Partida Rol por web

-Está en buenas manos, sr. Ryder.- anunció la profesora McMahon sobre el gato del chico al ver cómo Anastasia lo protegía. -Ahora vayan, entren en la escuela y busquen a su prefecto para que informe inmediatamente al señor Dumbledore. Bajo ningún concepto vuelvan a salir del castillo sin un profesor.- imperó antes de dejarlos marchar. -Srta. Sinclair, no apague la varita salvo que sea estrictamente necesario. Así sabremos que están bien.- añadió a la chica, tras un asentimiento al ver que la chica se había adelantado a sus clases, como buen Ravenclaw. 

-Srta. Born, usted se encargará de cubrir a sus compañeros. Dispare sin miedo, manténgase firme y avíseme si la varita de Sinclair se apaga.- continuó el plan después de que los alumnos se hubieran ido volando. Entonces, tras comprobar que aún no tenía a los grindylows a tiro, se dio cuenta de que el alumno nuevo restante estaba paralizado por el miedo. Fue entonces cuando, suavemente y con total serenidad, se agachó y le pasó la mano por el hombro. -Sr. Dawson, sé que es una situación difícil, pero en estos momentos sus compañeros dependen de usted. Anastasia necesita su colaboración, y la necesita lo antes posible.- le susurró al chico, para luego levantarse y, tras guiñarle un ojo a la chica en señal de complicidad, se giró para mirar hacia por donde venían los grindylows, que estaban cada vez más cerca.

Fue entonces cuando apuntó su varita, con una firmeza casi palpable, hacia estos. -Fianto Duri.- pronunció, moviéndola suavemente y haciendo aparecer una barrera mágica entre la barca y los grindylows.

El joven Dawson levantó la mirada cuando la profesora le susurró aquellas palabras infundándole valentía, y no sin esfuerzo se incorporó y trató de ser útil.

- Gracias profesora, intentaré ser de utilidad... Comentó aún temeroso pero recobrando poco a poco la confianza pérdida. Al igual que todos los alumnos de primero que empezaban, no conocía prácticamente ningún hechizo que pudiese ser útil. Pero al menos recordaba como se realizaba el hechizo "immobulus" al haber estados con sus padres en la granja tratando de inmovilizar algunos enanos de jardín. La verdad es que no conozco casi ningún hechizo, pero practiqué antes de venir a la escuela el hechizo "Inmobulus" porque me pareció bastante útil en la granja de mis padres.

Entonces miró a Anastasia y consideró que quizá, si se infundían ánimos entre ellos y se ayudaban mútuamente, quizá lograsen inmovilizar alguna de aquellas criaturas si sobrepasaban la defensa de la profesora, que ya lucía increíblemente poderosa frente a ellos. 

Menuda pasada... La profe de encantamientos es genial...¿Lograremos serle de utilidad o solo seremos un estorbo? ¡Debo intentarlo al menos!

Al fin decidido, realizaría el único hechizo que conocía...

- ¡Immobulus! Y agitó su varita en dirección a la horda de criaturas que ya llegaban.

No sabía si su hechizo surgiría efecto o si habría inspirado la suficiente confianza a la joven Born, pero al menos se sentía un poco más útil.

A pesar de mi gran demostración de habilidades aún quedaba saber donde se supone que tenía que ir en medio de la oscuridad evitando todo lo que sea que me tratara de impedir el paso, si es que algo lo intentaba, a demás de que aparte de una silueta con una pocas luces tras las ventanas poco mas se veía de Hogwarts.

-¿Donde esta el despacho de Dumbledore? -pregunte a Victoria sin girar la cabeza, de hecho inclicandome un poco para acelerar

Si supiera que ventana era podía ir directamente hasta ella para ahorrarnos mucho tiempo que perderíamos en los pasillos dando vueltas. Lo cual sería una gran cantidad de tiempo teniendo en cuenta las dimensiones del edificio.

- Vamos, Dawson.- dije intentando animarle pero tampoco es que me se me diera nada bien.

Mientras me quedé en el bote con la varita preparada a la espera de que viera a cualquier bestia salir del agua.

Ambos jóvenes lograron sobrevolar el lago sin dificultades a pesar de la inmensa oscuridad y la niebla que cubría gran parte del lago. Y no fue hasta que cruzaron uno de los densos bancos de nubes, que no pudieron divisar con claridad el magnífico castillo y la torre donde esperabais encontrar al director. Entonces os alcanzó un olor fuerte a madera quemada, y al volver vuestras miradas a la derecha, en dirección a uno de los extremos del bosque prohibido, intuísteis que aquella zona estaba en problemas.

Efectivamente, vuestros ojos no os engañaban y se había desatado un pequeño incendio pero que corría el riesgo de extenderse cada vez más y más, por lo que os apresurastes hasta llegar a la Torre del Director Dumbledore, la que tenía tres picos y no estaba claro cómo podía sostenerse en el aire,... pero al ver los ventanales cerrados , descendisteis hasta tomar tierra en uno de los patios interiores y buscar el modo de dar la alarma

Andasteis unos pocos metros tras bajar de la escoba y, justo en ese instante, la profesora McGonagall apareció por una de las puertas y advirtió vuestra presencia.

- ¿¡ Que estáis haciendo aquí a estas horas!? ¿No os habéis enterado de que hay un toque de queda y que todos los alumnos deben permanecer en sus salas comunes y dormitorios hasta nuevo aviso? Deprisa, no me hagáis enfadar y acompañadme de inmediato...

Por desgracia fue imposible hacer lo que quería porque las ventanas estaban cerradas, así que sin perder tiempo baje la mirada en busca de un buen sitio donde aterrizar y en cuanto vi uno de los patios interiores avise a Victoria para que se agarrara fuerte y caí casi en picado parando poco antes de llegar al suelo ayudándome con la pierna para frenar.

- El expreso Ryder ha llegado a su estación no se olviden de agradecer al piloto a la salida -bromeé antes de bajar de la escoba

Avancé a paso rápido recuperando la seriedad por la situación actual antes de cruzarnos con otra profesora que nos ordeno ir a nuestra sala común pero me negué en rotundo en cuanto lo dijo, y retrocedí un poco.

-¡NO! En mitad del lago Negro están la profesora McMahon, la alumna Anastasia Born y Jake siendo atacadas por Grin... Grindy... no se Grindy no se que mas y están en peligro. Además acabamos de ver fuego cerca... ¿que esta pasando aquí? ¿no se supone que Hogwarts era el lugar mas seguro? No puedo dejarlas en ese barco cuando por culpa mía y de Jake están ahí si no hubieran ido a recogernos a nosotros no estarían en peligro. Hay que hacer algo -hablaba rápido y muy preocupado, no estaba dispuesto a irme a la sala común para quedarme sin hacer nada mientras vete tu a saber que pasaba fuera del castillo

Pudisteis observar como Alen y Victoria se alejaron en dirección al castillo hasta que se perdieron de vista tras la niebla. No obstante, la luz emitida desde la varita de la joven SinClair se mantuvo visible largo tiempo e intuísteis que habrían llegado a tierra firme sin mayores problemas.

Después de que las palabras de la profesora McMahon calaran profundamente en el joven Dawson y éste fuese capaz de reaccionar, los tres os mantuvisteis expectantes de las acciones de la colonia de Grindylows que nadaba y saltaba rauda hacia la barcaza. El jovencito intentó conjurar un Inmobulus en dirección a las primeras criaturas que saltaron, pero al estar demasiado asustado no logró su propósito y cerró los ojos esperando el peor de los desenlaces. En cambio Anastasia había sido más perspicaz y sabía que era mejor aguardar y comprobar si aquellos seres eran capaz de superar la magnífica defensa que había conjurado la profesora, un hermoso encantamiento Fianto Duri que protegía por completo el lateral por donde se aproximaban.

Pusisteis observar como al tratar de atravesar la potente defensa, los Grindylows más agresivos que se lanzaban a vosotros terminaban desintegrados y convertidos en polvo, que flotaba en el aire y llegaba hasta vuestra posición como si de una fina brisa marina se tratase. La defensa era aparentemente impenetrable y muchos de esos seres trataron de rodear la barrera mágica por los laterales tratando de encontrar un recoveco, otros se sumergieron por completo y trataron de golpear la embarcación por abajo para tratar de hacerla volcar.

Ni mucho menos era una sensación agradable y no sabíais como terminaría todo aquello. Sin embargo, algo hizo que los tres sonrierais durante un momento y que un aura de energía positiva invadiese vuestros cuerpos, para ver inmediatamente como la forma corpórea de un ave fénix ahuyentaba la colonia de criaturas mágicas y las aguas se calmaban. Muy pocos magos habían tenido el placer de ver el Patronus del que para muchos era considerado el mejor mago de todos los tiempos. Efectivamente, el director Albus Dumbledore había hecho acto de aparición.

- Profesora McMahon, si es tan amable, ¿podría llevar a los alumnos hasta sus aposentos? Temo informarle que estamos sufriendo un ataque a gran escala y que muchas de las defensas del castillo han logrado ser removidas... Pese a que las  palabras del director sonaron cálidas y calmadas, sabíais que la petición era urgente. Dumbledore necesitaba personarse en otros lugares de inmediato para ofrecer ayuda, su llegada al lago había sido mera coincidencia al comprobar que alguien había lanzado un Periculum, pero aún había más problemas que resolver y que requerían su atención inmediata. Hasta nuevo aviso, nadie tiene permitido salir de las paredes del castillo. 

Y tras aquello, el director desapareció y los tres lograsteis llegar hasta el cobertizo, lugar desde donde podríais acceder sin mayores problemas hasta el Gran Hall de entrada.

La visión del bosque en llamas y las ventanas cerradas del despacho del director no hizo más que acrecentar la preocupación de Victoria por los demás y se lamentó de que no hubieran aprendido muchos más hechizos en clase… Alen se dispuso a aterrizar y ella se agarró con fuerza a él, al menos, estaban juntos y seguro que encontraban ayuda.

- El expreso Ryder ha llegado a su estación no se olviden de agradecer al piloto a la salida – bromeó su compañero

La niña le sonrió, era bueno tener a alguien que no perdiera el sentido del humor a pesar de la situación.

- Vamos, por aquí – dijo guiándolo hacia una de las puertas que daban al interior del castillo, si no podían encontrar a Dumbledore, tendrían que buscar a algún otro profesor. En ese instante se abrió una de las puertas y la profesora McGonagall les ordenó que fueran a sus dormitorios.

¿Cómo podía ser que no se hubiera dado cuenta del revuelo que había fuera del castillo? o ¿a caso si lo sabía pero quería apartarlos del problema? No no, Victoria no iba a irse a dormir ni mucho menos y Alen acababa de dejar claro que él tampoco pensaba hacerlo. Se plantó junto a su compañero.

- ¡Profesora tenemos que hacer algo! ¡están en peligro! Alen y yo hemos venido a buscar ayuda y no vamos a irnos de aquí sin conseguirla. ¡Por favor!

Me puse de pie sobre la barcaza con cuidado para no perder el equilibrio, puse mi espalda contra la de la profesora pero sin llegar a tocarla. Respiré dos veces hondamente para luego adquirir una posición de defensa, asegurándome de que si algún Grindylow poder reaccionar y rechazarlo de alguna manera. No creía que con mi experiencia con hechizos pudiera convertirlos en polvo al igual que la protección que realizó la profesora. 

Desde el aire frío de lago, llegó una ligera brisa cálida que me inundaba, aumentando mi confianza y mi fuerza, mi propia voluntad... Hasta que por el rabillo del ojo, vi una figura blanquecina, ¿Un ave...? ¡No, aquello era un... ¿Fénix?! Por un momento extrañada pensaba que había solo una ilusión pero hizo calmar las aguas alrededor de la barcaza y poco a poco las del todo el lago. Había notado que el profesor Dumbledore estaba hablando con la profesora pero no perdí al vista del ser que nos había conseguido calmar a todos, hasta que desapareció en la oscuridad.

Cuando menos me di cuenta, habíamos llegado al cobertizo, un montón de dudas me asaltaron en el momento pero hubo una a la que temí más que a las otras y fue el porque comencé a temblar... 

[Jueves por la mañana]

Thad estaba persiguiendo su snitch dorada a toda velocidad por encima del lago, siempre teniendo en cuenta de no estar muy cerca de la superficie ya que ha oído las historias del calamar gigante, de pronto una sombra tapa el sol y el brillo de la snitch deja de ser visible, hace que pierda la concentración por un instante y la pierde de vista. Thad eleva su mirada y ve a una chica volando en su escoba, parece que no le ha visto así que se pone detrás de ella y cuando esta está despistada agarra la escoba por detrás para que la escoba decelere por un segundo como si hubiese cogido una turbulencia. Jajajaja, lo siento no he podido evitarlo. Me llamo Thad, ¿Y tu?

Aquella mañana había decidido salir con mi escoba y coger un poco de aire aunque aún tenía la bufanda puesta ya que no deseaba pescar un resfriado, en cuanto me sentía tranquila y sola, respirando profundamente para poder coger energías para lo que quedaba de día.

Me sentía tremendamente tranquila hasta que noto que algo tira de mi escoba haciéndome frenar y no solo eso, sino a punto de hacerme perder el equilibrio, por suerte me sujeté lo bastante bien para no caerme en el lago y me giro para encontrarme a otro alumno de Hogwarts: Pero... ¿estás loco?¿Cómo te atreves a tirar de la escoba de alguien? Podría haberme caído...- digo tranquilamente mientras el otro muchacho se presenta.- Muy bien, Loco Thad... - le pongo como mote gracioso.- Yo soy Anastasia de Hufflelpuff, ¿que haces por aquí?

Estaba practicando con mi Snitch dorada, pero al pasar tu por encima la sombra ha hecho que la pierda de vista, siento haberte asustado, parecías un poco ralajada y viendo lo que ha pasado estos días no conviene estarlo demasiado, sonrío a la chica de Hufflepuff, ¡Anda! eres de la misma casa que Ruben ¿No? Pues la verdad es que me gusta mucho el mote, "Loco Thad" me recuerda a una novela de fantasía que me encanta, aunque el personaje se llamaba MAD MAC creo recordar.

Y a parte de hacer perder Snitch doradas a los que practican para buscador ¿Qué haces por aquí?

- Ah, si, Rubén... - digo mientras me acuerdo en los encontronazos que tuve con él.- ...diría que se trata de alguien... que es único en su especie...- no supe como definirlo mejor sin llegar a insultarle que era lo último que quería.

Su detalle con la snitch realmente me pareció graciosa y no pude evitar soltar una pequeña carcajada.- Lo siento, no era mi intención. La verdad es que me gusta volar, diría que es el sitio donde mas puedo ser yo misma... ser libre... supongo...- digo intentando cambiar de tema.- ¿Quieres que te ayude a buscar tu snitch? Aunque no se si seré muy buena con eso ya que puedo hacer pocas cosas mas que volar.

Si, Rubén es bastante raro, siempre está diciendo lo guapas que son todas, pero nunca le he visto enfadado, ni siquiera cuando le grité.

Volar para mi es lo mejor, desde que me entere que se podía quise subirme a una escoba, me da igual todo lo demás, mi snitch, ¿Te gustaría probar a encontrarla? ¿Quien sabe igual eres una buscadora y no lo sabías hasta ahora? Miro a la chica y un escalofrío recorre mi espalda de abajo hasta arriba, mi cuello se tensa.

Vamos allá, tienes que buscar un reflejo, al ser pequeña y metálica es la única forma de verla, luego tienes que volar a toda velocidad hacia ella y empezar a seguirla, intentará eludirte con quiebros así que tendrás que hacerlos también, yo iré detrás tuyo por si en un giro pierdes el control, ah, otra cosa, no te acerques a la superficie del agua, aunque la snitch vaya en esa dirección, en el lago hay un calamar gigante y no queremos molestarlo ¿De acuerdo? Vamos allá.

En cuanto oí su propuesta para encontrar su snitch la verdad es que no esperaba poder ser de mucha ayuda ya que mi manejo con la escoba era limitada, bastante limitada... así que dudé en que debía contestarle y por varios largos segundos no dije nada. 

''Venga, Anastasia, si es tal como ha dicho, tienes parte de culpa...'' aunque en realidad solo estaba buscando una excusa para intentarlo ya que es posible que nunca pudiera jugar a Quidditch.

- Esta bien, te ayudaré a buscarla, pero... ¿por donde empezamos? - pregunto mientras comienzo a mirar a mi alrededor y a lo lejos observando todo el lago.

Tienes que buscar un reflejo dorado así que tienes que ponerte casi cara al sol, pero no tanto como para que te deslumbre el sol.

Vamos hacia allí. Déjame que te guíe un poco la escoba, agarro la escoba y la muevo hacia la posición, me pongo detrás de ella, yo ya la he visto, mira hacia el sauce de allí, ¿La ves? En cuanto la localices avanza lo más rápido que puedas hacia ella, luego vendrán las piruetas y los giros, jajaja.