Partida Rol por web

Me paré en seco al escuchar a Kate llamarme. Intenté calmarme para no estallar contra Kate, que precisamente siempre me había intentado comprender.

-Gracias por tu comprensión Kate, y por tus palabras. La verdad es que reconforta bastante ver que alguien me entiende. Con eso me basta, no necesito una disculpa ni tampoco la quiero. Es sólo que somos muy diferentes... Lo que realmente me preocupa es que no he podido averiguar hasta que punto es capaz de dejar a alguien atrás para conseguir tener éxito en la misión. 

-Será mejor que medite un poco antes de aterrizar. Debo pasar página y centrarme en lo que viene ahora para estar a la altura.

Sonreí a Kate y le puse la mano en el hombro como gesto de agradecimiento.

A medida que el tiempo pasaba Kate había pasado de mostrarse opaca a comenzar a mostrarse más cercana y comprensiva conmigo y sin su ayuda este viaje habría sido muchísimo más duro.

-Gracias 

Una vez el nautolano abandonó la sala, seguido por Kate, Korven se levantó de su asiento y se acercó a Draze. – Bienvenido a la dura vida del capitán. – le comentó poniéndole la mano en el hombro a modo de apoyo. – No te amargues con lo que han dicho. Ojos saltones debía saber que, si hay un líder, lo que dice el líder va a misa, y eso es así, con el tiempo lo entenderá. No creo que hayas obrado mal, como ha dicho Kate, esto no es una guardería. – obviamente, ese comentario no lo haría delante de ella.

- Vamos que no te agobies, has hecho lo que tenías que hacer. Era absurdo dejar que alguien se marchara porque… si algo he aprendido en este tiempo, es que uno no se va solo, y al final tendríamos más de una baja. – comentó con sinceridad.

- Y respecto a tu pregunta no, nunca he estado aquí. Intento mantenerme todo lo lejos del imperio que puedo, ya sabes, y si a eso le sumas lo poco llamativo que es este sistema, pues como que a Korven no se le había perdido nada por aquí. – sonrió.

¿Ojos saltones? ¿En serio? El padawan pareció esbozar durante lo que debió de ser una fracción de segundo una media sonrisa, divertido por el comentario del mercenario. Aquello sí que le había cogido por sorpresa. No obstante enseguida recuperó la compostura y centró su atención sobre las palabras mercenario. Asintió cuando admitió no conocer algún planeta.

—Supongo que no es un destino turístico muy apetecible con la lava, las fundiciones y todo eso— ¿era aquello un chiste? Por el contenido eso parecía, pero dadas las ojeras del muchacho, su expresión severa y el cansancio acumulado en su voz, era difícil aventurar algo así.

Se rascó los ojos y estiró el cuello.

—Entiendo el descontento de Noa, pero es lo que dices: si se hubiera marchado no se habría ido sólo. Y volver a Mon Calamari implica enfrentarse a una de esas… cosas. Los Guardias Oscuros. No sé si te las has alguna vez contra algo así —el rostro del muchacho adquirió una expresión sombría—, pero la última vez que Kate y yo lo hicimos acabaron con Zeven, su maestro. Fue un duro golpe para todos, pero ella es quien peor lo pasó con aquello. Y no pienso permitir que uno de los nuestros muera por nada. 

Decidímeditar solo hasta que se acercara el momento de aterrizar. Debía ser capaz de abstraerme de lo sucedido y centrarme en la misión. Poco antes me acercaría de nuevo a la sala común para escuchar cual sería el plan a seguir nada más aterrizar.

Una hora después de la reunión, el Halcón Estelar comenzó su descensó sobre la superficie de Mustafar. Habían decidido viajar hasta Fralideja, la capital del planeta. Desde la nave veían ríos y lagos de lava, aproximadamente el 35% del planeta estaba cubierto de ella. El paisaje era desolador.

Poco a poco todos fueron reuniéndose una vez más en la sala en común. El decidir que hacer con la visión de Ackbar les había quitado mucho tiempo y ya no podían perder más. Sabían el objetivo en Mustafar, liberar esclavos. Pero una cosa es saber qué hacer y otra muy distinta es saber cómo hacerlo.

Draze esperó a que estuvieran todos presentes en sala común que hacía las veces de puente de mando antes de dirigirse de nuevo al resto de sus compañeros. Le dedicó una prolongada mirada a Noa antes de que el nautolano ocupase su lugar. La discusión había sido dura, pero esperaba que Kate hubiese conseguido aplacar sus ánimos y que ambos hubieran entrado en razón. Pues si planeaban llevar a cabo la liberación de la mayor de las colonias esclavas wookie debían de actuar como un equipo. ¿Conseguiría el padawan mantener unido al grupo? ¿O su estilo de liderazgo directo y sin tacto sería fruto de nuevas tensiones internas?

—Decidimos abandonar Mon Calamari para venir hasta aquí, a Mustafar, para conseguir aliados. No os voy a engañar, nuestra misión aquí va a ser complicada. Nuestro objetivo principal es liberar a la mayor cantidad de wookies esclavos en el menor tiempo posible. Necesitamos aliados y el pueblo de Katk va a ser una pieza importante en la rebelión que está por llegar. Ackbar nos proporcionó una pieza valiosa de información que le costó la vida —el padawan hizo una pausa que se prolongó durante unos tensos segundos—. Hagamos que su muerte no sea en balde.

Se llevó entonces las manos a la espalda y les dirigió a todos una larga mirada.

—¿Alguien ha tenido alguna idea de cómo podemos alcanzar ese objetivo?  

Decidí pasar por alto la mirada de Draze. Ahora no era el momento de volver a la misma discusión y si hablaba pronto quizás dejaría de sentirme tan observado.

-Según tengo entendido el pueblo wookie no va a reconocernos como unos guerreros capaces de liberarlos sino les damos un motivo para ello... No creo que se arriesguen a seguirnos sino les damos algún motivo para confiar en nosotros... Lo primero será hacer un reconocimiento de la situacion wookie actual y después buscar el mejor modo de ganarnos su confianza.

 — Para poder hacer un reconocimiento de la zona tendremos que buscarnos una tapadera que no llame la atención... —me rasque la barbilla para pensar un modo discreto de pasar—. Los agentes nos preguntarán qué hacemos aquí y tendremos que darles algún motivo que no les haga sospechar de nuestras intenciones. Por suerte, se me ocurre una idea... —miré a Katk, estaba seguro que igual no le gustaría lo que iba a proponer—. Bueno, podremos decir que somos cazarrecompensas y que hemos atrapado a Katk para venderle como esclavo. Igual nos enseñan sus instalaciones y podremos tener contacto con los cabecillas de la zona.

Ante la alusión de venderlo como esclavo el wookie intervino en la conversación.

—Ya se lo propuse a Draze mientras veníamos—dijo Katkazza asintiendo a la idea de Kate—. Además, seguramente sea la única manera que tendremos de establecer contacto con mi pueblo.

—No es mala idea—concedió también Nahir sin entusiasmo—. Pero no creo que debamos presentarnos como grupo para vender a Katkazza. Kate, Korven y Shanna o Barret serán más que suficiente. Ellos si dan la apariencia de mercenarios y cazarrecompensas. Un grupo muy numeroso para entregar un sólo wookie sería sospechoso.

Por fin se había terminado la discusión sobre las visiones de Noa, y eso era algo que alegraba de sobremanera a Korven, el cual estaba ya bastante cansado de la situación. Cuando se comenzó a hablar sobre la entrada a Mustafar, entonces Korven sí que comenzó a prestar más atención- - La idea de Kate es buena. Tendría que trabajarme mucho el personaje de mercenario, pero creo que podría intentarlo. – comentó sonriendo. – Lo que si es cierto es que no deberíamos ser un grupo muy numeroso, como ha dicho nuestro imperturbable amigo, llamaríamos mucho la atención. Gente como nosotros solemos trabajar en grupos reducidos. –

- La verdad es que la trata de esclavos no es algo que haya hecho nunca, pero supongo que podría intentar vender a un wookie, puede ser divertido. -

-Quizás sea mejor ofrecernos como compradores... no quiero arriesgas la vida de Katkazza usándolo de cebo y no creo que sea necesario. Además, seguir teniendo a nuestro lado a un wookie libre es un elemento que seguro nos ayudará a empatizar con el poblado para que se rebelen.

Observé a Katkazza mientras intentaba quitarle el peso de ser el cebo de delante.

-¿Qué os parece?incluso si conseguimos pasar desapercibidos podríamos separarnos para ir a diferentes zonas y ver cómo es la situación actual. Aunque eso sí... Katkazza no podría abandonar la nave hasta que todo estuviera listo para que los wookies se rebelaran.

—Me parece prudente, Noa —dijo asintiendo ante la idea del Nautolano—. Podemos empezar por ahí, haciendo un primer reconocimiento de la zona. No obstante, aunque la idea de vender a Katk me parece demasiado temeraria, si conseguimos infiltrarle entre los esclavos podríamos obtener mucha más información de primera mano sobre la situación de los wookies en el planeta. Katk es capaz de comunicarse con nosotros a través de la fuerza para mantenernos informados en todo momento. Y en caso de que hubiera cualquier problema, acudiríamos enseguida —hizo entonces una pausa y se dirigió hacia el jayán—. La decisión es tuya, Katk, si estás conforme, no me opondré a ello.

Se remangó entonces las mangas de su ajada chaqueta y se inclinó hacia adelante sobre la mesa.  

—De todos modos ambas ideas no son excluyentes. Korven y Shanna pueden tratar de tantear los círculos de compra venta de esclavos mientras los demás tratamos de obtener información por otras vías. 

—Estáis locos si pensáis que voy a quedarme encerrado en la nave esperando a que vosotros hagáis algo—dijo el wookie molesto por la idea de Noa, esta era una de las pocas veces en que su lenguaje corporal y las palabras de su transmisor entraban en consonancia—. Estáis hablando de mi pueblo y si van a confiar en alguien es en uno de los suyos.

Con la duda de utilizar o no a Katkazza como cebo resuelta, el wookie pasó a comentar otra cosa.

—Y una cosa más quiero decir. Esta misión es peligrosa de por sí. Nuestra vida, lo que somos ya, es peligroso. Así que dejad de trazar planes que no sean peligrosos. Nuestro temor a enfrentarnos al peligro fue lo que hizo que fracasáramos en Mon Calamari. No tenemos que volver a caer en el mismo error.

Sonreí por las palabras y la determinación del wookie. Le estaba echando mas pelotas que ninguno y eso que era su pelaje el que corría peligro. 

— Vale, entonces vamos para allá. Shanna, Korven, ¿vamos? —alcé las cejas tras acordarme de algo y levanté el dedo—. Oye, espera, ¿alguien sabe a qué precio están los wookies en el mercado?

-Si estás de acuerdo me parece bien, pero seamos cautos. 

Miré a Katkazza por un momento muy serio por volver a mencionar Mon Calamari.

-Me parece bien que quieras ayudar a tu pueblo pero poco vas a ayudar si haces que te maten a ti o a los demás o a inocentes. Tú mismo lo has dicho, vivimos con mucho peligro, y por eso precisamente no es necesario ser temerarios. Piensa que si nos descubren pero no nos capturan lo pagarán con tu pueblo y no creo que quieras cargar con eso en tu conciencia...Dicho esto dejémonos este asunto ¿vale?

Me acerqué a la puerta y me situé junto al control de apertura.

-¿Entonces cómo lo haremos finalmente Draze?

El padawan se quedó un largo rato en silencio después de que Noa formulase su pregunta. No le gustaba la idea de dejar a Katk solo, pero si iban a ganarse la confianza de un pueblo como el wookie tenían que hacerlo con acciones y, lamentablemente, no con palabras. El grandullón ya le había mostrado su determinación y, al menos, tenían una forma de mantenerse en contacto cuando le despojasen de sus enseres.  

Draze torció el gesto y emitió un largo suspiro. Parecía mentalmente agotado.

—Lo haremos de la siguiente manera: Kate, Shanna y Korven se llevarán a Katk… para venderlo. Llevaos un par de comunicadores y mantenednos al tanto de cómo evolucione la situación —les dijo volviéndose hacia ellos. Se dirigió luego hacia el nautoloano y el arkiano—. Noa, Nahir y yo saldremos un poco después y exploraremos por nuestra cuenta el asentamiento, a ver de qué podemos enterarnos. 

Asintió a las palabras del Wookie, no tenía sentido dejar a Katk en la nave, pues era el indicado para comenzar una rebelión en el planeta, sin él perderían una gran baza. Además, en la misión le había tocado con las dos mujeres, que más podía pedir, aunque bueno, aquello era algo normal en la vida de Korven quien, satisfecho, se levantó de su silla tras el comentario de Kate. – Siempre detrás de ti. – la dijo con una extensa sonrisa.

- Sobre lo de vender al Wookie, dejádmelo a mí, tengo ciertas nociones sobre como negociar con el imperio, digamos que alguna vez me ha tocado hacerlo.-  comentó para después girarse hacia Draze.

- Que vosotros salgáis a inspeccionar no me parece mal, pero con mucho, mucho, cuidado. Si os ven os podrían relacionar con nosotros y echar por tierra todo el plan y eso… chungo pescao... Ya me he pasado un tiempo encerrado con los pulpos como para ahora estar preso del imperio. -