Partida Rol por web

Sil Auressë

[7.2.] Reuniones y contrataciones

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01/07/2015, 21:16
Director

Con las primeras luces del alba, Ayla se vistió y bajó a desayunar. Tharbad se despertaba a su alrededor. Mientras desayunaba, la elfa reflexionaba sobre el plan de trabajo del día: visita Danroth, reunión con los candidatos para la Academia, y luego a la tarde con los contratistas. Curudae tenía vía libre para cerrar el acuerdo de la compra del terreno, contratar al Chambelán, Jefe de Cocina y lo demás.

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01/07/2015, 21:17
Curudae

Curudae también bajó a desayunar, y los sirvientes les dejaron solos. Ya sólo tenía a dos sirvientes en toda la mansión, y también faltaban la mayoría de los guardias. Su tiempo en Tharbad se acababa. -He dado órdenes para preparar la caravana. El último día completo en Tharbad, mañana por la noche saldremos hacia Sil Auresse. Nunca he tenido tantas ganas de abandonar esta ciudad, ni siquiera cuando me perseguían los siervos de Dagorhir y viajaba con Dirhavel hacia el norte.

-Además, he convocado a varios educadores y maestros interesados en trabajar para la academia. El tema económico está pactado en 8 monedas de plata mensuales para el primer año, y luego subiremos hasta 15 de plata el segundo año y sucesivos. No son grandes honorarios, pero son tiempos complicados para los educadores, y están subsistiendo con uno o dos alumnos dando clases particulares. La ventaja es que posiblemente algunos de sus clientes envíen estarían interesados en enviar sus alumnos a la academia cuando esté.

-Debes decidir qué materias quieras dar. Esto sin contar las artes de la guerra. Te he preparado este documento que resume las cualidades de los candidatos. Otro tema es el cargo del “Director de la Academia”. En un principio está vacante, pero tiene un sueldo de dos oros mensuales. El segundo año contrataríamos a otros tres educadores y subiríamos a alguien de maestro a director. Ah, por cierto, lo de dos educadores es sólo orientativo, no nos va a arruinar contratar a alguno más.

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01/07/2015, 21:18
Director

Curudae le entregó el documento y siguió desayunando en silencio. En hoja aparecían unos nombres y anotación de las aptitudes de cada uno.

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01/07/2015, 21:20
Curudae

-Ayla, he decidido gastar mis últimas veinte monedas de oro en el estandarte. Es mi regalo para ti. Es lo que me quedaba, así que a partir de ahora estamos a merced de lo que nos pueda producir Sil Auresse, y lo que tengamos en tesorería. Es un regalo, así que no aceptaré un no por respuesta.

Se levantó, y sacó un cetro de una caja, y lo miró con resignación. -Es la hora de devolver esto. El símbolo de un poder que ya no ostento. Y al mismo tiempo iré a formalizar el acuerdo de compra, y también incluiré el nombre de Sil Auressë en los documentos. Nos vemos en unas horas. ¿Quieres alguna cosa más?

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01/07/2015, 21:20
Ayla

-No Curudae, parece que ya todo está hablado, vamos a ponernos manos a la obra, a terminar de conseguir recursos y contratar personal y mañana partiremos a Sil Auressë...

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01/07/2015, 21:21
Director

Curudae salió a realizar las tareas acordadas, así como dejar terminadas cosas que tenía pendientes. Le acompañó su sirviente de confianza, que anotaba una serie de instrucciones que le iba dando, entre ellas el boceto del emblema.

Ayla se quedó a solas en la gran mansión que pronto abandonarían. Se subió a su cuarto, y por la ventana observaba como la gran avenida real Menetar se había llenado de gente. Ya no se veían los guardias del gremio salvaguardando la paz y el orden, y algunos nobles de la orilla sur avanzaban por las calles acompañados por soldados con el símbolo del Árbol Blanco visible en su sobrevesta. Tharbad seguía en constante cambio, y a pie de calle pocos notarían el sutil cambio de poder. El artesano seguía trabajando, el mercader vendiendo… los gremios cobrando. La vida seguía su curso.

La voz del guardia le sacaba de sus reflexiones la voz de un guardia. Anunciaba que habían llegado algunos de los candidatos a educadores. También le entregó una carta que había traído un mensajero, destinada para Ayla o para Curudae. La letra de la carta parecía casi élfica. Estaba firmada por Danroth.

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01/07/2015, 21:22
Director

Por lo tanto, una preocupación menos. El guardia le comentó que en la sala de espera se encontraban tres de los cuatro candidatos, el único que aún no había llegado era Ionell. -¿Les invito a la sala de reuniones de uno en uno, o prefiere que sean todos a la vez?, le preguntó el guardia.

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01/07/2015, 21:22
Ayla

-Esperaremos que sean todos a la vez... Sírveles algo de beber mientras esperan por favor.

Mientras llegaba el cuarto candidato, la elfa miraba el esbozo del emblema, pensando en quién podría ser el candidato a Lugarteniente que pudiera estar por esta zona...

Thelran es ahora un montaraz real y no dejaría ese cargo para venir a emprender esta empresa. Él es más activo... Pero en una ocasión conocí a una persona que puede encajar, combatí contra él y después con él, tenía porte noble, conocía la diplomática y por sus venas corre la sangre de Oesternesse...

Ayla sacó la insignia de Khôradur y le echó un vistazo…

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01/07/2015, 21:23
Director

Khôradur… el capitán de Umbar, contra quien Ayla luchó en Metraith. Le vino a la mente la imagen de un hombre recto, disciplinado, honrado. Un hombre de familia, harto de las guerras tras tantos años de servicio. Compartieron momentos intensos, y Ayla le convenció para que se rindiera, y luego le ayudó a tener una salida honrada. En muchos momentos le recordaba a Thelran. Orgulloso, altivo, impetuoso, pero con una claridad de ideas en cuanto a la diferencia entre el bien y el mal. Mientras a Thelran Ayla le conoció en su juventud, cuando ella conoció a Khôradur, él ya era un hombre de cierta edad. Recordaba las canas de su melena peinada hacia atrás y que le llegaba hasta los hombros. Las facciones de su cara eran como esculpidas en piedra. Su frente y su rostro presentaban los signos inequívocos de la experiencia y de una vida a merced del clima, del viento y del agua salada. Le recordaba con su armadura brillante y con un porte capaz de intimidar a cualquiera, con más de 2,10 de altura. No obstante, lo que más recordaba de él era su mirada. Una mirada profunda, limpia, honesta. No escondía nada, no tenía nada de qué avergonzarse, pero a pesar de ello parecía estar triste por lo que había hecho a lo largo de su vida, en el cumplimiento de su deber.

Un hombre recto, que quiso evitar una masacre y se rindió con sus corsarios. Incluso en la derrota, fue tratado con respeto por los dúnedain. Estuvo presente en el Consejo posterior no como derrotado sino como aliado, y ayudó a terminar con el germen de una guerra entre Finduilas y Echorion.

Luego tuvo que regresar a Umbar, donde quizá le esperaba la muerte. Si con eso podía proteger a su familia, lo aceptaba. Ayla trató de meditar, de vislumbrar algo más… Pero no alcanzaba la certeza de si seguía vivo, o si estaba escrito un nuevo encuentro entre los dos. Echó la vista al pasado, ella y y él, sentados junto al fuego, de camino a Argond, donde Ayla se tenía que enfrentar a Finduilas…

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01/07/2015, 21:23
Director

Khôradur miró al fuego, en silencio. “Gracias, Ayla. Me has dado una salida. Poco valor tiene ya mi vida. He jurado proteger a Finduilas, y sin embargo aquí me tienes. Mis hombres volverán a Umbar, y aceptaré el castigo que me impondrán. Es lo que tienen las guerras…”

“Toma, quiero que tengas esto”, le dijo mientras le entregaba su insignia. “Ya no soy Capitán de Umbar. Simplemente Khôradur.”

“Para mí siempre serás un guerrero noble, y más en la derrota”, le dijo Ayla.

“A veces pienso que ya no hay lugar para personas como nosotros, Ayla. Una antigua profecía que tenemos los que nos dedicamos a la vida marcial dice:

                Es la edad de la espada,
                Es la edad del hacha
                Los escudos son partidos en dos
                Es la edad de la tempestad
                Y la edad del asesinato

                En que una hora de lobos y escudos rotos
                rubricarán la consumación de la edad de los hombres.

                Hasta que muera el mundo
                Y los hombres no se salven.

 

“Que esta insignia te recuerde que, incluso en estos tiempos, hay ideales por los que uno debe estar dispuesto a entregar su vida.”

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01/07/2015, 21:25
Director

Ayla respiró hondo, mirando el fuego de la chimenea. Su corazón le decía que Khôradur seguía vivo, aunque no sabía con certeza si era tan sólo un deseo. Pero muchas cosas tendrían que suceder para que fuera el candidato a lugarteniente que con tanto secretismo ocultaba Curudae…

El guardia el sacó de nuevo de sus pensamientos. Dijo que ya estaban los cuatro candidatos reunidos.

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01/07/2015, 21:25
Director

La elfa entró en el salón. Los cuatro se levantaron al unísono para saludarle, y ella les invitó a que se sentaran en sus asientos, que formaban un semicírculo junto a una mesa pequeña. Era la misma sala donde había recibido al mercenario Daeros, sin embargo ahora habían preparado cinco sillas. Ayla se sentó en la suya, y los observó.

Cerveth era un hombre de mediana edad, aparentemente dúnadan. Según Curudae, destacaba en filosofía, astrología, historia de los dúnedain, heráldica y adunaico. Llevaba la barba bien cuidada, y se quitó el sombrero al saludarle. Su ropa era lujosa, de ciudad.

Ionell era un hombre mayor, con unos ojos que denotaban una larga experiencia. Su barba estaba algo menos cuidada, como su aspecto en general. Llevaba ropa de viaje, de cuero. Su pelo era canoso, pero por lo demás estaba en forma. Sus especialidades, según informe algo escueto de Curudae, eran sindarin, ciencias naturales, física, geografía, minería… A Ayla le transmitía la sensación de que era un hombre que había viajado mucho y que tendría historias interesantes que contar.

Edrec le sorprendió muchísimo. Era la única mujer, y además aparentemente muy joven. Tenía la tez morena, y el pelo recogido. Llevaba ropa de colores azules, así como algunos adornos en el pelo. Al saludar, Ayla notó un cierto acento extranjero que no conseguía localizar. Su especialidad:  matemáticas, geometría, contabilidad… Todo lo relacionado con los números.

Por último, Adhellin presentaba el aspecto de joven artista. Llevaba ropa oscura, y le miraba con interés. Además del arte en general, entre sus conocimientos Curudae había citado antropología, escultura, pintura, sindarin, poesía, escritura, filosofía…

A simple vista Ayla no notaba nada que descartara a ninguno de ellos, y seguramente Curudae se había asegurado de sus aptitudes y referencias antes de citarlos.

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01/07/2015, 21:25
Ayla

Ayla los saludó y se detuvo un poco en cada uno mirándolos a los ojos...

Una vez estuvieran todos sentados, la elfa guardó silencio como si estuviera pensando y observaba si alguno se impacientaba.

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01/07/2015, 21:26
Director

Las reacciones de los cuatro al largo silencio fueron observadas por Ayla. Cerveth se mostraba impasible. Sus ojos reflejaban una gran paciencia y convicción en sí mismo, aunque también un orgullo típico de los dúnedain. Ayla no pudo evitar imaginárselo observando horas y horas las estrellas del firmamento.

Después pasó su mirada a Ionell. También estaba tranquilo. Se le veía un hombre extremadamente paciente. La diferencia con Cerveth residía en que, mientras el primero estaba impasible, Ionell observaba fijamente a Ayla, con sumo interés. También observaba a sus compañeros. Todo en él denotaba curiosidad, inquietud por las cosas que le rodeaban.

A la que se veía más impaciente era a Edrec. Estaba inquieta, con su mano derecha sobre su hombro izquierdo. Ayla vio que tenía un roto en su camisa, y eso le estaba poniendo algo nerviosa. Su pie se movía inquieto, y se le veía algo desacostumbrada a las reuniones sociales. Sin embargo, no apartaba la mirada de la de Ayla, y sus ojos castaños eran profundos y su sonrisa sincera.

Adhellin devolvía la mirada con cierta ansiedad, aunque estaba acostumbrado a los largos silencios y a la observación. En su cuello llevaba un medallón al que tocaba cada cierto tiempo mientras arqueaba sus cejas y observaba a los que había en su alrededor.

 

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01/07/2015, 21:29
Ayla

Al cabo de un rato preguntó con voz suave rompiendo el silencio: -¿Por qué elegisteis el arte de las ciencias y letras y no el arte de la guerra?

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01/07/2015, 21:30
[SA-ac] Adhellin

Como la mirada de Ayla estaba en Adhellin, el artista fue el primero en contestar:  -Desde que recuerdo, mi mano era más diestra con el pincel y la pluma que con la espada. He recibido instrucción en las armas, pero incluso mis servicios al ejército han estado ligados a mi habilidad de dibujar. Fue una elección fácil, que se hizo realidad gracias a una visita a Siragalë, el hogar de los elfos.

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01/07/2015, 21:31
[SA-ac] Edrec

Le tocaba a Edrec. Le miraba fijamente a Ayla, con la cabeza ladeada, como sopesando las intenciones de la pregunta.

-Tengo un don para los números, para las artes que van más allá de lo visible. Malgastar mi tiempo y mi esfuerzo en aprender armas hubiera supuesto una ofensa a los dioses que me dieron este don. Había fuerza en su voz, aunque quizá estaba un poco a la defensiva. Parecía que provenía de las tierras del Sur.

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01/07/2015, 21:33
[SA-ac] Ionell

-Supongo que me toca a mí, dijo Ionell. Se tocaba la barba y continuó: -las armas me han acompañado en mis viajes, pero llegado a una edad uno se da cuenta de que el brazo ya no sujeta el martillo con la misma fuerza que antaño. Por eso ahora me dedico a enseñar a los jóvenes que quieran escucharme. Pero nunca hice una elección entre las letras y las armas. Cuando estas manos sujetaban más a menudo un arma que un libro, no dejaba de ser un hombre de las letras. Tampoco aconsejo a nadie que deje de lado su instrucción en armas para dedicarse en exclusiva a la erudición. Soy de la opinión de que a los jóvenes hay que enseñarle las dos cosas.

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01/07/2015, 21:34
[SA-ac] Cerveth

Cerveth le hizo una reverencia antes de hablar. -Soy dúnadan, y considero que somos representantes de una cultura milenaria que debe ser conservada y protegida. Los hombres de armas, el ejército, están para proteger nuestras fronteras, para luchar por mantener lejos a nuestros enemigos. Los campesinos para cultivar y cuidar esta tierra que tanto amamos. Pero sin los eruditos, sin los artistas, sin los sabios… Todo lo que queda de Númenor se perdería. Por lo tanto tomé la decisión de dedicar mi vida a las letras y al conocimiento, para ayudar en la lucha por preservar el legado de la Isla Sepultada.

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01/07/2015, 21:35
Ayla

Tras un breve silencio midiendo lo dicho por cada candidato, dijo: -Ciertamente, una persona explotar sus dones al máximo, fomentarlos, pero jamás debe descuidar las otras artes... ¿Edrec, consideras más importante los dones que te han dado que las armas?