La joven padawan se colocó junto a Goror para seguir las instrucciones que pudieran hacer falta. Por suerte un empalme no era un trabajo especialmente difícil, por lo que no fue precisa ninguna instrucción. Mientras terminaban de arreglar el circuito Kate sintió como la nave comenzaba a elevarse, preparándose para despegar.
Cuando el trabajo estuvo hecho, el mecánico cogió la plancha metálica que servía como tapa del circuito para colocarla y atornillarla. Al terminar movió las manos de forma vertical dando un par de palmadas.
-¡Bueno!-exclamó.-Esto ya está. Ahora solo queda que la nave aguante lo suficiente como para salir de aquí. Sera mejor que vayamos a la cabina.
Sonreí satisfecha por el trabajo en equipo, pero una sonrisa leve y no plena como normalmente acostumbraba a hacer tras arreglar algo. Aún seguía inquieta en mis pensamientos y el hecho de que la nave pudiese levantarse no atenuaba mi preocupación por mi tío... No podía permitir que se fuesen sin él.
— ¡Ve tú, voy a ver si Shanna necesita ayuda en la entrada...! —exclamé mientras me alejaba por los pasillos e iba hacia donde se encontraba la compuerta de entrada. Tampoco me podía permitir estar sin hacer nada, quería ser la primera en ver a mi tío cruzar las escaleras de subida hasta nuestra nave—.
Kate salió de nuevo disparada, esta vez en dirección a la compuerta de la nave con la esperanza de ver a Shanna y a su tío. Pero al llegar sólo se encontró a la mercenaria, que seguía igual que como la dejó, con la rodilla en el suelo y el fusil preparado, pero sin noticias de Zeven.
Al colocarse junto a Shanna, Kate vio que la nave se encontraba a dos metros de la azotea, volando sobre el vacío.
La mercenaria tenía el ceño fruncido y se le notaba especialmente molesta. No era necesario averiguar el por qué. Acababa de perder todo lo que tenía, y todavía no estaba claro que salieran sano y salvo de allí. Para empeorar las cosas, mientras más estuvieran esperando a Zeven más difícil sería salir de allí. Cuando vio que Kate se colocaba a su lado, explotó.
-¡Mierda! ¿Dónde coño está tu tío, Kate? Te juro que como no salgamos de aquí lo que le pueden hacer los imperiales será el menor de sus problemas
Como si el destino estuviera esperando a que Shanna pronunciara sus improperios, Zeven apareció en la puerta de la azotea corriendo a una velocidad endiablada. Tras él le seguía el extraño enemigo con su doble sable de luz aún activado.
La mercenaria, al ver la situación, instintivamente se colocó su fusil al hombro y abrió fuego contra el perseguidor. El oscuro individuo repelía los disparos con la ayuda de su sable sin cesar en su carrera.
Justo al llegar a la cornisa, Zeven dio un salto con la intención de llegar hasta la compuerta abierta del Halcón Estelar. El extraño enemigo se preparaba para repetir la misma operación cuando Shanna le acertó un disparo en el pecho. Tras recibir el impacto, la figura misteriosa cayó de espaldas, al tiempo que el caballero jedi caía sobre la plataforma.
Tras caer sobre la plataforma y con aspecto agotado, Zeven activó el control para cerrar la compuerta.
-¡Barret vámonos!-gritó.
No pude evitar dejarme llevar por la emoción y me abalancé sobre Zeven dándole un leve abrazo cariñoso. Toda la tensión que tenía acumulada desapareció casi al instante y me separé rápidamente antes de que me echara la bronca. Ahora sólo quedaba salir de la azotea con vida antes de que nos derribaran...
— Buena puntería, Shanna —felicité a la mercenaria con una sonrisa muy amplia. Si no fuese por ella, lo mismo ese tío se habría colado aquí y nos hubiese derribado desde dentro—, se merece que te invite a algo cuando salgamos de esta —agregué manteniendo la sonrisa. Puede que al mantenerme algo positiva se olvidase un poco del cabreo—.
Ahora tocaba confiar en la destreza de Barret para esquivar los disparos y en que la nave aguantase lo suficiente hasta alcanzar un nuevo refugio temporal. Siempre huyendo... Jamás conoceré un hogar —cruzó por mi cabeza—.
Shanna, Kate y Zeven se dirigieron a la cabina, dónde ya se encontraban Barret y Goror. El piloto dirigía la nave a toda velocidad para sacarla del planeta mientras que el mecánico vigilaba en todo momento los indicadores para asegurarse de que todo estuviera en orden.
No parecía que nadie les estuviera persiguiendo ni disparando, sin embargo nadie dijo nada, se notaba la tensión en el ambiente.
Finalmente fue la mercenaria la que explotó.
-¿Pero que coño ha ocurrido?-preguntó.-¿A cuento de qué vienen los imperiales a nuestra casa?
Shanna dio un puñetazo en la pared y unas lágrimas cayeron por su rostro.
-¡Joder! ¡Con todo lo que nos había costado conseguir todo esto!
Zeven levantó su mano para que le dejaran hablar.
-Todo lo que ha pasado ha sido culpa mía.-dijo para asombro de todos.- Shanna, cuando termine de contarlo todo, tienes permiso para darme un puñetazo, pero por favor, que nadie me interrumpa.
El jedi se sentó y bajó la mirada. Estaba claro que no se sentía orgulloso de lo ocurrido.
-Hace muchos años, para poder liberar a Kate de su esclavitud, tuve que pedir dinero. Aralus y Janeka Eron, amigos de la familia de mi hermana me prestaron el dinero. A cambio, ocasionalmente he hecho algún trabajo para ayudarles. Hacer de mensajero o de escolta. Cosas sencillas. Sin embargo esta vez me pidieron algo que no podía hacer. Me dijeron que me arrepentiría, pero nunca pensé que llegaran tan lejos. Lo siento.
Tras escuchar el relato de Zeven, la mercenaria se acercó a él y acto seguido le propinó un fuerte puñetazo.
-Te perdono.-fueron sus únicas palabras mientras se secaba las lágrimas.
-Bueno, bueno, no pasa nada.-dijo el piloto intentando quitarle importancia al asunto.-Ya nos las hemos visto en situaciones peores. Aún me acuerdo aquella vez que me dejásteis sólo en Hsskhor y acabé rodeado de treinta trandoshanos.No fue fácil, pero pude salir de ésa, así que seguro que nos irá bien.
-Siento interrumpiros.-dijo el mecánico.-Los sistemas de la nave parece que responden y podemos saltar al hiperespacio. Creo que no nos conviene quedarnos en Nar Shadaa, así que… ¿a dónde vamos?
-A Tatooine.-dijo el jedi automáticamente.-Si los Eron quieren llevar esto hasta el final, irán a por mi hermana. Tenemos que llegar antes de que lo hagan ellos.
Miré confusa a Zeven mientras contaba los motivos de por qué nos atacaban. Hasta ahora pensaba que la familia Eron no estaba pidiendo nada a cambio a mi tío, que simplemente fue altruismo... Me lo había ocultado, supongo que por mi propio bien y no hacerme sentir culpable, que la verdad, era lo que estaba ocurriendo en estos momentos. Me entró mucha curiosidad saber qué era lo que le habían pedido esta vez para negarse.
Por otro lado, hacía años que no veía a mi madre y no sé si habíamos reunido el suficiente dinero para poder comprar su libertad. Maldita sea... —pensé para mis adentros—, con lo cerca que estábamos. Y ahora encima iba a estar en peligro. Sentía ansiedad por llegar antes que ellos y algo de miedo por lo que pudiese ocurrir, pero rápidamente intenté ocultarlo pensando en otras cosas antes de que mi tío se diese cuenta y me reprendiese. Nada me gustaría más que poder encontrar un momento a solas con mi tío para preguntar sobre aquello que le pidieron.