Partida Rol por web

Por segunda vez en esa noche, Melker estaba experimentando la sensación de ahogarse, solo que en esta ocasión estaba más preparado. Era curioso, pero gracias a haberlo pasado tan mal por culpa del brebaje de la Profesora Foxier, ahora no sentía tanto agobio como cabría esperar.

Melker estaba totalmente inmovilizado por las Selkies, pero aún así intento liberar el brazo derecho para poder realizar un hechizo que le salvara de esa horrible situación. Por más que intentó forcejear, la criatura marina le tenía bien sujeto y fué imposible soltarse.

Como no podía usar la varita, Melker decidió intentar liberar su piernas para patalear y asi intentar ascender un poco o por lo menos ponerselo más dificil a las Selkies. La criatura que le tenía sujeto de la pierna derecha resultó ser más floja y Melker consiguió que le soltara. Comenzó a mover la pierna rápidamente para intentar ascender, y al hecerlo vió algo de luz. Al principio pensó que estaba acercándose a la barca, pero en seguida vió que se trataba de Cyllene que había saltado al agua ¿Por qué se ha tirado? Le dije que se fuera hasta la orilla.

Era como si las criaturas supieran que iba a intentar forjecear, porque aquella que le tenía el brazo sujeto apretó con fuerza en el momento en que Melker tiró de él, no pudiendo zafarse de su abrazo. Sin embargo la selkie de su pierna derecha era bastante más débil y tras soltar al varón se fijó en algo que pareció llamarle la atención de la superficie, y no era para menos.

Una luz parecía descender hacia donde ellas se encontraban. Melker sabía qué era y quien ejecutaba el hechizo, alguien que por lo visto actuaba a su libre albedrío y no obedecía órdenes, la cuestión podría dar para una interesante conversación entre ambos, pero desde luego, ese no era el momento.

La selkie que había soltado al profesor dijo unas palabras en un idioma extraño, suave y dulce, atractivo para el oído humano. Los rostros de las criaturas se giraron hacia la superficie, y aquella selkie que cogía del cuello a Melker le soltó, así como la otra criatura que tenía la pierna izquierda atrapada. Aquellas tres selkies fueron hacia la posición de Cyllene, dejando a Melker a cargo de las que le sujetaban los brazos

La bonita docente bajaba la columna de agua con alguna dificultad, no era sencillo nadar, pero podía apostar que estaba resultando ser más divertido de lo que esperaba, aunque las circunstancias no fueran para alegrarse mucho por el logro, sentía que perdía a Melker ¿cuánto aguantaría sin respirar?... Aquel pensamiento le confería una fuerza inusitada, esforzándose por mover las piernas de manera frenética, ¡cómo cansaba la natación!....

Las selkies venían por ella, al menos tres de las criaturas, la mujer esperó a que estuvieran lo suficientemente cerca como para no fallar el hechizo, perdiendo el lumos en el proceso, impactando justo cuando aquellos seres estuvieran tan próximos que fuera casi imposible errar, evitando en cualquier caso que le tocaran.

El hechizo elegido era uno que dominaba bien y no tuvo problemas en ejecutarlo, aún haciéndolo bajo el agua, pronunciando las palabras con total seguridad... Si tenía la suerte de aturdir a las criaturas quizás tuviera una oportunidad porque si la atrapaban, su fuerza era insuficiente como para salir bien librada de aquella aventura.

Las selkies se aproximaron a una velocidad endiablada hacia la profesora de pociones, la cual estaba con la varita encendida, siendo un blanco particularmente fácil. Pero al llegar casi hasta ella recibieron el impacto de la magia que salía por su varita, dejando noqueada a dos de las tres selkies que iban dispuestas a inmovilizarle, cayendo ambas hacia el fondo del lago.

El rostro de la tercera criatura se transformó en terror e ira, emitiendo un estridente chillido que provocó que los brazos de Melker fueran liberados, al ser alertadas las selkies que custodiaban al profesor. Las susodichas criaturas entornaban los ojos de manera maligna hacia Cyllene, pero no llegaron a realizar acción alguna... por ahora...

La barcaza se movía demasiado rápido, la niña iba de una lado a otro intentando equilibrarse, pero con una mano sosteniendo la varita para poder ver qué estaba causando el problema, era difícil poder aguantar. Finalmente la pequeña se precipita al lago donde ya Daniel estaba nadando, intenta mantenerse a flote y nadar hacia la barca, pero el agua se arremolina a su alrededor y Victoria comienza a agobiarse, no veía nada, la varíta se había apagado y el frío que sentía se incrementaba al contacto con las aguas heladas del lago.

- ¡Ayuda! - No podía ver si su compañero ya había subido a la barca o no, pero le grita desesperada. 

El cuerpo de la parte superior de la sirena era completamente como el de una mujer humana, sus pechos, levemente tapados mostraban su contorno, una imagen provocativa, hermosa y fácilmente distrayente. Ella parecía que era consciente de eso, incorporándose un poco más en el bote, dejando que sus encantos relucieran bajo el resplandor tenue de la luna y el brillo del agua.

- Alen Ryder..., sé porqué estás aquí... - sonríe ella con encanto -...¿te gusto?.... - se quita la parte de arriba del sostén dejando sus pechos al descubierto con total naturalidad -...¿y ahora?...., ¿te gusto aún más?....¿o puede que menos?...

- Oh..., que mal concepto tienen los humanos sobre nosotras..., con lo divertidos que pueden ser nuestro encuentros... - comenta la criatura de manera seductora -... pero quizás eres aún muy joven para entender de los encantos que podemos regalar a los varones...., quizás incluso hayan hombres que no deseen compartirnos..., fíjate lo que podrían perderse.... - indica ella rozando suavemente sus pezones.

La criatura cuando notó que él volvía a mirarle a la cara sonrió de nuevo, dando una información detallada al muchacho.

- ¿Sabes?..., hay un fantasma en el castillo que me ha dicho una cosita... me ha comentado que hay dos chicas en Hogwarts que te gustan....y..., curiosamente, dos féminas están debajo del agua actualmente.....con... ciertos problemas para salir a la superficie..., ¿a cuál de las dos irás a ayudar?.... O quizás no desees ayudar a ninguna y quedarte aquí tocando mis pechos.... ¿qué deseas?..., la elección es tuya.... - sonríe divertida, exponiendo aquellas dos preciosidades de nuevo.

Melker aún estaba esperando la aparición de Dumbledore para poner fin a la prueba y reírse de todo el asunto cuando dos Selkies que le tenían bien sujeto le soltaron y se dirigieron hacia donde se encontraba la profesora Foxier. La bella profesora demostró no ser una doncella indefensa al deshacerse de dos selkies usando el hechizo flipendo, acción que sirvió también para que las otras dos criaturas marinas que sujetaban al profesor Westerberg lo soltaran y se centraran en el objetivo más peligroso en ese momento.

Sintiéndose libre y con las selkies centradas en Cyllene, Melker imitó a su compañera y lanzó dos hechizos contra las criaturas para intentar noquearlas. Si lo conseguía, sólo quedaría una para hacer frente a los dos profesores, aunque Melker no estaba muy seguro de aguantar más tiempo debajo del agua y esperaba que la selkie que quedara en pie fuera lista y se rindiera.

Melker tras realizar dos hechizos plenamente satisfactorios dejó noqueadas a las dos criaturas que a su lado se encontraban, cayendo hacia el fondo del lago, al igual que sus compañeras.

Solo quedaba un selkie, la cual no estaba dispuesta a enfrentarse contra dos magos, y menos aún teniendo en cuenta que entre los dos habían derribado a cuatro de los suyos. Con agilidad la criatura se separó de ambos profesores, huyendo perpendicularmente desde la posición donde se encontraba hasta alejarse de la visión de ambos.

El profesor podía ya notar la falta de oxígeno y cómo los pulmones comenzaban a quemarle, aunque probablemente le diera tiempo a salir a la superficie, todo dependería de su aguante físico

Mi cerebro cada vez colapsaba mas sobretodo cuando se quito el sostén, en ese momento perdí por completo la voluntad para mirarla a los ojos y es que era casi literalmente un niño con juguete nuevo.

- M-M-M-más... -boquiabierto miraba por primera vez los pechos de una mujer, incluso ella toco un poco sus pezones provocando que por primera vez en mi vida notara que los pantalones me apretaban lo cual era una reacción que no entendía al igual que tampoco entendía esa extraña necesidad de tocarlos, como acto reflejo cerré las piernas y puse mis manos sobre mi entrepierna.

Pero entonces dijo algo que me hizo centrarme de nuevo, ¿Vic y Gin estaban en el agua? ¿Se habían caído de sus botes? ¿Que demonios hacían Francis y Daniel? Ese par de inútiles... lo peor es que con la bruma iba a ser un gran problema dar con ellas y una parte de mi quería no ir... quedarse aquí con la sirena sonaba tan... tentador.

- La Dama Gris prometió que no pasaría nada malo esta noche y están acompañadas por lo que no están en peligro real... espero o lamentaré esta decisión durante toda mi vida.

Entonces quite una de mis manos de mi entrepierna para intentar tocar sus pechos, temblaba mucho y sentía calor de repente pero quería mucho hacerlo.

Dani había caído irremediablemente al agua, notando  cómo en su zambullida caía irremediablemente sobre una de esas criaturas a la cual miró cara a cara, aunque quizás no fuera el rostro más bello de la historia de la magia...

Tres de esos seres estaban bajo la barca molestando a los niños con el movimiento del bote, consiguiendo que ambos cayeran al agua. Una de las criaturas cogió del pie a Dani cuando intentaba subirse al bote, impidiéndole el ascenso dentro de sus posibilidades, instándole a hundirse en el lago

La niña cayó al agua sin poder saber ni intuir lo que por debajo de la barca se hallaba. Por lo visto las habilidades de Victoria en nado no eran demasiado buenas, un aprendizaje que quizás, si salía de aquella experiencia algo aún por determinar, deseara remediar....

Todo estaba oscuro, el lumos se pierde junto a la concentración mágica, la luna tiene un tenue brillo insuficiente para poder visualizar lo que allí en aquel escenario, se escondía

La niña pudo notar como "algo" le cogía del pie y tiraba hacia abajo con fuerza. Fuera lo que fuese estaba intentando hundirle en las frías aguas del lago, negras como la boca del lobo, gélidas como el cuerpo de los muertos cuando tras varios días el alma los abandona... La pequeña comenzó a sentir la zambullida constante, y si no luchaba contra ella, podría llegar hasta el fondo...

La sirena parecía regodearse con la mirada de Alen en sus pechos, la misma que ella puso cuando el muchacho dirige la mano a su entrepierna decantando claramente que le agradaba la presencia de tan bella criatura mágica.

- La dama gris no manda sobre nosotras, joven Ryder.... - indica la bonita sirena -...las pruebas de valor son finalmente eso..., acciones que pueden terminar en consecuencias..., a veces fatales para quienes participan... Y..., otras veces..., más..., satisfactorias..... - la sirena estira la mano y toca a su vez el dorso de la mano del muchacho, la cual estaba situada sobre sus partes más íntimas.

- Puede que cuando acabemos las dos féminas estén ahogadas..., pero eso no es importante verdad?.... Es mejor lo que tienes delante tuya.... - Retira su mano de la de Alen para que él pueda tener libertad de acción, como la posibilidad de tocar los pechos de la sirena. La criatura se expone y no iba a retirarse ante la mano del niño -...¿has tocado antes el cuerpo de una mujer?...., si aprietas los pechos levemente los pezones se endurecen... a nosotras nos da placer que nos los chupen.... ¿lo sabías?.....

Aparece otra sirena en la superficie del agua. Mira a Alen y sonríe pero sus palabras van dirigidas hacia preciosa morena que Alen tiene delante.

- Señora, las dos hembras están hundidas...., las selkies hacen bien su trabajo.... - indica la recién llegada sonriendo -... aunque una parece que va a escapar, la otra lo tiene complicado..., es débil...

Y tras esa nueva información, tan solo se oía el leve sonido rompiente de las olas del lago sobre la barca

Al subir al bote ni pensó en tomar los remos, esas cosas de muggles le eran muy ajenas pero como Francis comenzó a usar el remo, ella quiso imitarlo, pero no sabía cómo hacerlo, se le hacía muy pesado de hecho, pero puso todo su esfuerzo hasta que el bote comenzó a moverse por si solo en la dirección que serían llevados por la prueba, hacía la niebla que pronto los comenzó a envolver y a separarlos de los demás.

Ginevra ya comenzó a inquietarse, la última vez que estuvo en el lago fue casi ahogándose, así que se arrimó más al costado de su compañero que la estaba alabando por su canto, lo que hizo que se pusiera rojísima, encogiéndose de hombros y juntando sus manos delante de ella, tocándose los dedos, mostrando esa timidez que lograba disimular con altivez y esa postura solitaria que estaba adoptando desde que había empezado el año escolar.

— creo-creo que no es para tanto — susurró, aún muy roja, pero volviendo a estar atenta a su alrededor — pues.. la verdad creo que me gusta eso, lo de la niebla, solo que me inquieta un poco el lago, no sé nadar y la última vez casi me ahogue — le contó al chico, ellos compartían que les traería problemas por siempre, un apellido que cargaba con una historia compleja y triste, aunque Ginevra no sabía a ciencia cierta quien era Francis, su madre le había exigido que se juntara más con chicos como él o Draco o la misma Flora — ¿por qué la dama Gris dijo eso de ti? ¿No te sientes parte de este sitio? — le preguntó recordando esas duras palabras.

Aquel paseo en barca entre Francis y Gin bien podía haber sido una cita. Él le alababa su canto, la hermosa neblina abrazando a los adolescentes mientras en aquel lugar, ellos dos estaban solos y eran los protagonistas.

La muchacha, muy próxima a su amigo, escuchando las dulces palabras que le dedicaba sintió que la bruma cambiaba ligeramente de dirección, y mientras ella indicaba que no sabía nadar, algo rompió en el ambiente, escuchándose una melodiosa voz masculina que parecía provenir del fondo del lago, dejando una estela dulce en el ambiente.

La barca tras haberse parado definitivamene en aquel espacio comenzó a moverse con suavidad hacia uno y otro lado, como si la voz meciese la embarcación con suavidad, delicadeza y como si alguien estuviese muy preocupado en el bienestar de ambos muchachos... De hecho sienten una atracción irremediable por el agua, ambos desearían tocar el líquido elemento y sumergirse en él, sintiendo como la naturaleza, aquel espacio que Hogwarts les otorgaba, les estaba regalado con algo único, un concierto que ambos jóvenes, amantes de la música, sabrían valorar.

- No deberíais tiraros... - indica una voz masculina unos minutos después de que el sonido de tenor se silenciara -... la dama gris nos avisó de vuestra llegada..., es peligroso meterse en el agua cuando muestra comunidad está de caza .... - explica la criatura que se aparece delante de ellos, un tritón muy atractivo -... lástima que algunos ya lo hicieran..., pero vosotros no queréis eso... ¿verdad?.... ¿podría conocer vuestros nombres?....

Al lado del tritón aparece una bonita sirena que nada hasta apoyarse en la barca, justo al costado de Francis. Con curiosidad acerca su mano hacia él y toca la túnica del muchacho

- Esta completamente seco.... - se sorprende la bonita criatura, mirándole con fascinación, la misma que quizás él tuviera con ella -... ¿no quieres venir a nadar conmigo?...., podría enseñarte el fondo del lago....

La cabeza la tenía  dispersa  forcejeando con la extraña criatura, sabía que había visto su rostro en algún libro pero ahora lo que  menos podía pensar era en que cosa es lo que estaba sujetándome y jalando hacia las profundidades del lago, lo que quería era volver a la seguridad del bote e intentar alejarme de ahí con Victoria, no sabía si esto era una buena idea o no pero apunte la varita a la criatura y trate de concentrarme para que el encantamiento funcionará con suerte  todo saldría bien.

-Flipendo- me concentré mentalmente ya que si hablaba era seguro que el agua empezaría a entrar mas rápido y terminaría ahogándome, pero al parecer si funcionó lo siguiente fue nadar rápidamente hacía la superficie para tomar algo de aire, pues ya empezaba a agotarme y tratar de nadar al bote.

Algo la arrastraba hacia las profundidades, Victoria forcejeaba pero no conseguía soltarse, apretó los dientes, no iba a dejar que esa cosa acabará con ella NO. Sacó su varita como pudo y apunto hacia abajo.

- ¡¡Rictusempra!! - Gritó con todas sus fuerzas y la criatura la soltó por fin, la pequeña no perdió ni un segundo y nado todo lo rápido que pudo hacia la barca y esperando que Daniel también se encontrará bien.

Quizás los alumnos no habían tenido la mejor idea del mundo, pero una cosa era cierta, el Flipendo de Dani y el Rictusempra de Victoria dieron en los blancos, provocando que las criaturas que les tenían cogidos liberasen sus piernas y se perdiesen en la profundidad del lago.

Pero no era momento para cantar alabanzas a la magia, pues hubieron más ataques, Dani fue atrapado por las dos piernas y tiraron hacia abajo de él, intentando hundirle. Algo similar le pasó a Victoria, la cual si se fijaba bien tendría dos hermosas criaturas cogiendo sus esbeltas piernas y con aspecto de muy enfadadas

La frialdad del agua, el miedo ante el ataque, y la escasa capacidad de nado de los niños provocarían pánico en ellos, pero si algo podían tener claro era una cosa. Habían podido contra dos de ellas, ¿serían capaces de vencer a cuatro más?