Partida Rol por web

Justo cuando la nave se adentró en el hiperespacio Draze separó los párpados visiblemente sorprendido, como si algo le incomodase.

No puede ser…

Y entonces tanto Noa como Kate se lo confirmaron. Los tres habían tenido la misma visión.

El padawan inclinó lentamente la cabeza hacia abajo al tiempo que fruncía el ceño y torcía el gesto, permaneciendo en silencio durante unos segundos que se hicieron eternos.

Levantó entonces la vista al frente.

—No hay nada que podamos hacer ahora —dijo con un tono firme—, que no sea asumirlo. Ackbar ha muerto.

Y yo soy el responsable, pensó con amargura mientras tragaba saliva.

—Nuestro objetivo ahora es Mustafar. Poned vuestro equipo a punto y descansad lo que podáis. —Se acercó entonces al wookie—. Katk, ¿tienes un momento?

-No tiene por qué ser tarde. No sabemos cuándo pasará, no debemos abandonarle. ¿Si sucediese esto con cualquiera de vuestros maestros no volveríais en cuanto pudieseis? Debo volver, debo salvarle, estoy seguro de que puedo. Ha ayudado a la causa y no podéis desechar esa opción con esa facilidad. ¿Dónde está vuestro espíritu de querer ayudar? Además, es una señal de la Fuerza... sino quisiera que alguien fuera no nos habría mostrado esa visión.

Miré incrédulo a mis compañeros, no creía que pudieran hablar de ese tema con esa frialdad.

-Ackbar no tiene por qué haber muerto, pude haber pensado eso cuando tuve la otra visión y no lo hice, y llegué a tiempo. Comprendo que no queráis volver por la importancia de la misisión, pero mándame allí. Puedo traer a Ackbar con nosotros, estoy seguro.

—No todas las visiones de la fuerza son señales para cambiar el futuro. Ackbar ya tuvo una oportunidad para escapar de la muerte y lo consiguió—dijo con el arkaniano con su voz carente de sentimientos—. Debemos de aceptar la muerte del mon calamari. Ya dije que no debíamos dejarlo en el planeta y tu mismo dijiste que era su decisión quedarse allí

Draze se volvió con una expresión adusta ante las réplicas de Noa. Le entendía. Maldita sea, le entendía perfectamente.

—¿Entonces habéis visto todos lo mismo que yo? —De repente el padawan su voz sonó muy cansada mientras se dirigía a todo el grupo; se le empezaban a notar las ojeras y se movía de un modo un tanto errático, como si le pesara el cuerpo más de lo habitual—. Pocas veces nos muestra la fuerza algo con tanta claridad. Ackbar era una persona importante en su planeta antes de que el Imperio se lo arrebatara, a él y todos los Quarren y Mon Calamari. A pesar de ser un marginado y un paria entre los suyos, su espíritu combativo seguía en ebullición. Pero a pesar de nuestros esfuerzos, hoy ha conocido su final.

Se llevó las manos a la espalda con una frialdad escalofriante y volvió sus ojos hacia Noa.

—Hasta que no salgamos del hiperespacio no podríamos hacer nada*. Y para cuando volvamos sé lo que nos vamos a encontrar… — Tardó unos instantes en retomar la palabra—. Ackbar ha muerto. —Tenía que estarlo, si no había justificación para lo que estaba haciendo; si Ackbar seguía vivo le estaban condenando con su inacción—. Y la misión continúa. 

Korven miraba extrañado a sus nuevos compañeros. Había oído mucho a su madre hablar de la fuerza y de lo que antaño, aquellos caballeros, eran capaces de hacer, pero verlo con sus propios ojos era algo totalmente diferente. ¿Realmente son capaces de predecir la muerte de alguien?... Pensaba para si mismo mientras escuchaba en silencio la discusión.

Al final, Draze parece que tenía tomada la decisión, por lo que Korven decidió no intervenir. El calvito tenía razón, hasta no salir del hiperespacio no podrían darse la vuelta, y para entonces seguro que era demasiado tarde.

-¿De verdad sois capaces de tomar la decisión con una visión de quien vive y quién muere tan fríamente? ¿No debemos ayudar a quien lo necesite? Si en este caso ese no es el motivo de esta visión... ¿quién puede darme un motivo mejor? Yo no voy a abandonar a alguien que puede morir por haber colaborado en nuestra causa. Cuando empezamos con esta misión todos sabríamos que habría bajas... pero lo que no podría imaginar era que no haríamos nada para evitar una, por remota que fuera la posibilidad. 

Noa miró muy serio a sus compañeros.

-Ninguno ni siquiera ha visto la opción de dejarme la oportunidad de ir y intentar lograr rescatar a Ackbar mientras vosotros cumplís el objetivo. Sinceramente... Mi maestro nunca me enseñó a ignorar una visión y a negar mi ayuda sin nisiquiera pensar en una posibilidad y voy a ser fiel a mis enseñanzas. No todo es una sola decisión, podemos conseguir ambas cosas, y os pido que nada más llegar a nuestro destino me dejéis marchar de vuelta. No es una gran pérdida para lo que todos sois capaces de hacer y me volveré a reunir con vosotros muy pronto.

Miré a Draze con la confianza de que aun existiera en su interior esa voz que desde pequeños a todos nos decía que un Jedi siempre ayudaba al prójimo.

Miraba a uno y a otro. Ambos tenían razón y me sentía dividida sobre a quién dar la razón. Me sorprendía la frialdad con la que Draze y Nahir estaban tratando el asunto, pero era una decisión sensata. Estaba siendo objetivo y lógico. Sin embargo, Noah tenía razón en que ayer sufrió una visión parecida y pudimos llegar a tiempo para salvar a Ackbar. No sabía como expresar mi opinión sin llegar a herir a Draze.

— Si no hay cadáver físico, no está muerto... —murmuré para mí misma—. Quiero decir, —continué hablando en tono normal—, puede que Noah tenga razón, que sea otra premonición y que lleguemos a tiempo para salvarle. Hasta que no lo confirmemos no le podemos dar por muerto, Draze.  

¿Y qué pasaría si fueran los maestros? Sin duda podrían verificar de inmediato si una visión tan fuerte como la que habían sufrido estaba teniendo lugar en ese momento o no. Pero con Ackbar… la cosa cambiaba.

No quería dejarle tirado, pero Nahir tenía razón: habían hecho cuanto estaba en su mano. Y si volver a Mon Calamari implicaba arriesgar la nave, y con ella la misión… ¿Justificaba salvar a una persona que la misión fracasase?

—Noa, no puedo dejar que te lleves la nave cuando lleguemos a Mustafar. Volver a Mon Calamari es un riesgo después del alboroto que armamos hace unas horas. —Draze se masajeó el puente de la nariz, cansado—. Si el Imperio está allí detrás de Ackabar, es también probable que las autoridades locales les pongan sobre aviso de una nave que ha vuelto poco después de haber salido a toda prisa.

Se dio entonces la vuelta y volvió a llevarse las manos a la espalda.

—Abandonar a Ackbar, si todavía está vivo, va a en  contra de todas nuestras enseñanzas —dijo con un tono de voz monocorde, cada vez más similar al del arkiano—. Pero pocas veces la fuerza nos da una visión tan clara a todos, lo que me hace sospechar que el guarda oscuro ha atacado ya al calamari. Y halla o no sucedido esto, volver allí en este momento es demasiado arriesgado. Más si hay una de esas cosas en el planeta. —El padawan dio media vuelta y les dedicó a todos sus compañeros una mirada penetrante—. Necesito meditarlo.

Porque había un modo de saber si Ackbar seguía vivo en ese momento. Otra cosa es que lo siguiera cuando volvieran. Si volvían.

Y sin decir más, Draze se dirigió hacia la salida dando grandes zancadas. 

Junto a la puerta, el padawan se detuvo un momento y miró a Kate de soslayo.

Pensad un modo de entrar en el planeta sin levantar sospechas, le dijo mentalmente a su compañera. Y en una manera de sacarle de allí sin enfrentarnos al guarda oscuro. Tal vez pueda averiguar si sigue vivo.   

Draze se dirigió a la sala de máquinas. ¿Qué pensarían de él después de haber abandonado una discusión como aquella a la mitad? Probablemente nada bueno si sólo Nahir estaba de su lado. El código era claro al respecto, pero: ¿merecía la pena arriesgar a todos para salvar a un borracho? Un borracho que tiene algún tipo de vínculo con la fuerza, pues de otra manera no hubieran tenido todos ellos semejante visión.

No obstante, si Ackbar estaba realmente vivo, no había tiempo que perder.

Se sentó en el suelo y se cruzó de piernas. Se concentró en la respiración, tal y como Sto Lessat le había enseñado hace años. Imágenes de su maestro y recuerdos de sus amigos cereanos se cruzaron por su mente, pero enseguida los desechó, centrándose únicamente en el Calamari. Visualizó el paisaje del mirador con las vistas de Ciudad Coral y del océano perdiéndose en el horizonte, la expresión contrita de Kate mientras Ackbar les hablaba con su tono derrotista de los avatares sufridos tras la caída del planeta.

Y entonces trató de ser uno con la fuerza.

El wookie había permanecido en silencio pensativo mientras sus compañeros conjeturaban sobre lo ocurrido.

—No podemos volver a Mon Calamari. Ninguno de nosotros. Lo que pudiéramos conseguir en el planeta ya no podemos conseguirlo. Hemos perdido lo único parecido a un líder y nuestro enemigo está allí esperándonos.

Katkazza miró a los demás un poco desafiante ante lo que acababa de decir. Con el vendaje que le cubría el ojo perdido su aspecto era aún más fiero.

—Eso es lo que significaba la visión.

La cosa se había puesto demasiado tensa, tanto que hasta Korven permaneció callado mientras los padawans discutían entre ellos sobre qué decisión tomar. La verdad es que no entendía demasiado bien que era lo que estaba pasando, él no tenía la habilidad de poder ver esas visiones y andaba algo perdido entre todo aquel jaleo.

Al fin, Draze dejó la estancia y se marchó a meditar, quizás la elección de líder no había sido todo lo acertada que debía haber sido, pero oye, ya estaba hecha. Se levantó de su asiento y comenzó a curiosear por los armarios y demás huecos de la nave, como si realmente estuviera en su casa. Korven siempre se las ingeniaba para llevar consigo algo de alcohol y aquel momento no iba a ser menos, aun guardaba la botella con la que derribó al guardia para poder escapar, así que se limitó a buscar varios vasos.

- ¿Un trago?. – comentó a los dos padawans volviendo a su sitio ya con varios vasos en su poder. – Ayuda a pasar este tipo de cosas. –

- Ummm, estoo, lo mismo parece absurda la pregunta pero… - movía el licor dentro del vaso. - ¿alguien puede contarme que es lo que habéis visto?. Porque estoy más perdido que un piojo en el sobaco de un Wookie… - Hizo una pausa para mirar de reojo a Katkazza y rápidamente continuó para que pasara inadvertido su comentario.

- Y lo que es más importante coñe!!. – puso gesto serio. - ¿Vivías en Nar Shadda?. – le preguntó a Kate acercándose mucho a ella. – Joder, esas cosas se dicen antes… ¿Te has fijado que tenemos muchas cosas en común?. – sonrió.

Me rasqué la cabeza mirando a Korven con desesperación por aprovechar un momento como este para intentar ligar. 

-Hemos tenido una visión en la que veíamos como un guardia oscuro asesinaba a Ackbar. Salvarle es importante por todo lo que ha hecho por nosotros y por lo que puede suponer él en el futuro cuando hagamos público el vídeo. No se me ocurre nadie mejor en quien confiar para volcar el liderazgo de Mon Calamari el día que hagamos público el video. En fin... todo eso ya lo he dicho...no te aburriré más. Sólo espero encontrar si es necesario otro transporte nada más llegar que me lleve de vuelta...

Me callé y me dejé caer en un cómodo asiento de la sala y cerré mis grandes ojos. Necesitaba relajarme y ahora poco más podía hacer hasta aterrizar.

Miré a Korven ofreciéndonos bebida a estas horas. Ni siquiera había desayunado así que seguro que me iba a sentir fatal. De haber sido por la tarde-noche, igual lo hubiese aceptado. Rechacé su ofrecimiento con un leve gesto de negación con la cabeza y sonreí levemente por sus intentos de seducción. No tenía remedio, y él no parecía que fuese a cambiar nunca. Supongo que tendría que acostumbrarme. 

 — Un guardia oscuro es... —continué con la explicación de Noa en cuanto acabó—. El título que le hemos puesto a una nueva arma del Imperio. Son una especie de androides asesinos entrenados en las artes Jedi, quiero decir, saben nuestros movimientos, saben cómo defenderse de nosotros y atacarnos —fruncía el ceño, me sentía frustrada—. Además, es como si no tuviesen una conexión con la Fuerza. Están vacíos de ella. Y eso, teóricamente es imposible. Todo el universo tiene conexiones con la Fuerza. —aclaré, esperaba que de esta forma Korven lo entendiese mejor—. Bueno, en realidad, nuestros maestros saben más de eso. Nosotros somos padawans, es decir, aún somos estudiantes —sonreí levemente—. Se nos escapan muchos misterios.

Hice una leve pausa. Si íbamos a volver a Mon Calamari tendría que trazarse un plan para esa acción. 

La discusión parecía haberse estancado en un punto muerto. Noa tenía claro que quería volver, Kate tenía dudas al respecto y los demás se mostraban contrarios. No parecía que fueran a conseguir una respuesta clara en ese momento, así que todos decidieron dejarla aparcada de momento.

Mientras que Barret y Goror se unían a los demás en la sala común de la nave, Nahir, Katkazza y Noa la marcharon, probablemente en busca de un momento de introspección para pensar en la visión.

Draze se sentó, todavía tenía el runrún en la cabeza de la discusión y la férrea obstinencia de Noa por no abandonar a Ackbar. El joven padawan comenzó a acompasar su respiración, centrándose en los recuerdos que tenía de Ackbar, dejando que la fuerza lo llevara hasta él.

El joven no tardo mucho en comulgar con la fuerza, su mente había dejado la nave y estaba expandiéndose a lo largo y ancho de la fuerza recorriendo cada rincón, cada lugar, aunque fuera tan rápido que no pudiera ser consciente de ello. Sintió una paz como no había sentido desde que abandonara Ryloth. Desde entonces apenas había tenido momentos para meditar.

Y sin embargo, pese alcanzar tal comunión con la fuerza, Draze no sintió nada.

Draze continúa aquí

Kate y Korven continúan aquí

Noa continúa aquí