Partida Rol por web

Mientras Ashley soltaba un resoplido impaciente, Viviane logró activar el mecanismo de la puerta sin disparar la alarma. La persiana metálica se levantó y entre los cinco llevaron todo al coche. No entraron todas las cajas, así que Ashley dio un garrazo a las que quedaban y desparramó el té por el asiento posterior y el maletero. En cuestión de minutos estaban en marcha, cada vez más lejos del supermercado que acababan de atracar.

La Philodox estaba lejos de mostrarse contenta. Cuando encontraron un descampado lo suficientemente despejado como para hacer una hoguera sin comprometer nada más, Ashley dejó que Donny se ocupada de ello. Era quien estaba más versado en labores de supervivencia y cosas de esas. Esperó hasta que el té y las cajas empezaron a arder y, entonces, se quitó el abrigo y cambió a Glabro.

-Eh, Urrah -espetó la Philodox-. Te reto.

Donny luchaba duramente todos los días contra el impulso de resolver todos sus problemas con violencia, pero parecía que el mundo tenía otros planes para él. Levantó la vista para mirar a Ashley, soltó un bufido y volvió a su tarea de prepararse algo de cenar con hierba, tierra y escupitajos. De todos modos Ashley debería haber pensado que retarle en cualquier forma en la que tuviese suficiente fuerza para levantar el Klaive era tentar a la suerte en esos momentos.

-Vete a la mierda -respondió, y volvió a centrar su atención en la olla como si no hubiera pasado nada. Es decir, igual de tenso que antes.

-No me cabrees más -advirtió Ashley con la ronca voz de Glabro-. Deja esa mierda y levanta.

Viviane alzó las cejas, confusa y sorprendida al mismo tiempo. No se había percatado de lo tensa que estaba la situación, y no tenía intención de intervenir en aquel momento. La tensión casi se podía cortar con una daga. Se le pasó por la cabeza sugerirle a Alecto una de sus canciones antiestrés, pero no creía que fueran a tomárselo bien. Optó por sentarse cerca del Theurge y la Galliard, y esperar a ver cómo evolucionaba la situación. Tarde o temprano tendrían que solucionar sus problemas, aunque Viviane sostenía que esa no era la manera correcta.

Donny suspiró y dejó la olla. Recordaba que una vez había hecho llorar a Ashley, pero no se hubiera atrevido a sacar ese tema. Ese recuerdo le avergonzaba tanto como a ella, probablemente. Además había sido el mismo día que había cargado con ella por medio instituto y sólo llevaba una toalla, y eso también le incomodaba.

-Si quieres que te parta la cara mejor en privado. Ahora déjame en paz. Quiero cenar.

Lo cierto es que no quería luchar contra Ashley. Aunque en forma Crinos le daba más igual, aún no se sentía cómodo pegándose con una chica. Que no fuera Lluvia-de-sangre. Pero ella no contaba.

-Has hecho la mitad de lo que te he dicho que hicieras -gruñó, cada vez más molesta-. ¿Qué pasa, que sólo te pones gallo cuando a ti te apetece? Te estoy retando, pedazo de Urrah. ¡Levántate y párteme la cara!

Donny le enseñó a Ashley el dedo medio. Arrancó otro puñado de hierba para echar a la olla y escupió dentro para tener algo con lo que hacerse la cena.

Ashley pateó la olla, que describió una parábola de saliva y tierra y rebotó a tres metros de la hoguera.

Sin pensar mucho en lo que estaba haciendo Donny se levantó y le arreó un puñetazo a Ashley en toda la cara de Glabro.

El puño de Donny acertó a Ashley en la boca. La Fenrir sacudió la cabeza y escupió un grumo de sangre y lo que podían ser trozos de dientes. La respuesta fue una patada dirigida a la entrepierna que hundió en el estómago del Roehuesos. Como una centella, la Fenrir le encajó un puñetazo en la mandíbula con un rugido atronador.

Donny soltó un grito ahogado y se dobló.  Cuando Ashley le dio en la cara se encogió y se volvió para mirar a Ashley, y ya en forma Glabro se lanzó sobre ella. Le dio un empujón y le retorció el brazo por detrás de la espalda, gruñendo y babeando en su espalda.

Ashley gritó cuando Donny intentó inmovilizarla.

-¡Suelta, asqueroso! -Se zafó de su presa y echó la cabeza hacia atrás para darle un buen cabezazo. Ashley ya estaba curada del todo y no había ni rastro de la herida anterior, sólo algo de sangre.

Se llevó las zarpas a la cara con un gruñido, pero aquello no iba a hacer que Ashley dejase de pegarle. Lo mejor iba a ser ablandarla un poco antes de pisarle el cuello, así que le dio un revés, y un puñetazo en la sien de propina.

Ashley entró en furia berserker. Se las arregló para darle dos patadas a su contrincante y un puñetazo que le dejó medio alelado. Desde su espalda saltó sobre él con las rodillas por delante y trató de sujetarle.

-¿Te rindes? ¿TE RINDES? -gritaba ella sin dejar de sangrar de la ceja.

Donny rugió y rodó para quitársela de encima. Empezaba a estar cabreado de verdad, lo que significaba que tenía que controlarse. O acabar con aquello cuanto antes. La agarró de la melena rubia para poder darle en la cara un par de puñetazos con más comodidad.

-¡Puedo hacer esto todo el día! -aseguró Ashley después de encajar los puñetazos. Cargó contra Donny en un intento de derribarlo. Al no conseguirlo le dio otro cabezazo y terminó con una patada en la espinilla.

Las cosas se estaban caldeando demasiado. La fase de la luna y la situación aumentaban la Rabia a cada minuto. Lo que había empezado como una pelea "amistosa" podía convertirse en un baño de sangre si seguían por ese camino. Pero ninguno de los dos tenía pinta de ir a rendirse pronto.

Donny soltó un lamento muy agudo y se apartó de Ashley, jadeando. ¿Por qué no se callaba de una puta vez? Se agarró a su brazo otra vez y dio dos tirones, tratando de desencajárselo.

Ashley dejó escapar un alarido cuando Donny le luxó el hombro.

-Se acabó el juego. Saca esa maldita guitarra –le espetó Viviane a la Galliard al tiempo en que se levantaba, cambiando a una forma más grande y en la que fuese menos peligroso meterse en medio.

Un Crinos negro se abalanzó sobre Donny, separándole de la Philodox y manteniéndolo bien alejado antes de que ocurriesen catástrofes mayores.

-¡Estaos quietos! ¡Esto no es un duelo a muerte, joder! -rugió en dirección a Ashley con los ojos encendidos y enseñándole los dientes.