-Habrá tiempo después para ello -interrumpe Eskol, girándose a Thorir-. Por ahora, me limitaré a agradecer tu buena disposición a ayudarnos, a pesar de todo lo ocurrido. Esperemos que todo este mal episodio sea superado, aunque sea solo para asegurar el bien común. Gracias.
Luego se gira hacia Drunfo.
-Agradecería que, al igual que Thorir, expresaras tus intenciones.
-Puede. Tendréis tiempo de demostrarlo -hace un gesto con la mano, dando a entender que ha terminado con vosotros-. Lamont os devolverá vuestro equipo, Ashe os dará algo de comer. Ya volveremos a hablar. Mientras tanto, os aconsejo que no causéis problemas. Suficiente tenemos ya encima.
-Una cosa más.
Da un paso al frente.
-Ese sureño, Ahmel, ¿Sabéis de donde ha salido?
-Entiendo...
Nota mental: Matar a eskol
-Bueno, si no hay nada más que discutir me gustaría ir a descansar un poco- se dirigió Thorir a Eskol inclinando levemente la cabeza, acto seguido se acercó a Lamont, -Perdona, ¿podrías devolverme mis armas?- dijo con voz tranquila.
Eskol decide retirarse a hablar con uno de los hombres allí presentes sobre "el plan para los siguientes días". Por supuesto, ni os menciona ni pide vuestra opinión al respecto. Acompañáis a Lamont, que os lleva hasta un cuarto trasero, en donde han guardado vuestras posesiones. Os devuelve todo menos la comida, que ha debido pasar a las reservas comunes. En ningún momento lo menciona, o se interesa por vuestra opinión al respecto. Luego Ashe os da la ración diaria asignada a cada persona en el pueblo. Tampoco os entrega la que os correspondía del día anterior, y tampoco lo menciona ni se interesa por vuestra opinión al respecto.
Una vez terminados los arreglos, los dos se excusan y os dejan frente a la puerta del edificio principal, la ventisca rugiendo a vuestro alrededor con insistencia. Al sentir el aire invernal en vuestros pulmones, no podéis evitar sentir un instante de regocijo.
Al fin libres.
Si queréis hablar con Ashe y/o Lamont, o entre vosotros, antes de que la gente se disperse, be my guests. En caso contrario, chapo esta escena y os abro otra nueva (a los dos o por separado, dependiendo de lo que hagáis). Estaría guay que me pusierais por algún lado también vuestro plan para la mañana, porque todavía quedan fácilmente unas cuatro horicas hasta el mediodía.
PD: Recuperáis todas vuestras posesiones (incluidas las cosas que quedaron en el campamento), excepto las raciones de viaje, obviamente.
-Perdonad, sólo una pregunta, ¿Dónde podría ir a descansar?-
-Estamos todos resguardados en la sala común, aunque por el día la gente se mueve un poco más. Pero nadie se aleja demasiado, y por la noche todos dormimos allí. Si vamos a trabajar juntos para salir de esta, bien podemos haceros un hueco allí, así que sentíos libres de tumbaros en alguna esquina para reposar. Por otro lado, el resto de edificios están vacíos, elegid cualquiera de ellos si preferís estar solos... Aunque no os lo aconsejaría. Puede que no todo el mundo en el pueblo esté contento con el veredicto, pero lo que mora allá fuera es el mayor peligro ahora.
-Muy bien, iré al salón, muchas gracias-
quiero hablar con Drunfo, si ellos se van y él no habla con ellos posteo.
Antes de que la gente se disperse, una mujer se acerca a vosotros.
-Ashe. Saga ha encontrado algo. ¿Podrías venir un momento?
Ashe suspira, preocupada.
-¿Qué pasa ahora? Venga, llévame con ella.
-Yo necesito descansar, estaré en la Sala Común por si me necesitáis-
Una vez ya equipado, Drunfo se dirige a Ashe.
-Déjame acompañarte hasta Saga, Ashe. Quiero empezar a enterarme de con que clase de bestia tratamos.
Ashe parece un poco sorprendida, pero tras unos segundos asiente.
-Claro. Vamos.
Sin embargo, se detiene al ver que Will no se ha movido del sitio.
La espadachina mira a Ashe, mordiéndose el labio. Luego a Drunfo, de reojo, y de nuevo a Ashe.
-Saga solo te ha mencionado a ti, Ashe... -dice, en voz baja.
Ashe alza una ceja, pero no comenta nada. En cambio, se gira hacia Drunfo, analizando su reacción.