Partida Rol por web

Thaldein mira hacia atrás, al grupo de gente que sigue intentando apagar la inmensa hoguera.

-¿Nos atacan? -Ante la negativa de Einar, frunce el ceño-. ¿Y qué razón es tan importante que no puede esperar? ¡Por los dioses, Einar, ese fuego no se apaga! Estamos perdiendo tiempo solo al discutir esto.

Einar le sujeta el hombro con fuerza. En sus ojos hay un brillo de impaciencia... ¿O puede que de desesperación?

-Subestimas a nuestras mujeres. Sigbjörn y Ashe son más que capaces de dirigir al resto, y lo sabes. Y ya es muy tarde para salvar el granero. Esto es más urgente.

Thaldein parece poco convencido.

-Einar, sabes que siempre he sido leal. Pero creo que te estás equivocando.

Cuando llego doy una gran bocanada de aire y un suspiro de alivio. Observo a los tres hombres, especialmente al que no conozco y cuando acaba la conversación me sitúo al lado de Einar y con mano en su hombro. 

Menos mal que le he alcanzado y parece que llegue a tiempo.

Voy con vosotros Einar. Mis  armas están en casa de Thaldein. Pero ¿Quien crees que ha echo esto?

Thaldein te dirige una mirada sombría, pero Einar asiente, satisfecho.

-El bastardo del clan Yormef, y su "enemigo". Si aún queda en ti algo de esa rivalidad entre vuestros clanes de la que hablabais el otro día, entonces estás de suerte.

Bedelia siguió diligente las instrucciones de Ashe para curar al maltrecho Renmo. No podía hacer otra cosa, pues su conocimiento en medicina era nulo, y sólo respiró aliviada al ver que la mujer conseguía parar la hemorragia. Aquel estaba siendo un día de locos.

Se fijó en el hueco en la cara del hombre, donde debería estar la nariz, y trató de imaginarse qué clase de arma podría haber hecho eso. "No son humanos", había dicho, ¿pero en un sentido metafórico o literal? ¿Contra qué se había enfrentado?

Colocando la venda lo mejor que podía, Bedelia aprovechó el momento para hablar con Ashe.

-El incendio en el granero ha sido provocado. Tiene que haberlo sido. Aquel hombre, el que vigilaba las cosas, estaba muerto antes de que le quemara el fuego.

Se limpió el sudor de la frente con el antebrazo, evitando mancharse las manos para no infectar la herida del hombre.

-Creo que, quienquiera que haya atacado, estaba buscando algo concreto. ¿Por qué iba a ir directo al granero si no? Donde se guardan la comida para el invierno y las pertenencias de parte de los asistentes a la fiesta. ¿Por qué no robar en las casas vacías de la gente?

Miró a la mujer con seriedad.

-Y Renmo comentó que no...no eran humanos-Tragó saliva-¿Tienes alguna teoría?

Ashe niega con la cabeza.

-No... Aunque estoy segura de que Einar piensa que han sido los del clan Yormef. Como venganza por haberles echado...

Miro a Einar con sorpresa, después al resto de hombres...

Es posible, pero lo que dijo Renmo, "No son humanos" es cierto que decios que los Yormef actúan como bestias, pero de ahí a decir eso... Además, no creo que por muy idiota que sea, el "legitimo heredero" no atraería la atención de esa forma, y más cuando fue culpa suya. Creo que es más probable que se trate de los bandidos a los que persigo, Ellos si que no parecian humanos, la herida del cuello y el hachazo de de renmo podrían ser de Baklar...

Vuelvo la mirada a Einar:

- No voy  a decir que no mantengo mi rivalidad con aquel... hombre, pero por lo que he visto, veo más probable lo que te dije antes. Que se trate de los bandidos que busco, ellos si que "no parecían humano" y fue...

Einar te detiene, frustrado.

-Sé que son ellos -Suelta con voz tajante, poniendo énfasis en la primera palabra. Su cara, iluminada por las llamas, está desencajada por la ira-. Y sé que han matado a mi hijo.

Thaldein abre los ojos de par en par.

-¿Eskol? Einar, no te precipites... Si esto es una venganza...

-Sí, es venganza. También han matado a Halki, y a Poika -El jarl tiembla. Te das cuenta de que su rostro está surcado por las lágrimas-. Tienes razón: No hay tiempo que perder. ¿Vas a seguirme o no?

Rorar suelta un gruñido.

-Deberíamos haberles matado esta misma mañana. Puedes contar conmigo, Einar. Y tú -Se gira hacia Thaldein-, harías bien en obedecer a tu jarl, por una vez. Solo demuestras cobardía.

Tranquilizate Rorar, - mirándole de forma tajante - aquí nadie es un cobarde, y lo demostraremos llendo con vosotros, pero de las llamas solo ha salido un hombre con una herida del cuello y Einar da por supuesto que han muerto tres. ¿Quien era aquel hombre...? - Pregunto mirando a Einar

Thaldein se ha puesto rojo ante el comentario de Rorar, pero no dice nada. Einar te mira, de nuevo, y luego clava su mirada en cada uno de los otros, por turnos.

-Basta de preguntas. Id a por las armas, ya. O quedaos aquí.

Se hace el silencio. La situación es tensa, y parece que Einar ha perdido la poca paciencia que pudiera quedarle. Thaldein está encarado a Rorar, y su actitud dista mucho de parecer calmada. Rorar, por otro lado, no ayuda mucho, esbozando una media sonrisa que parece más orientada a provocar a su vecino que a convencerle de que se una a la comitiva. El otro hombre se limita a mirar a sus compañeros sucesivamente, sin decir ni una palabra.

Bedelia enmudeció. El clan Yormef, Drunfo y Thorir.

-¿Crees que eso es posible? No les conozco, y no puedo poner la mano en el fuego por ellos, pero Drunfo no parecía esa clase de persona.

Reflexionó antes de seguir hablando. Si el objetivo era vengarse, el objetivo había sido el correcto. Incendiar el granero había sido un golpe certero. Aun así, a la mujer aquella idea no le encajaba. Maleducados, si, bandidos...no.

-El arma de Drunfo era un mandoble-Dijo la mujer, con los ojos desenfocados mientras recordaba-Y Thorir usaba dos espadas.

Su mirada se desvió hacia Renmo, quien yacía inconsciente con la cara vendada.

-¿Sus heridas te parecían causadas por armas así?

Un momento de silencio. Luego Ashe suspira.

-Sí. Esto -Señala el rostro de Renmo con la mirada-, podría ser un corte de espada. O mandoble. No es el primero que veo.

Alza el rostro y vuestros ojos se cruzan. Parece a punto de decir algo más, pero al final se limita a torcer la boca en un gesto preocupado.

Ante la confrontación de los dos hombres y la pasividad del tercero, cojo a Thaldein del brazo y tira de él en dirección a su casa. 

- No te preocupes de Rorar, por lo que he visto le gusta provocar y no es el momento de pelear entre nosotros - mientras nos alejamos.

Cuando ya estamos lo suficientemente lejos como para que no nos oigan:

- Yo también pienso que Einar se equivoca, no creo que halla sido Thorir, lo que a pasado concuerda más con los bandidos que vine a buscar. Asique habrá que estar atentos por todos ya que son peligrosos. Y el que miraba, ¿quien era ese que no ha dicho nada?

-Oh.

Bedelia parecía sorprendida. Una pequeña parte de si misma se reprendió por involucrarse emocionalmente. Otra parte, más grande, le recordó que algo así formaba parte de su naturaleza. Frunció el ceño.

-¿Einar les dará la oportunidad de defenderse? ¿Habrá juicio?

Thaldein se deshace de tu presa con un golpe de brazo algo violento, pero no dice nada a Rorar. Durante el camino a su casa parece calmarse un poco, aunque notas como sus músculos siguen tensos cuando te responde.

-Rolf -Casi parece que esté imitando el ladrido de un perro, aunque no da la sensación de que el cazador esté para bromas en un momento así.

Al llegar a su casa, recoge rápidamente una lanza y dos espadas cortas, que se ajusta a los ropajes con unas correas de cuero. Luego te mira, ceñudo.

-Si son tus bandidos -Dice, con tono sepulcral-, y han matado a tres de mis amigos, te aconsejo que resuelvas tus asuntos con ellos rápidamente -En sus ojos se puede distinguir un brillo rojo, el mismo que el de las llamas que iluminan el pueblo-. Porque no respondo de mí mismo, Resmit.

Ashe duda, de nuevo, antes de responder.

-Renmo no iba solo. Si le ha pasado algo a Eskol, el hijo de Einar...

No termina la frase. No hace falta.