Partida Rol por web

Sil Auressë

[17.6.2] La Roja Tempestad de la Loma

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07/11/2017, 20:25
[CM] Caldrim

Caldrim asintió y le tomó el antebrazo y luego se fundió en un abrazo con su hermano de batalla. Habían luchado juntos muchas veces y eran amigos, pero en la unidad de Jinetes de Acero la jerarquía de mando creaba una distancia entre ambos. Una distancia que aquí se desvanecía. -La maniobra fue idea de Theon, dijo y su mirada buscó al joven oficial de Arthedain. -Nos ha dirigido bien, igual que el capitán de Lord Echorion.

Luego vio a su hijo sujetando el estandarte capturado, y se acercó a saludarlo efusivamente. -¡Escudero de Cruaidh Maraich! ¡Jinete de los Garan Gwalorn! ¡Hoy ha sido un gran día!

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09/11/2017, 00:47
Tarbrand

Al escuchar las palabras de su capitán, el montaraz no dudó ni un instante a la hora de saber cómo proceder, por lo que dejando a los felices amigos en su reencuentro y tras devolver el cordial saludo a Aaren y a todo aquel que se acercara al joven montaraz, le dijo a Melchtor:

-No diga más mi capitán, yo los atenderé, aunque si es posible creo que deberíamos descansar, yo podré reponer fuerzas y atender a más heridos, y éstos podrán recobrarse -concluyó dando su opinión a su superior y dirigiéndose allí donde se encontraban los heridos más graves, pues sólo podía atender a tres de ellos...

Notas de juego

Dire, gasto mis 3 PP en 3 Curar 10 a los que vea que están peor, no sé si hay tantos o si vamos a tener que continuar, en cuyo caso me reservaría 1 PP para futuros encuentros.

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09/11/2017, 12:12
Agnor

Habían sobrevivido a una batalla improbable. Era una victoria por la que Agnor no habría apostado ni un cobre y, cuando frenó a su caballo y miró atrás, a ese desfiladero cubierto de polvo de piedras y ceniza, y sintió el eco y la enojada vibración de decenas, quizá cientos de bocas aullantes de orcos y lobos, se estremeció. No sabía cómo pero había sobrevivido.

Había estado dispuesto a morir en la carga desesperada, en la entrada del paso y en la última resistencia ante los huargos y, en cada una de esas ocasiones, sintió que el valiente jinete Oromë le regalaba un minuto más. Miró al cielo y buscó a su hermano y a su padre, que sin duda le habían estado observando y esperando. Esos guerreros estarían asintiendo, complacidos.

— No aún, padre. No aún, hermano —murmuró, orando a sus ancestros—. No ha de tardar el momento, pero no ha llegado todavía. Y a fe mía que si seguís velando así por mí, no será tampoco mañana. —Sacó un paño y limpió la sangre de la espada de los Guthild. La sujetó por la empuñadura y la punta y la elevó a las nubes, ofreciéndola.— ¡Dadme más amaneceres y seré digno hijo de los Guthild!

Tiró el paño. Estaba demasiado sucio después de tantos días limpiando sangre de troles, orcos y lobos. Sangre impura, malvada, negra. Miró al desfiladero y sintió deseos de entrar y recuperar el cuerpo de aquel huargo que había matado de un golpe, enseñándole el significado de la justicia y el acero de los hombres libres. Pero sería imposible: estaría enterrado bajo toneladas de rocas y totalmente destrozado. No, no podría hacerse una emblemática capa de piel de lobo que le recordara siempre aquel día.

Pero miró al norte y pensó que aquello no había acabado y que, quizá, todavía tendría la oportunidad de manchar su espada y hacerse una capa que, más que de la batalla del paso, le definiera como veterano de toda la guerra de Sil Auressë. Las palabras de Brangon, una de las caras que reconocía del pueblo, lo confirmaban: la gran batalla todavía estaba librándose y Sil Auressë seguía sediento de ayuda.

A pie o a caballo, los hombres iban llegando al punto de reunión. Algunos estaban heridos pero todos, de un modo u otro, eufóricos. La victoria había sido tan grandiosa como inesperada.

— ¡Tomad un respiro y cubrid las heridas! ¡Pero no bajéis la guardia! No hace falta recordaros que el enemigo está ahí mismo, a un galope de huargo y tiro de flecha.

*Ordenó un improvisado campamento de campaña: unas fogatas para calentar los huesos, hervir agua para los heridos e incitar al compañerismo y la comida. Dispuso algunos exploradores atentos en las cercanías para vigilar posibles movimientos del enemigo. Hicieran lo que hicieran los orcos, retirarse o continuar, es posible que mandaran bandas de oteadores para ver qué se estaba gestando al otro lado del paso.

Buscó alrededor a los capitanes. Había que hacer nuevos planes.

Pronto volveremos al camino —avisaba.

Notas de juego

*Me permito este párrafo logístico. Si no es conveniente por tiempos o exigencias del guion, bórrese o ignórese.

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09/11/2017, 14:42
[SA-ej] Cirian

El veterano cazador le dio algunas palmadas en la espalda a Agnor. -Habéis llegado justo a tiempo, comentó. -No entiendo cómo lo habéis logrado, pero ha sido algo extraordinario.

Luego se acercó a los caballos que había sueltos. La mayoría de los jinetes habían desmontado en cuanto tuvieron permiso, para descansar sus piernas, quitarse un momento las pesadas protecciones metálicas. El casco. Simplemente respirar.

Cirian quitó las sillas de algunos de los caballos que parecían más exhaustos y los llevó hacia un arroyo cercano.
 

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09/11/2017, 14:45
[Gi] Melechtor

El capitán caminaba en solitario entre sus hombres tirados por el suelo en el campamento improvisado. Les saludaba uno a uno, dirigiéndose a cada uno por su nombre. Eran como hermanos para él, y todos habían cumplido. Al mismo tiempo, hacía recuento de heridos. Y de los que ya no estaban. -Hasgon... musitó entristecido cuando le dieron la noticia.

-Descansad lo que podáis, pero no podemos quedarnos aquí más de una hora, dijo ensimismado y observaba la meseta que había dejado atrás. -Aquella colina no les frena mucho tiempo...

Luego se quedó hablando con Eärnil, y le escuchaba mientras le informaba de la situación en Sil Auressë y alrededores. Eärnil había estado en las reuniones tácticas previas a esta ofensiva de los orcos, y luego había acudido al Paso a ayudar. El rostro de Melechtor se emsombreció aún más con cada palabra que escuchaba, y miraba de vez en cuando a Agnor y a Tarbrand, sus hombres de confianza... Y a Theon, a Aaren y a Caldrim. Todos ellos habían sido decisivos en las batallas que habían tenido. Y ahora los iba a necesitar de nuevo.

Le dio las gracias a Eärnil y comenzó a caminar hacia sus hombres. -Dadles agua a los caballos, hay un arroyo a unos cuatro cientos pasos en aquella dirección, dijo a algunos jinetes.

-Agnor, Tarbrand, Theon, Caldrim y Aaren. Conmigo.

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09/11/2017, 15:02
Agnor

Agnor llevaba a Atreo de las riendas y lo dejó en manos de uno de los hombres que llevaría a los caballos a abrevar.

— Refréscate y vuelve a por una manzana —le dijo al corcel.

Se quitó los guantes y el yelmo de cuero para desentumecerse. ¿Cuándo fue la última vez que no se vestía con comodidad? Alguien le ofreció un pedazo de pan y unas frutas desecadas, que agradeció y, masticando, se acercó al capitán Melechtor. Era el momento de planificar el siguiente paso.

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09/11/2017, 15:23
Theon

Se alejó de las piedras y del fuego, de los cadáveres de las bestias y de la pesadilla que había significado esa batalla. Uruk, trolls, orcos y huargos habían sido sus enemigos, y en un número incontable, pero de algún modo estaba allí, vivo. Era eso a causa de los dioses o lo que fuera que estaba allí arriba? Theon estaba convencido que no, el cielo también había estado en su contra trayendo la noche en pleno mediodía. Había sido el valor de esos hombres, el trabajo organizado entre todos ellos, la habilidad en combate de cada uno y la dirección inteligente de los que tenían esa responsabilidad. Miró atrás por última vez y se dijo Dol Tinare aún tiene esperanza.

Intercambió un saludo con el norteño - Lo has hecho muy bien, dirigiste la embestida contra la retaguardia con éxito y defendiste el paso como nadie, lo felicito sargento- escuchó sus propias palabras y le resultaron demasiado formales, algo en el campo de batalla era muy distinto a lo que vio en la academia militar. Acercó su caballo hacia él - Me alegro que lo hayamos logrado, Agnor!- y estrechó con firmeza su antebrazo. Lo mismo hizo hacia Tarbrand - Vaya que has cometido una locura al entrar a esa nube en plena oscuridad, pero aquí estas, eres todo un héroe- . Tras el saludo los dos se adelantaron, y él avanzó en un trote lento hacia el final del desfiladero.

Los jinetes de acero le dieron alcance - Si que ha sido una proeza atravesar el frente y eliminar en la misma maniobra a los líderes. El premio es un horrible estandarte... - rió al verlo - pero recuperar el yelmo tiene un valor incalculable para los hombres libres- luego estrechó su mano también con ellos - Caldrim, Bakar, ha sido inolvidable luchar a su lado, gracias por haber confiado en mí- sabía que esos hombres tenían mucha mas experiencia que él, y que no sentían simpatía por el ejército rojo, pero le habían dado a Theon una oportunidad, y sin saberlo habían logrado que el noble diese lo mejor de sí para dirigirlos.

Durante un tramo estuvo solo, en compañía de su caballo y del silencio. El animal había sido raptado ya no se acordaba cuando, junto a los lobos de Arthedain, y estaba con él gracias a la ayuda de los hombres que lo dieron todo en la batalla que acababa de concluir. Recordó a Hasgón, quien había combatido a su lado y que había caído con heroísmo. Recordó la misión que Minastir le había encomendado, las conversaciones en Fornost con Lord Echorión, las cartas con su tío Lord Barahir, la estrategia que había armado con su hermana, todo ello ahora cobraba un nuevo significado, y Theon, de un modo inexplicable, había dejado de ser un espectador para pasar a ser parte de la historia de esas tierras que apenas conocía, pero que eran parte de él. Se preguntaba si las cartas que envió a cada uno de ellos para solicitar ayuda en la batalla llegarían a tiempo o no, pero eso era algo que no podía saber.

Adelante vio el reencuentro entre padre e hijo de dos personas que apreciaba.  Cathael seguía con vida, recordó que él mismo lo había enviado con Aaren para evitar que tuviese que combatir en el frente del campo de batalla, un gesto hacia Caldrim que hizo posible que tuviesen más días por delante juntos. Detrás de ellos se acercaba un montaraz. Aceleró su paso y ambos amigos se abrazaron en silencio por un tiempo, habían compartido mucho esas semanas, la sangre de ambos se había derramado una y otra vez combatiendo por la misma causa - Hermano, no sabes cuanto me alegro de verte - los ojos de Theon se enjuagaron por unos segundos en el reencuentro con Aaren, a quien en un momento dio por muerto, pero no afloraron mas palabras, tal vez en una taberna en pocos días podrían recordar esto entre risas y anécdotas, pero ahora no era el momento, el fantasma de una nueva batalla los acompañaba.

Finalmente llegó hasta Melechtor, y junto con Caldrim le entregó el estandarte con el yelmo - Capitán... lo hemos logrado - volvió a emocionarse, el líder de ese ejército había puesto sobre él una gran responsabilidad, había confiado en su capacidad pese a su inexperiencia, y Theon había hecho todo lo posible para estar a la altura de sus expectativas. Su padre había muerto hacía décadas, sus recuerdos de él se habían extinguido casi, pero ese día, el hombre de Echorión había logrado hacerle sentir que tenía uno. Se mantuvo con rectitud frente a él, sin ocultar la satisfacción por verlo con vida tras la sangrienta batalla.

Agnor había organizado unas tiendas, Tarbrand estaba curando a algunos heridos, Aaren descansaba disfrutando de la naturaleza y de la pequeña victoria. Él los contemplaba de lejos, se quedó en las cercanías del Capitán, su alegría y compromiso era similar al de ellos, pero lo plasmaba diferente, intercambiando detalles de la batalla con aquél que le había enseñado a dar un paso mas allá de sus propios límites. Pronto sobrevendría un nuevo combate, muy pronto.

El momento inevitable llegó, y Melechtor volvió a convocarlos para organizar los pasos a seguir, él junto a sus compañeros acudieron de inmediato.

 

Notas de juego

Vaya, si que tardé en escribir, ahora hay 3 mensajes mas !!!

Editado:

Agregué último párrafo para continuar la acción.

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10/11/2017, 21:14
[CM] Caldrim

-Es cierto que el estandarte es horriblemente feo, contestó Caldrim a Theon. Además, la tela estaba quemada y hecha jirones. No obstante, el yelmo enano que lo coronaba seguía intacto. Caldrim lo sacó con cuidado, y lo tuvo en su mano mientras llegaban los demás.

-Es el yelmo del enano Tagli, forjado en el reino de Moria. Cardolan tiene sus propias leyendas nacidas en estos tiempos oscuros, y la historia del enano que derrotó a Dagorhir en combate singular la he oído en numerosas ocasiones. Por desgracia, el Señor de la Guerra sobrevivió y organizó una búsqueda a gran escala para cobrar su venganza. Y finalmente lo logró, y el enano fue atado a una mesa de piedra y sus brazos y sus piernas fueron cortados en la guarida de Creb Durga y dejado como aviso para los que osaban desafiarle. Ya entonces, la Alianza de los Señores Aliados había sido formada, y era el principio del fin para Dagorhir.

Lo miró un tiempo para poder entender la importancia de aquel símbolo para el enemigo, y ahora para los hombres.

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10/11/2017, 21:16
Director

Los saludos y los abrazos dieron paso a una sensación de tensa calma, de alivio por seguir vivo pero sin olvidar a los que se habían quedado en el otro lado. Ya ninguno de los caballos tenía jinete, pero en el suelo no había tantos caballeros como caballos. Algunos habían llegado solos. Un total de seis hombres faltaban, además de Hasgon y Aelloth, quien había seguido en dirección a Sil Auressë nada más cruzar el Paso llevando consigo las valiosas misivas.

Mientras Tarbrand terminaba de atender a algunos heridos, Melechtor preparó un sencillo mapa de la situación según le había informado Eärnil.

El enemigo contaba con dos huestes. Y posiblemente más jaurías de huargos para hostigar los alderedores del castillo. Una de las huestes, la que iba a traer las máquinas de asedio, se había quedado atrapada de momento al otro lado del Paso. Y la otra era que llegaba del Oeste.

Sil Auressë estaba formado por una aldea y un castillo en una colina cercana, y ambos estaban separados por un río. Resultaba que el castillo no estaba terminado ni mucho menos, y tal vez por ese motivo el comandante de las tropas de había optado por sacar todo el ejército de Sil Auressë y buscar plantarle cara a la hueste occidental en una batalla campal.

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10/11/2017, 21:17
[Gi] Melechtor

-El comandante de Sil Auressë es Lord Khôradur, al que se le conoce también como “el Corsario”, comentó Melechtor. –Tiene fama de buen estratega, y coincí con él en la Batalla de Metraith, donde nos arrebató el Palacio de Thalion y parte del fuerte con muy pocos hombres. Me imagino que ha tenido motivos para abandonar el castillo y mover las tropas hacia un punto indeterminado en esa zona hacia el oeste desde Sil Auressë. Tal vez quería evitar un asedio, o sorprender a los orcos. Lo desconozco.

El capitán resopló. Las dos rutas posibles eran claras. O bien ir directos a Sil Auressë, o bien avanzar hacia la posición de Khôradur y el ejército de Sil Auressë, y tal vez sorprender nuevamente al enemigo.

-Sé que todos están cansados, y que somos menos ahora que antes de la Loma. Y que siendo tan pocos, no se nos puede exigir cargar por segunda vez contra un enemigo tan numeroso. No era nuestro cometido, pero es lo que nos ha tocado. Miro a mis hombres, y veo el cansancio, veo alivio y también las ganas de celebrar la victoria lograda, y al mismo tiempo el temor de una nueva batalla para la que no estamos preparados. No obstante, es el camino que vamos a tomar.

Era lo que sentía el capitán, aunque a menudo cuando uno sabía cuál era el camino y aún así pedía consejo, era porque le faltaba valor para tomar la decisión que sabía que era la que necesitaba tomar.

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10/11/2017, 21:18
Director

Encima de sus cabezas, el sol volvió a aparecer por detrás de la esfera oscura. Los hombres alzaron la vista, y en muchos rostros había lágrimas. Aún era una luz débil, pero el día volvía de nuevo.

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10/11/2017, 21:19
[Gi] Melechtor

-Hoy he visto cosas que me hacen pensar que hay fuerzas que no comprendemos que actúan a nuestro alrededor, confesó de repente mientras contemplaba el cielo. –He visto el sol oscurecer en pleno día. También he visto a seis jinetes cargar contra el corazón del ejército orco y salir victorioso. He visto todo un ejército caer ante el valor de unos pocos, y he escuchado el eco de los guerreros del pasado, y los he sentido conmigo como nunca antes. Y cuando me enfrenté a la muerte, perseguido por las manadas de huargos, de repente se detuvieron como por arte de magia. Lo vi con mis ojos.

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10/11/2017, 23:38
Theon

El sol comenzaba a asomarse tras la breve pero absoluta noche que habían presenciado, acaso la pesadilla ha terminado? se preguntó el noble mientras alzaba su vista hacia las nubes que se encendían retomando su vitalidad. Melechtor hablaba de otras fuerzas, pero Theon dudaba que eso fuera realmente lo que inclinó la balanza. Recordó claramente el momento en que dirigió el ataque contra los líderes de la horda, pero no vio a nadie ayudándolos, fue el valor de ese grupo el que acabó con los Uruk y robó el estandarte, cambiando el destino de la batalla. Fue Agnor y su equipo el que detuvo el avance de los orcos para que no tomasen el paso antes que las fuerzas de al comando del Capitan. Fue Aaren, Caethel y Hasgón quienes desde lo alto coordinaron un ataque imposible, contra centenares de bestias. Fue Melechtor y el resto de su grupo el que avanzó contra el frente y penetró el grueso del minúsculo ejército a través de orcos y trols. Fueron las piedras y el aceite los que los defensores de Sil Auresse dejaron caer como emboscada los que detuvieron a los huargos al final. Ningún Valar bajó a pelear por ellos. Hombres, solo hombres. Theon pensaba que tal vez el aullido de esos huargos también tuviese que ver con la acción de un mortal, como todo lo demás. Sólo el sol parecía decir lo contrario, como si a esa larga distancia, la luz y la sombra también hubiese tenido su combate, uno en el que ningún humano había estado invitado a participar.

Sobre la improvisada mesa estaba el yelmo, un símbolo del pacto de los Señores Aliados, que un miembro de su familia, había formado junto a otros Príncipes años atrás - Mi capitán, este yelmo es símbolo de la unión de hombres y enanos en un pacto que unió las fuerzas de todo Cardolan contra el señor de la guerra. Mi bisabuelo Hallas, Ernil de Dol Tinaré, levantó la cabeza de Dagohir cuando se terminó aquella locura, le pido permiso para llevar personalmente este símbolo en la batalla por venir, me comprometo a entregárselo al legítimo Lord de estas tierras cuando asuma, será un símbolo de la unidad y de paz para todo Dol Tinaré, algo que muchos, incluso Lord Echorión, buscamos desde hace tiempo- parecía un comentario irrelevante frente a una batalla que tal vez acabase con la vida de todos ellos, pero para Theon Vilarion, el bastardeado honor de su familia significaba mucho mas de lo que su aparente indiferencia mostraba, y el sueño que compartía con Echorión era su verdadera motivación, algo que iba mucho mas allá del reclamo por las tierras de Girithlin.

Luego se volteo hacia el mapa - Iré con gusto a esa batalla, Melechtor. La hueste enemiga que dejamos atrás no podrá cruzar el paso, deberá buscar otra ruta. Además sus líderes han caído e incluso sus huargos actúan de modo diferente. Puede que se demoren un día o dos en llegar al borde del río que los separa del castillo. Tampoco cuentan con máquinas de asedio, por lo que el terreno jugará a favor para las defensa de Sil Auresse- dijo con cierta esperanza, luego señaló la batalla que estaba teniendo lugar - Distinta es la suerte de Khoradur y su ejército, ellos luchan en el llano, en un ataque frente a frente que no los favorece. Si logramos un golpe lateral, que sea veloz e imprevisto para los orcos, podemos llegar a dispersar la fuerza enemiga y dañarlos antes que caiga el sol, es una buena estrategia para reforzar la defensa y salvar muchas vidas humanas, que serán necesarias para continuar las batallas de los días por venir - para Theon estaba claro que el verdadero final de esa contienda solo vendría cuando llegasen los refuerzos que había solicitado en las cartas que portaba Aelloth,  pues sin la ayuda de Minastir de Arthedain, de Lord Barahir de Dol Tinaré , y del propio Lord Echorion de Girithlin, esa guerra estaba perdida. Hasta entonces solo serían batallas cortas pero decisivas para debilitar al enemigo y ganar tiempo para la llegada de los refuerzos.

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11/11/2017, 19:53
Tarbrand

Tarbrand antes de retirarse para tratar a los heridos, respondió al elogio de Theon diciendo:

-Hay quienes dirán que soy un temerario -dijo con una sonrisa quitándole hierro a la valerosa acción que emprendió- pero amigo mío, hoy héroes somos todos -concluyó devolviéndole el alago para acto seguido retirarse a tratar como buenamente pudiera a sus compañeros.

Tras regresar, escuchó lo que decían sus camaradas, y contempló aliviado el nuevo salir del Sol, era una inequívoca metáfora de que aunque la sombra lo oculte todo, la luz siempre acabará imponiéndose; o al menos esa era la lectura positiva que hacía el montaraz. Así pues, asintiendo a las palabras de su capitán dijo:

-Estoy de acuerdo mi capitán, ninguno de los dos estaríamos aquí si no fuera por semejante milagro; aunque mi internada para ayudaros fue efectiva al principio, los huargos restantes nos rodearon sin que pudiéramos evitarlo, y habrían cerrado la entrada al paso de no ser porque todos se pusieron a aullar, algo que supuso sin duda la diferencia entre la vida y la muerte -concluyó el dúnedain haciendo incapié en lo liviana que podía resultar ambas antítesis en ciertos momentos.

Acto seguido, escuchando al valeroso Theon, lo interrumpió cuando mencionó al legítimo rey de Cardolan diciendo:

-Sobretodo Echorion... -expuso en referencia a la lucha del príncipe por mantener la paz, para acto seguido volver al plan en cuestión y decir- por mi parte, aunque mi mente necesita un buen descanso, mi cuerpo aún es capaz de grandes hazañas, así que sí mi señor, cuenta conmigo para luchar una vez más, y todas las que sean necesarias hasta la victoria o la muerte -dijo con actitud recia y animosa esperando infundir algo de ánimo en los demás- y en cuanto al ataque en sí, os puedo asegurar que las máquinas de asedio están totalmente destruidas -expuso mirando a Agnor con complicidad- así que una nueva carga sorpresa creo que es la mejor opción, pero no debemos alargar el combate en el llano más de lo necesario, nuestro principal objetivo, y así debemos comunicárselo a las tropas de Sil Auressë, es que aprovechen nuestra distracción para que se retiren a la ciudad, pues allí estarán a salvo y podremos reagruparnos de forma efectiva y luchar más favorablemente ahora que sabemos que tardarán mucho en volver a acometer sus murallas, tiempo que sin duda servirá para que nuestros aliados convocados por Theon acudan a la llamada -concluyó esperando que todos estuvieran de acuerdo, pues alargar la batalla en el llano sólo les llevaría a la muerte...

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13/11/2017, 12:36
Aaren

Los minutos pasaron, y los reencuentros dieron paso a los preparativos y a las reuniones.

Había llegado el momento de los estrategas y yo no era ajeno al papel que me correspondía jugar.

Seguí al resto hasta la presencia de Mellechtor y me senté en un saliente de roca, no muy lejos de Theon y el Capitán. Desde allí, en silencio, atendí con curiosidad a las palabras de los hombres que estaban llamados a decidir el Destino de Sil Auresse y los guerreros que allí se habían congregado.

A pesar de que entendía a grandes rasgos cuales eran los problemas que se dirimían y era capaz de inferir algunas de las consecuencias derivadas de optar por una u otra elección. No quise decir nada.
Era consciente de que mis nociones sobre estrategia, a pesar de lo mucho que había aprendido acompañando a Theon los últimos meses, distaba mucho de igualarse a la de aquellos hombres que habían sufrido y hecho la guerra prácticamente desde la cuna.
Lo único que podría aportar en aquella situación seria confusión y lo más que podría obtener, indiferencia aparte del hecho de poner en evidencia mi propia incompetencia sobre la materia.

Así pues, deje que mis compañeros opinasen mientras yo me esforzaba por limpiar mis botas y poner a punto mis armas.

El sol empezaba a asomar su amplia sonrisa a través del oscuro tul que lo cubría, como una luna maligna y ponzoñosa.
Era como si la misma Varda hubiese empezado a correr el telón de un función que se había dado por terminada con demasiada prisa.

Una espontanea y sincera sonrisa asomo a mi rostro en cuanto los primeros rayos del sol bañaron el polvo de mi cara. Una vez más podía sentir su energía recorriendo mi cuerpo, llenándome de vida.
Fuera lo que fuera que nos deparase el futuro, ahora lo afrontaría con esperanza, de eso estaba seguro.

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15/11/2017, 15:57
Agnor

La nueva batalla ya estaba a la vista y era, para Agnor, la más importante.

—Partí de Sil Auressë buscando ayuda y vuelvo a ella siéndolo yo mismo —dijo, reflexionando para sí mismo—. Capitán, no se me debe preguntar si voy o no voy, pues ese es mi único camino: el retorno a casa para salvarla o morir con ella. Iría solo si tuviera que hacerlo. Pero sé que me rodean hombres valerosos que no se arredran ante nada, hombres con lealtad a un señor y hombres de espada libre. Todos hemos llegado juntos a este punto por algo, y juntos seguiremos. No puede haber más señales: los encuentros fortuitos que forjan férreas amistades cuando más se necesita, la victoria de unos pocos sobre los muchos y la libertad del sol.

Miró al cielo y sintió la calidez en el rostro. No solo era el calor del sol que caía sobre él, también era el calor espiritual que ese sol derramaba tras liberarse del yugo de la oscuridad. Era como librar de un peso opresor a los miembros cansados y al corazón compungido.

—El sol ha vencido y se ha librado del terrible velo. Porque quiere vernos cabalgar y sabe que será testigo de grandes gestas. No le defraudemos —dijo, con solemnidad—. Sin máquinas el asedio les será difícil. Sin máquinas y sin orcos, les será imposible. Aliviemos a lord Khôradur de su pesada tarea. Acabemos con ellos.

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15/11/2017, 23:12
Director

Los ojos del capitán Melechtor recorrían los de cada uno, lentamente. No le daba miedo la responsabilidad del mando, y tampoco se atrincheraba en la soledad de quien tiene la vida de todos en sus manos. Era dado a pedir y escuchar consejos, aunque en aquel momento lo que más anhelaba era recibir ánimos y coraje de sus alegados. Y así fue, una vez más. Todos juntos. Era imposible prever hacia dónde les iba a llevar el destino a cada uno, pero Melechtor siempre iba a recordar aquellos gestos de complicidad y de apoyo, y las palabras pronunciadas desde el corazón. Solamente esperaba estar a la altura…

En silencio, pasó por delante de cada uno y les tocó el hombro a todos. Un saludo fraternal, sin palabras, pero que el capitán confiaba en que podía transmitir el afecto y el orgullo que sentía por cada uno. Terminó la pequeña ronda con Theon, y tomó el yelmo de Tagli en sus manos, y comenzó a caminar hacia el resto de la unidad. Iba cabizbajo, pensando en las palabras que iba a decir.

Encontró una piedra algo más lisa, y se subió encima. Los hombres de la unidad, todos ellos, se dieron cuenta y formaron un círculo a su alrededor. Quedaban 27 jinetes en total, contando los dos heridos. Además, estaban algunos de los defensores de Sil Auressë, y faltaban por llegar los que iban con el sargento Halbered.

Notas de juego

RECUENTO DE TROPAS

INICIAL: 28 caballeros (Melechtor 22, Theon 6), luego 5 por el flanco de Agnor y 3 a pie (Haggon, Cathael, Aaren).

THEON: Bakar, Caldrim, JT1, JT2 (herido), JT3, JT4 => suman 7 porque se unió uno de Melechtor

MELECHTOR: JM1, JM2, JM3 (Seinwin), JM4, JM5, JM6, JM7, J1, J2, J3+J4 (1 herido, en un caballo), J5, J6, J7, J8 => SUMAN 16

AGNOR: Tarbrand, Aelloth, JA1, JA2 => suman 5

MUERTOS: JM8, JM9, JM10, JM11, JM12, JM13, HASGON

FALTA: AELLOTH

Quedan 27 jinetes (CONTANDO LOS PERSONAJES) DE LOS CUALES HAY 2 heridos. Además hay un par de caballos sin jinete, y el caballo de Eärnil. Y los defensores de Sil Auressë.

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15/11/2017, 23:14
[Gi] Melechtor

-¡Escuchad!, comenzó Melechtor, -Cuando os miro, me doy cuenta. Somos la prueba de que en Cardolan quedan hombres valientes. Hombres de honor, capaces de vencer a la oscuridad.

Alzó su dedo hacia el cielo, y en la otra mano sujetaba el yelmo. –Llevamos sobre nuestros hombros la historia de nuestros antepasados, que forjaron este reino a sangre y a acero. ¡A sangre y a acero! Siempre ha sido el sino de Cardolan.

-Bien es cierto que la sangre de Númenor ha menguado, que apenas quedan dúnedain y muchos de los soberanos en estos tiempos aciagos no han sido dignos de nuestra lealtad. Hemos padecido a los malos gobernantes, a la Gran Plaga, las guerras mezquinas, la hambruna… Todo eso pesa como el yugo sobre esa tierra herida. Herida, pero aún respira. Y puede volver a levantarse. Con hombres como vosotros, lo hará.

Melechtor intentó incluir en su discurso a los que no formaban parte de las tropas de Echorion, como Theon y Aaren. Se detuvo en ellos, y en luego en Caldrim y en Bakar para añadir: –Hombres que no han tenido un señor honrado a quien jurar lealtad, pero que jamás dejaron de ser leales a esta tierra. Porque creyeron que un nuevo comienzo era posible, aún sin saberlo lo creían. Una visión como la que Lord Echorion compartió conmigo, pero que hasta este día, hasta hoy, no lo había visto con toda claridad. No soy un hombre de discursos, pero hoy se me han abierto os ojos. ¡Hay fuerza y coraje en Cardolan!

Agarró el yelmo y se lo mostró a los presentes que ya sabían que era el estandarte de los orcos. -¡Y a partir de hoy, el enemigo lo sabe! ¡Cantarán canciones sobre nuestras gestas y muchos se unirán a la lucha! Veo aquí hombres libres. Unos con el ribete rojo, otros que con su espada han jurado a otros señores o causas. Todos hombres de honor. Todos hombres de Cardolan.

Entonces elevó la voz aún más. –Queda un último esfuerzo, pero esta vez no lucharemos solos. Los orcos están llegando a Sil Auressë desde el oeste, y el ejército de Khôradur ha plantado cara a aquella hueste en una batalla campal. Son hombres bien equipados, y luchan por sus tierras, y por sus familias. Por sus sueños, y por el futuro de todos. Hombres de honor, y de casta. Hombres como Agnor, quien fue enviado a solicitar ayuda. Así que vamos a cabalgar una vez más, sin descanso. Todos juntos aprovechando las horas que quedan de este día corto partido por la mitad por el oscurecimiento del sol. Iremos todos los jinetes, excepto los heridos si no pueden luchar. También se nos pueden unir algunos de los que han estado defendiendo el Paso. Pero iremos ligeros.

Por último, tuvo unas palabras para honrar a los caídos. Nombró a Hasgon, y a los otros seis. –Ellos creyeron en un sueño, y algún día ese sueño se hará realidad. ¡Por ellos cabalgaremos! Como el viento que llega desde el Gran Mar y azota estas tierras altas, nosotros vamos a levantar un viento huracanado y cambiar el curso de esta guerra, y el del futuro de Cardolan. Hoy somos uno. ¡SOMOS GARAN GWALORN!

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17/11/2017, 13:13
Aaren

Las palabras de Melechtor elevaron los corazones de todos los que allí nos encontrábamos.

Era cierto que algunos de nosotros, como era mi caso, no rendíamos vasallaje a Echorion ni a ninguno de los otros señores que en aquel momento se disputaban la soberanía del reinado de Cardolan.

Sin embargo había algo en las palabras de aquel hombre, en su decisión, que nos afectaba a todos por igual.
No eran sus ideales, ni la visión que compartía con Echorión lo que me removía por dentro, sino su determinación.
La determinación de un hombre que luchaba por una ambición, un deseo. Podía leer la voluntad de fuego que ardía en sus ojos , que brillaban con un fulgor dorado a causa del sol crepuscular que en ellos se reflejaba.

Una ambición que nos unía a todos, porque más allá de los anhelos personales y las pleitesías rendidas, existía una necesidad muy fácil de entender. La sombra amenazaba nuestro mundo. Un mundo habitado por lobos, águilas y toda clase de seres diferentes. No importaba quien lo gobernaría cuando la oscuridad hubiese sido expulsada, porque lo importante era desterrarla para siempre de los confines de la Tierra Media.
Se trataba de una lucha del bien contra el mal. Y aquel hombre fuese cual fuese su vestimenta, representaba el bien en todos sus aspectos.

Todavía enardecido por el recuerdo de Hasgon y el valor de quienes habían perdido sus vidas aquel día. Y comprometido por los que seguían luchando a pesar de las adversidades, dí un paso al frente hacia el Capitán y dirigiendome a todos desenvainé mi maza de combate y la sostuve en alto.

¡Mi ojos, apenas empiezan a acostumbrarse a la luz del día tras años sumidos en la penumbra...
Mis pensamientos, no saben de juramentos ni lealtades. No conozco a vuestro señor Echorion, ni tengo consciencia de cual era su visión...
Mis pies, jamas han hollado otras tierras que éstas donde nos encontramos, no muy lejos de donde vine al mundo...
Mis manos, no han aprendido más que a trabajar la tierra y el verde, y tal vez desafiar a aquellos que se interponían en su camino...

Pero hoy os hago este juramento hombres libres de Cardolan:

Mis ojos enfrentarán a la sombra una vez más...
Mis pies caminarán por el sendero que que vos me marquéis...
Y mis manos lucharán con vosotros en este día aciago!

Entonces miré a los ojos directamente a Mellecthor y extendí mi brazo ofreciendo mi arma como un símbolo.

...Porque hoy, mis pensamientos son uno con los vuestros mi Cápitan.
¡Por la gloria de los hombres buenos y por las cosas buenas que todavía perduran en nuestro Mundo, yo iré a la guerra contra la sombra...y he de volver con los míos a la luz del nuevo amanecer, o perecer en el intento!


Por Sil Auresse!! Por la luz que retorna!!!

Notas de juego

Juro mi lealtad no a Echorion, sino a Mellecthor, quien ha luchado a nuestro lado, desde ahora hasta que termine esta batalla. Ese es mi compromiso. ^^

Me falñto el grito de guerra espartano, pero podeis sumaros a la fiesta xDD

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17/11/2017, 21:05
Tarbrand

El montaraz tenía el corazón rebosante de animosidad ante tamañas palabras de sus compañeros, sin lugar a dudas estaba completamente de acuerdo con ellas, pues desde que empezaron sus acciones contra el enemigo no habían dejado de demostrar la noble casta de la que estaban hechos. Así pues, llevándose el puño al pecho con notable fuerza y una expresión de orgullo en el rostro dijo:

-No seré tan eminente en palabras como lo han sido nuestro capitán y el joven Aaren; pero si os digo una cosa, preferiría librar mil batallas con vosotros a librar una sola acompañado de centenares de hombres sin honor; cada paso que hemos dado nos ha dotado de honor y gloria, y algo más importante, fraternidad; pues no me equivoco al pensar que todos los aquí presentes daríamos nuestra vida por el que combate a nuestro lado y un ejército con semejante entrega, aunque no sea numeroso, es aún más temible que cualquier número de orcos por cuantiosos que sean, pues no debemos olvidar que mientras a ellos los empuja el mal y la destrucción, a nosotros nos impulsa el bien y el orden, conceptos que llenan de esperanza nuestros corazones y al contrario de lo que ocurre con los servidores de Melkor, nos dotan de una entrega incomparable... -concluyó esperando al menos animar la mitad de lo que lo habían hecho sus compañeros.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Máster me he equivocado al tirar el hechizo de curar y tire primero los puntos que curaban, supongo que no importa, pero para que lo tengas en cuenta. En cuanto a la tirada de hechizo, no he puesto bono, pues supongo que los lanzo a tope de concentración más mi bono base; así que mientras no sea pifia supongo que acierto.

Pd: los hechizos de curar son para los dos heridos, el que esté menos grave que se quede con el 4, y el otro con el 8.