Partida Rol por web

Al final voy a quedarme con “muñeco”, pensó Draze con amargura.

—Draze —le corrigió lacónico el padawan cuando Korven se refirió a él. Le costó horrores no fruncir el ceño y crucificar al granuja con la mirada cuando también le llamó por aquel apelativo nada cariñoso, aunque al final consiguió refrenarse. Tal vez no tanto como él creía, pues la respuesta fue demasiado rápida y el tono un poco seco, pero sin duda más templada de lo que sería una réplica descontrolada.

Al menos estaba de acuerdo con ir a recuperar su nave. Como no, trabajando en el negocio de Lynn no esperaba que se interesase por nada más que no fuera su ombligo. Pero es lo mejor que tenemos.

Una vez Korven hubo terminado, Draze intercambió una rápida mirada con Nahir. ¿Aprobaría el arkiano contarle todo aquello a su nuevo compañero? Desde luego la respuesta de Lynn a sus motivaciones no había muy… alentadora.

—Cuando vuelvas Kate y Noa podremos hablarlo con más calma —le dijo cruzándose de brazos y mirando hacia el resto de la tripulación—. Lo que sí que te podemos decir es que contar con un dispositivo semejante podría resultarnos extremadamente útil para lo que nos proponemos. Y no, tranquilo —el humano esbozó una media sonrisa algo forzada—, no queremos conquistar la galaxia ni nada parecido. 

La madrugada fue pasando lentamente mientras los presentes esperaban la llegada de Kate y Noa. Goror pasó la noche en su banco de trabajo, chistándole a cualquiera que quisiera distraerleo. Nahir, silencioso, vigilaba esperando la llegada de sus compañeros. Los demás jugaban a las cartas, inquietos, intentando matar el tiempo. Solo llevaban un día en Mon Calamari y se habían visto envueltos en una pelea de tabernas, en un secuestro y en una misión de rescate. Nadie podía asegurarles que el nautolano y la joven, no se vieran envueltos en otro incidente.