Partida Rol por web

-¡Renmo! ¿Por los dioses, qué...?

El hombre tiene parte de la cara reventada por lo que debe de haber sido el corte de un arma. Es sorprendente que todavía esté en pie.

-Einar, yo... Nosotros...

Parece que le cuesta hablar, posiblemente debido a la sangre.

Saga divisó a los forajidos y supo de inmediato que si se presentaban tal cual y haciendo alarde de su estupidez, Einar iba a pagar su rabia e ira con ellos. Especialmente tras las alentadoras palabras que le había ofrecido ella misma. Lo cierto es que no los creía capaces de hacer semejante salvajada, salir a la fuga y regresar para armar una tapadera. O quería creer que no... Por eso mismo empezó a caminar disimuladamente hacia atrás, alejándose del ajetreo y el barullo, usando la aparición del tal Renmo para zafarse y salir al encuentro de Thorir y el otro.

Pero... ¿De dónde habían sacado el caballo?

La templanza que parecía dominar a Einar al empezar a ordenar a sus hombres ha dejado paso a la sorpresa de alguien que espera ver el sol amanecer por la mañana pero un día se encuentra con que el astro ha decidido tomarse un día de vacaciones. Ahora, esa sorpresa se transforma en angustia, casi histeria.

-¿¡Qué, Renmo, qué ha pasado!? ¿Dónde está Eskol?

-Hemos fallado, Einar. Eskol...

No puede terminar la frase, pero baja la cabeza. Einar da un paso atrás, aturdido por las implicaciones de ese silencio. Renmo se tambalea ligeramente, luego clava su mirada en Einar. La sangre gotea a sus pies.

-No son humanos, Einar. No son...

El guerrero cae.

Einar reacciona a tiempo, y recoge el cuerpo antes de que este golpee el suelo. Renmo parece haber caído inconsciente, probablemente debido a sus heridas y la pérdida de sangre. Einar alza la cabeza y mira a las personas que hay cerca, entre las que os encontráis.

-¡Necesita auxilio! ¡Buscad a Ashe!

La mochila y el resto de tu equipaje está guardado donde lo dejaste. Tras recogerlo, sales al exterior y contemplas la escena, que se dibuja ante ti como una ecuación, un problema lógico, un acertijo con una solución que puede ser encontrada si se colocan las piezas del puzzle en el orden y posición adecuados.

El granero arde. La luminosidad del fuego y el calor que desprende, incluso a esta distancia, indican una peligrosidad alta, lo que implica que internarse dentro del edificio a estas alturas conlleva una alta probabilidad de mortalidad. También señala a que el incendio no acaba de producirse, si no que lleva varios minutos desarrollándose, posiblemente desde antes de haber sido descubierto. Por desgracia, ninguno de los catalizadores de los que podrías disponer puede aumentar la reacción de tu invención hasta un punto lo suficientemente alto como para ejercer un efecto considerable en aquel infierno. Idea descartada.

Alrededor del granero, todos los habitantes de Sultünge están empezando a coordinarse para llevar cubos y, utilizando nieve y agua, intentar apagar las llamas lo mejor que pueden. Por la intensidad del fuego que puedes deducir con un simple vistazo, y el ratio de trabajo de ese número de manos con unos medios tan rudimentarios de extinción de incendios, la probabilidad de detener la catástrofe antes de que el granero quede totalmente inservible es baja, casi nula.

Alrededor del granero, como en el resto de la aldea al ser Sultünge un pueblo integrado en el bosque, hay varios árboles. Pinos negros, probablemente, del tipo que crece en esta parte de Goldar. Madera flexible y normalmente húmeda, poco inflamable y mala para las hogueras. Por suerte, eso implica que la posibilidad de propagación del incendio es también baja. El viento, por desgracia, parece haber descendido en intensidad, y la nieve que antes caía del cielo ahora se ha visto reducida a unos pocos copos. La ventisca, más que servir como un extintor natural, parece avivar las llamas. Un vistazo arriba, al cielo. La meteorología parece mala, es posible que pronto vuelva a arreciar la ventisca con la misma intensidad que antes. Sin embargo, para entonces puede ser demasiado tarde. La probabilidad de propagación, de repente, sube un par de decenas.

Las hojas de los pinos siguen cubiertas de nieve, lo que es buena señal. Mientras sigan húmedas, no prenderán. Así que, por ahora, el problema está en el granero. ¿Cómo salvarlo? En tu mente se abren tres nuevos hilos de acción, que evalúas por separado. En tu cabeza empiezan a aparecer datos, algunos importantes, otros insignificantes. Ahora te toca filtrarlos y tomar una decisión. Algunos de estos datos son:

-Que el fuego necesita aire para mantenerse. Un fuego ahogado es un fuego apagado.
-Que un cuerpo deformado tiende a recuperar rápidamente su estructura original cuando no se ejercen fuerzas sobre él.
-Que las llamas tienden a subir, por lo que es recomendable aplicar las medidas a la base del incendio siempre que sea posible.
-Que la cantidad de nieve presente en el lugar es significativa, tanto encima de los árboles como en el suelo.
-Que el fuego necesita combustible para arder, y si se le priva de dicho combustible entonces no puede propagarse.
-Que la tierra no arde.
-Que, siendo Sultünge una aldea en medio de la nada, probablemente tendrá un pozo o río cercano.
-Que Einar probablemente cuenta con una habitación en su casa en la que guardará todo tipo de herramientas.
-Que el agua es más efectiva cuando se aplica a presión, y cuanta más superficie cubra.

Bedelia ahoga un grito al desfallecer Renmo, aunque evita ser dominada por sus emociones. La mujer sabía bien que en momentos de crisis era muy importante mantener la calma si quería tener cierto control sobre la situación. Rápidamente, cedió el cubo que usaba para tratar de apagar en incendio a otro lugareño y corrió hasta el gran salón.

-¡Ashe!-Gritó al entrar, sin llegar a ver siquiera a la mujer o saber si estaba allí-Te necesitan, hay un hombre herido.

Sigo ayudando a llevar cubos en la cadena cuando Renmo aparece de entre los arboles, la sangre y el feo corte de su cara me hicieron dudar durante un segundo, pero sin duda era el hombre que vi por la tarde. Cuando se acerca a Einar escucho su conversación atento.

¿Donde está Halki...? 

Sin embargo el hombre se desmaya antes de poder decir nada en claro.

¿¿¡¡"No son humanos"!!?? La herida de ese hombre, lo que ha dicho Renmo, todo indica que pueden ser ellos... - me quedo parado pensando durante unos segundos los cubos llegan a mi y los sigo pasando de forma automática mirado al infinito. Pero tras unos segundos agito la cara rápido para volver en mi y dirijo la mirada a Einar.

Ahora vuelvo -  Digo pasando el último cubo dirigiéndome al Jarl, camino rápido para no perder tiempo, me planto delante suya y miro como sujeta al hombre de rodillas en el suelo, le miro directo a los ojos con convicción, me agacho y bajo la voz para que no puedan oírnos oídos indiscretos.

- Einar, yo he visto a este hombre antes. Esta tarde cuando fui a dar una vuelta, conocía Thaldein y otro cazador llamado Halki. Cuando éste se fue, Renmo le asaltó y en la conversación pude distinguir una "amenaza", "esta noche" y el nombre de tu hijo Eskol surgió. No dije nada por que son asuntos de vuestro clan y no me incumben, pero con lo sucedido... quizá Halki sepa algo. Además, por lo poco que e visto, puede que esto sea culpa de los bandidos que persigo. Dejame ayudar.

Sigo ayudando a llevar cubos en la cadena cuando Renmo aparece de entre los arboles, la sangre y el feo corte de su cara me hicieron dudar durante un segundo, pero sin duda era el hombre que vi por la tarde. Cuando se acerca a Einar escucho su conversación atento.

¿Donde está Halki...? 

Sin embargo el hombre se desmaya antes de poder decir nada en claro.

¿¿¡¡"No son humanos"!!?? La herida de ese hombre, lo que ha dicho Renmo, todo indica que pueden ser ellos... - me quedo parado pensando, durante unos segundos los cubos llegan a mi y los sigo pasando de forma automática mirado al infinito. Pero tras unos segundos agito la cara rápido para volver en mi y dirijo la mirada a Einar.

Ahora vuelvo -  Digo pasando el último cubo dirigiéndome al Jarl, camino rápido para no perder tiempo, me planto delante suya y miro como sujeta al hombre de rodillas en el suelo, le miro directo a los ojos con convicción, me agacho y bajo la voz para que no puedan oírnos oídos indiscretos.

Ashe está colaborando con las labores de extinción, así que tardas unos segundos en encontrarla. Cuando lo haces, te sorprende ver como la mujer parece cubrir cualquier hueco de poder que haya dejado Einar al desviar su atención a Renmo: Dando órdenes a diestro y siniestro, pero sin dejar de colaborar como una más, parece tener incluso más autoridad que el propio jarl, ya que la gente la obedece sin rechistar. Cuando le explicas la situación, asiente con expresión seria y luego se gira hacia un hombre rubio.

-Thaldein, apagad ese maldito fuego antes de que se extienda.

El norteño suelta un gruñido, que solo de lejos se parece a un asentimiento, pero Ashe ya está corriendo junto a ti, en dirección a Einar...

Einar parece no escucharte, aunque después de tu último comentario te dirige una mirada cargada de ira, fiera como la de un animal a punto de atacar. Una mirada que intimidaría a muchos hombres, y que deja entrever el carácter marcado del jarl.

-¿Tus bandidos? -Sisea, su voz temblando por la rabia-. No. Sé perfectamente quién es el responsable de esto...

Justo antes de que te dé tiempo a responder, llegan Bedelia y Ashe.

Bedelia y Ashe llegan a la altura del jarl. La mujer frunce el ceño al ver a Renmo, y rápidamente se agacha junto a él.

-¿Qué ha ocurrido?

Einar parece fuera de sí. Su voz tiembla de rabia al responder.

-Una nueva afrenta. La última.

Acto seguido se levanta, dejando a Renmo en los brazos de Ashe con más delicadeza de la que podría pensarse de él teniendo en cuenta su expresión iracunda, y sale directo hacia un grupo de hombres que colabora para extinguir el incendio.

Ashe observa, ceñuda, al jarl. Su cabeza parece estar analizando, a velocidad vertiginosa, la reacción de este. Al final se limita a soltar un bufido.

-Maldito idiota orgulloso -Refunfuña por lo bajo.

Parece reparar en vuestra presencia.

-Vosotros -Dice, con un tono que no admite un no por respuesta-. Ayudadme a llevarle a la casa.

Bedelia asintió, y se preparó para cargar con el hombre. Para ella todo era confusión, no entendía ni la mitad de todo lo que estaba pasando, pero hizo un esfuerzo por recopilar todos los datos con los que contaba.

Aquel hombre, en la granja, había sido asesinado antes de que el fuego empezara. Si alguien había ido al poblado a robar aprovechando que todos estaban en la fiesta, ¿por qué se acercó al único sitio vigilado? ¿Por qué no robar en el resto de las casas vacías? Lo único que se le ocurría es que fueran buscando algo concreto. Algo que necesitara vigilancia.

Por otro lado estaba Renmo, el hombre al que habían atacado. Bedelia se fijó en su cara. No era la primera herida grave que veía, y probablemente no fuera la última, por eso ver algo tan grave no le impresionó- ¿Quién le había hecho eso?

No son humanos.

El comentario del nórdico retumbó en su cabeza. Daba por hecho que aquello que había atacado al hombre en el granero era lo que había herido a Renmo, pero seguía sin entender el por qué.

-Ashe-Dijo, mientras depositaba al hombre con cuidado donde ella le indicara-¿Qué está pasando?

Mira al Jarl cuando inicia su carrera y le sigo con la mirada que no aparto hasta que Ashe nos llama, atrallendo la dirección de mis ojos. 

¿Donde va Einar? Con lo sucedido no puedo permitir que se valla sin mi... Es la única pista que tengo, además, la gente está ayudando con el fuego, no puede ir solo a ningún sitio sin ayuda.

Lo siento, pero voy con el jarl.

No sé si será la ebriedad, pero es la primera vez que le digo que no a una dama, no obstante, vine aquí con un objetivo y hay cosas que se me dan mejor que otras, y una de ellas es pelear. Me giro y sigo a Einar con la mayor rectitud posible. Entre el frío, el calor y las emociones fuertes que han surgido en un instante, el ambiente de fiesta había desaparecido y la embriaguez se hace notar menos, aunque aún se me nubla un poco la visión mientras corro en dirección al Jarl.

Ashe dirige una mirada de frustración a Resmit, que sale corriendo tras los pasos de Einar. Tras un segundo que parece eterno, parece resignarse, aunque no sin antes murmurar por lo bajo.

-Hombres...

Entre las dos mujeres cargan con el cuerpo de Renmo, llevándolo a la casa de Einar...

El salón del jarl ha quedado relativamente vacío tras la voz de alarma, aunque de vez en cuando pasa alguna persona buscando un cubo de agua o manta con los que combatir el fuego. Sin embargo, parece que incluso los niños se encuentran fuera, ayudando con las labores de apagado. Eso hace que, tras dejar el cuerpo de Renmo sobre una de las mesas, que Ashe se encarga de vaciar antes, podáis disfrutar de un momento de respiro frente a la locura que reina fuera y al esfuerzo de cargar con el norteño, que no es especialmente pequeño o ligero. Ashe, sin embargo, no se permite más que unos segundos para recobrar el aliento, antes de salir corriendo a buscar vendas y agua. Responde a tu pregunta de pasada, como si hablara del tiempo.

-El granero arde, y Renmo está herido. No sé mucho más.

Cuando vuelve, examina a Renmo con delicadeza, antes de empezar a trabajar. Mientras lo hace, te va dando instrucciones para que le puedas echar una mano, algo que en parte es de agradecer, ya que te da algo que hacer en medio de ese caos, pero en parte supone una molestia, ya que te mantiene ocupada mientras afuera ocurren cosas... Interesantes.

Ashe no parece muy comunicativa. De hecho, responde con monosílabos y permanece centrada en su tarea, que desde luego no es nada agradable. Dejando a un lado las magulladuras y rasguños, heridas leves que dolerán al curarse pero que no supondrán mayor problema, la cara de Renmo es un poema: Sea lo que sea lo que le ha dañado, la herida traspasa todo su rostro, y se ha llevado consigo parte de su nariz, que probablemente ha quedado olvidada en algún lugar del bosque, enterrada bajo la fría nieve. No es agradable, pero Ashe no cree que sea mortal, y eso hace que se relaje un poco. Aunque con estas cosas quién sabe... Siempre puede empeorar. O infectarse.

Sea como sea, tras unos minutos la mujer se aparta y, secándose el sudor, te dirige una media sonrisa.

-Bueno, creo que por ahora podemos dejarle así. Estaría bien que alguien le vigilara... -Dirige una mirada a la puerta, de donde llegan los gritos de la gente. Parece que el incendio aún perdura-. Aunque necesitamos manos. Ven, ayúdame a terminar de ponerle la venda.

Einar ya está hablando con tres hombres, Thaldein, Rorar y un hombre que no conoces, cuando llegas.

-Necesito que vayáis a recoger vuestras armas -Les está diciendo-. Hay algo que debemos hacer.