Partida Rol por web

No podía ver qué estaba haciendo ni que le estaban haciendo al resto de su manada, así que le soltó un zarpazo a la Perdición tratando de alejarla.

La Perdición se alejó brevemente en tanto que su sudario aparecía surcado por las garras de Donny. Chilló con un sonido de metal y se arremolinó sobre sí misma intentando protegerse del daño.

Leigh se abalanzó de nuevo contra la perdición, dándole puñetazos con todas sus fuerzas mientras trataba de arrinconarla contra una pared.

Los golpes de Leigh apenas hicieron mella en la Perdición de las escaleras, que se aplastó sólo un poco con sus puñetazos.

El primer ataque parecía haber funcionado suficientemente bien, y eso animó a la Theurge a intentarlo nuevamente. Se giró sin perder un instante y atacó nuevamente a la perdición.

Las Perdiciones respondieron furiosas a los ataques de los Garou. La que se enzarzaba con Donny sólo le hizo un rasguño en el pecho, pero las otras dos fueron mucho más eficaces. A la que Leigh había dado dos puñetazos soltó un chillido y la atravesó de lado a lado con las garras. La que luchaba contra Kate y Ashley fue peor. Hundió las garras en el abdomen y tiró hacia arriba, rajando y sajando el torso de la Theurge como un cuchillo con la mantequilla.

La Ragabash rugió y se tiró contra la Perdición con las garras por delante. Le costaba mover el brazo derecho por la profunda herida, pero hizo el esfuerzo, e incluso más, aunque sus golpes no fueron realmente espectaculares. Al menos bastarían para alejar un poco más a aquella abominación. 

Ashley se convirtió en un monstruo de dos metros y medio, todo músculo, pelo y garras. Con un rugido se abalanzo sobre la Perdición que acababa de abrir en canal a Kate y intentó arrancarle las entrañas. La oleosa cobertura de las Perdiciones le resultó casi imposible de atravesar. Sus afiladas garras no parecían hacer nada, pero gracias a su fuerte convicción logró rasgar algo del espíritu materializado.

Kate sanó sus heridas inconscientemente y abrió los ojos de nuevo. La Perdición ahora parecía enzarzada con Ashley, con lo que tenía una oportunidad.

Viviane vio como la Perdición a la que se enfrentaban Kate y Ashley lograba derribar a la Theurge. Haciendo algo de espacio en la escalera, pasó a Crinos también para emplear toda la fuerza bruta que aquella forma le ofrecía. Rugió de forma aterradora y le atravesó la garganta a la Perdición de un solo garrazo.

-¡AYUDA A KATE! -le espetó a la nueva, con los ojos henchidos de ira al ver caer a su Theurge.

Puede que no congeniasen del todo como individuos. Pero era parte de su manada y no iba a dejar que le hicieran nada.

Ashley tomó un extremo de la perdición con cada garra y tiró, rajándola como una sábana vieja. Tanto aquella como la Perdición de Viviane se desvanecieron dejando atrás un olor a huevos podridos y a agua estancada.

Leigh se lanzó furiosa contra la perdición que quedaba luchando, tratando de golpearla por la espalda. Ante una emboscada así no había honor que valiese, sólo la supervivencia de la manada.

Leigh terminó de despedazar a la Perdición que quedaba viva. Con una explosión hedionda se difuminaron hasta desaparecer. El sonido de pesadas zancadas acercándose al sótano y bajando por las escaleras sustituyó a los chirridos de las Perdiciones. La forma de Crinos de Tommy cambió rápidamente a Homínida en cuanto vio lo que había abajo.

-Hijos de puta... -El Ahroun apretó los dientes y empezó a gruñir por lo bajo. El resto de su manada apareció también y expresaron su pena de maneras distintas, pero sin dejarse llevar en demasía. Los Cliath estaba heridos y necesitaban apoyo mientras sus heridas regeneraban gracias a la curación natural de los Garou.

Tommy apoyó la cabeza en la pared mientras temblaba. Donny sabía que estaba intentando meditar para sujetar su Rabia y evitar entrar en frenesí. Los otros Sanadores descolgaron a los Buscadores muertos e intentaron que sus muertes parecieran algo menos horribles mientras su alfa pensaba.

-Niebla-de-verano -dijo la Galliard desde su forma de lobo-, a mí también se me encoge el corazón al ver esto, pero no podemos caer en la trampa. Sabes que nos están esperando para matar a todos los que puedan.

-¿Y dejar que hagan esto con el resto de Buscadores? -se quejó Nikos, a quien le temblaba la voz-. ¿Vamos a dejar que maten a los que queden vivos?

-Sabes que no tengo nada en contra de tu madre, hermano Ragabash, pero no podemos ir a morir allí...

Leigh les escuchaba mientras cambiaba a su forma homínida, jadeando por las heridas. Miró a su alrededor para tratar de evaluar como estaban los demás.

Donny volvió a su forma homínida tan pronto como dejó de sangrar. En ese cuerpo, más débil y blando que su forma de guerra, había soportado la Rabia diecisiete años. Estaba dejando de funcionarle a ojos vista. El único motivo por el que podía hablar era porque se había descargado con la Perdición, e incluso así sólo la llegada de Tommy y los Sanadores había salvado a Leigh de un rugido en plena jeta por haberle quitado a su presa.

-Va a morir su puta madre. Les damos lo suyo y sacamos a los nuestros de allí.

O no volvemos, pensó.

-No hemos venido para nada -dijo Ashley volviendo a la forma humana-. Los Fenris luchamos hasta el final. ¿Queréis volver a casa con las manos vacías por cobardía?