Corres por el bosque, en dirección a la casa de Yngrid. Solo la recuerdas del día en el que os trajeron apresados, desde allí, así que te cuesta lo suyo dar con ella. Una hora más tarde, sin embargo, después de desandar sobre tus pasos por tercera vez, distingues la silueta del edificio entre los árboles...
Tirada de suerte, 1d10
Al distinguir la silueta, Drunfo se precipita hacia ella, ya ha perdido demasiado tiempo.
Motivo: Suerte
Tirada: 1d10
Resultado: 5
No se como van las tiradas de suerte.
Al principio la casa parece vacía. Al fijarte en la chimenea, distingues un hilillo de humo, probablemente de las brasas apagadas. La puerta está cerrada.
A ver, no hay tiradas de suerte. Es básicamente una manera de decir "tira a ver si te ocurre alguna mierda por el camino
Segun Drunfo se va acercando intenta distinguir un rastro que provenga o se dirija hacia la cabaña.
Motivo: rastreear
Tirada: 1d100
Resultado: 49(-10)=39
He tirado rastrear contando el -50 de penalizador, no se si tendria que haberlo tirado en este caso
Aunque hay nieve revuelta por la zona, lo que indica que alguien ha pasado por allí, no identificas ningún rastro que puedas seguir. Al abrir la puerta de la cabaña, descubres que, como temías, no hay nadie en casa. El interior está frío, por lo que deduces que lleva un rato vacía, aunque los restos de la chimenea podrían indicar que alguien ha estado allí hace unas horas.
Drunfo intentó muy fuerte vislumbrar la localización del carruaje pero al ver que no lo conseguía se dirigió de vuelta al pueblo.
Motivo: Advertir
Tirada: 1d100
Resultado: 41(+25)=66
Según sales por la puerta te recibe el sonido de un arco tensándose.
-¿Qué... haces... en mi casa?
Tirada oculta
Motivo: Advertir Yngrid
Tirada: 1d100
Resultado: 32
Por dios, qué puntuación tan obscena en advertir. Te gana, pero por menos de 20, así que prácticamente os encontráis al mismo tiempo. Llevaba el arco preparado por razones que no vienen al caso, de ahí que no tenga que "desenfundarlo", pero aparte de eso no te lleva ni sorpresa ni bonos por apuntar ni mierdas. Lo de arriba es narración pura y dura.
Drunfo se sorprendió un poco al encontrarse de repente con Yngrid.
-Venia a buscaros, a ti y a Bedelia. Esas cosas se están acercando demasiado.
Yngrid alza una ceja.
-¿Esas?
No deja de apuntarte.
Drunfo duda un momento.
-Si bueno, Saga dijo que podían ser varias. ¿Donde está Bedelia? y deja de apuntarme ya, por favor Yngrid.
Yngrid parece preocupada ante la revelación.
-Varias. Joder.
Se da cuenta de que la sorpresa ha hecho que baje ligeramente la punta de la flecha, por lo que vuelve a apuntarte de nuevo.
-No me fío ni un pelo de ti, grandullón. Si hubieras venido a buscarnos, habrías llamado a la puerta. Así que te voy a preguntar de nuevo qué coño hacías fisgoneando en mi casa, y espero por tu bien que me guste lo que oigo.
¿Llamar a la puerta? Aquel concepto parecía ser nuevo para Drunfo.
-¿Que? He venido todo lo rápido que he podido, estoy preocupado por ti y por Bedelia, he entrado rápido, he visto las ascuas de la chimenea y he salido. ¿Donde está Bedelia?
Que cosas tienes jaja, llamar a la puerta dice.
-¿Preocupado, eh?
Yngrid baja un poco el arco, aunque no tanto como para no poder volver a apuntarte en menos de un segundo si así lo desea. Por el tono de su voz queda patente que no se cree ni una de tus palabras.
-Bedelia está ocupada. Si la veo le diré que la buscas.
Drunfo frunció el ceño asqueado.
-Yngrid, esto es muy serio, no quiero que nadie este solo y si Bedelia está ahí fuera corre un gran peligro. He tenido un encontronazo con la bestia en el mismo pueblo, se están acercando y mucho.
Yngrid alza las cejas, sorprendida.
-Espera... ¿Te has encontrado con la bestia? ¿Qué ha pasado?
-Nos quedamos mirandonos a apenas unos metros. Creo que me estaba retando y cuando estaba a punto de atacarme el ruido de la gente que salía del gran salón le hizo retroceder.
-¿Que te estaba... retando?
Yngrid parece tan sorprendida que baja el arco sin darse cuenta. Por su expresión, no sabrías decir si desconfía aún más de ti, si te mira con renovado respeto, o una extraña mezcla de las dos, por muy contradictorias que parezcan.
-Sea como sea, Bedelia sabe cuidarse de sí misma.
-Yngrid, esto es muy serio. ¿Que estais haciendo para ocultarlo con tanto ahínco?
Yngrid frunce el ceño.
-Lo que estamos haciendo no te incumbe, Drunfo. ¿Que esto es serio? Coincido. Es una situación crítica. Y en un momento así, uno debe saber elegir a sus aliados. ¿O es que acaso crees que no lo veo en tus ojos, eh? Puede que hayas engañado a la sureña, o a los idiotas de Sultünge, pero no a mí. Sé el tipo de persona que eres.
Drunfo se quedó mirando fijamente a Yngrid.
-¿Que clase de persona soy Yngrid?