Partida Rol por web

Sigo embobado con la pequeña criatura en forma de árbol como para fijarme en el álbum de cromos, -Profesor, si esta criatura es un guardián ¿Cómo es que está aquí y no cerca de el árbol que tiene que proteger? De hecho, ¿Qué poderes tiene para protegerlo? Parece pacífico e inofensivo. Si noto cualquier movimiento extraño aparto la mano, pero en principio sigo confiado a ver si quiere o no quiere que le toque. - Otra cosa que me gustaría preguntarle es sobre la mandrágora, hice un trabajo hace un año en el último colegio al que fui sobre esa planta y sus propiedades, cuando hice la investigación me di cuenta de que muchas culturas la usaban para fines más chamánicos que alimenticios o útiles, ¿Tiene algo de verdad  lo que he podido leer?

Descubrí que es conocida por su toxicidad pero que a la vez tiene grandes propiedades curativas, se también que hay bastantes diferencias entre la mandrágora macho y la mandrágora hembra, algo inusual, por lo menos para mi, dentro del mundo vegetal.

Me encanta el mito que hay entorno a la figura de que la Mandrágora se usaba para la protección contra las fuerzas del mal y como potenciadora del poder personal, el coraje y el amor.

¿Es verdad que la raíz de mandrágora en forma de hombrecito al momento de arrancarlas grita? ¿y que el grito mata a quien intentar arrancarla?. ¿Es verdad que por eso ataban una cuerda a la raíz y el otro extremo de la cuerda al cuello de un perro, el perro tiraba de la cuerda al oír su nombre y la raíz al gritar mataba al perro y así el dueño de la planta la utiliza para su beneficio propio y no moría en el proceso?

El profesor se quedó atento para ver si el muchacho era capaz de percibir algo. La verdad es que muy pocos podían y el profesor Rowle podïa sentirse afortunado... Por su mente recordó el día que Gregorovitch depositó por primera vez una varita mágica en sus manos y lo que ocurrió. Fue capaz de sentir que la madera emitía el poder del núcleo que había en su interior,...pluma de Ave Fénix.

Tras aguardar unos segundos, vió que el joven Anderson no había percibido nada inusual, solo veía una varita mágica, pero nada significativo ocurría.

- No te preocupes, eran algo que sabía que era casi imposible que pudiese suceder. Ni siquiera Dumbledore, con lo poderoso y sabio que es, sintió en su día afinidad... Le comentó siendo sincero para que no se pensara que eran un alumno sin talento. Harold sabía que el muchacho era talentoso, pero no en esa especialidad...puede que como auror como su familia.

Tras aquello, y antes de que se despidiera, decidió compartir con él unas ranas de chocolate, y tras guardar aquella varita, fue hasta la mesa y sacó su álbum y un pack.

- Antes de que te vayas... ¿Por qué no nos comemos unas ranas de chocolate? Venga, sírvete una. A ver si te toca Merlin e intercambiamos, jajajajaja. ¡No sé si te dije que le daré 50 puntos al que me lo consiga! ¡Es mi mago favorito de todos los tiempos! ¡Tenía hasta mi misma varita! O eso dicen las leyendas...

Este fue el álbum que tenía el profesor Rowle, al que ya le faltaban pocos cromos... Viste como te ofreció una cajita para tí y abrió una para sí mismo. ¿Que cromos tendríais ambos?

Baje la mirada algo decepcionado con el resultado pero sin embargo las palabras del profesor me hicieron sentir bien, sabiendo que incluso el mismísimo director no tuviera esa especialidad, fuera mentira o no eran reconfortante.

Cuando ofreció una rana de chocolate no dude en tomarla, después de todo quien se resiste a su sabor, abrí con cuidado el empaque y la atrape antes de que saltara, estaba deliciosa, cuando por fin revele el cromo no podía creerlo, ahí estaba la misma imagen que mi papá me había mostrado en un cuento de leyendas, claro en el libro solo era un dibujo pero podía jurar que era idéntico, por un momento dude en entregarla pero no podía ser así, después de todo el profesor Rowle me había convidado de sus ranas de chocolate por derecho el cromo era de el.

-Aquí tiene profesor- le entregue al mismísimo mago Merlín – creo que debe estar contento- le dije con una sonrisa amigable e infantil.

- Veo que tú curiosidad no tiene límites, jovencito. Sonrió ante la multitud de preguntas que empezó a formular el joven Van Houten que seguía fascinado por la criatura mágica. Por su parte, Thad consideraba que era ya un buen momento para abandonar el lugar, y parecía un tanto cansado después de tantas emociones. El árbol que protege este bowtruckle está justo detrás del despacho, un centenario espino negro que sigue creciendo fuerte y vigoroso, y que perfectamente podría seguir existiendo incluso cuando muráis de buena vejez...

- De veras prometo hablar más del tema, pero tú amigo Castle tiene razón. Es hora de que regreséis al castillo, mañana os espera un nuevo día de clases y espero que estéis en plenas condiciones. Thad, como prometí, aquí tienes el cromo de Dumbledore, gracias por conseguirme uno que no tenía... Terminó por comentarles y se dispuso a acompañarlos a sus salas comunes. Ruben, hoy no era un buen día, pero te enviaré una nota cuando encuentre un buen momento, para que recupere las clases ¿de acuerdo? Vayamos a vuestras respectivas salas comunes, os acompaño que ya se ha hecho tarde.

Y los tres salieron del lugar, dejando al bowtruckle meciéndose sobre una rama. No sería la última vez que lo veríais...

Sábado 28 de septiembre de 1991 (por la mañana, tras los rosales)

Cruzan la escuela, obviamente varios los verían aunque habían intentado evitarlos, la chica intentaba caminar, pero le estaba doliendo más y más la pierna además de las heridas que tenía. La chica se recargó un poco más en Alen, pero a medida de que entraban en la escuela, intentó caminar por su propia cuenta, pero traía el cabello desarreglado y las ropas sucias y rotas. 

Al llegar ante la puerta del despacho, Ginevra miró a Alen para que tocara, y el chico lo hizo, pero les daría tiempo para poder escuchar lo que estaba diciendo el hombre, la chica se encogió de hombros y decidieron tocar, la niña estaba pálida y asustada, no quería hacer enojar al profesor, pero ya lo habían hecho, al destruir sus rosales. 

Sábado 28 de Septiembre de 1991

Ginevra había insistido en tomar el camino mas largo posible de todos, lo cual entendía pero no compartía su opinión, pero tal y como decía el "Corazón de bruja" había que saber cuando dejar que fueran las brujas las que mandaban por lo que decidí hacerle caso y tomar el camino largo. Al llegar cruzamos miradas tras ver la puerta abierta y murmullos que provenían del interior, la verdad es que era raro pero a la vez no me extrañaba de Rowle era un hombre curioso como pocos. Tocó la puerta cuando lo indica la chica a pesar de que yo ya tenía pensado hacerlo y cruzamos en cuanto nos diga que podemos.

La escena era graciosa de ver, ya que por la puerta entraron los que el día anterior se habían anunciado como futuros prometidos, yo con una escoba en la mano, ella con un libro, la ropa un poco rota, sucia y llena de heridas. Lo único que pude hacer fue esbozar una leve sonrisa y sentar a Ginevra en alguna silla.

- A ver... profesor... resulta que estábamos en los jardines y por diversión hicimos un duelo pero tras un par de esquives lance un Flipendo muy fuerte mas aún que el que lance contra Artemis en el club y la mande por lo aires... entonces cuando fue a caer cayo sobre unos rosales que creo son suyos y los estropeamos. Por eso vinimos de inmediato a disculparnos.

Después de haber recibido un mensaje del profesor rowle para que fuera a su despacho,aunque realmente no tenía idea del motivo ya que el me habia dicho que me llamaria pronto incluso despues de haberles dicho todo lo que sabía del Ent,quizás era para hablarme de algo nuevo que descubrieron del bosque negro.

Mientras avanzaba por el pasillo pude ver como dos personas estaban frente al despacho del profesor Rowle aparentemente escuchando a escondidas -EY !¿QUE HACEN USTEDES DOS?¡ !¿ACASO ESTÁN ESPIANDO AL PROFESOR ROWLE?¡ -di un pequeño grito que parecía más un regaño ante las dos figuras.

Ginevra se giró hacia el chico que chilló, y se ocultó detrás de Alen, sin embargo Francis pudo ver que la semiveela estaba lastimada, con la cara arañada, su ropa sucia y un poco rota, la chica se encogió de hombros con los ojos llorosos, y con el profesor ya viéndolos, Alen le había explicado todo lo que había pasado con mucha valentía, sin embargo la niña sacó valor, y se hundió todo lo que pudo entre sus hombros.

— lo-lo siento... yo... fui la de la idea y... no lo estaba espiando, lo juro, yo... — Ginevra seguía al borde de las lágrimas y su voz se iba quebrando, temia mucho a las reprimendas. 

Al ver quienes eran los que estaban en frente de la puerta cambie mi idea a una más compasiva -Alen Ginevra perdon no vi que eran ustedes- pude ver como Ginerva estaba bastante lastimada y a punto de romper en llanto -Ginevra estas muy lastimada ¿que te ocurrio?- mientras decía eso me acerque a la chica a ver como se encontraba.

El breve lapso que pudiste escuchar en la puerta antes de que os descubriese Francis, pudiste observar como el profesor Rowle lucia preocupado y no dejaba de susurrar...

- Estoy en un serio problema... Si no hago nada acabarán matándola... ¿Debería protegerla? No sé si eso sería lo más apropiado...¿Qué debería hacer...?

Entonces advertiste que el profesor guardaba silencio, y miró en vuestra dirección, a la puerta. Ya os había detectado...

El profesor se acercó hasta la puerta, y con su siempre cálida sonrisa os invitó a pasar, observando que habían más visitantes de lo esperado.

- ¡Oh, adelante, pasad! Al joven Lestrange lo esperaba, de hecho le había enviado una nota... Pero no sabía que también recibiría la visita de la joven Carrow y el joven Ryder. Ahora mismo creo que sois los aprendices más populares del colegio... ¿Debería felicitaros o es una mala idea? Sea como sea, contadme que os preocu... Hasta entonces había estado hablando sin casi prestar atención, pero al ver las heridas de la muchacha, no tardó en acercarse preocupado. Por las barbas de Merlín, ¿Qué te ha pasado? Déjame que te cure esas heridas de... Entonces el joven Alen relató lo sucedido y un suspiro de resignación brotó del viejo docente. Ya veo, ha caído de lleno en los rosales de rosas azules... Me duele la noticia, son muy sensibles... Espero poder recuperarlos para que la pobre Gala no pierda su hogar, ahora mismo debe estar pasándolo francamente mal...

- Pero bueno, lo primero es lo primero... Te trataré con cuidado esas heridas, aún veo que tienes algunas espinas clavadas... Comentó Harold, tomando con delicadeza las manos de la muchacha, para rápidamente sacar de una estantería unos brebajes curativos, unos ungüentos y y tomar su varita. En cuanto el profesor agitó la varita, las heridas de la pequeña se limpiaron y cerraron, después le aplicó la loción en las partes más delicadas y expuestas, como la cara, los brazos y las piernas, y una vez la muchacha terminó de beber la poción que le ofreció, sabía que el dolor habría pasado por completo. Nada que un día de reposo no haya de sanar. Mañana por la mañana estarás en perfectas condiciones y sin ninguna cicatriz. Ahora que por primera vez te veo tan de cerca, puedo apreciar tu esencia semiveela. No es ni una cuarta parte de la de una veela pero no dejas de ser encantadora, pequeña. Es un bonito don que quizá aún no llegues a comprender, pero que con el tiempo llegarás a apreciar y controlar mejor. ¿Sabías que se puede controlar? Quizá algún día os lleve de excursión a un lugar mágico, donde te sería posible aprender... Pero cambiando de tema, ¿Han quedado muy maltrechas las rosas? Del 1 al 10, ¿Cuanto creéis que se han dañado? ¿Urge que vayamos de inmediato?

En medio de los gritos de Francis y las excusas de Alen, la niña había logrado escuchar parte de lo que el profesor murmuraba, la niña no logro entender del todo, ¿a quién le harían eso?, además, estaba adolorida y asustada de lo que le iban a hacer por haber destruido las rosas, que no se tomó el tiempo para detenerse a meditar aquellas palabras, pero luego lo haría, claro que lo haría. 

Francis recibió una dolida mirada, con los ojos verdosos de la niña llenos de lágrimas y haciendo pucheros, tenía la cara lastimada, arañazos en sus mejillas, barbilla y frente, también su cabello desaliñado, todo en ella era un desastre, además de dolerle de sobre manera la cadera, ella abrió su boca para contarle lo que había pasado, pero el profesor ya los estaba atendiendo, y de primeras, sin notar lo que les había pasado. Ginevra se quedó en silencio, mirando sus propias manos, pero cuando Rowle dijo que era la casa de Gala, Ginevra comenzó a llorar con verdaderas ganas, gimoteaba y cubrió su cara con su brazo, haber destruido la casa del hada era muy duro para la niña, quién pensó que la volvería a ver, ahora ¡jamás volvería a ver a una hada! (obviamente no contaba el hada de la profesora de pociones, esa hada era casi tan malvada como la misma Foxier). Lloraba pero el profesor la fue a consolar mientras le curaba las heridas, el dolor comenzó a aliviar, sólo quedaba el ardor. Ginevra, sin embargo, aún hacia pucheros por la pena de haber destruido el hogar del hada.

 — creo que... cinco o seis... profesor, quiero ayudarlo a sanar el rosal, yo... yo no quiero que Gala quede sin hogar, me siento muy culpable, lo siento... — logró hablar, aún con pucheros y las mejillas mojadas — quiero... ayudar a arreglar lo que hice — hasta donde ella sabía, el error había sido de ella y debía pagar por él, Ginevra miró a Alen y a Francis, ahora sintiendo vergüenza de que la hubiera visto llorar así, pero no se pudo controlar, sus mejillas se sonrojaron mucho y se encogió de hombros.

— ¿en verdad puedo dominarlo? — se comenzó a calmar — me gustaría, no sé si le gusto a los chicos por mí o por mi mi naturaleza, yo creo que es por lo segundo, — miró de reojo a Alen y se volvió a poner roja — y... soy cuarta parte veela, profesor, mi abuela era veela, no puedo ser menos que eso, ¿cierto? — preguntó con total inocencia, sin saber que con esa pregunta estaría destapando algo podrido y terrible que sería doloroso para la niña. 

Mire detrás mía cuando escuche esos gritos, ¿quien era tan estúpido como para decirnos eso? Debía ser un Hufflepuf solo ellos son tan... Francis... era Francis... un Ravenclaw, casi se me cae la cara de vergüenza. Lo único bueno de todo eso es que Ginevra se escondió detrás mía por el susto que le provoco el chico.

- Francis tranquilizate, anda.

Entonces el profesor abrió la puerta y nos dejo pasar por lo que entre junto a Ginevra haciendo que Francis fuera detrás nuestra, puse mala cara ante el tema de que Rowle nos llamara los aprendices mas famosos, pero igualmente ayude a la chica a tomar asiento en algún sitio mientras el profesor la curaba. Lo que no me esperaba es que repente empezara a llorar, momento en el cual puse la mano sobre su hombro para consolarla.

- Perdón...

Evidentemente crucé miradas con Ginevra cuando hablaban sobre controlar su parte veela pero aparte la mirada al momento. No sabía si debía quedarme o irme ya, la situación era incómoda y mas aún con Francis ahí en medio.

- Bueno, yo creo que me voy a ir... creo... creo que ya no soy necesario por aquí -me rascaba la nuca y miraba a otro lado mientras hablaba- Adiós Francis, adiós Ginevra, ya nos veremos.

Entonces abandone el despacho aún con las dudas de si estaba haciéndolo bien.

Harold entendió que la situación había sido involuntaria y que los muchachos estaban dolidos por lo acontecido, por lo que no quiso darles una reprimenda. Simplemente se limitó a curar las heridas de la pequeña y a tratar de calmarla, no sin antes comentarle varias cosas ante sus palabras.

- Ya veo, caíste de lleno y dejaste maltrechas bastantes rosas, pero aún habían bastantes intactas. Bueno, me encargaré de pisarlas, transplantarlas y abonarlas bien, y en la próxima clase, deberás confeccionar tu misma un buen abono por si algún día ocurriese algo similar, saber cómo actuar. Todo buen buen mago o bruja debe saber cuidar del entorno, comprender las plantas y las criaturas mágicas que le rodean, y entender que formamos parte de un ciclo vital en la que todos somos importantes... Le sonrió dándole una caricia para animarla, e indicándoles que no había problema alguno y que ya podian salir. Agradezco sinceramente que hayáis venido a decírmelo en persona, y os informaré del estado de gala, seguro que estará bien, no os preocupéis. Probablemente la traslade dentro del invernadero unas semanas hasta que recupere las rosas y esté todo perfectamente. 

Tras sus palabras, miró a Francis y le dijo con tranquilidad.

- Bueno, en breves empezaremos la clase de hoy... Iremos a un sitio bastante singular...

Tras entrar en el despacho por invitación al profesor Rowle seguía sintiéndome mal por lo que acababa de pasar después de sorprender a dos estudiantes que resultaron ser Alen y a Ginevra me había dado cuenta que me deje llevar bastante aún más después de ver como Ginevra estaba tan herida y aun era lo suficientemente responsable como para venir aun a disculparse con el profesor aun antes de ir a la enfermería por lo sucedido.

Después de que Alen contara lo sucedido pude sentir su mirada y la gran incomodidad que había mientras decidía marcharse pero luego intentaría arreglar las cosas ellos dos eran buenas personas eso hasta que el profesor me sacó de mis pensamientos -¿Un sitio bastante singular,a que se refiere Profesor?- aun después de ese cambio de tema tan repentino casi lo había olvidado -¿para que me había llamado profesor?.

Ya comenzó a sentirse mejor y más cuando Rowle le dijo que las rosas estarían bien y que Gala podría estar en otro lugar mientras se recuperaba su hogar, la chica ya no estaba tomando atención a lo que hacía Alen al que apenas despidió con un movimiento de cabeza, pues estaba obnubilar con las palabras del profesor, así que se puso de pie, pero su pierna dolió, tendría toda la cadera morada de seguro.

 — claro profesor, quiero trabajar en eso y...y ayudarlo con las rosas, por favor, avíseme cuando vaya  — se pone de pie, pero le duele bastante, sin embargo se aguanta  — suerte Francis, nos vemos  — levanta su mano y sale detrás de Alen aunque no lo busca en el pasillo, sino que se va sola a la enfermería para pedir algo para el dolor, pues la ayuda dada por Rowle solo había tratado los rasguños hechos por las espinas. 

El profesor Rowle esperó a que Gin y Alen abandonaran el lugar para responder al joven Lestrange. Lo que quería transmitirle y explicarle era importante, y aún tenía serías dudas de si era el momento y estaría preparado. En su día su maestro le eligió y era aún más pequeño que él, y también el profesor Scamander se convirtió en su aprendiz en su día y se había convertido en un gran mago. ¿Por qué no podía ocurrir lo mismo con el joven Ravenclaw? Harold sentía que tenía mucho potencial latente, y esperaba estar acertado en sus apreciaciones.

Aún sin responderle, fue guardando muchas cosas dentro una pequeña mochila que pensaba llevar junto a sí,... Frascos con ingredientes, frascos vacíos, viales, algunos objetos mágicos varios para manipular las plantas, redes, cazamariposas, sacos de dormir y tiendas de campaña, suministros y cantimploras de agua... ¿Cómo era posible que cupieran tantas cosas, algunas de ellas de enorme tamaño en una mochila tan pequeña? ¿Estaba preparando una acampada de varios días? 

Ya cuando parecía estar preparado, miró al pequeño que seguía sin creer todo aquello, y fue cuando le dio una respuesta a sus preguntas.

- Bueno, jovencito. Necesito una respuesta por tu parte... Voy a tratar de ser claro y conciso, y no me andaré en rodeos. Se que te gustan la herbología y las criaturas mágicas, y por alguna extraña razón que no llego a comprender, el ent del bosque prohibido te eligió entre todos los alumnos y profesores que allí estábamos, sintió una afinidad especial, y fuiste capaz de ver sus recuerdos y ver las visiones que quiso mostrarte de lo acontecido en el bosque prohibido. Además, este pequeñín que siempre llevo en mi bolsillo, a diferencia del resto de mis Bowtruckle, se siente atraído por tí... Y creo que busca sellar contigo lo que me gusta llamar como "Pacto animal vinculante".

Sabia que seguía sin comprender, así que se agachó para quedar a su misma altura, sacó de su bolsillo a Sphagnum, el Bowtruckle que vivía en el nogal milenario, en el ent, y lo depositó momentáneamente en la palma de la mano del muchacho, para que supiese a que se refería. Justo al colocarlo, la criatura empezó a moverse alegre encima de la palma del pequeño, emitía un brillo especial por todo el musgo que tenía su estructura arbórea, como si irradiará magia y se la compartirse al pequeño. Francis probablemente sentiría calidez, amor, una energía positiva muy agradable. Pero cuando Rowle volvió a tomar al pequeñín entre sus dedos, aquella magia fue desapareciendo paulatinamente.

- ¿Entiendes un poco mejor lo que ocurre? Este pequeño, desea ser tu mascota, estar vinculado mágicamente contigo, al igual que todos mis pequeñines lo están conmigo. Pensé que al tener el trozo de madera del nogal, se sentiría vinculado a mi, y así poder cuidarle, pero por alguna extraña razón, no busca ligarse a mi y tampoco quiero forzarle, aunque si quiere sobrevivir debe hacerlo con alguien... Y tengo una idea de la posible razón... Comentó guardando silencio unos instantes. Verás, antes de que el ent diese su vida por el bosque, te transmitió sus vivencias de lo acontecido en el bosque,... Momentos antiguos y otros bastante recientes, de cuando llegaron los magos oscuros... Pero no solo eso, también te entregó algo de sí mismo, parte de su esencia, probablemente para que el pequeño Sphagnum no muriese al perder su árbol madre, y se sintiese ligado a alguien, en este caso a ti. Yo le pregunté... ¿Por qué quiso compartir sus recuerdos contigo? ¿No podía simplemente dar su vida por el bosque, sin explicación alguna a unos desconocidos como nosotros? Él vio algo en tí, una afinidad mágica por los bosques, la naturaleza, las criaturas mágicas... Sintió que eras merecedor de aquello, y confió en que cuidarías de Sphagnum...

Entonces Harold colocó su mano en el hombro del pequeño y le hizo una propuesta, un propuesta como en su día hizo con Scamander al ver el potencial del joven, mismo potencial que ahora veía en Francis.

- Me gustaría convertirte en mi aprendiz, enseñarte todo sobre las plantas y criaturas mágicas, que me acompañes en excursiones y que aprendas a percibir, a comprender el entorno... Solo si estás dispuesto a ello, y me prometes obedecerme sin cuestionarme, accederé a enseñarte un lugar único, mi verdadero hogar, un entorno mágico y puro, que prácticamente nadie nunca ha pisado. Allí podría ayudarte a realizar el "Pacto animal vinculante", y que de ese modo, Sphagnum quedase vinculado a ti para siempre, sería tu mascota, tu más preciado y leal aliado... ¿Estás dispuesto? Voy a hacerte jurar que me obedecerán... Si no lo haces, no habrá trato alguno, y simplemente podrás salir de este despacho a hacer tus cosas, como si está conversación nunca la hubiésemos tenido. ¿Y bien? ¿Cuál es tu decisión? No hay mucho tiempo si queremos llegar para antes del anochecer al castillo...

Escuchaba atento la explicación que el profesor Rowle me daba acerca de la pequeña criatura que debía "vincularse" con un ser vivo que ante tal demostración de magia y brillo además de las sospechas del profesor,yo podría ser el indicado para cuidarlo todo en base a mí fortuito encuentro con el Entorno pero en mi cabeza solo se mantenía el el pensamiento de sí acaso yo sería capaz de cuidar a una mascota tan especial.

Me quedé pensativo varios segundos hasta que el profesor termino de explicarme su propuesta de ser su asistente y aún más que en el caso de aceptar la propuesta yo podría acompañarlo a un viaje junto a él para realizar el pacto aunque era muy claro y debía acatar sus órdenes sin dudarlo.

Aún tras tener un montón de dudas inspiradas más que todo por mi poca confianza en ese momento solo pude levantarme rápidamente y dar una respuesta eufórica ¡POR SUPUESTO QUE ACEPTO SER SU APRENDIZ Y AUN MÁS EL CUIDAR DEL BOWTRUCKLE! estaba bastante avergonzado por aquel grito intentando tomar compostura -Quiero decir que me encantaría aceptar su propuesta profesor.