Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

Salón de los Difuntos

Cargando editor
09/02/2015, 14:05
Elendire

Elendire abrió los ojos de par en par, mirando alrededor, desesperada.- No...-musitó, llevándose poco a poco las manos a la cabeza, para agarrarse del cabello-  No, no no no...- repitió para si, con la voz temblorosa y sollozante, dejándose caer, soltándose la melena y finalmente abrazándose las rodillas, escondiendo el rostro entre ellas mientras intentaba no romper a llorar.

Había estado tan cerca, ¡tan cerca! Y a la vez tan desdichadamente lejos. Aquello era tan injusto que a penas le resultaba cierto. Pero allí estaba ella, en, ¿un sueño perdido? Sí, quizá. Un sueño perdido de Palacio. Lejos de todo lo que ansiaba obtener. Lejos de todo lo que ansiaba saber. 

Cargando editor
09/02/2015, 15:14
Nu-Taur-Dunath

Mis manos buscaban mi garganta, mientras mis dedos aún temblaban... sabía que podía suceder, había hablado demasiado, pero no pensaba que la muerte se sintiera así.

Primero un dolor que ahogaba mi garganta, mis uñas urgaban en mi carne esperando librarme de aquel infierno, hasta que las fuerzas empiezan a flaquear y entonces siento como al abandonarme siento más descanso que al luchar.

Un último hálito de vida se escapa de mis labios, mientras mis rodillas caen de bruces en aquel salón.

Alzó la mirada y veo las paredes doradas, y las largas cortinas aterciopeladas que distinguían aquel salón. 

De nuevo en casa... hacía muchos años había sido arrastrado de Fäe, arrastrado desde algún lugar de aquel Palacio, y ahora volvía extrañamente a él, cuando todo había terminado.

Alcé mis piernas y me puse frente a los demás, mientras mis manos acariciaban los cantos dorados de la pared, una sensación que me hacían estar en casa a pesar de aquel vacío que me empezaba a inundar.

Luego giré la cabeza y vi como aquel salón estaba lleno de Fatas. Aquello era extraño, antes de cerrar los ojos, el único caído que preserveraba era Mathias.

Entonces sin querer, empecé a escuchar como salido de una burbuja. Miré a Aina que decía ser la dueña de aquel lugar, una viajera entre el mundo de los vivos en aquel extraño plano, y aquel salón de muertos reinante en Fäe. Tenía cierta pregunta para ella por lo que sin poder retenerme dije.- ¿Nadie sabe lo que ha pasado allí...?

Miro a mi alrededor y vuelvo a preguntar: ¿Todo Fäe esta... o es solo esté salón el que alberga los que caemos?.

Cargando editor
09/02/2015, 15:39
Míriel

Míriel esuchó a Aina sin comprender al principio demasiado, pero entonces un rayo de esperanza iluminó de nuevo su mirada y se acercó a ella.

- ¿Es eso cierto? ¿Estás viva?... en esa caso... puede, que aún podamos hacer algo. Ví el interior de Vanya, está dominado por el espíritu de la guerra, su lealtad está con los traidores y no dudará en protegerlos a toda costa. Por eso me esforcé tanto en identificarla, tiene el poder de proteger a los suyos e incluso establecer lazos. Sino se elimina a ella en primer lugar podrá proteger al resto de los asesinos mientras que los demás iran cayendo cada noche...

Entonces Elendire despertó y comenzó a sollozar, a Míriel se le partió el alma, no entendía por qué había sido eliminados tantos Fata. Sólo él era quien debía haber caído.

- Y a este paso... me temo que no vamos a tener mucho tiempo, no entiendo que ha pasado... Me expuse para desviar la atención de los demás, sabía que Ivanna no era malvada. Por eso argumenté mi acusación contra Vanya utilizándola a ella... pero no lo entiendo... si me mataron a mí, ¿Qué hacen ellos aquí? La única explicación es que hubiera algún lazo oculto que yo desconozco...- dijo Míriel visiblemente afectado por el resultado de la jugada que tan mal le había salido- Opté por descurbirme para que quedara clara la culpabilidad de Vanya y de paso hacer que los demás se fueran rebelando... pero jamás pensé que los niños a los que ejecuté en su momento... Te juro que sus almas estaban totalmente corrompidas por el mal, estuvieran también aquí... No, no han sido ellos... ha sido Lassa... ella escribió algo en mi cuello mientras me arrancaba las entrañas... lo hizo con mis propias costillas...-tragó saliva al tiempo que se llevaba una mano al pecho, remeorando el dolor, miró a Aina- Por favor que mi sacrificio no haya sido en vano, creo que Lassa se descrubió así mismo cuando rebelé mi nombre- le pidió con la angustia reflejada en su mirada.

Acto seguido se acercó de manera tímida a Elendire, no sabía si era conveniente decirle algo para tratar de consolarla o mantenerse alejado... lo único que se escapó de sus labios, fue su nombre pronunciado con suavidad.

- Elendire...

Cargando editor
09/02/2015, 16:14
Aina

Aina torció los labios en una mueca y negó suavemente con la cabeza. - Míriel, temo que quien haya ido a por ti no sean los asesinos. Te expusiste cuando confesaste quién eras e imagino que habrá gente que quiere tu muerte - . No quiso nombrar a la fata que vino a su mente. Él ya sabía de quién hablaba. 

- No tienes que justificarte por lo que pasó. La Familia Real te dio el perdón y yo no necesito nada más - . Suspiró y se acercó a la mesa para coger la copa de vino y llevársela a los labios. Al caminar, iba dejando tras de sí una pequeña estela de un olor dulce, como de almendras. - Ya he mostrado mis cartas y establecido el puente. Hasta ahora no había dicho nada porque no lo vi necesario. Otros ya dijeron que Falmari albergaba la guerra en su interior - . Al nombrarla señaló a la sirena con un gesto de desdén. - Y no creí necesario decir nada más. Pero ahora ya saben que estoy aquí, así que mientras me permitan seguir con vida - Una mueca se formó en sus labios y un escalofrío recorrió su espalda. - Iré manteniendoos informados sobre lo que está ocurriendo en el otro lado y llevaré los mensajes que me pidáis - . Bebió un nuevo trago del vino afrutado y volvió a mirar a sus "invitados" - De momento están en estado de shock, pero empiezan a haber comentarios. Creen que esta noche han ido a por los que más han hablado y a por los débiles - . Una pequeña sonrisa de disculpa se dibujó en sus labios. 

Cargando editor
09/02/2015, 16:29
Míriel

- ¿Por qué has echo eso?... ¿no ha serbido de nada mi ejemplo?, he muerto de una manera estúpida por rebelarme demasiado pronto... soy un idiota, aunque es posible que merezca la muerte- dijo cabizbajo se sentía mal, terriblemente mal por lo que había echo, aún así volvió a mirarla- Si lo has echo al menos comunica el mensaje que te acabo de dar, Vanya es una traidora lo ví con mis ojos- en ese momento miró a Aina directamente, sus pupilas era como las de un gato- puedo ver en la oscuridad de las almas, mi don es la Videncia. Maté a los niños porque sólo había negrura en ellos, maldad en estado puro y con respecto a Vanya, ella sólo sirbe a los traidores, es terriblemente peligrosa. Como te he dicho puede proteger al traidor que elija y establecer un vínculo con él para conspirar a sus anchas. Lo que más me preocupa son los poderes secundarios que cada uno posee, quizás por eso se explica que hayamos caido tantos.

Cargando editor
09/02/2015, 16:41
Aidane

Aidane abrió los ojos y ya no estaba en el mismo lugar. No pareció contrariada ni asustada, se incorporó con movimientos flexibles, elegantes. No estaba sola. 

Había otros que, como ella, debían haber muerto esa noche. Estaban en palacio. Y ella, por primera vez desde que todo aquello había comenzado, no tenía miedo, lo único que sentía era... Alivio. Como se alguien le hubiera quitado un enorme peso de los hombros. 

Los otros estaban hablando, quejándose, llorando... preguntándose qué habría sucedido para haber caído tantos. A ella eso le daba igual, no había entendido gran cosa de lo que pasaba allí, ni por qué tenían que matarse unos a otros, solo había deseado no tener que matar ella misma a nadie y no tener que sufrir demasiado cuando la mataran a ella. Eso no había sucedido, sencillamente se había quedado dormida y, sin dolor, había despertado allí.

Miró a la fata que hablaba "A por los que más han hablado y a por los débiles"

Bien, eso respondía a por qué estaba ella ahí. Tampoco aquello le afectó de ningún modo. Ya solo le quedaba ver cómo terminaba aquello. Ser simple espectadora. Al menos eso se le daba bien.

Cargando editor
09/02/2015, 16:47
Elendire

Yo no te prefería mejor muerta...-susurró, aún afligida, al escuchar la voz de Aina- Intenté explicarlo ayer. Pero Ivanna no pudo hacerlo- respiró hondo, aún sin levantar la vista- No fui yo quien dijo esas palabras. Alguien se apoderó de Ivanna durante todo el día de ayer. Y me envió a mí, y a otro de nuestros hermanos, a un sueño perdido, lejos del puente y de la torre del reloj. -confesó- No volví a encontrarme en su piel hasta el momento en el que condenamos a Falmari. Y  justo antes de... Desaparecer... Vi que otros dos fata diferentes acababan en el mismo sueño perdido que yo. Aunque de ellos sólo uno permanece en pie - añadió, sintiendo un escalofrío al recordar la mirada que uno de ellos le había dedicado. Una mirada de reconocimiento no compartido. Una mirada de nostalgia. Y ella a penas recordaba su nombre- Es posible que hoy alguien más haga afirmaciones arriesgadas. Pero no exactamente la persona a la que creéis estar escuchando.

Cargando editor
09/02/2015, 17:04
Loth

Loth, el Vagabundo, el Errante... había recibido tanto nombres en su vida como paisajes había recorrido. Era el único de los habitantes de Fäe que había pisado cada rincón de ese mundo, y parecía casi obligado que también recorriera el último lugar que le restaba. Su regreso de ese mundo onírico y siniestro no fue repentino ni violento, sino que apareció sin más, como una presencia inadvertida que se une al resto.

- Ya poco importa todo aquello - dijo su voz, mientras los pequeños tentáculos que salían de su rostro se movían suavemente - ¿Qué poco nos preocupan ya las artimañas de los Vivos, pues nos encontramos unidos por fin, amor mío?

Se acercó a Elendire, y abrazó su cuerpo con ternura.

- No podía dejarte aquí, y no marcharme a tu lado. No podía perderte otra vez por los siglos de los siglos. Olvida lo que fue, disfruta lo que es.

Cargando editor
09/02/2015, 17:11
Aina

- Tenía que hacerlo - Un mohín se formó en los labios de Aina. - Tenía que decirles lo que me acababas de decir. Si es verdad, no puedo permanecer callada mientras se matan entre sí. Estoy aquí para que podamos seguir en comunicación unos con otros - . Suspiró y bajó con suavidad las pestañas. - Sé que me he expuesto, pero era algo que tenía que hacer - . Entonces escuchó a Elendire y la miró con un pequeño gesto de asombro en su rostro.

- ¿Quién estaba contigo? - Le preguntó con un suave temblor en su voz. Pero cuando vio al Fata de los tentáculos acercarse a Elendire, se mordió el labio y se apartó, volviendo a su copa de vino para dejarles la intimidad que parecía desear el hombre pulpo.

Cargando editor
09/02/2015, 18:41
Míriel

Míriel abrió la boca para volver a decir algo, pero en ese momento escuchó a Elendire y algo le vino nuevamente a la cabeza, algo que había olvidado... hizo amago de acercar se a ella. Sería ella... ¿la había encontrado? Entonces el otro Fata se acercó y Míriel se echó a un lado, probablemente estaría confundido... como siempre.

- Elória...- susurró con nostalgia mirnado al suelo, tratando de recordar. Miró entonces a Aina- y volvió a pronunciar el nombre- Elória, ¿te suena de algo ese nombre?- le preguntó a la Fata con un hilo de esperanza en la mirada, casi una súplica

Cargando editor
09/02/2015, 19:31
Elendire

Oh Loth...- sollozó, a medio camino entre la tristeza y el gozo, dejando que la envolviera en aquel abrazo cálido- No deberías haberte dejado languidecer por mí. Sabes tantas cosas, y eres tan necesario para ellos... ¿Quién si no iba a hablarles de lo Desconocido? Nadie más que tú,  amor mio. Y ahora tus palabras quedarán en una negrura mayor que la que se encuentra más allá de la Bruma. 

Negó con el rostro, sonriéndole con amargura- Ah... Pero mentiría si te dijese que no me reconforta tenerte aquí conmigo. Soy tan egoísta...-suspiró, frotando su mejilla contra sus tentáculos, sintiendo su rugosidad, inhalando profundamente sobre su piel para llenarse de su olor, sonrojándose ante la oleada de recuerdos vívidos que la invadía, calentando su piel desde las entrañas. 

Cargando editor
09/02/2015, 20:20
Loth

El abrazo de los dos enamorados duró segundos, o quizás siglos, pues el tiempo resultaba confuso en aquel lugar. Sin embargo, cada gesto de ambos denotaba un profundo sentimiento, el de saberse juntos después de tantísimo tiempo. El amor del Fata vagabundo, aquel que se había marchado y había regresado era tan sincero, que se extendía como ramificaciones y tocaba los corazones de los demás.

- No podía volver a perderte... no otra vez - dijo, y miró con tristeza a Aina - Mi querida Aina, la favorita de la princesa. Aún recuerdo lo amable que fuiste conmigo cuando visité Palacio, y lo cómodo que me sentía a tu lado. Me permitiste aprender de la Historia y las Maneras, pero sobre todo de la seguridad en ti misma. No pierdas eso, no ahora. Debes ser fuerte. Nosotros podemos ayudarte, si así lo deseas.

Cargando editor
09/02/2015, 23:03
Falmari

Falmari, se levantó como si viera algo aterrador, lentamente y sin perder de vista a la pareja se fue alzando apoyada en sus manos

-Oh Dios....había olvidado lo melosos y la pareja tan horrenda que eraís....ahora si que necesito una copa para olvidarme de todo este asunto, mi asesinato....las tonterías de esta niña caprichosa...y vosotros haciendo manitas.-La sirena salió con resolución a la busqueda de una fuente de agua, donde poder cambiar su sed.

Cargando editor
10/02/2015, 00:36
Narrador

Lentamente la imagen de uno de vosotros comenzó a disiparse... La figura de Nu-Taur-Dunath se descomponía poco a poco, sin previo aviso, hasta desaparecer del todo.

Notas de juego

Destinatarios actuales:

  Aidane   Aina   Elendire   Falmari   Loth   Míriel

Cargando editor
10/02/2015, 02:02
Aina

- ¿Elória? - Aina arqueó suavemente una ceja, volviendo su mirada azul hacia Míriel. - Lo siento, pero no sé quién es. Hay muy pocas cosas que recuerde - . Se encogió de hombros y miró hacia la pareja que tras tantos años volvía a reencontrarse. Su rostro se sonrojó cuando él le dijo que la conocía y una mueca se formó en sus labios mientras negaba con la cabeza. - Me alegro de que tengas un buen recuerdo de mi, pero yo no consigo recordarte. Espero que algún días estos recuerdos que nos son negados vuelvan y entonces poder abrazarte como a un amigo -.

En ese momento la figura Nu-Taur-Dunath se desvaneció del gran Salón de Baile y Aina sonrió. 

Cargando editor
10/02/2015, 03:08
Elendire

Algo más reconfortada por el gesto de Loth, Elendire enarcó una ceja al escuchar a Falmarí, y dibujó una sonrisa ladeada, antes de hablar con un tono cargado de sorna- Oh, mira, un pez estúpido que habla. ¡Con qué poco se pretenden complacer los entretenimientos en Palacio en estos días!- dijo, señalándola, encogiéndose de hombros a continuación para prestar su atención a Aina

- Conmigo se encontraba Serindë desde un principio- comenzó, volviendo a hablar del tema del que había empezado a hablar en un principio- Antes de que perdiese toda noción de aquel lugar, Loth y... Elendë aparecieron junto a nosotras. Pero entonces... Bueno, aquí estamos.

Vio entonces cómo desaparecía la figura de Nu-Taur-Dunath y miró de nuevo a Aina, extrañada- ¿Qué ha pasado?

Cargando editor
10/02/2015, 10:06
Loth

La mirada de Loth hacia Falmari no fue de reproche, sino de reconocimiento.

- Falmari, tenía que haber imaginado que tras una piel como Mathias te escondías tú. Te recuerdo bien, ya en Fäe tenías esa actitud, y también aprendí cosas de ti, aunque nunca te ofrecieras a enseñarme - dijo, y uno de los tentáculos se deslizó suavemente hasta formar una suerte de saludo - Al menos presentaste una digna batalla.

Luego dirigió su atención a su amada.

- Sí, querida mía. ¿Qué era aquel lugar? Mi presencia allí no fue más que un suspiro, pero en mi memoria aún perduran las imágenes que la conformaban.

Cargando editor
10/02/2015, 12:03
Aina

Serindë...

Al escuchar aquel nombre, Aina se volvió a mirar de nuevo a Elendire. Su mirada se había endurecido y una pequeña mueca de disgusto se formó en sus labios. - ¿Así que ella también está aquí? - Era más una afirmación que una pregunta. A ella sí que la recordaba.

- Los que nos han traído aquí se divierten jugando con nosotros. Nos han devuelto los recuerdos que les interesaba, sólo para que nos enfrentemos entre nosotros. Estoy casi segura que deben haber más cosas buenas que no logramos recordar - . 

Se volvió a mirar de nuevo hacia el lugar donde había estado Nu-Taur-Dunath y pestañeó. - Le han traído de vuelta. Ahora mismo está recuperando el aliento. Quien fuera el que le había matado había decidido ahorcarle, imagino que fue una manera sutil de recordarle lo que había intentado hacer con Amazarac - . 

Suspiró y miró hacia Míriel. - Evidentemente Anya niega lo que has dicho. Yo ya les he advertido, pero contradice cada una de mis palabras. Lo que me extraña es que sea la que haya pedido que trajeran de vuelta a Paul, sabiendo que él puede ver dentro de los que han condenado, o eso dijo ayer - . Pestañeó, confundida. - O debía temeros a vosotros y prefería su regreso, o no entiendo qué es lo que planea - . Suspiró y se acercó para coger una de las manos del fata. - Míriel, quiero confiar en ti, eso hacía la Familia Real y para mi es motivo suficiente. Pero hemos pasado demasiados años como mortales y eso puede habernos cambiado - . Sus pestañas aletearon y sus ojos azules brillaron. - Aunque parece que aquellos que buscaban sus propios intereses continúan haciéndolo tras las máscaras que tenemos - . Soltó sus manos y miró a su alrededor. Aquel salón de baile se veía triste, le recordaba más a cuando el Rey lo utilizaba para juzgar a los traidores. Nadie baila, para qué estar en un salón de baile si todo es triste... Una mueca se formó en sus labios y cerró por un momento sus ojos. Las paredes empezaron a derretirse y la hierba a crecer bajo sus pies. Era de un color oscuro y plateado, reflejaba la luz de la luna que podía verse brillante, sobre sus cabezas. Poco a poco todo aquel enorme salón fue desapareciendo, mientras brotaban árboles y hermosos arbustos llenos de flor. Una enorme fuente, brillante, apareció junto a ellos. El sonido del agua era como una melodía en sus oídos y el olor de las flores era dulce y embriagador. Lo único que desentonaba de los antiguos jardines de palacio era la torre de reloj que sobresalía a uno de los lados. 

Aina volvió a abrir los ojos y una sonrisa brotó de sus labios. Había añorado tanto los paseos nocturnos que solía dar por aquellos jardines... - Así está mejor - Murmuró y miró de nuevo a sus compañeros en aquella noche eterna. Estuvo durante unos segundos en silencio, con el ceño ligeramente fruncido. Finalmente suspiró y regresó a lo que estaba ocurriendo en el otro lado. - Me han pedido que diga quienes estáis aquí. De momento he mantenido silencio, pero si queréis que diga vuestros nombres, sólo tenéis que decírmelo y así lo haré - . 

Cargando editor
10/02/2015, 12:29
Loth

- Los mismos que nos han traído aquí son los mismos que ahora preguntan. Prefiero que sigan viviendo en la ignorancia, pues es lo que merecen.

Cargando editor
10/02/2015, 13:06
Narrador

 

Salón de los Difuntos

Sucedió lentamente, casi como el tiempo que uno comienza a abandonar el sueño hasta que es consciente de que está despierto. Tus ojos empezaban a abrirse en esta nueva realidad con una sola certeza: habías muerto.

Puede que aquel lugar estuviera hecho para esperar durante toda la eternidad. Quizá, sólo quizá, ese tiempo fuera más breve de lo que parecía al pronunciar esa palabra. O puede que simplemente estuviese disponible durante unos días, el tiempo que todo tardase en resolverse. Como un bar a medio recoger antes de apagar las luces.

Sin embargo una cosa era evidente: el sitio recordaba mucho más a Fäe que al mundo de los soñadores. Se trataba de un gran gran jardín. Uno de Palacio.

El sitio mostraba toda la vida que el Bosque debería tener, pero confinada a una sección cercana al Palacio, como si la Reina hubiera querido guardar para sí una parte de Fäe que no visitaba nunca pero cuya belleza era innegable. Árboles rebosantes de luz, flores de todos los colores y el continuo sonido del agua corriente.

Cerca de vosotros una enorme fuente hecha del cristal más puro mostraba la figura de un Rey antiguo, uno que ya mucho tiempo atrás debía haber abandonado Fäe.

El aroma que se percibir en el aire era una mezcla clara de tierra recién mojada, naturaleza en su justa medida y un toque de vainilla, como si incluso allí fuese necesario especiar el ambiente.

A vuestra vista se encontraban aún la gran estructura del Palacio. Os encontrabais dentro de sus dominios, y eso era algo que se percibía incluso con los ojos cerrados. También, ligeramente apartada, seguíais viendo aquella gran torre de reloj, esa que mantenía encendidas las llamas de colores opuestos.