Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

Salón de los Difuntos

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15/03/2015, 18:59
Tarma

Cuando las idas y venidas de más fatas se sucedieron, me limité a poner los ojos en blanco, y a lanzar un hondo suspiro.

—Esto es el cuento de nunca acabar— murmuré, rascándome la nuca—. En serio, ¿cuánta gente puede resucitar y matar?— pregunté—. Ahí afuera hay gente muy poderosa. Bastante— terminé escupiendo la palabra, algo amargada.

Miré de nuevo a Aina, y le sonreí.

No te preocupes, seguro que te vuelven a revivir— dije con sinceridad.  

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15/03/2015, 19:21
Namárie

Recibió aquella espantosa bienvenida con desagrado, pero sin sorpresa alguna. No esperaba que la recibieran con flores y cantos, pero al menos creía en la mínima cortesía del pésame, incluso cuando se trataba del propio cuerpo y no de un muerto querido. 

Lamento que mi muerte sea una molestia para ti, Tarma - dijo mirándola con una ligera decepción. Había equivocado su juicio con respecto a ella en el puente. - Prometo no volver a repetirla. - sonrió, bromeando con su nuevo estado, aunque cualquiera podría notar que su reciente fallecimiento no la hacía precisamente feliz. 

Sus ojos luego se posaron en Leithian, en quién observó con horror dos palabras que apuñalaron su alma de manera más efectiva que cualquier arma habría logrado. A diferencia de con un guerrero o con gente mal intencionada, contra la verdad no se podía batallar. 

Tus palabras suenan a amenaza, fata - respondió en voz suave y seria. Quizás era el repentino sentimiento de vulnerabilidad que la embargaba, o quizás si había maldad latente en aquella frase pronunciada por la criatura grisácea, pero sintió que no podía solo guardar silencio y observar. Aquellas dos palabras, Familia Rota, no podían permanecer ignoradas.

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15/03/2015, 19:54
Tarma

Ante las palabras de Namárie, no pude sino asentir con la cabeza.

—Claro que me molesta— dije, mirándola con pesar—. Tú no deberías de estar muerta. No deberías de haber conocido este sitio— añadí, tratando de tragarme la rabia contra aquellos que no paraban de jugar con las vidas de los demás, como si fuera un guiñol tétrico. 

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15/03/2015, 20:03
Míriel

Los acontecimientos no dejaban de dar giros inesperados. La muerte y la vida parecían turnarse de manera caprichosa.Hacia ya mucho que Míriel sentía que no era más que un espectador, los poderes de los demás fatas eran simplemente increíbles, traspasaban cualquier frontera. Cuando ocurrieron las dos últimas muertes el guardaespaldas de la princesa se preguntó por qué Aina y miro a Namarie unos segundos, era consciente que su presencia la incomodaba probablemente lo juzgaría por lo de los hijos de Lassa, pero Míriel estaba cansado de discutir y de hablar al aire así que optó por déjala estar, el origen de ese odio a su persona lo desconocía pero no pediría explicaciones. En su lugar se encaminó hacia Aina y le poso una mano en el hombro, sabía que aquel ataque sobre ella la afectaría y trató de reconfortar la, aunque lo cierto es que opinaba como Tarma, era posible que volviera a la vida.

Notas de juego

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15/03/2015, 20:15
Leithian

la palabra "Duda" se dibujo justo debajo de las palabras que cicatrizaron poco antes en su cuerpo, tras escuchar la voz de la recién llegada.-¿Mis palabras? Solo e expuesto algo en lo que pensaba, y realmente me parece increíble que estés entre nosotros. Pensaba que ninguno de los tres podría caer y ahora que veo con mi ojos cansados que uno de vosotros lo esta, ahora observo con estupor como, nadie esta a salvo de la muerte, algo que pensaba extinto en vosotros, ¿amenaza? No, mas bien pena.-Dicho esto, volvió la mirada a la bruma, el no buscaba enfrentamientos nunca lo ha hecho.

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15/03/2015, 21:00
Aina

Aina iba a responderle a Atanamir, cuando de repente su mirada se enturbió y su rostro palideció. Pestañeó, sin terminar de comprender qué estaba ocurriendo. Y mientras en la ciudad su carcasa humana se ahogaba en su propia sangre, en ese lugar de olvido, Aina flaqueaba y caía de rodillas. 

Tardó unos minutos en reaccionar. Se apoyaba sobre sus manos y el cabello caía por delante de su rostro, ocultando las lágrimas que afloraban de sus ojos celestes. 

Escuchó a Tarma y la respuesta de Namárie. Pero no dijo nada. ¿Qué... Qué ha pasado? ¿Cómo ha sido? No lo había visto venir. Estaba bien, feliz de haber sobrevivido una noche en aquella Ciudad Oscura, pero ahora, de nuevo...

Sintió la mano de Míriel sobre su hombro y levantó la mirada empañada. En ese momento una lágrima estaba corriendo por su mejilla y sus labios temblaban. Respiró profundamente y asintió con un suave gesto de cabeza, mientras intentaba recomponerse. 

- No... No sé qué ha pasado - . Dijo y dirigió su mirada hacia Namárie que acababa de aparecer. - Atanamir debe haber intercambiado su vida con la de ella, pero... ¿Cómo...? - Estaba confusa y quería saber, pero a la vez tenía miedo de lo que pudiera descubrir.

Empezó a levantarse, sin apartar la mirada de la nueva moradora de aquel lugar. - ¿Has sido tú? - Le preguntó, recordando lo que Elendire les había explicado y sintiendo como el miedo se iba convirtiendo en rabia.

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15/03/2015, 22:21
Falmari

Falmari se levantó y se interpuso entre Aina y la desdichada-hey, deberías mirar a otro lado....¿no te parece que Atanamir halla resucitado y vosotras dos halláis muerto? yo le echaría la culpa a el...aceptalo y callate ¡te la a jugado putilla!-dijo con una sonrisa.

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16/03/2015, 00:06
Essä

Todos los cambios que estaban sucediendo entre los muertos me desconcertaron. ¿Qué estaba pasando? Primero Miriel y yo morimos durante el día cuando se supone que los asesinos deberían matar durante la noche. Luego Lúva resucita, había pensado que solo podían llevar de vuelta ella y aquel que los esclavizaba. ¿Era ahora una esclava de una Fata traidora? Cuando desapareció me acerqué más a Loth y me senté a su lado. Había perdido de nuevo a Elendire y ahora a Lúva, solo quedábamos nosotros. No obstante no quise invadir demasiado su espacio, me limité a mirarle dejando claro que me quedaría a su lado hasta que me necesitara.

Apenas había pasado tiempo cuando hubo más movimiento. Atanamir desapareció y llegaron Aina y Namárie. No pude evitar preguntármelo de nuevo, ¿qué había sucedido para que cambiara el ciclo de muertes y resurrecciones? –Lo siento, Aina. No debería haberte pasado esto otra vez. Además ahora estamos a ciegas con lo que pase entre los vivos. – Había muchas cosas que no sabía, conversaciones que habían tenido y en las cuales no había estado presente, así que me callé a la espera de que aclararan algo sobre lo sucedido. Sin embargo no pude evitar censurar a Falmari con la mirada, esa no era la Fata que yo había conocido y no me parecía que fuera la mejor manera de expresarse.

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16/03/2015, 02:10
Eirien

Hechos imprevistos, como todo. La marcha de Lúva podía intuirse que llegaría tarde o temprano desde uno y otro lado, la de Atanamir no tanto. Y con esto, Eirien comprendía un poquito más, y bastante más, a aquel tan extraño como respetado morador. "Camina por las sombras del día, busca la claridad de la noche". Ladea una fría sonrisa, pues había burlado a la muerte y volvería para cumplir su designio. Con esto llegaba Namárie, y Aina pasaba a formar parte de su propio terreno una vez más...

Tras un largo rato en silencio, escuchando, Eirien se permite alzar la voz para formular una pregunta, por si alguien respondiera, sobre uno de los temas que escapaban a sus manos – ¿Alguien… ha descifrado ya el número de portadores? – un dato que le gustaría saber, y del que no había escuchado absolutamente nada.

Creo saber dónde está Vanya… aunque no estoy segura. Pero lo que si sé… es que no soy la única – dice - ¿Quién sabe algo? – pregunta… para por último, reactivar las palabras de aquel Fata de Palacio, Miriel, asesino de niños – Para mi, lo de Nu-Taur ya dejo de tener nombre hace días. Que todavía siga vivo a pesar de sus erráticas actuaciones me hace sopesar que tiene… apoyo – ríe en gesto falso, no entiende, cruza sus brazos – El mismo que tildó a Míriel de Fata en guerra, se mostró dispuesto a que este viera su interior… malamente curioso – en fin…

- Y esperemos, pues... - piensa, buscando un lugar en el que acomodarse.

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16/03/2015, 03:23
Namárie

Se avergonzó de su arrebato. Había malinterpretado los gestos de Tarma y las palabras de Leithian, probablemente guiada por la angustia que le provocaba verse desamparada y lejana a su familia, además del desgarrador proceso de la muerte, por el que a diferencia de otros, ella había pasado solo una vez. 

Lo siento mucho. No hay excusa para mi comportamiento. - inclina su cuerpo con un puño al pecho sobre su corazón, una reverencia de soldado a manera de disculpa. - Espero ambos puedan perdonar mi mal humor y palabras impertinentes. 

Y aunque sus ojos se desviaron un segundo a Míriel, no le dijo una sola palabra. No tendría sentido. Ya todos sabían sobre sus sentimientos respecto a él, y si debía pasar el resto de la eternidad en su compañía más le valía aprender a soportarlo. 

Siguiendolo a él con la mirada, llegó a Aina, quien parecía ahogarse, nuevamente, en una tristeza infinita. Le pareció curioso, siendo que había muerto y revivido tantas veces que ya podría llamarlo su pasatiempo, que siguiera sufriendo tanto como para derrumbarse de dolor por ello. Casi la hacía parecer débil, si no fuera porque la creía una fantástica actriz. Y, por primera vez desde la estación subterránea, Aina parecía fijarse en ella. Por supuesto, para obtener algo, en este caso una respuesta. Pero Falmari se le adelantó en responder, aunque no en los mejores modales. 

Lamento tu deceso, Aina, pero si hubiese sido yo creo que habría evitado caer contigo. Mi poder, aunque causa las mismas heridas que me hago yo, no suele causarme el mismo daño. - respondió en voz tranquila, ignorando el tono hostil de la fata - Me parece más lógico pensar que, dado que hemos caído de la misma manera, ha sido la misma persona quién ha acabado con ambas. 

Luego, con curiosidad, observa a las otras dos fatas, una con apariencia de pájaro y otra bastante humana. 

¿Puedo preguntar de qué hablas? Aún no estoy del todo familiarizada con los fatas y sus carcasas, y escapa mi conocimiento lo que dices de Nu - Taur.

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16/03/2015, 04:16
Gelion

Es el que les vendió la historia de que odio a todo el mundo, que solo quiero matarlos, y bla bla bla.- Mencionó, molesto. La ida de Lúva le había alegrado, y entristecido al mismo. No pudo evitar preguntarse porque aquellos fatas que estaban dispuesto a escucharle, y no a juzgarle precipitadamente se tenían que ir tan rápido.

Lo mismo me vengo preguntando Eirien, desde que Aina se digno a contar lo que pasaba al otro lado.- Un resoplido escapo de sus fauces.- Imagino que a quienes llevamos tiempo acá nos dará igual si Aina esta aquí, o allá... su utilidad es la misma en cualquier condición.- 

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16/03/2015, 09:44
Aina

Aina tan sólo le dedicó a Falmari una mirada cargada de desprecio y la ignoró, como había hecho tantas otras veces. Continuó esperando la respuesta de Namárie y puso los ojos en blanco cuando ésta llegó. Ya había dicho que Atanamir se había encargado de ella, pero parecía ser que esas fatas escuchaban sólo lo que les interesaba, para retorcer las cosas a su conveniencia. 

Suspiró y miró a Gelion. - He estado enviando todos los mensajes que me habéis pedido. Si no cuento aquí nada es porque se pasan el día lamiendo sus heridas y lamentándose. Nadie dice nada que pueda ser significativo - . Dirigió su mirada hacia Míriel. - Tú has estado allí hace poco, explícale como no te hicieron ni caso ni respondieron a tus preguntas - . Sus labios formaron una pequeña mueca, cansada de que estuvieran juzgándola continuamente. 

Caminó hasta el estanque y se fue a mirar en él, sin recordar el estado del líquido que había transformado Falmari. Joder, qué asco... Hizo un gesto con la mano e hizo desaparecer todo el estanque, haciendo que en su lugar apareciera un enorme espejo ovalado, con reborde de fina plata trabajada. Miró su reflejo y la tensión poco a poco fue desapareciendo de su rostro. Finalmente se echó hacia atrás, cayendo hacia el suelo, pero en el último momento un sofá apareció debajo de ella, ablandando su caída. Y allí se quedó, estirada, con los ojos cerrados y dejando que los rayos de sol calentaran su helado rostro.

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16/03/2015, 17:28
Narrador

Al mismo tiempo que en el otro lugar, tal y como el espejo ahora os mostraba, aquí aparecieron las mismas llamas. La negra sobre el número V, y las blancas sobre el III y el VI.

Sin embargo eso no fue todo. El espejo continuó mostrándoos cómo aquella ciudad se retorcía sobre sí misma, estando a punto de sepultar en más de una ocasión a cada uno de los que aún quedaban vivos. El temblor llegó a sentirse incluso en este lugar, y cuando todo terminó pudisteis ver aquí una grieta como las que ahora llenaban aquel sitio. No era lo suficientemente grande como para ver a través de ella, pero sí lo suficiente como para intuir que estaba comunicada con ese sitio que los vivos habitaban.

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16/03/2015, 17:33
Narrador

Salón de los Difuntos

Sucedió lentamente, casi como el tiempo que uno comienza a abandonar el sueño hasta que es consciente de que está despierto. Tus ojos empezaban a abrirse en esta nueva realidad con una sola certeza: habías muerto.

Puede que aquel lugar estuviera hecho para esperar durante toda la eternidad. Quizá, sólo quizá, ese tiempo fuera más breve de lo que parecía al pronunciar esa palabra. O puede que simplemente estuviese disponible durante unos días, el tiempo que todo tardase en resolverse. Como un bar a medio recoger antes de apagar las luces.

Sin embargo una cosa era evidente: el sitio recordaba mucho más a Fäe que al mundo de los soñadores. Se trataba de un pequeño lugar en lo que parecía el Bosque.

Sobre ti, sobre todos vosotros, podía verse el cielo claro, con un sol radiante que calentaba el rostro de los presentes. El suelo estaba lleno de hierba, tierra y rocas. El arrullo del agua sonaba cerca de vosotros, mientras grandes árboles crecían a su alrededor.

En todo el lugar podía sentirse la clara presencia del olor a pino propio del Bosque. Era un aroma intenso y natural, que penetraba en vuestras fosas nasales sin ninguna dificultad.

Un poco más adelante, frente a vosotros, podía verse un pequeño estanque, alimentado por un riachuelo que traía las aguas limpias y cristalinas.  Aquello podía recordar al Bosque, sí... Aunque cualquiera que lo hubiera habitado no tardaría más que unos minutos en darse cuenta de las muchas diferencias. Quizá se parecía más a la visión que un Fata de Palacio podía tener del lugar. Sin embargo estaba claro que cada brizna de hierba, cada piedra, cada detalle, habían sido colocados con esmero.

Y lo que confirmaba esa idea era el claro que había un poco más allá, donde había bancos y mesas para poder sentarse a disfrutar del hermoso paisaje que se abría ante vuestros ojos.

Pero había algo más. El claro estaba rodeado por un enorme banco de Bruma oscura y cambiante, tal como sucedería con la que se encontraba en la Linde.

Lo único que desentonaba en aquel paisaje era la enorme torre del reloj, similar a la que podía verse en la ciudad a la que todos habíais llegado unos días atrás. En esta los mismos fuegos ardían, constantes y continuos, como dispuestos a desafiar toda lógica y razón.

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16/03/2015, 17:34
Narrador

Donde antes estaba el estanque, ahora era ese espejo el que os mostraba el mundo de los vivos, enseñándoos a los tres caídos que este amanecer había traído con él.

Mientras tanto, cerca la grieta que se había formado en este lado de la realidad, las figuras de Lúva, Elendire y Rais empezaron a tomar forma.

Notas de juego

Destinatarios actuales:

Aina   Eirien Elendire Essä Falmari   Gelion   Leithian Loth Lúva Míriel Namárie Rais Tarma

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16/03/2015, 17:44
Tarma

Cuando la ciudad cayó, desmoronándose sin piedad, llegué a pensar que era el final. por fin, había acabado todo aquello, y podríamos volver a casa, pues nuestra misión en aquella oscura ciudad había terminado.

Sin embargo, al ver cómo aparecían tres almas nuevas, ya conocidas en nuestro rincón del perdido recuerdo, gemí un poco, y suspiré. Todo seguía igual. Nada terminaba.

—Bienvenidos, otra vez— murmuré, algo apesadumbrada.

Contemplé a Rais, y sonreí de manera ladeada, algo compungida. No me esperaba su visita. Creía que resistiría hasta el final.

¿Qué? ¿Seguimos pensando que el trío Allegra- Anastasia-Adam sigue haciendo de las suyas?— pregunté, pensando en que una noche más habían permanecido inalterables. 

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16/03/2015, 19:25
Rais

No esperaba que Kammy sobreviviera, y la obsesión de los asesinos con Ivanna ya no le sorprendía a estas alturas. Pero no esperaba que también le dieran muerte a él. Pero dado quienes quedaban con vida y quienes estaban aquí en el otro lado, tampoco es que se sintiera especialmente mal.

Desde que sé la identidad de Anastacia, me da mal rollo. Y Vanya no se fiaba de Morchain, por lo que sinceramente, y viendo que es precisamente Lassa quien decide quien vive o quien muere, habría que replantearse su inocencia grupal. - Entonces la mirada se centró en Aina - Claro que ahora mismo, es difícil avisar al resto.

Rais lanzó un suspiro.

Sólo espero no haber desatado algo peor con mi muerte...

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16/03/2015, 19:51
Loth

El vagabundo había observado el regreso de Elendire sin apenas perturbación en su rostro. Sólo se acercó a ella, con las manos ocultas en las mangas de la túnica, y le dijo unas pocas palabras.

- Me ha dicho que te esperará - dijo, ladeando la cabeza - Y que cuándo ocurrirá.

No le importaba el secretismo, pues parecía tan molesto con la situación como el que más.

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16/03/2015, 20:02
Elendire

Elendire regresó una vez más a la morada de los difuntos, llena de confusión, mirando alrededor hasta encontrar el rostro que deseaba ver entre los demás. Vio a Loth acercarse a ella, y se abrazó a él, suspirando, temblorosa- ¿Querrás volver conmigo, Loth?- le preguntó- Si espero, podré llevarte conmigo. Seremos libres. Y aunque volvamos a caer, estaremos juntos.

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16/03/2015, 20:10
Loth

Recibió el abrazo tranquilo, e incluso se permitió disfrutar del calor de la Fata, y luego la apartó con suavidad.

- No quiero regresar, puesto que de hacerlo, caería nuevamente al hacerlo tú. Desconozco la fijación que tienen con tu muerte, pero no quiero compartirla. En el olvido he encontrado una cierta satisfacción. ¿Quieres morir una y otra vez? Es cosa tuya.