Partida Rol por web

Sil Auressë

[19] Un nuevo día

Cargando editor
09/12/2018, 12:02
[Gi] Ungail

CASTILLO - Othrind

-Sin sus máquinas de asedio lo tienen difícil los orcos, dijo Ungail tratando de animar a los presentes. –Las destruimos y paramos el avance de la hueste del sur en el Paso. Cuando lleguen, solo les queda rodearnos e intentar un asedio. Sin la mayoría de sus líderes, no tardarán en reparecer las rencillas entre aquellas viles criaturas.

Cargando editor
09/12/2018, 12:03
[SA-ej] Faelimir

CASTILLO - Othrind

-El día se está acabando, intervino el sargento Faelimir. –El ejército de Sil Auressë aún eran numeroso cuando nos separamos. Nuestro avance con los heridos era lento, así que calculo que las tropas habrán llegado sobre mediodía a aquella colina bajo el mando de Parthil, Barendil y Melechtor. Durante el Oscurecimiento aguantamos aquella posición con menos hombres largas horas, y la hueste contaba con más trolls y el liderazgo de ese Zaboht.

Las imágenes de la Batalla del Eclipse se repetían ahora en su mente. Recordaba cómo Khoradur había cargado contra aquellos gigantescos trolls que parecían imparables. Y cómo había derrotado en combate singular a varios.

-Podemos enviar exploradores hacia el este para buscar a las tropas de Elfwine, y también hacia el oeste para coordinar el regreso de nuestras tropas.

Cargando editor
09/12/2018, 12:04
Caäniza

CASTILLO - Othrind

Caäniza era una joven con un talento especial para la curación. Llevaba poco tiempo estudiando en la Academia, y su apariencia casi infantil no generaba a simple vista tanta confianza como la veteranía y la autoridad del sabio Maestro Ionell de pelo canoso. No obstante, en la guerra pronto había mostrado su valía. Ahora sus pequeñas manos expertas aplicaban una cataplasma con olor a hierbas en la muñeca fracturada de Arthondir. –Te dolerá, pero el hueso se irá curando. Puedes montar a caballo y luchar usando la otra mano, dijo y a pesar del cansancio mostró una sonria amable.

La joven comprendía que a pesar de que los heridos de mayor gravedad se hallaban en la Academia, ahora convertida en una Casa de la Curación, la supervivencia de todos dependía de pequeñas heridas de este reducido número de guerreros. Ellos eran la espada que podía derrotar a los orcos, y el escudo que les protegía a todos.

Le tocó el turno a Agnor que tenía un feo corte en la cara. –Déjame ver… Te va a dejar marca, le dijo al norteño que no parecía inmutarse por el dolor mientras le limpiaba la herida. -¿Y qué fue de Arkyn?, le preguntó de repente. Recordaba como Arkyn se había marchado de la aldea con Aelloth y con Agnor a buscar ayuda para la guerra que entonces temían que estaba llegando.

Cargando editor
09/12/2018, 12:07
[SA-ej] Gaerel

CASTILLO - Othrind

El Dirgon se movía por la sala. La sala no era muy grande, y ninguna charla era del todo privada. Gaerel quiso darles la mano e intercambiar unas palabras con los allí presentes. Aprovechó para servirles algo de comida. Cualquier tensión previa sobre la naturaleza de la reunión de Othrind se había disipado. No había lugar para rencillas o divisiones. Todos eran necesarios para luchar. Cada espada contaba, cada aliado era como un hermano para las batallas que quedaban.

Vio que algunos estaban tan agotados que después de apurar el plato de cachas sus ojos se cerraron y apenas escuchaban las conversaciones que se sucedían. A ellos nada les dijo, simplemente les tocó el hombro a modo de saludo. El cansancio era ahora el primer enemigo a derrotar, y Gaerel lo sabía muy bien. De nada le servía tener a los mejores guerreros si no estaban recuperados.

-En cuanto tenga noticias del curandero te informo, le dijo a Ungail.

Cargando editor
09/12/2018, 12:09
[LC] "Acero Rojo"

CASTILLO - Othrind

Acero Rojo regresó de las cuadras y entró sin hacer ruido en aquella sala donde se reunían sus amigos. Los mapas le recordaban al lugar de reunión de Dos Colmillos, pero aquello era al aire libre y no en una especie de cueva oscura de paredes gruesas y rectas. Por un momento pensó en esperarles fuera, pero entonces vio a Denelloth sentado de espaldas. Se acercó al montaraz, y le tocó suavamente el hombro. Luego se sentó a su lado en el suelo. No dijo ninguna palabra, pero sus manos formaron un “hola” y sus ojos parecían brillar en la penumbra de Othrind.

Cargando editor
09/12/2018, 16:43
Director

CAMINO DESDE METRAITH

Los invitaron a entrar en el pequeño campamento, y atendieron sus caballos y también echaron leña en uno de los fuegos que se estaba apagando. Les informaron que formaban parte de un destacamento de la división del capitán Elfwine, que contaba con nada menos que cien jinetes. En aquellos tiempos de decadencia del reino, era una fuerza militar a tener en cuenta.

Ya sentados alrededor del fuego, apartados de los soldados de Echorion, pudieron por fin descansar un poco. Benaldamat estaba profundamente dormido, e incluso Rashat parecía dormitarse. Sir estaba sentada junto a Ragi y le habló a su amigo y protector.

Cargando editor
09/12/2018, 16:44
[SA-ac] Sir

CAMINO DESDE METRAITH

-Me encuentro bien, Ragi, le contestó. De nuevo, era como si ella se preocupara más por los demás que por sí misma. –Aquí estamos a salvo. Ellos… Aelloth. No me han hecho ninguna pregunta. Tengo la sensación que en cierto modo nos esperaban. Y que pronto nos llevarán a Sil Auressë, ¿no créis?

Cargando editor
10/12/2018, 13:29
[SA-serv] Bergil

CASTILLO - Othrind

Bergil se sentía incómodo rodeado de nobles caballeros y aguerridos guerreros. Su lugar no era ese, «aún no» pensaba. Había estado presente en otras reuniones del Orthind pero siempre como el escudero que era, atento ante las peticiones de su señor, escuchando pacientemente lo que allí se hablaba para aprender todo lo que podía, y así ganarse un puesto en el futuro en ese consejo, mientras guardaba con celo lo que allí escuchaba. Pero en esta ocasión era uno más, antes de tiempo y debido a las circunstancias.

El montaraz Denelloth le preguntó sobre el estado de su señor. Bergil le saludó con un gesto.

-Me alegra verle mi señor Denelloth. No sé mucho más que vos sobre el estado de mi señor Khôradur. A pesar de dirigir a las tropas con gran destreza y sabiduría y luchar valientemente, fue herido de extrema gravedad y por muy poco pudimos evitar su muerte, al menos por el momento. Estoy deseoso de saber más, ya que desde que llegamos no he vuelto a saber nada de él ni como se encuentra.

El senescal Curudae y el sargento Gaerel comenzaron a dar explicaciones. Bergil guardó silencio y escuchó atentamente las explicaciones de los caballeros que allí estaban. Daba igual como vestían, su origen y a quien servían, para él todos eran dignos de altos honores y méritos por las batallas que acababan de librar.

Pero no había nadie que pudiese hablar por aquellos que fueron con Khôradur para luchar contra el ejército de la oscuridad, sólo él, y a pesar de que no se sentía cómodo, pensó que le tocaba dar alguna explicación de lo sucedido. Cuando hubo un silencio aprovechó la ocasión, carraspeó un poco y dio un paso al frente.

-Mi noble senescal Curudae, mi señor Gaerel, mis nobles caballeros, señores y señora aquí presentes…

Guardó silencio unos segundos

-Ejem, soy Bergil, escudero del señor Khôradur. Creo que no hay nadie presente que estuviese desde el principio en la batalla que tuvo lugar entre nuestro ejército y el ejército de la oscuridad, por lo tanto me temo...pienso que me corresponde contaros aquí lo sucedido, aunque sea por encima. Mis disculpas si cometo algún error, ya que soy un simple escudero y no estuve siempre en primera línea y ha sido mi primera batalla…..y….bueno, ejem

De nuevo guardó silencio meditando sus palabras, se sentía ridículo por lo que había dicho.

-Como bien saben ustedes nos dirigimos a hacer frente al ejército oscuro con nuestras tropas, aparentemente inferiores en número pero grandes en valor y determinación. El señor Khôradur era consciente de esta desventaja pero también de que no podíamos quedarnos quietos sin hacer nada, y confiaba en que con una buena estrategia, si no podía destruirlo, al menos detener el avance del enemigo.

-Encontramos un lugar idóneo para hacer frente al ejército oscuro, una colina, y allí plantamos nuestro campamento y organizamos las defensas, a la vez que se enviaron varios exploradores. En eso que llegaron varios hombres, al frente de los cuales estaba el señor Barendil, al servicio de lord Echorion, que se unió a nuestras fuerzas y coordinó a los arqueros. Entre sus acompañantes había otro caballero que podía usar palomas mensajeras y se envió hacia aquí y con quienes enviamos algunos mensajes con este medio.

-Las fuerzas de la oscuridad aparecieron, orcos, jinetes y huargos y varios trolls, y lo que era peor y símbolo de mal augurio, el sol se oscureció. Aún así, a pesar de que el temor infundió a nuestras tropas, mi señor Khôradur no se amilanó y las arengó, dispuesto a plantar cara, con o sin sol.

-Antes de la lucha hubo un diálogo entre los líderes orcos y nuestros oficiales con el señor Khôradur al frente. Habían capturado a nuestros exploradores y se ofrecían a canjearlos a cambio de nuestra rendición. El señor Khôradur era consciente de que esta oferta estaba cargada de malicia, maldad y traición, así que la rechazó, aún sabiendo del destino cruel que esperaba a los exploradores y jurando vengarse.

-No acabamos de volver a nuestra posición cuando el enemigo atacó. Khôradur ordenó mantener la posición. El enemigo enviaba una pequeña parte de su ejército, seguramente para evaluar nuestra fuerza y debilitarla. El choque fue propicio para nosotros y aguantamos la embestida.

-El enemigo continuó enviando tropas, cada vez en mayor número, y a pesar de que sufríamos bajas los rechazábamos. Éramos menos pero la estrategia del señor Khôradur daba sus frutos. El enemigo cada vez perdía más orcos, incluso hicimos algún prisionero, pero aún así seguían siendo más.

-Poco a poco parecía que el eclipse iba a pasar y ya sea porque éramos más fuertes de lo que el enemigo se pensaba, o estaban impacientes por acabar con nosotros, enviaron a los trolls. El señor Khôradur era consciente que atacar a los trolls con nuestras fuerzas sería una locura, por lo que comenzamos a atacarles a distancia y cuando estaban más cerca, el mismo señor Khôradur junto con el señor Barendil se enfrentaron a ellos en singular combate. Si bien en un momento del combate Khôradur tuvo que solicitar la ayuda de sus hombres y el señor Barendil fue herido, fue un gran combate ya que ellos solos acabaron con varios trolls, para alegría nuestra y desesperación del enemigo.

-El sol comenzó a brillar de nuevo y ahí Khôradur vio una oportunidad, dado que estas malvadas criaturas lo aborrecen y debilitan. Pero sería una ventaja momentánea, dado que el sol estaba próximo a ponerse, por lo que mi señor Khôradur decidió avanzar contra el enemigo y maniobrar para colocarse de tal forma que pudiesen retirarse hacia el castillo, y más porque las noticias anunciaban que estabais en peligro.

-La maniobra resultó bien pero a la hora de cargar contra el enemigo aprovechando la luz del sol las cosas se torcieron. Los huargos atacaron y causaron una gran mortandad. El señor Walec, líder de la milicia fue muerto por un gran orco, uno de los líderes del ejército, de nombre Zaboth. El señor Khôradur le hizo frente sabiendo que si lo abatía las tropas a su mando, sin líder, habría muchas posibilidades de que huyesen.

-Mi señor llegó hasta Zaboth y ambos lucharon en singular combate. Estaban a la par y los golpes se sucedían sin cesar. En un momento dado, cuando lord Khôradur propinaba un potente golpe, el Zaboth fue más rápido, ya sea por su agilidad o por un momento de duda de mi señor, y propinó tal golpe a mi señor en la cabeza que si no llega a ser por su yelmo hubiese muerto en el acto.

-En ese momento la desesperación cayó sobre nosotros al ver a nuestro amado líder caer, posiblemente muerto. Dado que tenía una hierba que podría servirle corrí hacia él para ayudarle, al igual que otros hombres, mientras Zaboth se mantenía en pie insultante. En ese momento llegaron los jinetes del Garan Gwalorn y cambiaron nuestro destino y el del combate. Abatieron Zaboth, derrotaron al ejército enemigo y nos ayudaron a salvar a lord Khôradur.

-Tras el combate se decidió enviar a los heridos, junto al señor Khôradur hacia el castillo, aunque estaba asediado, creando una maniobra de distracción. El grueso del ejército vendría detrás. Lo demás ya lo conocen, conseguimos entrar y ponerlos a salvo.

-Por mi parte esto es todo, si quieren que responda a alguna pregunta, aunque yo quisiera hacer una. Han dicho que mi señor está a salvo, al menos de momento, ¿cuando podré verle?

Guardó silencio, no sabía si se había precipitado o había sido descortés al preguntar de aquella manera por su señor, por lo que regresó a su puesto avergonzado esperando una respuesta o una reprimenda.

Notas de juego

He escrito de memoria porque no he podido repasar los post anteriores de la batalla y la llegada al castillo, así que mis disculpas si meto la pata, aunque siempre lo podemos justificar como que el bueno de Bergil se ha visto superado por las emociones y lo vivido en la batalla, que no deja de ser un joven escudero inexperto en estas cosas :-D

Cargando editor
10/12/2018, 21:21
Director

CASTILLO - Othrind

Los allí presentes escucharon las palabras del escudero Bergil narrando los sucesos de la batalla que había tenido lugar en el oeste, y que aún continuaba. Confiaban en que la muerte de Zaboht y la llegada de los Garan Gwalorn bastasen para darle la vuelta y lograr la ansiada victoria en aquella colina. El ejército de Sil Auressë, compuesto en su mayoría por milicianos bien adiestrados, era la ayuda más inmediata que podían recibir en la aldea y en el castillo.

Además de las cachas, el cocinero Intorell les sirvió algo de carne curada para recuperar fuerzas. Entre el calor del fuego que se había encendido en la sala, la comida, la tarde que avanzaba y sobre todo el cansancio y los golpes recibidos, resultó difícil para los valientes guerreros mantenerse despierto. Así que casi sin darse cuenta se les cerraban los ojos durante largos minutos a unos y luego a otros. Habían luchado más allá de lo que pensaban ser capaces, y aunque sabían que la guerra no había terminado, ellos habían cumplido con creces con su deber y se sentían merecedores de ese descanso. Un respiro que además era absolutamente necesario si pensaban poder continuar con la batalla. Y para soñar con algo más grande que las penurias de aquellos tiempos aciagos. El horizonte del futuro aguardaba un atisbo de esperanza que no había existido en Cardolan desde antes de la Gran Plaga. En la más profunda oscuridad, había nacido una nueva luz en el seno de Sil Auressë.

Cargando editor
10/12/2018, 21:22
[SA-ej] Sudwyll

CASTILLO - Othrind

El explorador le saludó a Denelloth pero sin molastarle, ya que parecía agotado y la herida de su pierna le impedía moverse con facilidad. El mero hecho de verle de vuelta en el castillo de una pieza era poco más que un milagro. –Gaerel, puedo intentar salir de la fortaleza sin que me vean los orcos. Eran pocos y estaban dispersos. Luego me dirigiré hacia la aldea. Les comunico a los que estén allí lo que se ha dicho, e intento buscar a Belkazir. Él tenía un caballo, y podemos seguir hacia las tropas en el oeste.

Cargando editor
10/12/2018, 21:24
Curudae

CASTILLO - Othrind

-Así haremos, intervino el Senescal. –Ve con cuidado Sudwyll. Recuerda que contamos con el artilugio de los enanos en el castillo. Si hablas con Ferrim debes mostrarle mi gratitud. Fue Ragi quien ingenió una forma de ponerlo en marcha y lo subió a lo alto de la torre…

Muchos habían sido los héroes en aquellas guerras. Y Curudae iba a hacer todo lo posible para que sus nombres no cayeran en el olvido. Cuando el explorador había partido, se dirigió a Bergil. –Tenemos que darle tiempo al maestro Ionell. Lo último que sé es que estaba estable pero no se atrevían a sacar el yelmo porque la visera había perforado el pómulo a cierta profundidad. Pero está en buenas manos y ha llegado rápido hasta aquí, además por el efecto de la hierba su estado no ha empeorado en todo el trayecto. Se ha hecho todo lo posible, Bergil. Ahora nos queda esperar... y rezar.

Curudae no era un hombre de fe. Prefería las cosas que se podían evaluar y contar. Pero no era inmune a la trascendencia de lo que sucedido, y también estaba empezando a comprender que algo había cambiado en él de un modo irremediable.

Luego miró a la mujer con aspecto salvaje que se había sentado junto a Denelloth. Ya le habían hablado de los “Lobos”, pero no lograba situarlos en el complejo mapa de lealtades, alianzas y tensiones que era el tablero político de Cardolan. En cualquier caso, eran enemigos de los orcos y además habían logrado evacuar a numerosos pastores y granjeros, salvando así el futuro de Sil Auressë a medio plazo.

Cargando editor
10/12/2018, 21:25
Director

CASTILLO - Othrind

Con el paso de las horas el nuevo día que había seguido al día marcado por el Oscurecimento llegó a su fin, y comenzó la noche. Pequeños grupos de orcos merodeaban por los alrededores del castillo, y los arqueros en las almenas informaron de algunos pocos huargos. No obstante, estaban dispersos y no se acercaban a las murallas.

Caäniza había terminado de revisar las heridas de todos, y Tarbrand aprovechó también para aliviar el dolor que sentía por todo el cuerpo ya que ninguno necesitaba una atención más urgente. Después, la joven curandera regresó a la Casa de la Curación, no sin antes prometerles regresar con información sobre el estado de Bakar y sobre todo de Ginawr.

Unas voces desde las murallas les alertaron. ¡JINETES! ¡LAS TROPAS REGRESAN!, indicaron y la luz en lo alto de la torre de Sil Auressë se tornó blanca y blanca para invitarles a llegar.

El ejército de Sil Auressë regresó siguiendo el curso del río. De momento desde las murallas solo veían formas en la noche, y una larga fila de antorchas. A la cabeza iban jinetes, y el número parecía grande y avanzaban con paso firme y decidido, pero no huyendo. Aquello parecía una buena señal. Los pocos orcos que quedaban por la zona se refugiaron rápidamente en las sombras que rodeaban la aldea y el castillo.

Las tropas se detuvieron en el claro entre la aldea y el vado, y después cinco de los jinetes comenzaron el ascenso por la senda que subía la cuesta. De todo esto les informaron puntualmente a los que seguían descansando en Othrind, aunque alguno se había apresurado para verlo con sus propios ojos.

Entre los que llegaban se podía reconocer a Melechtor, el capitán de Echorion y líder de los Garan Gwalorn, y a su diestra cabalgaba el sargento Leaniach de Sil Auressë y en el otro lado el explorador Belkazir. Detrás de ellos iban dos jinetes. Uno con el brazalete rojo de Echorion que era Seinwin, al que Theon le había enviado como mensajero de vuelta al ejército, y el otro era uno de los hombres de la aldea.

Una vez dentro del castillo, el soldado de Sil Auressë se quedó con los caballos mientras Melechtor, Leaniach, Seinwin y Belkazir fueron llevados directamente a la sala de Othrind donde se encontraron con un nutrido grupo de guerreros descansando. Tras los saludos pertinentes, Melechtor tomó la palabra.

Cargando editor
10/12/2018, 21:26
[Gi] Melechtor

CASTILLO - Othrind

-Soy el capitán Melechtor, al servicio de Lord Echorion. Veo aquí muchos de los que cabalgaron conmigo, y echo en falta a otros. Ahora me pondréis al día de lo sucedido.

Luego hizo una leve reverancia al hombre con el parche en el ojo. -Dirgon Gaerel, el ejército de Sil Auressë regresa tras la batalla. Mi unidad luchó junto a sus tropas, y en el campo de batalla tras la caída del comandante Khoradur se formó un improvisado grupo de mando. Parthil ostentaba el mando de las tropas del ejército, y Barendil el escudero de Echorion que se encontraba por la zona cuando sucedió el ataque le apoyaba igual que había hecho ya cuando estaba el hirgon Khoradur según tengo entendido. Mientras tanto, yo llevaba el mando de la caballería, y a mi unidad se incorporó el sargento Leaniach con los caballeros de Sil Auressë que quedaban.

Tras un pequeño repaso a la situación de mando, Melechtor comprobó que ya el dirgon ya lo sabía y que parecía estar de acuerdo. Se relajó un poco al ver el ambiente algo distendido de aquella sala. No era un hombre de palacios ni le gustaban las disciplinas demasiado rígidas. –Todos juntos logramos detener a los orcos y mantener la posición en aquella colina. Tras sufrir numerosas bajas, el caudillo orco montado en el huargo ordenó la retirada hacia el sur. Algunos de nuestros exploradores les siguieron un poco, y parece ser que quieren unirse a la gran hueste que está llegando desde el Paso. Eso nos permitió seguir con una retirada ordenada hasta aquí.

Tomó un sorbo de agua antes de seguir hablando, y miraba con cierta envidia a aquellos que habían cabalgado con él y que ahora estaban sentados descansando. Melechtor no recordaba la última vez que había dormido. –Leaniach, ¿puedes continuar?

Cargando editor
10/12/2018, 21:28
[SA-ej] Leaniach

CASTILLO - Othrind

-¿Qué? Ah sí. Ejem. Gaerel… Pareces más alto desde que te han dado el mando, dijo y sonrió a su viejo amigo. –Parthil ha tomado la aldea. Con las tropas allí está bastante seguro, y allí pueden atender a los heridos de la última contienda. Barendil se ha quedado con un grupo de milicianos para preparar unas defensas en el vado. Y allí permanecerán también los jinetes de Echorion. Con el vado protegido, podemos tener abierta la ruta de retirada hacia el castillo en caso de necesidad.

Había otro motivo de peso para este arreglo. Algo que les había explicado Barendil, y ahora tenía que articular Leaniach aunque le costaba encontrar las palabras adecuadas. –Además, de este modo las tropas de Echorion no ocupan ni la aldea ni el castillo, pero al mismo tiempo protegen la comunicación entre ambas. ¿No es así?

Cargando editor
10/12/2018, 21:29
[Gi] Melechtor

CASTILLO - Othrind

-Así es. En este momento el mando del ejército de Sil Auressë se entrega de nuevo al dirgon, y se disuelve el arreglo formado en el campo de batalla, aclaró Melechtor. –Leaniach y Parthil están al mando de las tropas de Sil Auressë situados en la aldea y alrededores. En cuanto a los jinetes de Echorion, ocuparemos la zona cercana al vado con la supervisión de Barendil, y desde allí podemos actuar en un lado o en el otro. Yo estaré al mando de los soldados de mi unidad, y de aquellos que se unieron a ella después para formar Garan Gwalorn. Ahora necesito que me informen de la situación aquí.

Cargando editor
10/12/2018, 23:58
Denelloth

CASTILLO - Othrind

Los primeros impases de la reunión dieron paso a un tiempo de silencio, roto por comentarios ocasionales, algún gruñido de los hombrs intentando acomodarse o doliéndose de sus heridas. Denelloth había recibido con alborozo la noticia de Arthondir que hablaba de cien jinetes prestos a socorrer a Sil Auressë; junto a la mención de Ungail a los destrozos que habían sufrido las máquinas de asedio de los orcos, el cuadro general permitía ser moderadamente optimistas.

El montaraz sugirió una forma rápida de contactar con esos cien jinetes y paliar las posibles demoras: las aves mensajeras que ya se habían empleado antes, y ofreció, de forma alternativa, pedir a alguno de sus amigos alados que hiciera esa labor.

Eso le recordó que todavía tenía trabajo pendiente.* Hizo ademán de levantarse, cuando entre las caras conocidas que entraban y salían del Othrind reconoció a Acero Rojo. No pudo, ni quiso, contener una sonrisa cuando la mujer se sentó a su lado. Juntos escucharon el triste relato de Bergil; Khôradur se había portado como cabía esperar del carismático comandante.

Después salió con una escudilla con algo de carne y pan humedecido; no sabía si sería del gusto de un del hopta, pero era lo menos que podía hacer, de momento. ¿Despreciarían las aves carroñeras la carne de los orcos caídos? Desde lo alto de una de la torre del homenaje, donde depositó la escudilla y escudriñaba el cielo, fue testigo de la llegada de las troaps de Sil Auressë que se habían batido aquella jornada. Vio a algunos llegarse a la torre y bajó rápido, pues quería oír lo que tuvieran que decir.

Volvió a ocupar su posición junto a Acero Rojo y Eben mientras los recién llegados daban novedades. Así conoció el montaraz a Melechtor, del que ya había oído hablar, y pudo saludar a Leaniach y a Belkazir. Comprendió la componenda de la posición de las tropas de Echorion; esos detalles eran importantes para según que cosas.

-Tal vez sería bueno que contases a estos hombres algo de los Lobos -dijo con voz afectuosa a Acero Rojo, a sabiendas de su poca disposición a discursar en público; no quería presionarla. -Seguro que les interesa dónde están y qué hacen. Y podría ser importante para todos.

Como todos, notaba que las intensas vivencias del día iban perdiendo ímpetu ante un cansancio que se imponía sobre cualquier otra consideración. Trató de ponerse cómodo arrebujándose en la capa y apoyando la espalda en la pared, estiró la pierna herida y miró alrededor, a los hombres reunidos en la oscura sala. Era uno de esos momentos que, ya lo sabía, recordaría durante toda su vida.

Notas de juego

*El hopta. Pues eso, por no dilatar la cosa, dese por agradecido y, si quiere, alimentado.

Cargando editor
12/12/2018, 21:43
Ragi

CAMINO DESDE METRAITH

- Espero que sí-respondió el joven explorador mientras miraba de soslayo a sus acompañantes-. No puedo dejar de sentirme culpable por haber ido a la expedición y haberte dejado allí sola.

Sabía que su protegida era mucho más madura de lo que él esperaba. Seguramente no le echaría en cara el no haber estado, dado que eran ordenes de su superior, pero se seguía sintiendo culpable por haber faltado durante los peores momentos.

Sabía que, incluso si él hubiera estado, había pocas posibilidades de que algo hubiese cambiado, aunque eso no le ayudaba a pensar de otra forma.

Cargando editor
13/12/2018, 15:34
Tarbrand

CASTILLO - Othrind

El dunedain fue el primero en disponerse a aclarar las dudas de su capitán, en la medida de sus posibilidades, por lo que llevándose el puño al pecho en un claro gesto militar procedió a narrar diciendo:

-Me alegra veros de una pieza mi señor -dijo en primer lugar contento de que Melechtor estuviera para coordinarlo todo- la situación aquí de momento es tranquila, aunque ha sido costoso lograr esta tranquilidad; desde que nos separamos tras ordenarme acabar con aquellos snagas, partí con esos seis hombres y derrotamos a todos cuantos pudimos, Ginawr se separó de la unidad y me vi obligado a seguirle para traerlo sano y salvo, mientras que Aaren, Ungail y los Jinetes de Acero volvían donde Theon; una vez me reuní con Ginawr y tras derrotar a varios huargos que estaban atacando a esta dama y sus compañeros, volvimos junto al grupo de avanzadilla que enviasteis, los cuales se encontraban en un serio aprieto, luchando en el camino que llevaba al castillo, gracias a nuestra intervención, pudimos declinar la balanza ligeramente a nuestro favor y de esta forma continuar la marcha hasta el castillo y auxiliar a los heridos que pretendían entrar, junto al cuerpo de Khôradur, pues había otro gran contingente de orcos y huargos muy próximos a conseguir la victoria, no obstante, nuestra carga nuevamente sirvió para igualar las cosas y a posteriori, hacernos con el triunfo, aunque Bakar y Ginawr sufieron graves heridas, y sobretodo el destino de este último es incierto mi señor -indicó con bastante pesar- tras ellos nos reunimos aquí con el alto mando de Sil Auressë, los cuales nos han informado de que es posible que recibamos ayuda en los próximos días, pero que la batalla está lejos de ganarse -aclaró esperando que su declaración sirviera para despejar las dudas de su superior diciendo finalmente- no obstante, lo que si está claro es que el compromiso de Lord Echorion para con estas gentes ha quedado demostrado mediante nosotros, por lo que esperamos que la alianza y el apoyo mostrado se perpetúen durante generaciones -concluyó dejando un último comentario político que si bien podía no ser bien acogido por algunos, sí que creía que debía hacerse para que nadie olvidara a quien debían agradecer su presencia allí.

Notas de juego

Bueno, espero que el informe sea del agrado de Melechtor, si se me queda algo en el tintero que alguien me lo recuerde, pero de momento creo que no me toca decidir nada más ¿no?

Pd: dire, ¿cuantos PVs me curo por el descanso?

Cargando editor
13/12/2018, 15:53
Tarbrand
Sólo para el director

Notas de juego

Máster, a parte de lo dicho en mi post anterior, quería también pedirle unos minutos en privado a Melechtor para comentarle algunas cosas que he descubierto, como lo de la misión de Denelloth y Girion sobre la "niña", más que nada porque a mi montaraz le suena extraño, y aunque tienen derecho a guardar sus secretos, creo que como buen soldado debería informar por si el capitán sabe algo más, teniendo en cuenta las intrigas y políticas de Cardolan, mejor decir algo inútil a que algo que parecía inútil descuadre todo el mapa jeje. Yo no tengo ni idea de quien puede ser esa niña, pero sin duda es importante y eso puede significar alguien noble o incluso con derecho al trono, y estoy seguro de que Echorion querría saberlo, y como buen devoto, no paso ninguna XD.

Cargando editor
13/12/2018, 21:51
[SA-serv] Bergil

CASTILLO - Othrind

Tras las oportunas explicaciones llegó el momento de descansar. Había sido un día muy duro y todos acusaban el esfuerzo, y uno de los que más era Bergil. El joven aún no tenía la fortaleza suficiente para soportar una jornada así, y ya en los últimos momentos de la reunión sus ojos se estaban cerrando y hacía esfuerzos para no caer dormido delante de todos. Tras la cena, que no sería de lo más sabrosa pero que a Bergil le pareció el manjar más delicioso del mundo, se dejó llevar por el sueño.

Gritos procedentes desde la muralla les despertaron. No sabía cuanto tiempo había pasado, pero buscó su espada y salió corriendo. Al llegar suspiró aliviado, era el ejército que regresaba al castillo, al parecer sano y salvo.

Allí estaban los oficiales y tras las oportunas explicaciones comenzaron a elaborar planes de defensa. Para Bergil era indicativo de que no todo estaba perdido y de que brillaba una luz de esperanza, la luz de Sil Auressë.