Después de que Aki se fuera a los dormitorios y que Aethel contestara a la pregunta de Etna, os trasladasteis a la cafetería. Apenas había gente, de hecho, sin contar al señor Chadburn, sólo había otras dos personas.
-¡Anda, clientes! ¡Y un grupo grande! Anda, pasad y sentaos en una de esas mesas. ¿Necestaréis la carta o ya tenéis una idea de lo que vais a pedir? Claro que si aceptáis una sugerencia, los muffins de bayas están recién sacados del horno.
El profesor Fishman también os acompañó a la cafetería, para ayudaros a terminar de definir el cuestionario que ibais a redactar. Y cuando el encargado de la cafetería os dio la bienvenida, el profesor señaló una de las mesas que el señor Chadburn os había indicado.
-Esa mesa de ahí parece lo bastante grande. ¿Les parece bien si nos sentamos? Podemos pedir primero y ponernos a redactar acto seguido.
Aethel sonrió nada más entrar a la cafetería. El aroma de muffins recién hechos y la amabilidad del señor Chadburn resultaban más que agradables. Asintió a la sugerencia del profesor Fishman, añadiendo:
-Me parece perfecto. Yo creo que pediré la carta, ¿vosotras?
Pnjotizada por la máster.
Renata estaba más emocionada por el delicioso aroma repostero que por otra cosa.
-Yo quiero probar uno de esos muffins. Y si la mesa os parece bien a las demás, a mí también.
Pnjotizada por la máster.
Finalmente fueron a la cafeteria, alli siempre olia muy bien y el ambiente era agradable, pese a que ya era la segunda vez que iba, para Sayaka era casi como si fuera la primera vez, era un sitio en el que siempre habia cosas nuevas, nuevos sabores que disfrutar, cuando el dueño les pregunta ella casi dando saltitos y moviendo la cola animadamente dice:
Si...si si, yo quiero eso que dice Murfin de esos, seguro que los Mufin saben muy ricos y de beber quiero te.
Era la primera vez que escuchaba de esos pasteles y aunque el nombre le parecia un poco raro eso le hacia querer probarlos con mas ganas. Con una amplia sonrisa se sienta en la mesa, en su mirada podia verse que estaba realmente emocionada por los dulces y no era muy consciente de que realmente estaban ahi para trabajar sobre la encuesta.
Por fin llegaron a la cafetería. Tal y como a Sayaka, todos los sabrosos olores golpearon su nariz. Sin darse cuenta, el rostro de Aida se relajó mucho. Ese era un lugar agradable en el que estar, y su dueño también lo era. Era una de las pocas personas que, a lo largo de su estancia, pudo dirigirse sin tanta timidez. Quizá contagiada del entusiasmo de la misma Sayaka, también se lanzó a pedir.
-A mí... me gustarían unos muffins y-y una tarta extra de chocolate. También un batido de fresca y chocolate caliente. Y galletas de almendra también, si... -al darse cuenta de que estaba pidiendo demasiado y sin parar, bajó la mirada con vergüenza y habló en un tono más bajito- Y... s-sí, también me parece bien la mesa.
El encargado de la cafetería sonrió y trajo cartas para todos, poniéndose a tomar nota de los pedidos acto seguido.
-Vaya, veo que quieres probar muchas cosas. ¡Eso me halaga! ¿Quieres que te haga una especie de bandeja "menú de degustación"? Para que puedas probar todo lo que te apetece sin llenarte hasta ponerte enferma. En cuanto a los demás, pedid lo que os apetezca. Pero si queréis una buena recomendación, aparte de los muffins, la tarta de lima me ha quedado especialmente buena hoy. Y para beber, recomiendo un té aromático o un buen café tostado con algo de leche.
-Oh, esa tarta suena muy apetecible. Por favor, un trozo para mí, con té de alga kombu para beber. Muchas gracias.
Os extrañó al principio la elección de la bebida que hizo el profesor, hasta que todos llegasteis a la conclusión de que lo normal para un ser acuático era tomar algas de una u otra forma.
-Uuuuh, me encanta todo lo que has pedido. ¿Me darás un poquito? Me encantan las galletas, sobre todo las de almendra.
Sorprendentemente, la arañita no sólo no criticó tu elección de comida (como cabría esperar en alguien tan metido en la estética), sino que alabó tu decisión. Estaba claro que los dulces eran una debilidad universal para todas las criaturas del mundo.
Lo que decía el encargado emocionaba a Aida. "Menú degustación"; le gustaba cómo sonaba eso. Probar de todo, pero sin excederse. Le gustaba. Aunque, a decir verdad, para ella... crear espacios gigantescos para el dulce no era un problema. De hecho, así se lo hizo saber al encargado una vez los demás se lanzaron a ordenar.
-C-creo que estaré bien con las raciones completas. ¿Puede... agregar al pedido un poco de esa tarta de lima? Muchas... gracias -una vez hecho el pedido, se bajó un poco la capucha. Estaba hablando más de lo que solía hablar usualmente.
Cuando, al parecer, la arañita sobre su hombro se dirigió a ella, esta le sonrió de manera amable y le sonrió.
-C-claro. Me encantaría compartir contigo.
Cuando el hombre dijo aquello de menú degustación los ojos de Sayaka brillaron como un día soleado y asentía con fuerza mientras decía:
Si, si, si, yo quiero eso, ese menú de me gusta que tiene de todo, si si que rico
Pero Aida pidió eso mismo, pero en raciones completas, ella le mira con los ojos abiertos y alza lo brazos mientras dice:
Aida eres… toda una maestra de los dulces, puedes comer muchísimos dulces, vaaaaayaaaa
Lo que dijo Sayaka la avergonzó un poco, pero no sintió ese comentario como una burla o algo así. De hecho, la kitsune era bastante inocente y agradable. Con ella no se sentía tan cohibida. Y, de hecho, le agradaba mucho.
-No... creo que sea para tanto como para ser una maestra. Es solo... que los dulces de aquí son m-muy buenos. Cuando los pruebes, verás que tu o-olfato no miente.
-Yo también pediré un muffin con un té con bergamota, por favor.
Que ella ya conocía al señor Chadburn de años anteriores y sabía que si recomendaba alguno de sus productor, era por una buena razón siempre.
Pnjotizada por la máster.
Renata dudó un poco lo que pedir, aunque al final acabó decidiendo:
-Yo también quiero un té con bergamota y un menú degustación, por favor.
Así pediría algo que había pedido Aethel y algo que habían pedido Aida y Sayaka. ¡Era el menú especial de la amistad! La alternativa perfecta para ella.
Pnjotizada por la máster.
-Perfecto, en seguida os iré trayendo cosas. Poneos cómodos, en seguida vuelvo.
Dicho aquello, el encargado dela cafetería se fue a la cocina apra empezar a preparar los pedidos con diligencia. Porque menudo pedido que le habían hecho, ¡con eso iba a tener trabajo para todo el día!
Con el pedido realizado y en marcha, el profesor Fishman creyó conveniente comenzar con la tarea que tenían por delante.
-Muy bien, ¿por dónde quieren comenzar? ¿Elaboramos el cuestionario o terminamos de perfilar la lista de actividades?
Sayaka sonríe a la mujer lobo y escucha lo que dice el profesor, se lleva un dedo al mentón para pensar y dice:
Creo que lo mas divertido es pensar que vamos a hacer, así ademas podemos poner en la encuesta si les gustan esas cosas
Comenta mientras se hecha un poco para atrás, justo en ese momento Kitsu que había estado bastante tiempo desaparecido aparece justo sobre su hombro, ella sonríe ampliamente y dice:
Vaya Kitsu, hacia tiempo que no aparecias, ¿que tenias miedo de los bichos esos feos verdad?
Té de bergamota... era algo que sonaba bien, pero no lo había pedido. ¡No! ¡Estaba pidiendo demasiadas cosas! A ese paso, iba a engordar. El año anterior le había pasado... y bajar de peso costó un poco. ¡No podía dejar que los dulces la viciaran de nuevo!
Mientras miraba con curiosidad la criaturita que Sayaka llamaba kitsu, con timidez, también dio su opinión.
-La... lista de actividades estaría bien -y, como si recordase que hasta ese momento no había retomado la tarea de escribir, pese a que le faltaba poco, se puso a ello con suma rapidez.
Aethel asintió cuando se propuso empezar por la lista de actividades.
-Muy bien, empecemos a apuntar sugerencias. Y si nos queda una lista demasiado larga, ya veremos de sintetizarla un poco. Bien, yo creo que, como mínimo, deberíamos ofrecer un par de puestos que ofrezcan comida de diferentes clases y unos cuantos puestos con juegos. Mínimo tres o cuatro juegos, como tiro al blanco, un trilero supervisado por los profesores para evitar estafas, una ruleta... Clásicos juegos de feria.
Pnjotizada por la máster.
Renata sonrió emocionada. Tenía tantísimas ideas bulléndole en la cabeza que no sabía por dónde empezar.
-Creo que una casa encantada o un laberinto de las risas podría ser interesante también. De puestos de comida, si va a haber sólo dos uno tiene que ser tipo casa de té y otro de comidas más saladas, como pizzas o algo así. ¡Oh, y de juegos podemos intentar hacer un puesto con el juego de "machaca-al-topo"! Me encanta ese juego.
Con los ojos brillando de felicidad, la muchacha miró a Sayaka y Aida.
-¡Y por supuesto tendremos puestos típicos de vuestros hogares! ¡Cuanta más diversidad, mejor será la feria!
Pnjotizada por la máster.