Partida Rol por web

Sil Auressë

[18.4.2] Lobos de Cardolan

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15/04/2018, 01:32
Denelloth

Denelloth asintió aliviado al saber que Girion había pasado, quien sabe si hacia un peor encuentro. Satisfecho con esos jinetes que venían del sur, y preocupado por el tamaño total del contingente enemigo. Miró con atención a Arthondir, también interesado por ese Guía; parecía conocerlo y buscarlo, pero quizás se implicase en la causa de Sil Auressë.

Luego centró su atención en Dos Colmillos. Escuchó sus ofrecimientos mientras asentía, grave. -Os agradecemos habernos aceptado en vuestra guarida -dijo, mirando a Ferrim y Eben. -Y que nos indiquéis la ruta más directa, pues partiremos cuanto antes. Y más todavía todo lo que podáis hacer por detener a los orcos de La Loma, que será mucho. Ocurra lo que ocurra, contáis ya con el agradecimiento de Sil Auressë; siempre seréis bienvenidos allí, aunque sé -sonrió levemente, mirando a Acero Rojo- que no frecuentáis los poblados.

Hizo un gesto de agradecimiento al jefe de los Lobos, y luego miró alrededor, como pensando ya en el último trecho del largo camino que habían recorrido en los últimos días. Terminó posando los ojos en Arthondir con un aire inquisitivo, preguntándose qué hacía en aquella zona, si optaría por seguir al Guía de los Lobos o por el contrario se uniría al reducido grupo que formaban Eben, Ferrim y él mismo. Por qué razón hacer algo así era difícil de explicar, pero una espada más sería aceptada sin remilgos.

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15/04/2018, 03:59
Arthondir

No sabía si un grupo tan pequeño habría determinado un líder, pero por la forma de Dos Colmillos de digirse a Denelloth, supuso que él debía hacer igual.

Si está en mis manos ayudar al futuro de Cardolan, que así sea - declaró tras incorporarse - ¿Teneis monturas?

Estaba fuera de lugar preguntar si necesitaban ayuda, habían recibido la misma información y, como le había indicado maese Ferrim minutos antes, una espada más nunca sobra. Sólo esperaba no estar mordiendo más de lo que pudiera masticar.

Ya os aviso de que no soy un guerrero, sin embargo puedo guiaros rápidamente hacia el lugar que me indiques - expresó pasándole el plano de nuevo a Denelloth, aunque estaba convencido de a dónde se dirigirían.

Se reajustó las grebas y afianzó de nuevo su armamento bajo la capa, como quien se prepara para partir, un observador atento pudo ver una espada larga en el cinto y la empuñadura de una daga a la espalda. Por encima del manto que le cubría, se acomodó un carcaj y un arco compuesto, de fina manufactura a ojos de entendidos.

Estoy listo.

 

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15/04/2018, 08:34
Eben

Eben se puso en pie casi al instante, recogió su arco y flechas y se dispuso de inmediato para continuar la marcha. Echó un último vistazo al mapa para memorizar aquellas partes del mismo que no conocía. 

Seguía las indicaciones que "Dos Colmillos" daba sobre el mapa acerca del camino que consideraban más corto para llegar a su destino, memorizando los puntos de control que le permitirían asegurarse de permanecer en la ruta elegida.

Mientras hacía esto en silencio, escuchó el ofrecimiento de Arthondir de hacer de guía del grupo. Normalmente era él el que abría camino y buscaba la mejor ruta, pero el extraño parecía ser también un buen guía. Él no tenía problemas en ceder la guía del grupo al recién llegado, pero sería Denelloth el que tendría que tomar la decisión.

Ya preparado y con toda la información en su cabeza, solo esperaba la señal para salir de allí y recuperar el tiempo perdido.

- Cuando queráis.

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15/04/2018, 10:47
Ferrim, hijo de Ferric

Aquella parada quizá les hubiera hecho perder algo de tiempo, pero para Ferrim era mucho más provechosa de lo esperado. La cantidad de información que habían compartido merecía la pena la pausa en la ruta. Ahora sabían perfectamente dónde estaban y hacia dónde se dirigían, sabían del movimiento del enemigo.

Y sabían que llegaban tarde para la batalla por Sil Auressë.

Eso encogió el corazón del enano. Habían destruido la esencia del mal, pero los hijos de la oscuridad habían continuado con sus malignas obras. No se habían dispersado ni huido, según contaba Dos Colmillos. La guerra seguía adelante y para los tres viajeros era, además, cosa del pasado. El enemigo ya se había enfrentado al pueblo.

La mente de Ferrim voló hasta sus compañeros naugrim, ese grupo de esforzados enanos que habían convertido a la milicia de Sil Auressë en los soldados humanos mejor armados al oeste de Khazad-dûm, o eso le gustaba pensar a él. Pero dadas las circunstancias, quizá eso no hubiera bastado. Los orcos eran numerosos, enormes sus batallones, y parecían muy bien dirigidos. Con demasiada inteligencia, para lamento de Ferrim.

Quedaba la esperanza, eso era cierto. La batalla había empezado y había visto una nueva mañana, pero no sabían cuál había sido el resultado. El apoyo de unos jinetes desconocidos parecía haber desbaratado las maniobras de varios cuerpos del ejército enemigo. Todavía quedaba esperanza.

—Llegamos tarde para sumarnos a la defensa. Pero todavía podemos ser útiles cuando la marea se retire. Hay mucho por hacer, muchos caminos que cubrir y mucho que reconstruir—Ferrim no paraba. Como todo buen enano, era laborioso e incansable. Su pragmatismo le hizo desviar la atención de la suerte de sus hermanos y decidió que estaban bien, a salvo, y que aunque no lo estuvieran, ahora tocaba reconstruir las defensas, elevar más parapetos y cavar más fosas.

Los Lobos eran sorprendentemente habilidosos en los campos. No solo sabían todo lo que pasaba en millas a la redonda, sino que lo habían descubierto totalmente en secreto, esquivando las miradas de los defensores de Sil Auressë. Sin duda, los exploradores y batidores de la ciudad tendrían mucho que aprender, alianzas que forjar y, también, abrir mejor los ojos.

Ferrim se dirigió a los Lobos.

—Mi señora Acero Rojo, señor Dos Colmillos, agradecemos vuestra hospitalidad y todo el bien que estáis haciendo en esta región. Mas ahora debemos partir. Cuando los orcos de la loma consigan atravesar vuestras defensas, nosotros estaremos ahí para darles el golpe de gracia. Pero para eso, primero debemos resistir a esta batalla. Os ruego que hagáis llegar a vuestro Guía mis saludos y mi agradecimiento. Cuando todo esto pase estaré deseando conocerlo—hizo una leve reverencia cortés.

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15/04/2018, 13:38
[LC] "Dos Colmillos"

-Qué así sea, concluyó Dos Colmillos. La guerra que había comenzado con el Oscurecimiento del día anterior seguía imparable, pero las huestes de orcos se habían encontrado con una fuerte resistencia. Y poco a poco se notaba que la marea estaba cambiando. La victoria en el Monolito, el éxito de la carga en el Paso de la Loma, la fortaleza de los defensores de Sil Auressë bajo el mando de Khôradur...

Eran tiempos aciagos para Cardolan, pero a pesar de todo, la lucha seguía. Y a Dos Colmillos le reconfortaba comprobar que sus Lobos no luchaban solo. -En las cuevas inferiores están tus caballos, Arthondir. Los otros tres no habían llegado con montura, pero la ruta más rápida hacia la zona de la batalla transcurría por un terreno donde difícilmente iban a poder cabalgar seguido.

Se despidió de los cuatro, e hizo una leve reverencia a Ferrim. -Contad con los Lobos para reconstruir lo que la guerra ha destruido. Hemos intentado poner a salvo el máximo de granjeros, campesinos y pastores, y a sus familias. Son la esperanza para esta tierra devastada. Sus casas han sido arrasadas, sus campos quemados, su ganado y sus rebaños perdidos...

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15/04/2018, 14:16
[LC] "Acero Rojo"

Cuando Arthondir, Ferrim, Eben y Denelloth ya se preparaban para partir, de repente Acero Rojo dio un paso al frente. -Iré con vosotros, dijo y parecía sorprendida por sus propias palabras. Había sido una decisión impulsiva y extraña en ella, y sintió la mirada inquisitiva de Dos Colmillos en su nuca. No quiso enfrentarse a los ojos de él, no ahora. Pero la decisión estaba tomada.

Ella tenía un vínculo especial con el Guía, y había compartido su tiempo con él mucho más que otros de la manada. Y ahora, se había encontrado con señales que no podía obviar.

-Lo invisible nos rodea, nos marca la senda, y se hace visible a cada paso recorrido, dijo recordando las palabras de aquel anciano. Lo difícil es dar primer paso. Una vez en el camino, las señales se van desvelando.

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15/04/2018, 14:38
Director

Los cinco bajaron del refugio de los Lobos hasta la galería donde habían escondido las monturas y algunos animales, así como personas que por edad o por heridas sufridas no podían subir a las cuevas superiores. De allí sacó Arthondir sus dos caballos. Eran ejemplares fuertes y vigorosos, y marcados con la runa de la letra "K".

Acero Rojo le entregó a Arthondir provisiones para el viaje para guardarlas en las alforjas para ir más ligeros. Apenas hablaba, y era evidente la tensión que su partida con el grupo había generado, aunque era difícil conocer los motivos exactos.

Comenzaron a andar. La ruta que les habían indicado pasaba entre varias elevaciones cubiertas de la hierba musgosa típica de las tierras altas de Cardolan y que se conocía como deblas. Eran colinas azotadas por el viento cambiante, y aunque no muy elevadas sí que resultaban difíciles de atravesar. Además, había multitud de recovecos y cañones sin salida que podían hacerle perder tiempo al grupo.

Eben y Acero Rojo tomaron la delantera, y ella le iba indicando al joven montaraz la ruta que iban a seguir. Arthondir llevaba las riendas de sus caballos mientras caminaba junto a Denelloth y Ferrim. Al rato, Acero Rojo regresó junto al resto dejando a Eben solo en la vanguardia.

Notas de juego

he supuesto el orden de marcha, confirmarlo o modificarlo en los siguientes posts y tiraré los encuentros después.

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15/04/2018, 14:49
[LC] "Acero Rojo"

-Denelloth... ¿Dices conocer la Hermandad de los Lobos?, preguntó de repente. Iban a paso ligero, pero cada cierto tiempo se encontraban con lugares donde el terreno podía jugarle una mala pasada  los caballos o al fornido enano. Acero Rojo estaba taciturna, pero no dejaba de darle vueltas a algunas cosas y necesitaba entenderlas. -Me dijo el Guía que era un grupo que se había formado entre los Montaraces Reales de Arthedain. ¿Es así?

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16/04/2018, 01:15
Denelloth

Se despidieron sin palabras de la guarida de los Lobos. El grupo había crecido, lo que no dejaba de alegrarles el espíritu. Eben tomó la posición de batidor de forma natural*, abriendo la marcha a un tiro de flecha. No era necesario dar instrucciones, pues todos sabían que se aproximaban al lugar donde se había producido el encontronazo entre las hordas orcas y las fuerzas de Khôradur.** Caminaban atentos a señales en la tierra o en el cielo que anunciasen guerra, en especial columnas de humo y bandadas de murciélagos. Desconocían lo ocurrido, quizás fuese necesario buscar refugio en Sil Auressë. Por el momento avanzaban ligeros, y Denelloth colocó un pivote en la ballesta con cierto trabajo, por no detener la marcha. Apenas hablaban; a pesar de que la lluvia se había detenido por fin y un ligero viento agitaba los matorrales más altos, el aire parecía pesado.

-No los conozco -respondió a Acero Rojo; -sólo he oído hablar mucho de ellos, como cualquiera entre nosotros. Rumores, más que verdades ciertas, es lo que se contaba de ellos en los círculos en torno a las hogueras, cuando patrullábamos los páramos del norte de Arthedain. Poco sé en verdad, pero sí puedo decir que su origen está entre los Faradrim Aran, entre algunos de los mejores de entre nosotros. Que siendo de los más fieles, fueron sin embargo apartados. Que ahora, parece, se reúnen en el norte. Que los lobos los acompañan; el Lobo Blanco... y otros. Que Haldamir fue su creador, y que el hijo de su hermana, Thelran, ha sido una fuerza importante en mi vida, aún sin apenas habernos visto; aunque creo que pronto volveremos a encontrarnos...

El montaraz se mostraba inusitadamente locuaz. La pregunta de la guerrera loba, tan directa, tan certera, parecía haber golpedo en el punto justo para hacer desbordar en palabras aquello a lo que Denelloth llevaba dándole vueltas desde que encontraran el medallón en la cabaña, o incluso desde antes; como un ronroneo sutil que se alza poco a poco y no se percibe realmente hasta que se ha convertido en un rugido ensordecedor.

Pero todo aquello quedaba ahora en un segundo plano. Se aproximaban, quien sabe si al pleno fragor de una batalla desigual a vida o muerte o sobre un campo abandonado, lleno de cadáveres de hombres y de orcos, de cuervos y de olor a muerte. En todo caso, Denelloth se aprestó a leer las señales y a vigilar cualquier mínimo atisbo de movimiento. Fuera lo que fuera, pronto llegaría.

-Veremos qué nos encontramos. Creo que lo mejor, si es posible, es  unirnos al contingente de Khôradur; si no, acudiremos directamente a Sil Auressë. Yo, al menos, debo volver al castillo en caso de peligro.

Instintivamente llevó una mano a su bolsillo, aferrándose a una pequeña piedra que sacó y miró un momento.

-Abrid los ojos -recomendó inútilmente, pues ya todos sabían bien lo que debían hacer -y estad prevenidos.

- Tiradas (3)

Notas de juego

*Sí sí, bien hecho dire.

**Empieza la cuenta atrás... No está muy lejos, no dire?

Dejo hechas tiradas de Observación, Rastrear y Acechar, por si vinieran bien. Tiradotes. Por cierto, no pong bonificadores porque... ¿la ficha...? ¡No puedo ver nada! Argh, qué ha pasado!? Sólo "Movimiento Base: 21,50 metros". Te pasa lo mismo, dire?

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16/04/2018, 19:52
Eben

Eben iba a ceder la vanguardia del grupo a Acero Rojo, que conocía más la zona, pero por lo visto la montaraz confiaba en él y acabó más centrada en hablar con Denelloth y el resto de sus compañeros.

Por tanto, una vez más asumió la vanguardia de forma natural y avanzaba unos metros por delante del grupo, sin perder la visual y atento a cualquier emboscada o peligro que pudiera encontrar. En su mente tenía el mapa que había visto en el refugio y seguía el camino establecido para evitar los grandes contingentes orcos y avanzar hacia Sil Auressë.

Eben seguía en su silencio habitual. Ahora que avanzaban en la dirección correcta sentía como la sangre corría de nuevo por sus venas.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiro percepción por si veo algo y acechar como una medida de lo oculto que voy y llevo al grupo.

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16/04/2018, 23:38
Arthondir

La incorporación de Acero Rojo al pequeño grupo lo pilló completamente de improvisto. Tratando de disimular un gesto de asombro, miró a Dos Colmillos y asintió, dando a entender tácitamente que cuidaría de ella, cuando lo más probable fuese que resultara al revés. Sin embargo sentía la inquietud en el Lobo y quiso apaciguarlo de alguna forma, no quería que se quedara con la sensación de arrepentirse de haberlos ayudado.

Una vez en marcha, Eben tomó la vanguardia y, por ende, el puesto de guía. Arthondir se había ofrecido a ello con anterioridad, pero era comprensible que un grupo ya formado tuviese sus roles asignados, así que decició adaptarse a la situación y cubrir los que estuvieran libres. Por ahora podía contribuir cargando con las raciones y el agua, un alivio para los viajeros que sin duda les reforzaría positivamente en el combate que probablemente se avecinara...si no era demasiado tarde.

Para su sorpresa, Acero Rojo, que acompañaba a Eben en su tarea de guía se retrasó para hablar con Denelloth y este, pese a su cara de pocos amigos, se explayó más de lo que esperaba.

Hablaron de los Lobos, y del norte de Arthedain, lo cual agradó a Arthondir, no era descabellado que otros compatriotas se hubieran implicado en los hados del reino vecino de Cardolan, pero no dejaba de ser agradable encontrar a gente de su mismo reino. Sea como fuere, prefirió guardar silencio al respecto, pues no quería interrumpir la conversación, una vez que la joven había roto el hielo. Tenía una conversación pendiente con la muchacha, pero había sido educado en la paciencia y la cortesía, así que encontraría un mejor momento.

Mientras tanto, pensó en darles algo de intimidad conversando con su compañero de viaje más peculiar - Maese Ferrim, le seré franco, me sorprende ver a un miembro de su pueblo tan lejos de las montañas, ¿podría preguntarle acerca de sus viajes? Sin duda debe haber recorrido gran parte de Eriador para llegar hasta aquí, ¿me equivoco? - los enanos eran famosos por su tosquedad y, aunque éste parecía diferente, igualmente trató de ser lo más diplomático y agradable en sus preguntas.

Mientras caminaban, giraba la cabeza de vez en cuando, atento a la retaguardia, intuyendo que la vanguardia estaba en buenas manos.

- Tiradas (1)
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18/04/2018, 22:47
Director

Caminaron a un ritmo bueno durante un par de horas mientras comentaban algunas cosas. A medida que sus pasos les acercaban a su destino, agudizaron sus sentidos. El paisaje se iba abriendo y los riscos que hasta entonces les habían rodeado como paredes ahora eran más ondulados.

Eben iba delante, concentrado en hallar una ruta segura y rápida esquivando las grietas y los lugares donde podía haber desprendimientos de rocas. El viento que llegaba desde el sur azotaba las colinas, y movía sus capas. Resultaba difícil hablar a distancia, pero todos tenían claro el camino a seguir.

Los movimientos de Eben, Denelloth, Acero Rojo y Arthondir eran ágiles y veloces en comparación con las pisadas fuertes y contundentes del enano Ferrim. Aún así, fue capaz de seguirles el ritmo aunque apenas le quedaba aliento para participar en la conversación.

Fueron Denelloth y Arthondir los que primero vieron movimiento en una elevación a unos quinientos pasos. Desde aquel lugar, dos figuras parecían otear el terreno hacia el sur. ¡Eran exploradores orcos! Pequeños de estatura y de complexión delgada, sus extremidades eran largas y su postura agachada. Iban armados con arcos cortos y cimitarras.

El grupo de Denelloth llegaba desde el sudoeste, pero su ruta hacia el ejército de Khôradur les llevaba a pasar demasiado cerca de aquella colina.

- Tiradas (4)

Notas de juego

he avanzado un poco la historia. El jugador de Ferrim avisó que esta semana iba liado, de todos modos puede intervenir cuando considere para responder a Arthondir.

He usado las tiradas de acechar como "carrera" y habéis avanzado a un buen ritmo

En teoría es posible acechar hasta la base de la colina donde se encuentran los orcos, pero si les da por mirar en vuestra dirección os pueden ver. Otra opción es dar un pequeño rodea y subir (tirada de trepar Fácil) hasta arriba y emboscarlos por la espalda. O buscar una ruta alternativa que no es difícil pero podría haber más exploradores o el desvío podría retrasaros.

En vuestra actual posición no os ven, la tirada de Observación os ha puesto sobre aviso.

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20/04/2018, 01:52
Denelloth

Eben no tardó en notar la presencia de los dos batidores orcos en una colina pequeña y todavía distante; ya los otros habían detenido su marcha. Denelloth había heco un gesto (innecesario, pues el instinto de todos lo había indicado previmente) para que todos se pararan y agacharan. Clavó la mirada un momento en la pareja y luego oteó los alrededores en busca de otros como ellos. Aparentemente eran los únicos.

Miró a sus compañeros. Detuvo la mirada en Arthondir unos instantes más de lo normal, como evaluándolo; nada lo obligaba a estar aquí, y sin embargo aquí estaba.

-Rodeémoslos* y acabemos con ellos- dijo. Pero era más una sugerencia que una instrucción. Denelloth ya no era el mismo que los había guiado hasta el Monolito; ahora, aunque seguían reunidos por una empresa común, todos estaban allí por propia voluntad e iniciativa, no por alguna orden recibida o misión encomendada.

Comprobó el virote y la ballesta, se mojó los labios con la lengua y miro de nuevo aquella elevación, como imaginando por dónde subirían.

Notas de juego

*O sea, ¿damos un rodeo y ataquémoslos por la espalda, la Opción 2 de las que nos da el dire? Parece lo más seguro y sencillo, sin complicaciones. Si queréis intentar rodearlos en el sentido de atacar uno desde cada punto se puede probar, pero son ganas de complicarse; en principio somos 5 a 2, no debería haber problemas (sé que es la típica frase que preludia el desastre, pero qué diablos, me gusta vivir al límite XD). Porque intentar pasar desapercibidos no entra en el plan, no?

Si he entendido bien, sería sólo tirar Trepar, no? Y ya estarían los orcos a tiro, es eso?

Ahora creo que está claro, Arthondir es arthadan, pero si Denelloth puede, como siempre, averiguar algo más por su aspecto o su acento, la info es siempre bienvenida.

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21/04/2018, 07:49
Eben

Eben dudaba de las instrucciones de Denelloth.

- Hemos perdido bastante tiempo ya... no se si será lo mejor atacar a esos vigías si podemos rodearlos y llegar cuanto antes a Sil Auressë.

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01/05/2018, 13:17
Director

Tras una breve deliberación, el grupo optó por preparar un plan para acabar con los orcos que vigiliaban desde lo alto. Dar un rodeo les iba a retrasar demasiado. El camino recorría cerca de la posición de los orcos, e iban a utilizar al enano de cebo. Detrás de Ferrim iba Arthondir y los caballos. Denelloth y Eben iban a dar un rodeo por la derecha, siendo Eben la punta de un rombo que iba a encerrar a los trasgos. Del otro vértice se encargaba Acero Rojo.

Todo estaba listo para poder eliminar la amenaza que suponían esos dos exploradores, aunque quedaba la duda de si podía haber más en otros puntos elevados. De momento, solo aquellos dos les podían descubrir, y parecían estar más pendientes de vigilar en dirección al horizonte en el sur que lo que sucedía bajo sus pies.

 

Notas de juego

Paso aquí el plan discutido en el Off Topic (no sé si Eben lo ha visto allí). Está abierto a cualquier modificación. En caso de seguir adelante, con el post haced las siguientes tiradas:

Eben: acechar+trepar
Denelloth: acechar + percepción
Arthondir: esconderse (si se queda algo más atrasado, si sigue con Ferrim a la vista no hace falta) + percepción
Ferrim: percepción
Acero Rojo: acechar

Si la idea es acribillar a los orcos con flechas, podéis dejar también una tirada de ataque de proyectiles (dependiendo del resultado de las otras acciones se llega a hacer el ataque o no). Confirmar también en los ataques si son a O1 u O2.

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02/05/2018, 00:08
Denelloth

Decidido el curso de la acción se dirigieron cada uno por un lado, silenciosos y eficaces. No hubo palabras melodramáticas porque iban a liquidar a aquellos dos oteadores de forma rápida y sencilla. Denelloth avanzó un trecho junto a Eben, y luego se detuvo, viéndolo alejarse hacia la espalda de la pareja de orcos. Tomó posición, intentando atisbar en la lejanía, a su izquierda, a Ferrim y a Arthondir; Acero Rojo estaba al otro lado del promontorio. Comprobó la ballesta y se acercó lentamente para ponerse a una distancia de tiro oportuna. Repasaba mecánicamente en su cabeza lo que estaba por venir. Treinta pasos, respirar, apoyarse y apuntar, soltar la ballesta, embrazar el escudo, desenvainar y abatir a los supervivientes. Sería rápido y sencillo. Treinta pasos, respirar, apoyarse y apuntar... Rápido y sencillo...

- Tiradas (4)

Notas de juego

Bravo por la trasposición de escena, dire!

Acechar y percepción las hago ocultas. Dejo la de proyectiles por si acaso, pero Denelloth no tira hasta estar a 30 metros o si los orcos se mueven (sea hacia Ferrim/arthondir, sea a otro lado) o si los descubren.

Atacaría, si se diera el caso, al O2 (ah, viejo Oxígeno, volvemos a vernos las caras...)

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02/05/2018, 06:57
Eben

Eben había dado su opinión, pero la decisión del grupo había sido otra. Para él no suponía ningún problema ya que, en ese aspecto, era una persona muy disciplinada y no tenía problema en asumir como propias las decisiones del grupo. Al instante se preparó para la acción, aunque siempre llevaba el arco tensado.

Acompañó a Denelloth hasta su posición. Desde ella Eben pudo observar que Denelloth tenía una buena visual sobre uno de los dos orcosO2. Lo tendría en cuenta para elegir a su presa.

Eben continuó con cuidado hasta situarse justo detrás de la pareja de orcos. Si el plan funcionaba bien, Acero Rojo podría encargarse del otro orcoO1.

Eso dejaba libertad de elección a Eben. Se decidió a apuntar al mismo orcoO2 que su compañero, ya que tenía con el mismo una mejor visual.

Trepó lentamente, con alguna dificultad, mientras buscaba una posición protegida, tras lo cual apuntó cuidadosamente al objetivo seleccionado.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Me disculpo por lo del Off-Topic, no se porqué no recibía notificaciones... misterios.

No se la dificultad de la escalada... si es fácil o muy fácil creo que lo consigo de un tirón, en caso contrario no llego arriba al primer asalto, por eso he tirado dos veces, al segundo sí llego y no hay pifia (He supuesto que mientras nos situamos pasan varios asaltos).

Preparo mi arco y apunto con tranquilidad al mismo orco que Denelloth, el O2. Dejo las tiradas hechas.

Intento protegerme tras el tronco de un árbol si es que hay. Si no hay nada, tiro de rodillas.

 

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02/05/2018, 08:26
Ferrim, hijo de Ferric

Ferrim aceptó el plan. Sí que era uno en el que se le ponía como pasmarote, pero el enano era práctico. Sabía que no era el más hábil del grupo en las maniobras de campo y que un intento de esconderse podría acabar muy mal. Era importante acabar con los dos orcos, que si estaban allí era buscando a grupos como el suyo, para acosarlos o mandar a otros orcos a matarlos. También cabía la posibilidad de que estuvieran abriendo camino para un grupo mayor o incluso buscando a un destacamento de orcos que debiera acercarse a la batalla.

Fuera lo que fuera, convenía acabar con ellos. Todo orco mancilla el suelo que pisa y ninguno es amigo de la gente de bien. Siempre es un peligro tener alimañas en el patio de atrás.

Trazado el plan, los exploradores se escurrieron entre las rocas y los matorrales para emboscar al enemigo. Los trasgos no eran rivales para ellos, pero sí podían escapar y dar aviso a otros. Por eso, lo ideal era atraer su atención hacia el fondo de ese rombo estratégicamente ideado. En ese fondo estaba Ferrim, el torpe Ferrim.

Cuando los demás se apartaron, el enano se dirigió a Arthondir.

—Maese Arthondir, disculpad esta tonta escena. Os ruego no os llevéis una mala impresión de mi persona. Ni soy actor ni lo pretendo.

Más bien era un enano serio y muy formal. Extraordinario en lo suyo y orgulloso. En realidad, pocas veces un enano podía ser considerado un patán o un bufón, un tonto.*

—Quedaos un poco atrás, por favor. Cuanto más solo me vean, mejor.

Dicho eso, dejó las armas en el suelo, para parecer todavía más desvalido incluso desde lejos; tomó las riendas de uno de los caballos y lo condujo gruñendo unos pasos más adelante, hasta donde suponía que sería mejor visto.

Hizo ruido a propósito, como un patán confiado que no teme a nada en parajes extraños.

—¡Maldita sea!—bramó—¡Me tienes harto, Margarita! ¡Maltita yegua! ¡Has dejado caer la bolsa de los víveres y el pedernal! ¿De qué nos sirven tantas joyas si no tenemos nada para comer ni encender el fuego?

Tiró de las riendas como si el caballo se resistiera, algo que no hacía en realidad. Enojado y casi cómico, le pegó una patada a una piedra, que salió despedida para chocar contra un tronco.

¡Clonc!

—¡Terca Margarita! ¡¡Ahora tendremos que acampar aquí!!

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Salvo en ciertas películas.

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02/05/2018, 10:36
Arthondir

Denelloth y Eben marcharon sin demora, en silencio, estaba claro que no era la primera vez que hacían esto, y que a sus ojos no les suponía un gran desafío, pues apenas dedicaron un gesto en su despedida. Cuando quiso volver a mirar hacia el grupo, Acero Rojo ya había desaparecido, más que acostumbrada a estas actividades por lo que pudo suponer.

Arhtondir le dedicó una sonrisa y un gesto de asentimiento a Ferrim antes de entregarle su caballo de carga, el otro lo escondería junto a él por si algo salía mal.

Estaré aquí al lado - susurró, como quien quiere ofrecer su ayudar pero sin ofender las habilidades de su interlocutor.

Sin duda Ferrim demostraba ser un enano peculiar, cualquier otro miembro de su raza habría rehusado a cumplir ese papel, aun teniendo las mismas limitaciones para el sigilo que éste. Tendría muy a bien conocerlo más en profundidad.

Sin duda las tierras de Cardolan estaban llenas de gente singular, como esas flores que crecen en los parajes inhóspitos. Pensándolo bien, aquellos días eran lo suficientemente inhóspitos como para que la gente excepcional brillase, y algo le decía que tras esta pequeña representación de la unión de distintas razas, naciones y ciudades, se escondían las ascuas del resurgimiento del reino de Cardolan y, por qué no, de Arnor, si eran capaces de construir un futuro apropiado para ello.

La actuación de Ferrim lo sacó de sus pensamientos, la acción comenzaba.

Oculto entre las rocas, con ayuda de su capa grisácea, tensó la cuerda de su arco compuesto, que tantos años le había acompañado, y apuntó sobre el orco más occidental, suponiendo que los dos montaraces atacarían desde el Este.

No pretendía revelar la emboscada del grupo, así que esperaría a que alguien iniciara el ataque para disparar, supondría que Eben iniciaría el ataque, pues era quien en principio tenía más distancia que recorrer.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Tengo mis dudas de haber hecho bien la tirada de percepción, por si puedes revisarlo. En caso de que esté mal tira por mí para agilizar, por favor.

En el Arco creo que me falta un +5, aunque como viene debajo de la ficha no se si no está incluido conscientemente.

(Se me ha colado un disparo en Tirada Oculta, perdón)

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06/05/2018, 11:46
[LC] "Acero Rojo"

Acero Rojo asintió al plan propuesto, y sin mediar palabra preparó su arco y su flecha. Partió en primer lugar, ya que tenía que dar un rodeo mayor. Sus pasos eran sigilosos, y su mirada fría como el acero cuando dio la señal al enano desde su escondite. Cuando vio que Ferrim comenzó a moverse haciendo ruido, terminó de subir para encontrar la mejor posición para la emboscada. Con movimientos lentos cargó la flecha y aguantó largos segundos con el arco tensado.

Trató de controlar la respiración y mantener a raya el odio que sentía en su interior hacia aquellos seres viles y miserables. Esperaba una flecha desde la dirección de Eben y de Denelloth. Y cuando volaron hacia los orcos, ella disparó la suya. Al momento de soltar la cuerda supo que iba bien dirigida. Sin titubear e incluso antes de ver el resultado ya estaba sacando una nueva flecha.

- Tiradas (3)