Partida Rol por web

Los días siguientes transcurrían entre preparar las canteras para la extracción de piedra, ampliar el campamento, y que los arquitectos estudien las obras. Ayla dio alguna vuelta por los alrededores, sin perder de vista la base. Casi todo el territorio de estas tierras altas azotadas por el viento estaba cubierta por una pequeña hierba musgosa llamada deblas. Se podían ver pequeñas zonas de bosque nuevo, sobre todo álamos temblones, abedules y unos pocos pinos. La presencia de agua era escasa, y además de lo anterior solamente había cardos y zarzas que proporcionaban cierto abrigo a las plantas menos resistentes. Le reconfortaba ver a lo lejos, cerca del río, una serie de granjas, donde cultivaban sobre todo corna, una especie de cebada. Algunos se atrevían, según comentaba Curudae, con trigo, maíz, guisantes y cassona, pero sobre todo a lo largo del Gwathló, más que aquí en las tierras altas.

Según lo acordado, una de las prioridades en cuanto a las construcciones eran los molinos a lo largo del río. Se trataba de una obra considerable, y según Curudae de suma importancia. Todos los días empezaban con una reunión entre Curudae, Khôradur y Ayla. Pero una vez terminada la reunión, cada uno seguía trabajando en lo suyo.

-Dama Ayla, los arquitectos tienen ya estudiado casi todo lo necesario para las obras. Faltaría fijar las prioridades. Siguen confiados en que se puede terminar todo en 18 meses, pero durante ese período habrá unas cosas que se terminen antes que otras. Pienso que lo ideal sería terminar, a medida de lo posible, una cosa entre todos, luego otra, y luego otra, en vez de empezar todas a la vez y terminar todas a la vez, le comentó Curudae a Ayla. Khôradur le apoyaba también por el tema de la seguridad de los trabajadores. -De todos modos, seguía Curudae, -en cuanto llegue el grueso de la caravana, yo estaré centrado en el tema de los impuestos. Debo preparar este lugar para recibir a todos los que ya residen aquí, para preparar un censo, así como a todos los nuevos que vayan llegando. En el tiempo que llevamos ya se nos han acercado varios granjeros, y parece que el territorio no está tan abandonado como uno podría pensar.

Se les acercó Carumirë y los otros dos arquitectos. Sacó un pergamino con tiempos aproximados de construcción en “días de trabajo/hombre”. Le explicaron que no eran nada exactas las estimaciones, porque por ejemplo partía de que todos los trabajadores (más de 600) estuvieran trabajando solamente en una cosa a la vez, y eso a veces era imposible. Servía para poner en perspectiva las distintas construcciones.

CASTILLO (Carumirë: torre principal, Ceirin edificios adicionales)

4 Torres base circular                184000      => 200 días
Torre homenaje                            82521    => 90 días

Edificios adicionales:
Academia                           5250 => 6 días
Barracones de madera          3825 => 5 días
Puente                                8000 => 9 días

Total Castillo          310 días

EXTERIOR (MURALLA) (Domar)

4 torres circulares                       164000 => 177 días
Edificio entrada                         35750 => 38 días
Secciones de muro (6)              6712 => 8 días

Total Exterior castillo:  223 días

MERCADO (Ceirin)

Casa del Comercio                            10260 => 12 días
4 secciones de muro de madera            2400 => 3 días
7 tiendas de madera con loft               11900 => 13 días

Total Mercado:      28 días

-Podríamos tener el mercado funcionando en un mes, que nos aportaría beneficios para afrontar con garantías la construcción del castillo principal.

Ayla escuchó con atención lo que decían, meditando las posibilidades. Guardó un poco de silencio y dijo: -teneis razón, en mi opinión lo primero que deberíamos hacer es levantar una muralla, es lo más rápido y lo primero es crearnos un espacio de seguridad, así apoyaríamos en poco tiempo a la defensa que Khoradur y le podría disponer de más efectivos, ya que una vez acabada necesitará menos efectivos para la guardia. Las torres de la muralla podrán esperar un poco. Luego buscaría construir los elementos que van a financiar Sil Auresse molinos y casa del comercio, que permitirán que se desarrollen tanto sus habitantes, como el comercio y con ello Sil Auresse. Cuando la economía empiece a funcionar, comenzaría a desplazar algunos efectivos a terminar la muralla (torres, etc) y por último el castillo... La última obra de Sil Auresse, la más grande, en ese momento los obreros habrán aprendido el oficio y dado que el castillo es la obra más delicada, necesitamos que el personal esté formado. ¿Qué pensais? Por otro lado, como no necesitamos a todos los efectivos para hacer la muralla, podrían empezar algunos a contruir molinos y los que acaben la muralla, construirán la casa del comercio , si sobra personal en la cosntrucción de la casa del comercio apoyarían en la construcción de los molinos. Cuando se termine si no se necesita más personal para la construcción de molinos, los que terminen la casa del comercio podrían construir los edificios anexos al castillo, y cuando se terminen los molinos, el personal se desplazaría a finalizar la muralla y a comenzar la construcción del castillo.

Las reuniones con los arquitectos y con Curudae continuaron durante el resto del día.

-La construcción de las torres debe ir unida a la de los muros. Ningún muro se sostiene sin un soporte en cada punta, normalmente una torre, una formación natural de roca, o un edificio, explicó Ceirin mientras Carumirë y Domar asentían con la cabeza.

-La idea de comenzar por las protecciones exteriores es no obstante buena, intervino Domar, -podríamos empezar aquí abajo, asegurando lo que será la plaza del futuro pueblo y mercado. Ampliaríamos el perímetro de seguridad con las vallas de madera, y luego terminamos la Casa de Comercio y las siete tiendas. También echarían una mano para terminar los molinos cuanto antes. A medida que nos van sobrando efectivos, y además van adquiriendo experiencia, empezarían en la meseta con  las torres del muro exterior, y luego el muro.

-A mí me parece bien, comentó Carumirë, -como dice la Dama Ayla, nos da algo más de tiempo de preparar la construcción principal, la de la Torre de Homenaje. La academia tendrá que ser en una de las tiendas de campaña grandes mientras se termine todo, además no es segura la parte de la meseta hasta que se termine el muro del castillo. Una vez terminado el muro empezaríamos con lo de dentro, o incluso antes a medida que van sobrando trabajadores cualificados.

-¿Khoradur de cuánto personal de milicia disponemos? ¿Cuántos efecitvos podríamos destinar a asegurar las caravanas de comercio?

Khôradur se quedó mirando un rato a Ayla, pensativo y le explicó, con paciencia y cuando estaban los dos solos con Curudae, sus conceptos básicos de la organización militar. Su voz era suave pero firme, denotando la convicción de alguien que no dudaría en contradecir a cualquier señor o rey en un tema que dominaba: -la milicia consiste en los granjeros, pueblerinos, artesanos y los demás lugareños entrenados en las formas básicas de táctica y en uso de armas, que a veces les son entregados. No son soldados, ni están en servicio activo en tiempos de paz. Se les convoca en caso de extrema necesidad o guerra, pero se les entrena cada cierto tiempo para que estén preparados. Cada día que están activamente en el ejército es un día menos para que estén labrando el campo o cuidando las ovejas, y por lo tanto tener un gran ejército permanente de milicianos obligados a cumplir un servicio no remunerado no es el camino. La base de la defensa de Sil Auresse debe ser un ejército de élite, bien equipado, pero no va a ser muy numeroso. Al mismo tiempo, cada ciudadano de Sil Auresse estará capacitado a unirse a la milicia, bajo las órdenes de los soldados profesionales, en cualquier momento si surge la necesidad. Por lo tanto, la respuesta a tu pregunta es que aún no disponemos de milicia entrenada, pero sí nos han visitado cientos de personas interesados¹ en unirse al ejército. El pan suele estar garantizado entre los soldados, y eso hace mucho.

-Si falta personal podríamos iniciar una campaña de reclutamiento...

-Mi idea es, en línea a lo que hemos hablado, comenzar esa campaña de reclutamiento para enseñar a la milicia por grupos, y los que muestran su valía serán incluidos en el ejército. Otros trabajarán en los establos o ayudando, o en la obra como canteros. Como habrá más gente capaz que puestos que podamos pagar, iremos turnando, y cada soldado cumplirá un servicio de 6 u 8 meses, remunerado, y luego seguirá trabajando en otra cosa. Eso también nos ayuda a tener “reservistas” que nos servirán de sargentos de la milicia. Todo esto es un trabajo complejo y sus resultados no se verán hasta pasado un tiempo. También llegará el momento que necesitemos pedir armas y armaduras, y escudos y otro material para la guerra. Podemos hacer algo con herreros, pero no todos los herreros son armeros ni coraceros. Pero eso más adelante…

-El tamaño del ejército profesional, según me comentó Curudae, estaba previsto en 10 guardias y 2 unidades de ocho soldados. Ya hablamos, de camino a Metraith, de que era necesario subirlo a 32 soldados mínimo, divididos en 4 unidades. Una para el adiestramiento, y una para la protección de las caravanas. Las otras dos como fuerza de acción rápida, y para la seguridad. Es muy poco, sobre todo para el tema del adiestramiento, pero es un comienzo. Entiendo que aún no hay ingresos. En cuanto a los guardias, no concibo que esto pueda funcionar con diez guardias si queremos proteger este mercado, los molinos, las canteras y otras fuentes para material de construcción como el camino al río, y finalmente la gran construcción de la meseta.

-Tienes algo de razón, Khôradur, comentó Curudae, -la verdad es que calculé diez guardias para el primer año pensando que íbamos a estar construyendo en un solo sitio. Subiré el presupuesto a veinte guardias, si te parece Ayla. Haré cálculos…

Curudae se pasó el resto de la tarde haciendo números, mientras Khôradur le seguía hablando de la organización militar a Ayla, y de detalles como las sobrevestas, los yelmos, los escudos… Según opinaba, a veces hacía más la impresión que causaban los enemigos que su potencia real. -Los navíos umbareanos a menudo han ganado la guerra antes de amarrar. Lo mismo sucede con la infantería dúnadan, como los ragueros. O con la caballería pesada. Debemos buscar ese algo que nos hace diferentes. Porque en una guerra de desgaste contra todos los enemigos y peligros que nos rodean, tenemos las de perder.

-Y hay que buscar a un herrero, necesitamos que forje tanto las piezas de metal que necesitemos para la construcción como los pertrechos de la milicia. ¿Habéis oido de alguien que sea buen herrero?

Ya al caer la noche, Curudae se acercó para comentarle a Ayla que tenía dos herreros interesados y contrastados para contratarlos. -Además de estos dos, estoy seguro que alguna de las tiendas que hagamos, o alguna de las licencias para tiendas será para herreros. Hay que hilar fino con no abastecer el mercado de servicios proporcionados por nuestros propios artesanos, para así permitir que lleguen nuevos artesanos y se establezcan.

-Con estas previsiones, vamos bastante justos con el dinero. Sin embargo, he estado estudiando el tema de la caravana semanal, y me salen cuentas muy interesantes. A una moneda de plata el pasajero Y cada bulto (o un tanto por cien del valor del mismo), y comprando tres carros, podríamos ganar más de 80 monedas de plata mensuales. Además, calculo que la disponibilidad de ese tren de suministros semanal subiría los beneficios del mercado en su conjunto. Es una gran idea, Ayla. Para hacerla realidad, además de los soldados de Khôradur, faltaría comprar tres carromatos cerrados y dos bueyes para cada uno. También compraríamos otros cinco animales de carga para ayudar en las tareas de construcción. Aún es muy pronto para dar cifras concretas, depende de cómo reacciona la gente. Pero lo único que podemos hacer es tirar hacia adelante y esperar que todo salga bien. Esta compra de carros y bueyes va a ser inminente, y es la compra que haremos para el primer mes. El segundo mes, si todo sale bien, podríamos organizar una pequeña fiesta de inauguración del mercado. Pero de eso hablaremos más tarde. Descansa, Dama Ayla. Mañana enviaremos los carros con algunos soldados a Metraith para recibir al grueso de Sil Auresse, la segunda de las tres caravanas.

Ayla se fue a la tienda, pensando en que necesitaba contar con algo de dinero extra. Podría empezar a hacer algunos de los pergaminos para intentar venderlos en Metraith, eso le podría hacer disponer de algo de dinero adicional oara buscar uniformes para el ejército, y si le sobrara algo ya se vería como lo aplicabamos.

Le esperaba una noche larga... Sacó los pergaminos, meditó un poco y empezó a imprimar hechizos en los pergaminos:  dormir, algún misil de luz, y algún flash. Unos 15 ó 20 pergaminos, la idea sería cambiarlos por otros pergaminos en blanco (para poder inscribir hechizos en ellos) y dinero. Utilizaría 15 ó 20 pergaminos para ver como va la operación, si puede ser rentable o el rendimiento era escaso, o incluso puede que no haya mercado en Metraith, en cuyo caso debería intentar volver a ponerse en contacto con Danroth, o Pelendur...

Debería hablar con él en algún momento. A la mañana siguiente, se implicó en las obras como uno más, quería que Sil Auresse le viera como a uno más, como el capitán que estaba en primera línea de combate...

Durante toda la noche Ayla preparó los pergaminos con hechizos. También aprovechó para meditar sobre lo aprendido en Amon Lind. Cada vez tenía más claro que la academia iba a necesitar contar con alguna enseñanza arcana, con alumnos “aventajados” que en este momento no tenían adónde acudir en Cardolan, salvo algunos maestros particulares.

Era un riesgo, pero también una forma de extender los ideales de Sil Auresse. Porque los jóvenes con aptitudes mágicas terminarían aprendiendo, pero de quién y dónde… Mejor en Sil Auresse que en las escuelas de sacerdocio de Angmar.

El día siguiente Ayla supervisaba con Curudae y Khôradur los planes iniciales del futuro mercado. Comentaban por dónde se iban a levantar los muros de madera, y cómo se iba a hacer una plaza rectangular de considerable tamaño.