Partida Rol por web

Ver su rostro solo le hizo durar un instante, el suficiente como para que se percatase, a pesar de la capucha y las circunstancias, de que no era humana. Eso solo hizo que descargase con más fuerza el puño cerrado sobre su nuca tratando de dejarlo fuera de combate antes de que hiciera demasiado ruido.

Viviane se ocupó de inmovilizar a Tim sin problemas usando su cinturón. El chico había caído inconsciente con su puñetazo y ahora parecía un muñeco desmadejado.

Viviane cogió el arma y la dejó en lo alto de una estantería, fuera de la vista de cualquier transeunte. Tenía que volver con Ashley y Sueño; reunirse con la manada. Pero eso suponía dejar a Tim allí, y cuanto más se fijaba en él más fuerte se volvía aquella sensación de irrealidad. Habían sido compañeros de clase. ¿Cómo había llegado a ese punto?

-Céntrate, Viviane. Céntrate... -murmuró para sí misma apartando la mirada bruscamente y echando a caminar agazapada fuera de la sala.

Se detuvo en la puerta oteando el pasillo en busca de más gente, y emitió un aullido torpe y corto para avisar al resto de que podían avanzar.

Alecto se lanzó sobre el joven cuando vio a Donny hacer lo mismo, esperando que dos amenazas inmediatas le sorprendieran el tiempo suficiente como para que alguno llegara hasta él sin que nadie hubiese recibido un tiro. No se le ocurrió pensar hasta que estaba colisionando contra el chico que normalmente ella solía llegar antes a todas partes. El cuerpo del tirador amortiguó el golpe cuando ambos chocaron contra el muro violentamente.

El aullido corto de Viviane desde el piso superior indicó que había neutralizado la amenaza del cuarto de ordenadores. Donny y Alecto habían hecho lo propio con el de abajo. De vuelta a la forma Homínida, habiendo incapacitado a los pistoleros, se reunieron en el pasillo inferior.

Había un extraño silencio llenándolo todo. Aquellos que no habían muerto se habían escondido o habían huido. Había sangre y marcas de disparos aquí y allá, y el penetrante olor de la muerte flotando en el aire.

En el suelo, atados de pies y manos, yacían los asesinos. Uno de ellos les era desconocido, pero rondaba los dieciséis años. El otro era Tim Sunderland y había sido su compañero el año anterior. Había sido un chico apocado pero muy inteligente al que algunos presionaban a menudo.

Ashley había llegado con la directora Lovejoy. La Pariente estaba tan pálida que casi negaba su herencia mediterranea.

-P-por Gaia... -dijo llevándose las manos a la cabeza-. Pero si son alumnos...

Tras neutralizar a Tim y asegurarse de que no había más, Viviane reunió al resto con un torpe aullido. Seguía evitando mirar al suelo a conciencia temiendo distinguir más rostros conocidos entre los fallecidos, pero el olor... era otro asunto.

-Somos imbéciles... -masculló para sí misma levantando la mirada hacia el techo. Habían estado tan preocupados por un ataque directo al Clan que no se les había ocurrido pensar en los parientes, al menos no en los lejanos. ¿Cómo se les había podido pasar algo así?-. Y apestan a Wyrm. Lo han hecho a propósito, para debilitarnos y descentrarnos.

La ragabash pensó que lo mejor que podían hacer era regresar al Clan de inmediato. El daño ya estaba hecho y no había mucho que pudieran hacer al respecto. Centrar la atención en todo aquel asunto haría que perdiesen perspectiva respecto a todo lo demás. El Wyrm actuaba así: te golpeaba donde más dolía para pillarte después con la guardia baja, y no podían permitirse eso con las escasas defensas que tenían. Y sin embargo, el mero hecho de pensarlo hizo que una bola de amargura le revolviese el estómago. Resultaba difícil mantenerse de una pieza estando allí de pie.

-¿Has avisado al Clan, Sueño?

Si tanto olían a Wyrm, quizá se debiera a que tenían una Perdición encadenada al otro lado de la Celosía.

-Hay que revisar la Umbra -dijo Donny. Aquellos no eran sus compañeros ni sus amigos, como era el caso de Ashley y Viviane, pero aún así era difícil mirar-. Alecto, mejor quédate y vigila que no pase más a este lado.

Sueño sintió cierto alivio al ver que a su regreso estaba todo bajo control y que sus compañeros estaban bien, al menos físicamente. Por lo que había dicho Viviane parecía más un golpe a su moral que al clan en sí. Quiso pasar a su forma lupina y lamer la mano de Viviane para calmarla, pero no sabía cómo representar eso en forma homínida. Alzó la mano algo dubitativo hacia su hombro y le hico una caricia.

- El clan está avisado, deben estar de camino.

Luego miró a Donny e hizo un gesto afirmativo - Tienes razón, debemos asegurarnos. - Se apartó y se dispuso a abrir un portal.

-No puedo creer lo que voy a decir, pero prefiero ir a la Umbra con vosotros... -dijo Alecto mirando al resto. Después de todo el Clan ya estaba avisado y todo aquello estaba haciéndola sentir peor de lo que se había sentido despues de cualquier pelea. El colegio manchado de sangre, los alumnos corriendo, los críos con pistolas... todo parecía tan violento y fuera de lugar, y no quería separarse de su manada en aquel momento si podía evitarlo.

El chapuzón en la Umbra se coló en sus cráneos y les hizo apretar los dientes. El aire se evaporó de sus pulmones y no fue hasta que aparecieron al otro lado que pudieron dar una nueva bocanada. Aquí, el ambiente estaba enrarecido. El olor a sangre llegaba a través de la Celosía y lo llenaba todo. Sobre lo que serían los cuerpos de los tiradores, dos Perdiciones se enredaban intentando penetrar y poseerlos por completo.

Eran Perdiciones que apestaban a ira y a resentimiento. Sus formas espirituales bullían envueltas en un vapor venenoso, con ojos tan rojos que dolía mirarlos. Sus bocas se abrían y cerraban y sus dientes eran como cuchillos.

Rabiosas, se abalanzaron contra los Garou nada más verlos llegar. La primera fue a por el que abría el camino mientras que la segunda atacó a Donny. La piel en ebullición quemó el brazo con el que Sueño se había cubierto, mientras que Donny alcanzó a evitar un mordisco grave aunque los dientes llegaron a clavarse en su codo.

Cambió a Glabro y lo que hubiera sido un alarido de dolor nada digno de un Ahroun se convirtió en un gruñido. Se zafó de la boca de la Perdición de un tirón, lo que le valió más marcas de dientes en el codo, y descargó el Gran Klaive sobre la criatura.

Alecto pasó a Crinos y descargó las garras sobre la Perdición que había atacado a Sueño, dejando que Donny despachara a la otra. Sentía el cuerpo lleno de adrenalina después de la tensión y lo que habían vivido momentos antes; quería acabar con aquellas Perdiciones y que no tocaran a su manada.

No de forma tan inmediata pero todavía eficiente, Viviane desató el tormento que la apresaba dando paso a la bestia. Lo habría hecho de cualquier modo tan solo por el hecho de drenar emociones de su propio sistema. Rugió y cargó contra la Perdición que acosaba a Sueño demasiado enardecida como para asestar un garrazo en condiciones.

Ashley se transformó tan pronto empezó la pelea y se abalanzó sobre la Perdición que había mordido a Donny. En una demostración formidable de velocidad y Rabia terminó de hacer trizas lo que el Ahroun había empezado, tal y como lo haría una Fenrir. Aulló de júbilo y se preparó para la siguiente acometida con el morro chorreándole porquería negra.

Sueño gimió de dolor al observar su brazo agrietarse y llenarse de ampollas. Cambió a Crinos para que empezase a sanar y, con la otra garras, rajó la parte inferior de la Perdición de lado a lado, haciendo que supurase algo negro y maloliente muy parecido al petróleo.

La Perdición, toda furia, intentó al menos acabar lo que había empezado. Se cernió sobre Sueño y le mordió con saña. El pelaje del Caminante se llenó de sangre roja y negra.

Cuando Ashley terminó con su presa Donny se abalanzo sobre la otra Perdición y descargó el Klaive sobre ella y la apartó de Sueño a base de puñaladas.

Con aquella última acometida, las Perdiciones se deshicieron en una mezcla de Gnosis y Rabia que se llevó el viento umbral, dejando tras de sí la mancha de la corrupción en sus dientes y garras. Habían liberado a los chicos de su influencia, pero nada era fácil cuando se trataba de la corrupción del Wyrm...