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RECLUTAMIENTO DE HOMBRES PARA EL EJÉRCITO DE SIL AURESSË

De forma inmediata se procede al reclutamiento de hombres para el ejército de  Sil Auressë.

Todos aquellos que estén interesados tendrán que ceñirse a las siguientes condiciones y normas:

1. Ser mayor de edad

2. Facilitarán su nombre, edad, profesión actual, y si disponen de formación militar. En tal caso han de indicar a que cuerpo o cuerpos han pertenecido, a que ejército, su experiencia, rango máximo que ostentaron y experiencia en combate. Asimismo también ha de citar cualesquiera otras habilidades que consideren que puedan ser útiles al ejército de Sil Auressë.

3. Se dará prioridad a todos aquellos que dispongan de experiencia militar.

4. Aquellos que no dispongan de experiencia militar pero quieran pertenecer al ejército de Sil Auressë entrarán a formar parte de la milicia, compaginándola con su oficio actual, para que así cojan experiencia y en el futuro tengan opciones de entrar en el ejército de Sil Auressë, para lo cual tendrían prioridad sobre futuros aspirantes.

5. Todos aquellos que quieran entrar a formar parte del ejército de Sil Auressë se tendrán que presentar en el castillo y tendrán dos oportunidades para inscribirse. Mañana, tras la fiesta de Ioendë, o dentro de una semana comenzando a contar a partir de mañana. Pasado este plazo, independientemente de la experiencia que puedan tener, su solicitud será atendida, pero no se tendrá en cuenta hasta que se realice un nuevo procedimiento de reclutamiento.

6. En cuanto se haga una selección, se colgará la lista de admitidos en la plaza de Sil Auressë en el plazo de una semana, a contar tras finalizar la admisión de solicitudes. Los que no sean admitidos podrán incorporarse a la milicia o que su solicitud se considere en una futura ampliación del ejército.

7. Si se descubre que se ha mentido en la solicitud, esta será automáticamente denegada y se tomarán las medidas legales oportunas contra el infractor.

Comienza el día después de la fiesta de Ioënde, y al salir de sus casas tratando de despejarse, la gente se encuentra con los carteles recordando la convocatoria de Khôradur para el ejército. Los más madrugadores ya han cruzado el río y han formado colas en el camino que sube hacia el castillo, donde les esperan los sargentos del ejército para una primera toma de contacto.
 

Denelloth se despierta temprano, como cada mañana, apenas rememorando la fiesta de la noche anterior. Se lava rápidamente, come un bocado y sale, en busca de Eben. Quiere resolver su incorporación como cazador con Khôradur antes de que los asuntos del reclutamiento lo tengan ocupado.
 

A primera hora de la mañana, Denelloth aporrea la puerta de la cámara donde duerme Eben. Aguarda unos instantes y llama al joven montaraz entreabriendo la puerta.

-¡Arriba, joven Eben! Tenemos un asunto que resolver con el Lugarteniente, si no has cambiado de opinión. Vamos, busquémosle antes de que esté demasiado ocupado.

Me levanto temprano, poco antes de que salga el sol, y tras tomar un austero desayuno, procedo a repasar mis tareas pendientes. Va a ser un día muy largo.

Primero procedo a revisar las obras del castillo y la guarnición, como cada día. Aprovecho para ver si han colgado los carteles y para ver si ya han llegado algunos aspirantes.

Tras hacerlo busco a Walec y le informo de que quiero hablar con Denelloth. También le pido a Walec que se encuentre presente.

-¿El cofre del "Señor de la Guerra" se encuentra a buen recaudo?, ¿ha habido alguna novedad al respecto? -le pregunto

A la mañana siguiente madrugué más que la mayoria al estar descansado y tras avisar a Earnil, nos dirigimos hacia el castillo tras un fugaz desayuno.

No había mucha gente haciendo cola aún, una docena de hombres esperaban, aunque seguían llegando.

Al llegar mi turno cogí lapiz y papel que me ofrecieron y rellené la solicitud con los datos que requerían; nombre y edad, pero al llegar a profesión, no supe que decir.

Profesión?, pensé. Como lo tenía claro, enumeré todo aquello que había hecho en los ultimos años; guerrero, explorador, diplomático, comerciante, aventurero,... resumiendo todo aquello en una solo palabra; buscavidas, esa era mi profesión, si es que tenía alguna.

En el apartado de experiencia militar, señalé que sí, añadiendo justo al lado que también había matado a bastantes hombres. Quizá con esta apreciación sea más tenido en cuenta, pensé sonriendo mientras entregaba la solicitud a uno de los soldados que había por allí.

- Ya he terminado Earnil, ¿cómo vas? Sin esperar respuesta, le dije: Luego nos vemos, voy a desentumecer un poco los musculos. Y dicho esto fui a practicar con mi hacha a un lugar más tranquilo a las afueras de aquel incipiente poblado que buscaba soldados, más de los que yo pensaba necesarios, pero ese no era mi problema.

Estoy en el séptimo cielo, feliz y contento y de repente oigo unos golpes. Miro a mi alrededor pero no veo a nadie, los golpes siguen, cada vez más cerca. De golpe oigo una voz que pronuncia mi nombre y en ese momnto, sobresaltado salto de la cama -"qué?¿Quien?..."- empiezo a decir hasta que reconozco la voz de mi mentor llamandome. Me dirijo hacia él y le saludo con cara de nuevo soñolienta, una vez controlada la situación, o sea, una vez se donde me encuentro, vuelve la morriña a mi mente. -"Buenos días, ya va, ya va.... estaba durmiendo como hacia tiempo que no hacía."- me dirijo hacia mi camastro y me visto, intentqandome quitar la modorra de encima. Una vez vestido y aseado, cojo mi equipo (no salgo nunca sin él) y me dirijo de nuevo hacia Dellenoth. -"Bien, bien... vamos. Me he dormido y a que anoche me costó pegar ojo, con la excitación del día."- digo mientras aflora una leve sonrisa a mi cara.

Y así, sin apenas intercambiar palabra, Eben y Denelloth se dirigen al despacho del Lugarteniente Khôradur, solicitando al guardia dela puerta una entrevista con él.

Acompaño al hablador Russef hasta el castillo, allí relleno los datos que son requeridos para la solicitud de ingreso en el "ejercito" del pueblo. Todavía me causaba gracia esa palabra aplicada a estos pcos hombres reunidos.
Creo que pondre en profesión cazador, sin duda podía, si queria y era necesario, cobrarme unas buenas piezas de muchos animales sin mucho esfuerzo.
Relate mi experiencia como miembro de los ejercitos de Arthedain, el grado de sargento que llege a alcanzar, y la unidad de "vigilancia de fronteras" en la que estuve destinado, recalque la especial misión de mi unidad, provocar el terror y el caos en las filas enemigas y provocar inseguridad en sus lineas de suministro, lo que comunmente se llama saboteador, pense. Una sonrisa feroz recorrio mi rostro, aquellos tiempos fueron realmente divertidos.
Russef me dice algo de ir a practicar, tengo curiosidad por observar su manejo del hacha, te acompaño Russef, llevo muchos dias sin desenvainar mis armas.

Khôradur recibe las primeras luces del alba en lo alto de una de las torres del muro. Acaba de terminar de revisar los avances de la construcción. Pronto la construcción entrará en una nueva fase con la llegada de más trabajadores, y las obras junto al río. Y se podrá retomar la idea de la mejora de las defensas de la aldea.

Por el puente de piedra ya se ven muchos aspirantes formando filas. Los sargentos Gaerel y Halbered les están entregando las hojas que tienen que rellenar, o si no saben escribir, les hacen preguntas para separarlos en grupos.

El Lugarteniente baja las escaleras hasta el patio de armas. Aún es pronto para abrir las puertas. Entonces ve cómo se acerca Walec. -Señor, he liberado diez guardias para ayudar con esta convocatoria ¿cuáles son las órdenes? Ah, Denelloth y Eben le esperan en la puerta de la sala de la asamblea.

Ragi abre los ojos. La luz de la mañana entra por la ventana. Es temprano, pero ya se escucha algo de alboroto desde fuera del castillo. La convocatoria del ejército.

El joven gira la cabeza para decirle algo a Eben, pero de nuevo encuentra su cama vacía. Tampoco está Sir, pero eso es bastante habitual en la niña. Le gusta ver el amanecer junto a las plantas del "jardín de Cani", que es como llama al pequeño huerto que cuida el maestro Ionell con Caäniza, otra joven alumna de la Academia.

-Bien, estupendo, si fuese necesario libera a cinco más, siempre y cuando no quede comprometida la vigilancia del castillo. Vayamos a reunirnos con Denelloth y Eben. -Bajo el tono de la voz y le susurro- ¿El cofre del "Señor de la Guerra" se encuentra a buen recaudo?, ¿ha habido alguna novedad al respecto?

-Sí, Señor. La puerta está protegida por dos de mis mejores hombres. Está a buen recaudo. Yo personalmente he comprobado esta mañana que no ha habido novedades.

Khôradur llega acompañado del jefe de guardia Walec hasta la puerta de la Sala de la Asamblea, donde le están esperando Denelloth y Eben.
 

-Denelloth, Eben, buenos días, espero que la fiesta de ayer no os haya dejado secuelas importantes -sonrío- ¿Todo bien?. Quería ir a visitar a Cerveth para hablar de el asunto que tenemos en común con él, Denelloth -le miro fijamente a los ojos- y quiero pedirle consejo sobre el cofre que Eben y Ragi han traído consigo tras el ataque a la caravana -miro a Eben a los ojos- No quiero que nos llevemos ninguna sorpresa. De paso veremos si Ragi se encuentra en la Academia y vendrá con nosotros para que nos ayude a abrir el cofre, si fuese necesario.

-Por cierto Denelloth -me giro a Walec- y tú también Walec, luego quiero hablar con vosotros dos en privado para tratar de un asunto. No es un asunto importante, así que no os tenéis que preocupar, pero quiero haceros partícipes de una decisión que he tomado sobre la organización militar de Sil Auressë, y más ahora que vamos a aumentar el número de efectivos, bueno, eso espero.

Denelloth asiente y sonríe levemente al saludo de Khôradur, y escucha atentamente sus palabras, los brazos cruzados sobre el pecho. Asiente de nuevo al terminar las instrucciones, esta vez en señal de acatamiento.

-Precisamente sobre efectivos y reclutamiento queríamos hablarte, Lugarteniente -dice Denelloth a continuación, mirando de vez en cuando a Eben mientras habla. -Recordarás que me confiaste tu idea de mejorar la unidad de cazadores, hoy poco más que un grupo informal. El nombre de Eben salió a relucir como una buena incorporación, y me he permitido comentárselo, ya que me ha confiado su intención de alistarse en la hueste de Sil Auressë; pero creo que sus talentos estarán mejor aprovechados entre los bosques y los caminos. Sé que no te parecerá mala idea, pero quería contar con tu aprobación definitiva.

Al escuchar las palabras de Denelloth, miro a Eben y sonrío

-¡Por supuesto!, estoy seguro que Eben será un gran montaraz en el futuro bajo tu mando, es más, tenía pensado que revisases las solicitudes por si había algún candidato que pudiese ser destinado a tu unidad. Evidentemente también dependerá de como vayamos de efectivos en otros puestos, pero todo se puede hablar y organizar. Luego hablaremos sobre esto último.