Partida Rol por web

A solas con Khôradur, él le comentó a Ayla la situación en los alrededores. -Mis hombres han explorado los alrededores, y estamos seguros. También hemos limpiado la zona de la torre y el futuro lugar de construcción. Una banda de orcos snaga se habían establecido allí, pero han huido al vernos. No creo que vuelvan, pero he asignado una unidad permanentemente para proteger aquella zona, además ya se está trabajando la cantera para extraer piedra. La ruta de la caravana está también protegida. El siguiente paso es el camino hacia el río y la zona de los molinos. Allí quiero asignar milicianos, pero quiero asegurarme primero de la zona. De todos modos, podemos estar tranquilos estos días, descansar un poco y retomar fuerzas. Porque si no disfrutamos ni dejamos que nuestro pueblo disfrute de vez en cuando, entonces ¿para qué estamos trabajando?, le dijo mientras levantó su copa para brindar con ella.

La cena y la velada se les hicieron algo cortas, pero convenía descansar para tomar fuerzas antes de los próximos días de festejos.

El día siguiente amanecía con un tiempo casi primaveral, soleado y despejado, como si los valar estuvieran de acuerdo con regalarles unos días de diversión y descanso.

Ayla se reunió con Gildûr para enseñarle la Academia. Él tenía cara de sueño, pero aún así le prestaba toda su atención mientras le hablaba ella.

A la mañana siguiente, Ayla esperó a Gildûr en el salón-comedor. Tomaron un desayuno y salieron a la Academia. Mientras iban de camino, le explicaba: -Sil Aüresse, no se ha concebido como una ciudad más... Lógicamente habrá comercio, y establecimientos de toda clase, pero el pilar básico de Sil Aüresse, será el conocimiento, la cultura. Solo así podremos extender entre la población los valores que Sil Aüresse persigue, honor, templanza, sabiduría... Un gran poder conlleva una gran responsabilidad y aquí buscamos que la gente adquiera esa conciencia de responsabilidad y defiendan a su vez tales valores. ¿De qué sirve tener un gran conocimiento o un gran poder si no se sabe utilizar? Eso sería un grave peligro, y en Sil Aüresse se pretende evitar eso precisamente, y se enseñará a utilizarlo de acuerdo a los antiguos valores casi extintos hoy. Y aquí juega un gran papel la Academia, aquí es donde se formarán grandes personas que  extenderán estos valores. Gente honorable, respetada... Para ello, contamos con muy buenos Maestros encargados de enseñar a los alumnos idiomas, geografía, historia, matemáticas, astrología... Y próximamente arte. Estamos esperando a un posible nuevo Maestro que será el encargado de enseñar arte, y que además será el encargado de editar los libros de Sil Aüresse. Pero no queda aquí, la premisa de Sil Auressë es cultivar la mente, pero de igual manera también el cuerpo. Por ello los alumnos tendrán clases que consistirán en ejercicios físicos, así como recibirán instrucción militar, donde se les enseñará la férrea disciplina de un ejército curtido por la batalla. Para ello contamos con veteranos de guerra liderados por nuestro Gran General Khoradur, querido y respetado por su ejército. Él mismo impartirá clases teóricas en la Academia, sobre tácticas de combate a los alumnos y liderazgo de un gran General de ejército. Todos ellos, enseñarán a los alumnos el arte de la guerra, que es un arte también. La lucha con contundencia y con respeto sobre el rival.

Gildûr era bastante alto, como era normal en los dúnedain, pero no muy corpulento. Su aspecto era muy cuidado, y llevaba el pelo semilargo y peinado hacia atrás. La mirada de sus ojos claros resultaba algo intensa, pero su sonrisa desarmaba. Ayla le contaba su concepto de la Academia, y él la escuchaba con atención, pero Ayla no logró descifrar en su rostro si estaba convencido o no [49].

Daba la sensación de que necesitaba ver de primera mano el funcionamiento, así como las instalaciones [21].

-En los primeros cursos se enseñarán todas las artes por igual, pero en los últimos se adiestrará a cada alumno en aquello en el arte que destaque. Yo misma supervisaré e impartiré determinadas clases, contaba Ayla.

-Para que veas cual es el compromiso de Sil Auressë con su causa, todos los Maestros también recibirán instrucción militar, para implicarse más en la educación de los alumnos, lo que además de ser un ejemplo para los alumnos, hay cosas que no se enseñan en las paredes de una clase. Como te he comentado a consecuencia de éste compromiso Khoradur impartirá clases en la Academia, y yo instruiré a la milicia de Sil Auressë junto con Khoradur y sus lugartenientes. Los designios de nuestras vidas han querido que ambos conozcamos en mayor o menor medida todas las artes y queremos desde el ejemplo, que cada alumno, que cada habitante de Sil Auressë pueda conocerlas también y tulizarlas de la forma más provechosa para el conjunto de los hombres. Esto es Sil Auressë y su Academia. Aún no contamos con unas infraestructuras adecuadas, pero aún así son mucho mejores que con las que se cuentan en otros lugares, pero pronto se construirá el edificio de la Academia... Si quieres, podríamos buscar después a los arquitectos para que le comenten como será el edificio de la Academia.

Dicho esto entraron en la Academia y Ayla le presentó a los Maestros para que le explicaran un poco el funcionamiento interno y si podía ser que presencie alguna clase para ver como se imparten las mismas.

Presenciaron algunas clases. Ese día solamente se daban por la mañana, y a todos juntos, al comenzar los festejos. Los nuevos alumnos ya estaban sentados entre los antiguos. En algunos momentos Ayla se daba cuenta de lo mucho que dista la Academia en este momento del sueño que tenía, pero también llevaba poco tiempo funcionando. Y necesitaba fondos.

Finalizado el paseo por la Academia, Ayla le preguntó si quería buscar a un arquitecto para comentar como iba a ser el edificio de la Academia e incluso la Torre principal. Y después iban a comer todos, que se acercaba la hora de comer.

A mediodía comenzaron los dos días de fiesta, y había un banquete al aire libre. Eran mesas con comida para que cada uno cogiera lo que quería. Ayla le presentó a Gildûr los arquitectos, y hablaron un poco de las futuras construcciones y de los plazos para los mismos. Ayla tuvo que atender a más gente, y se despidió momentáneamente de Gildûr.

Mientras tanto, dieron comienzo algunos juegos de habilidad y atléticos, así como diversión de todo tipo. El auténtico protagonismo era para los trabajadores, obreros y soldados. El pueblo de Sil Auressë. Curudae, Khôradur y Ayla se quedaron en un segundo plano de momento.

-Esta noche será memorable, comentó Curudae. -Tendrás que dar un buen discurso para cimentar aún más el aprecio que te tienen, Ayla. Y no te olvides del vestido blanco.

Ayla les sonrió pícaramente y les preguntó en voz baja -¿Qué me habeis preparado...? Ya tengo ganas de ver el vestido. Veo que estais en todo y no se os escapa nada. Esta noche veremos el vestido, y ahora a disfrutar que todos os lo habeis ganado... Por cierto, querré dar mi discurso antes de la cena, porque después la gente estará de fiesta y no quiero distraerles. Antes de la cena sería un buen momento.

-No te esperes tampoco demasiado, hacemos lo que podemos, dijo Curudae mientras Danroth sonreía de forma misteriosa a su lado.

Los tres hombres estaban de acuerdo con que el discurso fuera al comienzo de los festejos. También le aclararon a Ayla que no le habían preparado un vestido blanco, aunque podían hacerlo si así lo deseaba.

Habían comentado lo de vestido blanco por si tenía ella alguno ya.

Cuando se acercaba la noche, con el suficiente tiempo de antelación, Ayla se retiró a su habitación para bañarse, ponerse el vestido blanco, el broche, perfumarse, arreglarse el pelo...

Quería estar radiante.

Ayla se quedó pensando en el tema de la fiesta, y subió a su cuarto para prepararse a conciencia. La ocasión se lo merecía, y ya que Sil Auressë aún no contaba con muchos recursos, que al menos vean que sus señores le dedicaban todo su empeño al proyecto. 

Recordó el vestido que se había traído de Amon Lind. Era blanco, aunque quizá demasiado radiante… Lo meditó, y por lo que le habían dicho quizá fuera adecuado. Se bañó y se arregló con esmero. Tras observarse en el espejo, no teníaduda de que su entrada iba a ser “memorable”, tal y como le habían pedido.

Cuando había terminado y se acercaba el momento de la cena antes de salir, hizo llamar a Curudae y a Khoradur para que le acomparan. Mejor que la gente les viera a los tres, y ella quería salir cogida de Curudae y Khoradur como gesto de máxima confianza e indicador de lo que eran los dos: pilares de Sil Auressë...)

Ellos le iban a conducir al atril.

Ayla se puso una capa para no revelar el secreto antes de tiempo, e hizo llamar a Khôradur y a Curudae. Cuando llegaron sus dos colaboradores principales era casi la hora del atardecer. Se escuchaba música y gentío en la plaza.

-Te vamos a llevar detrás del atril, sin que te vea nadie. Tendrás tiempo de saludarles a todos, pero aún no. Cuando sea el momento, harás tu entrada y darás tu discurso, le indicó Curudae.

Ella les siguió por la puerta lateral, entre los edificios nuevos de las tiendas, hasta un lugar escondido. Acto seguido, los dos se dirigieron a la plaza dando un rodeo. Ella podía oír como la gente aclamaba a Curudae y Khôradur, sobre todo a este último los soldados.

De repente se hizo el silencio. La gente respiró hondo, y se acercaron al atril. En medio de la noche, se escuchaba el sonido de una flauta. Una melodía élfica, de belleza sobrecogedora, hizo enmudecer a cientos de personas. El sonido alcanzó todos los rincones de Sil Auressë, y todos los corazones. La canción no les sonaba haberla oído antes, pero resultaba asombrosa para ser tocada con una sola flauta. Además de la habilidad del artista, se podía sentir la magia fluir alrededor. En la tercera estrofa se unieron varios instrumentos más, sobre todo violines y alguna trompeta, para acompañar.

Lentamente Ayla se acercaba al atril, llevando cuidado para no ser vista aún. Una vez en la parte trasera, pudo ver a Danroth sentado a un lado de la plataforma, con una flauta de plata en la boca. Alrededor de él bailaban luces mágicas de todos los colores, y la gente le miraba estupefacta. El resto del atril estaba a oscuras. A su derecha, en la parte delantera, estaban Curudae y Khôradur, quietos como estatuas y separados por varios metros. Detrás de ellos, en el centro, el atril.

De nuevo el único instrumento que se escuchaba era la flauta de Danroth. En medio de la plataforma se estaba formando una especie de torbellino de puntos de luz blanca que impedían ver a su interior. La gente casi no se percataba de ello. Curudae le hizo un gesto con la mano a Ayla para que se adentrara.

La música iba in crescendo mientras ella se colocaba en el lugar indicado. De repente, se escuchó una fanfarria en todos los instrumentos que hizo retumbar los cimientos de los edificios. Sonaba de todos los instrumentos presentes, y los propios músicos miraban sus instrumentos preguntándose cómo habían sido capaces de hacerlo.

La luz blanca empezó a rodearle a Ayla, centrando toda la atención en su persona. Ayla se descubrió ante tu pueblo, y les dejó sin palabras desde el primer momento. Por primera vez, muchos de ellos eran conscientes de que su Dama realmente era una elfa, una criatura mágica.

Tras contemplarla en el centro de las luces blancas, la multitud estalló en un aplauso prolongado. Teniendo el público más receptivo de lo que se había podido imaginar, Ayla se lanzó con su discurso…

-Vecinos de Sil Auressë. Hoy estoy aquí porque quiero contaros una historia, la historia de una mujer cuya llegada no fue prevista, porque fue inesperada. Una mujer que fue fruto del amor entre los hombres y los elfos, de un gran amor que terminó dolorosamente. Dicha mujer, nació y vivió entre los elfos, pero por sus venas corría la sangre de los hombres... Vuestra sangre, mi sangre, dijo y los miraba un rato antes de continuar, -pero el mismo amor que la engendró pronto la llamó y partió de las Tierras de Elfos a Tierras de los hombres. Desde su llegada vió tristeza, desesperanza, derrota... Vio a los hombres rotos por el dolor, y decidió que podnría toda su vida en devolver aquello que le dieron los hombres, la oportunidad de vivir. Así que comenzó a combatir la tristeza, la desesperanza, el miedo y fue repartiendo amor, alegría, esperanza, pero no era suficiente. En esa época vino aquí a Cardolan, y vivió en Metraith. Si señores soy yo. Aquí conviví con vosotros e intenté contagiaros la alegría y las ganas de vivir que yo tenía, per mi primer intento fue en vano y me di cuenta que necesitaba tomar otras medidas. Así que decidí partir, marcharme para combatir diréctamente al mal que acecha las tierras de los hombres, y durante años he recorrido la Tierra Media, buscando ese mal para combatirlo y dejar detrás de mi un rastro de amor y esperanza, porque yo amo esta tierra y os amo a todos vosotros. Esa lucha me trajo de vuelta otra vez a las tierras de Cardolan y he combatido a las fuerzas oscuras junto a muchos de vosotros, con lo que pocos secretos tengo aquí entre vosotros. Esa lucha me volvió a llevar fuera de estas tierras a seguir combatiendo y formándome, pero poco a poco otros han ido tomándome el relevo hasta el día de hoy, que he vuelto por TERCERA VEZ a Cardolan, y digo TERCERA, porque el tres es un número sagrado entre los elfos y en ese momento mi camino me ha traido aquí, pero no he venido a luchar como en los últimos años...

-A lo largo de mi camino, he encontrado a Grandes Hombres, Señores entre Señores y a ellos he llamado para mi tercer regreso a Cardolan, el más importante de todos, y ellos acudieron a mi llamada. De entre ellos Curudae  y Khoradur, les hizo un gesto para que subieran, -han decidido venir para intervenir directamente en mi nuevo regreso a esta tierra, pero hay muchos otros que nos apoyan, algunos están presentes aquí y otros no, pero no estamos solos. Ellos reflejan lo que Sil Aüresse debe ser. Curudae, ha sido compañero mio de armas, y nos hemos salvado la vida mútuamente en varias ocasiones, y Khoradur.., el destino nos hizo luchar en bandos contrarios, pero eso no implicaba que no compartieramos los mismos ideales, y Sil Aüresse nos unió para juntos con nuestro esfuerzo poder traer los valores por los que hemos luchado, honor, amor, esperanza... Estos son los principales valores de Sil Aüresse, eso nos ha unido y nos ha traido aquí para que participeis en la lucha por la defensa de tales valores. Yo he puesto todo lo que tenía a vuestra disposición para crear, crear los cimientos de una nueva región, con ideales de antaño hoy casi extintos, pero que entre todos vamos a traer de nuevo a esta tierra y así enseñaremos a todo el mundo que Cardolan, pese a las heridas sufridas sabe recuperarse y enseñar al resto de esta tierra como es el camino a seguir. Hoy todos estamos plantando una semilla de esperanza...

Ayla bajó del atril y se mezclaba entre la gente mientras tocaba en el pecho de cada uno mientras seguía hablando. -Aquí, aquí y eso nos ha reunido, la esperanza y todos vosotros teneis que ayudarnos, ayudarnos a que germine y crezca robusta y fuerte en vuestros corazones y que a su vez planteis esa semilla en otros corazones porque ¡¡¡ESO ES SIL AÜRESSE!!!, NO SON ESTOS MUROS, ESTAS PAREDES, ¡¡¡SIL AÜRESSE SOIS VOSOTROS!!!

-Y TODOS LOS AQUí REUNIDOS, DE DISTINTOS PUEBLOS Y RAZAS SI TRABAJAMOS UNIDOS PODREMOS TRAER LA PAZ A ESTA TIERRA Y ASÍ, UN DIA SE SABRÁ COMO UN PUÑADO DE HOMBRES DE UNA REGIÓN DEVASTADA DECIDIERON UN DÍA, ÉSTE DÍA, ¡¡¡QUE EL MUNDO DEBÍA CAMBIAR Y DE CÓMO LLEVARON LA LUZ AL RESTO DE LOS RINCONES DE LA TIERRA!!!

-¡¡¡¡AMORRR, ESPERANZAAAA Y HONORRRRRR.......!!!!"

“AMOR, ESPERANZA Y HONOR…”

Al pronunciar estas últimas palabras, la gente le vitoreaba a Ayla. Después, la fiesta siguió, y a Danroth se le acercaron varios pidiendo que siguiera tocando con el resto de los artistas, a lo que respondía que llevaba años sin hacerlo pero que en un rato se iba a pasar por allí.