Partida Rol por web

Regresas a la sala común. Te dicen que Ashe está en una de las habitaciones traseras, haciendo recuento de las provisiones.

Con paso ligero Thorir se dirigió a la habitación donde se encontraba Ashe.

Encuentras a Ashe donde te habían indicado. Al entrar en la habitación, te mira con cierta sorpresa.

-Thorir. Has decidido quedarte, pues.

-Sí, hay novedades- contestó Thorir con rostro serio y mirando a los ojos a Ashe, -Cuando nos disponíamos a irnos Drunfo vino a nosotros y nos dijo que había visto a una de las criaturas rondando el pueblo- hizo una pausa para que la noticia calase en la mujer, -Él fue en busca de Bedelia ya que creía que podría estar en peligro, yo decidí quedarme por si esas cosas deciden hacernos una visita y el resto, como ya sabías, fueron a investigar-, los ojos del noble mostraban preocupación, ya que sabía perfectamente que si una de esas bestias atacaba el pueblo no tendrían mucho que hacer, y el resto, podría correr la misma suerte vagando por el bosque. 

Ashe se incorpora, con rostro preocupado.

-Quizás están pensando en atacar. Ven conmigo.

Sin esperar tu respuesta, sale por la puerta y entra en la sala común, con actitud imperativa. Tras un breve vistazo, añade.

-Tengo localizados a todos los guerreros, pero no sé dónde está Rorar. ¿Puedes encontrarle?

-Por supuesto- asintió Thorir con firmeza. Acto seguido y sin decir nada más comenzó a buscarlo. 

Tras un par de intentos fallidos, una de las personas a las que preguntas, un chico joven, te guía hasta fuera de la sala común.

-Le vi antes, cuando saqué a los caballos -señala en dirección a las casas vacías-. Llevaba su hacha, y una botella en la mano. Debe de estar en alguna de las cabañas...

-Muchas gracias- sonrió al hombre y se despidió de él. Acto seguido se dirigió hacia las cabañas a dónde le habían remitido, mirando cabaña por cabaña, por si en alguna encontraba algo que le llevara hacia Rorar. 

La suerte quiere que en la primera casa que entras se encuentre Rorar, sentado en una silla de madera en una esquina. En la mesa de al lado se encuentra su hacha, mientras que en su mano izquierda reposa una botella de cerámica, medio vacía o completamente vacía a juzgar por la inclinación. Cuando entras te dirige una mirada cansada, luego cierra los ojos.

Thorir entró pausadamente hasta la mesa, en la que se sentó soltando un largo suspiro. Miró a Rotar con detenimiento y tras unos segundos eternos se dirigió a él. 

-Ashe te está buscando- dijo con un tono de voz serio pero calmado y se mantuvo en silencio esperando la reacción del norteño.

Rorar no dice nada, durante unos segundos. Luego lleva la botella a su boca y se bebe lo que queda en apenas tres tragos. Acto seguido la deja caer al suelo y eructa.

-¿Y qué quiere Ashe?

No parece un tono especialmente colaborativo.

-Hemos visto a una de las bestias rondar en pueblo- dijo Thorir mirando aquella escena y fijando la mirada en la jarra que Rorar acababa de tirar, -Quiere reunir a sus guerreros- acto seguido mira a los ojos del hombre, -O lo que quede de ellos- 

-¡Ja! ¿Y para qué los necesita?

Te mira con expresión airada, inclinándose hacia delante sin darse cuenta debido a los efectos del alcohol.

-¿No tiene suficiente con los forasteros? ¡Si ya sois casi más que nosotros!

-Creo que te equivocas- miró pensativo a Rorar durante unos segundos, acto seguido señaló a la puerta sin apartar la mirada del norteño, -Ahí fuera está tu gente, tu pueblo, nosotros no somos los protagonistas en esta historia, sois vosotros, la gente de Sultünge- Thorir lanzó un leve suspiro y miró hacia arriba, -Creo que esto es una prueba de los Dioses, ¿sabes?, y tienes dos opciones, seguir aquí, borracho y escondido o salir con tu hacha y luchar como lo que eres, un hijo del norte, si mueres, podrás comer y beber con los Dioses y sino es así, serás uno de los héroes que combatió contra uno de los peores males que habitan en los Yermos, tu eliges- acto seguido Thorir se levantó de la mesa y le alargó su brazo a Rorar.

-¿Hijos del norte? ¿¡Hijos del norte!?

Aparta tu mano de un manotazo, y acto seguido tira la mesa al suelo con un gesto violento. La madera produce un estruendo al caer al suelo, y ves como una de las esquinas se parte. Rorar se levanta, tambaleándose, con el hacha en la mano. Ha debido agarrarla antes de empujar la mesa.

-¡¿Cómo tienes los... co-jo-nes... de decir nada sobre los dioses... y el norte?! Puede que el resto haya decif... Haya decidido mirar a otro lado, pero yo no. ¡Yo no! ¡No he dado la espalda a Einar!

-¿¡No has dado la espalda a Einar!?- preguntó Thorir levantando el tono de voz, -¡Que pensaría Einar si te viera borracho y en estas condiciones cuando Sultünge está tan en peligro!, ¿Ehh?, ¿Que crees que pensaría?

Rorar abre los ojos de par en par, y da un paso atrás, aturdido ante la acusación. Parece que tus palabras le han dado bien fuerte, porque ninguna respuesta sale de su boca.

Dibujó una sonrisa sarcástica en su rostro, -¡Se sentiría traicionado!, seguro, con esto no demuestras más que cobardía- dio un paso hacia Rorar, -Tu no me conoces, ni yo te conozco a ti, apenas conocí a Einar, y a pesar de todo lo que pasó le respeto, en sus decisiones siempre primaba el bien de su pueblo, es más, murió luchando por él, si tanto alardeas de serle fiel, demuéstralo, lucha por defender lo que un día fue suyo y demostrarle tu fidelidad- 

Rorar tarda unos segundos en recomponerse. Cuando lo hace, te apunta con su hacha, y habla con tono grave, bajo y amenazador.

-¿Cómo... te atreves... a hablar de él? Si no hubiera ido a por vo..., a por vosotros... No estaría muerto. Tú le mataste. Tú...

Entonces deja caer el hacha al suelo. Luego se gira, inclinándose y perdiendo el equilibrio. Intenta apoyarse en la pared, para no caer, pero calcula mal y da un traspiés, por lo que acaba vomitando en el suelo, de rodillas.

Ante aquella situación Thorir negaba lentamente con la cabeza y soltó un largo suspiro, acto seguido se acercó hasta Rorar agachándose para estar a su altura, -Entiendo tu pena- dijo con un tono de voz relajado, -Yo también he tenido pérdidas muy importantes, pero no por ello me he rendido, hay que seguir luchando- calló durante unos segundos, -Estoy intentando ayudarte, porque creo que eres un gran hombre, con unos valores y sobretodo, con honor, por eso, toma mi mano y levanta- Thorir se incorporó y volvió a extender su mano hacia Rorar.