Partida Rol por web

Nieve y Hambre, capítulo 1: La silueta entre los árboles

10.1 - La verdad

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31/07/2017, 21:26
Director

Una vez todos se han separado para prepararse, os apartáis del resto de la gente para charlar en privado.

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31/07/2017, 21:28
Saga Olrik

Saga se llevó a Bedelia a una habitación aparte, sin permisos ni preguntas. Y costaba imaginar qué podía ser más importante que salir corriendo a por aquel niño, sobre todo sabiendo que Bedelia les iba a sacara ventaja de sobra incluso yendo a caballo. Pero era importante y...

-... tengo que decirte esto antes de que salgamos ahí fuera a luchar contra esas cosas y, espero, pase lo que pase, que después de esta charla sigas sabiendo con esa misma certeza que hacer lo justo es necesario por encima de todo.

Se le agolpaban las palabras y las frases; todo lo que le hubiese gustado decirle y que en aquel momento no salía o no acudía a su cabeza. Sabía con bastante certeza que en aquel lugar, ella era la única amiga con la que Bedelia podía contar y no podía, no quería hacerle aquello, pero debía.

-Esta mañana fuimos a la carreta. Encontramos... -Calló un momento, notando que aquella determinación de hacía unos instantes se esfumaba-. Encontramos pistas. El origen de la bestia, la primera... Y de entre los escritos también traduje esto.

Echó la mano a uno de los bolsillos de donde sacó un trozo de pergamino nuevo. Pareció ir a añadir algo más, pero se contuvo.

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31/07/2017, 21:40
Saga Olrik

Notas de juego

A mi querida Bedelia.

No creo que llegues a leer esto nunca. Pero no podía acabar esta despedida sin dedicarte mis últimas palabras. Debes saber que los años en Schank fueron los más felices de mi vida. Que te amo, que te amé, como nunca creí que se pudiera amar a alguien. El dolor me volvió débil, la cobardía me alejó de ti. La vergüenza me impidió volver a tu lado. Ahora, moribundo, me doy cuenta de lo imperdonable de mi traición.

No pediré tu perdón, no seré tan arrogante. Rehaz tu vida. Encuentra a alguien que te ame como yo te amé, y que sea lo suficientemente fuerte como para no fallar donde yo lo hice. Que te haga reír, que te cuide. Cuídale. Como nos cuidamos nosotros hace ya tantos años. Olvídame, si eso lo hace más fácil.

Pero sé feliz. Este es el favor que te pido. Pues yo encontré la felicidad en ti. Quizás encuentre a nuestro hijo allá donde voy, si es que voy a algún lado. El sueño de nuestra familia habría sido algo indescriptible, pero lo cierto es que al romperse, olvidé lo que realmente importaba. Lo que había importado todos esos años. Y es que mi sueño eras tú.

Con amor, Fredrick.

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31/07/2017, 22:09
Bedelia

Nuestro hijo.

Tu perdón.

Nuestra familia.

Vergüenza.

Dolor.

Las lágrimas brotaron sin que apenas fuese consciente de ellas, mientras su visión se nublaba y se veía obligada a retroceder hasta chocar con algo firme. Las piernas le fallaron, no podían seguir sosteniendo su peso, así que simplemente cayó desmadejada sobre el suelo.

No. No. Se negaba. No podía ser. Aquel no era su Fredrick, y ella no era esa Bedelia. Su marido estaba en el sur, tal vez en aquellos impresionantes desiertos, o cruzando el mar, pero no allí, no en el norte. No muerto.

Tuvo que parpadear varias veces antes de que su visión se aclarase y pudiera volver a leer. Su marido había muerto sintiéndose culpable, y esa certeza fue un golpe tan fuerte que vació de aire sus pulmones. Simplemente se negaba a entrar, como si su cuerpo hubiese decidido ahogarse, y lo cierto era que ella no quería hacer nada por forzarlo.

Balbuceó algo ininteligible incluso para la propia Bedelia y se deslizó hasta una esquina, donde se agarró las piernas. Miró a Saga, casi le sorprendió que estuviera allí. La mente de la sureña era un caos, un completo y absoluto caos. La sentía frágil como un cristal. Entre sollozos se concentró un instante, necesitaba hacerse entender.

-¿Có...cómo era? D...descríbemelo. Descríbeme su ca...cadáver.

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31/07/2017, 22:42
Saga Olrik

Saga lloró con ella, aunque no le conociera o la conociese. Aunque sólo hubiese pasado unos días siendo una roca para Bedelia, y ella para Saga. Porque sin ella habría perdido la cabeza en todo aquello, sintiéndose perdida y sin rumbo. Y él... había leído sus últimas palabras y las había traducido para ella. Y no era eso realmente por lo que lloraba sino porque, como había dicho hacía apenas unos minutos, Bedelia era bondad pura. No se merecía aquello ni estar allí, y verla derrumbarse le resultó mucho más doloroso de lo que había imaginado.

Pero debía hacerse, repitió. Debía hacerse porque no podía dejar que saliese allí fuera sin saber la verdad.

Cuando la miró, estaba de rodillas junto a ella guardando la distancia. Había dicho lo siento varias veces, aunque no la escuchara. Tuvo que restregarse el rostro antes de poder hablar.

-No estaba allí, Bedelia... -Se atrevió a alzar la mano para ponerla sobre su brazo, queriendo hacerle sentir que estaba allí para ella-. Él... Él todavía te necesita. 

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31/07/2017, 23:46
Bedelia

Ahí estaba, si guardaba algún resquicio de duda eso lo probaba. Eso probaba que todo aquello no se trataba más que de una horrible pesadilla de la que despertaría de un momento a otro. Ni Dag había sido secuestrado, ni Fredrick se había convertido en eso ni ella había abortado. De un momento a otro amanecería en Schank, enorme como un tonel de vino y con los brazos de su marido rodeándola.

Porque la alternativa era impensable. No podía volver a comenzar aquel infierno que todavía estaba atravesando, pero esta vez multiplicado por dos. Nadie, ningún ser divino ni ningún destino podía pedirle que volviese al silencio de aquella casa y a una soledad pegajosa, cruel. Tampoco podía viajar indefinidamente, buscando una redención que ahora se antojaba ridícula.

No podría volver a preguntarle nada, ni salir a ver las estrellas o a pasear juntos. No podría contarle todas las cosas preciosas que había visto en su viaje o hablar sobre todo lo que les quedaba por descubrir. No podría volver a tocarle, y en un acceso de pánico descubrió con horror que le costaba recordar su voz después de un año sin escucharla, y que jamás volvería a hacerlo. Aquel era su purgatorio, su descenso a lo más profundo, su castigo por toda una existencia dedicada a arrebatar la vida de los demás.

No, por eso aquello debía ser una pesadilla, y pensarlo resultaba tan liberador que Bedelia comenzó a sonreír mientras las lágrimas aún perlaban su rostro. Era una idea tan perfecta, tan afable como el beso de una madre en una herida reciente. Además lo explicaba todo, los espíritus, las bestias, el círculo, las muertes, su marido transformado en algo inhumano...el clima de horror no era más que una pesadilla. Pero si ya lo sabía, ¿por qué no despertaba?

Guardó silencio unos segundos, mirando en todas direcciones por si alguna parte de aquella realidad comenzaba a resquebrajarse, indicando que era hora de abrir los ojos. Pero no lo hacía. ¿¡Por qué no lo hacía!?

En toda aquella espiral de emociones, sensaciones y pensamientos se percató de la mano de Saga sobre su hombro como algo lejano. Le hizo recordar. Muy despacio, como si no controlase bien sus extremidades, abrazó a la norne y se dejó caer junto a ella en la pared.

Si existía tan sólo una mínima posibilidad de que todo aquello fuera real todavía debía hacer al menos tres cosas. Salvar a Dag, liberar a su marido y acabar con la criatura que lo inició todo.

Si no, completar eso mismo pondría fin a la pesadilla, y entonces podría despertar.

En paz...

Notas de juego

1. Negación.

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01/08/2017, 01:07
Saga Olrik

-Estoy aquí. Estoy aquí... -repitió, sosteniéndola en sus brazos y acunándola con un cariño infinito.

No podía ni siquiera imaginar lo que podía estar sufriendo. ¿O sí? Podía y casi quiso hacerlo sólo por ser realmente consciente de lo que acababa de acarrearle todo aquello, del sufrimiento impensable que estaba padeciendo. Pero tenía que levantarla y tenía que lograr que dirigiese todo aquello hacia lo que era justo y necesario.

Porque de entre todos, si había alguien que no se lo merecía era ella.

-Te prometí que iba a estar aquí para ti y que te iba a sacar de este lugar. Y vamos a salir de aquí, Bedelia. Aunque tenga que cargar contigo vamos a salir de aquí y de esta pesadilla. Pero tienes que levantarte, ¿me oyes? -Se liberó de su abrazo, luchando por mantener su propia voz estable y firme, y tomó su rostro con ambas manos. Respiró profundamente-. No te puedes hundir ahora. No... puedo imaginar lo que es esto para ti, pero Dag te necesita. Ashe te necesita. Toda esta gente necesita a esa luchadora que eres, ese ser bondadoso y brillante y magnífico del que Fredrick habla y que todos hemos tenido el privilegio de conocer. Porque es en nuestros peores momentos cuando realmente debemos buscar la luz para seguir adelante y sé que te pido demasiado. Sé que la vida te está pidiendo demasiado, que no es justo, pero... No podemos dejar que esto se extienda. Tenemos que pararlo y te necesito a mi lado para ello. Te necesito, Bedelia. Por favor...

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01/08/2017, 01:29
Bedelia

Las manos de Saga resultaban extrañas, un contacto cálido, agradable, tan opuesto a todo lo que sentía en ese momento. Una manta y un té caliente en mitad de aquel bosque helado. La observó en silencio. Le gustaba que estuviera con ella, a pesar de saber que también sufría.

Poco a poco, muy lentamente, los sollozos se apagaron dejando tan solo la cara enrojecida, los ojos vidriosos y aquella especie de vacío en el pecho que tan bien conocía. Había trabajo que hacer. Debía centrarse (aunque, si aquello no era real, ¿no terminaría igual centrada o no?), necesitaba empezar a moverse.

Apoyándose en la norne se levantó, todavía algo aturdida, y aún tardó un tiempo en dejar de agarrarse a ella. Tenía la sensación de que volvería a caer de hacerlo.

La miró y asintió. Estaba lista.

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01/08/2017, 01:41
Saga Olrik

La ayudó a levantarse, asegurándose de que en todo momento tenía apoyo suficiente para hacerlo. Emocional y físicamente. Estaba allí e iba a estar allí entonces y después. Ya lo había decidido, quizá incluso la misma noche que la conoció. Quizá el destino había preparado todo aquello por una razón que todavía no entendían. Y recordó todas las palabras de Fredrick, todas las cosas que había dicho de ella y de cuánto la amaba y supo que tenía que cuidarla. Aquellas heridas, lamentablemente, eran de las que marcaban de por vida y sabía bien de lo que hablaba al decirlo.

Asintió, mirándola fijamente con aquellos ojos grises también aguosos por las lágrimas. Pero había determinación en ellos, una certeza y resolución de las que pocas veces se encuentran. Y en aquel día había tenido varias de esas, pero rara vez en la vida había tenido tan claro algo como aquello: que la iba a acompañar hasta el final.

Y entonces la abrazó con fuerza.

-Estoy aquí.

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01/08/2017, 09:55
Bedelia

Bedelia correspondió el abrazo en silencio. Temía volver a llorar si decía o pensaba alguna otra cosa pero lo agradeció mucho más de lo que habría imaginado. Era una verdadera suerte contar con Saga a su lado, lo había sido desde el primer momento que se habían conocido, sorprendentemente tan solo tres días atras (¿tres días en tiempo de sueño?).

Le costó romper el abrazo, pues lo que más deseaba en aquel momento era quedarse allí, en la sala, tirada en el suelo sin hacer absolutamente nada más que tumbarse y cerrar los ojos. Pero se separó de ella. Quiso sonreír, hacerle saber que apreciaba su ayuda, pero tan solo consiguió formar una mueca extraña.

Abrió la boca para hablar hasta que se dio cuenta de que no tenía fuerzas ni ganas para hacerlo, así que se limitó a asentir y comenzó a andar hacia la puerta. Aquello terminaba esa noche, de una manera u otra.