Partida Rol por web

-¿NO ME HAS OIDO? ¡HAY QUE CUBRIR A NIEBLA-DE-VERANO! -Ashley se volvió sólo para pegarle un rugido rabioso antes de continuar en dirección al enemigo.

Tommy les dijo que no se movieran y entonces sintió mucho dolor y vio la cabeza Crinos de Ashley. Medio se incorporó, medio gateó, siguiendo a la Philodox. Había explotado algo. Empezó a darse cuenta de que estaba herido. Tenía el pelaje quemado. La carne quemada. Le estaban asando, llegó a pensar en su aturdimiento. Para comérselo.

La Rabia inundó su cerebro y le hizo reaccionar. Estaba herido. No sabía cuánto. Y Tommy estaba solo, solo frente a pistolas. Plata. No las contó. No iban a poder sacar a los prisioneros y marcharse sin más. Se levantó y empezó a avanzar hacia su mentor, rugiendo por encima de sus compañeras de manada para atraer la atención hacia sí. Sería una desgracia que Kate recibiese un disparo mientras terminaba de decidirse a hacer algo.

Leigh se levantó como pudó con la ayuda de Kate, ignorando el dolor de la mejor manera posible. Estaba furiosa. Sabían que algo así iba a ocurrir y, pese a todo, se habían metido de cabeza en el peligro. No iba a permitir que unos yankees de mierda la humillasen. Por sus venas corría sangre de generaciones de guerreros, tanto humanos como garou. De mujeres que habían hecho que todos los conquistadores desde época anteriores a la de los romanos evitasen las Highlands y hombres a quienes hasta hacía apenas doscientos años se les temía más que a los monstruos. No iba a dejar que unos... unos... advenedizos la humillasen. Iban a salir todos de allí con vida y las cabezas de sus enemigos muertos aunque tuviese que morir en el intento.

Y, con todos esos pensamientos y furia en la cabeza, cargó contra los pistoleros.

El rugido de Ash la dejó clavada en el sitio, petrificada, mientras todo a su alrededor parecía suceder a cámara lenta. Donny se levantaba como un gigante envuelto en llamas y rugiente. Viv, tamién chamuscada, se había lanzado hacia adelante sin dudar. Notó como Leigh, después de levantarse con su ayuda, se desasía de su mano y se precipitaba también hacia adelante dispuesta a matar o morir.

Y mientras tanto allí estaba ella, dándose cuenta de que todo el mundo parecía haber perdido definitivamente el norte y haber enloquecido, olvidando cualquier tipo de plan que pudieran llevar o prioridad que hubieran establecido y dejándose llevar por la rabia. O quizá es que ella era la lentita, la que nunca acababa de decidirse, la que actuaba poco y pensaba demasiado. Cada día que pasaba estaba menos segura.

Durante un instante que se le hizo eterno observó cómo sus cuatro compañeros la dejaban atrás, lanzándose al ataque, dejándola en la retaguardia que siempre acababa haciendo suya. Sin mirar atrás, sin preocuparse de si les seguía o no. Para ellos, el objetivo estaba claro.

- A la mierda con todo. - Murmuró, aunque sonó como un gruñido ahogado. E hizo algo que rara vez se permitía y que (estaba segura) siempre acababa saliendole caro: apagó el cerebro y se dejó llevar. Cuando se dió cuenta, tenía algo (grande, pesado y esperaba que lo suficientemente contundente) entre manos y lo lanzaba como si fuera una pelota contra uno de los enemigos, con toda la mala leche de la que era capaz.

Mientras los seis cargaban contra los siete allí presentes, tres de ellos cambiaron. La metamorfosis los convirtió en Crinos grandes y purulentos, con parches de pelo aquí y allá o deformidades variadas que dejaban entrever que eran metis. Los otros cuatro no cambiaron, pero al acercarse pudieron ver que también estaban deformes. Uno de ellos tenía cola, otro garras, y los otros dos, si estaban manchados por el Wyrm, no lo evidenciaban.

Las balas zumbaron en sus oídos mientras se acercaban a sus contrincantes, que por la distracción de la silla arojada por Kate no pudieron apuntarles. Una impactó en Tommy y le rasgó uno de los brazos, pero no pareció afectarle. Su primer tajo partió por la mitad al primero de los Danzantes y lo dejó moribundo en el suelo con las tripas desparramadas y el hígado asomando entre las costillas. Otro par de balas le alcanzaron en el estómago y en el pecho, pero a pesar de estar muy herido no parecía dispuesto a echarse atrás.

Ahora que ellos cinco llegaban hasta los enemigos, la cosa se complicaba. Demasiadas garras y demasiados dientes como para que todo saliese bien...

Las zarpas de Donny rascaban el suelo, y se sentía como si se fuera a resbalar, pero una silla que le pasó por encima de la cabeza le motivó para correr más rápido. Adelantó a Ashley y a Viviane y saltó sobre el Danzante más próximo a Tommy hecho un torbellino de garras y dientes. Le hundió las garras en la tripa mientras intentaba arrancarle el hocico de un manotazo.

-¡LAS PUTAS PISTOLAS! -rugió, duchando de saliva al Danzante. Esperaba haber dejado sus deseos claros al resto de su manada.

Leigh había recortando distancias, llegando poco después que Donny a la mele. Al llegar allí se lanzó rugiendo de furia contra uno de los que estaba todavía disparándoles. Una rápida sucesión de garrazos impactó al garou, salpicándola con su sangre. Miró durante apenas un segundo las consecuencias de su ataque para ver donde girar su atención, y sus garras, a continuación.

A pesar del dolor, que poco a poco remitía, llegó justo a la par que la Galliard. Parecía que la explosión les había avivado a los tres, y se habían lanzado como un torrente de garras sobre el enemigo. Apenas escuchaba algo más que los disparos y rugidos, pero fue capaz de distinguir el rugido de su Ahroun diciendo algo así como "pistolas". Hecho.

Ashley acometió contra el Danzante al que Donny no trataba de despiezar. Levantó las afiladas garras buscando un hueco donde clavarlas, pero su contrincante la esquivó en el último momento con una risa de hiena.

Kate, desde atrás, observaba la escena y hacía rápido recuento de la situación, mientras se agenciaba sin darse muy bien cuenta de qué nueva munición. De los tres danzantes, el primero había caído bajo el Klaive de Tommy y los otros dos se enfrentaban a Donny y a Ash. Viv y Leigh, por su parte, se habían lanzado contra dos de los pistoleros, lo cual dejaba a otros dos aún sin asignar.

- Bien, pues a por ellos. - Murmuró, más para sí que para los demás. Sólo faltaba, pensó mientras lanzaba lo que tenía entre manos, que alguno de sus compañeros se enfadara encima con ella por robarle una de sus presas...

El Danzante contra el que se enfrentaba Ashley saltó sobre ella y buscó morderle el cuello. La Fenrir interpuso un brazo y los dientes asquerosos de su enemigo se clavaron en él. La animadora soltó un grito dolorido mientras le desgarraban el músculo, dejando su pelaje blanco lleno de sangre. A Donny le aparecieron cuatro líneas sanguinolentas en el morro cuando su contrincante intentó sacarle el ojo. Pero las que se llevaron la peor parte fueron Leigh y Viviane.

Viviane, enzarzada con uno de los fomori, se vio asqueada cuando uno de ellos le vomitó encima. El contenido de su estómago, además de repulsivo, comenzó a picarle en la piel y a quemarle aún más la carne, como si fuera ácido con olor a hamburguesas pasadas. Para redondearlo, recibió un tiro de plata en el muslo que dolió más que todo lo anterior. Era como tener un pedazo de carbón hirviendo allí dentro.

Leigh se llevó la peor parte. El fomor al que se enfrentaba le hundió las garras en el pecho y, tras ella, un Danzante surgió desde la Umbra y le metió la garra por la espalda para sacarle las tripas y tirar de ellas. El cuerpo de la Furia Negra no pudo soportar tanto trauma y perdió el conocimiento, a las puertas de la muerte. Su cuerpo retornó a la forma Homínida y allí quedó, con el pelo rojo desparramado sobre un charco escarlata.

Una bala zumbó junto al oído de Kate.

Ladró y respondió al Danzante descargando una de sus enormes zarpas sobre su cabeza. Leigh y Vivianne quedaban a su espalda, y no podía ver qué había pasado, pero sí escuchaba los tiros. O esos tíos se agarraban muy fuerte a sus pistolas o las Furias estaban haciendo un trabajo de mierda. No podía ser tan difícil arrancarle un arma de una hostia a alguien cuando mides dos metros y medio y revientas neveras a cabezazos, joder.

De repente olía muy mal y la piel le quemaba. Era... ¿Vómito? Sintió la cena subiéndole por la garganta, otra vez, pero esta logró contenerse en vez de duchar al fomori. Luego la bala borró todos esos fugaces pensamientos para sustituirlos por un dolor ardiente que se alojaba en su pata. Aulló de una forma que no había hecho antes y remató a aquel engendro abriéndole en canal con sus garras. Después se volvió contra el que había tumbado a la Galliard, y con la rabia propia de un Ahroun lo destrozó de igual forma, librándose así de dos enemigos.

Ashley sujetó al Danzante del pescuezo y le mordió una oreja. Tiró de ella para arrancársela con saña y la escupió a un lado.

Entre lanzamiento y lanzamiento de cuanto había ido encontrado por el camino para intentar cubrir (aunque con poco éxito) a sus compañeros, Kate había ido avanzando. En su entrecortada carrera, milagrosamente, había eludido todas las heridas, casi como si haber salido mal parada aquella misma tarde la hubiera inmunizado. Una falsa sensación de seguridad se había apoderado de ella cuando una bala de plata pasó silbando a su lado mientras cubría los últimos metros.

Y era falsa, ya que frente a ella, casi al alcance de su mano, Leigh se desplomaba ante el ataque de aquel Danzante que había aparecido de repente.

Iracunda, Kate se lanzó contra el danzante las garras y las fauces por delante, ansiosa por desgajar a aquel asqueroso ser y vengar el ataque a traición que había sufrido su compañera de tribu.

El Garou al que Kate atacó por la espalda soltó un gruñido y trató de darle un revés mientras decía:

-¡CAMINAD DE LADO! ¡YO OS GUIO!

Al caminar de lado, el guía desapareció como absorbido por una quinta dimensión. Los otros Garou, incluyendo al que se moría entre sus tripas, lo siguieron inmediatamente. Se habrían deslizado hacia la Celosía, la barrera entre los dos mundos. Los fomori, en cambio, seguían allí. Sus amos se habían marchado dejándolos a merced de las bestias Gaianas. Aterrados, levantaron las armas y volvieron a disparar. Esta vez las balas acertaron a Viviane en el pecho y la Furia Negra se convulsionó y cayó al suelo de nuevo como Homínida.

Tommy saltó intentando clavar su espada de plata en el siguiente Danzante, pero su ausencia le llevó a cercenarle la cabeza a uno de los fomori que seguían vivos. Girando sobre sí mismo como un remolino de muerte, cortó la mano del siguiente, que comenzó a gritar lanzando unos mugidos terroríficos.

Cuando quiso seguir machacándole el cráneo al Danzante, éste desapareció. Donny se giró de inmediato, en busca de otra presa, y en vez de eso se encontró con que Leigh estaba muerta y a Viviane Crinos le arrancaban el Crinos a tiros.

Gritó algo que debió sonar a medio camino entre un taco y el nombre de una de ellas y corrió en cuatro hacia donde estaban, a punto de estallar de Rabia. Le pisó la cabeza al fomor manco para que se callara de una vez. Estaba a punto de perder el control, y no sabía si lo que sentía avenicarse era un frenesí o simplemente pánico, pero no se atrevía a tocarlas por miedo a desgajarlas.

Se daba cuenta de que estaban a merced de los Danzantes, pero en ese momento lo único que le preocupaba era que Viviane y Leigh se despertaran de una vez y que intentaran arrancarle la cabeza. Por favor.

La Ragabash cayó al suelo con varios agujeros humeantes en el torso y en homínido, demasiado débil como para resistir en una forma capaz de regenerarse. Se acordó de Kate; Gaia podía haberles dado otra forma de regeneración en vez el poder de violar a gente de forma legal. Tenía que haberlo dicho, haber ejercido su papel de Ragabash para impedir aquello. Estúpida...

La oscuridad se cernía sobre ella con un escalofrío helado para después dejar de sentir todo lo demás. Veía formas borrosas con a poca luz que había, susurros en la lejanía y un dolor punzante y persistente. Pocos segundos después su cuerpo convulsionó y se retorció hasta que su figura enturbiada pasó de nuevo a ser un Crinos. Uno muy rabioso incapaz de distinguir amigos de enemigos. Rugió y se lanzó a por lo primero que se cruzó frente a sus ojos.

Leigh se levantó mientras se transformaba en un Crinos oscuro y lleno de Rabia. Parte de sus heridas habían sanado, pero su capacidad de raciocinio estaba lejana. La primera cosa que vio fue a Ashley y a Ashley trató de atacar. El pelaje blanco era el más llamativo de todos, a pesar de estar manchado de sangre. La Furia Negra rugió y buscó su cuello para acabar lo iniciado por los Danzantes. Ashley forcejeó y la sujetó intentando apartarla de ella mientras pedía ayuda. Entonces, Viviane se levantó y fue directa a por Leigh, lo más peligroso de lo presente. Al estar de espaldas, Viviane no tuvo dificultad para clavar sus dientes en la nuca de su compañera de Tribu y sacudir la cabeza de un lado a otro hasta que escuchó crujir las vértebras.

Como una muñeca rota, Leigh volvió a ser humana otra vez y cayó al suelo con la cabeza colocada en un ángulo antinatural. Esta vez no habría vuelta atrás. Leigh estaba muerta.