Partida Rol por web

La negativa de la gente del agua me puso de mal humor en especial por que deseaba recuperar la varita de Gin a toda costa, ahora teníamos un problema diferente o regresar al castillo o una puerta de una ruta diferente, así que me paré frente aquella misteriosa, aunque al solo abrirla con un secreto de verdad era algo curioso, me pregunto que secreto debería contarle o si este tendría un efecto en ella, peor aún de verdad tenía algún secreto que contar.

-El año pasado yo fui quien se comió la ultima rebanada de tarta del pastel de cumpleaños del tío Gondulphus Percival, y para cubrir mi rastro aprovechando que mis primos dormían le coloqué un poco del merengue al mi primo el mas gordito de todos para que de verdad creyeran que se la había comido él- dije  esperando que el secreto fuera suficiente.

Al llegar a tierra ya me había calmado un poco, lo suficiente para continuar con la prueba aunque podría entender que Victoria ya no quisiera pasar la noche conmigo. Aún así fui el último en pisar tierra firme y al hacerlo mire a Ginevra con una sonrisa algo forzada ya que se notaba que no estaba de humor como para sonreír de forma genuina.

- Gracias -le dije a la chica antes de continuar por el camino de piedras verdes

Camine detrás de Daniel hasta la puerta la cual mire de arriba a abajo mientras el chico exponía el suyo, ¿un secreto de verdad? No es que no los tuviera pero... No, no pensaba echarme atrás, di un paso al frente para ponerme junto a Daniel.

- Soy un imbécil, un patán y un crío, no hago mas que meter la pata por mucho que diga lo mucho que me gusta Victoria no hago mas que cometer error tras error y es que soy incapaz de no mirar o preocupar por otras chicas o de incluso controlar mis impulsos, no se porque pero la propuesta de esas sirenas me sonaba muy tentadora y ni siquiera entiendo porque. Quiero a Victoria, pero me preocupo por Gin, cuando escucho a una chica gritar no puedo evitar querer ir a socorrerla, no por un acto de heroísmo desinteresado si no porque quiero que los demás me vean como un héroe por impresionar al resto por sentir las miradas de los demás sobre mi. Pero soy un patán que no hace mas que meter la pata... así que tal vez lo mejor sea alejarme de ella y no hacerle mas daño -me quedé mirando al suelo, por primera vez había sido honesto y sincero totalmente no solo con los demás sino también conmigo mismo

La niña se encogió de hombros cuando vio que todos pasaban por alto su intervención con el tritón incluido este último, así que se echó hacia un lado de la barca fijando su mirada en la orilla cada vez más cercana y no prestó atención al resto de la conversación de los chicos. Durante el trayecto notó como alguien se acercaba y ponía una capa sobre sus hombros, se giró y pudo ver a Alen, - Gracias - le dijo amablemente y le dedicó una pequeña sonrisa.

Cuando llegaron al muelle Victoria bajó detrás de los demás y les siguió hasta donde se suponía se encontraba la puerta que atravesarían solo al confesar un secreto personal. La niña dudó unos instantes, ¿a qué se referían con aquello de secreto íntimo? pensó en el club secreto, en el mapa, en... pero eso no eran secretos íntimos... eran secretos que implicaban a otras personas, no aquello no podía ser... Mientras pensaba en ello, escuchó como Daniel era el primero, confesando una travesura, la ravenclaw dudaba que con aquello fuese a abrirse la puerta y entonces habló Alen, la niña lo escuchó atenta y su mirada se entristeció, no por que él hubiera dicho que estaba pensando en alejarse de ella, sino por que eso mismo era lo que ella sentía, no había pensado decir algo así en esa situación para no incomodar más la escena pero las palabras de Alen le hicieron pensar que eso era lo que la puerta quería, que confesaran sus secretos personales, íntimos y privados... y ya no había vuelta atrás, observó a su amigo que miraba fijamente el suelo y deseó decirle algo pero pensó que era el momento de hablar a la puerta. La niña dio un paso adelante y se colocó junto a Alen para hablar.

- Yo... no quiero seguir con Alen, le quiero muchísimo, pero creo que esto terminará con ambos - Victoria no quería decir aquello allí, llevaba guardándoselo desde el inicio de la prueba pero sabía que era lo que quería la puerta. La ravenclaw suspiró y miró a su amigo de reojo, deseaba abrazarlo y decirle muchas cosas más pero eso ya sería en otra ocasión, si él quería escucharla claro.

Dio un paso atrás volviendo a su solitaria posición como en todo el camino, odiaba estar sola pero se sentía extraña allí y para nada integrada. Esperaba que la puerta se abriera tras aquello, podría haber seguido hablando, decir que otro chico comenzaba a llamar su atención, que le gustaría poder ser más individualista, más egoísta, más ¿mala? o, incluso que... el profesor Scamander la ponía muy nerviosa pero no lo hizo. Consideraba que aquello era suficiente.

Me quedé callado el resto del camino hasta el muelle no esperaba que los tritones rompieran su trato nuestras varitas eran suyas ahora y no se podría cambiar.

Al llegar al muelle baje increíblemente estaba bastante animado para haber entregado nuestras varitas caminado hasta la puerta al lado de Ginevra ,Al ver esa puerta solo podía pensar si poseía un secreto personal ,no sabía si sentía algo como eso, pero con todo lo que ha pasado ese pensamiento que ha estado recorriendo mi mente últimamente -Realmente destesto a mi familia no conozco a nadie además de mis tíos y mi primo aún así todos siempre me temen o esperan demasiado de mí y no se la razón de ello...cuando entregué mi varita era porque quería ayudar pero...también me alegraba un poco el hecho de no estar en el mundo de la magia al menos por un tiempo- solté todo eso de golpe mientras me rascaba la nuca y tenía la mirada fija al suelo.

Al parecer todos estaban contando un secreto de su interior muy significativo, el mio parecía una mala broma o una travesura infantil dudaba que la puerta se tomará enserio mi secreto, ahora solo me parecía algo tonto y patético en comparación a lo que los demás habían dicho, Alen había confesado sus sentimientos la verdad es que de idiota pero un idiota sincero, Victoria  había dicho algo muy cruel pero a la vez muy sincero y Francis  su secreto fue algo que no esperaba, fui rudo, tonto, patético y un patán por haber dicho palabras tan crueles, ha comparación de ellos que tenía yo, mi vida había sido muy fácil, siempre había tenido a mis padres cuidándome, incluso tenía a mis primos y familiares tanto mágicos como muggles que me había apoyado, salvo la cicatriz en la pierna el único secreto que guardaba  era algo que no me atrevía a decir, pero a este punto parecía inevitable.

-Me gusta Gin, me gusta por su forma de ser de su mirada, me gustaría que ella me diera la oportunidad de ser algo mas- realmente extrañaba la mascara ahora todos podían verme a la cara y saber lo que pensaba incluso - ella es muy importante para mí incluso aunque mi madre no quiera que este con ella la desafiaría, me plantaría frente a su familia y no me movería de allí hasta convencerlo de mis palabras, se que al decir esto ella posiblemente se aleje de mí y termine sufriendo por ello, pero ella es importante para mí, me asusta alejarla aun así soportaría todo por verla feliz- me quede callado de golpe  no sabía que diría ella, pero no sabía que mas decir, 

Melker se contraba absorto besando a Cyllene, disfrutando de cada segundo de sus cálidos besos, cuando de repente una melodía empezó a emerger del lago y poco a poco fué centrando su atención en ella. Cada vez sonaba más nítida en su cabeza hasta llegar al punto que la bella profesora de pociones pasó a segundo plano. Sentía que tenía que descubrir de dónde procedía esa bella melodía así que ,levantándose del suelo y separándose del abrazo de su compañera, Melker se puso en pie y se dirigió hacia la orilla del lago.

Cyllene actuó similar a su compañero, como si la magia envolvente del mago le llamase. Una melodía cálida, fina y atrayente le hacía un reclamo y era necesario llegar hasta el agua de nuevo, donde aquellas voces le indicaban que debían adentrarse en sus frías y oscuras aguas. El lugar desde donde no hacía demasiado tiempo, habían salido.

Cuando ambos profesores llegaron a la orilla del lago la magia les indicaría que debían meterse en las frías aguas. La canción no dejaría de sonar hasta que ambos estuvieran envueltos hasta el pecho por el líquido elemento y sería entonces cuando aquellas voces se silenciaran y ambos pudieran volver a sentir conciencia de ellos mismos.

En ese momento varias criaturas de aspecto humano y cola de pez emergerían del lago y observarían a los dos docentes que allí se encontraban y probablemente se preguntaran qué hacían exactamente allí, en medio del agua.

- Es un placer ver a los profesores de Hogwarts.... - susurra la sirena nadando alrededor de Melker -... nos ha gustado mucho vuestra actuación en el agua... - susurra la criatura tocando la empapada túnica de Melker

- Aún no habéis terminado vuestra prueba de valor.... Habéis luchado y lo habéis hecho bien juntos..., pero es una pena deciros que vuestra embarcación no se encuentra donde la dejasteis.... - sonríe el tritón con una mirada retadora hacia Westerberg -...pero podríamos hacer un trato para que la recuperaseis... Si ella viene conmigo... - se acerca a Cyllene y le toca el pelo -.... y tú te quedas con mi amiga durante treinta minutos os la devolveré para que podáis regresar al castillo..., a no ser que deseéis vivir en la isla para siempre..., que también es una posibilidad.... Y ahora dime humano... ¿quieres seguir jugando?.....

Las demás sirenas y tritón permanecen en silencio mientras escuchan hablar a su líder. Obviamente todos están expectantes de la respuesta que los profesores van a dar. La única que sonríe de manera desagradable es la sirena más pequeña de todas, en su mirada se denota de que algo le ha disgustado muchísimo. Los demás permanecen en respetuoso silencio.

Era un juego, un juego, pero las confesiones de ese grupo de seguro los dejaría completamente al desnudo con aquellos que ni siquiera confianza se tenía, pero ahí estaban, desgarrándose los corazones por una prueba que ni siquiera sabían si tendrían algún premio, no se podía negar que todo aquello había sido muy cruel, demasiado cruel. Ginevra, que seguía al lado de Francis, y tomó su mano con fuerza, pues de todo lo que hasta ese momento se había dicho, su secreto era el más doloroso, Francis, al igual que ella, no estaba confirme con quien era, su familia era un problema y no pudo sino, sentir empatía y conexión con el jovencito, sonriéndole cuando sus miradas se cruzaron.

Alen sería otro que la pasaría mal, Victoria había resuelto terminar la relación en ese momento y el chico, aún reconociendo que le gustaba, pero que era un patán, se preguntaba si deberían separarse, quizás la chica no se había dado cuenta de la extrema sinceridad de Alen, por otro lado el joven era lo que era y quien lo amase, debería aceptar eso. ¿Amor? ¿Unos mozalbetes sabrían que era el amor? No, definitivamente no, y eso pronto sanaría, y quizás cuando grandes poco recordasen de esos momentos. Ginevra miró a Alen y quiso transmitirle su cariño y preocupación sin ser condescendiente, ese era el peor momento para consolidarlo cuando había abierto su corazón y había recibido un rotundo rechazo. 

Daniel sería otro que hablaría, decidido a enmendar el secreto infantil que había dado al principio, ella, al escuchar su nombre, bajó inmediatamente la mirada, avergonzada, ahora le tocaba responder, y por toda la magia, ay que lo haría. 

— Me gusta Daniel — comenzó a hablar — y me gustaría tener algo con él, pero no ahora, no en este momento, pero no puedo tener nada por quien es él... es un mestizo — decirlo así se le hizo terrible, pero al final del día, ese era el problema — mamá me prohibió juntarme con él o... o me sacará de la escuela y no.. no quiero eso, no quiero volver a casa, ahí, ella es mala conmigo y nadie me habla... yo no quiero volver a casa y prefiero perder a Daniel que me saque de aquí pero eso me produce mucha culpa porque es la única persona que en realidad se preocupa por mí y me quiere a pesar de ser yo... digo, no sabía que le preocupaba a Alen, pero si no hubiera sido por el compromiso, no creo que hubiéramos hablado. Daniel fue la primera persona que se me acercó y siento que lo traiciono... pero... pero volver a casa... no— movía la cabeza de lado a lado, la idea la asustaba.

— ... además sé que lo hará ya lo hizo, la semana que estuve fuera, fue porque se enteró que era amiga de Daniel... y no quiero, no quiero — levantó las mangas de su vestido, sus brazos estaban las marcas sobre su piel de su apellido, su madre usaba una pluma de castigo y esa eran las muestras de aquello — no quiero volver... no... ademas me da miedo no quererlo tanto como él a mí... y debería estar con alguien mejor, yo-yo... no le convengo pero insiste y me abruma mucho — se encogió de hombros — además me gusta otro chico también, pero como alguien a quien admirar... y siento que debe gustarme Alen, porque así sería más sencillo el compromiso — estaba sacando todo de sí — pero Sinclair me incomoda, por eso la evito y... y... en medio de esta noche... tras las pócimas... intenté saltar del puente cubierto y si no fuera por el chico que también me gusta, creo que hubiera muerto— había hablado muy rápido, las palabras salían una a una y al terminar, así la dejó sin aliento, queriendo escapar de ahí, que no la vieran con pena, que no la escucharan, Ginevra había terminado por derrumbarse, agobiada por la sola idea de volver a casa o perder al primer amigo que había tenido en su vida. 

Cuando los jóvenes llegaron delante de la puerta, todos se dispusieron a pensar en el secreto que su corazón albergaba, pues era algo que debían compartir. Aquel acceso no era particularmente grande, de hecho, parecía un sencillo portalón verde de madera engarzado en la roca, disimulado por tamaño un acceso que comunicaba el castillo con una de sus zonas exteriores.

Daniel había contado una gran verdad delante del grupo de sus compañeros. Había sido un mal chico pues al haberse comido un pastel y culpar a otro en el proceso, a un inocente, dejó parte de su carácter expuesto. Pero la puerta no le dejó pasar. Un flujo mágico invisible le impedía el avance dejando algo claro. El pago no estaba completado.

Alen Ryder por su parte hizo unos comentarios que partían como lamentaciones desde su propia alma, aseveraciones reales que ltuvieron su repercusión sobre la puerta mágica, pues esta, puede que por el viento, o puede que por su propia energía, se abrió un poco más ante la presencia del niño, el cual pudo entrar sin problemas en el interior del recinto.

Victoria por su parte empatizó con la puerta, denotando que sabía lo que quería esta, y diciendo unas palabras que nacían desde su corazón. Un secreto que no había pronunciado en voz alta hasta ese momento y que por fin expresaba. Las palabras estaban dichas, aunque las acciones dependían de cada cual. En cualquier caso, la pequeña Ravenclaw atravesó la puerta sin dificultad, perdiéndose en su interior.

Las frases de Lestrange siendo un alumno de pocas palabras, quizás dejase a sus compañeros realmente obnubilados, y no era para menos, su sentir era profundo, así como la soledad que el joven probablemente albergaría al no comprender que lo que le rodeaba era extremadamente complejo. La puerta le permitió el acceso dejando las mismas dudas en su interior, solo que ahora, las había compartido con alguien.

Dani tras su fracaso inicial por fin dijo algo que realmente partía del fondo de su alma. Su amor por Gin y el valor de luchar por ella, fuera cuales fuesen las circunstancias. El muchacho en este segundo intento consiguió entrar en el interior del castillo atravesando la puerta.

Le tocaba el turno a Ginevra y en vez de decir un secreto que partiese del corazón, lo que hizo fue liberar su alma. Una suerte que la puerta no tuviera boca para hablar, de lo contrario probablemente algo habría dicho, y es que un corazón no podía estar dividido en tantos fragmentos..., ¿o sí podía?... Por un lado dos personas que le gustaban y por el otro, un futuro marido. Un intento de suicidio a la derecha y el miedo de volver a casa a la izquierda. Demasiadas dualidades en una muchacha tan joven. Sin duda alguna los presentes tendrían muy claro a partir de ese momento quien era Gin Carrow, estas pruebas de valor servían para unir o separar a las personas, todo acorde a lo que tuvieran o no que decir.

Y así fue cómo aquel grupo de desdichados, pues no por nada la Dama Gris tomó aquel nombre, atravesó la puerta y se reunieron en una especie de recibidor de madera, donde el fantasma femenino les esperaba.

- Habéis pasado la parte que acongoja el alma, pero no la prueba más dura de todas. La que removerá vuestro interior... Para eso deberéis seguidme... - y así fue como el ente, con su silencioso y continuado avance guió a los alumnos por el interior de varios pasadizos, mostrando algo que ellos debían intuir pero que no conocían de primera mano, y es que la zona subterránea del castillo era inmensa, tanto como recovecos y puertas albergaba. Pero la dirección que ellos seguían estaba marcada de antemano, finalizando su recorrido en una cripta de gran tamaño que se abre ante la visión de los jóvenes estudiantes.

- Esta es la cripta cónica de Hogwarts.... - anuncia la Dama Gris con una mirada brillante -... es un sitio muy profundo y cercano a su corazón. Un lugar poco conocido por los estudiantes de otros años y que hoy se ha decidido mostrar para aquellos valientes que ansiaran exponer su corazón abierto ante el castillo.... - continúa el fantasma -.... hoy por ser Halloween los fantasmas del castillo hemos decidido haceros un regalo ya que la línea en esta noche mágica es más fina de lo habitual.... Mirad allí, hay una fuente de agua... si bebéis ese líquido podréis comunicaros con alguien que está en el otro lado... - se corrige -.... en nuestro lado... Un familiar que muriese, o un antepasado que os desee dar consejo..., algún ancestro que prometiera estar a cargo vuestra y que por algún motivo, tuvo que abandonar este mundo... Hablad, exponed y escuchad.... Este es vuestro presente....

Al meterse en el agua hasta el pecho, Melker dejó de escuchar la melodía y se dió cuenta de la situación y de que la Profesora Foxier también había caído bajo el embrujo hipnótico, cosa que hizo que se sintiera algo mejor en parte. No quería que ella estuviera en peligro, pero saber que no la había dejado tirada le aliviaba ligeramente y ya no se sentiría tan culpable de haber caído en una estúpida trampa.

Del lago, en vez de selkies, surgieron sirenas y tritones que hablaron a los profesores con respeto al principio y alabándo su acción frente a las criaturas del agua. Mientras la primera sirena hablaba, tocó la túnica del Profesor Westerberg y este reaccionó tirando ligeramente de ella para que dejara de tocarla, como dando a entender que el contacto físico no estaba permitido. Uno de los tritones comentó que la prueba aún no había acabado, cosa que Melker había deducido al verse metido en el lago otra vez, y que para recuperar la barca los dos profesores debían pasar media hora en privado con esas criaturas. Aunque por dentro deseaba atacar al tritón por su acción y su propuesta, sabía que la Profesora Foxier no era de su propiedad y que ella podía defenderse sola y decidir que quería hacer - No puedo hablar por Cyllene, pero yo no tengo la más mínima intención de pasar ni media hora ni un segundo a solas con tu compañera Dijo al tritón - No se ofenda Añadió mirando a la sirena que había tocado su túnica, mientras que señalaba con la mano a Cyllene - Pero ella es la única con la que deseo pasar esta noche, y muchas más, y a la única que le permitiré que toque mi túnica.

Melker no pudo evitar fijarse en al sirena más pequeña que sonreía de forma desagradable y se preparó mentalmente por si tenían que defenderese.

Habíamos llegado hasta este punto y la dama gris nos permitiría ver a alguien del otro lado, esto era bastante interesante, alarmante, emocionante y a la vez tenebroso, me preguntaba quien vendría para hablar conmigo, me acerque hasta aquella fuente y di un sorbo.

Las vaporosas nieblas se fueron moviendo hasta el punto tal de que solo una silueta espiritual se presentaba delante de mí, su rostro duro, su mirada seria, era el mismo que había visto  en fotografías aquel legendario hombre que todos mis tíos mencionaban y estaba ahora frente de mi persona.

Trague un poco de saliva para poder hablar – ¿Tío Abuelo Percival eres tú?-  la entidad se limitó a mirarme como si en ello pudiera ver lo más profundo de mi corazón, mis miedos, mis ideas, todo, fueron largos segundos de silencio.

-Inaceptable, ni si quiera puedes considerarte un  Graves- dijo con una mirada dura – no entiendes lo importante aún, vienes del linaje de héroes, grandes magos que lucharon contra los rastreadores, entre otras amenazas y tenemos a esto, un niño que no sabe seguir las indicaciones- su mirada se mantuvo seria y firme.

-¿Jovencito puede decirme cuales son los tres pilares de la familia?- dijo señalando con su varita.

-Sí, señor, son Honor nuestro honor esta sobre todo protegemos y velamos por la seguridad de todos y cada uno de los miembros mágicos, el segundo pilar es Tradición cumplir con el secreto  y no revelar a los no-maj la existencia de la magia y el tercero es Obediencia obedecemos a nuestros superiores, las ordenes se cumplen luego se discuten, los tres pilares de la familia son importantes y debemos honrarlos-dije ante la mirada escrutadora del fantasma.

-Bien al menos su madre le ha inculcado bien. ¿Cuál es el lema de la familia  Graves?-  volvió a preguntar.

-Honor, tradición obediencia es la fuerza que nos motiva a seguir el camino correcto- agache la mirada.

-Muy bien, al menos no eres un material tan deficiente hay madera de auror ahí dentro, solo es pulirla, pero no lo lograras si te sigues aferrando a algo imposible-  los ojos espectrales de mi  tío abuelo se clavaron en Ginevra por unos segundos.

-El amor no es excusa para romper los pilares familiares ni mancillar el lema, supongo que ya sabe a lo que me refiero, se le dio una orden usted debe seguir el protocolo, si su madre le ha dicho que debe alejarse deberá obedecerla, eres débil, no estas entrenado y pierdes el tiempo en cosas como el amor, todos hemos hecho sacrificios por el bien de la sociedad y tu pones en juego el honor de toda la familia por ella, eso me demuestra lo mucho que necesitas aprender si de verdad quieres ser parte de la familia- el antiguo auror se cruzó de brazos – algo que quieras decir.

-Si estoy cansado que  tú y mamá quieran decir lo mismo, yo quiero a Gin ella es importante para mí- conteste.

-¿Cómo puedes saberlo eres un niño, aún demasiado joven para saber qué es lo que quiere?- agrego.

-pero yo  quiero estar con ella lo que siento cuando estoy a su lado, ¿nunca sentiste eso por alguien?- le cuestione.

-El honor esta sobre eso Daniel, no hay espacio para sentimientos, si he venido aquí es para que recuperes tu camino y dejes esa estupidez, al final te hará daño, te hará débil- el ente suspiro cerrando sus ojos – Eres miembro de la familia, por eso si quieres mi bendición sabrás hacer lo correcto, me prometerás ahora mismo que te alejarás de ella y te volverás un auror, de lo contrario no esperes mis consejos.

-No pienso hacer eso aunque eso te moleste a ti, y no quiero tu bendición, no sé por qué estas aquí pero no pienso abandonar a Gin, ni dejarla, aunque tenga que estar escondido y ocultar lo que siento por ella, aunque tenga que quedarme callado  no pienso dejarla- afirmé convencido.

-Entonces si es tu decisión no esperes ni mi consejo ni el de tus ancestros, a tu madre le dolerá saber que lo que ha dejado en el mundo es una decepción, espero que estés orgulloso niño, el ultimo recuerdo que tiene de ti, será lo que tenga- el espíritu se dio la vuelta con calma.

-A que te refieres- le pregunté.

-Tu madre pende entre la delgada línea del reino de los vivos y los muertos, quizás ella debió hablar contigo y no yo, tal vez la hubieras escuchado a ella, si  sobrevive dile que le dejo mis saludos y que a pesar que dejo una decepción en el mundo la apreció, si fallece no te preocupes yo me encargaré de darle el mensaje- el espectro se difumino en el portal por donde había aparecido.

-Espera, regresa, esto no es real es solo la prueba de valor, tu no eres real, regresa, explícame que quieres decir con eso- le pedí más el fantasma se fundió en el  largo túnel de la otra vida, dejándome con una presión en el pecho y con mis ideas, pero algo si estaba claro no dejaría a mi amiga a pesar de que el me lo ordenará.

La bonita mujer se mordió el labio cuando se vio rodeada de agua. No podía evitar meterse de nuevo en el lago, por un lado lo deseaba, aunque en su interior existía un miedo intenso y profundo, ya que era consciente de que el hechizo que le permitía respirar en aquel elemento había desaparecido. Cuando las voces se acallaron sintió alivio, ni por todo el oro de Gringotts daría un paso más hacia la profundidad, permaneciendo cerca de Merkel, el cual había sido presa de aquel embrujo que las criaturas marinas podían tener sobre los humanos.

Las informaciones que le dieron las criaturas acuáticas fueron poco alentadoras. No había acabado la prueba de valor y la embarcación la habían retirado del lugar donde debía encontrarse provocando un nuevo juego, acompañar Melker a las sirenas y ella misma al tritón para recuperar su medio de regreso al castillo.

Una de las sirenas tocó la túnica de Westerberg y Cyllene no pudo evitar fruncir el ceño, pero ella no dijo nada a pesar de que le resultaba molesto de que aquella criatura rozase lo más mínimo al profesor, así como le desagradó notablemente de que el tritón tocase su cabello, retirándolo hacia un lado para impedir un nuevo contacto. El semblante de la mujer se suavizó cuando Melker dio su opinión sobre la situación, indicando en voz alta que tan solo Cyllene era con quien deseaba estar, algo que la docente compartía.

- Yo tampoco deseo invertir mi tiempo en nadie que no sea él... - indica la mujer sonriendo dulcemente a Westerberg -... si no tenemos barca, marcharemos caminando, o si no, ya vendrá alguien a buscarnos..., pero esta noche se ha tornado mágica para nosotros y no deseo estropearla compartiendo nuestra intimidad con nadie más.... - dicho esto toma la mano de Melker y la aprieta con firmeza. Ambos estaban juntos en eso y no les separarían, así tuvieran que volver a luchar.

La sirena más joven había pasado de sonreír con maldad a sorprenderse por la respuesta de ambos profesores, comprendiendo al instante de que ellos no eran como los alumnos, tenían mucha más claras sus formas de proceder.

- Vosotros elegís..., pero ¿sois conscientes de que no podréis volver al castillo?... - el tritón sonríe de manera paternalista, como si deseara hacerles recapacitar sobre su situación, y es que aquella isla no tenía conexión directa con los terrenos de Hogwarts, por lo que tendrían que pasar a nado al otro lado si querían regresar al colegio.

- Tampoco vamos a hacer nada que no desees... - le indica la sirena al profesor mirándole de manera coqueta, como si a pesar de haber sido éste tajante con sus palabras y acciones, aún le quedase un atisbo de esperanza de que cambiara de parecer -...¿o es que acaso dudas de ti mismo?....

- Por mi parte puedo prometer no hundirte si es lo que temes... - le indica el tritón a la profesora -...pero podrías disfrutar de una experiencia única a mi lado, algo que él no podrá mostrarte al carecer de aletas....

- ¿No te gusta experimentar?.... - pregunta la sirena al profesor a la par de su compañero.

- Dicen que no quieren acompañaros porque no confían el uno en el otro y temen caer presos de sus deseos... - indica la pequeña sirena metiendo cizaña, era una criatura joven, con una edad próxima a los alumnos de primer curso, pero con una lengua que asemejaba a los de tercero, mostrando que a pesar de estar rodeada de adultos, su opinión no era acallada por las criaturas que le rodeaban.

Todos expusieron sus secretos y la puerta les dejó pasar, habían pagado bien el precio.

Al entrar la Dama Gris les esperaba de nuevo, y les condujo a una impresionante a la par que lúgubre cripta.

Los fantasmas les hacían un regalo, poder hablar con un familiar fallecido… Victoria miró la fuente… quizás ella… ojalá fuese ella… la niña se aproximó hacia la fuente con un brillo de esperanza en sus entristecidos ojos y bebió un sorbo. Se echó unos pasos atrás y esperó.

Unos instantes después una forma comenzó a materializarse frente a ella, un ente que poco a poco fue tomando forma definiendo la figura de una joven y esbelta mujer. El espíritu observaba a la niña con una intensa mirada de ojos ambarinos iguales a los de la pequeña ravenclaw, mientras su pelo ondeaba alrededor agitado por algún tipo de brisa que solo le afectaba a ella y que le daba un aire misterioso, portaba unos vaqueros y una camiseta ajada al parecer por algún tipo de lucha y que, por sus cortas mangas dejaba entrever en uno de los brazos un extraño tatuaje de una serpiente y una calavera.

- Elyse… - dijo la niña reconociéndola al instante mientras dos lágrimas comenzaban a recorrer sus mejillas, feliz de poder volver a verla, tan bella como la recordaba tan… Elyse. Victoria siempre la había admirado, por su inteligencia, su fuerza, alegría y belleza, y aunque se parecían tanto la niña eso nunca sería capaz de verlo.

El fantasma sonrió y suavizó su mirada.

- Mi pequeña Victoria – dijo y se inclinó hacia adelante para acariciar la mejilla de la niña. Victoria cerró los ojos para sentir su calidez pero solo pudo percibir el roce de una brisa helada que le erizó los pelos de la nuca. Abrió los ojos y la miró entristecida – No estés triste cielo, estoy bien…

- Te….te hecho tanto de menos… desde que te fuiste yo… siempre estaba sola en casa… papá trabaja cada vez más y mamá se hace famosa y yo… se….se que me quieren pero te echo tanto de menos.

En el último año, a Marcus le habían aumentado las horas de trabajo, y Loida pasaba mucho tiempo fuera de la ciudad, su último libro había sido un éxito y Victoria había pasado mucho tiempo sola, tiempo que había invertido en bibliotecas, pues ya no estaba su tía Elyse, había muerto hacía ya año y medio. Ella le había cuidado siempre, desde que Victoria lo recordaba en especial los 3 últimos años de su vida que los había pasado más en casa de la pequeña que en la suya propia, Victoria no sabía por qué, pero le había encantado que así fuera. La niña bajó la mirada y fue entonces cuando se percató del tatuaje de Elyse, una marca que ella sabía bien lo que significaba la había visto en libros de historia...

- ¿Por qué llevas eso? Tú… ¿eres bruja? ¿eres mortifaga? – dijo terminando en un susurro y con mirada horrorizada.

- Así es, cuando cumplí los 11 años me llegó una carta de Hogwarts al igual que a ti cariño, solo tus abuelos y tu padre lo sabían y George claro, ya ves, no eres la única bruja de la familia, ni tampoco la única ravenclaw – le guiña un ojo, después su mirada se entristece y se toca inconscientemente el brazo marcado – verás cielo a veces cuando eres tan joven, el corazón te guía por caminos que nunca pensaste seguir y que en algunos casos ni siquiera deseas continuar, pero el amor es ciego, eso dicen, y te aseguro que es cierto… Conocí a George en el colegio… él no es precisamente el bueno de la historia pero me enamoré de él y cuando lo descubrí ya era demasiado tarde…. Yo le amaba, y le amo, lo seguí hasta el fin del mundo… hasta el fin de mi vida… - Victoria recordó al novio de su tía, solo lo había visto una vez, un joven estirado y guapo que a Victoria no le había gustado nada.

- ¡Él te hizo esto! ¡le odio! – dijo apretando los puños.

- No cariño, no cometas el error de culpar a otros por los actos que comete uno mismo pues puede ser un consuelo pero no la verdad. Esto me lo hice yo sola, y volvería a hacerlo si la vida de él o la tuya estuviera en juego no te quepa duda. Pero ahora mi niña te pido que seas prudente, se que eres como yo, se que en el futuro amarás con pasión y entrega, y eso cielo, puede ser un arma muy poderosa en manos equivocadas… Se fuerte Victoria, tiempos oscuros se acercan, se bien de lo que hablo, estudia, fórmate bien, sigue como vas, eres inteligente puedes hacer grandes cosas si te lo propones, continúa con tus estudios con McGonagall, eso que estás aprendiendo te será muy útil en el futuro. Pero se prudente cielo, no todo es lo que parece. Te quiero no lo olvides, siempre estaré contigo.

El fantasma de nuevo se acerca a la muchacha y le da un beso en la frente que hace que la niña tenga un nuevo escalofrío.

- No te vayas… te quiero…

El espíritu desapareció lentamente y Victoria inspiró aire intentando tranquilizarse… su tía era bruja y además mortífaga y su muerte… ¿no se suponía que a Elyse la habían asesinado unos ladrones que entraron en la noche en su apartamento? ¿había sido George? ¿otros mortífagos? ¿los aurores? ¿Cómo que se acercaban tiempos oscuros? Era lo mismo que Dumbledore había dicho…  Victoria se dejó caer al suelo agotada. Eran demasiadas emociones, demasiados descubrimientos en una sola noche, ya solo quería irse a su dormitorio y llorar en su cama hasta quedarse dormida vencida por el cansancio.

Evidentemente dolía, dolía escuchar eso por parte de Victoria pero era yo quien lo había propuesto... ella era demasiado buena y no me la merecía. Todos fueron diciendo sus secretos aunque no escuche del todo a los demás, estaba cabizbajo, con las manos en los bolsillos sin saber que hacer. Escuche un par de veces mi nombre a mi alrededor creo que era la voz de Gin pero no estaba muy seguro mis pensamientos ensordecían todo y mi voz resonaba en mi mente, dividido entre cosas que debería haber hecho cosas que no, como debería comportarme ahora y seguir siendo yo o esforzarme en cambiar y ¿cambiar a que?

Cuando la puerta se abrió permanecí inmóvil mirándola mientras todos cruzaban... no sabía ni ir o volver a la fiesta, volver a ponerme una mascara y continuar con esa falsa sonrisa. Avancé, si había llegado hasta aquí sería una tontería no continuar hasta el final.

Seguí el camino que nos marcaba la Dama Gris pensando en que mas no haría pasar, que reto mas nos iba a poner para hundirnos mas en el mismo dolor que ella había padecido. Al llegar al final de nuestro trayecto observe el lugar sin mucho interés pero las palabras del fantasma no pudieron ser mas contrarias a lo que me esperaba, una sonrisa débil apareció en mi cara mientras miraba la fuente temblando, estaba a punto de estallar en lágrimas y de alguna manera me contuve para no correr a lo loco hasta ella sino esperar mi turno, pero en el preciso momento en que el antepasado de Daniel y el de Victoria se fueron corrí hasta ella para con manos temblorosas beber el líquido... De inmediato un sonido de pasos se pudo escuchar desde el fondo de la cripta cada vez mas y mas fuerte...

Al ver su figura, su tonta sonrisa de siempre y como ponía una rodilla en el suelo abriendo los brazos, no pude evitar llorar y correr a sus brazos gritando "Papá" sin pensar siquiera en la presencia del resto. Lo abracé y el a mi, pasando su mano por mi pelo en silencio mientras yo lloraba.

- Eh, eh, tranquilo Alen mi pequeño campeón... no pasa nada -me consolaba como siempre lo había hecho como si nunca se hubiera ido

- Papá, te hecho de menos... vi tus recuerdos y los de tu compañero Kingsley... lo vi todo... tengo miedo papá... las cosas no van como yo quería... tengo problemas en las clases... con mis compañeros... mama me ha comprometido... algunos chicos parecen odiarme... yo... yo solo me siento feliz cuando vuelo...

- Lo se, lo he visto todo -entonces le mire extrañado y el señalo mi bolsillo donde la snitch descansaba- Te prometí que siempre estaría contigo ¿no? Alen hijo mio, no te sientas mal eres un gran chico inteligente, valiente, dispuesto a hacer de todo, una gran promesa sobre la escoba, no te preocupes y no trates de ser como yo, busca tu propio camino y lucha por cumplir tus ideales, si quieres jugar al Quidditch adelante, ¿quieres ser auror? Como quieras, pero piensa en que quieres ser y que quieres hacer.

Hubo un momento de silencio por mi parte en el que lo mire pensando realmente que quería hacer.

- Quiero matar a ese hijo de puta -mi padre abrió los ojos sorprendido, desde luego no esperaba esa respuesta y menos aún ese odio por mi parte- No pienso dejar que Callaghan se salga con la suya, acabare con el y con todos los mortífagos que pueda -entonces me dio un golpe en la frente que me hizo callar

- No vivas tu vida entregado al odio eso solo te dejara un vació en el pecho cuando lo logres y además te perderás muchas cosas por el camino, se que ahora solo puedes pensar en eso pero tómalo con calma y piensa muy bien que quieres realmente... además no te frustres si algo te sale mal yo falle miles de veces, de hecho era un negado en pociones y en primer año casi hago saltar por los aires la clase -se rió mientras yo le miraba con esos ojos que solo le dedicas a tu mas grande ídolo- Alen se me acaba el tiempo, cuida de tu madre y haz lo que te diga Dumbledore... y no te metas en líos -le sonreí y asentí pero entonces el miro al resto- Ayuda a esa chica, Gin, lo esta pasando muy mal y necesita un amigo. Además la otra chica Victoria, solo tu decides que va a pasar entre vosotros no dejes que tu madre o prejuicios de sangre decidan tu vida -ambos apoyamos la frente en la del otro y poco a poco se fue desvaneciendo

- Gracias, papá

Me levante, me sequé las lagrimas y volví a donde estaba antes notablemente mas feliz.

Ante la fuente, la jovencita la miró con reticencia, no tenía a nadie a quien desease ver y de hecho, sintió miedo pues los muertos de su familia podrían saltar para gritarle que era una decepción, cosa que ya sabía pero que no necesitaba escuchar nuevamente, por eso prefirió quedarse atrás, encogida de hombros, incómoda por todo eso, ¿ese era el premio? ¿cómo podía ser tan miserable que no lograba disfrutar de algo que tanto podrían desear otros. Apartada, se quedó escuchando lo que sus compañeros decían, dándose cuenta que era muy intenso lo que estaban viviendo, pero lo que Dani la dejó muy perturbada, algo le estaba pasando, lo que le estaban diciendo era algo que no estaba aceptando y cuando mencionó su nombre, lo supo en seguida... le estaban diciendo que se alejara de ella. Incluso los fantasmas de Dani le advertían aquello. Ginevra rompió a llorar, y pasó sus manos por sus ojos, intentando controlarse, pero las lágrimas brotaban con más y más fuerza, apenas notando que el padre de Alen la miraba. No sabía que Alen fuese huérfano de padre...

— no llores — una voz dulce llegó a los oídos  de la pequeña. — no lo hagas, no me gusta oírte llorar mi pequeña Faye — la imagen aun no aparecía.

— ¿nana? — preguntó con la nariz roja y los ojos llenos del lágrimas aún, y ahí la pudo ver, una mujer de unos 70 años, de cabello cano y arrugas en las mejillas de tanto reír, tenía un vestido de color violeta y su cabello estaba recogido en un moño apretado. Era regordeta y sus mejillas redondas y altas, que le daban un aspecto bondadoso, sus ojos pequeños y labios delgados, pero con una sonrisa constante, la mujer no debía medir más de un metro con sesenta centímetros, pero sus curvas eran aún notorias a pesar de los años. Un camafeo adornaba su cuello, justo debajo de la blusa con encajes que estaba sobre su chaleco. 

— has sufrido mucho, lamento no poder estar ahí mi Faye — la miraba con ojos de tristeza, de haber podido hacerlo, de seguro la hubiera abrazado, pues sus manos se aferraban a su pecho generoso — te he visto llorar, y vi lo que intentaste hacer... por favor, no lo hagas nuevamente, harás sufrir a muchas personas — la anciana extendió su mano y estaba pasó a a algunos centímetros de la mejilla de la niña.

— eso no es verdad... nana — responder y baja la mirada — solo tú me querías... ¿por qué te fuiste? — preguntó la niña, sin poder dejar de llorar, la anciana se enterneció, y miró a Daniel.

— has hecho buenos amigos aquí, aférrate a ellos, a tu tío también, él puede cuidarte pequeña, no creas todo lo que te dicen, eres muy pequeña e indefensa, y pretendes ser más fuerte de lo que realmente es... no está mal mostrar vulnerabilidad, déjate querer y no seas tan franca con las personas, Faye, que vean tu lindo corazón — la anciana la mira ligeramente hacia bajo — has crecido tanto... te pareces cada vez más a mi amada Ophelia —  Gin se extrañó que mencionara a su hermana mayor, pero no reparó en ese detalle del todo — ya debo irme, es poco tiempo el que tengo, solo quiero pedirte que seas feliz, mi pequeña, no temas tanto a lo que puede pasar — el fantasma comenzó a retroceder, mientras se iba volviendo cada vez más translucido. 

— no... no te vayas, nana — intenta alcanzarla, mientras el fantasma de la anciana se retira — no... no lo hagas, no me dejes sola de nuevo — avanza entre sus compañeros hasta que no puede seguirla, y tropieza cayendo de bruces, se sienta sobre sus pantorrillas y comienza a llorar, no puede contener lo que siente a pesar de no saber exactamente lo que le pasa.

Veo como Ginevra pasa por mi lado persiguiendo a el fantasma que le había tocado ver, la pérdida era dura muy dura y ver a esa persona de nuevo podía reavivar un dolor pasado. Puse mi mano sobre su cabeza una vez se sentó y empezó a llorar. Cuando me mirara le dedicaría una sonrisa y miraría en la dirección por la que se había ido su fantasma.

- Déjala ir, aferrarte solo te hará sufrir mas -y le tendí mi mano para que se levantara, se notaba que no estaba en absoluto igual a como había entrado a esta cripta

Cubriendo sus ojos con sus manos y llorando con la misma desazón de cuando se enteró de lo que habían hecho sus hermanos mayores, sería difícil calmarla, pero el roce de Alen y sus palabras la hicieron mirarlo, haciendo un puchero, su barbilla tembló y negó con la cabeza.

— e-era la única que me.. que me quería — apretó los ojos, sentía ya la tirantez que dejan las lágrimas cuando se van secando sobre la piel, pero terminó tomando la mano de Alen y se puso de pie, volviéndolo a mirar con ganas de abrazarlo o ser abrazada mejor dicho, sin embargo, no sabía si era correcto en ese momento pero le gustó que Alen se preocupara por ella, eso reafirmaba su idea de que era un gran chico.

Melker sonrió a Cyllene cuando esta le cogió de la mano y se negó a ir con el tritón, declarando también que se quedaría con el profesor en la isla para continuar esa noche mágica. Estaba claro que los dos profesores querían disfrutar de su velada juntos sin más interrupciones, ya fuera de selkies, sirenas o cualquiero otra criatura mágica, por eso Melker los escuchó por cortesía aunque con sus pensamientos en los labios de la Profesora Foxier.

- Somos conscientes, y no nos importa. Sería un bonito lugar para construir una casa pequeña, donde podamos disfrutar el uno del otro. Dijo Melker mirando a Cyllene recordando una antigua conversación que tuvieron.

Las criaturas acuáticas parecían querer picarles para que aceptaran su oferta, pero Melker no iba a caer en la provocación tan fácilmente. La más insistente parecía ser la joven sirena, que hablaba de forma descarada y su mirada malvada había pasado a sorpresa por la decisión de los profesores. - Créame jovencita cuando le digo que confío plenamente en mi compañera al igual que en mí mismo, pero si no acepto la oferta es simplemente por que no me interesa lo más mínimo. Quizá el canto nos haya atraido hasta aquí, pero ahí termina el poder de vuestro encanto. Y ahora, si no os importa quisieramos seguir con nuestra velada ¡Buenas noches! Al terminar de hablar les dedicó una ligera reverencia y dió media vuelta para dirigirse a la isla con Cyllene de la mano.