Partida Rol por web

Harold entendía el pánico extremo en el que estaban entrando los pequeños y sus reacciones innatas. Mientras algunos optaban por huir despavoridos, otros se limitaban a conjurar el hechizo que supieran realizar por hacer algo y otros simplemente estaban tan asustados que no podían ni reaccionar. ¿Cómo podía defenderles en aquel instante? Lo que sí tenía claro era que no podía permitir que actuasen alocadamente y quedasen aislados, debían permanecer todos juntos y sobrevivir. La unión podía marcar la diferencia.

- Melker, hay que lograr que todos los pequeños regresen sanos y salvos al castillo. Esa debería ser nuestra prioridad. Comentó tras agradecerle con un gesto que le hubiese ayudado a realizar un hechizo protego totalum lo suficientemente poderoso. Entre todos lo lograremos, vamos a trabajar en equipo y permanecer todos juntos, ¿entendido?

Cómo Hagrid estaba logrando calmar al Fénix, y parecía estar dando resultado, empezó a idear una posible escapatoria a todo aquello sin que saliesen más heridos de lo que ya estaban. Si Hagrid se hacía cargo del Fénix, y les pedía a los pequeños que se encargaran de hacer frente al maldito chizpurfle, Melker y él podrían continuar avanzando protegiéndolos de los ataques del dragón peruano, un Vipertooh sin lugar a dudas.

- ¡Thad, Raven, mantened activo el hechizo oriéntame e id dirigiendo al grupo hacia el castillo ladera arriba, siempre muy pegado a nosotros para que podamos cubriros! Le comentó al pequeño con una sonrisa infundándole valor. Él pequeño reiteradas veces había querido sentirse útil y aquel era el mejor momento para aquello. ¡Kayla, Wynnona, Seth, Tabby! Me gustaría que os ayudaseis entre todos a seguir avanzando aunque las heridas duelan y que os hiciéseis cargo del pequeño chizpurfle que trata de acercarse a Melker y a mí...se siente atraído por la magia y no dejará de intentar picarnos, ¿podéis mantenerle al menos distraído? ¡Melker y yo iremos avanzando hacia el castillo y manteniendo un escudo protector sobre nuestras cabezas! ¿Alguno encuentra una solución mejor en estos momentos? Cualquier consejo es bien recibido

El profesor Rowle estaba convencido que entre todos lograrían avanzar y conseguirlo, no tenía dudas de ello. ¿Les habían pillado completamente desprevenidos y se habían visto superados? Si, aquello era un hecho. ¿Podían revertir la situación y sobrevivir como un equipo? Por supuesto.

Avanzo poco a poco hacia donde creo que está la escuela, mirando cada poco tiempo a ver si me siguen a buen ritmo los demás. Mi cabeza sólo piensa en que kayla ha tenido una gran idea, si salimos de esta le debemos una muy grande, quizás una montaña de ranas de chocolate, ¿Quién sabe si le gustarán? En verdad no se nada de ella, bueno a excepción de que le gustan las rosas de Artemis. Me duele mucho el brazo izquierdo pero no es momento de mostrar al Thad inútil, necesito demostrar que puedo servir para algo, aunque sea usando la idea de otro, no lo hice a mala idea pero fue lo único que se me ocurrió en el momento. Sólo espero no fastidiarla.

El Protego Totalum que había conseguido era muy débil, demasiado para lo que estaba acostumbrado, aunque por lo menos servía para mantener al Dragón a raya. Cuando Hagrid se lanzó a por el Fénix y consiguió calmarlo, el respteo que sentía Melker por él aumentó considerablemente.

El Profesor Rowle demostró su capacidad de liderazgo organizando muy bien los movimientos que teníamos que realizar para mantenernos con vida, y sintió por él una envídia sana. Sabía que la edad daba un grado de experiéncia, pero nunca había imaginado ver a ese señor desenvolverse tan bien en una situación tan caótica. Por un momento pensó en realizar un hechizo contra el Dragón, pero los chicos ya  lo estaban haciendo muy bien, así que siguió concentrándose en el Protego para intentar darle más poder.

Quizá por el shock inicial o por estar más pendiente de los alumnos, Melker no era capaz de realizar un hechizo en condiciones y no estaba seguro de que, de seguir así, puidera mantenerlo mucho más tiempo - Harold, esto no aguantará mucho más, pero tengo una idea. Cuando te diga ya, tú irás con los alumnos hasta el Castillo y los pondrás a salvo. Mientras yo me arriesgaré con la maldición de conjuntivitis, es lo mejor contra los dragones.

La idea de Melker le pareció brillante y asintió a sus palabras, aquel hombre quizá fuese nuevo como profesor pero estaba totalmente convencido de que era más que capaz de lograr lo que proponía. 

- Me parece que usar el hechizo conjuntivitis podría ser una grandísima idea. Intuyo que va a volver a lanzar una bocanada de fuego... Aguantemos el golpe con el protego y justo al finalizar, yo me llevo a los pequeños hacia el castillo usando en ellos el hechizo desilusionador para que sean difíciles de detectar y tú le lanzas el hechizo que propones ¿te parece? 

Tampoco tenían muchas más opciones, lo que estaba claro es que quedarse allí parados solo les conduciría a la muerte. 

No obstante, giró la vista un segundo para comprobar cómo estaban los alumnos y si habían atendido a sus instrucciones, y se dió cuánta que Tabby había desaparecido de su vista. ¿Dónde estaba la muchacha?

- ¿Dónde está la pequeña Gryffindor? ¿No estaba Tabby con vosotros? Rowle intuyó lo peor, y si había salido corriendo despavorida y el dragón le estaba dando caza? Eso explicaría por qué estaba tardando tanto ese segundo ataque... 

Raven no sabía muy bien qué hacer, mira al profesor que le dice que haga un conjuro de orientación, realmente no estaba muy segura de sí misma, aun así asiente y dice:

Va… vale… lo intentare… señor profesor

Dando unos pasos hacia atrás para quedar detrás del profesor hace lo que este le dice

El semi gigante había logrado abrazar al ave Fénix y empezó a calmarlo susurrándole al oído. Tenía muchísima empatía con las criaturas mágicas y no tardó en averiguar lo que le había ocurrido al ave, una vez logró apaciguarla.

- ¡Profesores! Estas amables criaturas están siendo controladas por algún tipo de hechizo que las fuerza a atacar... Comentó sin un atisbo de duda y dejando al ave libre y tranquilo de que no volviese a atacarles. Quien las controle debe estar bastante cer...

Y entonces, puso cara de enorme enfado y con su enorme mano aplastó al chizpurfle de un manotazo cuando lo vio saltar en su dirección, tras los infructuosos intentos de los pequeños para tratar de eliminarlo.

- ¡Problema resuelto! Jajajajaja. Por poco aplasto vuestras lindas cabecitas, ¿Eh pequeños? Ahora hacedle caso al profesor Rowle y regresad al castillo... Melker y yo nos haremos cargo del pobre dragón...

Lo de pobre era un decir, aquella criatura atemorizaría a cualquiera, pero Hagrid siempre había sido bastante peculiar. Aunque en aquel momento, parecía de lo más confiable. Era bueno tener a un semi gigante de vuestro lado.

El dragón volvió a sobrevolar vuestras cabezas y sabíais que era cuestión de tiempo que volviese a golpear con furia. Aunque esta vez parecía que teníais un buen plan trabajado en conjunto. Melker y Rowle mantuvieron el hechizo mientras una nueva llamarada era producida por aquella gigantesca criatura, y Hagrid no dudó en abrazar a todos los pequeños para prevenir nuevamente el daño. 

El momento pareció eterno, pero cuando el dragón dejó de exhalar aquel fuego destructor que ya estaba provocando que se incendiasen los árboles de alrededor, rápidamente os pusisteis en movimiento y os dispusisteis a actuar.

- ¡Vamos chicos! ¡Vamos al castillo ya! Me quedo a esperar al profesor Rowle, no me voy sin él. 

El impacto de la llamarada en el escudo conjurado fue brutal, y pese a ser dos profesores los que los mantenían, no fue fácil de contener debido a las altas temperaturas que empezaban a reinar en el ambiente. Harold respiró aliviado en el momento en que el dragón cesó su ataque y no tardó nada en realizar un encantamiento desilusionador en los pequeños aprendices, que sin lugar a dudas sentirían una extraña sensación en sus cabezas, como si alguien les hubiese roto un huevo en la cabeza y el líquido les cayese por los costados. 

Si miraban a sus compañeros, podían darse cuenta que estaban desapareciendo de sus vistas casi por completo, como si de una capa de invisibilidad se tratase, y que se camuflaban perfectamente con los árboles, arbustos y plantas de los alrededores.

- Bien muchachos, hora de moverse y subir esa ladera en dirección al castillo, como bien indican los Oriéntame de Thad y Raven. Les trató de comunicar en un tono de voz amable para que no perdiesen la calma e hiciesen lo que se les pedía. A su espalda, Melker y Hagrid ya se desplazaban lateralmente para buscar un buen ángulo de ataque y realizar sus hechizos.

Justo antes de separarse de aquellos dos les mencionó con aplomo.

- No os expongais más de lo necesario, y si el hechizo conjuntivitis no es lo suficientemente efectivo, siempre podéis probar con Desmaius para tratar de aturdirle y que salga de su estado de control, si son ciertas las apreciaciones de Hagrid, de quién no dudo para nada. ¡A más ver!

Y entonces empujó suavemente a Thad para ayudarle a salir del bloqueo, al parecer sus piernas no le respondían de tanta tensión almacenada en los últimos minutos.

No puedo profesor, comienzo a llorar, no puedo irme sin usted.

Siguiendo las indicaciones de los profesores Raven se gira y sale corriendo

El hechizo protector había funcionado y ahora era el momento de contraatacar causándole conjuntivitis al Dragón, uno de los hechizos más efectivos contra esas criaturas. Melker estaba más que preparado a lanzar el hechizo en cuanto el Profesor Rowle y los chicos salieran corriendo, pero tuvo un momento de duda ante las palabras de Hagrid.

- ¡Profesores! Estas amables criaturas están siendo controladas por algún tipo de hechizo que las fuerza a atacar...

¿Quién podría hacer eso? ¿Y por qué motivo quería atacar a unos jovenes de primero? Tenía que encontrar al culpable y darle su merecido. Se sentía rabioso por tener que atacar a un Dragón, ya que era un animal que le encantaba y no le gustaba que los usaran para fines malvados.

Cuando se quedó sólo con Hagrid, se despidió del Profesor Rowle con un gesto de cabeza y se preparó para lanzar el hechizo. Con un rápido gesto de muñeca, realizó el movimiento de la varita y apuntó al terminar hacia el Dragón. Notó que, por culpa de la rabia que sentía, no había realizadó un buen hechizo, pero si era lo suficientemente fuerte para molestar a la criatura.

El plan había surgido efecto, y pese a nos ser el mejor conjuro que habías hecho en tu vida, el impacto fue certero y la enorme criatura empezó a lagrimear, disminuyendo muchísimo su percepción de los alrededores, momento que fue aprovechado por el profesor Rowle para ocultar a los pequeños de la vista. 

Entonces observasteis que algo similar a lo acontecido anteriormente ocurrió. El dragón parecía confundido y desubicado, como si se hubiese despertado de una ensoñación, y observaste que trataba de salir de aquel sitio para tratar de regresar a lugar, a un criadero de dragones que había a unos cuantas millas de Hogwarts, concretamente en en el Monte Ben Nevis, cerca de la ciudad muggle de Fort William, que supuestamente estaba a supervisado por el Departamento de Regulación y Control de Criaturas mágicas del Ministerio Mágico. ¿Era posible que hubiese perpetrado un ataque desde el interior de la instalación y que hubiesen escapado los dragones? ¿Hasta donde alcanzarían los daños ocasionados? 

Aún estabas reflexionando sobre aquello cuando empezaron a aparecer múltiples sombras con el hechizo "apparate", y por sus indumentarias y acciones siguientes, tratando de contener al dragón y haciéndose cargo del asunto, intuíste que eran aurores y magizoólogos expertos enviados por el Ministerio, probablemente avisados por Dumbledore, para lidiar con el problema. Dos de ellos se acercaron hasta vosotros dos.

- Soy James Gallagher y este es mi compañero Carl Donnovan, aurores enviados por el ministerio. Comentó en un tono sombrío y que reflejaba su descontento por lo ocurrido, mientras os enseñaba sus credenciales. ¿Podemos saber quiénes son ustedes, caballeros? ¿Qué ha ocurrido aquí exactamente y cuál es el motivo por el que estáis en este lugar?

Kayla tras haber realizado el rctusempra sobre el dragón determinó que lo mejor que podía hacer era ir retirándose de allí con premura. Los alumnos se inspiraban unos a  otros, y a la pelirroja no le hizo falta que le indicasen dos veces el camino de regreso al castillo. Rowle y Melker sabían lo que hacían, eran profesores, no iba ella a decirles lo que debían hacer.

- ¡¡¡Vamos Thad!!!!... - chilló Kayla a su compañero Slytherin, observando como Raven se da la vuelta y corre como alma que lleva el diablo -.... ¡¡¡Thad sígueme!!!....¡¡¡Te necesito!!!.... - no era cierto que le necesitara, pero quizás si el muchacho se percataba de la necesidad de su compañera, fuera con ella

La pelirroja corrió con todas sus energías hacia el castillo. No quería volver a ver un dragón ni en sus libros de cuidado de criaturas mágicas, con la experiencia, ya tenía bastante.

Thad se queda inmovilizado, no quiere abandonar al profesor, pero tampoco quiere dejar a Kayla sola, ¿Había dicho que me necesitaba? ¿A mi? ¿Para qué?¿Para hacerse pis encima? Sus músculos no le obedecían, Rowle llegó hasta él y le dijo que corriera, que él también se iba con ellos, él era la persona que mejor le había tratado desde hace mucho tiempo y no podía pagar ese afecto con desobediencia, si algo de orina quedaba dentro del niño en aquel momento desapareció de su interior por completo, llorando de miedo empezó a correr detrás de Kayla, jamás había corrido tanto, pronto sólo pudo oír como Kayla le decía ¡Coooorre Thad, Correee!

Solo quedaba el dragón, y aunque los profesores habían podido protegerlos, pocas cosas podían oponérsele a un ser de este tipo de criaturas, es así que apenas se dio la orden de salir de ahí, lo hizo, corrió sin mirar atrás, sus compañeros tendrían que seguirla, pero ella mantendría la varita apresada en su mano, para usarla en el caso de tener que volverse a enfrentar al dragón si los adultos no logran controlarlo.

Al ver las figuras aparecer, Melker tensó la mano de la varita preparado para cualquier posible ataque. Cuando se presentaron como aurores mostrando sus credenciales, Melker guardó su varita y comenzó a relajarse hasta que volvieron a hablar.

¿Podemos saber quiénes son ustedes, caballeros? ¿Qué ha ocurrido aquí exactamente y cuál es el motivo por el que estáis en este lugar?

- ¿Qué por qué estámos en este lugar? Esa pregunta le había sacado de sus casillas y por un momento se olvidó de sus modales y de con quién hablaba -¿Qué hacía ese Dragón en este lugar? Nosotros somos profesores de Hogwarts Dijo obviando que Hagrid en realidad era guardabosques y no profesor - Y hasta donde yo sé, el Bosque Prohibido pertenece a los terrenos de Hogwarts Una chispa de duda cruzó su mente y miró a Hagrid -¿No es así? Daba igual si no estaba en lo correcto, puesto que ya había hablado y no se iba a amedrentar ante los aurores - Así que díganme ustedes por qué un Dragón ha llegado hasta aquí y ha atacado a unos alumnos y a unos profesores Había estado a punto de morir quemado, y lo peor aún, sus alumnos habían estado a punto de morir bajo su protección y eso era algo que le cabreaba notablemente.

Después de que dejasen atrás al profesor Westerberg y al guardabosques combatiendo contra el Vipertooh peruano de enorme tamaño , tanto el profesor Rowle como los niños corrieron ladera arriba tratando de salir del interior del bosque prohibido y llegar a la seguridad y protección que ofrecerían las enormes paredes del castillo. Ocultos todos los pequeños por el encantamiento desilusionador, que les hacia tomar la coloración del entorno, prácticamente no eran capaces de distinguirse unos de otros pese a estar pegados, pero eso les beneficiaba para no ser detectados.

- Bien pequeños, no os separéis... Nos hemos desviado un poco de la ruta inicial por donde vinímos, pero eso nos ha acercado más a la cabaña de Hagrid. Haremos allí un pequeño descanso sin entrar al lugar, simplemente para recobrar fuerzas, y ya desde allí iremos derechos al castillo sin volver a detenernos. Comentó viendo que algunos de ellos estaban muy cansados y heridos, necesitando tomar un momento de descanso antes de continuar, para recuperar el aliento. Al llegar os llevaré a la enfermería para que os curen las heridas e iréis directos a vuestros dormitorios. Hasta que no sepamos que ocurre, Hogwarts está en toque de queda y no estará permitida la salida del complejo.

No creía que ninguno objetase, pero por si acaso, habló con seriedad advirtiendo que no iba en broma. El asunto era mucho más grave de lo que parecía y Harold se preguntaba donde estaría el director Dumbledore en aquellos momentos.

No obstante, el experto profesor advirtió que algo se acercaba a toda prisa hacia ellos y temió que pudiese ser un nuevo ataque.

- Shhhh... Silencio todos y no os movais... Comentó extendiendo los brazos para que se detuvieran todos al unísono y rápidamente se colocó el dedo índice en los labios para hacerlos callar. Se acerca algo hacia nosotros... Parecen un par de sombras yendo en dirección a la choza de Hagrid... No sabemos quiénes son ni sus intenciones...

Entonces percibisteis unas chispas rojas en la oscuridad provenientes de una varita mágica y os pareció escuchar unas voces distorsionadas por el viento. ¿Quién demonios estaba allí? ¿Era algún tipo de señal? Fuese lo que fuese, había que actuar.

- Preparaos para cualquier cosa... Varitas en la mano ¡Ya!

Y el profesor Rowle salió sigiloso pero como un rayo a interceptarlos. Si eran los causantes de aquello, había que actuar de inmediato mientras estuviesen desprevenidos e inmovilizarlos. ¿Lo lograría solo?

Thad se concentra mirando hacia las sombras que menciona Rowle cuando de repente una luz cegadora sale de entre los árboles y le deja ciego  (espero que sólo momentaneamente).

- ¡AHHHHH ME HE QUEDADO CIEGO! ¡ PROFESOR ROWLE SOCORRO! BUAAAAAAA BUAAAAAAAAAA BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.

No miró hacia atrás, no lo haría, pues si se detenía y comenzaba a racionalizar lo que estaba pasando, de seguro se paralizaría del miedo, la niña avanzaba detrás del profesor a paso firme, con el rostro frío y la mandíbula apretada. Podía aún escuchar los rugidos del dragón y el persistente olor a que quemado el cual se había quedado pegado en sus fosas nasales. Si pensaba en eso, se le revolvía el estómago, pero como nunca ha tenido a alguna persona a quien recurrir cuando tenía miedo, debía actuar y cuidarse así misma. 

Wynnona obviamente no tenía la mejor opinión de los profesores que estaban presentes, en especial de Rowle, obviamente desde el principio consideró que había sido pésima idea el haber llevado a chicos de primero al bosque, pero como deseaba evitar que la mandaran de vuelta a la casa, había ido, sin embargo, la posibilidad de que se cerrara la escuela por culpa de los ataques era aún más real. La chica sentía como el corazón se le comprimía ante esa idea, más cuando había conseguido algo de libertad en esa escuela, la que la perdería por personas malvadas y otras, simplemente sin sentido común.

Cuando escucharon aquel sonido, la chica no se quedó atrás, si iba a tener que defender su permanencia en la escuela, lo haría con todo lo que tenía, así que sin dudarlo se fue detrás del profesor con la varita en alto, esperando atrapar a los culpables de tanto escándalo, así que intentó ser lo más silenciosa posible, sin embargo los berridos de Thad la desconcentraron y la hicieron pisar una ramita. Fuera quien fuera, los había escuchado, incluso de antes. Odio a Thad, lo hizo con todas sus fuerzas.

Wynnona apuntó su varita apenas pudo ver algo, su cuerpo actuó antes que su propia mente, y lanzó un hechizo, el cual sólo había leído, sin practicarlo, pero fue lo primero que se le vino a la cabeza...

-  Flipendo - apuntó sin cerrar los ojos. No sabía que era tan valiente y tan estúpida al mismo tiempo.