-Podrían ser los mismos lobos que habían dejado las huellas en el este, intervino Faelimir. -Lo que vimos eran huellas de gran tamaño que podrían dirigirse precisamente hacia tu zona, Ethlor. Pero no eran ni uno ni dos. Las huellas eran de una manada de no menos de veinte.

-Dagorhir tuvo como aliados a los huargos de la región. Si ahora luchan con nuestro enemigo, es realmente una mala noticia. Son criaturas del mal, pero muy inteligentes. Capaces de buscar una ruta por senderos de roca dura para poder ocultarse a pocas horas de nuestra posición, y esperar el momento para actuar.

Luego miró a Ethlor y Khôradur. -Si las huellas que vio eran de una manada de huargos, los dos cazadores corren un gravísimo peligro.

Lobos, tal vez huargos, una manada

Las noticias sobre la posible presencia de huargos cerca de Sil Auressë no son buenas

Está claro, alguien está reuniendo fuerzas entre los servidores de la oscuridad y me temo que pronto atacará

Las palabras de Gaerel me sacan de mis pensamientos

-Sí, eso me temo, y hemos de actuar rápido si queremos salvar sus vidas, porque mucho me temo que se encontrarán con un peligro que no podrán superar. Que parta de inmediato un grupo para traerlos de vuelta. Han de evitar la confrontación, si es posible, salvo que vean que son superiores tácticamente, pero siempre y cuando no les quede más remedio que luchar. Prefiero el sigilo y la discreción que un ataque directo. Pero lo primordial es traer de vuelta a esos dos hombres.

-Me encargo, señor. Llevaré a un grupo a traerlos de vuelta. Los sargentos que acaban de regresar necesitan un descanso. Eso sí, me llevaré a uno de los cazadores que conocen la zona.

Pinto se dispuso a salir de la sala.

Las noticias sucedían, y no eran precisamente buenas. -Hirgon, comenzó para dirigirse a Khôradur como comandante en tiempos de guerra. -¿Habéis pensado ya en cómo ordenar las tropas?

El número de soldados por unidad, y el número total de unidades, era el primer paso para comenzar a distribuir las funciones de cada recluta y soldado.

-Muy bien Pinto, que los Valar os guíen y os protejan.

Khôradur intenta no mostrar la preocupación que cada vez crece más en su interior. Cada vez tenía mayor convencimiento de que la guerra se avecinaba.

-Lo tengo en mente Gaerel, y es algo que no pienso posponer más. Hoy mismo os daré una respuesta, pero en líneas generales me gustaría, si es posible, reforzar todos los puestos, y dejar alguna compañía en reservar que haría tareas itinerantes, dependiendo de nuestras necesidades. 

Khôradur estaba pensativo. No tenía muy clara en ese momento el reparto de funciones entre los nuevos reclutas, pero era necesario hacerlo cuanto antes, por lo que tomó una decisión.

-En este momento tenemos treinta guardias, diez vigilando el castillo, cinco en el mercado y cinco en la ruta de Metraith, quedando diez soldados sin asignar funciones. - Se quedó pensativo unos segundos- Si asignamos todos los soldados al mercado y a la ruta de Metraith, tendremos todos los puestos cubiertos, pero nos quedaremos sin hombres para cubrir funciones o situaciones inesperadas, y no digamos ya para cubrir reemplazos o guardias. No podemos tener a todos en pie veinticuatro horas, pero tenemos que poner vigilancia en los molinos y en las zonas de construcción. Por lo tanto dispondremos cinco hombres para vigilar las zonas en construcción y dejaremos a los cinco restantes para cubrir funciones según las necesidades. Walec, al estar al mando, los redistribuirá según vea en base a nuestras necesidades.

-Por lo demás, al aumentar el número de soldados, disponemos de cinco boronas pendientes de asignar funciones. Dos de esas boronas se sumarán a las dos boronas que ya realizan labores de patrulla, pero las distribuiremos por territorios. Esto incluirá la vigilancia de los molinos, que si bien es función de la guardia, debido al número de hombres que disponemos, temporalmente tendrán que asumir alguna de sus funciones, al menos hasta que seamos más o pase esta crisis. A partir de ahora, cada uno de los sargentos estará al mando de una de las boronas, y las boronas harán funciones rotativas. Con esto quiero decir que un día harán patrulla en un sector, al otro en otro sector, al otro cubrirán la ruta de Metraith, etc. De esta forma quiero que todos los hombres se familiaricen con todo el territorio y las funciones de cada destino, y así si en el futuro, por algún motivo excepcional, tienen que cubrir ese puesto, ya estarán preparados y con experiencia en el mismo. La quinta borona quedará en reserva y cubrirá funciones según la necesidad del momento. Posiblemente ahora quedará en Sil Auressë para realizar labores de vigilancia y defensivas.

Miro a los allí presentes

-Cualquier comentario o sugerencia al respecto será bienvenida. No dudéis en cuestionar mi planteamiento si así lo consideráis oportuno.

-Por último queda la decisión más difícil, quien será mi segundo al mando. Alguien tiene que cubrir mi puesto si me ausento o caigo....-miro a mis hombres- Os seré sincero la decisión es difícil porque, si bien tengo en mente a quienes podrían ocupar este puesto, son varias las opciones, todas muy válidas y con experiencia, por lo que me cuesta tomar una decisión firme. Por lo tanto, y de forma temporal hasta que tome una decisión final, Gaerel -lo miro fijamente- tú serás mi segundo al mando, tú serás mi Dirgon.

Los presentes asintieron al escuchar las palabras de Khôradur. Todos felicitaron a Gaerel por el nombramiento. Era el más veterano, y respetado y querido por los soldados, aunque a él se le vio un tanto incómodo por la atención recibida.

La distribución de los guardias bajo el mando de Walec estaba clara. En grupos de cinco, los treinta guardias se encargarían del castillo (2 unidades de 5), del mercado (1 unidad de 5), de la ruta y la entrada a la aldea (5 hombres), de la zona de la cantera y construcción (otra unidad de cinco) y los últimos cinco hombres de reserva o según necesidad.

En cuanto a los boronas, había alguna cosa que confirmar. Eran 8 boronas de 7 hombres (más el sargento hacen 8), por lo tanto no se modifica el tamaño por unidad. Cuatro boronas se encargarían de las cuatro zonas, con sistema rotatorio. Gaerel propone o quiere confirmar que la rotación es de los hombres pero no de los sargentos. Es decir, Halbered se encargaría del sur, Parthil del Este, Elthor del Note y Leanach del Oeste, pero los hombres bajo su mando cambiarían de destino por ejemplo cada semana. Los sargentos ya conocen todas las zonas, y para algunos asuntos de más largo plazo sería preferible no ir cambiando los sargentos asignados con tanta frecuencia de sitio.

La unidad que ayuda en el camino a Metraith estaría a cargo de Eliver a su regreso. Lo que dejaría a 14 hombres (dos boronas) y dos sargentos (Pinto y Parthil) de reserva o para otras tareas. La propuesta de Gaerel es la siguiente: catorce hombres de armas, y se sumarían 28 milicianos. Así se harían 14 unidades de tres hombres (un soldado y dos milicianos). Teniendo en cuenta los descansos y los relevos, habría 7 unidades de 3 hombres activos. Parthil y Pinto podrían encargarse de esos hombres para colocarlos en puntos estratégicos de forma fija. Estos podrían ser la zona de los molinos, el cruce de caminos, el Paso de la Loma, y en otros puntos que se consideren importantes. Simplemente para tenerlos controlados y poder dar aviso enciendo una hoguera por ejemplo.

La actitud de Gaerel ante su nombramiento me hace sonreír si se muestra incómodo ante su ascenso es que es el hombre apropiado para el cargo, pienso.

Ante las dudas de Gaerel asiento con la cabeza

-Mi idea es que roten todos, tanto soldados como sargentos, así conocerán el terreno y si hubiese algún contratiempo en una zona concreta tendrían la ventaja de conocer el terreno, ahora bien, entiendo que también podría ser un problema, así que de momento que roten sólo los soldados, y más adelante, cuando las cosas se calmen, que lo hagan los sargentos. Con el tiempo, y según la actitud de los soldados, tal vez veamos más adecuado dejar a compañías fijas.

Escucho las sugerencias de Gaerel sobre la distribución de las compañías

-Lo veo bien, así que adelante.

Me pongo en pie

-Caballeros, estamos ante una situación complicada. El enemigo está estrechando el cerco sobre nosotros, por lo que conviene que estemos preparados, lo mejor posible y en base a nuestros recursos, cuanto antes.

Día: 4 de Cerveth, 1644 T.E.

Presentes: Khôradur, Ethlor, Parthil, Leanach, Gaerel, Russef

Gaerel había convocado a todos los sargentos disponibles a la reunión de Othrind. Estaban Ethlor, Parthil y Leanach, además de Gaerel. Un total de cuatro sargentos, y Russef que seguía recuperándose pero pudo atender la reunión por si podía aportar alguna cosa más. Cuatro sargentos de nueve. Faltaba Pinto que había partido con seis hombres al norte, a la zona donde ahora sabían que había multitud de huargos. También Eliver que estaba de patrulla, y Halbered que estaba preparando las defensas en el paso de la Loma. Faelimir estaba por llegar, y por último Agnor estaba en la misión en el este.

Al mismo tiempo, en la aldea, se reunía el Consejo de los notables por primera vez. La gravedad de la situación era evidente. Mientras esperaban las últimas nuevas, había que empezar a tomar decisiones… Y había muchos puntos que tratar.

* Evacuar las granjas de los alrededores. ¿Qué hacer con la forja y los molinos?
* Replegar tropas hasta la aldea, o bien fortalecer puntos estratégicos
* Salir a buscar a los que faltaban: Eärnil, Girion, Eben, Ragi, Wulfgar…
* Convocar a todos los milicianos
* Valorar la posibilidad de ir a destruir el monolito del claro
 

Khôradur entró en la sala y saludó a todos los allí presentes con un movimiento de cabeza. No dijo nada, su rostro serio indicaba que la situación era complicada.

-Bien caballeros, gracias por haber venido tan pronto. Entre nosotros está Russef, a pesar de estar herido, cosa que le agradezco enormente. Aportará su testimonio sobre algunos hechos que se comentarán aquí. Me hubiese gustado que también estuviese Denelloth, pero el alcance de sus heridas lo han impedido. Caballeros, estamos en una situación de peligro, de auténtica guerra, y es posible que la situación nos supere. Ya hablamos en esta misma sala de ciertos hechos, y no creo que haga falta que os lo recuerde, ni que decir que lo hemos de hablar ahora tiene que ver con lo que hablamos con anterioridad. Para comenzar os hablaré del intento de secuestro de una niña de la Academia.

Miró uno a uno a sus hombres

-Lo haré de forma muy resumida porque el tiempo apremia, pero si es necesario entraré en detalles si lo consideráis oportuno. Dos niñas de la Academia desaparecieron, Sir y Caäniza. Al poco y mientras las estábamos buscando nos llegaron noticias de un mediano, un hobbit que había sido rescatado por nuestros hombres. Parece ser que había sido engañado por tres rufianes para que le robasen su ropa, tras haberlo emborrachado y luego intentaron acabar con su vida. Esa ropa fue usada para sacar a Sir de Sil Auressë. Por lo que supimos después Caäniza lo vio y siguió a los secuestradores. El motivo del secuestro era sacrificar a Sir para invocar a alguna criatura maléfica, pero afortunadamente se impidió a tiempo y se rescató a la niña, a duras penas....yace malherida en la enfermería. Tal fue el empeño del enemigo por capturarla que no dudó en llegar hasta las puertas del castillo para conseguirlo, aunque afortunadamente nuestras tropas lo impidieron. Eran lobos y muerciélagos, pero había un gran huargo que desapareció en cuanto se acabó con él. Si entraron en Sil Auressë y pudieron secuestrar a alguien de la Academia es porque, muy posiblemente, tenían ayuda, alguien de la propia Academia. De momento la niña está bien vigilada pero eso no significa que no lo vuelvan a intentar.

-Por lo que parece hay grandes fuerzas al oeste y al sur, y tenemos hombres ahí afuera que corren peligro. Lo más sensato es que regresen, pero tal vez sea a costa de enviar más hombres a la muerte. Russef, por favor, cuantos con todo detalle los hechos relacionados con vuestra misión hasta tu regreso a Sil Auressë. No te levantes, hazlo sentado, demasiado haces para estar presente con tus heridas.

Khôradur se sienta

Asiento a las palabras de Khoradur, pero aún así me pongo en pie a duras penas y comienzo mi relato de lo sucedido:

- Estábamos vigilando el claro y ocultos, como se nos ordenó, cuando llegaron gente a la que seguí. Ragi y Earnill se quedaron en el claro con la intención de buscarme si no regresaba.

Esos hombres realizaron un extraño ritual en el claro. Tambien recuerdo que mientras realizaban el ritual, hablaban en lenguas extrañas y desconocidas para mí. Sí recuerdo como mencionaban una palabra muchas veces; BARZUM.

Estos hombres fueron los que me llevaron varias millas hasta la zona donde encontré a Denelloth luchando y me uní al combate.

Algunos de ellos se dispersaron hacia el norte, en direccion al vado de Sarn. Dos de ellos, a los que seguí, se dirigian al este hasta la posicion de Denelloth como ya dije.

Justo antes de entrar en combate, también pude observar como estos dos hombres se reunian con otros, por su aspecto parecian orientales. Tambien había huargos, trasgos y orcos, todos juntos. Trabajaban en algo junto a una cueva donde se ocultaban, de eso estoy seguro.

Tras hablar me vuelvo a sentar, cansado.

-Hirgon, dijo el Sargento Gaerel y colocaba marcadores en el gran mapa desplegado. -Creo que la cueva debe ser aquí, en esta zona.

-El enemigo podría estar avanzando por el suroeste, añadió marcando dos flechas que llegaba de las tierras altas. -Los huargos se han retirado hacia el noreste, en vez de tratar de reagruparse con el resto. Extraño...

-Gracias Russef, por favor, siéntate y descansa. Si crees que puedes aportar algo dilo

Khôradur observaba el mapa con gesto sombrío

-Tal vez en el noreste haya algún contingente que ignoramos o pretendan rodear por el norte y dirigirse hacia otro punto, tal vez la cueva. Tampoco podemos descartar que haya más grupos que ignoremos, y si buscan a Sir, no durarán en lanzarlos contra Sil Auressë. Ahora lo que tenemos que ver es que hacemos. No tenemos fuerzas para hacer una salida a gran escala y plantarles cara, pero tampoco es una buena opción quedarse aquí esperando sentados a que aparezcan. Podremos aguantar tal vez una, dos, incluso tres oleadas, pero tarde o temprano los muros caerán, al no ser que su fuerza no sea tan grande, pero es algo que ignoramos.

Siguió contemplando el mapa

-Tenemos a hombres dispersos por ahí afuera, que en la situación actual corren peligro. Hemos de ir a buscarlos y traerlos de vuelta. Denelloth aconsejaba reunirlos a todos en Sil Auressë. Su consejo me parece acertado, pero eso nos dejaría sin la posibilidad de avistar al enemigo a tiempo y que nos avisen. Además, es posible que pudiésemos hacer alguna salida ofensiva contra algún punto concreto, tal vez la caverna o especialmente el monolito, ya que parece que está bastante relacionado con lo que está pasando y podamos así ganar algo de tiempo, pero dado que el monolito es un elemento aparentemente mágico, antes de nada tendríamos que hablar con Cerveth y Norion para que nos aconsejen al respecto.

-Mi planteamiento es el siguiente, primero, habría que traer a toda la gente de las granjas de los alrededores, forja y molinos incluidos. Si hay provisiones en su interior también traerlos si es posible, ya que nos servirán de sustento. De momento mantendría las tropas en los puntos estratégicos por un tiempo al menos, mientras se va a buscar a todos los que faltan, Pinto, Eärnil, Girion, etc., así como convocar a todos los milicianos. Toda persona de Sil Auressë capaz de empuñar un arma sería alistada y tomar medidas para alojar a toda la población en el castillo si fuese necesario y aguantar un asedio. Posteriormente, según las circunstancias, reuniríamos a todos los hombres.  Por cierto, si enviamos a alguien, que no duden en atacar a todo murciélago o lobo que se encuentren, es más, creo que hay unos cuantos en las cercanías que aún se pueden ver, para despirtar y facilitar el movimiento de nuestra gente enviaría un grupo a darles caza el tiempo suficiente para que los nuestros salgan a cumplir su misión.

Khôradur se endereza y observa a sus hombres

-¿Qué os parece?, opiniones por favor.

A mi me parece un buen plan, aunque dudo mucho que sea de utilidad en unos dias. Necesito recuperar fuerzas, concluyo un tanto apesadumbrado.

Si hay algo que pueda hacer en este estado, no tenéis nada más que pedirmelo.

Khôradur sonrió ante las palabras de Russef

-Tú ya has hecho de sobra, descansa y recupérate, seguramente necesitaremos de tu espada más adelante, posiblemente antes de lo que quisiéramos, así que conviene que te recuperes cuanto antes.

-Otra cuestión que queda pendiente es si hacemos lanzamos un ataque al monolito. Esto tendré que hablarlo con gente más experta que yo en asuntos...."mágicos", dado el poder que parece encerrar ese objeto. Según lo que nos aconsejen eso haremos. También podríamos hacer batidas en los alrededores, no muy lejos y sin perder de vista las murallas, para espantar o acabar con posibles espías.

Miraba de nuevo el mapa, sopesando las diferentes opciones que se le planteaban

-No me gusta dejar tan aislados a los hombres que hay en los puestos de vigilancia, son necesarios, pero como venga una fuerza poderosa temo que no puedan volver o peor aún, que sean los primeros en caer sin tener posibilidad de avisarnos, siendo su muerte en vano y una pérdida irreparable.

Se quedó mirando el mapa y alzó la vista hacia sus hombres

-¿De cuantos efectivos disponemos en el castillo?, jinetes y caballos incluidos

-En este momento, tenemos a cuatro sargentos y treinta soldados profesionales en el castillo listos para actuar, pero tan sólo cuatro caballos. Estamos esperando a algunos más, y unos pocos están descansando. Los treinta guardias de Walec se reparten entre el castillo, la aldea, y la zona de la forja y los molinos.

Ante las explicaciones de Gaerel, Khôradur torció el gesto

-Para ir a buscar a los hombres o enviamos a los cuatro jinetes o tendrán que ir a pie, o enviar grupos pequeños -se quedó sopesando la situación- Haremos tres grupos, con varios hombres y un jinete en cada uno de ellos. Dejaremos el otro caballo de reserva. Los enviaremos a buscar a Gidion y al mediano, a Ragi y Eänirl y el otro contingente a los demás, comenzando por Pinto y sus hombres -comenta mientras señala en el mapa- Gidion y Otho no deben de estar muy lejos, así que se les dará órdenes para que regresen y el grupo que haya salido en su búsqueda irá a buscar a otros salvo que estén muy lejos o ya se les haya dado órdenes a otro grupo para ir a buscarlos. El cuarto caballo hará una salida con varios hombres para espantar a los murciélagos y lobos que están en las cercanías y entretenerlos mientras los grupos van saliendo. Los puestos de vigilancia tendrán que esperar hasta que regresen todos los hombres.

Se queda pensativo unos segundos contemplando el mapa

-Iré a hablar con el consejo para ponerles en situación. El monolito tendrá que esperar hasta que tengamos más hombres, al no ser que me aconsejen que lo ataquemos de inmediato. En tal caso las órdenes cambiarán. Que comiencen a prepararse los hombres para partir. Un jinete y seis hombres. -Mira a los presentes- ¿Alguna sugerencia, opinión u objeción?

-Bien, si no hay objeciones haremos así. En cuanto el grupo que busque a Gidión y a Otho los encuentren y los envíen de vuelta partirán hacia colina huarga para buscar a los hombres que hay allí. Por último, un asunto de vital importancia, Sur permanecerá en la enfermeria del castillo hasta que se recupere. No quiero que quede sola bajo ningún concepto, así que había hombres con ella vigilándola, en la puerta de entrada a su habitación y en el pasillo. Sólo se permitirá entrar al personal que cuida de ella y a la niña que cuida de ella y la salvó, Caäniza. El resto necesitarán de mi autorización.

-Esto nos lleva a otro asunto, sospechamos que los secuestradores tuvieron ayuda, muy posiblemente de alguien de la Academia. Quiero un dispositivo de vigilancia en torno a la misma, pero discreto, que los hombres vayan disfrazados y vigilen disimuladamente día y noche e informen de toda cosa sospechosa, por nimia que pueda ser. Si han de seguir a alguien que lo hagan, aunque para ello se tenga que crear otro dispositivo para hacerlo. Gaerel, por favor, ocupate de ello mientras hablo con el consejo.Bien, esto es todo.

Tras acabar la reunión, Khôradur se dirige hacia Russef y le ayuda a levantarse, acompañándolo a la enfermeria. Tras comprobar que todo esta en orden se dirige a la reunión del consejo