Partida Rol por web

Día estándar 15

Tenkahrr y Nahir, entraron en La Garra de Tigre, una HWK-290. La nave era menos confortable que el Halcón Estelar y de menor tamaño. Cathar y arkaniano se sentaron en los dos asientos que había en la cabina. Tenkahrr activó los motores y comenzó el ascenso justo por detrás de la nave de sus compañeros, y se prepararon para abandonar el oscuro y muerto planeta que orbitaba alrededor del agujero negro.

Tras ver como el Halcón Estelar saltaba al hiperespacio, y sabiendo que en unos segundos lo harían ellos, Nahir observó el agujero negro una última vez.

Tras a saltar al hiperespacio, el cathar miró al arkaniano y le esbozó una sonrisa tranquilizadora.

-Supongo que te preguntarás por qué he hecho que vengas conmigo. O igual ya lo sabes. Creo que todos necesitamos un poco de margen después de lo que ha pasado.

Cómo si esperara una respuesta por parte de Nahir, Tenkahrr alzó la mano para que le dejara hablar.

-No. No voy a darte ninguna lección. Estoy seguro que eso ya lo ha hecho Sto y seguramente lo ha hecho mucho mejor de lo que yo podría hacerlo. Estoy de acuerdo con cualquier cosa que te haya dicho pero no creo que te ayude el que te lo repita. Está claro que eres un acertijo, pero si él confía en ti, yo no tengo motivos para no hacerlo.

El jedi se acomodó en su asiento sin dejar de mirar al padawan.

-Pero si tengo interés en preguntarte una cosa. ¿Por qué un sable doble?

Nahir soltó un leve suspiro.

-Supongo que me pediste ir contigo para dar tiempo a los otros padawans a meditar sobre lo ocurrido. No sé por lo que han pasado, pero no creo que se hayan topado con muchas personas con una… afinidad al lado oscuro como la mía… si es que se puede llamar así. Después de lo ocurrido no espero que se fíen de mí… y harían bien, lo cierto es que soy una amenaza cuando entro en ese estado.

Nahir se acomodo, tomando su sable laser en su mano, pero sin llegar a encenderlo

-¿Porque uno doble? Supongo que es lo que más me pega… los efectos de la re-ingenieria arkaniana no solo me maldijo con mis ataques de psicosis.

El arkaniano pasa un dedo sobre el arma y la hace girar rápidamente, pasa de una mano a otra sin dificultad, mostrando su ambidestrixmo y la destreza que posee. Para un arkaniano, que por lo general tienen manos torpes por sus garras, es una habilidad impresionante, aunque no tanto para otras razas más hábiles.

-Manejar un arma como este requiere mucha destreza y suficiente control como para mantener la dirección de los filos sin rebanarte la cabeza y la pierna simultáneamente, así que tanto mi maestro como yo pensamos que era la mejor manera de explotar esta habilidad.

Nahir hace danzar entre sus dedos el arma, la hace saltar en el aire y la toma firmemente en la mano.

-En un principio mi entrenamiento  era para mantener a raya mis ataques psicóticos y evitar que la fuerza se descontrolara en mí, después mejore mis habilidades con el sable laser, pero al final mi entrenamiento como jedi estaba más dirigido al control que al combate.

El arkaniano alza la vista a Tenkahr

-Esa es la razón de mi arma... un instrumento de control, rápido, capaz de abrir oportunidades, y que me permite mejorar mi concentración con la practica.

El cathar puso una mueca de desagrado cuando escuchó a Nahir decir que era una amenaza, sin embargo dejó hablar al arkaniano sin interrumpirle.

-La autocompasión no es un rasgo digno de un jedi.-dijo como si le molestara tener que decir algo así. Tras ello, su expresión se relajó.-No eres más peligroso que cualquier jedi que siente el abrazo del lado oscuro ofreciéndole un falso poder ilimitado. De hecho te considero menos peligroso, pues en ti no queda mácula. Cuando un jedi abraza el lado oscuro… no hay vuelta atrás. Así que delante mía no vuelvas a decir que no eres nadie digno de fiar o acabaré lanzándote al espacio.

A continuación, Tenkahrr observó el sable de Nahir y esbozó una media sonrisa.

-Está claro que eres más diestro de lo que es cualquier arkaniano con las manos y que desde un punto de vista instructivo, Cuo tuvo una gran idea. Pero estás muy lejos de dominar el estilo para enfrentarte a una situación real.

Tenkahrr abrió su sonrisa y atrajo a sus manos con la fuerza el sable del arkaniano.

-Si, te estoy diciendo lo que crees. De nada sirve que lances varios ataques si no son buenos ataques.-dijo con franqueza recalcando la palabra “buenos” mientras examinaba el sable.-Algún día estarás preparado para usar las dos hojas, pero sinceramente, en un combate a muerte debes buscar la opción más efectiva.

El jedi le tendió el sable a Nahir.

-Hiciste un buen trabajo en su confección.

Nahir no pudo reprimir una leve sonrisa ante la cínica broma del cathar, aunque para él no había ninguna autocompasión… solo la realidad que le dictaba la lógica. Posiblemente si hubiese sido otro el que estuviera en su situación, no se fiaría de él… aunque no lo admitirá abiertamente. Nahir extendió la mano y tomó el arma para colgarla en su cinto, junto con la espada de Cuo.

-Tuve un buen maestro, Cuo me insistió mucho en la confección de mi espada,  creo que podría montarla y desmontarla en menos de un minuto y con un muro separándonos. La matriz de emisión está dividida, así que los haces pueden activarse individualmente… pero en lo referente al entrenamiento con un  solo filo –niega para si – me avergüenza decir que no esforcé tanto mi entrenamiento en esa dirección.

Tenkahrr se paso la mano por la cara, cómo si de pronto se sintiera agotado.

-La fría lógica de los arkanianos.-resopló.- Todo lo que no entra en ella es desechable. De verdad, no sé cómo podéis ser sensibles a la fuerza con esa manera de pensar. ¡La comunión con la fuerza se basa en sentir y dejarte guiar! Espero que no hicieras lo mismo cuando Sto te echó el sermón o la discusión habría acabado mal.

El cathar refunfuñó molesto.

-Me apostaría 10.000 créditos a que si probaras a luchar con un único haz lo harías mucho mejor aún sin haber practicado ese estilo. Y si hace falta usa la dichosa lógica. Piensa que podrás hacer lo mismo sin tener que preocuparte porque la segunda hoja te corte la pierna, por lo que podrás ser más arriesgado.

Con una sonrisa añadió.

-Bajemos la apuesta a 5.000 créditos, siendo tan calculador igual eres incapaz de arriesgar algo.

Nahir arqueo la ceja divertido, a diferencia de Sto que le solía irritar cada vez que mencionaba verdades incomodas, Tenkahrr le resultaba entretenido.

-Apuestas que lo puedo hacer mejor con un solo filo… si quisiera ganar solo me bastaría con no esforzarme. –El arkaniano se incorpora y se aleja un par de pasos –pero supongo que eso iría en contra de la intención de toda la conversación ¿no crees?

Nahir se volvió hacia el cathar, tomando su espada de nuevo entre las manos y haciéndola girar.

-No tiene sentido apostar contra uno mismo, pero eso no quita hacer la prueba… - hace saltar el arma de su mano derecha a su izquierda, y se pone en postura, ladeado y con el arma tras de sí. –Así que, ¿Qué tal si lo comprobamos con un duelo amistoso?
 

Tenkahrr hizo un gesto con la mano desechando la idea.

-Después de la conversación que hemos tenido no sería correcto.-dijo.-El arma de un jedi no debe usarse a la ligera en ningún caso. Y usarlo para dirimir una apuesta o echar un “duelo amistoso” entra dentro de esa definición.

El cathar revisó los sistemas de la nave durante unos instante antes de seguir hablando.

-Imagino lo que estás pensando. En mis tiempo de aprendiz también pensaba que las formas eran tonterías impuestas por los maestros, pero cuando alcanzas una edad, comprendes que las formas son una ayuda para poder seguir el código.

Levantádose de su asiento, Tenkahrr le indicó a Nahir que pasaran a una zona más cómoda.

-Pese a que recibimos entrenamiento como guerreros, nuestro objetivo es la paz. El uso de la espada ha de ser siempre nuestro último recurso.

Nahir vuelve a colgar su arma en su cinto.

-¿Y cómo ayudan las formas a seguir el código exactamente? Supongo que permite mantener el control y a mejorar tu habilidad para sobrepasar a tu rival y evitar matarlo por accidente en un combate real… ¿Pero acaso hay algo más?
 

Tenkahrr pasó a la pequeña sala común que tenía la nave.

-Las formas son fundamentales.-dijo mientras se sentaba.-Si no fuera así, ¿cómo habría sobrevivido la Orden durante más de 20.000 años? 

Tras unos instantes de silencio, mientras el cathar ordenaba sus ideas, Tenkharr volvió a hablar.

-Un jedi no puede casarse ni formar familia. Si fuera así, ¿qué haría si un día tuviera que elegir entre su familia y el resto de la galaxia? El miedo a perder lo que ama, haría que el jedi se dejara abrazar por el lado oscuro, pensando que con su ayuda podría salvarlos a todos.

Tenkahrr negó con la cabeza apesadumbrado.

-Las formas se crearon para facilitar la comprensión del código.

Nahir siguió al cathar a la sala, escuchándolo.

-¿Pero cómo ayuda una postura a combate a mejorar la comprensión del código?… no termino de ver una relación completa, salvo por lo que he mencionado antes de ganar autocontrol por medio del manejo de la espada laser.
 

Tenkahrr se llevó la mano al mentón pensativo.

-Quieres buscar un mensaje oculto dónde no lo hay. No creo que el código se desarrollara como una serie de misterios indescifrables, sino más bien como un camino práctico.

El cathar empezó a gesticular con sus manos para darle énfasis a su explicación.

-La dificultad del código no está en entenderlo, está en llevarlo a la práctica. En este caso la respuesta es muy sencilla a lo que quieres. El uso del sable es el último recurso del jedi para resolver un conflicto. Hmm… eso ya te lo he dicho, seré más práctico. Si un jedi se acostumbra a usar el sable a la ligera, se acostumbrará a resolver los conflictos con violencia y la violencia es uno de los caminos al lado oscuro.

Poco tiempo después, Nahir y Tenkahrr se fueron a las dos pequeñas habitaciones que había en la nave para descansar. Después de una hora, el cansancio por el combate empezaba a notarse y aún quedaban unas horas para llegar hasta Dagobah. Era hora de recuperar fuerzas.

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