Partida Rol por web

Al día siguiente, Ayla quiso seguir con calendario previsto. Apenas había descansado aquella noche y estaba un poco agotada, pero no del todo. La sensación le recordaba a sus tiempos de aventurera...

Llevaba los pergaminos en su bolsa que resistía el fuego y por primera vez salió con el medallón puesto.

Una fina lluvia había refrescado el tiempo, y poco a poco los mercaderes iban recogiendo sus puestos del mercadillo de la fiesta, aunque aún se veía bastante actividad. Había una comitiva formada por varios comerciantes que habían adquirido licencias o edificios para tiendas.

Curudae y Khôradur saludaron a Ayla, aunque el lugarteniente dijo que debía ausentarse en breve para tomar rumbo hacia la fortaleza. Quiso tenerlo todo preparado durante estos próximos días para albergar toda la maquinaria de la construcción, los andamios, los obreros y trabajadores… Y debía organizar la defensa de aquel lugar.

Ayla avanzó con Curudae y Khôradur por la plaza hacia la zona de las tiendas para inaugurarlas pronto.

-Lord Danroth nos ha traido a dos alumnos para la Academia como ya sabrás, dijo dirigiéndose a Curudae, -y ha hecho un muy generoso donativo.

Le entregó el saco con las 20 monedas de oro. -Este es dinero para la Academia, harás buen uso de él, aunque podría reservarse algo a la espera de que Adhelin confirme si acepta o no para editar el primer libro de Sil Auresse que podría reportar beneficios mayores. Supongo que el libro lo estará analizando Lord Damroth y antes de partir me dará su opinión...

-Es una gran ayuda, Ayla. Lo que haré es guardar este dinero separado del resto, como fondo para la Academia. No creo que Adhelin tardará en llegar, y entonces quizá se pueda poner en marcha otra fuente de ingresos, o como mínimo un apoyo para la Academia.

A lo demás dijo: -acabamos de recibir más alumnos de las grandes familias dúnadan, que por motivos obvios no podré nombrar. Pero a medida que Sil Auressë avanza, habrá más y más oportunidades de negocio para todos. Habéis hecho bien en aprovechar la ocasión para estableceros ahora que aún se puede…

-Hemos levantado estas tiendas en muy poco tiempo. Todas constan de una buena estructura, y planta de mucha altura y un altillo o segunda planta. Están listas para empezar a trabajar.

A pesar del barro que se había formado por la lluvia, las tiendas construidas haciendo una “L” formaban un rincón muy curioso cerca de la Casa de de Comercio.

Los comerciantes seguían hablando de sus planes, y Curudae les atendía mientras Khôradur charlaba con Gildûr quien se había unido a la comitiva. Poco después Khôradur se despidió de la comitiva, dándoles la bienvenida a Sil Auressë y dejando claro que él iba a hacer que se cumpliera la ley y que iba a estar a cargo de su protección.

Tras marcharse Khôradur, y aprovechando la ocasión, Gildûr se colocó junto a Ayla para el resto de la mañana, mirando con interés la construcción y escuchando los planes de Curudae. Hasta donde se sabía, no tiene intención de invertir en esta zona, y Ayla sospechaba que quería hablar con ella a solas sobre algo.

Tras visitar las tiendas terminadas, se pasó al salón de la Cása de Comercio a confirmar los detalles de las licencias concedidas para construir más. Curudae le pidió a Ayla que hiciera la entrega simbólica de una serie de pergaminos, cada uno con el símbolo de Sil Auressë. Los propietarios de las tiendas o de las licencias, vestidos con ropa adecuada para la ocasión a pesar del frío, pasaban uno a uno a recoger su pergamino. Prácticamente todos hicieron una reverencia dando por supuesto que ella ostentaba un título nobiliario.

Ayla recordaba que en algún contexto que Khôradur le había comentado que en la sociedad dúnadan de Arnor los señores elfos tenían por norma la consideración de alta nobleza, sin necesidad de especificar su título.

Cuando terminó la entrega de tiendas y Curudae estaba ultimando detalles de las licencias concedidas, Ayla buscó a Gildûr quien estaba junto a una mesa llena de frutos secos y carne curada, que era la comida preparada para esta sencilla ocasión.

Cuando tuvo tiempo a lo largo del día, Ayla buscó a Gildûr para hablar con él. -Señor Gildûr, ¿que le ha parecido la fiesta y Sil Auressë?

-Me lo he pasado muy bien, Dama Ayla. Creo que he podido ver la esencia de Sil Auressë, y lo valoro de otra forma. Me llevaré para siempre en mi corazón el recuerdo de la belleza que aguarda en su interior, le contestó mientras le clavó una mirada llena de segundas intenciones.

Cambiando ligeramente de tema, Ayla le dijo: -aún quedan muchas cosas por hacer, pero lo que aquí se está gestando no es algo que se pueda hacer rápido dada su grandeza. Sil Auressë se ha concebido para la creación, la seguridad, la hermandad y la paz, no obstante si así se requiere Sil Auressë sabrá defenderse.

-Las grandes obras requieren su tiempo. El tiempo es el fuego en el que ardemos, la medida y el juez de toda nuestra grandeza… Nuestro fiel aliado o nuestro peor enemigo, según como se mire. Todo esto requiere su tiempo, tiene sus plazos. Pero me ha encantado ver el origen, ver cómo brota un nuevo comienzo de una semilla.

Pero entonces su semblante cambió, y su tono se volvió más pesimista:

-[5] No obstante, en tu caso creo que el tiempo juega en tu contra. Cardolan se desmorona, y te faltan aliados dúnedain. Sin ellos Sil Auressë está a la merced de cualquier feudo que quiera ingresos adicionales. Tus plebeyos te obedecerán, te defenderán y lucharán por ti o por Sil Auressë mientras estén a salvo, mientras todo siga yendo bien. Pero cuando se quemen sus casas, cuando otro señor les ofrezca protección y seguridad, se olvidarán de los nobles ideales y grandilocuentes palabras. No hay honor ni espíritu en esta gente. Ya no queda esperanza en estas tierras. Es la sensación que tengo, Ayla. Espero equivocarme.

-Un pilar importante es la Academia, dado que de ahí saldrán los grandes hombres que algún día tomarán el relevo para extender los valores que aquí se cultivan. Hablo de grandes generales, estrategas, o eruditos adiestrados por los mejores en su campo. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad y aquí primero inculcaremos la responsabilidad, el amor hacia la vida, el respeto hacia los demás y después potenciaremos las habilidades en las que destaquen al máximo sin descuidar el resto de artes. De aquí saldrán eruditos que podrán defenderse en el combate si llegara el caso, y expertos en armas que sabrán desenvolverse sin problemas en una Corte. Lo único, que uno empieza la instrucción en la Academia en la etapa de formación general y solo si han logrado interiorizar los valores de Sil Aüresse podrán acceder al nivel específico para potenciar sus capacidades. Para lograr interiorizar esos valores se crea un clima alrededor en el que todo el mundo se comportará de acuerdo a dichos valores que ya conoce, y por tanto no solo los debe poner en práctica en la Academia sino que también los deberá poner en práctica en la comunidad, por lo que está constantemente sometido a un adiestramiento. La idea es que teoricamente se les inculquen unos valores y luego en la práctica vea como se utilizan, los beneficios de los mismos, y tratar como se es tratado. Quien recibe solo un trato digno, acaba comportándose dígnamente. No se ha dicho aún, pero cada ciudadano de Sil Aüresse sabe perfectamente qué no está permitido porque cada persona que hay aquí desea tiempos mejores, una vida mejor y aquí se lo ofrecemos, por ello lo van a cuidar y mimar como se cuida a una hermosa flor que está creciendo. Cardolan ha sufrido mucho y todos sus habitantes ansían la paz, la calma, el conocimiento, y eso es lo que vamos a profesar y cada habitante deberá respetar dentro y fuera de la Academia. Ese es el espíritu de Sil Aüresse, no se aprenderá solo en la Academia sino también fuera de ella, de cada vecino, amigo. Cada habitante será maestro y alumno a la vez y ahí estará nuestra fuerza.

-¿Cual es su opinión Señor Gildûr?

-[62] Ah, la Academia… Uno de los pilares de Sil Auressë sin duda. Si todo esto ha de desmoronarse, si nada queda de las construcciones salvo las ruinas, ni de los ejércitos salvo algún escudo partido… si arden todas las torres, y se queman todas las naves, y se rompen todas las alianzas. Si el fuego lo devora todo, lo único que sobrevivirá es el espíritu del hombre, su alma. Y para cultivar ese espíritu se necesitan lugares como éste. Mi consejo es que luches por la Academia con todas tus fuerzas. Porque puede que allí esté el futuro y la salvación de Sil Auressë.

-Sobre mi hijo Girion, aún no lo tengo decidido. Mi corazón me pide que le dé una oportunidad a Sil Auressë. Le puede aportar muchas cosas pasar una temporada aquí. Pero he de meditar sobre ello. Si te parece, te contesto algo mañana.

Y dio por concluida la charla.

Cuando acabó la conversación con Gildûr y después de la comida en el salón con los miembros e invitados, Ayla se dirigió a buscar a Danroth entre los puestos de la plaza del mercado.

-Lord Danroth, ¿qué le está pareciendo el festival? Creo que no ha salido mal, la gente se ve bastante animada y va dejando el escepticismo para dar paso a la esperanza. Sil Aüresse va cobrando fuerza... Tengo los nuevos pergaminos

Y Ayla hizo entrega de los mismos, salvo el de invisibilidad y el de volar que los tenía aparte.

-El festival ha sido un éxito sin duda. Os deseo lo mejor a todos. Mi tiempo aquí se acaba, pero no es un adiós sino un hasta pronto. Debo atender unos asuntos en Fornost, pero tomaré el camino del Vado de Sarn al menos de ida. De vuelta puede que baje por Bree, no lo he decidido aún. Pero en cualquier caso, puede que haga una parada en Sil Auressë si me es posible.

-Toma, te devuelvo tu libro. Contiene información muy valiosa, aunque difícil de estimar. En estos temas, lo que para unos es de enorme valor para otros no lo es tanto. Te doy dos consejos. El primero es que lo reestructures y trabajes un poco la presentación de los temas, añadiendo incluso partes más generales con tal de que sea más completo y fácil de utilizar.”

A continuación le entregó el libro y le dio algunos apuntes de cómo organizar el contenido. También dejó unas hojas tipo índice para guiarle.

-En el segundo consejo quizá me exceda un poco. Pero te recomiendo que no hagas muchas copias. Para que una obra de este tipo conserve o aumente su valor, debe tener poca difusión. Te recomiendo que guardes el manuscrito original, y que hagas un máximo de tres o cuatro copias, además indicando que solamente existen esas copias en cada una. Te recomiendo tres, es un número más bonito. La Orden a la cual pertenezco me recibirá en Fornost, y les hablaré de ti Ayla. Necesitamos aliados en esta guerra que estamos librando. También les hablaré de este libro, y es posible que querrán tener una de las tres copias para su Biblioteca. Estamos en contacto sobre este tema.

Ayla le entregó los pergaminos que ya tenía preparados. Quedaron en que el resto se los podía enviar por mensajero a Tharbad en caso de que no pudiera pasar por la aldea a su vuelta de Fornost. De todos modos, Danroth tomó nota de cuáles iban a ser.

-Lord Danroth, algo me hace ver que nuevas dificultades te esperan, pero no las logro vislumbrar aunque siento que no te son inesperadas, por ello me he permitido preparar algo un poco especial que es solo para ti, le dijo mientras terminaba de entregar los dos pergaminos. -Los he hecho porque he sentido que los necesitarás y espero que te sean de gran ayuda y puedas cumplir tu cometido, para volver a vernos pronto...

-Yo también presiento un cambio. Demasiado tiempo he estado centrado en el porvenir de Tharbad, mientras el resto del Norte caía inexorablemente bajo la Sombra. No sé qué puedo hacer para ayudar en la lucha, pero lo que sí sé es que el bastión y la fuerza que tenemos está en Fornost, y los dúnedain de Arthedain. Estamos solos en esta contienda, al menos de momento.

-Te doy las gracias por el regalo. Me permitirán huir o esconderme de mis enemigos en caso de necesidad. Hace tiempo luché junto a grandes guerreros, y mi mano que empuñaba esta espada corta era temida por los enemigos… O no lo era lo suficiente hasta que era demasiado tarde. La hoja se vuelve invisible a mi voluntad, lo que me permitía atestar el primer golpe con mucha precisión. Hacía ya años que no la usaba, pero ahora tengo la sensación de que se avecina algo.

-En Fornost discutiremos muchos temas, y entre ellos está Finduilas. Durante largos años de declive de Cardolan ella bailaba sobre una línea a veces difusa, una línea que marca el momento de no retorno, el umbral que uno no debe cruzar en su búsqueda de conocimiento. Porque una vez que la cruces, ya no podrás regresar. Sin embargo, hasta donde se sabe ella nunca cruzó esa línea, por el motivo que sea, aunque me da que algo tuviste que ver tú Ayla. Aún así, estuvo cerca, y ya no tiene la potestad de seguir por libre. Debe hacer una elección, escoger su posición. De lo contrario está en peligro, tanto por un lado como por el otro. Si la encuentres, avisale.

-Hay otro… un renegado de nuestra Orden, un hechicero arthedainii de considerable poder. Creemos que enseñó a Finduilas o al menos estuvieron en contacto. También ha propagado su mal por otros lugares, incluso por aquí cerca me temo. Y ha llegado la hora de su sentencia. Por eso debo acudir a dar mi opinión. Una vez confirmada la sentencia, se procederá a ejecutarla por los medios que sea en un tiempo prudencial, y sin que el sujeto lo sepa. Simplemente recibirá una visita. Como podrás imaginar, no es fácil tomar estas decisiones. No debemos precipitarnos, pero tampoco podemos quedarnos quietos. Nos enfrentamos a un Mal sin paliativos, sin posibilidad de que el conflicto termine hasta que una de las dos partes haya desaparecido. Un Mal que no busca ni la conquista ni la victoria. Ni siquiera la riqueza o el poder. Lo que busca es la destrucción de todo lo que más queremos. Aprendí mucho de Vradriel en el tiempo que compartimos juntos. Y aún me queda mucho por aprender, y te doy las gracias por haberme recibido y atendido en tu casa, y por haberme hecho parte y partícipe de tu sueño.

-Grande ha sido tu visita a Sil Auressë, las gentes cantarán tus baladas y ansiarán volver a escuchar tu música. Cuando marches, no tardes en volver, aquí hay mucha gente que te aprecia...

Ayla le dio una abrazo mientras le dijo: -Silkil Kaluya Tielyanna, amigo