fue deslizando por el banco lo más despacio que pudo y al final le devolvió a Jenny la bolsa de patatas fritas. Sonrió a Jenny breve y forzadamente.

-Gracias, Jenny. Está hecho. Oye, Paraíso. -Estiró el cuello para mirar al lupus por encima de Jenny-. Dime, cuando a alguien se le va la cabeza por el Wyrm y se queda tocado, ¿hay alguna manera de arreglarlo? Un espíritu de curación o algo.

-Sí, seguro que hay una manera, pero no la conozco -dijo Paraíso-. Deberías preguntarle a alguien de rango superior.

23 de noviembre de 2000 - 13:45

Viviane hizo rugir el motor de su moto al pasar junto al parque. Para los Roehuesos, eso debía de ser como un aullido de saludo. Vio que Donny estaba reunido con la Manada Urbana y esperó.

-Hm. Bueno.

No tenía nada más que decir, y se disponía a pasar un rato tranquilo y entretenido en su compañía cuando escuchó la moto de Viviane. Se excusó y se levantó de un salto para acercarse a Viviane.

-Eh. ¿Qué haces aquí? -le preguntó mientras se aproximaba.

Metió las manos en los bolsillos. Las tenía hechas un asco de andar toda la mañana con productos de limpieza que no sabía usar, y lo peor de todo, olían a limpio.

-Buscaba la comida, pero he perdido la guía de Los Mejores Contedores de Naperville- dijo apagando el motor y echando la palanca con el talón-. Así que he pensado que podrías ayudarme. También tengo la alternativa de ir al bar de al lado, por si te apetece.

Se deshizo del casco y se pasó los dedos hacia atrás para peinarse un poco. Sin embargo, no se bajó de la moto.

-Si invitas tú...

Se volvió hacia la Manada Urbana y se despidió de ellos con un gesto. Miró de nuevo a Viviane y le señaló el bar con la cabeza.

-Claro.

Colgándose el casco en el antebrazo acompañó a Donny al otro lado de la calle sin pronunciar palabra. Esperó a estar sentados antes de darle las nuevas.

-Ash y Alecto han hecho el Rito de Reconocimiento. Ayer por la tarde. Y Alecto quiere hacer su examen para Maestra del Aullido esta tarde.

-Yo también, ahora mismo -dijo después de haber pedido dos bocadillos y lo que quisiera Viviane.

No tenía mucha idea de qué iba a ir el examen de Alecto, y aunque esperaba que lo consiguiera el asunto no le quitaba el sueño. Empezó a manosear el servilletero, dándole vueltas para mirarlo desde todos los ángulos.

-Bien. Espero que le vaya bien.

-Ha estado estudiando mucho- comentó para sostener la conversación-. Por cierto, he pensado que cuando acabe todo este rollo de Pentex podríamos iniciar una Búqueda como manada.

-Yo también. Pero más adelante. Ahora estoy muy liado, incluso sin Uñas-de-cristal de por medio.

En cuanto llegó a la mesa, Viviane enganchó su bocadillo con ganas.

-Mi madre me ha dicho cómo está la situación. ¿Quieres que hable con mi padre? Quizá podamos ayudarte en algo.

Donny torció el gesto, buscando la manera de no ponerse a la defensiva, porque sabía que era una estupidez. Dejó el servilletero y apoyó las dos manos encima de la mesa.

-Gracias. Pero no hace falta. Estamos bien.