Partida Rol por web

Cerró los ojos cuando escuchó el ruido de la puerta abriéndose, eso era algo que no tenía calculado… Ops!!!... Se mantuvo en silencio durante unos segundos antes de decidir salir de la habitación. Por suerte para él, todos parecían estar muy ocupados con el revuelo que había montado fuera así que se apresuró para buscar una salida de aquel maldito lugar.

Avanzó ocultándose entre las sombras hasta que legó a sus oídos el ruido de disparos que había en la lejanía. Para un tipo como Korven, ese ruido en cualquier otro momento, habría hecho que avanzara, todo lo rápido posible, hacia el lado contrario y, obviamente, sin mirar atrás, pero algo que había dicho el jefe de los pulpos lo hacía dudar.

- Maldita seas Lyn!!!. –maldijo entre dientes, con cierto cabreo por tener aun algo de conciencia, mientras comenzaba a andar, sin olvidar el sigilo, hacia donde se escuchaba el ruido de batalla.

Korven continuó moviéndose a hurtadillas, cruzando cada pasillo y asegurándose que no hubiera ningún otro guardia que pudiera estar dirigiéndose también hacia el tiroteo. Luz, oscuridad, luz, oscuridad, luz, oscuridad. Una extraña y nada agradable para los ojos del contrabandista secuencia se iba repitiendo conforme iba avanzando y cruzando intersecciones. Y por suerte para él, nada de matones.

O al menos fue así durante los primeros cincuenta metros. Después de girar varias veces y al cruzar la siguiente intersección, se encontró cara a cara con un quarren que corría en la misma dirección pero por el pasillo paralelo. Durante unos instantes, humano y quarren se miraron a los ojos, pero antes de que uno de los dos llegara a disparar, fueron una vez más separados por el pasillo.

¿Seguirían corriendo hacia la zona de dónde provenían los disparos? ¿O uno de los dos intentaría dar caza al otro?

Iba lo más rápido que podía, intentando no ser visto claro está, y repitiéndose una y otra vez porque no corría hacia el lado contrario, pensamiento que se acentuó aún más cuando, tras mirar hacia un pasillo que se abría hacia su izquierda, se dio de bruces con un quarren. - ¡Cojones!. – exclamó al verlo mientras daba un respingo saltando hacia adelante para que el pasillo le ofreciera cobertura.

Joder!! Joder!! Joder!!... Pensaba para sus adentros mientras continuaba corriendo y veía como otra intersección se acercaba… Habrá continuado corriendo?? Lo mismo me está esperando para pegarme un tiro… Pensó, aunque no había demasiado tiempo para elaborar planes, así que tiró de ingenio que era algo que se le daba bastante bien.

Se detuvo justo antes de llegar a la siguiente intersección, aunque siguió dando pequeños pasos sin moverse del sitio para aparentar que continuaba corriendo, con un poco de suerte el Quarren se pensara que lo había sobrepasado y no se detendría. Al tiempo que hacia tal gilipoyez, intentaba escuchar los pasos de su contrario para averiguar donde se encontraba.

Korven intentó jugar con el quarren, y le intentó hacer creer que seguía corriendo, aunque se detuvo justo antes de llegar a la interseccion se detuvo para intentar engañarlo. Sin embargo el quarren no hizo acto de presencia. ¿Habría pasado antes que él? ¿Habría cambiado de pasillo? O quizás...

Un ruido llamó la atención de Korven a sus espaldas, el contrabandista se dio media vuelta justo a tiempo para ver como el quarren, a unos treinta metros de él, abría fuego.

Claramente, su táctica no había sido todo lo buena que Korven había pensado, pues el quarren había demostrados ser más astuto que él cogiéndole la espalda, aunque eso sería algo que Korven nunca admitiría. Por suerte para él, logró ver a tiempo al Quarren acercándose y logró echarse a un lado para evitar el disparo. – Joder, calamar!!! Casi me das!!!. – espetó al tiempo que intentaba recobrar la verticalidad.

- De modo que quieres jugar ehh, pues… Juguemos. – dijo mientras apuntaba con su rifle blaster a su enemigo. No dudó ni un segundo en disparar, estas situaciones ya las conocía, él o el Quarren, y tenía claro que opción elegía.

Un vez disparó, intentó cubrirse en la esquina del pasillo.

Korven se llevó el rifle al hombro y apuntó mientras andaba hacia atrás, en busca de la cobertura del final del pasillo. Cuando vio el tiro claro, el contrabandista apretó el gatillo y el disparo fue directo al pecho del quarren que cayó de espaldas al suelo inconsciente.

Contento por haber acertado a la primera, Korven se dio la vuelta para continuar su carrera, cuando al meterse en el cruce, recibió disparos a su izquierda y su derecha, aunque demasiado lejos como para alcanzarle. Dos matones, un mon calamari y un quarren, cada uno desde un lado del pasillo, iban hacia él disparando.

- Ja!!! Pulpos a mi… - comentó satisfecho tras haber derribado a su enemigo. Pero aquella satisfacción duró poco, pues pronto recibió dos disparos más que, por suerte, impactaron en la pared. Se tocó varias partes del cuerpo para ver si todo seguía en su sitio. – Joder!!!, esto cada vez se complica más… - dijo antes de echar a correr de nuevo hacia adelante para buscar algo de cobertura en el pasillo.

Una vez se hubo adentrado en el pasillo lo suficiente, se dio media vuelta, hincó rodilla en tierra, y esperó la llegada del Quarren y el Mon Calamari.

Con la rodilla en el suelo, Korven comenzó a respirar profundamente, para calmar su corazón y mejorar su pulso. ¿Se estaban acercando a él los dos matones? Si intentaban dar la vuelta entera  tardarían demasiado y lo sabría. ¿Estaba oyendo pasos o se lo estaba imaginando? ¿Qué más daba? En cuanto aparecieran...

Dicho y hecho, quarren y mon calamari hicieron acto de presencia y se escucharon dos disparos. Instantes después ambos matones estaban tumbados en el suelo, con dos cercos humeantes en el pecho. Korven había sido más rápido.

Dos certeros disparos hicieron que el mon calamari y el quarren cayeran al suelo tras el impacto. – Ja! Chupaos eso chupatintas!!!. – comentó al terminar los disparos para, posteriormente, soplar por el cañón de su rifle blaster como si de una película del oeste se tratara.

- Mordisquitos, algún día te enseñaré a hacer estas cosas y agradecerás haber tenido a un máquina como yo de maestro. – dijo al notar como su pequeño compañero trepaba por su espalda y se colocaba en su hombro derecho.

Pero no había más tiempo que perder. Seguía escuchando los disparos tras él y no era momento de relajarse, así que volvió a echar a correr en dirección al bullicio.

Despues de haber abatido a los tres matones, Korven volvió a correr una vez más en la dirección de los disparos, aunque por suerte para él durante los siguientes metros no hubo ninguna sorpresa más en forma de amenazante matón.

Dejándose llevar por el oído, el contrabandista tomó la decisión de girar a la derecha en el siguiente cruce cuando un grupo de guardas apareció cruzando la intersección por el pasillo que iba a tomar, pero en dirección contraria. Korven frenó en seco patinando por el suelo, pero los matones ni siquiera lo vieron ¡Estaban huyendo! Eso eran unas fantásticas noticias.

Una vez no hubo rastro de los guardas, el joven volvió a la carrera, giró a la derecha y a lo lejos vio cuatro figuras humanoides que llevaban algún tipo de dispositivo que emitían haces luminosos. Los había de colores verdes, azules y morado, aunque conforme se acercaba, las luces fueron desaparecieron. Korven redujo el ritmo de su carrera y comenzó a acercarse con más cautela, aunque era demasiado tarde para esconderse. Un nautolano, un humano y una humana y un tipo enmascarado con garras en lugar de manos. Algo más de una decena de matones estaban en el suelo, heridos e incapacitados para combatir. No había rastro de Lyn.

Los cuatro conformaban una imagen extraña. No llevaban armaduras de combate, ni fusiles o pistolas. La joven era la que tenía un aspecto más  “mercenario” y el tipo de la máscara era algo intimidante… pero algo no cuadraba. No tenía sentido que esas cuatro personas hubieran dado cuenta de los matones del quarriano. Korven sabía que tenía que tener cuidado aunque con un poco de suerte serían amigos de la twi’lek.

Korven continúa aquí