Partida Rol por web

Sil Auressë

[17.6.2] La Roja Tempestad de la Loma

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26/03/2017, 19:26
[OI] Profecía

Y raudo hacia su crepúsculo el Sol declinó
Feroz se volvió el ventarrón. Sus rojas banderas
de sus astas arrancó. El acero ya no más
(ni oro ni plata, ni escudo brillante),
en la oscuridad perdido, la luz reflejaba,
mientras enemigos fantasmales con voces malignas
en la penumbra se congregaban. El capitán alto
gritó cual trompeta. Salió su voz clara,
sonando en las rocas sobre el viento rugiente
y el fuerte trueno: "¡Cabalgad a la guerra,
anfitriones de la ruina, proclamando vuestra furia!"
¡Enemigos no tememos, ni sombras malignas
de oscuras montañas encantadas por demonios!
¡Esuchad ahora colinas y bosque gris,
piedras horribles de antiguos dioses
inmensos y sin esperanza, escuchad y temblad!

¡Del Norte viene la guerra que ningún viento acobarda,
la fuerza y el propósito que ninguna niebla detiene;
Protector de las tierras, luz en las tinieblas,
hacia aquí cabalga el Exiliado!" Los ecos despertaron.
El viento cesó. Las paredes de roca al grito respondieron.

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26/03/2017, 20:13
Aaren

Turno 6D

Los últimos metros se hicieron eternos, por momentos parecía que la pared del acantilado se alejaba más y más de donde me encontraba. El cielo se hundía sobre mí y las blancas nubes que antes me sonreían inquietas, se habían transformado ya en cúmulos de polvo y arenisca que lo envolvían todo, asfixiándome entre sus brazos.

Entonces un sonido como de mil trompetas poderosas retumbó entre las paredes del paso. Era un cuerno, el cuerno de Melechtor!
Al oírlo, mi paso se ralentizo, casi por instinto...todavía no es tarde para nosotros, pensé.
Pero en ese mismo instante sentí una punzada desgarradora en mi espalda. El impacto me hizo gritar de dolor, como no recordaba desde mis años en cautiverio.
El dolor me aturdía y me resultaba difícil concentrarme en mi objetivo...la cuerda estaba apenas a unos metros...si conseguía llegar a la pared y me quedaban fuerzas para trepar, podría ponerme a salvo de aquellas agujas emponzoñadas...
...no dejaría que me atrapasen vivo, pero si el veneno me derrotaba...la duda me asaltó y un gran temor se apoderó de mi corazón. Tenía que alcanzar la cuerda y asegurarme de trepar los metros suficientes como para no sobrevivir a una caída...solo asi evitaría que pudiesen capturarme.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Siento la demora, hice el post en cuanto me fue posible ^^´

Mierda, el post estaba hecho, pero la tirada no...me temo que el veneno me va a paralizar...y salvo que haya alguien cerca que me ayude, estoy jodido. Y con la batalla a punto de estallar eso será jodido T.T

Vaya mierda, se suponia que la nuestra era la mision más facil y voy a morir sin pena ni gloria ^^´

En fin, rol es rol, y de cualquier forma estoy disfrutando mucho de esta escena.
Estaré atento a la resolución por si se da el milagro :)
Estupenda partida Master^^

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27/03/2017, 03:30
Theon
- Tiradas (2)

Notas de juego

La primer tirada salio un poco alta, no? XD. Error al colocar los datos, vale la segunda.

Master, en la descripción el eclipse pasa después de la primer carga, verdad? Eso todavía no sucedió y si? Digo porque mi post se vería afectado si algo semejante pasa en el cielo. 

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27/03/2017, 14:57
Tarbrand
- Tiradas (5)

Notas de juego

Bueno, en el primer ataque me ha salido buena tirada y buen crítico, a ver si hay suerte XD; en el segundo ya no tanto.

Dire, he tenido en cuenta sólo la habilidad de combate montado, he mirado por la creación de pj y por el off pero no he encontrado la anterior vez que te lo pregunté, si era exactamente así.

También me gustaría realizar la maniobra de "golpe poderoso", sin embargo tampoco he encontrado el post donde me lo aclaraste (sí, estoy un poco negado hoy XD); creo que requería una tirada y tiempo, ¿no? ya me dirás lo que sea y edito mi post si es necesario.

Lo pongo sólo para el dire, ya luego tú marcas a los demás si lo ves bien.

EDITO: añadida la tirada de montar, la cual sigue resistiéndome XD.

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31/03/2017, 09:41
Aaren

La sangre manaba a chorretones de mi cuello al ritmo que marcaba el latido de mi corazón. Se escapaba de mis manos sucias, manchadas de polvo y arena, que en vano, intentaban taponar la herida presionándola y procurando mantener la flecha en su lugar.

Miré fugazmente a mis espaldas, por encima del hombro, y contemplé con terror como un nuevo grupo de orcos surgía detrás de las paredes del acantilado, desde el paso. Se encontraban muy cerca, demasiado. No estaba seguro de llegar antes de que cayesen sobre mi.

Aturdido y asustado, seguí corriendo, desesperado, trastabillando hacia la cuerda salvadora que colgaba del acantilado que ascendía hasta la meseta.

Cada vez corría más rápido, más fuerte. Mi respiración se entrecortaba por el esfuerzo y mis pulmones emitían un silbido seco, entrecortado, solo interrumpido por el gorjeo que la sangre provocaba al paso del aire.
La arena de la llanura se metía en mis ojos dificultandome la visión y la tierra bajo mis pies se movía a un ritmo vertiginoso.

Sin embargo, algo en mi interior no funcionaba del todo bien...cuando todo parecía precipitarse hacia una vorágine frenética, una parte se negó a bailar al son que la orquesta Orca nos proponía.
¡Era mi corazón!, que ajeno a todo cuanto lo rodeaba, ponía en peligro la alegre sinfonía de la libertad que mi cabeza dibujaba, marcando un tempo mucho mas lento, dando forma a un siniestro réquiem que empezaba a vislumbrarse tras las notas discordantes.

Sin dejar de correr, observé entonces el reguero de sangre que goteaba por mi codo bajando desde la mano que taponaba la hemorragia y pude distinguir en ella un aceitoso brillo verdoso que me resultaba familiar.

¡La flecha estaba impregnada del mortífero veneno paralizante de los Orcos!

Ignorando el dolor y la falta de oxígeno, seguí corriendo, forzando mi cuerpo a un imposible incierto.

A pesar de las exiguas posibilidades de salir de aquella con vida, jamás desistí y seguí hacia delante enfocado en la minúscula cuerda trenzada que se desvanecía en la inmensidad de la pared del acantilado, como si por arte de magia, al llegar y tirar de ella hacia abajo se fuera a abrir una puerta por la que solo yo podría pasar.

Ya casi podía tocarla con mis manos...apenas diez metros me separaban de ella cuando sentí un nuevo aguijonazo en la espalda.
El dolor me hizo gritar como el día en que vine al mundo por primera vez y mis ojos se empañaron en un intento de liberarlo a través de las lagrimas, pero ninguna quedaba ya por derramarse desde mis días de encierro y mi segundo despertar en el lago Nenuial.

Mis manos se movieron instintivamente a mi espalda pero la cota no les permitió alcanzar la flecha para mitigar el dolor. Necesitaba arrancármela cuanto antes para minimizar el efecto del veneno... pero fue imposible.

Haciendo de tripas corazón, me obligué a continuar. Estaba tan cerca...

Por sobre todas las cosas, me aterraba la idea de regresar a las profundidades de Rakhhas-Dûm...la oscuridad, el silencio...los terrores que albergan las profundidades del alma humana eran mucho peores que la muerte.
Si tan solo lograse ascender los metros suficientes como para garantizar mi muerte en la caída, me daría por satisfecho.

Un par de pasos...un par de respiraciones...eso era todo cuanto me separaba de la libertad...

Entonces, las piernas me fallaron....sin avisar. No fue un latigazo, ni siquiera sentí como se adormecían...sencillamente desaparecieron, como se disipa el humo de una pipa con un golpe de aire. Por un instante creí que flotaba, y que los valar me habían concedido el don de surcar los cielos como un halcón para huir de mis enemigos. Pero pronto el mundo se dio la vuelta por completo delante de mis ojos para sacarme de mi error.

Caí de espaldas, rompiendo la saeta que me perforaba la espalda, que rasgó la carne agrandando mi tormento.

Mi cabeza quedo ligeramente ladeada y el mundo se desaceleró, hasta que pronto todo pareció sucederse muy, muy despacio.
Podía ver los rostros torcidos de los Orcos maldiciendo y jactándose de la presa recién tomada. Se acercaban a la carrera, entre vítores y muecas maliciosas. Hice ademan de desenvainar mi martillo, pero cuando bajé la vista solo alcancé a ver mi mano temblorosa...casi inerte sobre mi pecho.

Derrotado y resignado, elevé mi vista al horizonte y me centré en el cielo que se averiguaba más allá de la gasa de polvo que cubría la llanura.
Un charco de sangre se extendía bajo mi cuello y la sangre de mi espalda empezaba ya a teñir de rojo la arena del desfiladero mientras yo esperaba la llegada de mis captores con la vana esperanza de recibir una muerte rápida.

Recé para que la herida del cuello terminase pronto conmigo y me obsequiase con el último aliento antes de que ellos llegasen...
Pero sobrevivir para seguir sufriendo siempre había sido mi castigo...los Valar me habían maldecido con un cuerpo fuerte, lo bastante como para sobrevivir a todos aquellos que alguna vez había amado y para resistir las torturas de los Orcos...no, seguramente viviría lo suficiente como para recibir el tormento de las sombras.

En mi agonía, creí oír a lo lejos el sonido de cuernos y trompetas. En mi cabeza sonaban como cientos de tambores poderosos, que bramasen con la armonía de un instrumento de viento.
Fue entonces que acudió a mi mente mi amigo, y lo imaginé cargando bajo el sol de la llanura, montado en su corcel blanco y enfundado en su brillante armadura mientras su escudo refulgía poderoso por encima de sus enemigos.

Theon y los hombres de Echorion cabalgarían pendiente abajo, galopando desde la amplia llanura central caerían sobre los orcos como una roja tempestad, tiñendo de negro y carmesí las sombras que se extendían a las puertas de Sil Auresse.

Sonreí vagamente ante aquella visión, ignorando el horror que me esperaba. Porque liberado al fin de las ataduras de la tierra, mi espíritu se elevaría finalmente, vestido con las alas del Halcon, y surcaría los cielos de Sil Auresse para presenciar la batalla desde cientos y cientos de metros de distancia, más arriba de lo que ningún hombre o mortal soñaría nunca con estar. Y desde allí, vería a los lobos de Echorion y contemplaría su victoria complacido. El viento del oeste golpearía mi rostro y sentiría los rayos del Sol calentando mi piel antes del ocaso.

Y desde el aire, antes de partir a las estancias de Mandos y al destino que a todos nos espera más allá, podría ver una ultima vez a mis padres...y a mi hermana...y cuando en mi último viaje abandonase la tierra media para siempre, lo haría por el Oeste, sobrevolando las Azules, y allí podría despedirme para siempre de mi amigo Thorian. Y le sonreiría desde el cielo y lo saludaría con un graznido poderoso.

¡Mas, ay de mi...! Pues no estaba en mi sino encontrar el reposo, aun en la propia muerte...
y fue entonces, que en el cenit del poderío del astro sol, las cotas resplandecientes se tiznaron de barro y cenizas, los escudos se rompieron y las espadas se mellaron. Los blancos corceles se encabritaron arrojando a sus dueños a las sombras, los rostros de los seres queridos se oscurecieron y todo cuanto era bello en el mundo, se vio sumido en la penumbra.
Los lobos rojos se encogieron asustados y empezaron a aullar a una luna falsa, que portaba augurios de infortunio.

Entonces un pavor espantoso se apoderó de mi, pues fui consciente que no existía salvación posible...pues en el mundo habitan horrores mucho peores que la muerte. Como la oscuridad...y el silencio...y criaturas que se mueven en las sombras con ojos brillantes y malignos...

Notas de juego

Ok, te lo dejo solo para ti Tingwe, para que le eches un vistazo y decidas si pega bien con el resto antes de compartirlo con todos...me quedó mas largo de lo que esperaba, asi que descansaré un poco después de esto...pero no quería dejar cabos sueltos enlo que puede ser mi ultimo post ^^

xD jaja, habia puesto cagando en vez de cargando en la descripción de Theon...que poco épico por Dios xDD

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31/03/2017, 23:03
Agnor
- Tiradas (3)
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02/04/2017, 17:56
Director

Desde lo alto de la meseta, Eärnil vio a los orcos reorganizarse para recibir la carga. Localizó el grupo de mando en el centro, y vio cómo los arqueros tomaron posición. Eran disciplinados, de eso no había duda.

La caballería que llegaba desde el sur estaba formada por 28 caballeros, divididos en tres bloques. Entonces vio otra unidad, más pequeña, llegar desde el flanco derecho de los orcos. En formación de cuña, 5 jinetes más intentaban colarse hasta la boca del desfiladero. A su paso, había también otros dos hombres luchando con los orcos, y finalmente el que había visto su compañero. El solitario que había llegado hasta la cuerda de la pared de la meseta. Ahora la cuerda estaba atada a su mano, pero sus pies no le sostenían y podía estar inconsciente. Tenía una flecha clavada en la espalda.

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02/04/2017, 18:04
[SA-ej] Brangon

-Las flechas orcas llevan veneno paralizante, dijo Brangon. –Voy a subirlo, ¿no?, añadió y sin esperar respuesta comenzó a tirar de la cuerda. Aunque lo pudo alejar del peligro inminente de los orcos, el viento del lugar hizo que se golpeara contra la pared rocosa y además era blanco fácil para los arqueros orcos. Por suerte, estaban ahora más pendientes de la inminente carga. –¡Mira, están subiendo algunos trasgos!

Efectivamente, algunos orcos subían por otras cuerdas o directamente intentaban trepar la pared. En total eran cinco.

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02/04/2017, 18:07
Aaren

La sangre manaba a chorretones de mi cuello al ritmo que marcaba el latido de mi corazón. Se escapaba de mis manos sucias, manchadas de polvo y arena, que en vano, intentaban taponar la herida presionándola y procurando mantener la flecha en su lugar.

Miré fugazmente a mis espaldas, por encima del hombro, y contemplé con terror como un nuevo grupo de orcos surgía detrás de las paredes del acantilado, desde el paso. Se encontraban muy cerca, demasiado. No estaba seguro de llegar antes de que cayesen sobre mí.

Aturdido y asustado, seguí corriendo, desesperado, trastabillando hacia la cuerda salvadora que colgaba del acantilado que ascendía hasta la meseta. Cada vez corría más rápido, más fuerte. Mi respiración se entrecortaba por el esfuerzo y mis pulmones emitían un silbido seco, entrecortado, solo interrumpido por el gorjeo que la sangre provocaba al paso del aire. La arena de la llanura se metía en mis ojos dificultándome la visión y la tierra bajo mis pies se movía a un ritmo vertiginoso.

Sin embargo, algo en mi interior no funcionaba del todo bien...cuando todo parecía precipitarse hacia una vorágine frenética, una parte se negó a bailar al son que la orquesta Orca nos proponía. ¡Era mi corazón!, que ajeno a todo cuanto lo rodeaba, ponía en peligro la alegre sinfonía de la libertad que mi cabeza dibujaba, marcando un tempo mucho mas lento, dando forma a un siniestro réquiem que empezaba a vislumbrarse tras las notas discordantes.

Sin dejar de correr, observé entonces el reguero de sangre que goteaba por mi codo bajando desde la mano que taponaba la hemorragia y pude distinguir en ella un aceitoso brillo verdoso que me resultaba familiar.

¡La flecha estaba impregnada del mortífero veneno paralizante de los Orcos!

Ignorando el dolor y la falta de oxígeno, seguí corriendo, forzando mi cuerpo a un imposible incierto.

A pesar de las exiguas posibilidades de salir de aquella con vida, jamás desistí y seguí hacia delante enfocado en la minúscula cuerda trenzada que se desvanecía en la inmensidad de la pared del acantilado, como si por arte de magia, al llegar y tirar de ella hacia abajo se fuera a abrir una puerta por la que solo yo podría pasar.

Ya casi podía tocarla con mis manos...apenas diez metros me separaban de ella cuando sentí un nuevo aguijonazo en la espalda. El dolor me hizo gritar como el día en que vine al mundo por primera vez y mis ojos se empañaron en un intento de liberarlo a través de las lagrimas, pero ninguna quedaba ya por derramarse desde mis días de encierro y mi segundo despertar en el lago Nenuial.

Mis manos se movieron instintivamente a mi espalda pero la cota no les permitió alcanzar la flecha para mitigar el dolor. Necesitaba arrancármela cuanto antes para minimizar el efecto del veneno... pero fue imposible.

Haciendo de tripas corazón, me obligué a continuar. Estaba tan cerca...

Por sobre todas las cosas, me aterraba la idea de regresar a las profundidades de Rakhhas-Dûm...la oscuridad, el silencio...los terrores que albergan las profundidades del alma humana eran mucho peores que la muerte.
Si tan solo lograse ascender los metros suficientes como para garantizar mi muerte en la caída, me daría por satisfecho.

Un par de pasos...un par de respiraciones...eso era todo cuanto me separaba de la libertad...

Entonces, las piernas me fallaron....sin avisar. No fue un latigazo, ni siquiera sentí como se adormecían...sencillamente desaparecieron, como se disipa el humo de una pipa con un golpe de aire. Por un instante creí que flotaba, y que los valar me habían concedido el don de surcar los cielos como un halcón para huir de mis enemigos. Pero pronto el mundo se dio la vuelta por completo delante de mis ojos para sacarme de mi error.

Caí de espaldas, rompiendo la saeta que me perforaba la espalda, que rasgó la carne agrandando mi tormento.

Mi cabeza quedo ligeramente ladeada y el mundo se desaceleró, hasta que pronto todo pareció sucederse muy, muy despacio. Podía ver los rostros torcidos de los Orcos maldiciendo y jactándose de la presa recién tomada. Se acercaban a la carrera, entre vítores y muecas maliciosas. Hice ademan de desenvainar mi martillo, pero cuando bajé la vista solo alcancé a ver mi mano temblorosa...casi inerte sobre mi pecho.

Derrotado y resignado, elevé mi vista al horizonte y me centré en el cielo que se averiguaba más allá de la gasa de polvo que cubría la llanura. Un charco de sangre se extendía bajo mi cuello y la sangre de mi espalda empezaba ya a teñir de rojo la arena del desfiladero mientras yo esperaba la llegada de mis captores con la vana esperanza de recibir una muerte rápida.

Recé para que la herida del cuello terminase pronto conmigo y me obsequiase con el último aliento antes de que ellos llegasen... Pero sobrevivir para seguir sufriendo siempre había sido mi castigo...los Valar me habían maldecido con un cuerpo fuerte, lo bastante como para sobrevivir a todos aquellos que alguna vez había amado y para resistir las torturas de los Orcos...no, seguramente viviría lo suficiente como para recibir el tormento de las sombras.

En mi agonía, creí oír a lo lejos el sonido de cuernos y trompetas. En mi cabeza sonaban como cientos de tambores poderosos, que bramasen con la armonía de un instrumento de viento. Fue entonces que acudió a mi mente mi amigo, y lo imaginé cargando bajo el sol de la llanura, montado en su corcel blanco y enfundado en su brillante armadura mientras su escudo refulgía poderoso por encima de sus enemigos.

Theon y los hombres de Echorion cabalgarían pendiente abajo, galopando desde la amplia llanura central caerían sobre los orcos como una roja tempestad, tiñendo de negro y carmesí las sombras que se extendían a las puertas de Sil Auresse.

Sonreí vagamente ante aquella visión, ignorando el horror que me esperaba. Porque liberado al fin de las ataduras de la tierra, mi espíritu se elevaría finalmente, vestido con las alas del Halcon, y surcaría los cielos de Sil Auresse para presenciar la batalla desde cientos y cientos de metros de distancia, más arriba de lo que ningún hombre o mortal soñaría nunca con estar. Y desde allí, vería a los lobos de Echorion y contemplaría su victoria complacido. El viento del oeste golpearía mi rostro y sentiría los rayos del Sol calentando mi piel antes del ocaso.

Y desde el aire, antes de partir a las estancias de Mandos y al destino que a todos nos espera más allá, podría ver una última vez a mis padres...y a mi hermana...y cuando en mi último viaje abandonase la tierra media para siempre, lo haría por el Oeste, sobrevolando las Azules, y allí podría despedirme para siempre de mi amigo Thorian. Y le sonreiría desde el cielo y lo saludaría con un graznido poderoso.

¡Mas, ay de mi...! Pues no estaba en mi sino encontrar el reposo, aun en la propia muerte... y fue entonces, que en el cenit del poderío del astro sol, las cotas resplandecientes se tiznaron de barro y cenizas, los escudos se rompieron y las espadas se mellaron. Los blancos corceles se encabritaron arrojando a sus dueños a las sombras, los rostros de los seres queridos se oscurecieron y todo cuanto era bello en el mundo, se vio sumido en la penumbra.
Los lobos rojos se encogieron asustados y empezaron a aullar a una luna falsa, que portaba augurios de infortunio.

Entonces un pavor espantoso se apoderó de mí, pues fui consciente que no existía salvación posible...pues en el mundo habitan horrores mucho peores que la muerte. Como la oscuridad...y el silencio...y criaturas que se mueven en las sombras con ojos brillantes y malignos...

Notas de juego

copio el post de Aaren aquí para todos como parte de la intro. Muy grande.

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02/04/2017, 18:13
[Gi] Hasgon

Hasgon había escuchado el cuerno, pero apenas pudo ver en medio del caos. Vio una multitud de orcos subirse a la colina para recibir la carga. Vio a Aaren corriendo hacia la pared, y cómo le disparaban algunos. Y a lo lejos, vio a un jinete solitario a caballo clavar lanzas en el suelo para después dirigirse hacia él. Cathael. ¡No!

Alzó la mano para avisarle, y entonces notó el dolor de una flecha orca en el brazo. El veneno hizo efecto rápido, e incluso de recibir los siguientes flechazos ya había perdido la sensibilidad en el brazo. Se cayó de rodillas al suelo.

Así no... Si la batalla no ha comenzado aún...

Eran cinco orcos, y volvieron a cargar las flechas. Con un último esfuerzo, Hasgon sacó su espada. La misma con la que había jurado lealtad a la causa de Echorion. Por fin, había hecho algo de que sentirse orgulloso. Era el fin, lo vio en los ojos de los trasgos.

Y entonces, detrás de los orcos, vio cómo los cinco jinetes liderados por Agnor coronaron la colina y siguieron hacia abajo con velocidad de vértigo. Nada los detendría. Alzó su espada, desafiante.

-¡¡¡HIR ROCHON!!!, el Príncipe Cabalga.

A lo lejos, escuchó gritos...

-¡¡Garan Gwalarn!! ¡¡Tormenta Roja!!

Y entonces una flecha le impactó en la cabeza, y ya no vio más.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Crítico 66D

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02/04/2017, 18:34
[CM] Cathael

Cathael cabalgaba hacia la posición de Hasgon cuando vio cómo los orcos lo acribillaron a flechazos. Cinco dispararon, y luego otros cinco. Por mucho que apresuraba el caballo, no llegó a tiempo y la flecha le impactó en la cabeza, y Hasgon cayó fulminado al suelo.

-¡¡¡¡HAAASGOOON!, gritó. En ese momento, vio cómo los orcos se giraron hacia él. Pero entonces aparecieron veloces como el viento cinco jinetes. ¡El grupo de flanqueo!

Los orcos miraron confundidos como los jinetes pasaron de largo por en medio de los grupos de exploradores dispersos y se dirigían directamente hacia el desfiladero.

-Garan Gwalarn, dijo ensimismado el joven escudero de los Jinetes de Acero. Habían sido las últimas palabras de Hasgon. Ya era tarde para Cathael unirse a la carga liderada por Agnor, pero confiaba en que la batalla que había comenzado le iba a brindar alguna oportunidad.

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02/04/2017, 18:35
Director

La Batalla de la Loma comenzó con la carga de los hombres que llegaban desde el sur. Tres bloques de caballería, veintiocho jinetes en total. Enfrente tenían la hueste orca en posición, ya que los atacantes habían anunciado su llegada.

Otra unidad de caballería, más pequeña, se aproximaba por el flanco derecho de los orcos.

Mientras tanto, los exploradores descubiertos por los orcos luchaban por su vida. Hasgon y Cathael luchaban en tierra de nadie, cerca de la ruta de carga del grupo de flanqueo. Y Aaren había llegado hasta la pared de la meseta, pero allí la suerte le había abandonado.

Notas de juego

Pongo el mapa para todos para situaros.

O1-O4: unidades de orcos normales (unos 40 en cada)
E1-E4: unidades de exploradores/arqueros (hay 20 en cada) (la parte más estrecha es hacia donde miran)
JH1: unidad de jinetes de huargos (8)
círculos: trolls
Rombo: grupo de mando
La cosa con líneas naranjas es la hoguera de los defensores, en lo alto de la meseta. Lo que se ve en medio es el Paso (o la entrada al desfiladero).
Las curvas de nivel están a 6 metros, lo que hay delante del desfiladero es la parte más honda. Donde están los arqueros no tiene demasiada pendiente pero tapa la visión.
Triángulo: posición aproximada de Hasgon y Cathael.
Círculo: Eärnil y Aaren están por esta zona

Cuidado con los destinatarios a la hora de postear.

Cargando editor
02/04/2017, 18:38
Director

Turno 7 D

Hasgon...

Aaren sintió el aire en su cara y volvió en sí lentamente. Recordaba haber visto morir a su compañero. Vio el campo de batalla de la Loma desde la altura de unos quince metros, suspendido en el aire. Sus piernas no le respondían. Un nuevo tirón de cuerda, y subió un poco más y se golpeó de nuevo contra la roca y perdió la noción del tiempo.

Miró arriba, y vio a un hombre tirar de la cuerda otra vez.

Notas de juego

Tira Trepar con -50. Marca a Eärnil en el post, es turno 8D

Cargando editor
02/04/2017, 18:41
Director

Notas de juego

Ya estamos en marcha. Marca a Aaren como destinatario, y el turno que es el 8D.

Cargando editor
02/04/2017, 18:42
Director
Sólo para el director

 

Notas de juego

VPC caballeros Melechtor: nivel 3. Armadura superior (+1), Cultura Civilizada, Moral Alta (+1), Guerreros (0), Especialización (+1), Terreno Campo & Caballería (+3) = VPC total 9.

VPC caballeros Theon: nivel 3 (media). Armadura superior (+1), Cultura Civilizada, Moral Alta (+1), Guerreros (0), Especialización (+1), Terreno Campo & Caballería (+3) = VPC total 9.

VPC orcos (O1 y O2): nivel 3 (hay 3 y 4), armadura normal (0), cultura bárbara (-1), Moral Media (0), Guerreros (0), Terreno (0), Orcos a la luz del sol (-2) = VPC total 1 (mínimo)

VPR orcos (arqueros): nivel 2, armadura normal, bárbaros, moral media, exploradores (-1), terreno, orcos a la luz del sol (-1): VPC total 1 (mínimo)

VPR Agnor: nivel 3, armadura +1, cultura civilizada, moral alta +1, guerreros 0, terreno 0 = VPC 5

COMBATE 1a: Melechtor (22 jinetes) vs Orcos (75% de 80 = 60)
Melechtor VCE = (22x9)/22 = 9 VCE
Orcos VCE = (60x1)/22 = 3 VCE

COMBATE 1b: Theon (6 jinetes) vs Orcos (25% de 80 = 20)
Theon VCE = (6x9)/6 = 9 VCE
Orcos VCE = (20x1)/6 = 3 VCE

COMBATE 2: Agnor (5 jinetes) vs Orcos E4 (20)
Agnor VCE = (5x5)/5 = 5 VCE
Orcos VCE = (20x1)/5 = 4 VCE

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02/04/2017, 18:45
Director

RESOLUCIÓN CARGA INICIAL DEL GRUPO PRINCIPAL

La caballería chocó con la marea orca, y las lanzas impactaron contra los escudos, y la inercia de la carga les llevó hasta la pequeña colina. Pero los orcos se mantuvieron firmes, y a pesar de sufrir más de diez bajas en un primer momento, y el empuje de los caballeros, se mantuvieron firmes. El capitán había enviado a los lanceros experimentados a recibir la carga, pues sabía que si se rompía la formación, el resultado sería desastroso. Aún así, tuvieron que ceder terreno.

Theon dirigió con maestría en su flanco, y además contaba con dos Jinetes de Acero. Acabaron con cinco orcos, pero tuvieron que retroceder ante la lluvia de flechas. Una de esas flechas impactó en el pecho de un miliciano de Dol Tinereb. La herida era grave, pero no hubo tiempo para lamentarse. El hombre se alejaba del combate y tal vez llegaría a ver un nuevo día.

Por su lado, Melechtor vio morir a un jinete que iba a su lado, pero también lograron matar a unos cuantos. Y sobre todo, la atención de los orcos ahora se centraba en su retaguardia. En algún sitio, detrás de la nube de polvo, creyó haber escuchado ruidos de carga y de combate. Agnor y su unidad lo iban a tener algo más fácil.

- Tiradas (10)

Notas de juego

VPC caballeros Melechtor: nivel 3. Armadura superior (+1), Cultura Civilizada, Moral Alta (+1), Guerreros (0), Especialización (+1), Terreno Campo & Caballería (+3) = VPC total 9.

VPC caballeros Theon: nivel 3 (media). Armadura superior (+1), Cultura Civilizada, Moral Alta (+1), Guerreros (0), Especialización (+1), Terreno Campo & Caballería (+3) = VPC total 9.

Orcos a la luz del sol: todos son VPC 1 en un primer momento

COMBATE 1a: Melechtor (22 jinetes) vs Orcos (75% de 80 = 60)
Melechtor VCE = (22x9)/22 = 9 VCE
Orcos VCE = (60x1)/22 = 3 VCE

COMBATE 1b: Theon (6 jinetes) vs Orcos (25% de 80 = 20)
Theon VCE = (6x9)/6 = 9 VCE
Orcos VCE = (20x1)/6 = 3 VCE

Los 4 bandos (2 de orcos y Theon y Melechtor) pasan sus tiradas de táctica. Los orcos retroceden en orden
Bajas atacantes (5% muertos 10% heridos) (los heridos tienen 50% de poder seguir luchando)
Bajas orcos (5% muertos 10% heridos). Hay un 15% rezagados en tierra de nadie fuera de formación.
Melechtor (22) => 21
Theon (6) => 5
Orcos O1 (40) => 34
Orcos O2 (40) => 35
Orcos E1 (20) => 19
Orcos E2 (20) => 18

Cargando editor
02/04/2017, 19:02
[Gi] Melechtor

Entonces sopló sucuerno Melechtor. -Nos reagrupamos, gritó por encima del ruido de la batalla. Se dirigía ahora a su izquierda, tal y como habían planeado. No quería quedarse trabado aún, pues los orcos mantenían firme su posición. Tal vez una nueva carga rompería sus filas.

Al bajar el cuerno de su boca, vio algo en el cielo. ¿Por los Poderes, qué es eso?

¿Qué le está pasando al sol?

Notas de juego

Te recuerdo que tienes libertad para no reagrupar cuando lo ordene Melechtor (por si veías a Agnor y los demás, o el grupo de mando o alguna otra cosa). En este momento, los orcos han aguantado la posición.

Comienza el eclipse, los orcos aún no se han percatado pero les subirá la moral y les quitará negativos de luchar bajo el sol.

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02/04/2017, 19:07
Director

RESOLUCIÓN TURNO 1 CARGA GRUPO FLANQUEO

Agnor lideró la carga en la línea marcada por las lanzas en el suelo. Subieron una pequeña cuesta a una velocidad de vértigo, y acto seguido bajaron hacia el campo de batalla galopando a ciegas. Los jinetes apenas pudieron ver al que tenía enfrente, y todo alrededor pasaba muy rápido. Se cruzaron con pequeños grupos de exploradores, en formación abierta. Pero no se detuvieron, ni siquiera cuando creyeron ver a Hasgon caer a su derecha. No era posible detenerse...

A lo lejos vieron la unidad orca. No parecían de los mejor equipados, y tardaron en reaccionar. Pero cuando lo hicieron, la reacción fue rápida. La andada de flechas que tenían preparada para lanzar hacia los defensores cayó como una lluvia mortal a la pequeña unidad atacante. Uno de los jinetes recibió una flecha que le perforó el cuello, y cayó del caballo que siguió cabalgando sin jinete un buen tramo más.

Cuando llegaron hasta la unidad, los orcos sacaron sus cimitarras y aprovecharon el terreno y los rodearon y saltaban con agilidad encima de los caballos. Tarbrand golpeaba con la espada a diestro y siniestro, y le cortó el brazo de escudo a uno. Pero eran demasiados, y tuvo que retroceder. En medio de la refriega, se había separado del resto, y ahora una decena de orcos estaban persiguiéndole mientras se alejaba a caballo en paralelo a la pared de la meseta. A su lado vio a Aelloth.

- Tiradas (11)

Notas de juego

VPC Agnor: nivel 3, armadura +1, cultura civilizada, moral alta +1, guerreros 0, terreno 0 = VPC 5
Orcos: VPC 1 todos de momento (luz del sol, poco equipados)

COMBATE 2: Agnor (5 jinetes) vs Orcos E4 (20)
Agnor VCE = (5x5)/5 = 5 VCE
Orcos VCE = (20x1)/5 = 4 VCE

Agnor: táctica 45 era lo que necesitabas, te quedas en 31.
Orco: (vaya potra ha tenido): pasa la tirada

Bajas atacante: 15% muertos 15% heridos 15% [prisioneros 15% desaparecidos 10% = 25% separados] lider 10%
(al ser una unidad pequeña, pasa a 30% heridos, 50% de las heridas impiden seguir luchando)
Bando defensor: 5% muertos 10% heridos.
Grupo flanqueo (5) => 4; de los cuales 2 se han separado (Aelloth y Tarbrand)
Orcos (20) => 17

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02/04/2017, 19:35
[Gi] Aelloth

-¡Tarbrand! ¡Por aquí!, gritó Aelloth tratando de recuperar el aliento. Los dos se encontraban a unos treinta metros de los orcos, y de Agnor y el otro compañero. -He visto a Aaren, allí arriba, dijo apuntando con el dedo a un punto de la pared rocosa. Aaren estaba colgado de una cuerda, parecía inconsciente. O peor. Nada podían hacer por él ahora.

-He visto a Cathael antes, de pasada. Ahora no lo veo, ¿tú lo ves?

La situación de Agnor podía volverse desesperada si no lo sacaban de allí. Y un tercer jinete les podía ayudar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de Observación con el post. El eclipse no ha comenzado aún.

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02/04/2017, 19:38
Director

En el último instante, una mala decisión justo antes de cargar le había quitado fuerza al ataque, y los orcos se habían reagrupado rápidamente. Simplemente se habían dado la vuelta, y los arqueros más veteranos ya estaban en la retaguardia.

La lucha había ido mal, y habían tenido una baja en el grupo ya de por sí pequeño. En medio de la refriega, había perdido la pista de Tarbrand y de Aelloth. El otro compañero estaba cerca, golpeando con el martillo. Pero los orcos les perseguían. Llegar hasta el Paso con dos era imposible, necesitaba reencontrarse con los demás, y alejarse de los orcos al menos de momento.
 

Notas de juego

No ha empezado muy bien :( Pero queda combate.

El eclipse no ha comenzado aún. Tirada de Observación en el siguiente post