Día: 4 de Cerveth, 1644 T.E. - 2ª reunión

La sala de Othrind estaba en silencio. De nuevo, habían sido convocados los sargentos a seguir preparando las defensas del castillo y de la aldea. También había regresado Eärnil con nuevas sobre lo que estaba sucediendo, y Girion con un prisionero orco. El enemigo estaba en marcha, y la arena del reloj corría inexorable.

En la mesa, un gran mapa con distintos marcadores. Gaerel les puso a todos en situación. El enemigo se estaba moviendo en el oeste, y todo parecía indicar que una gran hueste llegaría de esa dirección:

La milicia había sido convocada. Se estaban buscando a los exploradores y tropas que aún no habían sido localizadas, principalmente el contingente de la Colina Huarga, a Ragi y al grupo del sargento Pinto.

* El grueso de las tropas de Sil Auressë, puede

a) esperar en la aldea, pero se perderían la zona de los molinos, la forja, etc.
b) refugiarse en el castillo, se perdería toda la aldea
c) buscar un lugar entre los molinos y el enemigo para plantarles cara allí, entre el río y las quebradas.

* Parece decidido que hay que enviar un grupo al monolito (nº 2) en el mapa

-Podemos plantarles cara en esta zona, dijo el sargento apuntando al río en el oeste. -No nos esperan tan numerosos y preparados. Un reducido número de tropas se deben quedar aquí, cerca del castillo. Para proteger el camino entre la aldea y el castillo. Si rompen nuestras filas, tendremos que retirarnos primero a la aldea, y de allí al castillo.

Miró pensativo el mapa, y luego a los presentes.

-Mientras tanto, un pequeño grupo podría intentar llegar hasta el monolito sin ser visto. Lo que me preocupa es también el paso de la Loma, aquí en el sur, indicó el punto más meridional de las defensas de Sil Auressë. -Podrían intentar llegar también desde allí directamente a la retaguardia de nuestras tropas y a las puertas de la aldea. Allí en ese cruce de caminos es donde quemaron una granja hace poco.

Khôradur analizaba la situación con la fija puesta en el mapa

-Estoy de acuerdo Gaerel, no podemos quedarnos aquí, hemos de plantarles cara, aunque nuestras fuerzas no nos permitan gran cosa. Así de paso haremos ganar algo de tiempo a las gentes de la aldea y el castillo para que se preparen. El punto que indicas me parece correcto para esperarles, pero no podemos descuidar el paso de la Loma. Es una vía y al destruir la granja, pienso que tal vez podrían querer librarse de ojos curiosos que podrían avisar de su llegada, eso o simplemente usarlo de distracción, pero hemos de ser precavidos. Convendría que hubiese ahí un destacamento, al menos si no para frenarles, para que nos puedan avisar si vienen por ahí.

Siguió observando el mapa unos segundos

-El grupo del monolito está decidido, salvo quien irá. No ha de ser muy numeroso para que pueda moverse rápido sin llamar la atención, pero conviene que vaya gente que pueda hacer frente a la amenaza del monolito, gente versada. Es posible que vayan la princesa Finduilas y Nórion, aunque eso retrase al grupo. Será peligroso ya que cerca estará la hueste del enemigo, pero precisamente nuestra marcha pueda hacer que centren su atención en nosotros y ellos, si son rápidos y cautos, puedan ir con discreción hasta su objetivo.

En ese momento, Norión y Denelloth entraron a la sala de reuniones. Los dos caminaban con dificultad, pero en sus rostros se reflejaba la determinación de saber qué camino se había de tomar, aunque desconociesen hacia dónde llevará ese camino.

Se situaron enfrente de Khôradur, pero un poco detrás de los sargentos, mientras observaban el mapa.

Denelloth saludó con cortesía a la dama Finduilas, y se dirigió con Norion al Othrind, sin dejar de encomendar al sargento que los había encontrado una guardia redoblada sobre la pequeña Sir. "No la perdáis de vista en ningún momento", había dicho, imperioso. Por el camino, compartió con el sacerdote sus tribulaciones.

-Maese Norion, seguramente lo sepas, sin duda has colaborado en ello, pero he tenido otro sueño... he vuelto a hablar con el Guardián. Me ha asegurado que nuestra prioridad es la pequeña Sir, Enila, defenderla, cueste lo que cueste. Me ha prometido ayuda, una ayuda que no alcanzo a comprender, y que la derrota de nuestro enemigo pasa por la destrucción del monolito. Debo llegar hasta allí cuanto antes, con unos pocos, y el Guardián hará el resto. Me ha encomendado esa misión, pero temo no poder completarla con éxito.

Era evidente que el montaraz sufría. Por su pierna, por dolores antiguos, pero también agobiado por el peso de la responsabilidad que recaía sobre él.

-Si puedes darme alguna guía o consejo, será bienvenido.- Calló un momento, y luego añadió, tímidamente: -¿Conoces a Benaldamat, Norion? ¿Puedes explicarme más sobre el Guardián o sobre Sir? ¿Has averiguado algo más sobre todo este asuntoque pueda sernos de ayuda?

El Othrind parecía tranquilo, porque no demasiadas personas ocupaban la sala y hablaban serenamente, pero la tensión a la que estaban sometidos aquellos hombres podía palparse. Denelloth inclinó la cabeza ante Khôradur e intercambiaron una larga mirada, también ante los sargentos, forzó una sonrisa (la situación no estaba para grandes alegrías) para saludar a Russef y, al ver a Eärnil, se dirigió a él y le tomó por los hombros.

-Es una alegría verte sano y salvo, Eärnil. Estaré encantado de saber qué nuevas traes de tus peripecias.

Fueron sucintamente informados y echaron un vistazo al mapa que se desplegaba sobre la mesa. Denelloth pareció muy aliviado al saber que Girion también había vuelto (con un prisionero, nada menos), y preocupado al saber que no se sabía nada de la gente de Colina Huarga, Ragi incluido. Se interesó especialmente por Eben.

-Poco puedo yo aportar a los planes de defensa y de batalla -dijo, con aspecto abatido-. Respecto al monolito... Es mi tarea acudir allí cuanto antes. He tenido sueños que así lo indican -miró a Norion de reojo-. Su destrucción acarreará la ruina de nuestro enemigo. Contamos con poderosos aliados para ello, pero debemos actuar cuanto antes.

Respiró hondamente antes de continuar. -Debemos ir unos pocos, y cuanto antes. Personalmente preferiría un par de compañeros muy sigilosos y con buena puntería, porque el camino será sin duda peligroso, pero quisiera oir otras opiniones.

Se mordió el labio inferior, pensativo. -De Sir y su supervivencia depende Sil Auressë. No lo comprendo muy bien, pero de alguna manera van juntos. Me pregunto si no sería buena idea intentar sacarla de aquí, o al menos tener un plan para salvarla si... si todo se tuerce.

Al ver entrar a Denelloth y a Norión, Khôradur se levanta rápidamente y les acerca un asiento.

-Denelloth, no estás recuperado del todo, ¿no sería mejor que continuases descansando?, tus heridas fueron importantes. Aún así no puedo por menos que agradecer tu esfuerzo en estos momentos de oscuridad.

Rápidamente Khôradur resume a los recién llegados la situación (1) y escucha con atención las palabras de Denelloth, no pudiendo evitar un gesto de sorpresa y pesar

-No estás recuperado del todo Denelloth, ¿crees necesario que has de ir a pesar de tu sueño?, no impediré tu marcha pero medítalo con detenimiento, eres un hombre de gran valor y fuerza, pero en su estado no sé hasta que punto podrás ser de utilidad, y si no logramos evitar que la marea oscura llegue hasta nuestros muros, tu pericia y conocimiento tal vez sean necesarios aquí, aunque te encuentres herido. Ahora bien, tuya es la decisión, y si crees conveniente ir, encomendaré a alguien que os acompañe expresamente para que te ayude en lo posible. Lo mismo para vos maese Norión.

Tras unos segundos en silencio Khôradur continuó

-El grupo del monolito deberá ser pequeño, para moverse rápido y así pasar desapercibido. Si hay voluntarios para ir, estupendo, de vosotros tal vez dependa nuestra victoria. El grueso del ejército servirá de cebo para atraer la atención del enemigo. Nos prepararemos cuanto antes para partir. Yo encabezaré al ejército, es mi obligación, Gaerel, tú, como mi lugarteniente, te quedarás aquí por si fracasamos o por si el enemigo se presenta ante las puertas y coordinar la defensa.

Miró a sus hombres antes de continuar

-Sobre Sil, Denelloth, has tenido muy buena idea. Es evidente que la niña es una de las claves de todo este asunto, aunque ignoro hasta que punto, pero el enemigo la necesita para llevar a cabo sus malvados planes. Si caemos, es imprescindible que la niña escape y acabe en lugar seguro, lejos de sus garras, la pregunta es ¿quien la acompañará y a dónde?. Ha de ser un grupo pequeño para que puedan moverse también sigilosamente y rápidamente, pero hay que tener en cuenta que Sil ha sido herida de gravedad. A dónde es otra cuestión, no puede ser Tharbad, de allí partió, seguramente por un buen motivo, otra opción sería al norte, Arthedain, pero está lejos, o al oeste, hacia la tierra de los elfos, pero el enemigo se interpone entre nosotros y ellos. Al sur ya ni me lo planteo y no digamos Gondor, lejos de nuestro alcance. Tomemos la decisión que tomemos, creo que Ragi, si aparece, y Caäniza, la niña que ahora cuida de ella, han de acompañarla. Habrá que preparar una ruta de huida y equipo y provisiones para que puedan partir en caso de que llegue ese temible momento.

Salió de la biblioteca caminando con dificultad, hacía horas que estaba sentado y su rodilla se resistía a moverse. El paso del montaraz no era mas rápido que el de él, su cuerpo apenas parecía haber recobrado algo de vitalidad, pero su voluntad seguía intacta, en eso ambos tenían algo en común. Aprovechó el intercambio de palabras con el Sargento para agregar un pedido - Hacedme este favor, mi cuerpo apenas me permite llegar a la reunión que nos espera, hazle llegar con urgencia al Senescal Curudae que es imprescindible que Cerveth y Edric acompañen a la dama Finduilas en su investigación, dile que no hay quien sepa de historia de Cardolán ni de astronomía como ellos. Dile que Norión te envía,  que no dude en enviarlos... cada segundo cuenta- la ventaja que tenían los militares era su obediencia, la desventaja era que solo obedecían a los militares, no a los civiles... no sabía si esas palabras llegarían al Senescal a tiempo, pero no había lugar para la duda en estos tiempos. Siguió su paso hasta quedar a solas con Denelloth.

- Me alegra saber que Irmo oyó mis plegarias y has vuelto a unirte con el guardián. Concuerdo en que estas unido a él de un modo único, tal vez no sea de este mundo y tu seas su reflejo de un modo u otro...- apenas podía comprender los dichos de Ayla y los mundos de los sueños, pero sabía muy bien lo que era caminar entre la vida y la muerte, lo que había de un lado y del otro, seguramente la conexión entre ellos tendría una  forma similar - no te preocupes, estoy seguro que actuará a través tuyo, pero mantén esto en secreto, solo cuéntaselo a Sir, Ayla o Finduilas, ellas son... - se detuvo, no estaba absolutamente convencido de lo que estaba por decir, su interior lo clamaba a gritos pero su razón se resistía, solo se permitió pronunciar una palabra -...especiales-

-Espero que el guardián no destruya el monolito, con Finduilas queremos solo detenerlo, es parte de este mundo y así son los designios de Eru, a veces incomprensibles para nosotros, pero si no lo logramos, que tu guardián haga lo que ha dicho entonces. Sobre la naturaleza de Sir, se solo que es de la nobleza dúnedain, que encierra grandes dones mentales, que Gothdust la quiere por el poder de su sangre inocente dada en sacrificio, que Ayla la protege porque es clave en profecías de tiempos antiguos, y que el guardián la protege por la extraña conexión entre Enila y Yavanna, protegerla es nuestra prioridad también,pero no la única... el monolito es la otra-

-Hay muchos monolitos... y puede que el ritual se esté llevando a cabo en varios lados. Lo lamento, han ganado Denelloth, ya han ganado y esto que vemos es solo un apéndice del fin- dice secamente, sombrío, aún así no detuvo su lento paso - La buena noticia, la única, es que hay un momento en que las estrellas se alinean con los monolitos de Arda, allí ese poder llega a su máximo, ese momento esta muy próximo, días tal vez, esa noche se enfrentará Ayla con el sacerdote oscuro Korthag en el este, y es ahí cuando debemos interrumpir el ritual que esta llevando su discípulo Gothdust en el monolito de Sil Auresse, si lo logramos, tal vez haya esperanza. Nuestra idea es hacerlo con runas mágicas, y si fallamos... esta tu guardián- 

- Por cierto, la piedra de Sir esta espejada con la del guardián... es poderosa, puede hacer que tu te unas con él, te enseñaré como luego, y puede también ayudarnos con el mononlito, y mucho. Quiero que seas el portador de la piedra, espero que eso no dañe a Sir, la verdad que debemos correr ese riesgo, aunque tal vez hasta puedas conectarte con ella a través de la piedra. Lo dejo en tus manos, pero o bien la llevas tu o bien la llevo yo, en nadie mas confío esta tarea y la necesitamos para interrumpir el ritual-

- A que te refieres con Benaldemat?- se quedó pensativo, no tenía claro de que se trataba esa palabra.

Entró a la sala caminando con dificultad, mas aún que de costumbre. Su silueta se confundía con la sombra de Denelloth y su capucha ocultaba la expresión de su rostro frente a los presentes. Se sentía honrado por haber sido invitado por Khoradur, era la primera vez que estaba a su lado en desiciones estratégicas tan importantes y tanto él como Curudae le estaban dando el lugar de Anamarta que en otro tiempo tuvo su orden en estas tierras. Escuchó las palabras de los presentes y centró su mirada en el mapa que tenían frente a ellos, solo cuando se habló de la pequeña se decidió a intervenir.

Asintió a los comentarios sobre la supervivencia de la niña - Proteger a Sir es de vital importancia, cosas mucho peores que la muerte pueden caer sobre nosotros y los que conocemos si esa niña cae en manos enemigas. El castillo es lo mas seguro, pero si estuviese cercano a caer, el plan que mencionan es fundamental. Según veo el camino a Metraith aún está bajo nuestro control - dijo mientras observaba las marcas azules sobre la mesa - Es la ciudad mas importante de Dol Tinaré, y cuento con que Sil Auresse tiene amigos en esa ciudad. La niña es indudablemente de sangre noble dúnedain, por lo que si esa ciudad no es suficientemente segura,  desde allí puede buscar la protección del príncipe  Pelentur a quién serví durante años, creo que una nota mía bastará para que él le de cobijo, si mal no recuerdo había partido hacia Arthedain durante los tiempos del ataque de los espectros- el solo nombrar a esas criaturas lo dejaba sin aliento, una pesada carga yacía sobre él, una que no compartiría jamás con nade y que pagaría por el resto de sus días.

- Otra persona es indispensable que sobreviva, Finduilas- miró al lugarteniente, era consciente de la rivalidad entre ambos - Es la princesa gobernante de Dol Caladir, y por mas que haya delegado su mando, su vida es de vital importancia para este reino. Además su poder es suficiente para proteger a la niña de fuerzas que no pueden vencerse con el acero y el valor de vuestros fieles soldados, propongo que ambas sean tratadas por igual y escoltadas a salvo de ser necesario, creo que Ayla hubiese deseado lo mismo- y él mismo lo deseaba con todo su corazón, si ella se perdía no podría perdonárselo nunca.

- Claro que la hechicera puede solicitar ir al monolito, su poder podría ser útil allí, pero prefiero ocupar su lugar en esa misión y espero vuestro apoyo en esto. Mi muerte no será llorada por nadie, y ya he estado en ese reino tanto tiempo que lo conozco bien. Cierto es que seré un estorbo para el grupo en el camino, daré lo máximo de mi, no necesito fuerzas para regresar, solo para llegar hasta allí. Podría pronunciar los sortilegios que Finduilas decida apropiados y guiar el grabado de los símbolos y runas sagradas, podría conducir el ritual para anular el monolito e invocar fuerzas de luz en lenguas que aquí no se pronuncian y también puedo ser útil en tratar las heridas de Denelloth en el camino, porque es vital que él nos acompañe. Este montaraz conoce el camino y ha visto y tocado el monolito previamente, no veo un guía mejor para nosotros, además - miró a su compañero fugazmente - será de gran valía llegada la hora- lo que iba a suceder en ese lugar era clave, y Namo lo asistía en esta misión con mas fuerza de la que su débil cuerpo podía contener.

- Sobre el resto del grupo poco puedo aportar, a excepción de una petición... necesito a dos miembros adicionales. Por un lado a un Naugrim, alguien con la capacidad de grabar rápido sobre el monolito los símbolos sagrados que le indicaré con perfecta precisión y que tenga herramientas forjadas por sus ancestros con materiales capaces de marcar ese ícono de poder- pensó muy bien en lo que iba a decir, su boca no podía, no quería pronunciar ese nombre, pero el destino de todos estaba en juego e hizo a un lado su propio orgullo - me atrevo a sugerir a Ferrim, hijo de Ferric, para esta misión- un sabor amargo invadió su boca, y su rostro se torció grotescamente al nombrarlo - Por otro lado, he conocido a un ser con la inocencia suficiente para ayudarme a confiar en que esto es posible, que todo esto vale la pena. Llegará un momento en el que dude, en el que estemos a punto de caer y él será mi bastón en este reino como lo es Namo en el mas allá, pido que se me permita viajar con Otho, el mediano-

Khôradur negó con la cabeza ante las primeras palabras de Norión

-Aparentemente el camino a Metraith es seguro, pero no podemos fiarnos. Había presencia de huargos en ese dirección. En la actualidad los príncipes de Dol Tinereb ya no se encuentran en Metraith y no creo que podamos disponer de mucha ayuda, al menos la que concierne en proteger a Sil. Si es tan importante como parece, el enemigo no tendrán impedimentos en ir hasta Metraith para intentar capturarla. La ayuda del señor Pelentur en cambio sería más valiosa, aunque su poder haya decrecido, pero tener tan cerca a la oscuridad de los Túmulos en el camino hacia Arthedain.....- Khôradur calla- No lo sé, sinceramente no veo claro que dirección tendrían que tomar si llega el caso, bueno, sí la veo, pero el enemigo se interpone, ya sea hacia el oeste o hacia el norte

Finduilas....

-La idea de que Finduilas acompañe a Sil no me gusta, pero no me opondré a ello. Temo que pueda usar a la niña para sus intereses. Finduilas y Sil, junto con Caäniza y Ragi irán juntos, también un par de hombres de confianza como protección, y nuestras bendiciones.

-Respecto a vuestras peticiones, si Ferrim, hijo de Ferric, y Otho el mediano no ponen impedimento, podrán acompañaros, junto con un par de hombres más como protección y ayuda.

Yo me ofrezco a la contiendan que estimen oportuno, bien como escolta de Sil, acompañando a Norion o bien directo a la batalla. Mis heridas han curado bien y estoy preparado para lo que sea me deparen los Valar.

Sois vosotros los mandos los que deben dirigir el conflicto y confiar en que obtengamos la victoria frente a la inminente oscuridad que se cierne sobre todos.

-Me alegra verte recuperado Russef. Dado que estuvistes en el monolito, creo que sería adecuado que fueses en el grupo que se dirige hacia allí.

-Si el grupo del monolito fracasa, volverá rápidamente hacia Sil Auressë para informar de lo que allí ha pasado y prepararnos para lo peor. Tal vez en tal caso Russef, tú y algún otro escotéis a Sil, pero eso ya se verá, ¡que los Valar no lo quieran y nos libren de este mal!

Las palabras del líder militar eran seguras aún en medio de estos tiempos difíciles, su temple no cambiaba con la adversidad, y eso era algo que distinguía a los grandes, no la fama ni figurar en los libros, solo el haber cumplido bien su parte en el momento adecuado y sin titubear, dando la vida en ello si hacía falta. Él, al igual que otros allí, puede que no sean recordados en los años por venir, pero no hay duda que estaban forjando la historia con sus desiciones y acciones, y si había algo mas interesante para Norión que adquirir conocimiento antiguo, era estar creándolo.

Agradeció con un gesto la disposición del Lugarteniente, no iba a pronunciar mas palabras sobre Finduilas, porque sabía que ya había obtenido mas de los que se había propuesto, ni sobre Ferrim, porque su propio orgullo deseaba que el enano volviese a negar su pedido y no cruzaran su camino nunca mas, y eso era algo que no ayudaría al destino de Sil Auresse. Otho en cambio lo acompañaría, o bien por amistado o bien por curiosidad, así que daba por descontada su presencia.

- Russef, que venga con nosotros es una bendición, nos hace falta gente con su experiencia y su valor - conocía poco a ese hombre, pero lo había visto actuar en el grupo de expedición antes que su caballo lo alejase de sus compañeros, y se había llevado una muy buena impresión - Debemos estar preparados para partir pronto, pero no antes de conocer el momento exacto en que debemos interrumpir el ritual bloqueando el monolito, no tengo dudas que será una de las próximas noches, tal vez mas pronto de lo que creemos, pero es indispensable tener ese conocimiento antes de partir. Cerveth, Finduilas y Elric estan trabajando sobre ello en este mismo momento- Todo giraba en simultáneo, como un engranaje del que era parte pero lo excedía y estaba mas allá de su comprensión.

Sabía poco sobre caminos, no era su fuerte el desplazarse, eso era fácil de saber con solo verlo y había quedado rotnundamente demostrado con las palabras de Koradhur sobre la ruta a Metraith y los accesos a Arthedain. El túmulo mismo, que en su infancia había sido su hogar , ahora era cueva de espectros y uno de los lugares mas peligrosos de la región, había visto allí tanta muerte que en comparación una guerra como la que estaba viviendo no representaba algo digno de mención. Suspiró al pensar en ello, no veía salida, aunque esperaba que su príncipe, Pelentur, fuese la mejor opción para proteger a Sil. Desvió su mirada hacia el mapa, para verlo en mas detalle.

Señaló un punto sobre la mesa, marcado con un rombo rojo - Esta es la cabaña perdida, verdad? esta justo en nuestro paso hacia el monolito. Será prudente ir por allí? no solo por si somos atacados, sino por el hecho de que sepan que estamos por la zona. No conozco demasiado el afluente del Baranduin para saber si es suficientemente profundo, pero no podría ser el río mismo una buena ruta?- pregunta mirando a los presentes, consciente del completo desconocimiento del terreno que tenía.

Denelloth callaba, haciendo un esfuerzo notable por entender aquella situación, que parecía sobrepasarle. Finalmente habló, la cabeza baja, la voz débil, pero firme.

-La herida de mi pierna se encuentra mucho mejor*, gracias por tu preocupación, Khôradur. Personalmente preferiría quedarme con Sir, pero la decisión no parece depender de mí. Sólo entiendo todo esto a medias, pero atisbo diferentes tramas entretejerse, menores y mayores, en las que todos nos enredamos, confluyendo en un mismo punto: el monolito. Se me encomendó partir con premura, pero el anamarta Norion comprende todo mejor, o más bien, lo ve desde una perspectiva más amplia. Tal vez sea mejor utilizar ese monolito que destruirlo, no lo sé, sólo sé que debo llegar allí. Sin embargo, no declinaré esta carga en otro.

Alzó la cabeza, y su mirada encontró las de los demás. Aunque las sombras seguían oscureciendo su expresión, habló con más claridad, como aliviado; o tal vez, habiendo dejado de lado toda esperanza.

-Respecto a la compañía... No sé quiénes son los más indicados. Tal vez sea lo mejor que cada cual escoja libremente si debe formar parte de ella o no. Pero una cosa es segura: debemos partir antes de que las fuerzas del enemigo nos cerquen completamente, ser sigilosos y rápidos. Es de absoluta importancia que consigamos llegar a la Piedra. Allí -y calló un instante, bajando la cabeza humildemente- haré lo que se me ordene, lo que tenga que hacer, aunque todavía no sé lo que es.

Khôradur escuchó atentamente y en su rostro se veía reflejada la admiración que sentía por los hombres allí reunidos

-Vuestras palabras muestran el temple que anida en vuestro interior. Dejaré en vuestras manos la decisión aunque Denelloth, si me permites, si tus sueños te indican que has de ir al monolito, no seré yo quien se oponga a ello, pero tendrás una segunda misión, tanto si fracasáis como si tenéis éxito, regresarás para proteger a Sir, y si ya no se encuentra aquí, deberás buscarla para llevar a cabo dicho cometido.

-Debemos darnos prisa, enviaré mensajes para que Ferrim y Otho acudan de inmediato y se hable con ellos, mientras se prepara el grupo que ha de partir hacia allí. Mientras tanto, Gaerel, que todos los hombres se prepararen para la batalla que está por llegar. ¿Hay nuevas sobre los grupos de búsqueda y los puestos de avanzada?

El montaraz asintió sin grandes aspavientos a las palabras del Lugarteniente de Sil Auressë. Dio un paso atrás y tanteó su pierna. Parecía dispuesto para partir de nuevo, aunque el momento preciso dependería, al parecer, de la autorizada decisión de Norion y los más eruditos.

A pesar de la gravedad del momento, se dio cuenta del hambre que tenía. Le pareció un buen signo.