Partida Rol por web

-¡Esperad entonces! -te mira, suplicante-. Media hora. Dadles tiempo para que regresen. Por favor...

-¿¡Media hora!?-se escandalizó Bedelia-Incluso esta conversación se me está haciendo larga, no puedo esperar sabiendo que Dag necesita nuestra ayuda.

Se acercó a Will y puso las manos sobre sus hombros.

-Confía en Ahmel, tal vez el nombre no sea el mismo pero da igual. Lo importante es que el ritual funcione, y el ritual tiene que funcionar.

Will baja la mirada, quizás un atisbo de duda. Tras unos segundos, sin embargo, frunce el ceño y se deshace de tu contacto.

-No. Esperamos.

Bedelia sonrió ligeramente y negó despacio.

-No, Will. Esperas tú, lo siento. Yo me voy, y creo que Add y Ahmel también, y sinceramente me gustaría mucho que nos siguieras porque no quiero dejarte sola,
o como mucho con el tullido.

Se giró e hizo un gesto a los sureños.

-Así que por favor, reconsideralo. Y si finalmente vienes, deja una nota para Saga.

Acto seguido, comenzó a caminar.

Antes de que Ahmel o Add puedan seguirte, Will se interpone en tu camino, el ceño fruncido y la postura tensa. Su mano reposando de forma disimulada en el pomo de su estoque.

-Esperamos.

La guarda de la vaina se suelta.

Bedelia frunció el ceño.

-Will, ¿de verdad? No es tu decisión,
no puedes obligarme y desde luego no quiero luchar. Sería estúpido, no haría más que cansarnos y debilitarlos para lo que de verdad importa. Es precisamente lo que tratas de evitar, solo que en nuestro caso ganamos aliados.

-Pues no luches. Quedaos aquí. Media hora, no pido más.

Bedelia suspiró con exasperación y retrocedió un par de pasos.

-Como quieras.

Acto seguido desenvainó su estoque y esperó que Will hiciera lo propio.

-¡Basta! No hay necesidad de este sinsentido.

-Oh, sí que hay. ¿Alguien quiere apostar?

Will desenvaina, y se pone en postura de duelo. Notas que su estilo es notablemente distinto al tuyo, algo que deduces rápidamente sólo al ver la posición de sus pies y brazos.

-Yo tampoco quiero hacer esto, Bedelia -dice, casi en un susurro-. Pero no puedo permitir que echéis todo a perder.

Un remolino de nieve pasa entre las dos. Vuestras miradas se cruzan, mientras cara una evaluáis a la otra. Contenéis la respiración...

Hacía tiempo que no luchaba así, cara a cara. La última vez había sido con la bestia, pero no se trataba de un duelo, y desde que llevaba viajando no había tenido la necesidad. Sin embargo su cuerpo parecía recordar a la perfección aquel baile y sus años de mercenaria revivieron en un momento. En un suspiro Bedelia se encontraba frente a Will, saltando e impulsándose en un árbol cercano, tratando de buscar una posición ventajosa desde la que obligar a la skalmo a parar.

El movimiento pilla a Will completamente por sorpresa, haciendo que se resbale en la nieve al ir a girar y caiga al suelo de forma bastante patética. Al hacerlo, se golpea la cabeza con una roca, y el ruido hace que hasta a Ingur se le borre la sonrisa de la cara. La sureña queda tendida en el suelo, boca abajo, mientras unas gotas de sangre empiezan a manchar la nieve alrededor del lugar donde se ha abierto la cabeza.

Bedelia chilló inevitablemente, aunque tuvo la suficiente precaución como para no hacerlo excesivamente alto. Envainando el estoque corrió hasta la mujer y le sujetó la cabeza.

-¿Will? ¿¡Will!?

Le golpeó suavemente la cara antes de empezar a rebuscar en su mochila tela con la que vendar la herida.

Will no responde. Ha perdido el conocimiento, y permanece completamente inerte, como un muñeco de trapo. Si no fuera por su respiración, dirías que ha muerto. Te apresuras a vendarle la herida. Ingur carraspea.

-Vaya. Eso ha sido... Inesperado.

-¡Joder!

Se giró hacia ellos.

-¿Alguien sabe medicina?

Ahmel da un paso adelante.

-Déjame.

Tras unos segundos, asiente para sí mismo.

-Ha sido un golpe muy fuerte, pero parece estable. Con la cabeza nunca se sabe: podrían quedar secuelas, si el cerebro ha sido dañado. La herida no sangra demasiado, parará en unos minutos. Quizás podríamos tratarla mejor en el pueblo... Pero aguantará por ahora, con esa venda. Y no tenemos tiempo.

Te mira, frunciendo el ceño.

Bedelia soltó el aire lentamente, aliviada. Al menos estaba bien...por el momento.

-No podemos volver al pueblo, sería perder demasiado tiempo y tal vez tengamos que hacer el ritual ya. Como está estable nos la llevaremos y, cuando vuelva, Saga cuidará de ella. Si es que no se toma un momento para matarme antes.

Se acercó hasta la nota de la norne y garabateó algo; "hemos ido a buscar a Dag y Drunfo". Después, con muchísimo cuidado, cogió a Will en brazos (dejando que su cabeza reposase sobre uno de ellos) y empezó a andar.

-Vamos. Con mil ojos, si alguno de vosotros cree ver cualquier cosa parecida a la bestia que lo diga sin dudar, aunque sea una falsa alarma.

-Espera, espera. ¿Me estáis diciendo que vamos a ir igualmente? ¿Cargando conmigo y con ella?

Bedelia asintió.

-Eso te digo. No podemos volver, nos quedaríamos sin tiempo. No podemos separarnos de vosotros porque os quedáis indefensos y necesitamos a Will para el ritual, que a saber cuándo o cómo se hace. Es la mejor opción que veo porque si me quedo parada seguramente la que muera sea yo.

Se giró hacia Add.

-Si algo sale mal tú te quedarás con Ahmel, Ingur y Will como última defensa. Yo intentaré distraer a la bestia.

Dudó un segundo.

-Si es que todavía queréis seguirme,
que no tenéis por qué.